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APUNTES DE INSTITUCIONES BÁSICAS

DEL PROCEDIMIENTO.

Profesor Eduardo González Lara.

Advertencia: Estos apuntes son sólo referenciales y no sustituyen las clases


presenciales, de modo que determinados contenidos sólo se abordan en
dichas clases.

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EL PROCESO EN GENERAL

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I.- INTRODUCCION:
1.- La noción de proceso está ligada a la función jurisdiccional. A través del
proceso se ejercita el poder jurisdiccional del Estado.
El proceso da lugar a una relación jurídica entre las partes y entre éstas y el
tribunal.
El proceso es un método de solución de conflictos y a la vez un medio de
pacificación social, que evita la autotutela y la venganza privada.
El fin normal del proceso es la solución del litigio, solución que debe ser justa,
inmutable y coercible, es decir, técnicamente producir cosa juzgada.
2.- Acepciones y sinónimos de la palabra proceso:
Esta palabra es utilizada en muchos casos, tanto por la ley como por la
jurisprudencia como sinónimo de otras. Por otro lado, también existen varios
otros vocablos que se emplean como sinónimo de proceso. A continuación
examinaremos algunas de estas expresiones a fin de determinar el sentido en
el cual se utilizan en materia procesal.
1) Autos:
Tiene tres acepciones diferentes:
a) Como sinónimo de expediente o materialidad del proceso; por
ejemplo: el artículo 200 del Código de Procedimiento Civil se refiere a
“los autos” refiriéndose al expediente (carpeta electrónica)
b) Para aludir a uno de los tipos de resoluciones que contempla la ley:
ejemplo art. 158 del Código de Procedimiento Civil señala que la
expresión “autos” corresponde a uno de los cuatro tipos de resoluciones
judiciales que esa norma define.
c) Como sinónimo de proceso: ejemplo el artículo 92 del Código de
Procedimiento Civil, al tratar de la “acumulación de autos”, está
aludiendo a la acumulación de procesos;
2) Expediente:
Es la materialidad del proceso, vale decir, el legajo que se va formando con
las diferentes hojas que contienen o dan cuenta de las actuaciones llevadas a
cabo en el proceso. Ya está en vigencia en algunas Regiones la Ley sobre
Tramitación Electrónica de Los Procedimientos, y en la Quinta Región, a partir
del 18 de diciembre de 2016, que reemplaza el expediente por la carpeta
electrónica, cuestión a la que nos referiremos más adelante; en muchos casos
se emplea la palabra “proceso” para referirse al expediente; ejemplo artículo
205 del Código de Procedimiento Civil al tratar del recurso de apelación
dispone que si la Corte de Apelaciones estima que éste es admisible,

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devolverá “el proceso” al Tribunal inferior, aludiendo a la devolución del
expediente.
3) Litigio o litis:
Es el conflicto de intereses de relevancia jurídica que se trata de resolver a
través del proceso; también se utiliza muchas veces la palabra litigio para
referirse al proceso; así, por ejemplo, el artículo 1911 del Código Civil al tratar
de la cesión de derechos litigiosos, dice que ella existe cuando el objeto de la
misma es el evento incierto de la “litis”, para referirse al evento incierto del
proceso.
4) Juicio:
Es la opinión o dictamen que debe emitir el Juez a través de la sentencia; se
utiliza igualmente como sinónimo de proceso; así el artículo 385 del Código de
Procedimiento Civil, al referirse a la confesión, dispone que esta diligencia
podrá solicitarse en cualquier estado del “juicio”. Además, en algunos casos
la palabra “juicio” es utilizada como sinónimo de “procedimiento” y así el
Código de Procedimiento Civil habla de “juicio ordinario”, “juicio sumario”,
etc. para aludir al procedimiento aplicable al proceso.
5) Pleito:
Es el conflicto o litigio; también se utiliza como sinónimo de proceso; el artículo
312 del Código de Procedimiento Civil alude a las acciones y excepciones
que sean el objeto fundamental del pleito.
6) Procedimiento:
No es el proceso mismo, sino que la ritualidad conforme a la cual éste debe
sustanciarse; existe un procedimiento ordinario, procedimientos especiales,
penales, etc.
3.- Definiciones de proceso:
1) Etimológica:
La palabra “proceso” tiene su origen en las voces latinas “Pro cedere”,
que significan “avanzar hacia algo”. Conforme a ello podemos señalar
que desde este punto de vista proceso es “el avance de algo hacia un fin
determinado”.
2) Definición de proceso judicial:
Tanto en la doctrina nacional como en la extranjera existen numerosas
definiciones de proceso judicial.
GUASP, señala que “es la institución jurídica que tiene por objeto la
satisfacción pública de pretensiones cuando estas pretensiones por la materia
sobre que recaen, afectan el ordenamiento jurídico privado”;
CARNELUTTI, “Serie de actos que se realizan para la composición del litigio”; y

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HUGO ROCCO, “Conjunto de las actividades de los órganos jurisdiccionales y
de las partes necesarias para el desenvolvimiento de la función jurisdiccional”.
MARIO CASARINO, “Desde el momento en que se produce la violación de un
derecho, su titular recurre a la protección del Estado, quien se la proporciona
a través de los órganos en quienes reside la función jurisdiccional. La manera
de provocar esta protección es deduciendo una demanda, que es el modo
normal de ejercitar la acción, y se manifiesta posteriormente en un acto del
tribunal que recibe el nombre de sentencia. Ahora bien, entre la interposición
de la demanda y la dictación de la sentencia, se desarrollan una serie de
actos de carácter procesal, cuyo conjunto recibe el nombre de proceso.”

Nosotros diremos que es: Un conjunto sucesivo de actos, de las partes de un


conflicto de relevancia jurídica, de ciertos terceros y del Tribunal, desarrollados
en forma progresiva ante este último, de acuerdo con las normas de
procedimiento que la ley en cada caso señala, a través del cual el juez
desempeña la función jurisdiccional que le ha encomendado el Estado, cuyo
ejercicio normalmente concluye con la dictación de la sentencia definitiva, en
la cual ésta consigna la solución del asunto controvertido.

Proceso también puede definirse como un método pacífico de debate


dialéctico entre dos personas que se encuentran en pie de igualdad ante un
tercero imparcial e independiente que resuelve el conflicto.

II) PRINCIPALES TEORIAS SOBRE LA NATURALEZA JURIDICA DEL PROCESO.


Para determinar la naturaleza jurídica de este conjunto sucesivo de actos, los
tratadistas del Derecho Procesal han elaborado numerosas teorías. Algunas
de ellas son:
A) Teoría del contrato o contractualista:
Deriva de conceptos tomados del Derecho Romano, para los cuales la
relación procesal era un contrato (litis contestatio)
Se fundamenta esta doctrina también en los principios filosóficos de Rousseau
relativos al contrato social. De acuerdo con ella se estima que la sujeción de
la voluntad individual a la autoridad dentro del proceso tiene su origen en un
contrato.
Fue formulada por los procesalistas franceses, quienes han señalado que el
carácter obligatorio de las sentencias judiciales dictadas en los procesos
emanaría de un contrato celebrado entre las partes del juicio y que el proceso

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y la sentencia misma serían las formas como se cumplirían las obligaciones
emanadas del mismo.
Se critica a esta teoría el hecho de que el supuesto del cual parte sería falso y,
que sólo podría tener cabida tratándose de asuntos sometidos en forma
voluntaria a arbitraje. Se señala que lo general es que la ley imponga, al
demandado en los juicios civiles y al querellado en los penales, la obligación
de someterse al proceso y que, por otra parte la autoridad del Juez tiene su
origen en la ley, al igual que la sentencia que éste dicta y no en la voluntad
de las partes.
B) Teoría del cuasicontrato:
Igualmente reviste el carácter civilista y, mediante ella, también se pretende
explicar el origen del carácter obligatorio del proceso y no precisamente la
naturaleza jurídica de éste. En este caso se estima como fuente de la
obligación el cuasicontrato, es decir, un hecho jurídico unilateral, voluntario,
lícito, que genera obligaciones.
El demandado llevaría a cabo un hecho jurídico lícito no convencional al
recurrir ante un Tribunal interponiendo su acción y el demandado, al concurrir
al juicio, realizaría asimismo un hecho jurídico, lícito y no convencional que
genere a su respecto un cuasicontrato y, por consiguiente, la obligación de
aceptar el proceso judicial y la sentencia que en él se dicte.
Es decir, conforme a esta teoría, si bien no existe un acuerdo de voluntades,
existen declaraciones individuales de voluntad.
Esta teoría adolece de los defectos inherentes al carácter civilista de la misma,
no pudiendo explicar en forma clara, al igual que la teoría del contrato, el
fundamento de la obligación respecto del demandado rebelde, como la de
los sometidos a proceso penal.
C) Teoría de la relación jurídica procesal:
Fue formulada inicialmente el año 1868 por el jurista alemán Oscar von Büllow,
en su obra titulada “Teoría de los Excepciones dilatorias y de los Presupuestos
Procesales” la que posteriormente fue complementada por otros autores,
principalmente Hellwig, Kohler y Wach.
Von Bullow señaló que el proceso no es una relación jurídica que tenga su
origen en alguna de las fuentes de las obligaciones del derecho privado, sino
que, por el contrario, es una relación o vinculación jurídica entre las partes y el
Juez, establecida por la ley y regulada por el derecho público, emanando
consiguientemente el carácter obligatorio del proceso y de la sentencia no
de un contrato o cuasicontrato, sino que del Derecho Público que lo
establece de ese modo.

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La teoría en referencia, a la época en que fue formulada, en la que el
derecho procesal se encontraba fundado en principios de derecho privado,
vino a constituir una innovación trascendental y a partir de ella se va a
producir independencia de esta rama del Derecho.
Como von Büllow no precisó cuáles eran, ni entre quiénes se originaban los
derechos y deberes en la relación jurídica procesal, nuevos autores fueron
complementando la teoría. En primer término fue Hellwig quien sostuvo que
los derechos y deberes existen únicamente entre cada una de las partes
individualmente consideradas y el Juez, sin que existan derechos ni deberes
entre las partes mismas, las que se vinculan entre sí a través del Tribunal.
Posteriormente, Kohler señaló que la relación procesal surge entre las partes
únicamente, concibiéndola como vínculos recíprocos entre demandante y
demandado.
Por último, Wach, combinando las dos posiciones anteriores, señala que la
relación jurídica procesal es un conjunto de derecho y deberes del Juez frente
a las partes, de resolver las cuestiones necesarias para el progreso del juicio y
de dictar sentencia. De las partes entre sí de comparecer, de ejercer sus
facultades, etc. y de éstas con el Juez, de acatar las resoluciones que éste
dicte.
Es esta última concepción la que, con algunas modificaciones, ha sido
aceptada universalmente.
Características de la relación jurídica procesal:
(1) Es de carácter tripartita:
Es decir, los vínculos existen entre el Juez y cada una de las partes y entre estas
últimas entre sí;
(2) Crea derechos y obligaciones:
Como se señaló, el Juez debe dictar las resoluciones correspondientes y las
partes deben comparecer, ejercer sus facultades y acatar sus resoluciones.
(3) Es de derecho público:
El Juez ejerce una función pública, a través de las instituciones establecidas
por el Estado, para la solución de los conflictos.
(4) Es autónoma:
Existe en forma independiente de la relación jurídica sustancial, ya que se rige
por leyes propias, sin perjuicio de no olvidar que su finalidad es la de resolver
conflictos conforme al Derecho sustantivo.
(5) Es compleja:
Comprende un conjunto de derechos y deberes de los diferentes sujetos del
proceso.

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(6) Es unitaria:
Las diferentes relaciones recíprocas que se forman entre los sujetos se
encuentran entrelazadas y encaminadas a un fin común que es la solución de
la controversia.
(7) Es dinámica y continua:
Porque se desarrolla en forma sucesiva y progresiva hasta llegar a la
sentencia.
D) Teoría de la situación jurídica procesal:
Fue elaborada por el jurista alemán James Goldschmidt. Este autor señala
que no es efectivo que exista la relación jurídica tripartita a que se refiere la
teoría de la relación jurídica procesal de la cual nacerían derechos y
obligaciones recíprocas entre el Juez y las partes (es decir el conjunto de
derecho y deberes del juez frente a las partes de resolver las cuestiones
necesarias para el progreso del juicio y de sentenciar, de las partes entre sí de
comparecer, ejercer sus facultades, etc. y de éstas con el Juez de acatar las
resoluciones de éste). Ello por las siguientes razones:
a) Por cuanto las obligaciones del Juez de dar curso progresivo al proceso y
de sentenciar no emanan de una relación jurídica de éste con las partes
del juicio, sino que se funda en que éste ejerce una función pública –la
jurisdicción-; el juez sólo cumple con las funciones que le impone la ley, al
igual como lo hace toda persona que desempeña una función pública.
b) Las partes deben acatar las resoluciones del Juez no porque exista entre
ellas y éste algún vínculo jurídico del cual nazca esa obligación, sino que
porque la ley así lo dispone.
c) Tampoco existe una relación jurídica entre las partes de la cual surjan
derechos y obligaciones recíprocas.
Señala este autor que, cuando se inicia un proceso, el demandante no
presenta su demanda a fin de que se dicte una sentencia que resuelva el
conflicto de relevancia jurídica, sino que lo hace con la finalidad de obtener
una sentencia que le sea favorable; es decir, que acoja su pretensión. Lo
mismo cabe señalar respecto del demandado quien, al contestar la
demanda, lo hace con la finalidad de que se acoja su pretensión en orden a
que esa demanda sea rechazada.
Para obtener esta sentencia favorable, cada parte tiene expectativas,
posibilidades y cargas:
Por expectativas entiende las esperanzas de cada una de las partes de
obtener ventajas procesales frente al contrincante, sin necesidad de realizar
alguna actuación incorrecta; por ejemplo, la expectativa de que esa

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contraparte no se defienda convenientemente, que no haga uso oportuno de
los recursos legales, que no aporte las pruebas pertinentes, etc.
Por posibilidades alude a las esperanzas de cada parte de obtener ventajas
sobre la otra por realizar convenientemente un acto procesal propio; así el
demandante debe fundar correctamente sus pretensiones y el demandado
oponer y alegar las excepciones o defensas adecuadas.
Por cargas considera todas aquellas actuaciones que las partes deben llevar
a cabo en su propio interés, a fin de evitar un perjuicio procesal; así, el tener
que contestar una demanda no es una obligación del demandado, sino que
una carga que pesa sobre él.
En síntesis Goldschmnidt estima que en el proceso no existe una relación
jurídica entre las partes, sino que durante la secuela del mismo ellas se
encuentran en una situación jurídica o ubicación dentro de éste, la que va
variando constantemente a través de las ventajas que a una u otra se le
presenten y a la actitud que ellas asumen. Existe la posibilidad de obtener
una sentencia favorable o no, según si la parte libera o no convenientemente
las cargas y, según si aprovecha o no en la forma debida las circunstancias
favorables.
Es decir, la situación jurídica es el estado de esperanza en que se encuentra
una persona de obtener la dictación de una sentencia favorable.
Importancia de esta teoría:
La máxima contribución de ella se encuentra en la creación del concepto de
carga procesal, con lo que logra explicar adecuadamente las actuaciones de
las partes en el proceso, desvinculándose del concepto de obligación, el que
presupone la existencia de alguna sanción específica por su incumplimiento o
la posibilidad de exigir el cumplimiento forzado de la misma.
En esta forma, si el demandado no contesta la demanda, no significa que no
esté cumpliendo con alguna obligación que pesa sobre él, sino que
simplemente que no está evacuando una carga procesal, lo que puede
perjudicar su situación jurídica en el proceso.
Nota: La teoría de la relación jurídica procesal, complementada por la de la
situación jurídica en lo referente a la carga procesal es la queen la actualidad
tiene más aceptación.
III.- FINES DEL PROCESO.
Como señalamos al definir el proceso, el fin último de éste es el de resolver una
contienda de relevancia jurídica a través de la sentencia con la cual éste
concluye.

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Aparte de este fin de carácter general, el proceso cumple además los
siguientes fines específicos:
1) Como garantía individual:
El proceso protege y defiende al individuo del abuso de autoridad por parte
del juez, y en general de todo acto de abuso por parte de los particulares y
otros órganos del Estado.
El proceso como garantía individual favorece tanto a los acreedores como a
los deudores, a querellantes e inculpados, al establecer los mecanismos
necesarios para que cada uno de ellos pueda hacer valer los derechos que
cree que le asisten.
En materia penal tiene especial relevancia esta garantía en lo que se refiere al
inculpado o procesado, quien tiene el derecho constitucionalmente
consagrado a ser juzgado en un “debido proceso”, garantía que se extiende
también a cualquier forma de juzgamiento.
2) Como garantía de paz social:
La existencia del proceso judicial permite solucionar pacíficamente las
controversias de relevancia jurídica que surjan entre los miembros de la
sociedad; es decir, el afianzamiento de la paz social en la vida común.
3) Como instrumento:
Desde este punto de vista el proceso permite al juez tomar debido
conocimiento de las alegaciones de las partes, así como de las pruebas en las
cuales afirmen sus pretensiones, para poder en definitiva resolver la contienda
aplicando el derecho sustantivo.

IV.- LOS PRESUPUESTOS PROCESALES:


Como señalamos anteriormente, la teoría de los presupuestos procesales fue
elaborada por Oskar von Büllow en su obra “Teoría de las Excepciones
Dilatorias y Presupuestos Procesales”, la que posteriormente ha sido aceptada
por la generalidad de la doctrina.
Por presupuestos procesales debemos entender todos aquellos elementos que
son indispensables tanto para la existencia del proceso mismo, como para la
validez de éste.
Acorde con lo expuesto, es necesario distinguir entre presupuestos procesales
de existencia y presupuestos procesales de validez.
A) PRESUPUESTOS DE EXISTENCIA:
(1) Un órgano jurisdiccional:
Es decir, la existencia de un juez que se encuentre legalmente investido y
habilitado para el ejercicio de la función jurisdiccional. A este presupuesto ya

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nos referimos al tratar del Derecho Procesal Orgánico, por lo que nos remitimos
a lo ahí expuesto.
(2) Un conflicto de relevancia jurídica:
Está constituido por las pretensiones del demandante contenidas en su
demanda y las del demandado formuladas en su contestación.
(3) Existencia física o legal de las partes:

El conflicto necesariamente debe producirse entre partes.


La ausencia de cualquiera de los tres presupuestos procesales antes señalados
trae aparejada la inexistencia del proceso, con todas las consecuencias que
ello trae consigo, en especial, que todas las actuaciones realizadas en el
proceso, así como la sentencia misma, carezcan de valor.
Nuestra legislación no contempla en forma específica la manera de reclamar
la inexistencia, pero la jurisprudencia ha señalado que ello debe hacerse por
vía de la excepción perentoria, es decir, de aquella defensa que ataca el
fondo de la pretensión del demandante; ello debe efectuarse cuando la
persona que ganó un proceso que adolezca de uno de estos vicios quiera
obtener el cumplimiento de lo resuelto en dicho proceso.
B) PRESUPUESTOS DE VALIDEZ:
(1) La existencia de un tribunal competente:
Es decir, el proceso debe haberse sustanciado ante un Tribunal competente
conforme a las normas que estudiamos anteriormente.
(2) La capacidad de las partes:
El juicio adolecerá de nulidad si el demandante o demandado carecen de
capacidad para comparecer en juicio.
(3) El cumplimiento de las formalidades legales:
Para que la relación procesal sea válida, es necesario que se cumplan las
formalidades que la ley en cada caso establece, conforme al procedimiento
aplicable según la naturaleza del asunto controvertido, el que, como vimos,
contempla una fase de discusión, una de prueba y una de sentencia.
Si no se cumple con los presupuestos procesales de validez, la ley contempla
diferentes formas para subsanar los vicios, medios que pueden ser ejercitados
de oficio o a petición de parte.
Actuación de oficio:
El juez puede adoptar las siguientes medidas, según los casos:
(a) Puede no dar curso a la demanda que no contenga los requisitos
establecidos en los tres primeros números del artículo 254 del Código de
Procedimiento Civil, esto es, designación del Tribunal ante el cual se

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presenta la demanda e individualización del demandante y del
demandado;
(b) Puede no dar curso a los escritos en los cuales no se haya constituido
patrocinio o no se haya constituido mandatario judicial en aquellos casos
en que la ley así lo exige, conforme a los artículos 1 y 2 de la Ley 18.120.
(c) El juez puede corregir los errores que observe en la tramitación del juicio y
tomar las medidas tendientes a evitar la nulidad del procedimiento (art.
84). Por ejemplo, si se ha seguido un juicio adelante y el juez advierte que
no se ha notificado legalmente alguna resolución a una de las partes, de
oficio, puede retrotraer el proceso al estado de practicarse esa
notificación.
(d) El juez puede, de oficio, declarar su incompetencia absoluta para
conocer del asunto.
Actuación a petición de parte:
(a) Las incidencias de nulidad procesal: las partes en cualquier momento
pueden alegar la nulidad de actuaciones, con las limitaciones que en
cada caso establece la ley para evitar la mala fe. (Arts. 80, 83, 84 y 85 del
Código de Procedimiento Civil).
(b) Las excepciones dilatorias, que son aquellas defensas que puede oponer
al demandado y que miran a la corrección del procedimiento y no al
fondo de la acción deducida, por ejemplo la incompetencia,
incapacidad de la parte, ineptitud del libelo, etc.
(c) Las partes pueden deducir el recurso de casación en la forma, cuando se
ha omitido algún trámite de la ley señala como esencial y por haberse
incurrido en algún otro vicio específico. (arts. 768 en relación con arts. 789,
795 y 800 del Código de Procedimiento Civil).

II.- CONSTITUCION DE LA RELACION JURIDICA PROCESAL.


1.- Cuestiones generales:
En su oportunidad, al tratar de las teorías relativas a la naturaleza jurídica del
proceso, vimos que la que predomina en la actualidad es la de la relación
jurídica procesal, de acuerdo con la cual, una vez que dicha relación se ha
constituido, de ella nacen cargas recíprocas para las partes, así como
derechos y obligaciones del Juez para con ellas. En este momento nos
corresponde referirnos a la oportunidad en que nace esta relación jurídica
procesal.
2.- Una vez que el actor deduce su pretensión entablando la acción por
medio de la demanda, el tribunal necesariamente debe estudiar si es o no

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competente para conocer de la misma, así como si se reúnen en el escrito los
requisitos que la ley exige para los efectos de poder darle curso. Una vez que
el Juez ha concluido que, conforme a las reglas de la competencia absoluta
el asunto es de su conocimiento y que la demanda cumple con los requisitos
legales, deberá darle curso a la misma dictando una resolución por medio de
la cual tiene por interpuesta dicha demanda y ordena notificarla al
demandado a fin de que éste la conteste.
Notificado legalmente el demandado de la demanda y de la resolución
recaída en ella, comienza a correr un plazo que la ley fija a este último para
que conteste. La notificación de la demanda seguida del plazo para
contestarla es lo que se denomina “emplazamiento”, por otra parte, “término
de emplazamiento” es el plazo que se da al demandado para contestar, el
que se comienza a contar desde el momento en que éste ha sido notificado
legalmente.
La relación procesal queda constituida desde el momento en que, notificado
el demandado legalmente de la demanda y de la resolución recaída en ella,
transcurre el término o plazo de emplazamiento. Si el demandado contesta la
demanda antes del vencimiento de ese plazo, será ese el momento en que se
tendrá por constituida la relación jurídica procesal; si no contesta y transcurre
el plazo correspondiente, igualmente se tendrá por constituida esa relación
procesal y los actos siguientes de la misma se llevarán a efecto en rebeldía del
demandado, quien no obstante no haber comparecido se verá afectado por
los mismos.
Acorde con lo señalado anteriormente, en todo caso, para que la relación
procesal nazca en forma válida es menester que es cumplan los presupuestos
procesales de existencia y de validez.
PRINCIPIOS PROCESALES.
En esta parte sólo señalaremos los principios jurídico-procesales en los cuales
se fundan las normas de procedimiento.
(I) Principios de unilateralidad y bilateralidad de la audiencia,
denominado también principio de igualdad.
Unilateralidad de la audiencia significa escuchar a una sola de las partes; en
cambio bilateralidad de la audiencia implica el derecho de las partes de
saber de la existencia de un proceso seguido en su contra, así como la
posibilidad de ser oída en los diversos trámites del mismo. No es necesario que
la parte comparezca efectivamente al proceso para que se cumpla el
principio de la bilateralidad, sino que basta que tenga la posibilidad de
hacerlo.

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En nuestro ordenamiento jurídico el principio general aplicado es el de la
bilateralidad de la audiencia, pudiendo señalarse al respecto que en materia
civil rige la norma del artículo 40 del Código de Procedimiento Civil que
establece que la primera notificación que deba practicarse a la persona o
personas a quienes pueda afectar el resultado del proceso debe ser personal.
Si no se notifica legalmente una demanda al demandado, no va a nacer una
relación procesal válida, señalando la ley los medios encaminados a remediar
esa posible falta. Por otro lado, la norma general es que todas las
resoluciones que se dicten deban ser notificadas a las partes y que dichas
resoluciones sólo producen sus efectos una vez que han sido legalmente
notificadas, salvo los casos de excepción que la misma ley señala; en materia
civil, como excepción se puede indicar el artículo 289 del Código de
Procedimiento Civil, conforme al cual las medidas prejudiciales pueden
disponerse sin previa audiencia de la parte en contra de la cual ellas se
solicitan, norma que persigue evitar que se frustre la finalidad de esas medidas,
por ejemplo, puede solicitarse como medida prejudicial una inspección
personal del Tribunal a fin de constatar la existencia de algún hecho que
posteriormente puede desaparecer si es que la persona a quien se pretende
demandar toma conocimiento de que se va a practicar esa diligencia.
(II) Principios dispositivo y aportación de parte y de oficialidad e
investigación de oficio:
Principio Dispositivo y aportación de parte:
Conforme a él, el inicio del proceso, el ámbito de la controversia y, en general
el impulso y avance del proceso queda entregado por entero al arbitrio de las
partes. Es decir, puede que una persona se encuentre afectada en sus
derechos por la conducta de un tercero, pero si ella no comparece ante
Tribunal competente deduciendo la acción, no se iniciará proceso alguno; por
otro lado, serán sólo las partes las que podrán señalar expresamente la
materia que desean que resuelva el tribunal, siendo además ellas las que a
través de sus actuaciones van dando curso al proceso hasta dejarlo en estado
de dictar sentencia, en forma tal que si permanecen inactivas el proceso se
paraliza, no pudiendo el juez agilizarlo de oficio.
La facultad de la parte de dar inicio al proceso de denomina principio
dispositivo propiamente tal; la de fijar el ámbito de la controversia reciba el
nombre de principio de presentación de las partes y la de dar curso progresivo
a los autos el de impulso de las partes.
En materia civil la regla general es que rige el principio dispositivo en sus
diferentes aspectos; El artículo 10 del COT señala que los Tribunales no podrán

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ejercer su ministerio sino a petición de parte, salvo los casos en que la ley los
faculte para proceder de oficio. El artículo 253 del Código de Procedimiento
Civil dispone que el juicio comenzará por demanda del actor; por otro lado, el
Juez no puede dictar sentencia refiriéndose a puntos no pedidos por las
partes, pues incurre en vicio de nulidad denominado “ultrapetita”.
Corresponde a las partes, de manera casi exclusiva aportar los medios
probatorios, siendo excepcional los casos en que el juez está facultado para
hacerlo.

Excepciones:
El juez civil puede actuar de oficio en los siguientes casos:
a) Para declararse incompetente por causal de incompetencia absoluta;
b) Para no dar curso a la demanda cuando ella no reúne los requisitos de los
tres primeros número del artículo 254 del Código de Procedimiento Civil.
c) Para declarar la nulidad procesal, como veremos más adelante;
d) Para decretar la práctica de medidas para mejor resolver;
e) Existiendo nulidad absoluta de un acto o contrato, el Juez civil debe
declararla de oficio, cuando ella aparezca de manifiesto en el respectivo
acto o contrato;
f) Casación de oficio;
g) Rechazo de la demanda ejecutiva si el título que se presenta tiene más
de tres años contados desde que la obligación se hizo exigible.
Principio de oficiliadad e investigación de oficio:
Conforme a este principio, a diferencia del dispositivo, sería al Tribunal al cual
le corresponde iniciar el proceso, determinar los hechos sobre los cuales debe
pronunciarse y efectuar la investigación que estime pertinente.
Las partes sólo actúan como coadyuvantes del Juez, sugiriéndole la práctica
de actuaciones.
Con las útimas reformas procesales se ha dotado al juez de amplias facutades
tendientes a hacer avanzar el proceso y aportar prueba para acreditar los
hechos materia de la controversia, por ejemplo en materia procesal laboral y
de familia.

Ligado al principio dispositivo, se encuentra el principio de disposición, según


el cual las partes son libres de abandonar total o parcialmente sus
pretensiones y contrapretensiones, lo que implica que el demandante puede
desistirse de la demanda, el demandado allanarse a ella, y ambos de común
acuerdo poner término al proceso, judicial o extrajudicialmente.

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La interposición de recursos es decir, la posibilidad de impugnar las
resoluciones judiciales, también está entregada a la voluntad de las partes.
(III) Principios de orden consecutivo legal, discrecional y convencional.
Como dijimos anteriormente, el proceso es un conjunto sucesivo de actos
encaminados a un fin que es la sentencia definitiva. Este conjunto sucesivo de
actos puede llevarse a cabo en el orden que señala la ley, en la forma que lo
disponga el Juez o en aquella que acuerden las partes.
En materia civil lo normal es que el orden consecutivo del proceso sea de
carácter legal, es decir, que la ley señale en forma previa dicho orden; En los
procesos seguidos ante árbitros arbitradores son las partes las que disponen
cuáles son los actos procesales que se van a cumplir y el orden en que ellos se
van a llevar a cabo; lo mismo sucede tratándose de árbitros mixtos,.
(IV) Principios de preclusión:
A la preclusión ya aludimos anteriormente al tratar los principios de
interpretación de la ley procesal y se encuentra estrechamente vinculado al
orden consecutivo legal, toda vez que consiste en la extinción de una
facultad procesal por no haberla llevado a cabo en la oportunidad legal
correspondiente o por haber realizado alguna actuación incompatible con
ella o por haberla ya ejercitado o consumado.
Como el proceso por norma general, tiene un orden señalado por la ley, una
vez que ha transcurrido la oportunidad en que correspondía efectuar una
actuación determinada se dice que esa oportunidad “precluye”. Si el
demandado no contesta oportunamente la demanda, precluye su derecho
de hacerlo posteriormente.
En cuanto a acto incompatible podemos señalar por vía de ejemplo que
precluye la oportunidad de solicitar el abandono del procedimiento, si el
demandado efectúa en forma previa cualquier otra actuación que no sea la
de solicitar ese abandono.
Por último, en cuanto a la consumación, podemos señalar por ejemplo que si
un demandado contestó la demanda, no podrá posteriormente evacuar de
nuevo dicho trámite so pretexto de que las argumentaciones de la primera
contestación eran insuficientes.
(V) Principios de publicidad y secreto:
A este principio también ya nos referimos al tratar de las bases orgánicas de la
jurisdicción, por lo que nos remitimos a lo señalado en esa oportunidad.
(VI) Principios de oralidad y de escrituración.

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Conforme a la oralidad, la comunicación entre las partes entre sí, así como
entre éstas y el Juez, se lleva a cabo verbalmente y conforme a la
escrituración, por esa vía.
En nuestros procedimientos la norma general es la escrituración, con algunos
casos de excepción, como por ejemplo la vista propiamente tal en los
Tribunales colegiados; además, existen algunos procedimientos especiales en
que se aplican la protocolización, es decir, las actuaciones se llevan a cabo
verbalmente, pero ellas son transcritas en actas que se levantan al efecto. Ls
reformas procesales penal, de familia y laborales han dado preeminencia a la
oralidad,
(VII) Principio de probidad o buena fe.
Las partes deben llevar a cabo las actuaciones que les corresponden de
buena fe, no permitiéndose que el proceso sea utilizado con la finalidad de
obtener fines ilícitos.
El legislador ha señalado diferentes normas que consagran este principio,
sancionando, por ejemplo, al litigante de mala fe con el pago de las costas, o
haciéndolo responsable del pago de los perjuicios si habiendo obtenido
medidas prejudiciales precautorias no deduce la acción anunciada dentro de
plazo, o no pide se mantengan esas medidas (Art.280 CPC) Además, de
acuerdo con este principio, se contempla la posibilidad de anular las
sentencias que se hubieran obtenido fraudulentamente; ello a través del
recurso de revisión de sentencias firmes, (Art. 810 del CPC).
(VIII) Principios de mediación o inmediación.
El principio de inmediación consiste en que el Tribunal tiene un contacto
directo con las partes así como con las pruebas que se rinden, sin la
participación de intermediarios.
Por el contrario, de acuerdo a la mediación, el Juez no tiene vinculación
directa con las partes ni con los medios probatorios, produciéndose esa
vinculación a través de escritos o de la intervención de terceros.
En materia civil estos dos principios se encuentran entremezclados, existiendo
algunos procedimientos en los que la mediación es mayor que en otros; así,
por ejemplo en el procedimiento sumario, el art. 632, parte diciendo que el
procedimiento será verbal, si bien las partes pueden presentar minutas escritas.
En el procedimiento ordinario, en cambio, la demanda, contestación, réplica
y duplica son escritas; la prueba testimonial y confesional son orales.
En materia procesal penal, laboral y de familia, existe la inmediación.
Principio de protección.

17
Cuando se ha incurrido en algún vicio procesal, existe como sanción la
nulidad de ese acto; sin embargo, la ley no desea que exista la nulidad por la
nulidad, es decir, por mero formulismo, sino que pretende que ella se disponga
sólo cuando efectivamente la actuación realizada viciosamente ha causado
algún perjuicio a alguna de las partes.
Conforme a este principio, el artículo 83 del Código de Procedimiento Civil
señala que la nulidad procesal podrá ser declarada en todos aquellos casos
en que exista un vicio que irrogue a una de las partes un perjuicio sólo
reparable con la declaración de nulidad.
(IX) Principio de economía procesal
De acuerdo con este principio, los actos procesales no sólo van en beneficio
de la parte que los realiza, sino que también en beneficio de la parte
contraria; por ejemplo, si al contestar una demanda el demandado reconoce
parte de los hechos afirmados por el actor, pero se agregan circunstancias
encaminados a desvirtuarlos, la actora ya no se encontrará la necesidad de
probar los hechos no controvertidos y la contraria y deberá probar los que
señala.
(X) Principios de prueba formal y racional
Principio de prueba forma, legal, tasada o reglada.
Conforme a este principio, es la ley la que en cada caso va señalando los
medios probatorios así como el valor que el Juez debe asignarle a cada uno
de ellos.
Cuando se aplica por la legislación este principio, existen las denominadas
leyes reguladoras de la prueba, conforme a las cuales se va indicando al Juez
los medios probatorios que puede utilizar y el valor que a cada uno de ellos
debe necesariamente asignar. Por ejemplo, el artículo 384 del CPC indica el
valor que debe asignarse a la prueba de testigos, según las diferentes
situaciones que puedan presentarse. Por otra parte, el artículo 428 del Código
de Procedimiento Civil dispone que en caso de dos o más pruebas
contradictorias entre sí y a las cuales la ley les asigne el mismo valor, el Juez
deberá preferir aquella que estime más conforme con la verdad.
Prueba racional: Dentro de los sistemas de prueba racional o sana crítica se
distinguen las siguientes variantes:
(a) El sistema que señala los medios probatorios pero que autoriza al juez para
apreciarlos conforme a la sana crítica, es decir, conforme a las reglas de la
lógica y máximas de la experiencia, debiendo en la sentencia expresar las
razones que lo llevan al convencimiento. Como señalamos en su
oportunidad, por máximas de la experiencia se entiende el conjunto de

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juicios fundados en la observación de lo que ocurre normalmente y que
pueden formularse por toda persona de nivel medio.
La legislación chilena, en los procedimientos más recientes, tiene a
establecer el primero de estos sistemas de sana crítica, pudiendo señalar,
por ejemplo, el procedimiento laboral y el de familia; El que permite al Juez
determinar los medios probatorios, facultándolo asimismo para apreciarlos
conforme a las reglas de la lógica y las máximas de la experiencia, las que
deberá indicar en su sentencia.
(b) El sistema de libre convicción total o sistema de jurado, en que no se
señalan los medios de prueba ni su valor y no se le exige al Juez que
señala razonamiento alguno. Este sistema de jurado se aplica en Chile
tratándose del juicio político, en que el Senado dicta sentencia
apreciando los antecedentes conforme a la íntima convicción de los
Senadores.
V.- LOS HECHOS Y ACTOS JURIDICOS PROCESALES.
A.- Cuestiones generales:
Anteriormente, al definir el proceso, señalamos que es un conjunto sucesivo de
actos encaminados a la obtención de una sentencia que resuelve el asunto
controvertido. Por su parte, al referirnos a los procedimientos en general
expusimos que ellos indican la oportunidad, forma y lugar en que deben
desarrollarse estos actos; a continuación nos referiremos a lo actos procesales
en particular.
B.- Hecho jurídico procesal:
Es aquel acontecimiento que produce efectos jurídicos en el proceso. Los
hechos jurídicos procesales se clasifican en involuntarios, naturales o
propiamente tales y en hechos jurídicos procesales voluntarios o actos jurídicos
procesales.
Estos hechos y actos jurídicos procesales son una especie de aquellos que
regula el Código Civil, con la particularidad de que éstos están llamados a
producir sus efectos en el proceso. Como las leyes procesales no contienen
una regulación de esta materia, debe aplicarse las normas del Código Civil,
en todo aquello que la ley procesal no contemple y que no atente contra la
naturaleza misma del proceso.
Existen numerosos hechos jurídicos procesales de gran importancia que han
debido ser regulados por el Derecho Procesal; así, el transcurso del tiempo, es
un hecho jurídico procesal de gran trascendencia; también sucesos de la
naturaleza, los terremotos, inundaciones, muerte, etc.

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El Código de Procedimiento Civil se refiere a diferentes actos jurídicos
procesales, como por ejemplo la ausencia física de una persona del país, los
plazos, etc.
C.- Acto jurídico procesal:
Es el hecho jurídico voluntario, emanado de las partes, de ciertos terceros o
del juez, encaminados a hacer nacer, modificar o extinguir efectos procesales.
1.- Requisitos:
Del concepto indicado fluyen los siguientes requisitos:
a) La existencia de una o más voluntades encaminadas a producir efectos
jurídicos en el proceso.
Lo normal será que el acto revestirá el carácter de unilateral; sin embargo,
también puede ser bilateral, como por ejemplo, un avenimiento.
b) Que la voluntad se exteriorice:
Ello normalmente deberá efectuarse en forma solemne, a través de un escrito,
por ejemplo y no en forma consensual, en el tiempo y lugar que la ley
establece.
Estas formas procesales son irrenunciables cuando tiene por objeto resguardar
el principio de bilateralidad de la audiencia y del debido proceso, ya que ellos
están establecidos por razón de interés público. Lo anterior, sin perjuicio de
que pueda existir una renuncia posterior; es decir, lo normal es la
improcedencia de la renuncia anticipada.
c) Que exista la intención de producir efectos jurídicos en el proceso:
Lo normal será que el acto jurídico procesal se realice dentro del proceso,
pero ello no siempre ocurre, como por ejemplo, en el caso de que se celebre
un compromiso, una transacción, se acuerde la prórroga de la competencia
relativa, etc.
2.- Características:
a) Son esencialmente solemnes, así por ejemplo, la demanda debe cumplir
con requisitos determinados.
b) Por regla general son unilaterales.
Como señalamos, normalmente emana de una sola de las partes o del juez,
salvo los casos de excepción que señalamos.
c) Ellos dan lugar y forman el proceso:
Los actos jurídicos procesales se integran unos con otros en forma tal que van
creando el proceso, el cual no puede existir sin ellos.
d) Son autónomos:
Sin perjuicio de que se encuentren entrelazados entre sí, los actos procesales
son independientes uno de otro.

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3.- Clasificaciones de los actos jurídicos procesales:
a) Actos jurídicos unilaterales y bilaterales.
Son unilaterales la demanda, la contestación, la sentencia, etc.; bilaterales la
transacción, compromiso, etc.
b) Actos del tribunal, de las partes y de terceros:
Son actos del Tribunal: las resoluciones, inspecciones oculares, etc.; de las
partes: los diferentes escritos en que sostienen sus pretensiones; los actos de
impugnación (recursos), etc.; son actos de terceros las declaraciones de
testigos, los informes periciales, etc.
4.- Clasificación de los actos de las partes:
a) Actos de impulso:
Son todos aquellos que llevan a cabo las partes para los efectos de dar curso
progresivo al proceso, distinguiéndose entre ellos una subclasificación entre
actos de impulso propiamente tales, que son los que tienen por objeto único el
dar impulso al proceso, como por ejemplo las rebeldías y los actos de
postulación a través de los cuales se pretende además formular cuestiones
de fondo, como la demanda y la contestación.
b) Actos de prueba:
Son aquellos que efectúan las partes con la finalidad de acreditar las
pretensiones contenidas en sus acciones y excepciones, como por ejemplo
acompañar un documento; solicitar una inspección ocular del Tribunal, etc.
c) Actos de impugnación:
A través de ellos las partes pueden reclamar de las resoluciones del tribunal y
reciben el nombre de recursos procesales, como por ejemplo la apelación.
5.- Clasificación de los actos jurídicos procesales de terceros:
En este caso la expresión “terceros” la utilizaremos para referirnos a personas
ajenas al proceso mismo y no a las partes indirectas del mismo.
Actos probatorios:
Consistente en las actuaciones que terceros ajenos al juicio llevan a cabo
durante él con la finalidad de acreditar algún hecho controvertido en el
mismo; por ejemplo, la declaración de un testigo, un informe pericial;
Actos de certificación y de notificación:
Este tipo de actos lo llevan a cabo determinados auxiliares de la
administración de justicia a quienes se conoce genéricamente con el nombre
de Ministros de Fe.
(A) Los de certificación:
Ellos pueden ser de tres tipos distintos:

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a) Aquellos que realizan los Ministros de fe en los casos en que la ley exige
que certifiquen o den fe de la efectividad de haberse llevado a cabo
alguna actuación determinada en el proceso. Por ejemplo, el secretario
del Tribunal al firmar las resoluciones bajo la firma del Juez está aseverando
que la resolución en referencia ha sido dictada por el Juez que se indica.
b) Las certificaciones encaminadas a dejar constancia en el proceso de
haber llevado a cabo un hecho determinado, como por ejemplo, que han
transcurrido los plazos legales para deducir los recursos que proceden en
contra de una sentencia y que, en consecuencia, esa sentencia s e
encuentre firma o ejecutoriada.
c) Certificaciones de carácter probatorio, a las que alude el art. 427 del
Código de Procedimiento Civil que dispone que “se reputarán verdaderos
los hechos certificados en el proceso por un Ministro de Fe, a virtud de
orden de Tribunal competente, salvo prueba en contrario”. Un Juez puede
ordenar al secretario que certifique si determinados documentos que se
pretende agregar al proceso en fotocopias se encuentran o no conformes
con sus originales que el mismo debe tener a la vista.
(B) Actos de Notificación:
Los Ministros de fe son los encargados de poner en conocimiento de las partes
el contenido de las resoluciones judiciales. El secretario practicará las
notificaciones personales en su oficina y además, debe practicar las
notificaciones por el estado diario. Los receptores son normalmente los
encargados de practicar notificaciones fuera del oficio del secretario. De
estas notificaciones debe dejarse constancia en el proceso, pero la omisión de
dicha constancia no acarrea la nulidad de la notificación ya que solo
persigue acreditar que esa notificación efectivamente se efectuó.
(C) Actos de opinión:
Están constituidos por los informes evacuados por terceros a petición del
Tribunal respecto de puntos determinados, como por ejemplo los Defensores
Públicos, los Fiscales, etc.
6.- Requisitos de existencia y de validez de los AJP.
Señalamos anteriormente que los AJP son sólo una especie de actos jurídicos,
por lo que a su respecto rigen las mismas normas que la ley establece para los
actos jurídicos en general; sin embargo, dada la especial naturaleza de este
tipo de actos, existen algunas diferencias que es necesario puntualizar.
Sabemos que los requisitos de existencia de los actos jurídicos son la voluntad,
el objeto, la causa y las solemnidades y que los requisitos de validez son la
voluntad exenta de vicios, la capacidad, el objeto lícito y la causa lícita.

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A continuación examinaremos en forma conjunta los requisitos de existencia y
de validez en relación con los A.J.P.
A) La voluntad o consentimiento exento de vicios:
(1) La voluntad:
Es la actitud o disposición moral de querer algo. En los actos jurídicos
bilaterales para referirse a la voluntad de utiliza la palabra consentimiento.
Como sabemos, esta voluntad debe manifestarse en forma expresa o tácita,
existiendo además casos en los cuales se considera el silencio como
manifestación de voluntad.
Expresa: lo normal es que en los actos procesales la voluntad se manifieste de
modo expreso. En los AJP la exteriorización expresa de la voluntad debe
manifestarse a través del cumplimiento de las formalidades legales. La regla
general será que se manifieste a través de un escrito que, a su vez, debe reunir
ciertas formalidades, como por ejemplo la demanda que debe reunir los
requisitos del artículo 254 del Código de Procedimiento Civil.
Tácita: cuando alguna de las partes no realiza un acto procesal determinado,
su silencio normalmente no podrá ser estimado como manifestación tácita de
voluntad, salvo en lo que se refiere a estimar que existe voluntad de no realizar
ese acto; por ejemplo, si el demandado no contestar la demanda dentro de
plazo legal, por ese solo hecho no puede estimarse que esté aceptando el
contenido de dicha demanda, sino que sólo puede concluirse que es su
voluntad la de no contestar la demanda.
Para que el silencio produzca el efecto de ser considerado manifestación de
voluntad es necesario apercibir a la parte con considerar su silencio como
aquiescencia; por ejemplo, cuando se presentan documentos privados
emanados de la parte contraria, ellos se agregan al expediente bajo
apercibimiento de tenerlos por reconocidos si no son objetados dentro de
sexto día.
(2) Vicios de la voluntad:
a) El error: es reconocido expresamente por la legislación tratándose de la
confesión, toda vez que se permite la retractación de la misma cuando se
pruebe que ella se prestó por error de hecho.
El error puede igualmente emanar del Tribunal y puede ser tanto de hecho
como de derecho. Para corregir estos errores la ley establece los recursos
procesales, sin perjuicio de permitir en ciertos casos que el propio Tribunal
rectifique sus errores.
b) La fuerza:

23
El Código de Procedimiento Civil alude a ella al tratar la retractación de la
confesión, permitiendo igualmente que la parte se retracte cuando prueba
que la prestó por apremio; por otra parte, el art. 810 del Código de
Procedimiento Civil permite la revisión de las sentencias firmes cuando ellas
han sido obtenidas mediante violencia.
c) El dolo:
A este vicio alude el art. 810 del Código de Procedimiento Civil al tratar del
recurso de protección, expresando la posibilidad de revisar una sentencia
firme si ella se ha obtenido mediante dolo o fraude.
B) LA CAPACIDAD.
A ella ya nos referimos al tratar de los presupuestos procesales de validez, por
lo que nos remitimos a lo señalado en esa oportunidad.
C) EL OBJETO LICITO:
Todos los AJP deben tener un objeto, un beneficio jurídico que se pretende
obtener a través del mismo, objeto que debe ser lícito; por ejemplo, el
compromiso no puede referirse a materias de arbitraje prohibido.
D) LA CAUSA LICITA:
La causa es el motivo que induce a realizar el AJP, la que debe ser lícita.
Todos los AJP tienen una causa y la ley, en general, supone su existencia y en
algunos casos la exige además en forma expresa; así, al deducirse un recurso
de apelación, la parte que lo interpone debe hacer sufrido algún agravio que
pretende sea corregido.
El que la causa sea lícita significa que ella no debe obedecer a fines dolosos.
E) LAS SOLEMNIDAES:
Los AJP son eminentemente formalistas y ello, en atención a que se ha
buscado rodear la función jurisdiccional de las máximas garantías a fin de
impartir justicia a través del debido proceso. Estas formalidades son las normas
de procedimiento, las que no sólo comprenden la forma de exteriorización de
los AJP, sino que también el lugar y tiempo en que deben realizarse.
7.- La ineficacia de los actos jurídicos procesales:
Dada la naturaleza de los AJP, las normas relativas a la ineficacia de los
mismos guardan diferencias de importancia con las de los actos jurídicos
sustanciales.
a) La inexistencia:
Al tratar de los presupuestos procesales de existencia señalamos que ellos son
el Tribunal, la presencia física de las partes y la existencia del conflicto de
relevancia jurídica.

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Tratándose de los AJP individualmente considerados, si no se reúnen los
presupuestos procesales generales, no cabe sino concluir que no existirá
proceso y, por ende actos procesales.
En lo que se refiere a la ausencia de requisitos de existencia de AJP
individuales, no rigen las mismas reglas que en materia de actos jurídicos
sustanciales, debiendo destacar las siguientes diferencias:-
- Si no existe exteriorización de la voluntad, no habrá AJP. Las que no sólo
comprenden la forma de exteriorización de los AJP, sino que también el
lugar y tiempo en que deben realizarse.
7.- La ineficacia de los actos jurídicos procesales:
Dada la naturaleza de los AJP, las normas relativas a la ineficacia de los
mismos guarda diferencias de importancia con las de lo actos jurídicos
sustanciales.
a) La inexistencia:
Al tratar de los presupuestos procesales de existencia señalamos que ellos son
el Tribunal, la presencia física de las partes y la existencia del conflicto de
relevancia jurídica.
Tratándose de los AJP individualmente considerados, si no se reúnen los
presupuestos procesales generales, no cabe sino concluir que no existirá
proceso y, por ende actos procesales.
En lo que se refiere a la ausencia de requisitos de existencia de AJP
individuales, no rigen las mismas reglas que en materia de actos jurídicos
sustanciales, debiendo destacar las siguientes diferencias:
- Si no existe exteriorización de la voluntad, no habrá AJP:
- Si no existe objeto: aquí es necesario distinguir si se trata del AJP con el que
se pretende iniciar el proceso (demanda) o de otro. En el primer caso el
acto carecerá de la aptitud legal de dar inicio a un proceso; en los demás
casos, ellos no producirán efectos en el proceso, como por ejemplo la
notificación de una resolución inexistente.
- Si no existe causa, los autores estiman que no hay vicio procesal;
- Si no se cumplen las solemnidades, la sanción que establece la ley es la
nulidad del AJP correspondiente.
b) LA NULIDAD PROCESAL:
En esta materia las normas procesales guardan diferencias sustanciales con las
de los actos jurídicos sustanciales, no siendo aplicables las normas relativas a
estos últimos.
Como características de la nulidad procesal se señalan las siguientes:

25
- Es autónoma de la nulidad sustantiva en su naturaleza, consecuencias y
configuración jurídica. Es una sanción que ataca sólo los AJP, rigiéndose
por disposiciones y principios especiales;
- Es una sola, ya que no existe nulidad absoluta y relativa, sino que
simplemente nulidad del AJP;
- Para que pueda existir es necesario que haya algún vicio que esté
expresamente sancionado por la ley con la nulidad, existiendo causales
genéricas y específicas:
Causales genéricas:
Se encuentran señaladas en el art. 83 del Código de Procedimiento Civil que
dispone que la nulidad procesal podrá ser declarada en todos aquellos casos
en que exista un vicio que irrogue a alguna de las partes un perjuicio sólo
reparable con la declaración de nulidad; es decir, si el vicio puede repararse
en otra forma, no habrá nulidad.
Causales específicas:
Están indicadas en diferentes disposiciones de los códigos de procedimiento,
especialmente en los arts. 768 del Código de Procedimiento Civil a tratar del
recurso de casación en la forma y en los arts. 79 y 80 que señalan la nulidad
por fuerza mayor o por falta de emplazamiento.
Conforme a lo dicho, podemos señalar que al llevar a cabo algún AJP puede
que la voluntad de la parte se encuentre viciada, por ejemplo por haber
incurrido en error, pero no podrá solicitar posteriormente la nulidad fundada
en ese error si la ley no lo establece como causal.
(4)Debe ser declarada:
Para que opere una nulidad procesal, es necesario que exista una resolución
que así lo disponga y mientras ella no sea dictada estos AJP producirán todos
sus efectos.
La resolución que declare esta nulidad deberá dictarse en el procedimiento
que corresponda, según la oportunidad y forma en que ella ha sido solicitado.
Así, puede pedirse por vía incidental dentro del proceso o por vía de los
recursos de casación y de revisión.
(5)Sólo se aplica a los actos realizados en el proceso:
Es decir, no rige para los actos extraprocesales que producen efectos en el
proceso.
(6)No hay nulidad sin perjuicio: (principio de protección).
La ley consagra las formalidades a fin de asegurar a las partes del conflicto
que éste será resuelto en la forma más ajustada a la justicia. Por ello la omisión
de formalidades que no han influido en el proceso, es decir, si no ha causado

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perjuicio a las partes, no procede que sea declarada la nulidad. Si una
demanda no ha sido notificada conforme a la ley y no obstante ello el
demandado la contesta oportunamente resulta improcedente solicitar la
nulidad de dicha notificación, en atención a que, no obstante el vicio, la
parte tomó oportuno conocimiento de la demanda entablada en su contra y
pudo contestarla.
Este principio lo consagra la ley procesal al tratar del incidente de nulidad y al
referirse al recurso de casación.
(1) La nulidad procesal puede sanearse o convalidarse.
Esta característica es exclusiva y no se extiende a la inexistencia ni a la
oponibilidad de ciertos actos.
Esta convalidación puede llevarse a cabo:
a) Por adquirir la resolución que deniega la nulidad el carácter de
ejecutoriada; es decir, por no proceder recursos procesales en su contra;
b) Por la preclusión: es decir, por haber transcurrido el plazo o la oportunidad
para solicitarla. Así los incidentes de nulidad deben ser promovidos tan
pronto como la parte tome conocimiento del vicio, salvo que la causal
invocada sea la incompetencia absoluta.
c) Por la convalidación del acto nulo: ella puede ser expresa o tácita ya sea
por señalarlo expresamente la parte o por realizar algún otro AJP que
suponga el conocimiento de dicha parte de la nulidad del acto anterior.
(2) No puede ser solicitada por quien realizó el acto nulo:
Así lo señala expresamente la ley.
(3) Puede hacerse valer a través de diferentes medios.
Puede ser en forma directa, a través del incidente de nulidad procesal o del
recurso de casación o indirectamente al interponer otro tipo de recursos; así,
la parte podrá pedir reconsideración al mismo juez respecto de alguna
resolución que se estima nula y también podrá apelar y recurrir de queja ante
el Tribunal superior en los que haga valer la existencia del vicio de nulidad
para que éste así lo declare.
(4) puede ser declarada de oficio por el Tribunal o a petición de parte:
Existen ciertas causales de nulidad que, atendida la circunstancia de que
afectan el interés público, como la incompetencia absoluta o la implicancia,
pueden ser declaradas de oficio por el Juez, sin perjuicio de que también éste
pueda disponerlo a petición de parte.
Existen casos en los que la nulidad sólo puede ser declarada a petición de
parte, por tratarse de un vicio que sólo afecta intereses particulares, como por

27
ejemplo los que dan lugar a las excepciones dilatorias. En este caso se habla
de formas de anulabilidad.
(5) Puede referirse a un solo AJP o extenderse a varios.
En este caso se distingue entre nulidad propia y nulidad extensiva o derivada.
La nulidad propia es la que recae sobre el acto viciado en forma directa; por
ejemplo una notificación determinada.
La nulidad derivada o extensiva es la que afecta a otros AJP que no son nulos
en si mismos pero que han sucedido en el tiempo al acto viciado; así, por
ejemplo, si se declara nula la notificación de una demanda en un proceso
que se ha seguido en rebeldía del demandado, serán igualmente nulos todos
los actos posteriores, en forma tal que al declarar el juez la nulidad deberá
ordenar que el proceso se retrotraiga al estado de notificar válidamente la
demanda.
d) Preclusión:
Como ya hemos dicho antes, la preclusión consiste en la extinción del
derecho a llevar a cabo un AJP por haber transcurrido la oportunidad
señalada por la ley al efecto, por haberse efectuado alguna actuación
incompatible con ese AJP y por haberse llevado a cabo dicho acto.
Se contempla la preclusión como causa de ineficacia de los AJP, cuando
dichos actos se llevan a cabo una vez que ha operado la preclusión. Así, será
ineficaz una contestación de la demanda efectuada después de vencido el
término de emplazamiento.
e) La inoponibilidad.
Un AJP es inoponible, es decir, carece de eficacia, respecto de las personas a
las cuales él no estaba destinado.
La regla general es que los AJP sólo son oponibles a las partes del proceso e
inoponibles a quienes no lo son, en forma tal que si se pretende hacer cumplir
una sentencia determinada en contra de una persona que no ha sido parte
en el juicio ni sucesor de alguna de ellas en sus derechos, éste podrá
simplemente invocar como excepción de fondo la inoponibilidad.
CAPITULO IV:
FORMACION Y CUSTODIA DEL PROCESO. (ARTS. 29 y siguientes Del Código de
Procedimiento Civil).
1.- La carpeta electrónica, que substituye al expediente material, y que
estará disponible en el portal de internet del Poder Judicial, viene a ser la
materialidad del proceso constituido por la carpeta electrónica a la cual se
van agregando los escritos, resoluciones, documentos y actuaciones de toda
clase que se realizan en el proceso de manera sucesiva. Este expediente se

28
inicia con una tapa o carátula en la que se indica el nombre del tribunal por
el cual se sustancia el proceso, los nombres del Juez y Secretario, los nombres
de las partes y sus apoderados, así como su rol de ingreso y material del
mismo.
La ley no establece ninguna disposición que reglamente la forma como debe
llevarse la carátula del expediente; sin embargo, ella da por entendida la
existencia de la misma, así como la circunstancia de que en ella deben
consignarse los nombres de las partes, toda vez que al referirse el artículo 163
del Código Orgánico de Tribunales a la formación de las tablas en los
Tribunales colegiados, se expresa que el nombre de las partes con el que se
deberá individualizar la causa en esa tabla será aquél que aparezca en la
carátula del expediente, como vimos anteriormente.
2.- La carpeta electrónica se va formando mediante los diferentes escritos
presentados por las partes, los documentos acompañados por ellas, las
resoluciones del tribunal. Los escritos y documentos que acompañen las
partes deben ser presentados por vía electrónica,
3.- Los escritos deberán ser encabezados por una suma en la cual se indique el
contenido del mismo o el trámite al cual dicho escrito se refiere.
4.- Si por alguna razón se entrega un escrito al secretario mismo deberá éste
en el mismo día estampar en cada fojas la fecha y su media firma, o un sello
autorizado por la respectiva Corte de Apelaciones y que designe la oficina y
fecha de la presentación. Debe dar recibo de los documentos que se le
entreguen, siempre que lo exija la parte que los presenta.
5.- Todos los escritos y antecedentes que deben formar la carpeta electrónica
se deberán ir agregándo en forma sucesiva según el orden de su
presentación. El sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial
numerará en forma automática cada pieza de la carpeta electrónica en
cifras y letras. No se enumeran las piezas que por su naturaleza no puedan
agregarse o que por motivos fundados se manden reservar fuera del proceso.
6.- Las piezas que se entreguen al tribunal se deben mantener bajo su custodia
y responsabilidad y no podrán retirarse sino por las personas y en los casos
expresamente señalados en la ley.
7.- Cuando los tribunales pidan o hayan de oir el dictamen por escrito del
respectivo Fiscal Judicial o de los defensores públicos, les enviarán la
comunicación de la carpeta electrónica a la que deben acceder
electrónicamente.
Si otro tribunal requiere la remisión del expediente original o de algún
cuaderno o pieza del proceso, el trámite se cumplirá enviando la

29
correspondiente comunicación de la carpeta electrónica a la que deben
acceder a través del sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial.
CAPITULO V LOS PLAZOS Y REBELDIAS.
A.- Los plazos.
1.- Desde el punto de vista procesal son los espacios de tiempo fijados por la
ley, el tribunal o las partes, para ejecutar una determinada facultad procesal
o realizar un AJP. Desde este punto de vista los plazos son hechos jurídicos
procesales.
2.- Forma de computar los plazos:
Los Códigos de Procedimiento no se refieren a esta materia, siendo necesario
recurrir al art. 48 del Código Civil que señala lo siguiente:
a) Correrán hasta la medianoche del último día;
b) Tratándose de plazos de meses o años, el primer y el último día deberán
tener el mismo número, por lo que el plazo de meses podrá tener 28, 29, 30
ó 31 días y el de un año 365 o 366 días;
c) Si el mes en que ha de comenzar a contarse el plazo de meses tiene más
días que aquél en que ha de terminar (enero y febrero, por ejemplo), el
último día del plazo será el último día del segundo mes.
3.- Clasificaciones:
a) Según la forma de computarlos:
Se distingue entre plazos continuos y discontinuos; los primeros son aquellos
que corren sin interrupción alguna y discontinuos los que se suspenden en los
días feriados.
En materia procesal civil la regla general es que los plazos de días sean
discontinuos, salvo que el tribunal por motivos fundados establezca lo contrario
(art. 66 Código de Procedimiento Civil).
En materia procesal penal, por el contrario, lo normal es que los plazos sen
continuos. En todo caso, si el plazo de días vence en día feriado, se entiende
que el vencimiento es el siguiente día hábil.
b) Según su origen:
Se distingue entre plazos legales, judiciales y convencionales. Son legales los
que señala expresamente la ley en su extensión; son judiciales aquellos que
determina el Tribunal y convencionales los que acuerden las partes.
La norma general son los plazos legales; los plazos judiciales sólo proceden en
aquellos casos en que la ley expresamente autoriza para fijarlos.
c) Según su posibilidad de ampliación:
Prorrogables y no prorrogables.

30
En nuestra legislación los plazos legales no son prorrogables; los
convencionales sí, por acuerdo de las partes y los judiciales siempre que la
prórroga se pida antes del vencimiento y que se alegue justa causa que
deberá ser debidamente calificada por el Tribunal, quien en todo caso no
podrá ampliarlo más allá del máximo que la ley lo autoriza(Art. 67 y 68 del
CPC).
d) Individuales y comunes:
Son individuales aquellos plazos que corren en forma separada para cada
una de las partes desde el día de su notificación y comunes aquellos que
corren simultáneamente para todos desde la última notificación a una de
las partes. (Art. 65 del CPC)
e) Fatales y no fatales:
Son fatales aquellos plazos que se extinguen por la sola llegada del día de
su vencimiento; en cambio, no son fatales aquellos en los cuales la
contraparte debe expresamente solicitar que se declare la rebeldía. En la
actualidad los plazos legales, salvo que digan relación con la práctica de
actuaciones del Tribunal mismo, como por ejemplo el plazo, para dictar
una sentencia, son fatales (Art. 64 del CPC); en cambio, los plazos que fija
el juez no son fatales.
B.- LAS REBELDIAS. (arts. 78 y sig. Código de Procedimiento Civil).
1.- En la actualidad la rebeldía sólo procede respecto de los plazos judiciales
no fatales, caso en el que el tribunal deberá declarar esa rebeldía ya sea de
oficio o a petición de parte. Tratándose de plazos legales, si la parte no
evacua el trámite pertinente dentro de ellos, caduca o precluye su derecho
a hacerlo posteriormente, siendo sólo necesario que el tribunal lo declare
para los efectos de dar curso progresivo al proceso.
2.- Rebeldía por fuerza mayor (art. 79 Código de Procedimiento Civil).
Puede suceder que se haya seguido un proceso sin que el demandado haya
comparecido pero por haberse encontrado imposibilitado para hacerlo en
virtud de fuerza mayor. Como en estos casos la falta de comparecencia será
involuntaria, el afectado podrá reclamar dentro de tercero día de cesado el
impedimento y pudo hacerse valer que se declare la nulidad de lo obrado en
su ausencia, ofreciendo probar la efectividad del hecho que causó esa
ausencia. Esta petición se tramitará incidentalmente, es decir, confiriendo
traslado a la contraria par que conteste dentro de tercero día y recibiendo a
prueba si es que hay controversia al respecto; todo este incidente se
tramitará por cuaderno separado a fin de evitar la demora de la

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sustanciación de la causa misma, sin perjuicio que posteriormente, si se
acoge el incidente, lo obrado quede sin valor.
3.- Rebeldía por falta de emplazamiento (art. 80 Código de Procedimiento
Civil).
Si la parte demandada no ha comparecido al juicio por no haber tenido
conocimiento de la existencia de éste, tiene un plazo de cinco días desde
que supo de esa existencia, para comparecer y solicitar la nulidad de lo
obrado en su ausencia, debiendo ofrecer prueba al efecto. Esta petición se
tramitará igualmente en forma incidental y por cuerda separada.
CAPITULO VI.-
LAS ACTUACIONES JUDICIALES (arts. 59 y sig.).
I.- CONCEPTO Y GENERALIDADES.
Son AJP realizados por el Tribunal o ante él por las partes o ciertos terceros, de
los cuales debe dejarse testimonio en el expediente, debidamente
autorizados por el ministro de fe.
Son actuaciones judiciales todas las resoluciones, diligencias o actos de
cualquier especie que se consigne en el proceso, autorizada por funcionario
competente; incluso los escritos presentados por las partes y agregados al
expediente.
2.- Requisitos:
La ley señala distintos requisitos o solemnidades, según los cuales deben
practicarse las actuaciones procesales, los que se verán en cada caso.
Ahora sólo veremos los requisitos generales.
a) Deben practicarse en días y horas hábiles.
Son días hábiles los no feriados; son feriados los que indica la ley. Son horas
hábiles las que median entre las 8 y las 20 horas.
Excepciones:
- En los procesos penales conforme al art. 14 del Código Procesal Penal
todos los días y las horas son hábiles.
- De conformidad con lo dispuesto en el artículo 60 del CPC, pueden los
tribunales a solicitud de parte, habilitar para la práctica de actuaciones
judiciales días y horas inhábiles, cuando haya causa urgente que lo exija.
- La misma norma señala que se estiman urgentes para este caso, las
actuaciones cuya dilación pueda causar grave perjuicio a los interesados,
o a la buena administración de justicia, o hacer ilusorianuna providencia
judicial,
- Tratándose de la práctica de notificaciones, conforme al artículo 41 del
Código de Procedimiento Civil ellas pueden practicarse en cualquier día y

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a cualquier hora y entre las 6 y 22 horas en los lugares que esa disposición
señala y que estudiaremos al tratar las notificaiones judiciales.
b) Debe dejarse constancia de la actuación en la carpeta electrónica:
Al efecto deberá dejarse constancia del lugar, día, mes y año en que se
verifique la actuación, de las formalidades con que se haya procedido y,
además, los restantes requisitos que en cada caso exige la ley.
Tratándose de actuaciones llevada a cabo en forma oral (por ejemplo
declaración de testigo), ella deberá consignarse por escrito y ser suscrita
el acta respectiva por el juez, en el secretario y la persona o persona que
participaron en la diligencia. Estas actas deben digitalizarse e incorporarse
a la carpeta electrónica correspondiente.
En los casos que se cuente con los recursos técnicos necesarios, podrtán
registrarse las audiencias en que participe el tribunal mediante audio
digital, video u otro soporte tecnológico, el que se agregará a la carpeta
electrónica inmediatamente.
c) Deben ser autorizadas por un Ministro de Fe.
Es esencial para la validez de la actuación procesal que ella sea
autorizada por el Ministro de fe que para cada caso la ley indica. La
omisión de la autorización del ministro de fe acarrea la nulidad por
expresa disposición de la ley.
d) Deben ser practicadas por el funcionario que la ley en cada caso indica.
Lo normal es que las actuaciones que no emanen de las partes provengan
del juez que conoce del asunto (Art. 70 del CPC) , salvo los siguientes casos:
Actuaciones que la ley autoriza a los secretarios de los juzgados civiles,
quienes pueden dictar por si sólos las sentencias interlocutorias, autos y
decretos, providencias y proveídos, salvo cuando ello pudiere importar poner
término al juicio o hacer imposible su continuación. (art. 33 Código de
Procedimiento Civil);
Actuaciones propias de los secretarios u otros ministros de fe (receptores),
como las notificaciones.
Actuaciones para las cuales la ley autoriza la delegación de funciones, como
en los tribunales colegiados en que se encomienda determinadas diligencias
al Ministro de turno.
Actuaciones que deben practicarse en otros territorios jurisdiccionales, en
virtud de exhortos.
3.- Requisitos generales de ciertos AJP especiales.
a) El juramento:

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Existen ciertas actuaciones para cuya validez la ley exige que antes de ser
llevada a cabo la persona que corresponda preste el juramente respectivo,
como por ejemplo tratándose de peritos, testigos, etc. (Art. 62 del CPC).
b) La intervención del intérprete:
Para estos efectos será necesario designar al intérprete oficial del Ministerio
de Relaciones Exteriores y en otros lugares deberá designarse un perito.
Igualmente será necesaria la designación de perito cuando haya alguna
persona que no pueda darse a entender de palabra o por escrito.
4.- Formas como pueden decretarse la práctica de actuaciones judiciales:
Tratándose de ciertas actuaciones judiciales solicitadas por las partes, el
tribunal autorizará para que ellas se practiquen podrá disponer que se lleven
a efecto de diferentes formas que en cada caso la ley señala y que son las
siguientes:
a) De plano:
En este caso el Juez simplemente autoriza la diligencia sin necesidad de
que se notifique a la contraria; ello en casos excepcionales y a fin de
evitar precisamente que la diligencia se frustre, como el caso de una
medida precautoria.
b) Con conocimiento:
Se da lugar a la práctica de la actuación previa notificación de la
contraparte de la resolución que la autoriza. (Art. 69 inc. 2º del CPC)
c) Con citación:
Se autoriza practicar la actuación una vez transcurridos tres días desde
que se notificó a la contraria a quien esa diligencia afecta y ella nada
dijo. Si se opone o deduce observaciones dentro de dicho plazo, se
suspende la ctuación hasta que se resuelva el incidente. (Art. 69 del CPC)
d) Con audiencia:
Existen ciertos actos en los cuales sólo, puede autorizarse la práctica de la
diligencia después de haber conferido a la parte contraria traslado. Si la
parte no contesta, resolverá derechamente el Juez; si se opone, se
generará propiamente un incidente.
5.- Los Exhortos. (artículos 71 y sgts. CPC)
a) Son comunicaciones escritas por las cuales un Tribunal que está
conociendo de un asunto encarga a otro la realización de determinadas
actuaciones judiciales que deben practicarse dentro del territorio de este
último, como por ejemplo tomar declaraciones a testigos que residan en el
territorio del Tribunal exhortado. El tribunal a quien se dirija la comunicación
deberá ordenar su cumplimiento en la forma que ella indique, y no podrá

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decretar otras gestiones que las necesarias a fin de darle curso y habilitar
al juez de la causa o exhortante para que resuelva lo conveniente.
b) Se distingue entre exhortos nacionales e internacionales, según si el
encargo se dirige a un tribunal del mismo país o de un país extranjero.
Igualmente existen exhortos comunes o propiamente tales y rotatorios, (Art.
74 del CPC) siendo estos últimos aquellos que se dirigen primero a un
Tribunal determinado para que, cumplida por éste la diligencia
correspondiente lo remita a su vez directamente a otro juzgado para que
practique otra diligencia y así sucesivamente, debiendo el último de los
exhortados devolver el exhorto al exhortante.
c) Tramitación de exhortos nacionales:
(1) En asuntos civiles el exhorto se envía al tribunal exhortado a petición de
parte, previa resolución del juez que así lo dispone, por vía del sistema de
tramitación electrónica del Poder Judicial y, si ello no es posible por el
medio de comunicación idóneo más expedito.
(2) Deberán ser firmados por el Juez o por el presidente del Tribunal, si éste es
colegiado y serán dirigidos al juez o presidente del tribunal, según
corresponda; se dirigirá directamente al tribunal o funcionario que
corresponda ejecutarlo, aún cuando éste no dependa del que reclama
su intervención.
(3) En las gestiones que sea necesario relaizar ante el tribunal exhortado,
podrá intervenir la persona a quien se le haya designado como
encargado de sutramitación en el exhorto, siempre que se indique el
nombre de ese encargado o se indique que puede diligenciarlo el que lo
presente o cualquiera otra persona. ( esta persona debe reunir los
requisitos para ser mandatario judicial de acuerdo con artículo 2º de la
Ley 18.120 sobre Comparecencia en Juicio).
d) Tramitación de exhortos internacionales:
La comunicación se dirige al funcionario que debe intervenir, por conducto
de la Corte Suprema, la cual deberá remitirla al Ministerio de Relaciones
Exteriores, para que éste le de curso de acuerdo a los Tratados vigentes o
por la reglas generales adoptadas por el Gobierno.
Por este mismo conducto y en la misma forma se recibirán las comunicaciones
de los tribunales extranjeros para practicar diligencias en Chile.

CAPITULO VII. LA TRAMITACION ELECTRONICA. PRINCIPIOS Y REGLAS


FUNDAMENTALES.

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Con fecha 18 de diciembre de 2015, se publicó la Ley 20.886, que
básicamente modificó el Código de Procedimiento Civil, para establecer la
tramitación digital de los procedimientos judiciales.
Esta norma de acuerdo con sus disposiones transitorias, comenzará a regir el
18 de diciembre de 2016 en nuestra Región.

ÁMBITO DE APLICACIÓN. La ley se aplicará a todas las causas que conozcan


los tribunales indicados en los incisos segundo y tercero del artículo 5º del
Código Orgánico de Tribunales, con excepción de las causas que conozcan
los tribunales militares en tiempo de paz.
PRINCIPIOS.
El artículo 2º de la ley se refiere a los principios que deben observarse en los
procedimientos tramitados electrónicamente. Ellos son:
a) Principio de equivalencia funcional del soporte electrónico. Los actos
jurisdiccionales y demás actos procesales suscritos por medio de firma
electrónica serán válidos y producirán los mismos efectos que si se hubieren
llevado a cabo en soporte papel.
b) Principio de fidelidad. Todas las actuaciones del proceso se registrarán y
conservarán íntegramente y en orden sucesivo en la carpeta electrónica, la
que garantizará su fidelidad, preservación y la reproducción de su contenido.
c) Principio de publicidad. Los actos de los tribunales son públicos y, en
consecuencia, los sistemas informáticos que se utilicen para el registro de los
procedimientos judiciales deberán garantizar el pleno acceso de todas las
personas a la carpeta electrónica en condiciones de igualdad, salvo las
excepciones establecidas por la ley.
No obstante lo anterior, las demandas, las presentaciones relativas a medidas
cautelares, incluso aquellas solicitadas en carácter prejudicial, y a otras
materias cuya eficacia requiera de reserva serán accesibles únicamente al
solicitante mientras no se haya notificado la resolución recaída en ellas.
Se prohíbe el tratamiento masivo de los datos personales contenidos en el
sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial, sin su autorización
previa.
La infracción cometida por entes públicos y privados a lo dispuesto en este
inciso será sancionada conforme a la ley Nº 19.628.
La Corte Suprema regulará mediante auto acordado la búsqueda de causas
en el sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial.
d) Principio de buena fe. Las partes, sus apoderados y todos quienes
intervengan en el proceso conforme al sistema informático de tramitación

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deberán actuar de buena fe.
El juez, de oficio o a petición de parte, deberá prevenir, corregir y sancionar,
según corresponda, toda acción u omisión que importe un fraude o abuso
procesal, contravención de actos propios o cualquiera otra conducta ilícita,
dilatoria o de cualquier otro modo contraria a la buena fe.
e) Principio de actualización de los sistemas informáticos. Los sistemas
informáticos de tramitación del Poder Judicial deberán ser actualizados a
través de la Corporación Administrativa del Poder Judicial con el objeto de
permitir su correcto funcionamiento y la más fluida y expedita interconexión e
interoperabilidad entre sí y con otras instituciones públicas.
e) Principio de cooperación. Los auxiliares de la administración de justicia, las
instituciones públicas y el Poder Judicial deberán cooperar entre sí en la
utilización de medios electrónicos con el objeto de garantizar la
interconexión e interoperabilidad de los sistemas informáticos y, en
particular, el reconocimiento mutuo de los documentos electrónicos y de
los medios de identificación y autentificación respectivos. Para ello, las
instituciones públicas y los tribunales propenderán a la celebración de
convenios de cooperación.

En lo que se refiere a reglas fundamentales de este sistema destacan las


siguientes disposiciones:
- Artículo 3º. Uso obligatorio del sistema informático, respaldo y su
conservación para Los jueces, auxiliares de la administración de justicia y
funcionarios de cada tribunal.
La carpeta electrónica y sus registros deberán ser respaldados
informáticamente en forma periódica.
Si por cualquier causa se viere dañado el soporte material del registro
electrónico afectando su contenido, el tribunal ordenará reemplazarlo en
todo o parte por una copia fiel, que obtendrá de quien la tuviere, si no
dispusiere de ella directamente.
Si no existiere copia fiel, las resoluciones se dictarán nuevamente, para lo
cual el tribunal reunirá los antecedentes que le permitan fundamentar su
preexistencia y contenido, y las actuaciones se repetirán con las formalidades
previstas para cada caso. Sin embargo, no será necesario volver a dictar las
resoluciones o repetir las actuaciones que sean el antecedente de
resoluciones conocidas o en etapa de cumplimiento o ejecución.
Artículo 4º.- Firma electrónica de resoluciones y actuaciones del tribunal y
copias autorizadas. Las resoluciones y actuaciones del juez, del secretario, del

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administrador del tribunal y de los auxiliares de la administración de justicia
serán suscritas mediante firma electrónica avanzada.
Los jueces y los demás funcionarios mencionados en el inciso anterior serán
personalmente responsables de la firma electrónica avanzada que se ponga
a su disposición, por lo que les estará prohibido compartirlas.
Las resoluciones suscritas por los jueces mediante firma electrónica avanzada
no requerirán de la firma ni de la autorización del ministro de fe
correspondiente.
Las copias autorizadas de las resoluciones y actuaciones deberán ser
obtenidas directamente del sistema informático de tramitación con la firma
electrónica correspondiente, la que contará con un sello de autenticidad.
Artículo 5º.- Presentación de demandas y de escritos. El ingreso de las
demandas y de todos los escritos se hará por vía electrónica a través del
sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial, para cuyos efectos los
abogados o habilitados en derecho se registrarán en los términos que se
regulen en el auto acordado que la Corte Suprema dictará al efecto.
En casos excepcionales, cuando las circunstancias así lo requieran o se trate
de una persona autorizada por el tribunal por carecer de los medios
tecnológicos necesarios, los escritos podrán presentarse al tribunal
materialmente y en soporte papel por conducto del ministro de fe respectivo o
del buzón especialmente habilitado al efecto.
Los escritos presentados en formato papel serán digitalizados e ingresados a la
carpeta electrónica inmediatamente.
Artículo 6º.- Presentación de documentos. Los documentos electrónicos se
presentarán a través del sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial
o, en caso de requerirlo así las circunstancias, se acompañarán en el tribunal a
través de la entrega de algún dispositivo de almacenamiento de datos
electrónicos.
Los documentos cuyo formato original no sea electrónico podrán presentarse
materialmente en el tribunal y quedarán bajo la custodia del funcionario o
ministro de fe correspondiente. No obstante, los títulos ejecutivos cuyo formato
original no sea electrónico deberán presentarse materialmente en el tribunal y
quedarán bajo la custodia del funcionario o ministro de fe correspondiente,
bajo apercibimiento detener por no iniciada la ejecución.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso anterior, los documentos y títulos
ejecutivos presentados materialmente deberán acompañarse con una copia
en formato digital a través del sistema de tramitación electrónica del Poder
Judicial o, en caso de requerirlo así las circunstancias, en el tribunal, a través

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de la entrega de algún dispositivo de almacenamiento de datos electrónicos.
Si no se presentaren las copias digitales de los documentos o títulos ejecutivos,
o si existiere una disconformidad substancial entre aquellas y el documento o
título ejecutivo original, el tribunal ordenará, de oficio o a petición de parte,
que se acompañen las copias digitales correspondientes dentro de tercero
día, bajo apercibimiento de tener por no presentado el documento o título
ejecutivo respectivo.
En casos excepcionales, cuando se haya autorizado a una persona para
presentar escritos materialmente por carecer de los medios tecnológicos, no
será necesario acompañar copias digitales. En este caso, los documentos y
títulos ejecutivos presentados en formato que no sea electrónico serán
digitalizados e ingresados inmediatamente por el tribunal a la carpeta
electrónica.
Artículo 7º.- Patrocinio y poder electrónico. El patrocinio por abogado
habilitado para el ejercicio de la profesión podrá constituirse mediante firma
electrónica avanzada.
El mandato judicial podrá constituirse mediante la firma electrónica avanzada
del mandante. En consecuencia, para obrar como mandatario judicial se
considerará poder suficiente el constituido mediante declaración escrita del
mandante suscrita con firma electrónica avanzada, sin que se requiera su
comparecencia personal para autorizar su representación judicial.
La constatación de la calidad de abogado habilitado la hará el tribunal a
través de sus registros.
Artículo 8º.- Otras formas de notificación. Cualquiera de las partes o
intervinientes podrá proponer para sí una forma de notificación electrónica, la
que el tribunal podrá aceptar aun cuando la ley disponga que la notificación
deba realizarse por cédula si, en su opinión, resultare suficientemente eficaz y
no causare indefensión. Esta forma de notificación será válida para todo el
proceso.
Artículo 9º.- Registro de actuaciones de receptores. Para efectuar los
registros de actuaciones, los receptores judiciales deberán registrarse en el
sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial.
Los receptores deberán agregar a la carpeta electrónica un testimonio dando
cuenta de la actuación realizada dentro de los dos días hábiles siguientes a la
fecha en que se practicó la diligencia, con la debida constancia de todo lo
obrado.
En las notificaciones, requerimientos o embargos, el testimonio o acta de la
diligencia incluirá un registro georreferenciado, que dé cuenta del lugar,

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fecha y horario de su ocurrencia. Además, en el caso de retiro de especies, los
receptores incluirán un registro fotográfico o de video con fecha y hora de los
bienes muebles, al momento del retiro para su entrega al martillero, a menos
que exista oposición de parte del deudor o el depositario.
La Corte Suprema podrá regular a través de auto acordado la forma de dejar
constancia de la georreferenciación, estableciendo los requerimientos y
especificaciones técnicas que deberán cumplir los receptores para
determinar, mediante un sistema de coordenadas, su localización geográfica
al momento de practicar la diligencia.
Todo incumplimiento culpable o doloso a estas normas constituirá una falta
grave a las funciones y será sancionado por el tribunal, previa audiencia del
afectado, con alguna de las medidas contempladas en los números 2, 3 y 4
del inciso tercero del artículo 532 del Código Orgánico de Tribunales. En caso
de reincidencia, el juez deberá aplicar la medida de suspensión de funciones
por un
mes.
Artículo 10.- Exhortos. Los exhortos que se dirijan entre tribunales nacionales
deberán ser remitidos, diligenciados y devueltos mediante la utilización del
sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial.
Toda carta rogatoria nacional deberá ser derivada través del sistema de
tramitación electrónica desde el tribunal exhortante al exhortado y, una vez
tramitada por este último, deberá devolverse, incorporando todas y cada una
de las actuaciones que se realizaron en la carpeta electrónica a que dio
origen.
No obstante, cuando los exhortos se verifiquen desde o hacia tribunales
nacionales que carezcan del sistema de tramitación electrónica, se utilizará
una casilla de correo electrónico creada para tales efectos o el medio de
comunicación idóneo más eficaz de que disponga ese tribunal.
Artículo 11.- Oficios y comunicaciones judiciales. Los oficios y comunicaciones
judiciales que se verifiquen desde o hacia instituciones públicas nacionales
que cuenten con los recursos técnicos necesarios se diligenciarán a través de
medios electrónicos.
Los oficios y comunicaciones judiciales que se verifiquen desde o hacia
instituciones públicas nacionales que carezcan de los recursos técnicos
necesarios se diligenciarán a través del medio de comunicación idóneo más
eficaz de que disponga esa institución pública.

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