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— ¿Qué quería que hiciera, Sr. Falco? Es una muchacha. Las personas piensan y
actúan en función de su contexto temporal.
Falco se encontraba molesto por la actual condición del viaje. Añoraba los días en
que los trayectos no eran tan rápidos, pero sí disfrutables. Aquella avería significaba una
mala digestión por el resto del viaje y por consiguiente una distracción en sus
meditaciones. Tito, por otro lado, se hallaba indiferente ante tal situación. Se le
consideraba un flemático en contraste con el colérico Falco. Apreciaba mejor la quietud
del tren y era más propenso a convivir con otras personas.
—Lo primero por hacer será contactar con Hypnos. Está más que familiarizado
con la topografía de este plano. Lo segundo será reclutar onironautas; los vamos a
necesitar. Ah, si pudiésemos contar con algunos más experimentados. Más de uno
quiere mi cabeza en su pared.
Horatio Domicio Falco jamás pensó en el destino que le esperaba. El mero hecho
de que un viejo senador viviera más allá de lo que cualquier otro hombre pudiera y ser
partícipe de la próxima y potencial cruzada en las sub-realidades del mundo resulta en
un escenario impensable.
El poco humor que se había guardado se desvaneció por completo. Con toda
indignación prefirió retornar a su puesto y esperar a Tito, lejos de las demás personas.
—Lo siento, Sr. Falco. No había de origen, pero procuré que sea de primera.
Una vez que tuvieron claro los pormenores del dilema y las estrategias para
aunar a la comunidad supernatural contra el peligro que se avecinaba, sólo quedaba por
abandonar el recinto y de paso el sueño. Falco, cansado, no pudo evitar sentir alivio al
ver que todos sus planes iban viento en popa. El jovial Vettio, siempre con el semblante
confiado, sentía curiosidad por el paradero que habían escogido. El ambiente difería
delas costumbres de Horatio.
—A todas estas, señor ¿Por qué escogió este sueño en particular? ¿Por qué el de
una jovencita?
—Es curioso, muchacho. En un principio me elegí éste por ser el último lugar en
el que nuestros opositores, aliados del Dominio, nos buscarían. Creen conocerme pero
son tan obtusos que sólo se guían por patrones. Esa fue la motivación inicial. Pero hay
un hecho más interesante: es el sueño de alguien que no pertenece a nuestro mundo.
Error de cálculo, quizá. Siendo así las cosas es mejor que nos apresuremos y
marchemos. Dentro de poco despertará.