UNIVERSIDAD NACIONAL SAN AGUSTÍN DE AREQUIPA

ESCUELA PROFESIONAL DE SOCIOLOGÍA

DOCENTE: Roberto Apaza

ALUMNA: Ana Tulia Apaza Bobadilla

ECO FEMINISMO, ECOLOGÍA POLÍTICA Y RACIONALIDAD AMBIENTAL

Desde tiempos remotos las mujeres han vivido en una sumisión del sistema
patriarcal donde la participación de la mujer ha sido relegada dentro de la estructura
socioeconómica, sin embargo en la actualidad este escenario ha cambiado
progresivamente puesto que las mujeres han logrado conseguir un protagonismo en
diversos campos de lo político, social, cultural y ecológico.

El estudio de las diferencias entre los sexos siempre ha resultado ser polémica
ya que se cataloga al varón como poseedor de la fuerza física y a la mujer como la
encargada de las actividades del hogar que se encuentra subsumida al poder del
hombre. Es así que se establece una relación de la mujer con la naturaleza en el sentido
de que ambas se encuentran en una situación de dominación.

La relación de la mujer con la naturaleza consiste en su “resistencia a

subsumirse dentro de un orden plenamente racional, su amalgama de inteligencia y
sensibilidad y su renuncia a doblegar las emociones y sentimientos bajo el régimen de
la lógica racional” (LEFF, 2004, pág. 288). La mujer y la naturaleza han resistido al
dominio desde las estructuras sociales y la dinámica económica.

Para que las mujeres y la naturaleza puedan emanciparse del poder dominante
se necesita trabajar en un sentido de alteridad donde la feminidad ocupe un lugar
privilegiado para entender el actuar de la naturaleza, asimismo debe comprender una
relación de otredad que nos ayude a salir del pensamiento individualista.

Para conseguir el lugar privilegiado del medio ambiente y la feminidad, se han

originado diversos movimientos socio ambientales y movimientos feministas que a su
vez permitieron el surgimiento de una ecología política, como una política de la
conservación de la biodiversidad como un universal ético, buscando formar
sociedades sustentables bajo el principio de la libertad y de la sustentabilidad, que
ayudaría a las personas a vivir en un entorno más saludable sin deteriorar el ambiente
para las futuras generaciones.

“La ecología política no solamente explora y actúa en el campo del poder que
se establece dentro del conflicto de intereses por la apropiación de la naturaleza; a su
vez hace necesario repensar la política desde una nueva visión de las relaciones de la
naturaleza, la cultura y la tecnología. La ecología política abre así nuevos espacios de
actuación en la complejidad ambiental emergente y se inscribe dentro de un proyecto
libertario para abolir toda relación jerárquica y toda forma de dominación a través de
movimientos sociales y prácticas políticas. La ecología política se funda en un nuevo
pensamiento y en una nueva ética: una ética política para renovar el sentido de la
vida”. (LEFF, 2004, pág. 296)

Es por ello que la ecología política funciona como una nueva racionalidad que
busca la protección de la naturaleza con el aporte del conocimiento de diferentes
culturas existentes en la tierra y el avance tecnológico, asimismo dentro de la ecología
política también se pretende actualizar las identidades de las personas para formar una
sola identidad para con la naturaleza y abolir las relaciones de jerarquía o cualquier
forma de dominación que conllevará a renovar el sentido de la vida humana.

Por otro lado el aumento de la productividad y el consumo que rige en nuestra

sociedad capitalista ha generado una crisis tremenda en la degradación del ambiente,
por lo que surgen nuevos enfoques para comprender la situación de la crisis ambiental y
dirigirnos a posibles acciones de solución, tal es el caso de teoría de la racionalidad
ambiental que tiene un interés en lograr un futuro sustentable para la humanidad.

El desarrollo sustentable en la era de la globalización busca reintegrar las partes

disociadas de la estructura social con la creatividad humana, asimismo se abre paso a las
nuevas perspectivas sobre los sentidos de sustentabilidad como es: el desbordamiento
de la interdisciplinariedad hacia un dialogo de saberes, la construcción de una
racionalidad ambiental y la construcción de sociedades sustentables desde la diversidad
cultural y la relación ética de otredad.

Según Enrique Leff, todo el proceso del desarrollo sustentable nos llevaría a
formular alternativas de solución al problema de la relación social a través del leguaje
y del habla mediante dos vías: el concepto de la racionalidad comunicativa planteada
por Habermas y el concepto de otredad dirigida por Emmanuel Levinas. Que
contribuirían para abordar el encuentro de saberes en la construcción de un desarrollo
sustentable desde la filosofía del lenguaje.

Jurgen Habermas filósofo y sociólogo alemán, cuestiona el saber totalizante al

señalar que la filosofía en la actualidad no puede referirse al conjunto del mundo ni de
la naturaleza en el sentido de un saber totalizante, para lo cual Habermas plantea la
teoría de la acción comunicativa ligada a la racionalidad comunicativa que se basa en la
teoría de la argumentación para alcanzar consensos por medio de la comunicación y
del lenguaje racional entre diferentes sociedades.

“Habermas incorpora al orden de lo racional toda acción que, fundándose en

valores, sea posible de ser argumentada racionalmente y susceptible de crítica. En este
sentido, es racional” (LEFF, 2004, pág. 303)

Una acción racional entonces es aquel que es capaz de justificar su acción y que
a su vez tienen la capacidad de convencer a los críticos de su autenticidad, Habermas
apuesta por una racionalidad comunicativa basada en la filosofía del lenguaje. Si
nosotros como sociedad buscamos la protección del ambiente entonces debemos
comunicarnos en un mismo lenguaje para entender la necesidad que urge para preservar
el entorno social donde habitamos.

Bibliografía
LEFF, E. (2004). Racionalidad Ambiental. La reapropiación Social de la Naturaleza . Mexico:
Siglo XXI s.a de c.v.