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DOS RAZONES PARA SOSTENER QUE NO ESTÁ VIGENTE EL ARTÍCULO 50°

DE LA LEY ORGÁNICA DEL MINISTERIO PÚBLICO

LUCIANO LÓPEZ FLORES**

El Dr. Pedro Chávarry no debió asumir el cargo de Fiscal de la Nación por decoro. La
Junta de Fiscales Supremos debió evitarlo. Lamentablemente, de decoro es lo que
carece la función pública en estos tiempos. Y eso genera gran desconfianza en la
población. Surge la necesidad de pensar reformas estructurales que desde el Estudio
Javier Valle-Riestra, López Flores & Munar, hemos planteado recientemente1.

Sin embargo, ha surgido el debate acerca de si el juramento realizado por el Dr.


Chávarry el pasado 20 de julio, sin la presencia del Presidente de la República, es válido
o no. Y es que el primer párrafo del artículo 50° de la Ley Orgánica del Ministerio
Público, Decreto Legislativo N° 052 (en adelante, “LOMP”), dice lo siguiente:

“Artículo 50°.- El Fiscal de la Nación presta juramento para ejercer el cargo ante
el Presidente de la República. Los Fiscales Supremos y Superiores lo hacen ante el
Fiscal de la Nación.”.

No cabe duda lo que señala la disposición citada: para ejercer el cargo de Fiscal de la
Nación, éste debe prestar juramento “ante el Presidente de la República”.

Pero ese no es el punto en debate. La cuestión es si el artículo 50° de la LOMP es


exigible o no, puesto que se trata de una disposición preconstitucional, es decir, dictada
con anterioridad a la Constitución de 1993 que hoy nos rige. Data de 1981, durante la
vigencia de la Constitución de 1979.

¿Se necesita una norma que expresamente haya derogado el artículo 50° de la LOMP
para que su contenido no sea exigible? No. Porque siendo una disposición
preconstitucional, cabe tener cuidado si ha sido derogada tácitamente, puesto que como
bien ha dicho el Tribunal Constitucional en el fundamento 24° de la STC N° 0010-
2002-AI/TC2: “[U]na vez que entra en vigencia una nueva Constitución, ésta es capaz
de derogar tácitamente la legislación “preconstitucional” que se le oponga, pues
también en este caso es de aplicación el principio “lex posterior derogat priori”.

En base a este punto en discusión, sostengo que el artículo 50° de la LOMP no está
vigente en la actualidad, en vista que resulta incompatible con la Constitución de 1993.
Dos son las razones que sustentan esta afirmación:

**
Abogado por la Universidad de San Martín de Porres (USMP). Magíster en Derecho con mención en
Política Jurisdiccional y candidato a Doctor en Derecho por la Pontificia Universidad Católica del Perú
(PUCP). Especialista en Derecho Constitucional, Procesal Constitucional y Política Judicial. Profesor de
la Facultad de Derecho y de la Maestría en Derecho Procesal de la USMP, así como de la Maestría en
Derecho Procesal de la PUCP. Socio Principal y Director del Área de Litigación del Estudio Javier Valle-
Riestra, López Flores & Munar, Abogados. llopez@jvr.pe
1
Cfr. https://es.scribd.com/document/384267395/Proyecto-de-Reforma-Constitucional-CNM-y-Sistema-
Politico
2
Cfr. http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2003/00010-2002-AI.html Consultado: 4 de julio de 2018.
En primer lugar, la Carta Política de 1979 establecía un nivel de vinculación entre el
Poder Ejecutivo y el Ministerio Público para asumir el cargo de Fiscal Supremo
(requisito indispensable para ser Fiscal de la Nación), puesto que en el inciso 2° del
artículo 251° decía:

“Artículo 251.- Son órganos del Ministerio Público:


[…]
2.- Los Fiscales ante la Corte Suprema.
Son nombrados por el Presidente de la República con aprobación del Senado. Se
turnan cada dos años en la Fiscalía de la Nación. […]”.

En consecuencia, si el Presidente de la República tenía la atribución de nombrar a los


Fiscales Supremos con aprobación del Senado, y estos, a su vez, rotaban en el cargo de
Fiscal de la Nación, tenía total lógica que el primer mandatario le tome juramento al
líder del Ministerio Público, dado que por la condición de Fiscal Supremo de éste
último, su nombramiento se lo debía al máximo representante del Poder Ejecutivo.

En la Constitución de 1993 no existe ninguna norma que vincule al Poder Ejecutivo y el


Ministerio Público en lo que concierne al nombramiento de los representantes de este
último. El Presidente de la República perdió la facultad de nombramiento de Fiscales
Supremos que le otorgaba la Constitución de 1979. Esa facultad, con la Constitución de
1993, es del Consejo Nacional de la Magistratura. Y es por ello que el inciso g) del
artículo 37° de la Ley Orgánica del CNM dispone que es atribución del Presidente del
CNM: “Tomar juramento o promesa de honor a los jueces y fiscales de todos los
niveles, a excepción de los Jueces de Paz Letrados y Jueces de Paz”. ¿Quiere decir,
entonces, que el Fiscal de la Nación debe ser juramentado por el Presidente del Consejo
Nacional de la Magistratura? No. Porque si bien el Fiscal de la Nación es, antes que
todo, un Fiscal Supremo, su cargo deviene de una elección por la Junta de Fiscales
Supremos (“JFS”), como expresamente lo dice el artículo 158° de la Constitución de
1993. Por tanto, si debe haber juramento para que ejerza el cargo, la lógica conduce a
que lo debe tomar la JFS.

En segundo lugar, la Constitución de 1993 no contiene una disposición que consagre al


juramento como un requisito para ejercer una función pública “designada en la
Constitución”, como así lo establecía el artículo 63° de la Carta Política de 1979.
Transcribo:

“Artículo 63. Nadie puede ejercer las funciones públicas designadas en la


Constitución si no jura cumplirla. El ciudadano que no profesa creencia religiosa
puede prescindir de la invocación a Dios en su juramento”.

El cargo de Fiscal de la Nación era una función pública “designada en la


Constitución”, con la Constitución de 1979 (art. 251.2). De allí que tenía total sentido
una disposición como la establecida en el artículo 50° de la LOMP. Sin embargo, repito,
la Constitución de 1993 no tiene una disposición similar, a pesar que el cargo de Fiscal
de la Nación (art. 158) sí es una función pública -parafraseando a la Constitución de
1979- “designada en la Constitución”. Así, como ya he dicho antes, si cabe el
juramento del Fiscal de la Nación para que asuma el cargo, este es protocolar (dado que
no es una exigencia de la Constitución de 1993), y, en todo caso, debiera tomarlo por la
JFS por ser el órgano que lo eligió.
Lima, 21 de julio de 2018

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