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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS, R.D.

(UAPA)

ESCUELA DE PSICOLOGÍA

PSICOLOGÍA CLÍNICA

PRESENTADO POR:

YINAURIS FIGUEROA ESPINO

MATRICULA
13-5986

ASIGNATURA
SOCIOLOGIA DE LAS ENFERMEDADES MENTALES

FACILITADOR
Milagros Abadesa Herrera

FECHA

14-01-2018
Introducción

Al introducir este tema estaré hablando de forma analística sobre los factores
psicosociales y culturales que influyen en la salud mental del nosotros los seres
humanos y luego los factores determinantes de la salud mental, como los
factores sociales, biológicos, psicológicos y el estilo de vida que llevamos.
Debemos tener presente como profesionales de la salud mental que antes de
diagnosticas a un paciente debemos tener en cuenta una series de
consideraciones étnicas y culturales para aplicar los criterios del DSM-IV-TR.
a) Factores psicosociales y culturales de la salud mental.
No podemos definir la salud como ausencia de enfermedad, nada es definible
por lo que no es, pero por otra parte, al implicarse en el concepto, además de
lo biológico, factores de tipo psicológicos, de tipo cultural y social, se hace
mucho más compleja la situación, ya que estos factores además de relativizar
el concepto de salud, hacen que dependa de visiones que están matizadas por
la propia percepción y representación del individuo.

Un sujeto puede estar enfermo y no sentirse enfermo o verse enfermo como tal
y a la inversa, las percepciones y representaciones socioculturales hacen que
el mismo fenómeno, de acuerdo con el marco contextual en donde está
ocurriendo, puede ser interpretado como una cosa u otra, como salud o
enfermedad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha brindado el siguiente concepto


a partir del cual se ve la salud como “un estado de completo bienestar físico,
psíquico y social”. Otro grupo de autores enfatizan la necesidad de que el
termino salud, además de hacer mención al estado de bienestar en sus tres
dimensiones, física, psíquica y social se tenga en cuenta la potencialidad para
funcionar óptimamente, es decir la consideración de que la salud es que
potencia la capacidad de los individuos para funcionar al máximo de sus
posibilidad y satisfacción percibida, considerando además, que la salud es un
proceso social donde interactúan activamente factores de la vida comunitaria.

b) Factores determinantes de la salud mental.


 El desarrollo y mantenimiento de comunidades saludables: proporcionar
un ambiente de protección y seguridad, buenas condiciones
habitacionales, experiencias educativas positivas, empleo con buenas
condiciones de trabajo y una infraestructura política de apoyo permite la
autodeterminación y el control de la propia vida y proporciona apoyo
social, modelos de roles positivos y las necesidades básicas de
alimentación, afecto y albergue.
 La capacidad de cada persona para afrontar el mundo social a través de
destrezas de participación, tolerancia a la diversidad y responsabilidad
mutua. Esto se relaciona con experiencias positivas de lazos afectivos
tempranos, apego, relaciones, comunicación y sentimientos de
aceptación.
 La capacidad de cada persona para afrontar los sentimientos y
pensamientos, el manejo de la propia vida y la resiliencia “o un
fenómeno por el que los individuos alcanzan relativamente buenos
resultados a pesar de estar expuestos a experiencas adversas” (Rutter,
2007).
Esta capacidad se relaciona con la salud física, la autoestima, la
habilidad para manejar los conflictos y hacer frente a las adversidades
de la vida y la capacidad para aprender.

De manera general se tiende a considerar tres tipos de factores que se


vinculan al proceso salud-enfermedad, estos son:

c) Factores biológicos.
Estos aparecen asociados a la herencia o constitución biológica que de alguna
manera originan una mayor o menor predisposición a contraer determinadas
enfermedades, o cierta vulnerabilidad ante la exposición a determinados
microorganismos o noxas.

d) Factores psicológicos.
Se vinculan con los llamados factores internos o personales, entre los que se
desatacan:

1. El conocimiento y las creencias que los individuos tienen acerca de la salud


y sobre lo que hacer en beneficio de la misma.

2. El valor que las personas conceden a la salud en sí misma y su motivación


para mantenerla y salvaguardarla.

3. Las actitudes e intenciones que se tiene con respecto a diversos


comportamientos positivos y negativos para la salud, como hacer ejercicios,
fumar o beber y otros.

4. El locus de control de la salud, esto es que tanto el sujeto se siente


responsable de lo que ocurre con su propia salud (locus interno) o bien el grado
en que cree que esta depende del azar (locus externo).

5. La autoestima y el auto concepto, en tanto que si resulta elevada y positiva


favorecen las prácticas de salud.

6. Rasgos depresivos y estrés, que pueden incidir sobre el propio estado de


salud de las personas.

A los factores señalados, podemos agregar otros de gran importancia


como:

1. La personalidad: considerada como la organización dinámica en el interior de


los sistemas psicofísicos que determinan su conducta y su pensamiento
característico.
2. Estilos de afrontamiento: entendiendo por tal las estrategias cognitivas y
conductuales empleadas por los sujetos en los intentos de controlar las
situaciones amenazantes o creadores de estrés.

3. Las habilidades y competencia del sujeto: vistas como recursos que les
permiten enfrentar y solucionar diversas situaciones conflictivas o
problemáticas existenciales.

4. Estilos de evaluación cognitiva: esto es, los métodos característicos con que
los individuos valoran los recursos para afrontar los mismos.

e) Factores sociales.
Los factores sociales más representativos como la cultura, la estructura
socioeconómica, la pertenencia a determina clase o grupo social, las
condiciones de empleo y otros, constituyen factores que facilitan o no la
accesibilidad a los servicios de salud, a la información sobre salud y de hecho
contribuyen a condicionar determinado estilo de vida en los individuos.

En la actualidad no existe investigador alguno que no tenga en cuenta la


influencia de los factores sociales sobre el curso de los procesos del organismo
humano y como se determina el paso de la patología natural.

f) Estilo de vida.
Cuando hablamos de estilo de vida, no vamos acercando a considerar la
importancia que tienen las formas y las condiciones en la cuales las personas
viven en el enfermar y en el mantenimiento y promoción de la salud.

Según Adler, concebía el estilo de vida como un resultado de los esfuerzos y


de las dedicaciones adoptadas por el individuo para enfrentar su complejo de
inferiorida.
2. Explica de manera que se debe tomar en consideración con
relación a la étnia y a la cultura que antes de aplicar los
criterios de DSM-IV para el diagnóstico de los trastornos y a su
vez diga, 5 trastornos clasificados como síndromes-culturales.
La valoración diagnóstica puede constituir un reto cuando un clínico de un
grupo étnico usa el DSM-IV para evaluar a un paciente de otro grupo étnico.
Para aplicar en ciertos casos los criterios de DMS-IV, hay que determinar los
factores correspondientes a los que son las étnicas y culturas de cada país, por
ejemplo un médico que no esté familiarizado con los matices culturales de un
individuo puede, de manera incorrecta, diagnosticar como psicopatológicas
variaciones normales del comportamiento, de las creencias y de la experiencia
que son habituales en su cultura.

Trastornos clasificados como síndromes-culturales.

El término síndrome de la cultura denota patrones de comportamiento


aberrante y experiencias perturbadoras, recurrentes y específicas de un lugar
determinado, que pueden estar relacionadas o no estarlo con una categoría
diagnóstica del DSM-IV. Algunos de estos patrones son considerados por los
nativos como enfermedades o por lo menos como causas de sufrimiento, y la
mayoría se conocen por nombres locales. Aunque los cuadros clínicos que
conforman las principales categorías DSM-IV pueden encontrarse en todo el
mundo, los síntomas particulares, el curso y la respuesta social están
frecuentemente influidos por factores culturales locales. En cambio, los
síndromes dependientes de la cultura generalmente se limitan a sociedades
específicas o a áreas culturales y son categorías diagnósticas populares
localizadas, que otorgan un significado coherente a ciertos conjuntos de
experiencias y observaciones.

Entre los más frecuentes podemos encontrar:

 Agotamiento cerebral.

Los síntomas incluyen dificultades de concentración, de memoria y de


pensamiento. Los síntomas somáticos acompañantes se centran habitualmente
alrededor de la cabeza, cuello y nuca, e incluyen algias, tensión o flojedad,
visión borrosa, calor o sofoco. El «cansancio cerebral» o la fatiga derivada de
«pensar demasiado» se usan como término de queja en bastantes culturas, y
los síndromes resultantes pueden parecerse a los trastornos de ansiedad,
depresivos y somatomorfos.

 Amok

Episodio disociativos caracterizado por un periodo de depresión seguido de


una manifestación de comportamiento violento, agresivo u homicida, dirigido a
personas y objetos. El episodio se desencadena por la percepción de una falta
de respeto o de un insulto y parece ser prevalente entre los hombres. El
episodio se acompaña frecuentemente de ideas paranoides, automatismo,
amnesia, agotamiento y retorno al estado premórbido tras el episodio. En
algunas ocasiones, el amok puede aparecer durante la presentación de un
episodio psicótico breve o constituir el comienzo o una exacerbación de un
proceso psicótico crónico.

 Atracción

Estado de trance en el que los individuos se comunican con parientes ya


fallecidos o con espíritus. A veces, este estado se asocia con períodos breves
de cambio de personalidad. Este síndrome de la cultura se observa en
afroamericanos y euroamericanos del sur de Estados Unidos. La atracción no
es considerada un cuadro clínico en la tradición popular, pero puede ser
erróneamente etiquetada como episodio psicótico en el contexto clínico.

 Bilis y cólera (también citados como muina).

La causa de estos síndromes está relacionada con la experiencia de cólera o


rabia. La cólera es contemplada entre algunos grupos de latinos como una
emoción particularmente poderosa que posee efectos directos sobre el
organismo y puede acentuar síntomas ya existentes. El efecto mayor de la
cólera es una alteración en la homeostasis central del organismo (entendida
como equilibrio entre las valencias calor y frío, y entre los aspectos material y
espiritual del organismo). Los síntomas incluyen tensión nerviosa aguda,
cefalea, temblor, alteraciones gástricas y, en los casos más graves, pérdida de
conciencia. La fatiga crónica puede ser la consecuencia de un episodio agudo.
Conclusión
La sociología de las enfermedades mentales se refiere a la ciencia de la que
parte de la psicología que estudia las enfermedades mentales y los trastornos
psicológicos y podemos afirmar que las enfermedades mentales, son
alteraciones de los procesos cognitivos y afectivos del desarrollo, consideradas
como anormales con respecto al grupo social de referencia del cual proviene el
individuo.

Se puede tratar de alteraciones en el razonamiento, el comportamiento, la


facultad de reconocer la realidad o de adaptarse a las condiciones de la vida.
Algunos estados y trastornos conceptualizados como síndromes dependientes
de la cultura se consideran específicos de la cultura industrializada (p. ej.,
anorexia nerviosa, trastorno de identidad disociativo), dadas su aparente rareza
o ausencia en otras culturas. También hay que señalar que todas las
sociedades industrializadas contienen subculturas distintas y un amplio y
diverso grupo de inmigrantes que pueden presentar síndromes dependientes
de la cultura.

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