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BIOÉTICA

INTRODUCCIÓN

¿Que es la Bioética ? La Bioética es una ciencia de reciente desarrollo, al menos tal como
se la entiende modernamente, y cuyo origen propio hay que fijar a comienzos de los años
70 del siglo XX. El término “bioética” procede de la fusión de otros dos términos griegos
“bios”, que significa “vida” y “ethos” que significa “ética”, por tanto etimológicamente
significa “´ética de lo vivo”.

Esta ciencia tiene diversos orígenes según la perspectiva con la que se aborde. Si
atribuimos a la Bioética el campo de estudio de la ética en lo que tiene que ver con la
vida humana, entonces tendríamos que poner el origen de esta disciplina en el mismo
origen de la medicina. Como muestra el Juramento hipocrático y otros textos antiguos, la
pregunta sobre la moralidad de los actos médicos está unida al mismo nacimiento de la
medicina.

La historia de la bioética contempla diversos precedentes de lo que ahora se considera la


ciencia de la Bioética. Sin embargo como conjunto de conocimientos agrupados bajo el
término Bioética tiene un origen más reciente.

La bioética es la rama de la ética dedicada a proveer los principios para la conducta más
apropiada del ser humano respecto a la vida, tanto de la vida humana como de la vida
no humana (animal y vegetal), así como al ambiente en el que pueden darse condiciones
aceptables para la misma.

Se trata de una disciplina relativamente nueva, y el origen del término corresponde al


pastor protestante, teólogo, filósofo y educador alemán Fritz Jahr, quien en 1927 usó el
término Bio-Ethik en un artículo sobre la relación ética del ser humano con las plantas y
los animales. Más adelante, en 1970, el bioquímico estadounidense dedicado a la
oncología Van Rensselaer Potter utilizó el término bio-ethics en un artículo sobre «la
ciencia de la supervivencia» y posteriormente en 1971 en su libro Bioética un puente hacia
el futuro.

En su sentido más amplio, la bioética, a diferencia de la ética médica, no se limita al ámbito


médico, sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la vida en
general, extendiendo de esta manera su campo a cuestiones relacionadas con el medio
ambiente y al trato debido a los animales. Se han formulado una serie de definiciones
respecto a la disciplina de la Bioética, siendo una de ellas la adoptada por la Unidad
Regional de Bioética de la OPS, con sede en Santiago de Chile y que, modificada por el
S. J. Alfonso Llano Escobar en una revista de la especialidad, define a la Bioética como «el
uso creativo del diálogo inter y transdisciplinar entre ciencias de la vida y valores humanos
para formular, articular y, en la medida de lo posible, resolver algunos de los problemas
planteados por la investigación y la intervención sobre la vida, el medio ambiente y el
planeta Tierra». Sin embargo, cabe destacar, que ya en 1978, el Kennedy Institute de la
Universidad jesuita de Georgetown en Estados Unidos, había publicado la primera
Enciclopedia de Bioética en cuatro volúmenes, dirigida por Warren Reich, un teólogo
católico, donde se define a la Bioética como el "estudio sistemático de la conducta
humana en el área de las ciencias de la vida y la salud, examinado a la luz de los valores
y principios morales".

DEFINICIÓN

Abel define qué es la Bioética como

Bioética (definición): estudio interdisciplinar de los problemas creados por el progreso


biológico y médico, tanto a nivel microsocial como a nivel macrosocial, y su repercusión
en la sociedad y en su sistema de valores, tanto en el momento presente como en el
futuro”.

Definición extensa, donde parece diluirse la figura del profesional sanitario -que es el
principal protagonista de la decisión ética- pero que tiene la virtud de destacar el carácter
interdisciplinar de la bioética -y la importancia de su repercusión para la sociedad y su
sistema de valores. En este sentido abre el abanico de receptores a todos los ciudadanos

Otra definición es la proporcionada en la Encyclopedia of Bioethics (New York, 1978) que


define define qué es la Bioética como

Bioética (definición): el estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las


ciencias de la vida y del cuidado de la salud, examinada a la luz de los valores y de los
principios.
En definitiva, Bioética es aquella parte de la Ética o filosofía moral que estudia la licitud
de las intervenciones sobre la vida del hombre y de su entorno, especialmente, pero no
sólo, en el campo de la Medicina y de las ciencias biológicas.

Entrambas definiciones configuran los cuatro rasgos definitorios de la bioética moderna:

1. Se trata de un marco de reflexión ética interdisciplinar.

2. Es básicamente una ética práctica, de aplicación inmediata en el mundo de la


Medicina y su entorno, cuyos principales protagonistas son el médico y el
paciente.

3. Se trata de una reflexión ética que comporta, además, decisiones de Salud Pública
de gran repercusión social y legal.

4. Nadie puede permanecer ajeno a la bioética, porque ésta determina una praxis
sanitaria e involucra a unos comportamientos que someten a prueba el sistema
de valores que opera en una sociedad.

HISTORIA DE LA BIOÉTICA

Origen del término

Nacimiento de la bioética

El nacimiento de la bioética como disciplina coincide, no casualmente, con un retorno del


interés hacia la ética filosófica mediante la ética práctica, interés estimulado por la
urgencia entre encontrar un adecuado fundamento al debate público sobre legislación y
de intenso diálogo en una sociedad pluralista y democrática. Toulmin piensa que la
bioética ha concluido a salvar la vida de la filosofía moral que había quedado estéril en
discusiones y la ha puesto en el centro del candelero de la vida y del interés general.

La Bioética puede ser estudiada como ciencia en sí, pero también analizando el
planteamiento que a lo largo de los tiempos se ha tenido sobre los temas que estudia. En
el primer caso tiene un inicio en la segunda mitad del siglo XX. En el segundo caso se
remonta en los tiempos.

La Historia de la Bioética tiene una prehistoria constituida por la ética médica. Los más
antiguos testimonios los tenemos en Mesopotamia y en Egipto donde se regula el
desarrollo de la primitiva práctica médica la contribución esencial es la del griego
Hipócrates(460-370 a.c.) al que se atribuye el Juramento hipocrático.

La escolástica desarrolla la teología moral tratando los temas sobre la ley natural la
conservación de la vida las acciones de doble efecto el voluntario indirecto, y los aspectos
del quinto mandamiento. Y a partir del siglo XVII cuando aparecen algunos libros que
relacionan la medicina y la moral: las Cuestiones médico legales, del romano Zacchia (
1584-1659). Desde finales del sigloXVIII se afianza el pensamiento cristiano una
elaboración laica de los deberes del médico se recibe más tarde la denominación de
inicio Deontología médica.

La Historia de la Bioética puede percibirse en dos grandes etapas: antes de Potter y


después de Potter.

La primera etapa abarcará el Juramento Hipocrático y los Códigos Deontológico


españoles; mientras que la segunda, desde el año 1970 abarca desde el Código de
Nüremberg hasta el primer trasplante de corazón realizado por Christian Barnard.

El siglo XIX se sistematiza la reflexión teológica moral con los manuales de teología moral
y el desarrollo de los libros de medicina pastoral y de ética médica.

Aunque es costumbre atribuir el origen del término bioética, a Van Rensselaer Potter, se
está empezando a reconocer que el término ya había sido usado en 1927 por Fritz Jahr,
y en consecuencia atribuir a este la paternidad.

El año 1927, un pastor alemán, Fritz Jahr, publicó un editorial en la revista ‘Kosmos’ (vol.
21, pp. 2-4), titulado Bio-ethik: Eine Umschau über die ethischen Beziehungen des
Menschen zu Tier und Pflanze (‘Bio-ética: una panorámica sobre la relación ética del
hombre con los animales y las plantas’)

Años más tarde, en 1934, Jahr publicó otro trabajo donde volvió sobre la noción
de ‘Bioethik’: Drei Studien zum 5. Gebot, en la revista ‘Ethik. Sexual und
Gesellschaftsethik’ (vol. 11 (1934), pp. 183-87)

La idea de Fritz Jahr era sencilla: inspirado en los imperativos éticos de Kant, quería
subrayar la importancia de un imperativo bioético que orientase correctamente nuestro
comportamiento respecto de todos los seres vivos.
Posiblemente sin ningún conocimiento de lo anterior Van Rensselaer Potter (1911-
2001) que era un bioquímico y oncólogo de Estados Unidos empezó a usar la palabra
‘bioethics’ en dos trabajos: un artículo, publicado en 1970 con el título Bioethics: the
Science of Survival ; y un libro, publicado en 1971, que llevaba por título Bioethics: Bridge
to the Future y que reproducía el artículo publicado el año anterior.

Según el mismo Potter explicaría años más tarde, la palabra le vino a la mente al
improviso, al unir dos términos: bios, que representaría las ciencias biológicas; y ethics,
una palabra con la que no aludía simplemente a la ética, sino a los valores humanos en
general.

El sentido de la bioética, según Potter, era sencillo y apremiante: elaborar una ciencia
orientada a garantizar la supervivencia humana en el planeta Tierra, a través del diálogo
entre las ciencias experimentales y las ciencias humanísticas.

DEFINICIÓN Y DOMINIOS

La bioética abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen en las relaciones
entre biología, nutrición, medicina, química, política (no debe confundirse con la
"biopolítica"),derecho, filosofía, sociología, antropología, teología, etc. Existe un
desacuerdo acerca del dominio apropiado para la aplicación de la ética en temas
biológicos. Algunos bioéticos tienden a reducir el ámbito de la ética a lo relacionado con
los tratamientos médicos o con la innovación tecnológica. Otros, sin embargo, opinan
que la ética debe incluir lo relativo a todas las acciones que puedan ayudar o
dañar organismos capaces de sentir miedo y dolor. En una visión más amplia, no sólo hay
que considerar lo que afecta a los seres vivos (con capacidad de sentir dolor o sin tal
capacidad), sino también al ambiente en el que se desarrolla la vida, por lo que también
se relaciona con la ecología.

El criterio ético fundamental que regula esta disciplina es el respeto al ser humano, a
sus derechos inalienables, a su bien verdadero e integral: la dignidad de la persona.

Por la íntima relación que existe entre la bioética y la antropología, la visión que de ésta
se tenga condiciona y fundamenta la solución ética de cada intervención técnica sobre el
ser humano.
La bioética es con frecuencia asunto de discusión política, lo que genera crudos
enfrentamientos entre aquellos que defienden el progreso tecnológico en forma
incondicionada y aquellos que consideran que la tecnología no es un fin en sí, sino que
debe estar al servicio de las personas y bajo el control de criterios éticos; o entre quienes
defienden los derechos para algunos animales y quienes no consideran tales derechos
como algo regulable por la ley; o entre quienes están a favor o en contra del aborto o la
eutanasia.

Las primeras declaraciones de bioética surgen con posterioridad a la Segunda Guerra


Mundial, cuando el mundo se escandalizó tras el descubrimiento de los experimentos
médicos llevados a cabo por los facultativos del régimen hitleriano sobre los prisioneros
en los campos de concentración. Esta situación, a la que se suma el dilema planteado por
el invento de la fístula para diálisis renal de Scribner (Seattle, 1960), las prácticas del
Hospital Judío de Enfermedades Crónicas (Brooklyn, 1963) o la Escuela de
Willowbrook (Nueva York, 1963), van configurando un panorama donde se hace necesaria
la regulación, o al menos, la declaración de principios a favor de las víctimas de estos
experimentos. Ello determina la publicación de diversas declaraciones y documentos
bioéticos a nivel mundial.

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

En 1979, los bioeticistas Tom L. Beauchamp y James F. Childress, definieron los cuatro
principios de la bioética: autonomía, no maleficencia, beneficencia y justicia. En un primer
momento definieron que estos principios son prima facie, esto es, que vinculan (son
obligatorios) siempre y cuando no colisionen entre ellos, en cuyo caso habrá que dar
prioridad a uno u otro, dependiendo del caso. Sin embargo, en 2003 Beauchamp
considera que los principios deben ser especificados para aplicarlos a los análisis de los
casos concretos, o sea, deben ser discutidos y determinados por el caso concreto a nivel
casuístico.

Los cuatro principios definidos por Beauchamp y Childress son:

Principio de autonomía

La autonomía expresa la capacidad para darse normas o reglas a uno mismo sin influencia
de presiones. El principio de autonomía tiene un carácter imperativo y debe respetarse
como norma, excepto cuando se dan situaciones en que las personas puedan no ser
autónomas o presenten una autonomía disminuida (personas en estado vegetativo o con
daño cerebral, etc.), en cuyo caso será necesario justificar por qué no existe autonomía o
por qué esta se encuentra disminuida. En el ámbito médico, el consentimiento
informado es la máxima expresión de este principio de autonomía, constituyendo un
derecho del paciente y un deber del médico, pues las preferencias y los valores del
enfermo son primordiales desde el punto de vista ético y suponen que el objetivo del
médico es respetar esta autonomía porque se trata de la salud del paciente.

Principio de beneficencia

Obligación de actuar en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos intereses y


suprimiendo prejuicios. En medicina, promueve el mejor interés del paciente pero sin
tener en cuenta la opinión de éste. Supone que el médico posee una formación y
conocimientos de los que el paciente carece, por lo que aquél sabe (y por tanto, decide)
lo más conveniente para éste. Es decir "todo para el paciente pero sin contar con él".

Un primer obstáculo al analizar este principio es que desestima la opinión del paciente,
primer involucrado y afectado por la situación, prescindiendo de su opinión debido a su
falta de conocimientos médicos. Sin embargo, las preferencias individuales de médicos y
de pacientes pueden discrepar respecto a qué es perjuicio y qué es beneficio. Por ello, es
difícil defender la primacía de este principio, pues si se toman decisiones médicas desde
éste, se dejan de lado otros principios válidos como la autonomía o la justicia.

Principio de no maleficencia

Abstenerse intencionadamente de realizar actos que puedan causar daño o perjudicar a


otros. Es un imperativo ético válido para todos, no sólo en el ámbito biomédico sino en
todos los sectores de la vida humana. En medicina, sin embargo, este principio debe
encontrar una interpretación adecuada pues a veces las actuaciones médicas dañan para
obtener un bien. Entonces, de lo que se trata es de no perjudicar innecesariamente a
otros. El análisis de este principio va de la mano con el de beneficencia, para que
prevalezca el beneficio sobre el perjuicio.

Las implicaciones médicas del principio de no maleficencia son varias: tener una
formación teórica y práctica rigurosa y actualizada permanentemente para dedicarse al
ejercicio profesional, investigar sobre tratamientos, procedimientos o terapias nuevas,
para mejorar los ya existentes con objeto de que sean menos dolorosos y lesivos para los
pacientes; avanzar en el tratamiento del dolor; evitar la medicina defensiva y, con ello, la
multiplicación de procedimientos y/o tratamientos innecesarios.

Aparece por primera vez en el Informe Belmont (1978).

Principio de justicia

Tratar a cada uno como corresponda, con la finalidad de disminuir las situaciones de
desigualdad (ideológica, social, cultural, económica, etc.). En nuestra sociedad, aunque en
el ámbito sanitario la igualdad entre todos los hombres es sólo una aspiración, se
pretende que todos sean menos desiguales, por lo que se impone la obligación de tratar
igual a los iguales y desigual a los desiguales para disminuir las situaciones de
desigualdad.

El principio de justicia puede desdoblarse en dos: un principio formal (tratar igual a los
iguales y desigual a los desiguales) y un principio material (determinar las características
relevantes para la distribución de los recursos sanitarios: necesidades personales, mérito,
capacidad económica, esfuerzo personal, etc.).

Las políticas públicas se diseñan de acuerdo con ciertos principios materiales de justicia.
En España, por ejemplo, la asistencia sanitaria es teóricamente universal y gratuita y está,
por tanto, basada en el principio de la necesidad. En cambio, en Estados Unidos la mayor
parte de la asistencia sanitaria de la población está basada en los seguros individuales
contratados con compañías privadas de asistencia médica.

Para excluir cualquier tipo de arbitrariedad, es necesario determinar qué igualdades o


desigualdades se van a tener en cuenta para determinar el tratamiento que se va a dar a
cada uno. El enfermo espera que el médico haga todo lo posible en beneficio de su salud.
Pero también debe saber que las actuaciones médicas están limitadas por una situación
impuesta al médico, como intereses legítimos de terceros.

La relación médico-paciente se basa fundamentalmente en los principios de beneficencia


y de autonomía, pero cuando estos principios entran en conflicto, a menudo por la
escasez de recursos, es el principio de justicia el que entra en juego para mediar entre
ellos. En cambio, la política sanitaria se basa en el principio de justicia, y será tanto más
justa en cuanto que consiga una mayor igualdad de oportunidades para compensar las
desigualdades.
CORRIENTES Y TENDENCIAS

a) Bioética personalista. Parte de la dignidad como valor propio de la persona, la cual se


manifiesta en su capacidad intrínseca de realizar los valores. El fundamento de las
orientaciones que deben apoyar las propuestas de solución a los dilemas éticos se
encuentra en la naturaleza humana ya que la persona es el centro.

b) Bioética consensualista o civil. En esta corriente se busca establecer un mínimo de


principios aplicables dentro de una sociedad pluralista y secular. Se basa en los postulados
de la llamada “Ética de mínimos” que propone un conjunto de normas a cumplir por
todos los miembros de la sociedad y que sería producto del consenso social en torno a
ciertos parámetros mínimos de convivencia.

c) Bioética clínica. Esta escuela sigue el enfoque biomédico que se da a partir de Hellegers
con su trabajo en el Kennedy Institute of the Bioethics. Su centro de atención son los
problemas suscitados por el avance en el conocimiento científico y tecnológico respecto
de su aplicación en los diferentes ámbitos de la salud humana.

d) Bioética social. Su centro de interés es la problemática de la justicia y el desarrollo social


como el mejoramiento de las condiciones de vida de la población en equilibrio con el
medio en que interactúa. Hay un énfasis en la promoción de los derechos humanos en
una sociedad plural.

e) Bioética transdisciplinar, como ciencia de la complejidad. Esta corriente es menos


conocida y surge desde la perspectiva de las ciencias de la complejidad. Dentro de los
sistemas dinámicos de los que se ocupa la complejidad como ciencia, está la vida, la cual
es analizada por la bioética que tiene carácter inter y transdiplinario, no lineal. Este estudio
abarca no solo la vida humana, sino las demás existentes y su interacción con los sistemas
dinámicos.

ÁMBITOS
Aunque la bioética está muy relacionada con la ética no son lo mismo. En el caso de la
medicina, la ética médica no es idéntica a la bioética médica: la ética médica trata los
problemas planteados por la práctica de la medicina mientras que la bioética es un tema
más amplio que aborda los problemas morales derivados de los avances en las ciencias
biológicas en general. La bioética se diferencia de la ética, según algunos autores, en que
no necesita la aceptación de ciertos valores tradicionales que son fundamentales para la
ética.12

 Problemas éticos derivados de las profesiones sanitarias: transfusiones de


sangre, eutanasia, trasplantes de órganos, reproducción asistida o
mediante fertilización in vitro, aborto, todos los asuntos implicados en la relación
médico-paciente.

 Problemas de la investigación científica, en particular la investigación


biomédica y biotecnológica, que tanto pueden transformar al
hombre: manipulación genética, tecnologías reproductivas como la fecundación
in vitro o la (por ahora sólo hipotética) clonación humana, etc.

 Los problemas ecológicos, del medio ambiente y la biosfera: necesidad de


conservación del medio ambiente, como mantener el equilibrio entre las especies
y el respeto hacia los animales y la naturaleza, impedir el uso de energía nuclear,
controlar el crecimiento de la población mundial y el incremento del hambre en
los países pobres, etc.

 Influencia social y política de las cuestiones anteriores, en cuanto a legislación,


educación, políticas sanitarias, religión, etc.

 Temáticas relativas a la relación entre neurología y ética, que daría lugar a lo que
se conoce como neuroética.

María Dolores Vila-Coro Barrachina, en su libro La vida humana en la encrucijada,


establece una clasificación de la bioética en cuatro aspectos:13

 La bioética teórica, o «meta-bioética», que trata los fundamentos conceptuales de


la bioética en el marco de las teorías morales y la justificación de sus nociones
básicas (persona, dignidad, autonomía, etc.).

 La bioética clínica, referida a las decisiones éticas que se toman en la práctica


profesional, vinculada a la deontología médica clásica y que se focaliza en los
casos individuales de los pacientes que plantean la resolución de un problema
ético.

 La bioética normativa, conocida también como «bioderecho», en la que tienen


una participación directa juristas y autoridades públicas y que se orienta hacia la
adopción de reglas generales en la política sanitaria y el sistema jurídico. Centra
su interés en la racionalidad de las decisiones colectivas en las áreas donde
confluyen la salud pública, los derechos humanos y la regulación de los avances
científicos.

 La bioética cultural, que trata del esfuerzo sistemático en relacionar los nuevos
dilemas bioéticos con el contexto histórico y sociocultural en el que se dan. Trata
de evitar la imposición de determinadas visiones de la bioética en sociedades que
tienen valores distintos.

ÁMBITO DE ESTUDIO

En su historia, la Bioética se ha enfocado con dos planteamientos:

1. El primer planteamiento, responde a la intención original de Potter, y extiende el


ámbito de estudio de la bioética al fenómeno vida en toda su extensión teniendo
cuenta de las estrechas relaciones de los seres vivos entre ellos y con el ambiente.
Se trata de una bioética global que intenta superar la orientación antropocéntrica
del pensamiento ético de occidente. En este caso se suele dividir la bioética:
bioética humana, bioética animal, bioética ambiental.

2. El segundo planteamiento se restringe al estudio de la bioética dentro de la vida


humana y en las intervenciones sobre la vida humana con la tendencia a centrarse
en los problemas médicos lo que puede llevar a confundirla con la ética médica.
Presta especial atención a los problemas que surgen con motivo del desarrollo de
la biomedicina.

La bioética como saber práctico

Se llama saber práctico en el sentido de que estudia una práctica humana: las
intervenciones en el campo de las ciencias de la vida y de la salud, e individua los criterios
éticos con el fin de orientarlas. También cuando aborda problemas como la
sustentabilidad, o la ecología, se está refiriendo a acciones a llevar a cabo o a evitar, pero
no sólo a las teorías.

En este sentido algunos hablan de que no se trata de una nueva ética sino de un sector
de la ética. En este sentido Scarpelli la define como “la parte de la ética que tiene por
objeto los actos humanos concernientes a la vida física”.

Teniendo presente los tres niveles del discurso ético es decir el meta-ético, el
teórico normativo y aquel aplicativo parece posible definir la bioética como una ética
aplicada que deriva de la aplicación de de una teoría ética con sus fundamentos con su
sistema normativo a un ámbito preciso de la actuación humana: el de la salud y el de la
vida.

Se entiende por meta-bioética la investigación filosófica que se interesa no de los


problemas de la bioética sino de los problemas sobre la bioética.

En bioética, se pueden distinguir tres niveles de reflexión articulados entre ellos:


la bioética general, que se ocupa de las cuestiones preliminares y fundadoras de tipo
meta bioétics (modelos antropológicos, teorías éticas, elaboración de normas...),
la bioética especial, que estudia los problemas singulares (eutanasia, fecundación artificial,
aborto...), y la bioética clínica, que discuten los casos particulares que pueden darse a
nivel del enfermo.

El método bioético

El método de la bioética es un método interdisciplinar y triangular.

Interdisciplinar porque en ella intervienen elementos que provienen de la ciencia, de la


filosofía, del derecho, de la economía y de otras ciencias. Es necesaria una integración de
todas estas perspectivas y un ensamblaje que ofrezca una visión unitaria del objeto de
estudio. En este sentido siempre hemos admirado la llamada “unidad del saber” y al
mismo tiempo la “autonomía de las ciencias” [6].

Al decir triangular nos referimos a lo sugerido por E. Sgreccia en 1985 [7].

Dicho método, aplicado ya por numerosos autores, y enriquecido con aportaciones que
ofrecen matices, se ha demostrado eficaz, ordenado y respetuoso de todos los ámbitos
del saber. Consiste en lo siguiente:
 En un primer momento se estudia el problema teniendo en consideración
lo aspectos científicos y médicos. ¿Qué se hace? ¿Qué técnicas y medios se
utilizan? Es importante conocer la realidad antes de penetrar su significado. Por
ejemplo, si tenemos que estudiar las técnicas de reproducción artificial
analizaremos las distintas técnicas, medios utilizados, la técnica en sí misma, sus
resultados y estadísticas.

 En un segundo momento reflexionamos acerca de las implicaciones


antropológicas y éticas, es decir, lo que esa determinada técnica supone para el
hombre y para las generaciones futuras.

 En tercer lugar trataremos de encontrar una solución práctica, tanto en su


vertiente clínica como en aquella jurídica, en la cual, en muchos casos, hay vacíos
legales.

CORRIENTES EN BIOÉTICA

En la bioética contemporánea encontramos una amplia gama de teorías que varían


debido a razones circunstanciales, a tradiciones filosóficas distintas o simplemente a
intereses económicos. Analizaremos brevemente cuáles son las más significativas o las
que mayor influencia han tenido en debate bioético .
[8]

Principialismo

El Principialismo surge en el año 1979 cuando dos norteamericanos, T. L. Beauchamp y J.


Childress, que habían formado parte la Comisión que elaboró el Informe Belmont,
hablaron por primera vez de los principios que debían regir la toma de decisiones en
bioética en su volumen Principles of biomedical ethics.

Estos cuatro principios, que constituyen el núcleo teórico de la llamada bioética


principialista, son:

 Principio de autonomía

 Principio de no maleficencia

 Principio de beneficencia
 Principio de justicia

“Un principio de respeto a la autonomía requiere que las personas estén capacitadas para
ordenar sus valores y creencias y para actuar sin intervenciones controladoras de otros.
Incluso si existe un riesgo que a los demás les pueda parecer temerario, este principio
exige la no interferencia y el respeto a las opciones autónomas de otras personas. Por
ejemplo, los pacientes autónomos e informados tienen derecho a decidir que la
intervención médica para evitar la muerte es inaceptable; estos pacientes tienen derecho
a negarse a seguir siendo tratados, incluso a una muerte segura. Sin embargo, dichos
derechos no siempre tienen una autoridad absoluta, y por ello pueden, en principio,
encontrarse razones que justifiquen una intervención”.

La propuesta de Beauchamp y Childress predominó hasta los años noventa en que


Clousert y Gert publicaron un artículo en el que criticaban el principialismo. La razón
fundamental de la crítica era que no ofrecían una tabla de principios jerárquica y
convincente. A raíz de las críticas los autores modificaron su obra. No obstante, les han
dirigido otras críticas, como por ejemplo, la ausencia de una teoría antropológica que
sustente los principios y que ofrezca una posible vía de solución en caso de conflicto entre
dos principios.

Principialismo moderado de Diego Gracia

Diego Gracia expone su teoría a partir de su volumen Fundamentos de Bioética.

Que acabará de desarrollar en Procedimientos de decisión en ética clínica .

Este autor, Catedrático de Bioética en la Universidad Complutense de Madrid, es el que


más influencia ha tenido en España y en países de habla hispana. Jerarquiza los principios
distinguiendo dos de rango superior (no-maleficencia y justicia) y dos de rango inferior
(beneficiencia y autonomía). No dedica espacio a la fundamentación antropológica y la
mayoría de sus alumnos optan por una ética de carácter deliberativo, en algunas
ocasiones arbitraria, conflictiva y en gran parte llegan a conclusiones relativistas.

Utilitarismo y funcionalismo

Es un planteamiento de raíz empirista, materialista y basado en las teorías de Bentham y


Stuart Mill. Considera que es bueno aquello que produce el mayor bienestar y beneficio
para el mayor número de personas. Se realiza un cálculo costo-beneficio y el resultado
práctico es lo que se decide.
Generalmente está asociado a la visión funcionalista, como la de P. Singer: para Singer el
fundamento del ser persona es la capacidad de tener conciencia, por lo tanto, hay una
distinción entre ser humano y persona. Sería ser humano todo ser vivo de la
especie homo sapiens sapiens, mientras que sería persona sólo aquel ser humano capaz
de realizar actos de razón. Esto significa que ni el embrión, ni el feto, ni el anencéfalo, ni
el individuo en coma, ni el enfermo con grave discapacidad, son personas. Esta
concepción antropológica, seguida de un razonamiento meramente pragmático, hace
que la posición de Singer derive hacia posiciones liberales en las que está permitida la
eugenesia, la eutanasia, el aborto, entre otros.

Contractualismo

Sigue la tradición empirista y hobbesiana, y ante la imposibilidad de llegar a una ética


universal, la única posibilidad remanente es el consenso y el contrato social en bioética.
El autor más representativo de esta posición es H.T. Engelhardt jr. Para él la única fuente
de autoridad es el consenso pues cualquier otra argumentación es débil y no hay
posibilidad de establecer principios de carácter universal.

Ética de mínimos

Es una forma del contractualismo de Engelhardt. Se basa en el mismo supuesto: ante la


imposibilidad de establecer principios con validez universal, sólo nos queda acordar una
“ética de mínimos” que todos compartamos y que sea el fundamento de la convivencia.

En lengua castellana, la autora más importante de esta corriente es Adela Cortina en la


Universidad de Valencia, con ella Victoria Camps en la Universidad Autónoma de
Barcelona y Javier Sádaba en la Universidad Autónoma de Madrid. Algunos ven que uno
de los límites de esta posición es el de reducir la ética a política, es más, sustituir la ética
con la política haciendo que la ética permanezca en el ámbito de lo privado y la política
(mínimos) en lo público.

Ética del cuidado

Teoría que encuentra su fundamento en la filosofía fenomenológica y que ha sido


desarrollada por numerosas autoras como la psicóloga feminista C. Gilligan. Está
inspirada en las obras del filósofo francés P. Ricoeur y en el pensamiento de matriz
fenomenológica y dialógico. Centra su atención en la categoría del cuidado, con
excelentes resultados, pero necesita también una concepción antropológica que oriente
la acción. Consideramos que el pensamiento fenomenológico y dialógico puede
enriquecer enormemente la reflexión bioética introduciendo categorías como la relación,
la empatía y la alteridad.

Ética narrativa

Descrita fundamentalmente por H. Brody. Para él la ética clínica es un diálogo o síntesis


entre los “principios recibidos, colectivos” y las “particularidades de cada persona, la
historia que narra”. No tiene fundamentación antropológica y ética, es relativista y
subjetiva.

Bioética casuística

La casuística en bioética se disocia, al menos en parte, de aquella clásica que trataba de


aplicar los principios a casos concretos. No es un método deductivo, sino con expresión
de Carson Strong, una propuesta basada en casos (case-based approach), donde el
argumento se desarrolla comparando el caso en estudio con un paradigma. De esta
comparación emergen ciertos factores morales relevantes (casuistic factors), que variarán
de un caso a otro. Su resultado, como el de toda casuística, no es una certeza: siempre
queda abierto a la valoración de nuevos factores. La conclusión será mejor o peor,
dependiendo de lo plausible de su comparación con el caso paradigmático. Este modo
de razonamiento no pretende resolver todos los casos morales que aparecen en ámbito
médico, pero sí supone una buena ayuda en la mayoría de ellos.

En algunos se llegará simplemente a la conclusión de que no se ha hallado un paradigma


adecuado, o que son varios los que podrían tomarse en consideración.

La casuística en bioética clínica aparece por tanto como reacción a un modo deductivista
de resolver los casos concretos de la vida moral. Este es el punto de partida del artículo
de Strong apenas citado, que recoge una de las conclusiones del libro de Jonsen y
Toulmin: el conocimiento moral es esencialmente particular, y no se obtiene por
deducción.

Este método casuista para la bioética está íntimamente relacionado con el procedimiento
utilizado en ámbito judicial, y es por ello que en los textos de bioética, sobre todo los de
producción norteamericana, no sea sencillo separar las cuestiones que pertenecen al
ámbito legal de aquellas propiamente morales. Annas explica que en Estados Unidos, al
no tener un ethos común donde apoyar los juicios morales, la ley cumple de algún modo
esa función. Aunque sostiene justamente que se trata de dos campos distintos. En algunos
casos podría parecer incluso que la ley estuviera por encima de la moral, pues sería
aquélla y no ésta quien tendría la última palabra. Recuérdese, por ejemplo, que en Estados
Unidos, la práctica del aborto comenzó a considerarse legal (y para muchos también
moral), a partir de la sentencia de un tribunal.

En su breve camino dentro del ámbito bioético la casuística ha dado origen a varios
modelos de resolución de problemas. Como alternativas a la propuesta de Jonsen
podemos destacar los trabajos de Brody y Strong. También son de interés los escritos
de Arras, aunque quizá no pueda considerarse estrictamente un casuista. El mismo año
de la publicación del libro de Jonsen y Toulmin apareció otro de Baruch A. Brody, Life and
Death Decision Making, en el que propone una “casuística pluralista”

Personalismo con fundamentación ontológica

Desde los años 80 se ha desarrollado una corriente, cuyo iniciador –Elio Sgreccia -
denomina “personalismo bioético con fundamentación ontológica”. Dicha corriente se
contrapone a las anteriormente expuestas o las complementa, como en el caso de la
teoría del cuidado y la bioética narrativa.

Es una síntesis entre la filosofía realista clásica y algunos elementos de la fenomenología


contemporánea personalista. El núcleo de su filosofía –de raigambre aristotélico-tomista-
consiste en afirmar que la persona es unión sustancial de alma y cuerpo, de corporeidad
y alma metafísica y espiritual, y basándose en los datos de la ciencia afirma que existe el
ser humano y la persona desde el momento en que empieza a existir su cuerpo, es decir,
desde el momento de la fecundación.

Teniendo una base antropológica, el personalismo metafísico u ontológico, infiere


algunos principios que podrían servir como orientación en el obrar práctico: respeto de
la vida física, principio terapéutico, libertad-responsabilidad y justicia solidaridad.

También cabe destacar la relevancia que tiene en esta corriente el concepto de naturaleza
humana entendida como una realidad que no es meramente empírica. En este
planteamiento se enfrenta a un relativismo que concibe la naturaleza humana como algo
puramente empírico. De ahí la visión de Hume, Hobbes, Stuart Mill o Bentham, origen de
las bioéticas relativistas o contractualistas. Plantea que sólo recuperando el concepto de
naturaleza humana teleológica y finalizada será posible salvaguardar la intrínseca
dignidad permanente y constante en los cambios accidentales de la persona humana.

Destinatarios de la bioética

Aunque en un principio se consideró que los destinatarios eran los médicos o el personal
biosanitario, cada vez más, y actualmente, se tiene conciencia de que los destinatarios
son toda la sociedad.

La toma de decisiones sobre cuestiones con aspectos bioéticos deben ser asumidas por
las personas implicadas, y con frecuencia por las sociedades involucradas en el resultado
de esas cuestiones.

Además se debe tener como referencia no sólo las generaciones actuales sino también la
repercusión que en el entorno actual, y en la herencia que trasmitimos para las
generaciones futuras.

Relación con disciplinas afines

Bioética y ética médica

La medicina es de las pocas profesiones que desde su comienzo se ha interrogado sobre


el buen o mal hacer profesional con una perspectiva ática. Bastaría recordar el
famoso Juramento hipocrático que todavía se utiliza en muchos casos como normativo
de la profesión médica.

También a lo largo de la historia los médicos han prescrito diversos códigos de conducta
profesional. En la medicina contemporánea, desde el año 1847 la Asociación Médica
Americana lleva publicando su Código de ética médica, y otras instituciones han
elaborado sus propios Códigos de ética médica.

La bioética no es ajena a la ética médica. En ocasiones se trata de abordar las mismas


cuestiones, por ello pueden llegar a confundirse una con otras. Sin embargo la bioética
abarca más cuestiones que las meramente médicas, y con frecuencia las aborda juntando
profesionales de diversas áreas, y por tanto, con un carácter multidisciplinar.

Bioética y deontología médica


La deontología médica se define como el estudio de todas aquellas reglas de
comportamientoque el médico debe observar para mantener su propia honorabilidad y
el prestigio de la clase médica.

Se entiende que las profesiones –cada vez más especializadas– han de garantizar la
calidad en la prestación del correspondiente servicio. Para ejercer ese control de calidad
se instituyen colegios profesionales que elaboran códigos de buenas prácticas. Se procura
acreditar así los servicios profesionales por la capacidad técnica específica exigible al
profesional, por una digna retribución de honorarios profesionales, por el establecimiento
de criterios para el acceso, la formación continuada y la promoción dentro de la carrera
respectiva, etc.

En el fondo, se trata de ofrecer un respaldo corporativo al ejercicio decoroso, y garantizar


la buena imagen de la profesión ante los clientes y la sociedad. Se establecen para ello
mecanismos de control deontológico, como los antiguos tribunales de honor, encargados
de prevenir malas prácticas, e incluso pomoviendo la separación de la profesión para
quienes las ejercitan.

Bioética y derecho

Los progresos de la ciencia han producido situaciones nuevas frente a las cuales reglas
de comportamiento y leyes han quedado desfasadas e insuficientes. Se han producido
nuevos problemas y también nuevos enfoques de los antiguos problemas.

La Bioética tiende al reconocimiento de la pluralidad de opciones morales presentes en


las sociedades actuales, propugnando la necesidad de establecer mínimos acuerdos. Los
procedimientos que permitan decisiones consensuales tienen una importancia
fundamental. Si no hay acuerdo, el Derecho deberá establecer los límites de lo permitido;
de ahí deriva la estrecha relación entre Bioética y Derecho, entendido como norma de
conducta que emana de la voluntad de todos.

Unir las nociones de Bioética y Derecho es importante, no para juridificar a la primera,


sino para entender los valores constitucionales y los "principios generales de las naciones
civilizadas" como acuerdo mínimo: a la luz de la Declaración de Derechos Humanos y de
las demás declaraciones internacionales y convenios que forman parte de nuestro acervo
común. Los Derechos Humanos constituyen a la vez la base jurídica y el mínimo ético
irrenunciable sobre los cuales se asientan las sociedades democráticas.
BIBLIOGRAFÍA

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https://es.wikipedia.org/wiki/Bio%C3%A9tica

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