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Unidad II
2
La pericia da lugar a su vez a la formación del campo discursivo de la perversidad.
Ahora bien, se puede señalar que a partir de este nuevo sistema de poder médico-judicial se
forma un nuevo tipo de poder: el poder de normalización, de disciplinamiento. Todos los
dispositivos del sistema médico-judicial terminan siendo dirigidos a controlar la anormalidad, al
sujeto anormal. De este modo, este es definido por los términos “delincuencia, reincidencia,
enfermedad”. El poder de normalización se expresa en los modelos de control de individuos que
históricamente han existido en Europa: el modelo de exclusión del leproso y el de la inclusión del
apestado.
El primer modelo se dio entre fines de la edad media y fines del siglo XVII, y giró
alrededor de la lepra. El conjunto de prácticas y discursos encaminadas a controlar la lepra está
definido por la exclusión. El modelo suponía “una partición rigurosa, una puesta a distancia, una
regla de no contacto entre un individuo (o grupo de individuos) y otro”. El individuo apestado,
infectado era alejado o expulsado de la comunidad, entraba a la muerte. Un segundo modelo es el
expresado en la peste. Durante el siglo XVIII, este modelo reemplaza al anterior al suponer un
poder continuo en su ejercicio porque se practicaba una vigilancia estricta sin interrupciones. La
figura relevante viene a ser la cuarentena, grupos de personas en cuarentena. “No se trataba de una
exclusión, se trata de una cuarentena. No se trata de expulsar sino, al contrario, de establecer, fijar,
dar lugar, asignar sitios, definir presencias, y presencias en una cuadrícula. No rechazo, sino
inclusión” (p. 53). Este modelo es el opuesto del modelo de la lepra: esta caracterizaba por el
acercamiento al sujeto infectado para observarlo meticulosamente, examinarlo en lugar de alejarlo.
Esta nueva estructura de poder médico-legal, cuyo objeto de control es la anormalidad
forma parte de las nuevas tecnologías de poder positivas que operan en la modernidad. Se trata del
poder de normalización y disciplinamiento. Influenciadas por la ciencia, las tecnologías positivas de
poder no tienden a excluir a segmentos de la población anormal, sino a incluirlas dentro de un
proceso de individualización, donde cada elemento es examinado y controlado científicamente de
cerca. En este sentido, se realza la individualidad, al considerar cada caso de forma específica y
rigurosa. Se trata también de un tipo de poder productivo y no represivo, que acumula, crea y
fabrica. Este poder asume también un saber que se ocupa del conocimiento exhaustivo del individuo
que controla. Por el contrario, el modelo de la peste asumía a los infectados como una masa
indiferenciada, desconociéndola y ejerciendo represión. Esta forma de poder es característicamente
negativa.
En conclusión, la pericia médico-legal contemporánea da lugar a un conjunto de prácticas y
discursos modernos de criminalidad patológica que suponen un control de los individuos por medio
de su representación como sujetos peligrosos, anormales. Dentro del discurso y de las prácticas se
construye un tipo de poder punitivo de normalización, de disciplinamiento, que es positivo y que
supone el conocimiento del individuo que es objeto de control.