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AMARILIS

Amarilis fue al parecer una poetisa anónima peruana de finales del siglo XVI. Se cree que nació en
Huánuco. No se sabe a ciencia cierta si fue hombre o mujer, aunque se cree que fue mujer por la
lectura del único poema. Sobre su vida se sabe poco, tan solo se desprenden datos del análisis de
su obra, donde afirma ser monja. Era admiradora de la obra de Félix Lope de Vega a quien envió su
poema Epístola a Belardo, que fuera publicado en 1621 en La Filomena, obra de Lope de Vega.
Desde el punto de vista formal, su poema reposa en las concepciones propias.

Doña María de Rojas y Garay

Según Guillermo Lohmann Villena, su nombre real era María de Rojas y Garay (1594-1617). Con
certeza se debe afirmar la teoría de Lohmann debido a sus fundamentos biográficos así como
tomando en cuenta la Epístola a Belardo publicada en 1621. Huérfana, provenía de dos familias
inquisidoras ilustres que fundaron la ciudad de León (antiguo nombre de Huánuco). Fue pupila
seglar del beaterio de las Agustinas Recoletas de Lima, donde recibiría una estricta y amplia
formación renacentista. María de Rojas se exclaustraría en 1617, para no contraer matrimonio.
Falleció en 1617, poco antes de que llegaran al Perú las primeras copias de La Filomena de Lope de
Vega.

Epístola a Belardo

El primer testimonio conocido de la Epístola de Amarilis a


Belardo se encuentra en La Filomena y otras diversas rimas de
Lope de Vega editado en Madrid, en 1621, por Alonso Martín.
La Epístola también aparece en la siguiente edición de La
Filomena que editó Sebastián Cornellas, en Barcelona el mismo
año del texto anterior, 1621. La tercera edición aparece dentro
de Colección de obras sueltas: en prosa como en verso de Fray
Lope Félix de Vega Carpio del Hábito de San Juan. Madrid:
Imprenta de Antonio Sancha, 1776. Este último texto fue
reimpreso en Lima el año 1834 y fue editado por Manuel
Antonio Valdizán.
En 1621, Félix Lope de Vega Carpio, el egregio escritor español,
insertaba en “La Filomena” la bellísima “Epístola de Amarilis a
Belardo” de una escritora que se escondía bajo el nombre
poético de Amarilis.
La turbulenta vida del “Fénix de los Ingenios” se rumoraba
mucho en las tertulias de Lima, buena causa para encalabrinar a niñas y mujeres. Parece que una
de ellas fue la autora de la Epístola a Belardo, que Lope recogió y mal respondió en “La Filomena”.
La “Epístola de Amarilis a Belardo” es un poema de 355 versos, divididos en estrofas de dieciocho
versos cada una; y una de once (la última) Estas estrofas alternan irregularmente versos de once y
de siete sílabas. Esta forma poética se llama silva, estrofa que fuera muy usada en el Siglo de Oro.
Se trata de un poema rimado, con rimas consonantes que se ordenan de manera dispar, con
tendencia a conformar pareados y cuartetos.
Básicamente la Epístola es una composición de tema amoroso desarrollado sobre el molde de la
poesía culta española de su tiempo (que también usaba la silva frecuentemente para ese tema).
Amarilis, el seudónimo de María Rojas y Garay, vivió durante la época del virreinato. De pequeña,
sus padres fallecieron, dejándola huérfana junto con su hermana. Quedó al cuidado de su tía, ya
que sus abuelos habían dado la vida durante la conquista del Perú.
En la epístola, se habla sobre un amor platónico que tiene la poetisa, al cual da por nombre
“Belardo”, este era Lope de Vega. Este señor no era reconocido como poeta en ese tiempo, pero
Amarilis había leído algunos versos que había escrito él y quiso que todas las personas quisieran
reconocerlo como el gran poeta que era.
En ella, Amarilis hace una declaración de amor platónico a Lope de Vega, de un amor profano, no
divino, pero idealizado:…
“El sustentarse amor sin esperanza, /es fineza tan rara, que quisiera/ saber si en algún pecho se ha
hallado, /que la más veces la desconfianza amortigua la llama que pudiera / obligar con amar lo
deseado;…”
Aparte del amor, la obra desarrolla una miscelánea de otros asuntos, expuestos prolijamente:
La autobiografía de la autora, la descripción geográfica de su patria, su familia, sus aficiones y
gustos, y finalmente incluye un pedido a Lope para que escriba la vida de Santa Dorotea. …
Al hablar de sí misma, “Amarilis” muestra una aguda capacidad introspectiva para analizar su
propio sentimiento amoroso: examina cuidadosamente las razones y los peligros de su
declaración.
Amarilis se muestra como una persona humilde y sencilla, que anhela poder sentir el amor de
Belardo, pero este amor no se podía cumplir ya que Belardo estaba unido en santo matrimonio
con la hermana menor de Amarilis, Belisa.
En torno a la identidad de “Amarilis” se han tejido las siguientes hipótesis: José de la Riva Agüero
manifiesta que pudo ser María Tello de Lara y Arévalo Espinoza, debido a algunas coincidencias
biográficas.
La atrevida hipótesis de Ricardo Palma Soriano sostiene que fue un hombre y no una mujer, el
autor de la enigmática Epístola, basándose en el hecho de que en aquellos tiempos las mujeres no
tenían acceso a la cultura, y que el texto no pertenece por ende a ninguna de las nombradas.
Pero la mayoría de los autores coincide en que se trata de una mujer. Hombre o mujer, la persona
que escribió la “Epístola a Belardo” realizó una obra notable, que ni siquiera “El monstruo de la
naturaleza”
– Tal como llamara Cervantes a Lope de Vega – pudo alcanzar en la respuesta de “Belardo a
Amarilis”, superar a la misma que lo amaba:
“Ahora creo, y en razón lo fundó, /Amarilis Indiana, que estoy muerto / pues que vos me escribís
del otro mundo, / lo que en duda temí, tendré por cierto, / pues desde el mar del Sur nave de
pluma, / en las puertas del alma toma puerto.

LAS CUITAS DEL JOVEN WERTHER – JOHAN WOLGFANG GOETHE

ESTRUCTURA:

Es una novela en gran parte epistolar, integrada por las cartas que el joven Werther va enviando a
su amigo Wilhelm (“Guillermo” en alguna tra-ducción española) desde el 4 de mayo de 1771 hasta
el 21 de di-ciembre 1772. Sin embargo las últimas secuencias de la obra están relatadas por un
narrador omnisciente, que actúa también como editor de las cartas enviadas a Wilhelm.
El tiempo en “Werther” es lineal, todos los aconte­cimientos es­tán dispuestos en orden
cronológico, e incluso puede advertirse en Goethe un afán por datar minuciosamente los
aconteci-mientos en el tiempo, y así sa-bemos que el joven se suicida al oír las campana-das que
mar-can las doce de la noche.

FUENTES DE LA NOVELA:

Según declaraciones del propio Goethe, el sufrimiento que le causó un desengaño amoroso fue lo
que le motivó para escribir su “Werther”. La noche del 9 de junio Wolfgang Goethe conoció en un
baile a la hermosa Carlota (Charlotte) Buff, de la que se enamoró casi al instante. La joven estaba
prometida a un hombre mucho mayor que ella, llamado Johann Christian Kestner. La relación
entre Goethe y Charlotte acabó cuando la muchacha le dijo que él no tenía ninguna esperanza.
Muy abatido, el escritor se marchó sin despedirse.

El paralelismo ente este fracaso amoroso y el planteamiento de la novela es evidente, e incluso


Goethe le da a la protagonista femenina el nombre de la mujer de la que anduvo enamorado, si
bien el nombre del esposo en la ficción no coincide. Pero en la novela hallamos otros paralelismos:
al igual que Goethe, el cumpleaños de Werther es 28 de agosto; ambos abandonaron a sus
amadas un 10 de septiembre: en el caso de Goethe, el abandono fue definitivo, en el de Werther,
solo temporal, pues regresará a Wahlheim. Ambas Carlotas eran hijas de un oficial del ejército y
tenían hermanos más pequeños.

Ignoramos si en algún momento Goethe acarició la idea de suicidarse, pero un amigo suyo sí tuvo
ese trágico final. Karl Wilhelm Jerusalem se quitó la vida porque, según parece, estaba enamorado
sin esperanza de la esposa de otro hombre. Al igual que Werther, se disparó un tiro en la sien con
una pistola de duelo prestada.

El personaje de Werther aúna características y vivencias tanto del propio Goethe como de su
íntimo amigo. Wilhelm, el amigo de Werther al que van dirigidas todas sus cartas, es el segundo
nombre de Jerusalem.

TRASCENDENCIA:

“Las cuitas del joven Werther” consolidó una de las tres tendencias que caracterizaron a la
narrativa romántica, la de la novela sentimental. Las otras tendencias fueron el relato de terror,
con Edgar Allan Poe o Mary Shelley, y la novela histórica, en la que destacaron Sir Walter Scott y
Víctor Hugo.

La popularidad de “Werther” fue enorme, de tal manera que se habló de una “fiebre de Werther”
(Wertherfieber en alemán). Incluso influyó en la forma de hablar y comportarse y hasta de vestir
(se imitaban los ropajes que aparecían en los cuadros que recrearon episodios de la novela). Se
llegó a res-ponsabilizar a la novela, y por ende a su autor, de una supuesta ola de sui-ci-dios que
asoló Europa, quizás por ello un escritor llamado Nikolai Friedrich es-cribió un final
completamente distinto para la obra, en la que el suicidio se frus-tra y Albert cede su esposa al
joven Werther. Esto encolerizó a Goethe el cual atacó a Friedrich de manera desabrida,
gestándose entre am-bos una enemistad personal y literaria.
EL AUTOR:

Escritor, dibujante, político, pensador, científico y hombre versado en muchos de los saberes de su
tiempo, Johann Wolfgang Goethe nació en Frankfurt el 28 de agosto de 1749 y murió en Weimar
en 1832. Goethe fue un hombre polifacético que, aun ejercitando sobre todo su vocación de
escritor (cultivó to-dos los géneros litera-rios), destacó como dibujante y científico; sus
investiga-ciones sobre zoología y botánica influyeron en Charles Darwin, quien siempre admiró la
dimensión científica de Goethe.

Su amistad con Herder, siendo aún estudiante de Derecho, encauzará su quehacer literario dentro
del movimiento “Sturm und Drang”. Próximo al Romanticismo en sus años de juventud,
evolucionará hacia el Clasicismo. Podemos ver en el genial escritor ale-mán a un espíritu ecléctico,
que añora casi más la perfección y luminosidad de la civilización grecolatina que las brumas de una
Edad Media que sin embargo también está presente en su obra. Entre los títulos más destacados
de su labor literaria señalaremos, además del “Werther”, “Epigramas venecianos” (1786) y su obra
cumbre, “Fausto”: la primera parte se publica en 1808 y la segunda en 1833; es la tragedia del
hom-bre que vende su alma al diablo a cambio de conseguir la sabiduría y la juventud.

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