Año XXXVI • Número 8631 • Viernes, 23 de octubre de 2015 www.diariolaley.

es
WOLTERS KLUWER ESPAÑA, S.A. no se identifica necesariamente con las opiniones y criterios vertidos en los trabajos publicados.

Tribuna Tribuna sumario

Las presunciones en el Acerca del impuesto ■ Doctrina
proceso civil por incremento de valor El procedimiento de
de terrenos consignación judicial
10 19 en la Ley de
la Jurisdicción
Voluntaria
de 2 de julio de 2015
Jesús SEOANE
CACHARRÓN 1
DOCTRINA ■ Tribuna
Las presunciones en
LA LEY 6028/2015 el proceso civil
Daniel ENRICH GUILLÉN 10
El procedimiento de consignación judicial Acerca del impuesto
por incremento de
en la Ley de la Jurisdicción Voluntaria valor de terrenos de
naturaleza urbana
David GARCÍA VÁZQUEZ 15
de 2 de julio de 2015 Los delitos leves
tras la reforma
introducida en el
Jesús SEOANE CACHARRÓN Código Penal por LO
Doctor en Derecho. Letrado de la Administración de Justicia 1/2015
Beatriz ORDUÑA
Profesor Asociado de la Universidad de Salamanca (*) NAVARRO 17
■ Jurisprudencia
Los grandes Juristas, que han intervenido en la preparación y en la redacción del Código Civil No se aplican las
reglas de pago del
de 1889, han creído que en los arts. 1176 a 1181 del Código Civil se recogían los supuestos y artículo 176 bis 2 LC
los requisitos sustantivos de la consignación y un procedimiento de jurisdicción voluntaria sin si al momento de
reclamar el crédito
necesidad de regularlo en la Ley de Enjuiciamiento Civil. Con la Ley de Jurisdicción Voluntaria se la administración
crea un procedimiento específico de consignación moderno y con todas las garantías, que viene concursal no ha
comunicado la
a recoger las inquietudes de todos los operadores jurídicos. insuficiencia de la
masa activa 23

Exención del IBI para

un edificio del siglo
XX no declarado de
I. LA MODERNA CONFIGURACIÓN na por los curiales durante mas de una generación, interés cultural, al
DE LA CONSIGNACIÓN COMO UN quien sostenía que con esas normas de naturaleza estar inserto en un
ACTO DE JURISDICCIÓN VOLUNTARIA procesal se podía ordenar el procedimiento judicial Conjunto Histórico 23
de consignación en las siguientes fases: Solicitud y

E
l procedimiento de jurisdicción voluntaria
no aparece en la Ley de Enjuiciamiento civil
porque se ha entendido que estaba implícito
en el contenido de los arts. 1176 a 1181 del Código
Civil (en adelante CC), en los que junto a normas de
derecho sustantivo existían otras de carácter pro-
cesal que se podían considerar como de jurisdicción
voluntaria, bastando con la aplicación de los arts.
1811 a 1824 (Disposiciones Generales del Libro III)
de la LEC de 1881 para completar aquellos.
Así lo interpretó la doctrina dominante y la prác-
tica en los tribunales españoles según CASTAN
TOBEÑAS. Destacando la opinión del prestigioso
Secretario Judicial BIEVENIDO GONZÁLEZ POVE-
DA, cuya monografía ha sido de consulta cotidia-
depósito de la cosa debida; acreditación del ofre-
cimiento de pago y anuncio de la consignación;
notificación de la consignación a los interesados;
la resolución del Juez en caso de pasividad del deu-
dor; la aceptación de la consignación por éste; y el
desistimiento del deudor.
Al fin el Gobierno, con un retraso de 5 años para
Audiencia Provincial
cumplir la previsión de la disposición final decimoc-
tava de la Ley de Enjuiciamiento Civil del año 2000,
lasentenciadeldía
presentó un proyecto de Ley de Jurisdicción Vo- Determinación de la ley
luntaria el 27 de octubre de 2006, que fue retirado aplicable en materia
de ejecución tras la entrada en
por el Gobierno estando en trámite en el Senado. vigor de la LO 1/2015
El 1 de agosto de 2014 el Gobierno presentó un de reforma del CP
nuevo proyecto de Ley de Jurisdicción Voluntaria,
que felizmente fue aprobado por ambas Cámaras Ponente: De Rosa Torner,
Fernando Pascual 14

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OPINIÓN
a falta de la regulación procesal de la consignación ha hecho surgir un procedimiento basado en el contenido mixto de

L los arts. 1176 a 1181 del Código Civil de 1889 y así se ha mantenido hasta la publicación de la reciente Ley de Jurisdicción
Voluntaria.

La doctrina, la jurisprudencia del Tribunal Supremo y la práctica forense fueron construyendo un procedimiento de consignación
judicial lleno de interrogantes en cuanto los requisitos procesales que, aunque no fueron muchos los trabajos de investigación
científica en esta materia, crearon muchas inquietudes en los operadores jurídicos de nuestro país con posturas contradictorias.

Con la publicación de la nueva Ley Enjuiciamiento Civil de año 2000, que optó por sacar fuera la jurisdicción voluntaria, a la vista
de los Anteproyectos y Proyectos de Ley de Jurisdicción Voluntaria que se han sucedido desde el año 2005, surgieron sendos
trabajos sobre el procedimiento de consignación judicial que, no dudamos han contribuido positivamente en la elaboración de
un texto moderno, en línea con las legislaciones más avanzadas de nuestro entorno cultural, pero sin confiar plenamente en el
Letrado de la Administración de Justicia como lo han hecho en Alemania en la Ley de 5 de noviembre de 1969 (HABSCHEID y
PRIETO CASTRO) .

La Ley de Jurisdicción Voluntaria, en cuanto a la competencia del Letrado de la Administración de Justicia, se ha apartado de
los anteproyectos y proyectos anteriores, reservando, sin ninguna justificación, al Juez la comparecencia y la resolución del
expediente de consignación judicial en el supuesto de que se solicite el mantenimiento de la consignación, siendo devaluado
injustificadamente.

Esperamos que la experiencia de la práctica forense mueva a los Poderes del Estado a modificar la Ley de Jurisdicción Voluntaria
fortaleciendo las competencias del Letrado de la Administración de Justicia, por el bien de los ciudadanos.

Legislativas y se publicó en el Boletín Oficial
del Estado de 3 de julio de 2015. Como dice
la notario BARRIO DEL OLMO, es una Ley
largamente esperada que trae importantes
ventajas sociales con la alternatividad, frente
a la exclusividad predominante en el proyecto
del Gobierno.
En la Ley de Jurisdicción Voluntaria (en ade-
lante LJV) se regula un procedimiento deno-
minado «De la consignación» en el capitulo
II, del título V (arts. 98 y 99), atribuyendo
en todo caso la ordenación del procedimien-
to al Secretario Judicial y las resoluciones
definitivas, salvo la que se reserva al Juez
en el supuesto de que el deudor inste el
mantenimiento de la consignación, lo que
supone una devaluación del Secretario Ju-
dicial y un retroceso a la modernización de
la institución.
A su vez esta Ley, en su disposición final
primera, modifica los arts. 1176, 1178 y
1180 del CC impulsando la modernización
de la consignación en línea con la doctri-
na mayoritaria, el Derecho Extranjero mas
avanzado y la jurisprudencia del Tribunal
Supremo, delimitando con mas claridad los
presupuestos y los requisitos de la consig-
nación, poniendo en armonía los aspectos
sustantivos y procesales, como base de su
regulación en la LJV.
Además admite la competencia compartida
de la consignación notarial, en régimen de al-
ternatividad, en el vigente art. 1178 del CC,
regulada en el art. 69 de la Ley del Notariado
de 1862, en el expediente «Del ofrecimiento
de pago y la consignación». Esta consigna-
ción, a juicio del Informe del Consejo General
del Poder Judicial de 26 de febrero de 2014,
redundará en su ineficiencia en relación con
la consignación judicial ya que carece de una
segunda fase, como la del art. 99.4 de la LJV
para el supuesto de que el promotor inste el
mantenimiento de la consignación.
Con la LJV se ha dado un paso muy impor-
tante en cuanto a la consignación, ya que,
como señala FERNÁNDEZ DE BUJÁN (del que
se ha dicho en el Congreso de los Diputados
que era «el alma mater del texto legislati-
vo», «el padre de la jurisdicción voluntaria» y
«defensor de la alternatividad»), hasta ahora
se conformaba como una institución clásica
de Derecho Civil que, regulada en el CC, ha
permanecido inalterable hasta nuestros días,
siendo objeto de una insuficiente atención
por parte de nuestra doctrina que contrasta
con la que ha tenido en otros países de nues-
tro entorno (Alemania, Francia e Italia), de tal
forma que se conforman como los mejores
sistemas de reforma en la materia . Sobre la
legislación de la consignación en Alemania,
Francia e Italia hay que destacar los estudios
de CANO HURTADO y MARTÍNEZ DE MO-
RENTIN LLAMAS.
Desde ahora se acaba la discusión doctrinal
sobre la naturaleza jurídica de la consignación
judicial. Es un acto de jurisdicción voluntaria,
regulado en la LJV.
La propia LJV en su exposición de motivos (II,
párrafo último) viene a reconocer esas ansias
modernizadoras al decir que «La Ley de Juris-
dicción Voluntaria aprovecha la experiencia
de los operadores jurídicos y la doctrina ema-
nada de los tribunales y de los autores para
ofrecer al ciudadano medios efectivos y sen-
cillos, que faciliten la obtención de determi-
nados efectos jurídicos de una forma pronta y
con respeto de todos los derechos e intereses
implicados». Esa finalidad modernizadora se
ha hecho efectiva, sin duda, en la regulación
del expediente de consignación.
El proceso de modernización del procedi-
miento de la consignación judicial se inició en
el Anteproyecto de Ley de Jurisdicción Volun-
taria de la Ponencia de la Comisión General
de Codificación de octubre de 2005, de la que
tuve el honor de formar parte como vocal,
en el que se regula la consignación judicial
(Capítulo II, del título VI, arts. 166 a 170) con
atribución de la competencia exclusiva al Se-
cretario Judicial, criterio que se mantuvo en
el Proyecto de Ley de Jurisdicción Voluntaria
de 27 de octubre de 2006 (Título VI, Capítulo
II, arts. 125 a 127) . La limitación de la compe-
tencia resolutoria de los Letrados de la Admi-
nistración de Justicia en la Ley de Jurisdicción
Voluntaria de 2 de julio de 2015 supone un
retroceso en aquel proceso de modernización
que puede afectar a la agilización del procedi-
miento, posiblemente porque el legislador ha
pretendido equiparar los efectos de las reso-
luciones del Letrado de la Administración de
Justicia y las del Notario, sin tener en cuenta
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que las resoluciones de aquel gozan de la
tutela judicial efectiva del art. 24 de la CE
mediante el recurso de revisión ante el Juez
y están amparadas por el art. 117.4 de la CE.
A esta modernización ha contribuido eficaz-
mente el Colegio Nacional de Secretarios
Judiciales sobre todo desde el año 1987,
fecha de su ingreso en la Unión Europea de
Secretarios Judiciales (EUR), culminando con
el I Encuentro de Fedatarios Públicos (Secre-
tarios Judiciales y Notarios) celebrado el 27
de marzo de 2014, en el que hemos tenido el
honor de intervenir.
Agradecemos a un Grupo Parlamentario que,
tomando en consideración una propuesta
nuestra, ha presentado una enmienda técni-
ca, admitida por Senado sobre la unificación
de los términos deudor, proponente y con-
signatario por el de «promotor» en el art.
99 de la LJV, que evitará serios problemas de
interpretación.
II. CAMBIO DE NOMBRE
DEL SECRETARIO JUDICIAL
En este trabajo y en los textos legales cam-
biamos el nombre de Secretario Judicial por
el Letrado de la Administración de Justicia,
introducido por la Ley Orgánica de reforma
de la LOPJ de 21 de julio de 2015. Este cam-
bio ha sido solicitado por el Colegio Nacional
de Secretarios Judiciales desde el año 1987
(«Letrado de Justicia»), siendo nosotros Pre-
sidente, y viene a recoger una aspiración his-
tórica para la modernización y prestigio de la
profesión, como pone de manifiesto nuestro
compañero Jaime FONT DE MORA RULLAN
en un magnifico trabajo sobre el tema.
III. ÁMBITO DE APLICACIÓN
En el art. 98.1 de la LJV, se establece que «Se
aplicará lo dispuesto en ese capitulo en los
casos en que, procediendo la consignación
conforme a la Ley, se realice ante el órgano
judicial».
El precepto nos presenta una interpretación
extensiva y hace que se pueda aplicar a todos
los supuestos en que se faculte la consigna-
ción. Es por tanto un procedimiento abier-
to a todo tipo legal de consignación en los
ámbitos civil y mercantil, siempre que no se
produzca en un proceso contencioso, por im-
perativo del art. 1.2 de dicha Ley.
La consignación judicial se regula con carácter
general en la Sección 1.ª: «Del ofrecimiento
de pago y de la consignación», del Capitulo
IV: «De la extinción de las obligaciones», del
Título I: «De las obligaciones», del Libro IV
del CC (arts. 1176 a 1181), en una doble ver-
tiente sustantiva y procesal .
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Siguiendo a GONZÁLEZ POVEDA podemos
definir a la consignación judicial como un
procedimiento puesto por la ley a favor del
deudor para liberarse de una obligación me-
diante la puesta a disposición de la autoridad
judicial de la cosa debida en determinadas cir-
cunstancias, cuando el acreedor no quiere o
no puede recibirla.
Desde el punto de vista sustantivo, a pesar de
las distintas posiciones doctrinales expues-
tas por CANO HURTADO, es evidente que
la consignación judicial aparece sin lugar a
dudas regulada como un medio de extinción
de las obligaciones similar al pago ya que el
deudor lo que pretende es obtener una reso-
lución liberatoria del pago.
Desde el punto de vista procesal, según
GONZÁLEZ POVEDA, la consignación ju-
dicial ha sido considerada por la doctrina
dominante como un acto de jurisdicción
voluntaria; ahora con su regulación en ca-
pítulo II del Título V de la Ley de Jurisdic-
ción Voluntaria nadie puede dudar de esta
naturaleza.
Señala CANO HURTADO que, según la doc-
trina mayoritaria, pueden ser objeto de con-
signación tanto las cosas muebles como las
inmuebles por obligaciones de dar y de hacer
(salvo las personalísimas); por el contrario no
cabe en las de no hacer, dadas sus caracte-
rísticas.
Entendemos que este procedimiento, ade-
más de lo previsto con carácter general en el
art. 1176 del CC, se aplicará a supuestos que
hasta ahora se ponían en duda por la doctri-
na, como señala GONZÁLEZ POVEDA, tales
como: El de las reglas 4.ª y 6.ª de art. 175 del
Reglamento Hipotecario, el del art. 48 de la
Ley Cambiaria y del Cheque, el del art. 20
de la Ley del Contrato de Seguro (salvo que
existiera proceso civil o penal), el del art. 18
de la Ley de Propiedad Horizontal y el del art.
1776 del CC.
IV. COMPETENCIA
El art. 98.2 de la LJV establece que «será
competente el Juzgado de Primera Instancia
correspondiente al lugar donde deba cum-
plirse la obligación y, si pudiera cumplirse
en distintos lugares, cualquiera de ellos a
elección del solicitante. En su defecto, será
competente el que corresponda al domicilio
del deudor».
La competencia objetiva corresponde al
Juzgado de Primera Instancia (órgano com-
puesto por el Juez y el Letrado de la Admi-
nistración de Justicia) conforme a lo estable-
cido en el art. 99 de dicha Ley, en el que se
atribuyen al Letrado de la Administración de
Justicia todas las resoluciones a excepción del
3
supuesto de que el promotor instara el man-
tenimiento de la consignación, en cuyo caso
la resolución definitiva corresponderá al Juez
(apartado 5 de dicho artículo) . Entendemos
que esta última resolución también debería
atribuirse al Letrado de la Administración de
Justicia, como se hacia en el Anteproyecto de
Ley de Jurisdicción Voluntaria de la Ponencia
de la Comisión de Codificación de octubre de
2005 en la que tuve el honor de formar par-
te, como vocal, con el maestro en la mate-
ria FERNÁNDEZ DE BUJAN y el Notario DE
PRADA GONZÁLEZ, grandes defensores de
las competencias de los Secretarios Judiciales
y la alternatividad con los Notarios y Regis-
tradores.
En cuanto a la competencia territorial esta-
blece un fuero principal y dos subsidiarios.
El fuero principal es el del lugar del cumpli-
miento de la obligación. Los subsidiarios son,
por este orden, el de cualquiera de los luga-
res cuando la obligación pudiera cumplirse
en distintos lugares y, en su defecto, el que
corresponda al domicilio del deudor.
Sobre el lugar del cumplimiento de la obliga-
ciones, señala GONZÁLEZ POVEDA que ha-
brá de tenerse en cuenta el art. 1171 CC, como
afirmó la sentencia del Tribunal Supremo de
17 de marzo de 1945.
El Letrado de la Administración de Justicia,
conforme al art. 16.1.2 y 3 de la LJV, exa-
minará de oficio la competencia objetiva y
territorial.
V. LEGITIMACIÓN ACTIVA
Con la nueva redacción del art. 1178 del CC
queda claro que la legitimación activa corres-
ponde al deudor o a un tercero, poniendo fin
a la polémica doctrinal sobre la legitimación
del tercero, como pone de manifiesto CA-
NO HURTADO, siendo mayoritaria la que se
inclinaba en sentido positivo por aplicación
del art. 1158 del CC (entre otros cita a CRIS-
TÓBAL MONTES, BERCOVITZ y BELTRÁN
DE HEREDIA) para la que no ofrecía dudas el
hecho de que cualquier tercero que ofrezca
el pago correctamente genera la mora del
acreedor con independencia de cual sea la
actitud del deudor. ALEJANDRO Y TORRES,
mantiene la misma posición, alegando que la
consignación es considerada como una forma
de pago.
CANO HURTADO matiza la legitimación del
tercero. Si se trata de un tercero interesado,
estará siempre legitimado; por el contrario si
no es interesado tendrá la limitación del art.
1161 del CC, cuando se trate de obligaciones
de hacer personalísimas.
El tercero promotor se someterá a lo previsto
en el art. 1158 del CC.
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VI. LEGITIMACIÓN PASIVA
Según se deduce de los arts. 1176 y 1177
del CC estarán legitimados pasivamente no
solo el acreedor sino también los interesa-
dos en el cumplimiento de la obligación. En
este sentido se pronuncian MARTÍNEZ DE
MORENTIN LLAMAS y CANO HURTADO,
aunque afirman que ni la doctrina ni la juris-
prudencia son uniformes sobre este tema, se
muestran partidarios de una interpretación
extensiva.
Nosotros entendemos con CANO HURTADO
que entre los legitimados pasivamente hay
comprender al deudor o deudores cuando el
promotor sea un tercero y por tanto también
habrá que anunciarle la consignación como
persona interesada, al amparo del art. 1177.1
del CC.
En este sentido se pronuncian el art. 99.1 y
2, párrafo segundo, de la LJV, en el que se
establece que en todo caso el promotor de-
berá acreditar el anuncio de la consignación
al acreedor y demás interesados en la obli-
gación.
VII. POSTULACIÓN
Y REPRESENTACIÓN
Según el art. 98.3 de la LJV «para la actuación
en el presente expediente no será preceptiva
la intervención de Abogado ni Procurador».
VIII. REQUISITOS DE LA
SOLICITUD
En el art. 99.1 párrafo primero, señala los
requisitos que ha de reunir la solicitud del
promotor de la consignación, que son los
siguientes.
1.º Datos y circunstancias de identificación
de los interesados en la obligación a que se
refiera consignación.
2.º El domicilio o los domicilios en que pue-
dan ser citados dichos interesados.
3.º Las razones de la consignación.
El promotor habrá de ajustarse a lo prevenido
en el art. 1176 del CC y a las normas especia-
les en la materia.
4.º Todo lo relativo al objeto de la consig-
nación.
Entendemos, con CANO HURTADO, que el
promotor habrá de exponer y acreditar los
elementos objetivos y subjetivos de la obli-
gación: Clase de los bienes (dinero, muebles
o inmuebles), clase de las obligaciones (de
dar o de hacer, genéricas, facultativas o al-
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ternativas) y pluralidad de sujetos (obligacio-
nes mancomunadas o solidarias). Tratándose
de obligaciones de no hacer la consignación
carece de sentido, dadas sus características,
según la mayoría de la doctrina.
5.º Puesta a disposición del órgano judicial
de dicho objeto.
6.º Y lo que solicite en cuanto a su depósito.
Con relación a estos dos últimos requisitos el
promotor ha de indicar el lugar de la disposi-
ción de la cosa debida y, en su caso, solicitar
el depósito judicial.
Siguiendo a GONZÁLEZ POVEDA, además de
los requisitos indicados en dicho, el promotor
de la consignación habrá de hacer la petición
de que se admita a trámite la solicitud, que
se notifique el hecho de la consignación a los
interesados, que se acuerde la información
testifical procedente para acreditar determi-
nados supuestos o requisitos, que se declare
bien hecha la consignación mandando can-
celar la obligación principal y las accesorias
y se declaren los gastos de la consignación a
cargo del acreedor.
IX. ACREDITACIÓN DEL
OFRECIMIENTO DE PAGO,
DE LA NEGATIVA DEL ACREEDOR
A RECIBIRLO Y DEL ANUNCIO DE
LA CONSIGNACIÓN AL ACREEDOR
Y DEMÁS INTERESADOS EN LA
OBLIGACIÓN
En el art. 99.1, párrafo segundo se exige que
el promotor del expediente deberá acreditar
haber efectuado el ofrecimiento de pago, si
procediera y, en todo caso el anuncio de la
consignación al acreedor y demás interesados
en la obligación.
El ofrecimiento de pago ha de hacerse, salvo
en los casos previstos en los párrafos segun-
do y tercero de dicho artículo y otra norma
legal de la que se deduzca que no es nece-
sario. En la realización de este ofrecimiento
de pago han de cumplirse las normas de este
(arts. 1157 y ss. del CC), según previene el art.
1176.1 del CC.
En su caso, también habrá de acreditar los
supuestos en los que el ofrecimiento de pa-
go no es necesario conforme a la nueva re-
dacción del art. 1176.2 y 3 del CC (ausencia
del acreedor en el lugar donde el pago deba
realizarse, impedimento del acreedor para
recibirlo, interés de varias personas para re-
cibirlo, acreedor desconocido, extravío del
titulo que lleve incorporada la obligación y
cuando el cumplimiento de esta se haga mas
gravoso al deudor por causas no imputables
al mismo) o en virtud de otras disposiciones
legales aplicables a la consignación.
Además, como indica el art. 1176.1 del CC, re-
cogiendo la opinión de la doctrina dominante,
habrá que acreditar la negativa del acreedor,
sin razón, a admitir el pago en cualquiera de
las formas previstas en dicho artículo (nega-
tiva de manera expresa o de hecho, negativa a
otorgar el documento justificativo de haberse
efectuado o a la cancelación de la garantía,
si la hubiere).
El anuncio de la consignación al acreedor y a
los demás interesados es de obligatorio cum-
plimiento por exigencia del art. 1177, párrafo
primero del CC, en el se dice que «para que
la consignación de la cosa debida libere al
obligado, deberá ser previamente anunciada
a las personas interesadas en el cumplimien-
to de la obligación». ALEJANDRO Y TORRES,
afirma que este anuncio significa que el que
consigna avisa de que tiene el firme y decidi-
do propósito de verificar la consignación de
la cosa debida; añade que es mas serio que
el ofrecimiento de pago para que el acree-
dor recapacite sobre las consecuencias de la
consignación y destaca como este anuncio
produce otros importantes efectos, que a
su juicio han de producirse con carácter re-
troactivo al momento en que verifica, tales
como el relativo a los gastos de conserva-
ción, devengo de intereses o frutos, respon-
sabilidad de daños y perjuicios e incluso la
pérdida de la cosa depositada, con arreglo
al art. 1096 de CC. Opinamos que, cuando
el promotor sea un tercero, habrá que anun-
ciar la consignación al deudor, en calidad de
interesado en la obligación. El anuncio de la
consignación habrá que hacerse, en su caso,
a los codeudores y fiadores, a los que se re-
fiere expresamente el art. 1181 del CC. Esta
exigencia legal tiene que entenderse propor-
cionada sin que suponga para el deudor una
averiguación diabólica de quienes sean los
interesados.
Estas justificaciones, como señala GONZÁ-
LEZ POVEDA, se pueden hacer en cualquie-
ra de las formas admitidas en Derecho, no
mostrándonos conforme con MANRESA y
DE DIEGO que afirman que la justificación
ha de ser documental y la de los presupuestos
fehacientes. Pensamos que se pueden utilizar
diversos medios documentales (acta notarial,
acto de conciliación, fax, buro-fax o correo
electrónico) y, en todo caso se puede ofrecer
al Juzgado una información testifical.
X. ACREDITACIÓN DE LA PUESTA
A DISPOSICIÓN DE LA COSA
DEBIDA
En el art. 99.1, párrafo, tercero, se exige
al promotor que con la solicitud habrá de
efectuar la puesta a disposición de la cosa
debida, sin perjuicio de que posteriormente
pueda designarse depositario al propio pro-
motor.
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Esta exigencia viene determinada por el art.
1178 del CC de nueva redacción, en que se
establece que «la consignación se hará por el
deudor o por un tercero, poniendo las cosas
debidas a disposición del Juzgado o del Nota-
rio, en los términos previstos en la Ley de Juris-
dicción Voluntaria o en la legislación notarial».
La nueva redacción del art. 1178 del CC, al su-
primir del texto original el término depósito y
recoger como requisito de la consignación po-
ner las cosas debidas a disposición del Juzga-
do, en los términos previstos en la Ley de Juris-
dicción Voluntaria, viene a recoger el criterio
de la doctrina dominante indicada por CANO
HURTADO, que, a la vista de la redacción ori-
ginal de dicho precepto ya interpretaba que el
término depósito había que entenderlo como
la puesta a disposición de la cosa consignada,
lo que, además facilitaba la posibilidad de la
consignación de bienes que no fueran muebles
y muy especialmente de los inmuebles.
En el caso de que los bienes estén a dispo-
sición del Juzgado en alguna institución o
entidad pública o privada debe aportarse el
correspondiente resguardo.
GONZÁLEZ POVEDA y CANO HURTADO,
proponen unos criterios precisos para cum-
plir con la exigencia de puesta a disposición,
que en resumen son los siguientes:
1.º Tratándose de dinero, se ingresará en la
Caja de Depósitos y Consignaciones.
2.º Los títulos valores se entregarán en el
Juzgado.
3.º En cuanto a los demás bienes muebles
consistirá en ponerlos simplemente a dis-
posición del Juzgado, quien debe adoptar las
medidas que procedan, incluso nombrando
depositario al propio promotor.
4.º respecto a los inmuebles deberá el Juzgado
adoptar las medidas de administración y con-
servación que estime procedentes, tales como
entrega de llaves de edificios, nombramiento
de guarda, portero, depositario o administra-
dor, según los casos, aplicando las normas rela-
tivas al secuestro de los arts. 1785 y ss. del CC.
5.º Tratándose de obligaciones de hacer cuan-
do se conviertan en una obligación de dar se
aplicarán los criterios anteriores. En otro caso
bastará con que el deudor se ponga a disposi-
ción del Juzgado para realizarla como este le
señale y en el supuesto del art. 1598 del CC
procederá un informe pericial.
XI. ADMISIÓN DE LA SOLICITUD
PROMOVIENDO EL EXPEDIENTE
Según establece el art. 99.2, párrafo segundo,
de la LJV, se admitirá la solicitud si reúne los
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requisitos necesarios y el Letrado de la Admi-
nistración de Justicia notificará a los intere-
sados la existencia de la consignación, a los
efectos de que en el plazo de diez días retiren
la cosa debida o realicen las alegaciones que
consideren oportunas. Igualmente adoptará
las medidas oportunas en cuanto al depósito
de la cosa debida.
Estimamos que la forma de resolución será
la de diligencia de ordenación, interpretando
este apartado a contrario sensu del párrafo
primero de dicho artículo en el que para la
inadmisión se exige la forma de decreto.
Contra esta resolución cabrá recurso de repo-
sición ante el propio Letrado de la Adminis-
tración de Justicia en los términos previstos
en la LEC, conforme al art. 20.1 de la LJV.
El Letrado de la Administración de Justicia
tendrá que examinar si se cumplen los presu-
puestos y requisitos que exigen los arts. 1176,
1177 y 1178 del CC y de otras disposiciones
legales aplicables a la consignación (ofreci-
miento de pago o sus excepciones, negativa
del acreedor a recibir la cosa debida, descrip-
ción del objeto de la consignación, anuncio
de la consignación a los interesados y puesta
a disposición del juzgado de la cosa debida).
Nosotros entendemos, como lo hacía GON-
ZÁLEZ POVEDA, que el Letrado de la Admi-
nistración de Justicia, en su resolución, deci-
dirá sobre los siguientes extremos:
1.º Admisión a trámite la solicitud.
2.º Notificación a los interesados la existencia
de la consignación, que se hará con entrega
de la copia de la resolución de admisión y de
los documentos aportados.
5
Esta notificación se hará siempre, ya que es-
tablece imperativamente en el mencionado
artículo de la LJV y en el art. 1177.1 del CC.
Estimamos que en principio se hará a los
designados por el promotor, salvo que en la
documentación aportada aparezcan otros
interesados en la obligación.
GONZÁLEZ POVEDA indica como la doctri-
na dominante (SAEZ y LÓPEZ, DE DIEGO y
NART), califican este acto de comunicación
como un emplazamiento y, por tanto, lo so-
meten a los requisitos que se señalan en la
LEC. Su finalidad es facilitarles que puedan
comparecer en el expediente para ser oídos
y retirar la cosa debida.
3.º Adopción de las medidas oportunas en
cuanto al depósito de la cosa debida.
Estas medidas se adoptarán según la natura-
leza de los bienes objeto del depósito para su
conservación a disposición del Juzgado, como
hemos indicado en el apartado 9 de este tra-
bajo, pudiendo designar depositario al propio
promotor, conforme a lo prevenido en el art.
99.1, apartado último de esta LJV.
4.º Recibir información testifical a las perso-
nas designadas para acreditar los presupues-
tos y requisitos legales que se exigen para la
consignación judicial.
XII. INADMISIÓN DE LA
SOLICITUD PROMOVIENDO EL
EXPEDIENTE DE CONSIGNACIÓN
El art. 99.2, párrafo primero de la LJV, es-
tablece que «Si la solicitud no reuniera los
requisitos necesarios, el Letrado de la Admi-
nistración de Justicia dictará decreto que así
6 23 de octubre de 2015
lo declare y mandará devolver al promotor
lo consignado».
Como vemos la inadmisión se acuerda por
decreto, habida cuenta que se trata de una
resolución definitiva que pone fin al proce-
dimiento y es concordante con lo prevenido
en el art. 19.1 de la LJV.
Contra esta resolución se podrá interponer
recurso directo de revisión ante el Juez com-
petente, según lo previsto en el art. 20.2 de
la LJV en los términos previstos en la LEC.
En este caso, aplicando por analogía el art.
99.6 de la LJV, los gastos que se hayan ori-
ginado será de cuenta del promotor del ex-
pediente.
Una vez firme el decreto del Letrado de la
Administración de Justicia, se procederá a la
devolución de lo consignado al promotor del
expediente.
XIII. ACEPTACIÓN DE LA
CONSIGNACIÓN
El art. 99.3 de la LJV que, «cuando los intere-
sados comparecidos retirasen la cosa debida,
aceptando expresamente la consignación, el
Letrado de la Administración de Justicia dic-
tará decreto teniéndola por aceptada, con los
efectos legales procedentes, mandando can-
celar la obligación y, en su caso, la garantía,
si así lo solicita el promotor».
Por las mismas razones apuntadas en el
apartado anterior, contra este decreto cabrá
recurso directo de revisión ante el Juez res-
pectivo.
Este precepto hay que interpretarlo en con-
cordancia con el art. 1180 del CC que esta-
blece que «la aceptación de la consignación
por el acreedor o la declaración judicial de
que esta bien hecha, extinguirá la obligación
y el deudor podrá pedir que se mande can-
celar la obligación y la garantía en su caso.
Mientras tanto el deudor podrá retirar la cosa
o cantidad consignada, dejando subsistente
la obligación».
Este supuesto se dará cuando se retire por el
acreedor la cosa debida, aceptando expresa-
mente la consignación. GONZÁLEZ POVE-
DA, entiende que esta aceptación que para
algunos supone un allanamiento (opinión que
compartimos), no estará sujeta a ningún re-
quisito especial de capacidad ni de forma, no
precisando mas requisitos de capacidad que
los que el CC exige para aceptar el pago (arts.
1162 y sus concordantes). Precisa que, como
el acreedor puede disponer de su derecho
de crédito, la aceptación exime al Juez (hoy
Letrado de la Administración de Justicia) de
examinar si la consignación cumplió o no los
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requisitos y presupuestos exigidos por la ley
y únicamente deberá rechazar la aceptación
condicionada.
Según CANO HURTADO esta aceptación
podrá hacerse en cualquier momento antes
de que el deudor ejercite su derecho a retirar
lo consignado, señalando que, en todo ca-
so, con la aceptación de la consignación se
produce un doble efecto, el pago en sentido
estricto, con la liberación del deudor y la sa-
tisfacción del acreedor, siendo por tanto sus
efectos bilaterales . Añade que, en este caso,
el acreedor asumirá sus consecuencias des-
de el momento en que el deudor realizó la
consignación, es decir que se declarara bien
hecha con efectos retroactivos, al momento
de su realización material.
Los efectos de esta retirada por el acreedor
de la cosa debida están claramente recogidos
en los mencionados artículos de la LJV y del
CC que son los siguientes:
1.º Extinción de la obligación principal y de
las accesorias.
Según pone de manifiesto MARTÍNEZ DE
MORENTIN LLAMAS, la mayoría de la doc-
trina española y la jurisprudencia de las sen-
tencias del Tribunal Supremo, no hay duda
que los efectos de la consignación aceptada
por el acreedor equivalen al pago en sentido
estricto y por tanto se producirá una extin-
ción con eficacia retroactiva al momento del
depósito, pero no al del simple ofrecimiento
de pago y por tanto a partir de este momento
los riesgos de la cosa pasarán al acreedor.
2.º Cancelación de la obligación, a petición
del promotor
3.º Cancelación de la garantía, en su caso,
es decir si existiera, a petición del promotor,
librando al efecto los correspondientes man-
damientos.
4.º Mientras tanto, es decir hasta que real-
mente se retire la cosa debida, el promotor
podrá retirar la cantidad o la cosa debida,
dejando subsistente la obligación.
5.º Hacer entrega al acreedor de la cosa con-
signada.
6.º Los gastos de la consignación serán de
cargo del acreedor, por aplicación de lo es-
tablecido en el art. 99.6 de la LJV.
XIV. NO ACEPTACIÓN DE LA
CONSIGNACIÓN
En el art. 99.4, párrafo primero se establece
que «Si transcurrido el plazo no procedieran
a retirar la cosa debida, no realizarán ninguna
alegación o rechazarán la consignación, se dará
traslado al promotor para que inste, en el plazo
de cinco días, la devolución de la consignación
o el mantenimiento de la consignación».
Esta resolución deberá adoptar la forma de
diligencia de ordenación, contra la que po-
drá interponerse recurso de reposición ante
el propio Letrado de la Administración de
Justicia, conforme indicamos en el apartado
11 de este trabajo.
Ante la conducta de los interesados, de no
proceder a retirar la cosa debida, de no rea-
lizar ninguna alegación o, por el contrario
rechazaran la consignación, el Letrado de la
Administración de Justicia acordará dar tras-
lado al promotor para que inste, en el plazo
de cinco días, la devolución de la consigna-
ción o su mantenimiento, regulando las dos
alternativas, que serán objeto de los dos si-
guientes apartados de este trabajo.
La posición de los interesados rechazando
simplemente la consignación no supone la
formulación de la oposición a la consignación
en el sentido del art. 17.3, párrafo segundo, de
la LJV, sino que estaremos ante un supuesto,
señalado por FERNÁNDEZ DE BUJAN, de me-
ras manifestaciones o conductas contrarias
al fondo del asunto o a alguno de los pre-
supuestos procesales que no encajan en la
oposición de relevancia menor a la que, según
dicho autor, se refiere dicho artículo. A mayor
abundamiento hay que tener en cuenta que
la negativa del acreedor, sin razón, a recibir el
pago es un requisito de la consignación según
el art. 1176.1 del CC.
XV. SOLICITUD DE DEVOLUCIÓN
DE LO CONSIGNADO
El art. 99.4, párrafo segundo de la LJV, es-
tablece que «En el caso de que el promotor
solicitara la devolución de lo consignado, se
dará traslado de la petición al acreedor por
cinco días y si le autorizara a retirarlo, el Le-
trado de la Administración de Justicia dictará
decreto acordando el archivo del expediente
y el acreedor perderá toda preferencia que
tuviere sobre la cosa y los copromotores y
fiadores quedarán libres. Si la cosa fuere reti-
rada por exclusiva voluntad del promotor, el
archivo del expediente dejará subsistente la
obligación». Entendemos que el término co-
promotores se refiere a los codeudores, con-
forme a lo dispuesto en el art. 1181 del CC.
En la terminología de GONZÁLEZ POVE-
DA, nos encontramos con dos supuestos de
desistimiento: A) Uno con autorización del
acreedor y B) otro unilateral, por exclusiva
voluntad del promotor.
El Letrado de la Administración de Justicia,
en estos supuestos podrá que dictar cuatro
resoluciones:
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1.ª Una diligencia de ordenación, contra la
que cabrá el recurso de reposición, por las
razones apuntadas en el apartado 11 de este
trabajo, para dar traslado de la petición del
promotor por cinco días al acreedor para que
manifieste si autoriza a retirar lo consignado.
2.ª Un decreto para acordar el archivo del ex-
pediente si el acreedor autoriza al promotor
a retirar lo consignado.
3.ª Un decreto para archivar el expediente si
el acreedor no autoriza al promotor a retirar
lo consignado.
4.ª Y otro decreto si la petición de la retirada
fuera por voluntad exclusiva del promotor,
sin consentimiento del acreedor.
Contra estos decretos del Letrado de la Ad-
ministración de Justicia se podrá interponer
recurso directo de revisión ante el juez com-
petente, por las razones apuntadas en el apar-
tado 12 de este trabajo.
1. Supuesto de solicitud de retirada de lo
consignado, con autorización del acreedor
Esta retirada esta prevista en el art. 1181 del
CC, en que se establece que «Si hecha la con-
signación, el acreedor autorizase al deudor
para retirarla, perderá toda preferencia que
tuviere sobre la cosa. Los codeudores y fia-
dores quedarán libres».
GONZÁLEZ POVEDA, afirma que aquí se da
un supuesto de desistimiento del deudor o
promotor aceptado por el acreedor, sin que
el Juez (hoy Letrado de la Administración
de Justicia) resuelva sobre la petición inicial,
aclarando que el art. 1181 del CC no debe
entenderse en el sentido de que deba ser ne-
cesario el consentimiento del acreedor para
la eficacia del desistimiento, sino que en el
supuesto de que el desistimiento se verifique
con dicho consentimiento se producirán los
efectos especiales que dicho artículo previene.
Para MANRESA, BELTRÁN DE HEREDIA y
CANO HURTADO el supuesto del art. 1181
del CC no exige que la consignación este bien
hecha sino que este hecha.
Si el acreedor autoriza expresamente la de-
volución solicitada, el Letrado de la Adminis-
tración de Justicia dictará decreto acordando
la devolución de lo consignado al promotor
y el archivo del expediente, declarando que
el acreedor perderá toda preferencia que tu-
viere sobre la cosa, que los codeudores y fia-
dores quedarán libres y que los gastos serán
de cargo del promotor conforme a lo previsto
el art. 99.6 de la LJV.
Si el acreedor no autorizara expresamen-
te la devolución solicitada, el Letrado de la
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Administración de Justicia dictará decreto
no accediendo a la devolución de lo consig-
nado, acordando el archivo del expediente y
declarando los gastos a cargo del promotor
conforme al art. 99.6 de la LJV. A la vista de
esta resolución estimamos con GONZÁLEZ
POVEDA que el promotor podrá solicitar el
desistimiento unilateral conforme a lo ex-
puesto en el supuesto siguiente de la letra
B), salvo que lo haya hecho con carácter al-
ternativo en la solicitud relativa al supuesto
de la letra A).
2. Supuesto solicitud de retirada de lo
consignado por exclusiva voluntad del
promotor
Esta facultad esta reconocida en el art. 1180.2
del CC que establece que «Mientras tanto, el
deudor podrá retirar la cosa o cantidad con-
signada, dejando subsistente la obligación».
El art. 99.4, párrafo segundo «in fine», re-
coge el contenido del mencionado artículo
del CC y amplía aquella facultad al promotor
diciendo que «Si la cosa fuera retirada por ex-
clusiva voluntad del promotor, el archivo del
expediente dejará subsistente la obligación. »
En este caso el Letrado de la Administración
de Justicia dictará decreto acordando la de-
volución de lo consignado al promotor y el
archivo del expediente, declarando subsis-
tente la obligación y declarando los gastos
de la consignación de cargo del promotor,
conforme a lo prevenido en el art. 99.6 de
la LJV.
CANO HURTADO estima que persistirán
los efectos que en su momento originó el
ofrecimiento de pago, por lo que si el acree-
dor estaba en mora permanecerá en esta
situación. De igual manera ocurrirá con el
reconocimiento de la deuda por el oferente,
la interrupción de la prescripción y la elec-
ción o especificación en los supuestos de las
obligaciones alternativas o genéricas, que
perdurarán, como señala la doctrina ma-
yoritaria (BELTRÁN DE HEREDIA, CRISTÓ-
BAL MONTES, BERCOVITZ y VALLADRES
RASCON).
XVI. SOLICITUD DE
MANTENIMIENTO DE LA
CONSIGNACIÓN
Establece el art. 99.4, párrafo tercero, de
la LJV que «Cuando el promotor instara el
mantenimiento de la consignación, el Letra-
do de la Administración de Justicia citará al
promotor y a aquellos que pudieran estar
interesados a una comparecencia a celebrar
ante el Juez, en la que serán oídos y se prac-
ticarán aquellas pruebas que hubieran sido
propuestas y admitidas».
7
La solicitud del mantenimiento de la consig-
nación provocará una comparecencia ante
el Juez.
El Letrado de la Administración de Justicia
dictará diligencia de ordenación acordando
el señalamiento el día y hora para la compa-
recencia, la citación del promotor, del acree-
dor y de los que pudieran estar interesados a
los que se refiere el art. 1177 del CC y, en su
caso, sobre la admisión de las pruebas que
hubieran sido propuestas y estime pertinen-
tes para lo que esta facultado con arreglo al
art. 5 de la LJV.
Contra esta diligencia de ordenación se po-
drá interponer recurso de reposición ante el
propio Letrado de la Administración de Justi-
cia que la hubiera dictado, conforme hemos
indicado en el apartado 11 de este trabajo.
XVII. COMPARECENCIA ANTE EL
JUEZ
Esta comparecencia comenzará con la au-
diencia del promotor, del acreedor y de los
interesados en la consignación.
A continuación se practicarán las pruebas que
hayan sido propuestas y admitidas.
Nada se señala en la Ley sobre el desarrollo
de esta comparecencia, por lo que entende-
mos que habrá que aplicarse lo prevenido con
carácter general en el art. 18 de la LJV, del que
destacamos los siguientes extremos:
1.º Si no asistiera el promotor del expedien-
te, el Juez acordará el archivo de expediente,
entendemos que mediante auto, declaran-
do los gastos de la consignación a cargo de
aquel, por aplicación del art. 99.6 de la LJV.
Contra este auto podrán interponer recurso
de apelación, sin efectos suspensivos, como
se establece en el art. 20.2 de la LJV.
2.º Si no asistieren los demás citados, se ce-
lebrará el acto y continuará el expediente,
sin mas citaciones ni notificaciones que la
ley disponga.
3.º Comenzará con la audiencia de los citados
comparecidos.
4.º Si se plantean cuestiones procesales,
incluidas las relativas a la comparecencia,
que puedan impedir la válida prosecución
del expediente, el Juez, oídos los compa-
recientes, las resolverá oralmente en el
propio acto.
Contra esta resolución oral estimamos que
podrán interponerse recurso de reposición
previsto por el art. 20.1 de la LJV, que se tra-
mitará y resolverá por el Juez en la propia
comparecencia.
8 23 de octubre de 2015
5.º Seguidamente se practicarán las pruebas
propuesta y admitidas.
6.º Una vez practicadas las pruebas se oirá a
los interesados para que formulen oralmente
sus conclusiones.
7.º El desarrollo de la comparecencia se re-
gistrará en soporte apto para la grabación del
sonido y de la imagen, de conformidad con lo
dispuesto en la LEC.
XVIII. DECISIÓN DEL JUEZ
Señala el art. 99.5 de la LJV que «el Juez,
teniendo en cuenta la justificación ofrecida,
la obligación y la concurrencia en la consig-
nación de los requisitos que correspondan,
resolverá declarando o no estar bien hecha la
misma. Si la resolución tuviere por bien hecha
la consignación, esta producirá los efectos le-
gales procedentes, se entregará al acreedor
la cosa consignada y se mandará cancelar la
obligación, si el promotor lo solicitare. En
caso contrario, la obligación subsistirá y se
devolverá al promotor lo consignado».
Este artículo viene a recoger y ampliar los
efectos de la consignación cuando sea decla-
rado judicialmente de que esta bien hecha en
el art. 1180.1 del Código Civil, que establece
que «la declaración judicial de que está bien
hecha, extinguirá la obligación y el deudor
podrá pedir que se mande cancelar la obliga-
ción y la garantía en su caso».
La resolución del Juez, en todo caso, adoptará
la forma de auto, conforme a lo prevenido en
el art. 19.1 de la LJV.
Contra el auto del Juez, conforme a lo pre-
visto en el art. 20.2 de la LJV, se podrá in-
terponer recurso de apelación, sin efectos
suspensivos, por cualquier interesado que se
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considere perjudicado por ella conforme a lo
dispuesto en la LEC.
La resolución del Juez puede tener un doble
contenido: Declarar bien hecha la consig-
nación o declarar que no esta bien hecha la
consignación.
1. Declaración de que está bien hecha la
consignación
En este supuesto en el auto del Juez se deberá
acordar:
1.º Que esta bien hecha la consignación.
CANO HURTADO afirma que para que se
declare que la consignación esta bien hecha
y, por tanto genere los efectos que le son pro-
pios, se exigen tres requisitos:
a) Que en su momento el ofrecimiento de
pago se hubiera correctamente y en conse-
cuencia, su rechazo por parte del acreedor
estuviera injustificado.
b) Que la consignación ha de haberse reali-
zado cumpliendo las mismas exigencias que
se prescriben para el pago, en caso contrario
ineficaz, es decir, tampoco podrá judicialmen-
te declarase bien hecha.
c) Que el acreedor se haya negado sin razón
a admitir el ofrecimiento de pago.
Señala DÍEZ PICAZO que la negativa del
acreedor es justificada siempre que la oferta
de pago o el pago pretendido no suponga una
exacta y puntual ejecución de la prestación.
Estima que, por consiguiente, existirá una ne-
gativa injustificada cuando la negativa no se
funde en la falta de exactitud de la prestación
o la falta de exactitud de la prestación o la
falta de exactitud alegada no sea cierta; así
las cosas, el acreedor tendrá razones para no
admitir el ofrecimiento de pago cuando este
no se ciña a lo que establece el título de la
obligación y las disposiciones del CC. Y cita
al efecto la SSTS de 23 de noviembre de 1947
y de 16 de marzo de 1947.
2.º La extinción de la obligación principal y
de las accesorias.
A juicio de la mayoría de la doctrina española,
según MARTÍNEZ DE MORENTIN LLAMAS,
la extinción de la obligación se produce con
efectos retroactivos al momento del depósi-
to, pero no al del simple ofrecimiento, según
se deduce del art. 1176 del CC y por eso, a
partir de este momento, los riesgos de la cosa
pasan al acreedor. En apoyo de esta tesis cita
la sentencias del TS de 15 de junio de 1987
y de 15 de diciembre de 1952. En el mismo
sentido CANO MATA quien estima que la
declaración judicial de que la consignación
se estima bien hecha supone que el deudor
habrá quedado liberado con efecto retroac-
tivo al mismo momento en que se practicó.
3.º Entregar al acreedor la cosa consignada.
4.º Cancelar la obligación a petición del pro-
motor.
5.º Cancelar la garantía, en su caso, a petición
del promotor.
MARTÍNEZ DE MORENTIN LLAMAS, estima
que por aplicación del art. 180 del Reglamen-
to Hipotecario se podrá acordar la cancela-
ción de una inscripción de la consignación de
bienes inmuebles, a petición del solicitante,
para lo cual se expedirá el oportuno manda-
miento judicial, en el que, según DÍEZ PICA-
ZO, se acreditará la extinción de la obligación.
6.º Declarar el pago de los gastos a cargo del
acreedor, conforme a lo prevenido en el art.
99.6 de la LJV.
2. Declaración de que no está bien hecha la
consignación
En este supuesto el Juez declarará subsisten-
te la obligación y la devolución al promotor
del expediente lo consignado, declarando los
gastos de la consignación a cargo del promo-
tor, en su caso, conforme a lo prevenido en el
art. 99.6 de la LJV.
Esto sucederá, a juicio de CANO HURTADO,
cuando no se hayan cumplido alguna de las
exigencias legales (no acreditar que se hizo
el ofrecimiento de pago, o cuando no podía
eximirse su realización o bien cuando el que
se efectuó no cumplió las exigencias legales,
por lo que la negativa del acreedor fue con
razón, el incumplimiento de la obligación
de notificar antes y después de practicar la
23 de octubre de 2015
consignación; el realizarla sin ajustarse es-
trictamente a las disposiciones que regulan
el pago, etc.). Continúa diciendo que efectiva-
mente es obvio que si la declaración judicial
considera que la consignación judicial prac-
ticada esta mal hecha, sus efectos, que esta-
ban en suspenso desde que se materializó en
espera de ser aceptada por el acreedor o de-
clarada bien hecha, no aflorarán, por lo que el
deudor no quedará liberado y la deuda no se
habrá extinguido; así por ejemplo ocurrirá con
el devengo de los intereses convencionales
que por razón de la consignación habían sido
suspendidos. Será como si la consignación no
se hubiera producido y el acreedor continuará
en mora porque en nada se habrá visto altera-
da su situación; por el contrario si se hubiera
declarado mal hecho el ofrecimiento de pago
el acreedor no estaría en mora, no como con-
secuencia de dicha declaración, sino porque
nunca lo estuvo.
XIX. GASTOS OCASIONADOS POR
LA CONSIGNACIÓN
Según el art. 99.6 de la LJV los gastos ocasio-
nados por la consignación serán de cuenta del
acreedor si fuera aceptada o se declare estar
bien hecha. Esos gastos serán de cuenta del
promotor si fuera declarada improcedente o
retirase la cosa consignada.
El tercero promotor podrá reclamar al deudor
los gastos ocasionados por la consignación
conforme a lo previsto en el art. 1158 del CC.
A juicio de GONZÁLEZ POVEDA no existe
contradicción entre la norma del art. 1179
del CC y el art. 1168 del mismo cuerpo legal.
Estima, por otra parte, que este artículo se
refiere exclusivamente a los gastos originados
en el expediente de consignación, no a los que
se originen en otro tipo de procedimiento que
se regirán por los principios de la LEC.
El art. 96.6 de la LJV recoge el contenido del
lo preceptuado con carácter general por el
art. 1179 del CC para todos los supuestos en
que se estime procedente la consignación, en
los que los gastos serán de cargo del acreedor
y viene a llenar la falta de previsión legal en
cuanto al supuesto de que se estime improce-
dente la consignación o cuando el promotor
retire la cosa consignada, en cuyo caso los
gastos serán de cuenta de este.
Los gastos serán todos los que hayan origi-
nado por la consignación relativos al ofre-
cimiento de pago, anuncio de la consigna-
ción, notificación a los interesados, puesta a
disposición de la cosa consignada, depósito
y conservación de la misma e inscripciones,
anotaciones o cancelaciones en registros pú-
blicos, pérdida de frutos o intereses deven-
gados, daños y perjuicios causados, peritos
y testigos.
Los textos completos de los documentos extractados están disponibles en www.diariolaley.es
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en la futura Ley de Jurisdicción Voluntaria».
Diario LA LEY de 20 de julio de 2012.
— «Breve examen critico sobre e Borrador de
Proyecto de Ley de la Jurisdicción Volunta-
ria». Diario LA LEY de 5 de noviembre de 2013.
— «Ventajas de las competencias compar-
tidas de los notarios y registradores con los
Secretarios Judiciales ante el Anteproyecto
de Ley de Jurisdicción Voluntaria». El Notario
del Siglo XXI, marzo-abril de 2014. ■
NOTAS
(*) Ex Presidente del Colegio Nacional de
Secretarios Judiciales. Vocal de la Ponencia
de la Comisión General de Codificación del
Anteproyecto de Ley de Jurisdicción Voluntaria de
2005. Miembro de Honor de la E U R.
10
Tribuna
Las presunciones en el
proceso civil
Las presunciones en el proceso civil
Daniel ENRICH GUILLÉN
Abogado
Jurado&Enrich Despacho jurídico
El presente estudio pretende realizar un análisis acerca de las presunciones, vistas
estas como significativas y recurrentes herramientas de prueba en determinados
procesos, ciñéndonos al ámbito exclusivamente jurisdiccional civil por una cuestión
de practicidad y extensión, sin embargo, cabe decir que ello sin perjuicio de su
utilidad en otras jurisdicciones, además de los efectos de la vis atractiva.
I. CONCEPTO
P
resunción es la acción de presumir,
es decir, es la acción de sospechar,
juzgar o conjeturar algo por tener
indicios o señales para ello (1).
A grandes rasgos y sin perjuicio de ahondar
más adelante, decir que la presunción absolu-
ta no admite prueba en contrario; a contrario
sensu, la relativa, es la que la ley mantiene
mientras no se produzca prueba en contrario.
En un plano más jurídico y en palabras de
PICÓ I JUNOY, la presunción es aquella acti-
vidad de inferencia del juzgador en virtud de
la cual da por probado un hecho a partir de la
prueba de otro plenamente acreditado debi-
do a la existencia de un nexo lógico existente
entre ambos hechos.
Así pues, en otras palabras, se trata de una
inferencia lógica y razonable obtenida a tra-
vés de unos hechos existentes.
Respecto al efecto de la presunción, como
aportación, diremos que se trata de la cons-
trucción de un juicio de valor sobre un hecho
constatado y cuyo efecto en el seno del pro-
ceso adquiere la fuerza de prueba, con una
intensidad variable al igual que estas y ponde-
rada o contrastada con el resto de medios de
prueba. Digamos que se trata del «constructo
de una ficción legal inducido por un hecho
base introducido en el proceso».
Tal y como se recoge en la STS de fecha 14
de mayo de 2012: «Las presunciones son
operaciones intelectuales que consisten en
tener como cierto un hecho, denominado
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LA LEY 6029/2015
hecho presunto, a partir de la fijación for-
mal de otro hecho denominado hecho base,
que debe haber sido probado». En el mismo
sentido se pronunciaba la STS de fecha 7
de noviembre de 2002 cuando afirma que:
«Las presunciones judiciales constituyen una
actividad intelectual que exige partir de una
proposición o dato conocido para sentar otra
proposición o dato desconocido».
Por naturaleza, el grado de certeza que aporta
una presunción es más frágil que la verdad
material, pero lo mismo ocurre con la verdad
formal surgida o conformada a través de cual-
quier otro medio de prueba. Con ello pode-
mos colegir que tanto la presunción como el
resto de medios de pruebas coadyuvan a la
formación de la verdad formal que debe lle-
var inherente, en su contenido y lógica, toda
resolución judicial que resuelva una cuestión
jurídica en la que se valoren hechos y se diri-
man posiciones encontradas o discordantes.
Así, aunque en principio hay que distinguir
las presunciones de los medios de prueba, sin
embargo, en palabras de GÓMEZ COLOMER,
las presunciones pueden considerarse un méto-
do de prueba, cuyo parentesco con la actividad
probatoria justifica también su encuadramien-
to sistemático en el capítulo dentro del que se
regula la prueba en el proceso civil.
Como se recoge en Sentencia de Tribunal
Supremo de fecha 23 febrero 2010: «La ela-
boración de las presunciones judiciales for-
ma parte del procedimiento de valoración
de la prueba y del conjunto de operaciones
de carácter epistemológico y jurídico-insti-
tucional que deben llevarse a cabo para fijar
los hechos en los que debe fundarse la deci-
23 de octubre de 2015
sión [...]», de modo que, según la sentencia
de 6 noviembre 2009, las presunciones judi-
ciales admitidas como medio de prueba en el
art. 386 LEC deducen «a partir de un hecho
admitido o probado, la certeza de otro hecho
siempre que entre el primero y el segundo
exista un enlace preciso y directo según las
reglas del criterio humano» y añade dicha
sentencia que «solo cuando sentada la reali-
dad del hecho-base, el tribunal se aparta de
tales reglas para llegar a conclusiones ilógicas
en su proceso deductivo, puede entenderse
que se ha vulnerado el derecho fundamental
a la tutela judicial efectiva (art. 24 CE) [...]».
II. NORMA Y TIPOLOGÍA
Decir previamente, y a modo de apunte
general, que habrá que extraer la naturale-
za jurídica de las presunciones en la idea de
búsqueda de la certeza formal y jurídica que
suscita todo proceso o contienda judicial.
Como recoge la Sala Primera del Tribunal
Supremo (2) nuestro ordenamiento positivo
no define las presunciones a diferencia de
otros ordenamientos, como el Italiano que
en el art. 2727 del Código Civil establece
«le presunziono le conseguenze che la leg-
ge o ilgiudice trae da fatto noto per risalire a
un fattoignorato» (Las presunciones son las
consecuencias que la ley o el juez extraen de
un hecho conocido para obtener un hecho
ignorado); o el portugués en cuyo art. 349
del Código Civil, dipone que «presunçoessao-
liaçoes que a leiou o julgador tira de um facto
conhecido para firmar un facto desconhecido»
(las presunciones son las conclusiones que la
ley o el juez deducen de un hecho conocido
para afirmar un hecho desconocido).
Dicho esto, habrá que distinguir entre dos
grandes clases de presunciones.
1. Presunciones legales y judiciales
La primera clasificación que va a establecer
la división —y en parte también el contenido
material— entre los tipos de presunciones, es
la que contempla la distinción, aunque esta
habrá que verla más como una mera catego-
rización que como una diferencia, entre las
presunciones llamadas legales y las denomi-
nadas judiciales y que, como sabemos, tal dis-
tinción queda recogida en la LEC, en concreto
en sus arts. 385 y 386 respectivamente.
¿Por qué decimos que se trata de una cate-
gorización más que de una diferenciación?
Sencillamente porque, más allá del propio
reconocimiento o soporte legal nominativo
al tipo de presunción, ambas tienen un mismo
significado práctico —en definitiva, construir
prueba— y, en esencia, la misma estructura
funcional.
23 de octubre de 2015
Así, las presunciones legales son aquellas pre-
sunciones recogidas en una norma, entendida
esta en un sentido amplio y donde el enlace
entre el hecho presunto y el hecho recogido
en la propia norma (llamado por la doctrina
hecho indicio o hecho base) es directo, sólido,
expreso e incontestable porque así se dispone
o recoge en el texto del respectivo precepto.
Digamos que este tipo de presunciones cuen-
tan con el abrazo nítido de la norma.
Sin embargo, como se ha dicho, esa incontes-
tabilidad se refiere al enlace, que no a la propia
presunción, puesto que esta puede ser atacada
o cuestionada, en la mayoría de ocasiones y
salvo expresas excepciones recogidas en la ley,
a través de la prueba en contrario o iuris tan-
tum. Por ello ante estos supuestos hablamos
también de presunciones iuris tantum (3).
Adelantar que la sana crítica como método de
deducción judicial va a determinar el valor de
esa prueba en contrario y, en consecuencia, su
fuerza para desvirtuar la presunción.
Hete aquí que la prueba en contrario podrá
dirigirse tanto a probar la inexistencia del
hecho presunto como a demostrar que no
existe, en el caso de que se trate, el enlace que
ha de haber entre el hecho que se presume y
el hecho probado o admitido que fundamenta
la presunción.
Así, en este tipo de presunciones, las deno-
minadas legales, inevitablemente la norma
anuda al hecho demostrado o reconocido en
ella —como se ha recogido ut supra: llamado
hecho indicio— un determinado valor jurídico
de relevancia que, a su vez, puede implicar
una determinada conclusión o consecuencia
jurídica.
En definitiva, la norma eleva el hecho indicio
a la categoría de prueba en el proceso, dedu-
ciéndose en consecuencia el hecho presunto,
eso sí, insistimos, siempre y cuando se cons-
tate el enlace entre el hecho que se presume y
el hecho probado o admitido que fundamenta
la presunción.
Ahora bien, decir tiene que en las presun-
ciones que la ley establece se dispensa de la
prueba del hecho presunto a la parte a la que
este hecho favorezca. Digamos que lo libera
de la carga de la prueba, lo que significa que
esta carga se traslada a la parte contraria,
quien deberá atacar la presunción si quiere
enervar sus efectos. En verdad se trata de un
precepto que actúa de conformidad con lo
previsto en el apartado 6 del art. 217 LEC en
el que se establece:
«Las normas contenidas en los apartados pre-
cedentes se aplicarán siempre que una dispo-
sición legal expresa no distribuya con criterios
especiales la carga de probar los hechos rele-
vantes».
Los textos completos de los documentos extractados están disponibles en www.diariolaley.es
www.diariolaley.es
Esta tipología de presunciones se acerca a
la prueba tasada o, mejor dicho, es conse-
cuencia ineludible de la misma. Como apun-
ta TARUFFO, la prueba legal consiste «en la
producción de reglas que, predeterminan, de
forma general y abstracta, el valor que debe
atribuirse a cada prueba» (4). SEOANE SPIEL-
GEBERG afirma que en un sistema de prueba
tasada «es la Ley la que, con independencia
del convencimiento del Juez, le señala la for-
ma como ha de valorar las pruebas, impo-
niendo el criterio legal, fundado en razones
de seguridad jurídica o máximas de expe-
riencia comunes o generales» (5). En todas
las ocasiones, la prueba tasada implica una
presunción a título fáctico con trascendencia
jurídica.
A modo de apunte jurisprudencial en relación
a las presunciones legales y a cómo el con-
tenido de la norma pueda fijar su aplicación,
citaremos parte de la Sentencia de la Audien-
cia Provincial de Salamanca de fecha 12 de
noviembre de 2012 que afirma:
«Y acreditado este incumplimiento sustancial
y relevante del deber de llevanza de la contabi-
lidad, resulta ya obligada la calificación como
culpable del concurso, sin que sea necesaria
la prueba de que además por ello se hubiere
generado o agravado el estado de insolvencia.
Y así señala la doctrina que las presunciones
legales del art. 164. 2, tienen diferente estruc-
tura de las presunciones contenidas en el art.
165, ya que, mientras en éstas se contemplan
diversos supuestos de hecho que, en caso de
concurrir, hacen presumir la concurrencia de
dolo o culpa grave, pero que para poder decla-
rar la culpabilidad del concurso exigen además
la prueba de su incidencia en la producción o
empeoramiento del estado de insolvencia, en
los supuestos del art. 164. 2, se trata de una
regla presuntiva que como sanción encierra un
juicio de desvalor de la conducta seguida con
independencia del resultado perjudicial para
tercero que de ella hubiera podido derivarse,
es decir, se trata de hechos a cuya concurrencia
se anuda necesariamente y como presunción
“iuris et de iure”, la calificación del concurso
como culpable . En el mismo sentido la STS de
17 de noviembre de 2011, en la cual se afirma
que “los supuestos del apartado 2 del art. 164
de la LC no lo son de ‘presunción’ de dolo o cul-
pa grave, sino que se trata de supuestos legales
de culpabilidad del concurso, como la revela
la expresión inicial “en todo caso, el concurso
se calificará como culpable cuando concurra
cualquiera de los supuestos siguientes...”. Por
consiguiente, cualquiera de las conductas
descritas en dicho apartado 2 del art. 164 de-
termina irremediablemente la calificación de
culpable para el concurso, sin que quepa exi-
gir además los requisitos de dolo o culpa grave
(sin perjuicio de la que corresponde a la propia
conducta) y de haber generado la insolvencia
o producido su agravación. En este sentido ya
se manifestó esta Sala en la Sentencia de 6 de
11
octubre de 2.001, cuando declara que en el se-
gundo de los dos criterios que la LC establece
para la calificación de concurso culpable —el
del art. 164. 2— (el otro es el del art. 164. 1)
“la calificación es ajena a la producción del
resultado de generación o agravación de la
insolvencia y está condicionada a la ejecución
por el sujeto agente de alguna de las conductas
descritas en la propia norma”».
Otro nota que consideramos de importan-
cia y, por tanto, a destacar en este tipo de
presunciones legales, es la de distinguir entre
las presunciones legales de tipo u origen sus-
tantivo y las de tipo u origen procesal, en la
medida en que estas últimas, que son las pre-
vistas en las normas rituarias, lo que hacen
es condicionar el acceso de ciertos hechos al
proceso, dando a las normas procesales unas
consecuencias que condicionan los hechos
—o las pruebas de los hechos— que deben
ponderarse en el proceso. Hablábamos antes
de pruebas tasadas que crean presunciones.
A modo de ejemplo de este tipo de presuncio-
nes con origen en normas procesales, pode-
mos citar las que surgen de lo previsto en el
art. 307 LEC respecto al interrogatorio o la
del art. 326 LEC en relación a los documentos
privados. En realidad se trata de normas que
establecen un valor determinado a la prueba,
si se prefiere, como ya se ha expuesto, tasan-
do su valoración o determinando su juicio;
y sin duda y en todo caso, condicionándolo,
surgiendo de la prueba una presunción.
A colación de lo que antecede, traemos la
siguiente sentencia de la Sala Primera del
Tribunal Supremo 2336/2015 (Id Cendoj:
28079110012015100291):
«Por todo lo expuesto, siguiendo la doctrina
citada de la Sala y la dicción literal del art.
767.4 LEC, ante la negativa injustificada del
demandado a someterse a la prueba biológica,
que ninguna lesividad tenía para él y precisa-
mente sería oportuna para dejar en evidencia
los indicios que obraban en su contra, es por
lo que procede declarar la filiación reclama-
da, en cumplimiento del mandato del precepto
mencionado».
De igual manera, consideramos de interés
recordar lo que afirmó la Sentencia de la Sala
Primera de fecha 27 febrero 2007 al sentar que:
«La conclusión a que debe llegarse es la de
que, ofreciendo una especial relevancia como
indicio la negativa a la práctica de la prueba
biológica, al menos cuando, como ocurre en el
presente caso, esta negativa no ha sido acom-
pañada de ninguna razón significativa que la
justifique, los demás indicios concurrentes no
es exigible que generen una virtualidad pro-
batoria plena por sí mismos, ni siquiera que
sean aptos para jugar un papel preponderante
en la construcción de la presunción, sino que
12
basta que tengan una eficacia coadyuvante en
términos de normalidad o razonabilidad desde
el punto de vista del orden acostumbrado de
las cosas, acreditado por la experiencia, para
corroborar el indicio especialmente significa-
tivo derivado de la negativa a la práctica de la
prueba pericial biológica.
La existencia de indicios de este carácter, según
la orientación que se ha consolidado en nuestra
jurisprudencia, priva de justificación a la nega-
tiva, y colma su eficacia indiciaria. Desde esta
perspectiva, la plataforma fáctica integrada
por los indicios antes reseñados, que demues-
tran la observación por diferentes personas
que los conocen de actitudes de familiaridad,
compañía y expresión de una relación de cari-
ño durante un periodo de tiempo significativo
entre los litigantes, anterior y coincidente con
el de la concepción, que permiten reconocer la
verosimilitud, en términos de razonabilidad, de
la existencia de relaciones sexuales entre los
litigantes, integra un conjunto de hechos desde
luego insuficientes para fundar por sí mismos
la determinación de la paternidad en virtud de
una presunción hominis [de hombre, es decir,
no legal], pero a los que es fuerza reconocer
un valor coadyuvante de relevancia suficien-
te para colmar una presunción de paternidad
apoyada solidariamente en la negativa injus-
tificada del afectado a someterse a la prueba
biológica como indicio especialmente cualifi-
cado —en el concierto jurídico de los derechos
afectados—, pero necesitado para su plena
virtualidad —en el sistema constitucional de
derechos fundamentales, interpretado por el
Tribunal Constitucional— del apoyo de otros
indicios, como los que, extraídos de la prueba
practicada en el proceso con todas las garan-
tías, hemos ponderado racionalmente según
las reglas del criterio humano».
Por otro lado, respecto a la tipología de la
denominada presunción judicial, también lla-
mada presunción hominis (de hombre, es decir,
no legal) y desde un punto de vista estricta-
mente jurídico, su definición se puede extraer
de la previsión recogida en el art. 386 LEC, que
establece lo siguiente:
«A partir de un hecho admitido o probado, el tri-
bunal podrá presumir la certeza, a los efectos del
proceso, de otro hecho, si entre el admitido o de-
mostrado y el presunto existe un enlace preciso
y directo según las reglas del criterio humano».
Obsérvese que concurren los mismos ele-
mentos que los que concurrían en las pre-
sunciones legales, de ahí que antes dijésemos
que tenían la misma estructura funcional,
sin embargo, respecto a estas últimas, es
decir, las judiciales, el punto de partida no
lo dispone la norma (recordamos que en las
presunciones legales la norma predisponía
la presunción) sino que el hecho admitido o
probado es necesariamente introducido en el
proceso por a quien interese.
www.diariolaley.es
De la misma manera, en las presunciones
legales, el enlace directo y preciso también
es en gran parte introducido por lo dispuesto
en la norma, sin embargo, en las judiciales, es
el criterio humano el que va a otorgar rele-
vancia y trascendencia jurídica a ese enlace.
No obstante, hay que reseñar que en las
presunciones judiciales existe un lógico paso
previo y es que la certeza del hecho indicio del
que parte la presunción haya quedado esta-
blecida mediante admisión o prueba, convir-
tiéndose de esta forma en el hecho probado
o admitido que fundamenta la presunción. De
esta manera, digamos que la prueba es prelu-
dio necesario de la presunción. Así, podemos
afirmar que las presunciones forman parte del
material probatorio resultando, como ha afir-
mado alguna sentencia, medio probatorio (6).
Dicho lo anterior, podemos afirmar que para
valorar una presunción judicial hay que par-
tir, ineludiblemente, de la sana crítica que, en
consecuencia, va a participar de su contex-
tualización y concreción. Digamos, pues, que
contribuye tanto en su construcción como en
su configuración final.
Otra cuestión que va a definir el carácter
presuntivo es que, como prueba indirecta,
no requiere la existencia de un resultado
único, sino que es posible admitir diversos
resultados lógicos de unos mismos hechos
base, pues de no ser así, no nos encontra-
ríamos ante verdadera presunción, sino ante
los facta concludentia que efectivamente han
de ser concluyentes o inequívocos, pudiendo
en las presunciones seguirse del hecho base
diversos hechos consecuencia (7).
2. Especial mención a la presunción de culpa
Por su relevancia jurídica, vamos a mencionar
que en determinados supuestos de responsa-
bilidad civil, se produce lo que se llama res-
ponsabilidad objetiva, donde se construye una
presunción de culpa sobre una conducta de un
modo automático. Estamos ante un tipo de
presunción legal, puesto que es la norma espe-
cífica quien determina y predispone la presun-
ción. Así, se anuda a los hechos acaecidos una
presunción que ineludiblemente implica una
consecuencia jurídica relevante (8).
IV. EL ENLACE Y LA SANA CRÍTICA
GUASP explicaba que las «reglas de la sana
crítica» «son los criterios normativos (reglas,
pero no jurídicas) que sirven al hombre nor-
mal, en una actitud prudente y objetiva (sana)
para emitir juicios de valor (estimar, apreciar,
acerca de una cierta realidad)» (9).
Como ya se ha apuntado, la razón y la lógi-
ca conforman el ejercicio de deducción que
23 de octubre de 2015
determina el enlace entre el hecho probado y
el hecho presunto. De esta manera, podemos
incidir en la idea de que razón y lógica son
elementos nutrientes de la proyección pro-
cesal de las máximas de experiencia y vice-
versa. Podemos afirmar que las presunciones
están sometidas a la lógica de la operación
deductiva (10) y a los juicios de probabilidad
fundados en reglas de experiencia (11). En
definitiva, están sometidas a las reglas de
la sana crítica. De la misma manera, la sana
crítica está conformada por el criterio huma-
no o razón natural; en este punto reseñemos
de nuevo que el criterio humano debe ser el
leit motiv del necesario enlace entre el hecho
base y el hecho que de éste se presume, así
se recoge en el art. 386 LEC.
De esta manera las infracciones a la prueba
de presunciones sólo pueden producirse en
los casos en que el juzgador haya omitido
de forma ilógica la relación existente entre
los hechos bases que declara probados y las
consecuencias obtenidas (12).
La sentencia del Alto Tribunal de 3 de octubre
de 2011 nos recuerda que:
«Las presunciones judiciales, a las que se refiere
el art. 386 LEC permiten deducir, a partir de un
hecho admitido o probado, la certeza de otro
hecho siempre que entre el primero y el segundo
exista un enlace preciso y directo según las re-
glas del criterio humano. Solo cuando declarada
la realidad del hecho-base el tribunal se aparta
de tales reglas para llegar a conclusiones ilógi-
cas en su proceso deductivo, puede entenderse
que se ha vulnerado el derecho fundamental a
la tutela judicial efectiva, por tanto lo que se
somete al control casacional es, la sumisión a
la lógica de la operación deductiva, quedando
reservada a la instancia la opción discrecional
entre los diversos resultados posibles (SSTS de
14 de mayo de 2010, 4 de noviembre de 2010, 9
de mayo de 2011). En igual sentido la sentencia
del Tribunal Supremo de 25 de noviembre de
2014, recordando la sentencia del Alto Tribu-
nal de 26 de marzo de 2015 que, “este proceso
deductivo del Tribunal de instancia puede ser
combatido si se considera que incurre en errores
patentes o peca de ilógico o arbitrario”...».
El proceso deductivo debe ajustarse a las
reglas de la lógica por ser el hecho deducido
producto de una inferencia lógica desarro-
llada a partir de los hechos acreditados. Así,
la distorsión de los hechos o, permítannos la
licencia al orden de literatura jurídica, la dis-
torsión de la fotografía de los mismos, puede
contribuir a corromper la presunción hasta
desnaturalizarla o suprimirla, de tal manera
que no sirva como prueba en el proceso.
Como ya se ha expuesto más arriba, la presun-
ción no es en sí mismo un medio de prueba en
sentido formal, no obstante, a efectos mate-
riales, al igual que cualquier prueba, no deja
23 de octubre de 2015
de ser un elemento de juicio influyente en la
formación del convencimiento de quien juzga
y así, podemos afirmar que su efecto práctico,
alcanza un mismo fin común. De ahí que se
haya dado en llamar prueba de presunciones.
La función de la prueba es acreditar hechos
mientras que la presunción lo que hace es
dar los hechos por acreditados. No obstante,
insistimos, se puede concluir que la presun-
ción es, junto al resto de medios de prueba,
un nítido elemento de prueba.
Así, un medio de prueba puede servirse de
la presunción y también al revés, esta puede
servirse de un medio de prueba, además que
una presunción puede verse influida o susten-
tada por varios medios de prueba. Así, pode-
mos afirmar que ambos elementos de prueba
destinados a constituir la convicción del juz-
gador (presunciones y medios de prueba) se
coadyuvan en algo que hemos denominado
«solución probática». En conclusión, forman
el pedestal en el que se sustentará la reso-
lución judicial. Así, el art. 209 LEC establece
que el contenido de las sentencias recoge-
rá las pruebas que se hubiesen propuesto y
practicado y los hechos probados, en su caso.
Así, concluimos que las presunciones pueden
venir adveradas por la concurrencia y valora-
ción de otros medios directos.
V. LA RELACIÓN DE LA
PRESUNCIÓN CON EL RESTO DE
MEDIOS DE PRUEBAS
Ya se ha adelantado la idea de que las presun-
ciones forman parte de la actividad intelec-
tual probatoria, operando en la fase de fija-
ción de los hechos. La Ley de Enjuiciamiento
Civil, no regula un medio de prueba, sino un
método de razonamiento para la obtención
de la convicción sobre hechos controvertidos
en el litigio (13).
Resulta concluyente establecer que existe un
apoyo e influencia entre todos los medios de
prueba y en esa influencia participan en un
mismo nivel las presunciones. Por otro lado y
como ya se ha tenido oportunidad de manifes-
tar, la presunción surge de la prueba del hecho
base introducido en el proceso con lo que en
definitiva la premisa que dispone y determina
la presunción es un medio de prueba.
VI. LAS PRESUNCIONES EN LA
SENTENCIA Y EL ARTÍCULO 24 CE
Previamente a desarrollar este punto, hay
que decir que está en íntima conexión con el
punto precedente.
Como se sabe toda sentencia debe estar
motivada y, en consecuencia, el soporte pro-
Los textos completos de los documentos extractados están disponibles en www.diariolaley.es
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batorio del relato fáctico sometido a resolu-
ción jurídica a través del litigio, soporte entre
el que se encuentran las presunciones, por
supuesto además de la propia fundamenta-
ción jurídica, debe ayudar a definir el razona-
miento lógico de la sentencia.
La LEC exige motivar en la sentencia el razo-
namiento presuntivo cuando se utilice la pre-
sunción. En toda sentencia en la que el órgano
jurisdiccional actúe presuntivamente debe
incluir el razonamiento en virtud del cual ha
establecido la presunción (14).
Como recoge la reciente STS de 4 de febre-
ro de 2015 (reiterando lo que es doctrina
consolidada de la Sala Primera) que: «... la
valoración de la prueba es función soberana y
exclusiva de los órganos judiciales de instan-
cia, y no es revisable en el recurso extraordi-
nario por infracción procesal, salvo cuando se
conculque el art. 24.1 de la Constitución por
incurrirse en error de hecho palmario, irracio-
nalidad o arbitrariedad, lo que impide, si no se
demuestra de modo patente la existencia de
una infracción de las reglas del discurso lógi-
co aplicables, tratar de desvirtuar una apre-
ciación probatoria mediante una valoración
conjunta efectuada por el propio recurrente
para sustituir el criterio del tribunal por el
suyo propio, por acertado que pueda parecer,
y también impide postular como más ade-
cuada la valoración de la prueba efectuada
por el Juzgado de Primera Instancia frente a
la llevada a cabo por la Audiencia Provincial.
Así se ha afirmado en sentencias como las
núm. 88/2011, de 16 de febrero, y 635/2012,
de 2 de noviembre)... ...El error en la valora-
ción de la prueba que puede ser denunciado
a través de este recurso extraordinario debe
ser patente, es decir, “inmediatamente veri-
ficable de forma incontrovertible a partir de
las actuaciones judiciales, por haberse llegado
a una conclusión absurda o contraria a los
principios elementales de la lógica y de la
experiencia” (sentencia de esta Sala de 16
abril 2014, recurso 2340/2011) de modo que
“concurre error patente en aquellos supues-
tos en que las resoluciones judiciales parten
de un presupuesto fáctico que se manifies-
ta erróneo a la luz de un medio de prueba
incorporado válidamente a las actuaciones
cuyo contenido no hubiera sido tomado en
consideración” (sentencia de esta Sala núm.
75/2014, de 4 de marzo)».
Todo ello ha de verse ensamblado o com-
pletado con el rigor que impone el derecho
fundamental a la tutela judicial efectiva y, en
íntima conexión, al principio garantista que
supone su proyección.
VII. CONCLUSIONES
De forma resumida se puede concluir que las
presunciones forman parte de los elementos
13
de convicción que se desarrollan por parte
del órgano sentenciador en toda contienda
judicial. En definitiva, las presunciones con-
forman un capítulo del elenco de prueba,
dándose por ello en denominar por la doc-
trina y jurisprudencia prueba de presuncio-
nes. No hay que obviar que las presunciones
parten de unos hechos, denominados base,
que son premisas consustanciales y a la vez
previos a las mismas y que, en consecuen-
cia, deben introducirse en el debate jurídico
bien con la demanda (en su caso también
reconvencional), bien con la contestación a
la misma.
NOTAS
(1) Rae.
(2) STS 6730/2012 ECLI:ES:TS:2012:6730.
(3) STS 2059/2015: «En el caso enjuiciado la carga
de la prueba cobra especial relevancia porque
estamos ante una acción contradictoria con
derechos inscritos en el Registro de la Propiedad
cuyos titulares no sólo deben ser oídos sino que
también son merecedores de la presunción “iuris
tantum” de pertenencia de los derechos inscritos
en los términos que establece el art. 38 de la Ley
Hipotecaria».
(4) TARUFFO, M., La prueba de los hechos
(traducción Jordi Ferrer Beltrán), ed. Trotta,
Madrid, 2002, pág. 387.
(5) SEOANE SPIELGEBERG, J. L., La Prueba en la
Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000. Disposiciones
Generales y Presunciones, 2.ª ed., ed. Aranzadi,
Navarra, 2007, pág. 374.
(6) STS 2336/2015 ECLI:ES:TS:2015:2336.
(7) Sentencia del TS de 8 de julio de 2003, que cita
la de 23 de febrero de 1987.
(8) STS 2079/2015 de fecha seis de mayo de 2015
dice: «La sentencia recurrida afirma con claridad
que el incendio se produjo en la embarcación
DIRECCION000 por causas imputables a la esfera
de actuación de su propietario. Por tanto, no
puede pretenderse que actúe una presunción
de culpa que debe entrar en acción cuando no
existe prueba de que los daños son imputables a
la actuación de un tercero, pues aquí tal prueba
existe. STS de fecha 14 de octubre de 1969 y SAP
de Madrid de fecha 14 de diciembre de 1981: “Si
resulta evidente un hecho determinante de la
probabilidad de culpa, puede la Sala presumir
éste y cargar a los demandados la obligación
de desvirtuar la presunción, demostrando que
se había procedido con la diligencia y cuidado
debidos, y no efectuándose, se impone respetar la
presunción de culpa”».
(9) GUASP, J., Comentarios a la Ley de
Enjuiciamiento Civil, t.II, vol.1.º, 2.ª parte,
AGUILAR, M., editor, Madrid, 1947, pág. 647.
(10) STS 1410/2015 ECLI:ES:TS:2015:1410.
(11) STS 5208/2014 ECLI: ES: TS: 2014:5208.
(12) En este sentido la STS 3513/2013
ECLI:ES:TS:2013:3513.
(13) STS 6730/2012 ECLI:ES:TS:2012:6730.
(14) SAP Murcia de fecha 29 de junio de 2001.
14 23 de octubre de 2015
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Audiencia Provincial

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Consulte los textos íntegros en
lasentenciadeldía
AP Valencia, Secc. 1ª, A 2134/2015, 30 Jul.
Ponente: De Rosa Torner, Fernando Pascual
LA LEY 136144/2015

Determinación de la ley
aplicable en materia
de ejecución tras la entrada
en vigor de la LO 1/2015 posible en aquellos institutos propiamente atinentes a la ejecución
de reforma del CP
Normas sustantivas vs normas de ejecución. Los principios
de legalidad y retroactividad de la ley penal más favorable
al reo resultan aplicables a las primeras, pero respecto a las
normas de ejecución la norma aplicable ha de ser la vigente
en el momento de verificarse las operaciones correspondien-
tes a su ejecución. En el caso –suspensión de la pena– debe
aplicarse la legislación actualmente en vigor (art. 80 CP se-
gún redacción dada por la LO 1/2015).
La AP Valencia ha estimado parcialmente el recurso de apelación
interpuesto contra el Auto del Juzgado núm. 16 de Valencia que
denegó la suspensión de la pena privativa de libertad -de un año
y seis meses de prisión- impuesta al penado por la comisión de un
delito de robo con fuerza. De esta forma la Sala revoca la citada
resolución para que el juzgado de procedencia realice la valora-
ción a que se refiere el art. 80 CP –según redacción dada por la LO
1/2015– y resuelva con libertad de criterio sobre la concesión o no
del beneficio solicitado.
La cuestión suscitada en el recurso ha sido, pues, el problema de
determinar la legislación aplicable en materia de ejecución, tras la
reforma del CP operada por la LO 1/2015 de 30 de marzo , y a falta
de disposición transitoria sobre la cuestión.
Para la resolución del recurso la Sala se ha apoyado en jurispru-
dencia del TS que cita textualmente en su fundamentación -Ss 17-
5-012, 13-3-2013, 29-1-2015, entre otras- que establecen la dis-
tinción entre la configuración de las leyes penales, que son las que
tipifican las infracciones criminales, o lo que es lo mismo, la propia
estructura típica de los hechos punibles (normas sustantivas), fren-
te a las de ejecución. Al primer núcleo se refiere el contenido del
art. 2 CP , tanto en la vertiente del principio de legalidad, («lex
certa, anterior y scripta“), como en su funcionamiento temporal,
al establecer la retroactividad favorable al reo.
Pero afirma la AP que no toda la estructura penal se construye con-
forme a estos principios, de manera que ese funcionamiento no es
procesal, como por ejemplo, en la suspensión o sustitución de pe-
nas, o pago fraccionado de multas, en donde la norma aplicable
ha de ser la vigente en el momento de verificarse las operaciones
correspondientes a su ejecución.
Según esta jurisprudencia, procedería aplicar al caso la legislación
actualmente en vigor, en concreto el nuevo art. 80 CP –redacta-
do según el art. Único apartado 39 de la citada LO 1/2015– que
reza así:
‘1. Los jueces o tribunales, mediante resolución motivada, podrán
dejar en suspenso la ejecución de las penas privativas de libertad
no superiores a dos años cuando sea razonable esperar que la eje-
cución de la pena no sea necesaria para evitar la comisión futura
por el penado de nuevos delitos. Para adoptar esta resolución el
juez o tribunal valorará las circunstancias del delito cometido, las
circunstancias personales del penado, sus antecedentes, su con-
ducta posterior al hecho, en particular su esfuerzo para reparar el
daño causado, sus circunstancias familiares y sociales, y los efectos
que quepa esperar de la propia suspensión de la ejecución y del
cumplimiento de las medidas que fueren impuestas’.
Teniendo en cuenta lo anterior, entiende la Sala que, la denegación
del beneficio operada por el Juzgado no se adecúa a los requisitos
exigidos por el CP, dado que, si bien, la concesión de dicho beneficio
extraordinario es una facultad del órgano judicial, no una obliga-
ción, deben ponderarse las circunstancias del delito y del penado,
a las que se refiere el art. 80 CP , debiendo por tanto el Tribunal
realizar la valoración a la que se refiere el citado precepto, y decidir
en consecuencia, con libertad de criterio, sobre la concesión o no
del beneficio.
En definitiva la Sala acuerda la devolución de las diligencias al
Juzgado de procedencia con testimonio de su resolución para su
conocimiento y ejecución.
Nota: El texto íntegro de la sentencia está disponible en la edición
on line del Diario LA LEY.
23 de octubre de 2015 15
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II. VENTA DE UN BIEN CUYO

Tribuna VALOR CATASTRAL ES SUPERIOR
AL DE MERCADO
Acerca del impuesto
por incremento de En ocasiones, según las normas reguladoras de
valor de terrenos de otros tributos (normativa IRPF, IRNR, IS) pue-
naturaleza urbana de producirse un incremento patrimonial en el
contribuyente y darse el caso que la realidad
del mercado actual produzca que la base impo-
nible del impuesto determinada por las normas
LA LEY 6030/2015 catastrales, no se corresponda con el valor real
del bien inmueble que se pretende enajenar.
Acerca del impuesto por incremento de Es decir, conforme las bases para establecer el
incremento patrimonial en el IVTNU, que no
valor de terrenos de naturaleza urbana son otras que las normas catastrales, no existe
tal incremento o este es menor de que lo que
reflejaría la base imponible con la que vamos
David GARCÍA VÁZQUEZ
a liquidar el tributo en cuestión.
Responsable Fiscalidad Costes Laborales de Alma Consulting Group
Esto es debido a que en muchas ocasiones
Actualmente puede producirse un incremento patrimonial en el contribuyente y el valor de la ponencia de valores está muy
darse el caso que la realidad del mercado actual produzca que la base imponible del por encima del valor real de mercado del bien
impuesto determinada por las normas catastrales, no se corresponda con el valor real inmueble. En estos casos podemos considerar
del bien inmueble que se pretende enajenar. Es decir, que no existe tal incremento o que la cuota tributaria del pago del IVTNU, en
muchas ocasiones es errónea. Si solo siguiéra-
este es menor de que lo que reflejaría la base imponible con la que vamos a liquidar mos el método de cálculo del art. 107 LHL, es
el tributo en cuestión. Esta situación ha sido objeto DE numerosas reclamaciones imposible que el valor de un bien inmueble se
ante los tribunales de nuestro país, que plantean al Tribunal Constitucional un dilema estanque o descienda nunca, cuando la reali-
no solo moral, sino económico sobre la forma de proceder ante esta cuestión. Según dad de la situación del mercado inmobiliario
como se resuelva, podría suponer una importante traba a la recuperación económica es totalmente diferente.
de las arcas municipales.

I. INTRODUCCIÓN Ante este panorama de nuestro mercado

inmobiliario, tenemos que tener en cuenta
Se le plantea al Tribunal

E
n los últimos años de la crisis econó-
mica las ventas de bienes inmuebles
en nuestro país han disminuido de
forma muy elevada. En concreto, desde el
año 2007, año referente del pico de la burbuja
inmobiliaria, la caída del precio de los inmue-
bles ha sido continuada. Según la Sociedad de
Tasación el precio de la vivienda disminuyo
un 45,60% desde el año 2007. Por su parte, la
agencia de calificación crediticia Fitch Ratings
estimó esta caída en un 30-40%.
La revalorización del patrimonio inmobiliario
que tuvo lugar durante la etapa alcista de la
burbuja inmobiliaria, vio invertida su tenden-
cia como consecuencia del desplome de los
precios de los bienes inmuebles, situando a
la riqueza inmobiliaria de los hogares espa-
ñoles a niveles del año 2005. Por otro lado,
las viviendas ofertadas al público han dis-
minuido de 664.923 en el año 2006 hasta
34.580, según las cifras del año 2012, lo cual
supone un descenso del 97,80%. Otros datos
estadísticos que manifiestan el desplome del
sector inmobiliario es que éste ha pasado de
ser el 21% del PIB en el 2008 de la economía
del país, a poco más del 12% en el año 2013.
No obstante, la agencia de calificación Stan-
dard & Poor´s ha previsto que el precio de
la vivienda aumentará en un 2% en el 2016.
que en materia de tributos locales, desde la
aprobación del Texto refundido regulador de
la Ley de Haciendas Locales (LHL) en 2004,
el Impuesto sobre el incremento de valor de
terrenos de naturaleza urbana (el IVTNU),
se calcula en función del valor catastral del
suelo del bien inmueble en el momento del
devengo, asignándole una revalorización en
función de los años transcurridos desde la
anterior transmisión. El valor del suelo viene
determinado por las normativas catastrales,
muchas de las ponencias de valores han sido
aprobadas en años anteriores al estallido de
la burbuja inmobiliaria, consecuentemente
gran parte de las valoraciones que recogen
estas ponencias no reflejan la situación real
del mercado inmobiliario.
En Madrid por ejemplo la fecha de la publi-
cación de la ponencia de valores es el
21/06/2011 y está basada en un estudio de
mercado del 2009-2010; en Barcelona la
última ponencia publicada es del año 2001.
La situación es más alarmante en municipios
cuya ponencia de valores se publicó en ple-
no auge de la burbuja inmobiliaria. Dentro
de la provincia de Madrid, las localidades de
Leganés, Majadahonda, San Sebastián de los
Reyes aprobaron sus ponencias de valores
en 2007.
Constitucional un dilema no solo
moral, sino económico sobre
la forma de proceder ante esta
cuestión
Desde el punto de vista judicial, la sentencia
del Tribunal Superior de Justicia de Catalu-
ña de 18 de julio de 2013, Sentencia número
805/2013, establece que se debe dar prima-
cía al art. 104 LHL referente a que la llamada
«plusvalía municipal» es un tributo directo
que grave un incremento real para el contri-
buyente frente al art. 107 LHL, que lo configu-
ra como un tributo autónomo, sin relación a
la riqueza generada por esa transmisión efec-
tuada por parte del contribuyente.
III. VENTA DE UN BIEN INMUEBLE
CON PÉRDIDA PATRIMONIAL A
EFECTOS DE OTROS TRIBUTOS
Por otro lado, si tenemos en cuenta que para
el cálculo de la cuota tributaria a pagar por

Los textos completos de los documentos extractados están disponibles en www.diariolaley.es

16
el IVTNU no se están considerando variables
como la diferencia entre el precio de compra
y el de venta y que en los últimos años del
estallido de la burbuja inmobiliaria muchos
inmuebles se han devaluado, en el momento
de la venta se produce una pérdida patrimo-
nial a efectos de otros tributos, y sin embar-
go, a pesar de existir este menoscabo, se da
la paradoja que los contribuyentes tienen
que abonar elevados importes económicos
por la liquidación del IVTNU de la transmi-
sión de estos inmuebles. Ante esta situación
se ha planteado a los tribunales de nuestro
EL TESTAFERRO
Su prueba en el Derecho y la Política
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país numerosas reclamaciones, entre las que
podemos destacar:
• La sentencia del Tribunal Superior de Justi-
cia (TSJ) de Cataluña de fecha 21 de marzo
de 2012, establecía la posibilidad de que los
contribuyentes han de tener la posibilidad
de probar el incremento de valor real y con
más razón, la inexistencia del mismo hecho.
Este último, que dará lugar a la anulación de
la liquidación del pago de este impuesto ante
la falta de hecho imponible, doctrina asumida
por las sentencias de TSJ de Madrid de 11 de
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23 de octubre de 2015
diciembre de 2013 y la del TSJ de Cataluña de
18 de Julio 2013.
• En el ámbito foral, podemos destacar una
resolución del tribunal administrativo de la
Diputación de Navarra, donde se critica la con-
tradicción de pagar un impuesto que deriva de
un supuesto incremento de valor en ventas de
inmuebles, que en realidad generan pérdidas
patrimoniales al contribuyente (resolución del
Tribunal Administrativo Navarra, 10 de agosto
de 2012). Son estos tribunales del ámbito foral
los que precisamente han elevado esta cues-
tión al tribunal constitucional; en concreto
el Juzgado de lo Contencioso-administrativo
número 3 de San Sebastián ha planteado una
cuestión de inconstitucionalidad por el caso
de una empresa que en el año 2003 compró
un inmueble en Irún por 3.101.222’45 euros.
En el 2014, lo vendió por 600.000 euros, regis-
trando una importante minusvalía. Sin embargo,
el ayuntamiento exige el pago de 17.899 euros
por el impuesto sobre el incremento del valor de
los terrenos de naturaleza urbana. Entiende este
juzgado que el pago de este impuesto por el con-
tribuyente podría atentar contra el principio de
capacidad económica recogido en el artículo 34
de la constitución, opinión que comparto plena-
mente ya que está claro que en este supuesto que
el contribuyente pierde casi un 80% del valor
de adquisición del bien, no existe ningún hecho
imponible que justifique un incremento econó-
mico en el contribuyente que dé lugar a que sea
gravado por este tributo local.
En definitiva, se le plantea al tribunal constitu-
cional un dilema no solo moral, sino económi-
co sobre la forma de proceder ante esta cues-
tión, y según como se resuelva, podría suponer
una importante traba a la recuperación econó-
mica de las arcas municipales, ya que los casos
como el inmueble de Irún son numerosos en
nuestro país. Puede que nos encontremos ante
un nuevo céntimo sanitario; veremos cómo se
pronuncia este tribunal al respecto. ■
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23 de octubre de 2015
Tribuna
Los delitos leves tras
la reforma introducida
en el Código Penal por
LO 1/2015
Los delitos leves tras la reforma
introducida en el Código Penal
por LO 1/2015
Beatriz ORDUÑA NAVARRO
Doctora en Derecho. Abogado Fiscal
En el presente artículo se analizan los nuevos delitos leves surgidos tras la supresión
del Libro III del Código Penal y el derecho transitorio aplicable a las antiguas faltas
contemplado en la disp. adic. 2.ª y disp. trans. 4.ª de la LO 1/2015, así como el papel
importante que asume el Ministerio Fiscal a la hora de solicitar el sobreseimiento
y archivo de los delitos leves como manifestación del principio de oportunidad e
intervención mínima.
I. SUPRESIÓN DEL LIBRO III DEL CP
DE 1995
L
a LO 1/2015, de 30 de marzo, por la
que se modifica la LO 10/1995, de 23
de noviembre, del Código penal (BOE
núm. 77, de 31 de marzo de 2015) ha signifi-
cado la supresión del Libro III del CP relativo
a las «Faltas y sus penas».
Esta supresión no ha conllevado la derogación
de todas las faltas que recogía anteriormente
bajo sus cuatro títulos: faltas contra las per-
sonas, el patrimonio, los intereses generales
y el orden público. Algunas de ellas han que-
dado despenalizadas y otras, la gran mayoría,
han pasado a ser delitos leves que se recogen
dentro del nuevo Libro II bajo la rúbrica de
«Delitos y sus penas». En consecuencia el
nuevo Código penal clasifica las infraccio-
nes penales en delitos graves, menos y leves
según la pena a imponer.
Las antiguas faltas que quedan derogadas son:
Dentro de las faltas contra las personas:
— El incumplimiento del régimen de visitas u
obligaciones familiares (art. 618.2).
— La denegación de asistencia a persona des-
valida dependiente (art. 619).
— Las injurias o vejaciones injustas leves (art.
620) excepto para las víctimas del art. 173.2
CP.
Los textos completos de los documentos extractados están disponibles en www.diariolaley.es
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LA LEY 6298/2015
— Las lesiones del art. 147.2 causadas por impru-
dencia grave (art. 621.1) y las lesiones y muerte
causadas por imprudencia leve (art. 621.2 y 3
CP). Se resuelven ante la jurisdicción civil (1).
— Infracción del régimen de custodia (art. 622).
Faltas contra el patrimonio:
— Deslucimiento de bienes muebles e inmue-
bles (art. 626).
— Defraudación a Hacienda de la Comuni-
dad Europea en cuantía superior a 4000 euros
(art. 627).
— Defrauda a los presupuestos u obtención
de fondos de la Comunidad Europea en más
de 4000 euros (art. 628).
Faltas contra los intereses generales:
— Abandonar jeringuillas o instrumentos peli-
grosos (art. 630).
— Dejar animales feroces o dañinos sueltos
(art. 631.1).
— Antigua falta contra la flora (art. 632.1).
Faltas contra el orden público:
— Perturbar levemente el orden (art. 633).
— Falta de respeto y consideración debida a
los agentes de la autoridad (art. 634). Sólo la
17
falta de respeto y consideración debida a la
autoridad se considera delito leve del nuevo
art. 556.2 CP.
— Realización de actividades careciendo de
seguro obligatorio (636).
La Exposición de motivos de la LO 1/2015
reconoce que la reducción de número de fal-
tas introduce coherencia en el sistema san-
cionador en su conjunto, «pues buena parte
de ellas describen conductas sancionadas de
forma más grave en el ámbito administrativo;
en otras ocasiones, se trata de infracciones
que son corregidas de forma más adecuada
en otros ámbitos como las faltas contra las
relaciones familiares que tiene una respuesta
más adecuada en el Derecho de familia; y,
en algunos casos, regulan conductas que, en
realidad, son constitutivas de delito o debe-
rían ser reguladas de forma expresa como
delito» (2).
El resto de las faltas no derogadas que se
recogían en el Libro III pasan a ser delito leve
que se dispersan por todo el Libro II, integran-
do, en algunos casos, subtipos atenuados de
delitos menos graves.
Los delitos leves se diferencian de los delitos
menos graves por la pena a imponer, así se
establece en el art. 13.3 del CP: «son delitos
leves las infracciones que la ley castiga con
pena leve». El art. 33.4 CP clasifica las penas
leves: de tres meses a un año (inclusive) de
la pena del privación del derecho a conducir
vehículos a motor y ciclomotores [art. 33.4
a)], del derecho a la tenencia y porte de armas
[art. 33.4 b)] y de inhabilitación especial para
profesión u oficio [art. 33.4 c)], de un mes a
menos de seis meses en la pena de prohibi-
ción de aproximación y comunicación con la
víctima, familiares o personas que determine
el Juez [art. 33.4 e) y f)], multa de hasta tres
meses [art. 33.4 g)], localización permanente
de hasta tres meses [art. 33.4 h)] y hasta 30
días en la pena de trabajos en beneficio de la
comunidad [art. 33.4 i)].
Por encima de estos límites punitivos el delito
será menos grave. Sin embargo el art. 13.4 del
CP hace una importante matización: «Cuan-
do la pena por su extensión, pueda conside-
rarse como leve y menos grave, el delito se
considerará en todo caso, como leve». Esto
quiere decir que si el delito tiene señalada una
pena que arranca del tramo leve, aunque se
extienda dentro del tramo de la pena menos
grave del art. 33.3 del CP, el delito será leve.
Así ocurre con el delito de usurpación de un
bien inmueble que no constituya morada del
art. 245.2 CP sancionado con pena de multa
de 3 a 6 meses, al partir de la pena de 3 meses
(hasta 3 meses el delito es leve) debe con-
siderarse como leve, habiendo sufrido este
delito una degradación con el nuevo Código
penal, antes de la reforma el delito era menos
18
grave [art. 33.3 i)] al tener esta consideración
los delitos castigados con pena de multa de
más de dos meses.
En los delitos castigados con pluralidad de
penas, si alguna o algunas de ellas se encuen-
tran comprendidas dentro del tramo de delito
menos grave del art. 33.3, el delito se consi-
derará como menos grave (V.gr., el delito de
falso testimonio del art. 458.1 CP, castiga-
do con pena de prisión de 6 meses a 2 años
(menos grave) y multa de 3 a 6 meses (leve).
El principio de intervención
mínima permite a los Jueces el
archivo de conductas típicas
pero de muy escasa gravedad
Cuando el delito tiene previstas penas alter-
nativas, es la más grave la que calificará el
delito con independencia de la que se solicite
por las partes o se imponga (V.gr., el delito
de inmigración ilegal y el auxilio lucrati-
vo a mantenerse ilegalmente en territorio
español del art. 318 bis, 1 y 2 CP, que tiene
prevista una pena de multa de 3 a 12 meses
(leve) o alternativamente, pena de prisión
de 3 meses a 1 año (menos grave) o el delito
contra la propiedad intelectual e industrial,
en la modalidad de distribución o venta
ambulante u ocasional (arts. 270.4 párrafo
segundo y 274.3 párrafo segundo CP) cuan-
do el beneficio obtenido o esperado sea de
escasa entidad y atendiendo a las caracte-
rísticas del culpable, castigado con pena de
multa de 1 a 6 meses (leve) o de trabajos en
beneficio de la comunidad de 31 a 60 días
(menos grave) o el delito de hurto de uso de
vehículo de motor ajeno del art. 244.1 CP si
el valor del vehículo es superior a 400 euros
que tiene señalada una pena de multa de 2 a
12 meses (leve) o alternativamente trabajos
en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días
(menos grave).
Como se recoge en la Circular 1/2015 de a
FGE si se siguiera el criterio de considerar
la pena solicitada para calificar el delito de
leve o menos grave, se dejaría en manos de
la acusación la elección del foro de compe-
tencia judicial (art. 14.1 y 5, d) LECrim.) y el
procedimiento adecuado (Libro VI LECrim.),
comprometiendo el principio de seguridad
jurídica y el derecho del justiciable a cono-
cer de antemano el juez competente, con la
paradoja de que la pena de trabajos en bene-
www.diariolaley.es
ficio de la comunidad no se puede imponer
sin consentimiento del reo (art. 49), dejando
en sus manos la elección del procedimiento
a seguir (3).
Pese a que la voluntad del legislador con la
nueva Ley 1/2015 ha sido la supresión de
determinada faltas, pasando a ser sanciona-
das en vía civil o administrativa, sin embargo,
no se ha visto reducido el número de deli-
tos leves, a las faltas no derogadas que han
pasado a ser delito leves hay que añadir los
delitos menos graves que, debido a la nue-
va clasificación de los delitos y de sus penas
introducidos tras la reforma, han pasado a ser
delitos leves cuyo enjuiciamiento es similar
al antiguo juicio de faltas (4).
II. EL NUEVO PROCEDIMIENTO
PARA EL ENJUCIAMIENTO DE LOS
DELITOS LEVES
1. Procedimiento por delitos leves
La Disposición final segunda, apartado ocho
de la LO 1/2015 modifica varios preceptos
del Libro VI de la LECrim. (arts. 962.1, 963,
964, 965.1, 966, 967.1, 969.2, 973.2 y 976.3
LECrim.) que pasa a denominarse «Del pro-
cedimiento para el juicio sobre delitos leves».
En esencia se sigue manteniendo la regula-
ción del anterior juicio faltas, por lo que salvo
los delitos que han quedado derogados y la
nueva ubicación en el Libro II de los nuevos
delitos leves, la tramitación procesal viene a
ser en esencia la misma, regida por los prin-
cipios de oralidad y concentración.
Se mantienen las tres formas de enjuicia-
miento de estos delitos:
A) En el servicio de guardia por convocatoria
policial a través de la agenda programada de
citaciones para los delitos de lesiones, mal-
trato de obra, hurto flagrante, amenazas,
coacciones e injurias (arts. 962, 963 LECrim.).
La Policía citará ante el Juez de Guardia a los
ofendidos o perjudicados, al denunciante,
denunciado y testigos que puedan dar razón
de los hechos. Recibido el atestado, el Juez
puede:
a) Acordar el sobreseimiento del procedi-
miento o archivo cuando lo solicite el Minis-
terio Fiscal por resultar el delito leve de muy
escasa gravedad o no existir un interés públi-
co relevante en la persecución del hecho.
b) Acordar la inmediata celebración del juicio
en el caso de haber comparecido las personas
citadas o de que, aun no habiendo compare-
cido alguna de ellas, el Juzgado no considere
necesaria su presencia.
B) En el servicio de guardia por convocato-
ria judicial: el resto de los delitos distintos a
23 de octubre de 2015
los anteriores (arts. 964 LECrim.). La Policía
realiza el atestado que necesariamente debe
contemplar las diligencia practicadas y el
ofrecimiento de acciones al ofendido o perju-
dicado y lo remite al juzgado de Guardia que
realizará las citaciones. Recibido el atestado
y, en los casos en los que sea el ofendido el
que hay denunciado directamente en el Juz-
gado, el Juez puede:
a) Acordar el sobreseimiento del procedi-
miento o archivo cuando lo solicite el Minis-
terio Fiscal
b) Acordar la inmediata celebración del jui-
cio si estando identificado el denunciado, es
posible convocar al resto de las personas para
que comparezcan durante la guardia siempre
que concurran el resto de los requisitos del
art. 963 LECrim.
C) El enjuiciamiento fuera de servicio de
guardia mediante señalamiento judicial en
el plazo de siete días desde la recepción del
atestado o denuncia (art. 965 LECrim.).
a) Si el Juez estima que la competencia para
el enjuiciamiento corresponde al propio Juz-
gado de Instrucción y el Ministerio Fiscal no
pide el sobreseimiento, el Secretario Judicial
señalará día para la celebración del juicio y
efectuará las citaciones en el día hábil más
próximo posible dentro del predeterminado
a tal fin, y en cualquier caso en un plazo no
superior a siete días.
b) Si el Juez estima que la competencia para el
enjuiciamiento corresponde a otro Juzgado, el
Secretario Judicial emitirá el atestado al Juez
competente para que proceda al señalamien-
to del juicio y a las citaciones.
Los delitos leves en su gran mayoría son
delitos semipúblicos que requieren para su
iniciación la denuncia de la persona agravia-
da, de su representante legal o del Ministerio
Fiscal, si la persona agraviada es menor de
edad o tiene una discapacidad necesitada de
protección (art. 105 LECrim.).
Los delitos leves de amenazas y coaccio-
nes fuera del ámbito doméstico de los arts.
171.7 y 172.3 CP (antiguo art. 620 CP), daños
causados por imprudencia grave en cuantía
superior a 80.000 euros (art. 267 párrafo
primero CP en su anterior y nueva redac-
ción), homicidio por imprudencia menos
grave (art. 142.2 CP) y lesiones graves de los
arts. 149 y 150 CP causadas por imprudencia
menos grave del art. 152.2 CP (anterior art.
621 del CP) siempre han exigido denuncia de
la persona agraviada. La reforma ha intro-
ducido la necesidad de denuncia a nuevos
delitos leves que han mutado de naturaleza
pública a semipública, son las antiguas faltas
de lesiones y de maltrato de los arts. 617.1
y 617.2 CP (actual art. 147.2 y 3 CP) y las
23 de octubre de 2015 19
www.diariolaley.es

injurias y vejaciones injustas contra alguna

de las personas a las que se refiere el art.
173.2 CP recogidas en el anterior 620 in fine
CP (nuevo art. 173.4 CP).

La Exposición de Motivos de la LO 1/2015

justifica la denuncia previa del perjudicado
en el delito leve de lesiones y maltrato de
obra, en la necesidad de mejorar la situación
actual, por la que un simple parte médico de
lesiones de escasa entidad obligaba al juez de
instrucción a iniciar todo un proceso judicial
y a citar al lesionado para que acudiera obli-
gatoriamente al juzgado a fin de hacerle el
ofrecimiento de acciones como perjudicado,
con los inconvenientes que ello le ocasionaba.
Parece más adecuado que sólo se actúe cuan-
do el perjudicado interponga denuncia. Ahora
bien, en los casos de violencia de género no
se exigirá denuncia previa para perseguir las
lesiones de menor gravedad y el maltrato de
obra (5).

Los delitos leves que se incoan por denuncia

de la persona agraviada, permiten el archivo
del procedimiento antes del juicio oral o que
este termine, una vez iniciado, mediante sen-
tencia absolutoria, al estar previsto en nues-
tro ordenamiento la extinción de la acción
penal mediante el perdón del ofendido (art.
130.1.5.º CP).

sionales en este contexto o en el de cualquier aplicada retroactivamente a las faltas que no

2. Intervención del Ministerio Fiscal en los otra actividad profesional por infracción de hayan sido enjuiciadas antes del 1 de julio de
delitos leves la lex artis. 2015.

En los delitos leves que requieran la denun-
cia del agraviado, ya no será necesario que
informe el Ministerio Fiscal interesando el
sobreseimiento o archivo ni la asistencia a
juicio por delito leve. Así se recoge en el art.
969.2 de la LECrim.: «El fiscal asistirá a los
juicios por delito leve siempre que a ellos
sea citado. Sin embargo el Fiscal General
del Estado impartirá instrucciones sobre los
supuestos en los que, en atención al interés
público, los fiscales podría dejar de asistir al
juicio y emitir los informes a que se refieren
los arts. 963.1 y 964.2, cuando la persecución
del delito leve exija la denuncia del ofendido
o perjudicado» (6).
La Circular 1/2015 exige la presencia del
Ministerio Fiscal en los siguientes delitos
semipúblicos (7):
— Homicidio por imprudencia menos gra-
ve (142.2 CP) con motivo de la circulación
de vehículos a motor o ciclomotores por la
vía pública o con motivo de la prestación de
un servicio público o privado de transporte
colectivo de personas (ferrocarril, metro,
líneas aéreas…), por razón de un accidente
laboral como consecuencia de infracción de
normas de prevención de riesgos, seguridad e
higiene en el trabajo, o en el ámbito sanitario
como consecuencia de la actuación de profe-
— Lesiones cualificadas por imprudencia
menos grave del art. 152.2 CP cuando el resul-
tado lesivo sea alguno de los previstos en el
art. 149 CP, se excusará su asistencia en las
lesiones del 150 CP.
— Lesiones dolosas del art. 147.2 CP.
— Maltrato de obra de art. 147.3 sólo cuan-
do la víctima sea una persona vulnerable por
razón de su edad, enfermedad o discapacidad.
En los delitos leves públicos el Fiscal deberá
informar con carácter previo sobre el sobre-
seimiento o archivo y asistirá al acto del juicio
por delitos leves.
III. PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD
(8)
Una de las novedades introducidas por la LO
1/2015 en la tramitación de los delitos leves
del Libro VI de la LECrim., es la posibilidad
de que no se celebren si el Fiscal solicita el
sobreseimiento o archivo, informe que debe
evacuar siempre en los delitos leves públicos
y en los semipúblicos para los que la Circular
1/15 exige la asistencia del Ministerio Público
al acto de la vista oral, mencionados en el
apartado anterior. Esta posibilidad puede ser
Manifestación del principio de oportunidad
es el de intervención mínima, que trata de
evitar la incoación de procedimientos en los
Juzgados, permitiendo a los Jueces el archi-
vo de conductas típicas pero de muy escasa
gravedad, como se recoge en la Exposición de
Motivos de la nueva Ley: «se consigue descar-
gar a los tribunales de la tramitación de asun-
tos menores carentes de verdadera relevancia
que congestionan su actividad y reducen los
recursos disponibles para el esclarecimiento,
persecución y sanción de las conductas real-
mente graves» (9).
El Ministerio Público, sin embargo, no es
libre a la hora de decidir el sobreseimiento
o archivo. El art. 963.1.1.ª LECrim. establece
dos circunstancias cumulativas que deben ser
tenidas en cuenta a la hora de informar: 1.º)
la escasa gravedad del delito y 2.º) la ausen-
cia de interés público en la persecución del
hecho.
La Circular 1/2015 de la FGE establece las
pautas a tener en cuenta por el Ministerio
Fiscal a la hora de solicitar el archivo por
motivos de oportunidad, distinguiendo (10):
A) Delitos leves públicos patrimoniales y los
que afectan a bienes jurídicos personales que
tienen una o varias víctimas individualizadas:

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20
— El archivo por razones de oportunidad sólo
se solicitará si ninguna víctima denuncia o
manifiesta un interés explícito en la perse-
cución del hecho, salvo en aquellos casos en
que su postura se pueda estimar infundada,
irracional o arbitraria. La mera afirmación
de «quedar enterado» del ofrecimiento de
acciones no será impedimento para solicitar
el archivo.
— Cuando la víctima manifieste en el atesta-
do policial o en el juzgado su deseo de no ser
citada a juicio o su voluntad de que el proce-
dimiento no siga adelante, salvo que subsista
un interés público necesitado de tutela.
— No se solicitará el archivo por motivos de
oportunidad en los procedimientos incoados
por actos de violencia física y psíquica come-
tidos en el núcleo de convivencia familiar, sal-
vo casos excepcionales de hechos de escasa
trascendencia cuando la víctima solicita de
forma expresa el archivo y no hay indicios de
que haya sido coaccionada por el autor de
delito o personas de su entorno.
— No se solicitará el archivo por motivos de
oportunidad de los procedimientos incoados
por delitos leves que tenían la consideración
de menos graves antes de la reforma del
Código Penal por LO 1/2015 (11). Tampoco
en los delitos leves patrimoniales previstos
en los arts. 236, 246, 247, 254, 255 y 256 CP
cuando el valor del objeto, ventaja o prove-
cho obtenido por el culpable haya rebasado
los 400 euros, ni en el delito de ocupación de
inmueble, edificio o vivienda que no consti-
tuya morada del art. 245.2 CP.
www.diariolaley.es
B) Delitos leves que afectan al orden público o
a los intereses generales: (12)
Hay que atender a las circunstancias que
concurren en el autor. Su edad juvenil com-
prendida entre los 18 y 21 años, carencia de
antecedentes penales por hechos de la misma
naturaleza, ocasionalidad de sus conducta,
arrepentimiento mostrador o su disposición
a reparar el mal causado. Para ello habrá que
valorar la hoja histórico penal del denunciado,
informando en contra del archivo si el autor
tiene antecedentes por distintos delitos.
La ausencia de interés público en la perse-
cución del hecho como circunstancia acu-
mulativa a la anterior queda concretado el
art. 963.1.1.ª LECrim. al establecer: «En los
delitos leves patrimoniales, se entenderá
que no existe interés público relevante en su
persecución cuando se hubiera procedido a la
reparación del daño y no exista denuncia del
perjudicado» (13). Se trata de delitos leves
patrimoniales cuando la cuantía el valor del
objeto, ventaja o provecho obtenido por el
culpable no haya rebasado los 400 euros.
Si es la propia víctima la que denuncia los
hechos en la Policía o en el Juzgado, o en el
curso del atestado o procedimiento manifies-
ta su voluntad expresa de denunciar, deberá
celebrarse el juicio especialmente si no se ha
reparado el daño y el perjudicado reclama.
El principio de oportunidad se puede aplicar a
las faltas públicas que no haya quedado des-
penalizadas ni sometidas a denuncia previa y
que a la entrada en vigor de la nueva ley no
23 de octubre de 2015
se hayan enjuiciado como manifestación del
principio de retroactividad favorable al reo y
de lo dispuesto en la disp. trans. 1.ª LO 1/2015
al establecer: «Los delitos y faltas cometidos
hasta el día de la entrada en vigor de esta Ley
se juzgarán conforme a la legislación penal
vigente en el momento de su comisión. No
obstante lo anterior, se aplicará esta Ley, una
vez que entre en vigor, si las disposiciones de
la misma son más favorables al reo, aunque
los hechos se hubieran cometido con anterio-
ridad a su entrada en vigor» (14).
Las faltas que antes de la reforma eran públi-
cas y que han quedado sometidas tras la
entrada en vigor de la LO 1/2015 al régimen
de denuncia previa (semipúblicas), referidas
exclusivamente a los delitos leves de lesiones
y malos tratos de los arts. 147.2 y 3 CP (anti-
guo 617 CP) conforme a lo dispuesto en la
disp. trans. 4.ª, apartado 2.º de la LO 1/2015,
si el perjudicado manifiesta no querer ejerci-
tar las acciones civiles que le asisten, el Fiscal
deberá solicitar el archivo de la causa, pero
si la víctima manifiesta su deseo de reclamar
por los daños y perjuicios sufridos, el proce-
dimiento continuará y el fallo se limitará al
pronunciamiento sobre responsabilidades
civiles y costas (15). Lo mismo resulta apli-
cable a las antiguas faltas que han quedado
despenalizadas, continuando hasta su normal
terminación a los solos efectos de la respon-
sabilidad civil (16). Lo anterior es reflejo del
espíritu de la reforma que prescinde de la san-
ción penal de conductas de escasísima grave-
dad tal y como se recoge en la Exposición de
Motivos de la LO 1/2015 al establecer que:
«En el caso de infracciones de menor grave-
dad (los delitos leves) existen habitualmente
conductas que resultan típicas pero que no
tiene una gravedad que justifique la apertura
de un proceso y la imposición de una sanción
de naturaleza penal; y en cuya sanción penal
tampoco existe un verdadero interés público.
Para estos casos se introduce, con una orien-
tación que es habitual en el Derecho compa-
rado, un criterio de oportunidad que permitirá
a los jueces, a petición del Ministerio Fiscal,
valorada la escasa entidad del hecho y la falta
de interés público, sobreseer estos procedi-
mientos» (17).
IV. RÉGIMEN TRANSITORIO DE LA
REFORMA (18)
La disp. adic. 2.ª de la LO 1/15 establece: «La
instrucción y enjuiciamiento de los delitos
cometidos tras la entrada en vigor de la pre-
sente Ley se sustancia conforme al procedi-
miento previsto en el Libro VI de la vigente
Ley de Enjuiciamiento Criminal, cuyos pre-
ceptos se adaptarán a la presente reforma en
todo aquello que sea necesario. Las mencio-
nes contenidas en la leyes procesales a las
faltas se entenderán referidas a los delitos
leves».
23 de octubre de 2015
Las faltas cometidas con
anterioridad al 30 de junio
de 2015 deben seguir el
procedimiento anterior a la
reforma
Por lo tanto el nuevo procedimiento se
aplicará a los delitos leves que se cometan
a partir del 1 de julio de 2015 (conforme lo
dispuesto en la disp. final 8.ª sobre entrada
en vigor de la nueva Ley) y las faltas que
se hayan cometido hasta el 30 de junio de
2015 se enjuiciaran conforme al Libro VI de
la LECrim. antes de la reforma. Es la fecha
del hecho, no la del juicio la que determina
la ley procesal aplicable como excepción al
principio de tempus regit actum.
En consecuencia, la tramitación de los proce-
sos por faltas iniciados antes del 30 de junio
de 2015 continuará sustanciándose confor-
me al procedimiento previsto para el juicio
de faltas en el Libro VI de la LECrim. Esta es
la interpretación correcta que debe darse al
apartado primero de la disp. trans. 4.ª de la
LO 1/15 cuando establece: «La tramitación
de los procesos por falta iniciados antes de
la entrada en vigor de esta Ley, por hechos
que resultan tipificados como delitos leves,
continuarán sustanciándose conforme al pro-
cedimiento previsto para el juicio de faltas en
el libro VI de la vigente Ley de Enjuiciamiento
Criminal».
Ello quiere decir que las faltas que se han
cometido con anterioridad al 30 de junio de
2015, deben seguir el procedimiento del juicio
de faltas del Libro VI de la LECrim. anterior a
la reforma, aunque esta resolución se adopte
tras la entrada en vigor de la nueva ley.
NOTAS
(1) La reforma ha reconducido las actuales faltas
de homicidio y lesiones por imprudencia leve
hacia la vía jurisdiccional civil. Así se recoge en la
Exposición de Motivos de la de la LO 1/2015 (BOE
de 31 de marzo de 2015, pág. 27084: «No toda
actuación culposa de la que se deriva un resultado
dañoso debe dar lugar a responsabilidad penal,
sino que el principio de intervención mínima y la
consideración del sistema punitivo como última
ratio, determinan que en la esfera penal deban
incardinarse exclusivamente los supuestos graves
de imprudencia, reconduciendo otro tipo de
conductas culposas a la vía civil, en su modalidad
de responsabilidad extracontractual o aquiliana
de los arts. 1902 y siguientes del Código Civil,
Los textos completos de los documentos extractados están disponibles en www.diariolaley.es
www.diariolaley.es
En el mismo sentido, aquellos delitos que
eran menos graves antes de la reforma y que,
con posterioridad al 1 de julio de 2015 pasan
a ser delitos leves (v. gr., delito de ocupación,
sin autorización debida, de un bien inmueble,
vivienda o edificio ajeno que no constituya
morada del art. 245.2 CP), incoado como dili-
gencias previas antes de la reforma, seguirá
su tramitación como diligencias previas sin
que deba degradarse en su tramitación en
procedimiento por delito leve.
Las antiguas faltas contra la propiedad inte-
lectual e industrial (art. 623.5 CP) que pasan
a ser delito menos grave tras la reforma (art.
270.1 párrafo segundo último inciso y 274.2
párrafo segundo inciso último) como conse-
cuencia de que la pena alternativa de traba-
jos en beneficio de la comunidad tiene una
extensión de 31 a 60 días (pena menos grave),
se tramitarán como diligencias previas y se
enjuiciarán por el Juzgado de lo Penal para
los hechos cometidos a partir del 1 de julio de
2015. Para los hechos anteriores a esta fecha,
seguirán su tramitación como juicio de faltas
al establecer la Disposición Adicional 2.ª de
la LO 1/15 que la Ley procesal aplicable viene
determinada por la fecha de comisión de los
hechos.
La disp. adic. 2.ª y disp. trans. 4.ª del nuevo
Código penal, no hacen mención expresa a
la posibilidad de aplicar el principio de opor-
tunidad de forma retroactiva a las antiguas
faltas, de forma que estas continuaran con-
forme a la regulación del juicio de faltas
hasta dictarse sentencia. Contrariamente,
si una pena prevista para un delito resulta
con el nuevo Código Penal más favorable, se
puede aplicar retroactivamente (art. 2.2 CP),
por lo que no debería existir ningún impedi-
mento para aplicar los institutos procesales
de denuncia previa y del perdón del ofen-
dido como manifestaciones del principio de
oportunidad retroactivamente, aun teniendo
estas instituciones carácter eminentemente
procesal (tempus regit actum), ya que como
reconoce la Circular 1/15, repercute también
a la que habrá de acudir quien pretenda exigir
responsabilidad por culpa de tal entidad».
(2) BOE de 31 de marzo de 2015, pág. 27082.
(3) Circular 1/2015, sobre pautas para el ejercicio
de la acción penal en relación con los delitos leves
tras la reforma penal operada por LO 1/2015, pág.
12.
(4) Estos nuevos delitos leves los podemos
clasificar: Delitos patrimoniales: ocupación sin
autorización de bien inmueble que no constituye
morada (245.2 CP), alteración de términos y
lindes cuando la utilidad reportada o pretendida
exceda o no de la cantidad de 400 euros (246.1
y 2 CP), la distracción de aguas cuando reporte
una utilidad de más de 400 euros o cuando
21
en uno de los elementos del delito, la puni-
bilidad (19).
La Circular 1/15 permite la aplicación del prin-
cipio de oportunidad a las faltas que a la fecha
de entrada en vigor de la LO 1 /2015 todavía
no hayan sido enjuiciadas. A esta conclusión
se puede llegar tras la lectura de la disp. trans.
1.ª de la LO 1/15 cuando dice: «Los delitos y
faltas cometidos hasta el día de la entrada
en vigor de esta Ley se juzgarán conforme a
la legislación penal vigente en el momento
de su comisión. No obstante lo anterior, se
aplicará esta Ley, una vez que entre en vigor,
si las disposiciones de la misma son más favo-
rables para el reo, aunque los hechos hubieran
sido cometidos con anterioridad a su entrada
en vigor».
En el mismo sentido el apartado segundo
de la disp. trans. 4.ª de la LO 1/15 permite
la aplicación del principio de oportunidad a
las antiguas faltas cuando establece: «La tra-
mitación de los procesos por falta iniciados
antes de la entrada en vigor en de esta Ley por
hechos que resultan por ella despenalizados
o sometidos al régimen de denuncia previa,
y que lleven aparejada una posible respon-
sabilidad civil, continuarán hasta su normal
terminación, salvo que el legitimado para ello
manifieste expresamente no querer ejercitar
las acciones civiles que le asistan en cuyo caso
se procederá al archivo de lo actuado, con el
visto del Ministerio Fiscal.
Si continuara la tramitación, el Juez limitará el
contenido del fallo al pronunciamiento sobre
responsabilidades civiles y costas, ordenando
la ejecución conforme a lo dispuesto en la
LECrim.».
Se refiere esta Disposición Transitoria a las
faltas que han quedado sometidas tras la
reforma al régimen de denuncia previa (deli-
tos leves de lesiones y malos tratos del art.
147.2 y 3 CP (anterior 617 CP). En estos casos
el Ministerio Público no interesará condena
penal y limitará su pronunciamiento a la res-
ponsabilidad civil. ■
no exceda esta cantidad (247.1 y.2 CP), la
apropiación indebida de cosa mueble ajena fuera
de los casos previstos en el art. 253 CP exceda
o no la cuantía de lo apropiado de 400 euros
(254.1 y 2 CP), defraudación de energía, fluidos
y telecomunicaciones exceda o no de 400 euros
(art. 255.1 y 255.2 CP), el uso inconsentido
de un terminal de telecomunicaciones ajeno
cuando se ocasiona a su titular un perjuicio
superior o inferior a 400 euros (art. 256.1 y 2
CP), los daños causados por imprudencia grave
en cuantía superior a 80.000 euros (art. 267
CP). Delito contra la libertad de las personas:
aprehensión por particular, fuera de los casos
permitidos por las leyes, de una persona para
presentarla inmediatamente a la autoridad (art.
163.4 CP). Delitos contra el patrimonio histórico:
22
daños por valor superior a 400 euros causados
por imprudencia grave en determinados bienes
(art. 324 CP). Delitos de falsedad documental:
facultativo que libra certificado falso (397
CP), particular que falsifica o trafica o usa a
sabiendas una certificación falsa (399 CP),
fabricación y tenencia de útiles o medios para
cometer las falsedades anteriores (art. 400
CP). Delitos contra la Administración Pública:
particular que conociendo la ilegalidad, acepta
propuesta, nombramiento o toma de posesión de
un cargo público (art. 406 CP). Delitos contra la
Administración de Justicia: imputación falsa de un
delito leve (456.1,3.º CP), particular que destruye,
oculta o inutiliza documentos o actuaciones
procesales (465.2 CP), determinados familiares
de un condenado, preso o detenido que le
proporciona la evasión (470.3 CP). Delitos contra
el honor: injurias graves hechas sin publicidad (art.
209 CP). Omisión del deber de socorro (195.1 y
2 CP).
(5) BOE 31 de marzo de 2015, pág. 27083.
(6) Exposición de Motivos LO 1/2015. BOE 31 de
marzo de 2015, pág. 27174.
(7) Circular 1/2015 sobre pautas para el ejercicio
de la acción penal en relación con los delitos leves
tras la reforma operada por LO 1/2015, págs.
23-24. En cualquier caso, si el Fiscal es el que
ha denunciado en nombre de un menor de edad,
persona discapacitada necesitada de especial
protección o desvalida (105.2 LECrim), deberá
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dudas sobre el encaje de conductas dentro o fuera del Código penal. Esta obra las
disipa, clarificando su “nuevo” tratamiento pues lleva a cabo un rastreo de cada una
de las antiguas faltas y las consecuencias penales sustantivas y procesales de los
«nuevos» delitos leves.
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intervenir en el juicio oral en defensa de sus
intereses cualquiera que sea el delito.
(8) Sobre el principio de oportunidad. TORO
PEÑA, J. A . «El principio de oportunidad reglado».
Diario LA LEY, núm. 8614, Sección Tribuna,
28 de septiembre de 2015, Ref. D-352. La LEY
5535/2015.
(9) BOE de 31 de marzo de 2015, pág. 27085.
(10) Circular 1/15 sobre pautas para el ejercicio
de la acción penal en relación con los delitos leves
tras la reforma operada por LO 1/2015, págs.
47-48.
(11) Delitos de detención ilegal (art. 163.4CP),
contra el patrimonio histórico (art. 324 CP),
de falsedad documental (arts. 397, 399 y 400
CP), contra la Administración Pública (art.
406 CP) y contra la Administración de Justicia
(arts. 456.1.3.º, 465.2 y 470.3 CP), salvo casos
excepcionales.
(12) Se trata de los siguientes delitos: mantenerse
en el domicilio de una persona jurídica, despacho
profesional, oficina, establecimiento mercantil
o local abierto al público en contra la voluntad
de su titular ( 203.2 CP), maltrato animal en
espectáculos no autorizados (337.4 CP), abandono
de animal poniendo en peligro su vida o integridad
(337 bis CP), expender moneda falsa o sellos de
correos y efectos timbrados de valor aparente no
superior a 400 euros por quién la recibe de buena
fe una vez le consta su falsedad (386.3 y 389.2
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CP), uso público e indebido de uniforme, traje e
insignia que confieren carácter oficial por quién no
está autorizado (402 bis CP).
(13) Exposición de Motivos LO 1/2015. BOE de 31
de marzo de 2015, pág. 27172.
(14) BOE de 31 de marzo de 2015, págs. 27167-
27168.
(15) BOE de 31 de marzo de 2015, págs. 27169.
(16) Llama la atención que el legislador respecto
a las antiguas faltas de lesiones y malos tratos del
antiguo 617.1 y 2 del CP, si el perjudicado en el
acto de la vista oral desea continuar, no permita
que el Ministerio Fiscal pueda pedir condena penal,
celebrándose el juicio a los exclusivos efectos de
determinar la responsabilidad civil, cuando en el
nuevo delito leve de lesiones y malos tratos del art.
147.2 y 3 del CP, se puede pedir condena penal,
produciéndose un agravio comparativo con los
denunciantes/perjudicados de un delito leve de
lesiones y maltrato por hechos acaecido a partir
del 1 de julio de 2015.
(17) BOE de 31 de marzo de 2015, pág. 27085.
(18) El régimen transitorio se encuentra regulado en
la disp. adic. 2.ª y disp. trans. 1.ª y 4.ª de la LO 1/2015.
BOE de 31 de marzo de 2015, págs. 27167 y 27169.
(19) Circular 1/15 sobre pautas para el ejercicio
de la acción penal en relación con los delitos leves
tras la reforma operada por LO 1/2015, pág. 38.
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Autora:
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Páginas: 236 • Rústica
ISBN: 978-84-9090-069-7
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No obstante, concurre en el caso una circunstancia muy rele-

Tribunal Supremo

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Consulte los textos íntegros en
vante: cuando la TGSS interpuso su demanda en reclamación
de pago de su crédito contra la masa en atención al criterio del
TS, Sala Primera, de lo Civil, S 305/2015, 10
Jun. vencimiento, la administración no había realizado aún la comuni-
cación al juzgado de insuficiencia de la masa activa para el pago
Ponente: Sancho Gargallo, Ignacio
de los créditos contra la masa. Esta comunicación constituye el
LA LEY 125697/2015 presupuesto legal para que opere el orden de prelación de pago,
y si al tiempo de presentarse la demanda no se había realizado
la comunicación, no cabe opone un orden de prelación de pago
No se aplican las reglas de distinto del vencimiento.
pago del artículo 176 bis 2 LC Consecuentemente, el Tribunal Supremo estima el recurso de
si al momento de reclamar casación y declara que el pago del crédito de la TGSS contra la
masa del concurso se haga con arreglo al criterio de su venci-
el crédito la administración miento, sin que le resulte oponible la prelación de créditos del
concursal no ha comunicado art. 176 bis.2 LC.

la insuficiencia de la masa
activa Tribunal Superior de Justicia

www.diariolaley.es
Consulte los textos íntegros en
TSJ Madrid, Sala de lo Contencioso-
El orden de prelación de los créditos de las empresas concur- administrativo, S 467/2015, 28 May.
sadas, que se contiene en el artículo 176 bis.2 LC, se aplica
Ponente: Canabal Conejos, Francisco Javier
desde la comunicación de la insuficiencia de la masa y afecta
a todos los créditos pendientes de pago. Sin embargo, si al LA LEY 107241/2015
momento de presentarse la demanda incidental solicitando
el abono del crédito pendiente, no se ha realizado la comuni-
cación por la administración concursal sobre la insuficiencia Exención del IBI para un
de la masa activa, no puede oponerse dicha regla, distinta
del vencimiento.
edificio del siglo XX no
En el presente recurso de casación la Sala Primera realiza una
declarado de interés cultural,
interpretación de las reglas de pago contenidas en el art. 176 bis.2 al estar inserto en un
LC. La cuestión se plantea tras la declaración del concurso de la
empresa, en la que, generándose créditos contra la masa a favor
Conjunto Histórico
de la TGSS, se reclama su pago antes de que el administrador
concursal pusiera en conocimiento del juzgado la insuficiencia El inmueble, situado en una céntrica plaza de Madrid, no
de la masa activa para el abono. está catalogado como Monumento y goza tan solo de una
protección parcial conforme a las normas urbanísticas del
La Sala entiende que mantener la tesis de que el orden de prelación PGOU; sin embargo, está incluido en un conjunto histórico
se aplica necesariamente desde la comunicación de insuficiencia que es el que constituye un bien inmueble según definición
de la masa activa para el pago de los créditos contra la masa, y del artículo 14.2 de la Ley 16/85, del Patrimonio Histórico,
afecta, en principio, a todos créditos contra la masa pendientes lo que le hace merecedor de la exención pretendida
de pago (no a los posteriores), llevaría al fracaso del concurso de
acreedores porque generaría más gastos prededucibles que el va- Se articula el recurso frente a la negativa a la exención en el Im-
lor de masa activa y podría provocar un «concurso de acreedores puesto de Bienes Inmuebles correspondiente a un inmueble que
de créditos contra la masa» dentro del propio concurso. forma parte de la Zona Arqueológica del Recinto Histórico de
Madrid.
Para el Supremo, una correcta interpretación del art. 176 bis.2 LC,
exige entender que la regla del pago a la fecha de vencimiento Tiene razón el Ayuntamiento cuando señala que no hay razón
cesa y es sustituida por la del pago conforme al orden de prela- alguna que delimite una especial protección arqueológica del
ción. El crédito vencido con anterioridad no tiene derecho a ser edificio, que data del XX, y sobre el que no se han encontrado
pagado al margen de dicho orden de prelación, sino que se ve restos arqueológicos, lo que avala que no puede ser declarado
igualmente afectado por este orden, con independencia de que el como bien de interés cultural. Tampoco el hecho de estar un
administrador concursal haya podido incurrir en responsabilidad edificio dentro del Catálogo General de Edificios Protegidos le
por no haber cumplido o respetado, antes de la comunicación, concede una protección especial, pero ahondando en la ficha del
el orden de los vencimientos en la satisfacción de los créditos edificio, ésta refleja que figura catalogado a un Nivel 3 de Pro-
contra la masa. ■ tección, Grado Parcial, esto es, que la protección no se extiende

Los textos completos de los documentos extractados están disponibles en www.diariolaley.es

24 23 de octubre de 2015
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a la totalidad del edificio, sino solo a determinados valores que
para el inmueble son «aquellos elementos del edificio que lo ca-
racterizan y sirven de referencia para comprender su época, estilo
y función». Además, por Decreto del Consejo de Gobierno de la
Comunidad de Madrid se declaró Bien de Interés Cultural en la ca-
tegoría de Conjunto Histórico el «Recinto de la Villa de Madrid»,
en el que está incluido el inmueble en cuestión, aunque no consta
que el mismo haya sido declarado Monumento o Jardín Histórico.
El Ayuntamiento insiste en su oposición en que el grado de pro-
tección no es integral, tesis con la que no está conforme el TSJ
que por el contrario, centra el alcance de la protección, no ya
tanto en que el inmueble en cuestión efectivamente no tenga
la catalogación de Monumento, como en que sí está incluido
dentro de un conjunto histórico protegible. El inmueble goza de
protección suficiente como para alcanzar la exención prevista
porque está enclavado dentro de un entorno sometido a un nivel
de protección superior al parcial de uno solo de los edificio que
lo conforman.
El TSJ estima el recurso interpuesto contra la resolución del Tribu-
nal económico-administrativo municipal de Madrid que denegó
la exención en el Impuesto de Bienes Inmuebles y la reconoce
porque aunque el inmueble no ha sido calificado como bien de
interés cultural, si está incluido en un conjunto histórico que es
el que constituye un bien inmueble susceptible de exención. ■

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