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Supóngase que se enajena un inmueble que vale $100.000 mediante una renta vitalicia de
$30.000 anuales. Si el enajenante vive veinte años, el adquirente habrá desembolsado
$60.000 y pagado el triple de valor de la finca, pero si el enajenante sobrevive muy escaso
tiempo, por el contrario, el adquirente pagará un precio ínfimo. Ambos contratantes tienen,
de este modo, la posibilidad de ganar o perder.
El CC se ocupa sólo de los cuatro últimos, los dos primeros se rigen por el C. Comercio y
leyes especiales.
CONTRATO DE SEGURO
El art 523 del C. Comercio define el contrato de seguro: “El seguro es un contrato bilateral,
condicional y aleatorio por el cual una persona natural o jurídica toma sobre si por un
determinado tiempo todos o algunos de los riesgos de perdida o deterioro que corren ciertos
objetos pertenecientes a otra persona, obligándose, mediante una retribución convenida, a
indemnizarle la perdida o cualquier otro daño estimable que sufran los objetos asegurados”.
Se ha dicho que, contrariamente a lo que expresa la definición, el contrato no es aleatorio.
EL JUEGO Y LA APUESTA
No ha definido el código el juego y la apuesta como ocurría en los proyectos. El juego y la
apuesta, parientes próximos, son contratos diferentes.
El juego es un contrato por el cual las partes, entregadas a un juego, se obligan a pagar al
ganador de una determinada suma de dinero o a realizar otra prestación.
El juego y la apuesta difieren por el papel que desempeñan las partes, activo en el juego y
pasivo en la apuesta.
En el juego, las mismas partes deben ejecutar un hecho para decidir quien pierde o gana.
En la apuesta se limitan a afirmar un hecho y se trata luego, de verificar quien ha estado
en la razón en lo que ha afirmado, el hecho es ajeno a los contratantes.
Reglas aplicables al juego y la apuesta
Si se examinan las disposiciones pertinentes, se concluye que algunas de ellas se refieren
exclusivamente al juego y otras solo a la apuesta.
Al juego únicamente se refiere el art 2263, mientras que el art 2261 es aplicable solamente
a la apuesta. El resto de las disposiciones se aplican a ambos contratos.
A. EL JUEGO
La ley distingue entre juegos lícitos e ilícitos. Los juegos lícitos se subdividen en juegos de
inteligencia y juegos de destreza física o corporal.
El Art 2259 establece que sobre los juegos de azar se estará a lo dicho en el art 1466. Este
artículo dispone que hay objeto ilícito en las deudas contraídas en juego de azar.
De este modo, las obligaciones derivadas del juego de azar adolecen de nulidad absoluta.
Art 1682.
En sus art 277 a 279 castiga a los banqueros, dueños, administradores o agentes de casas
de juego y a los que concurren a jugar a ellas, el dinero o efectos puestos en el juego, y los
instrumentos, objetos o útiles destinados a él caerán en comiso.
No repudia la ley esta clase de juegos en los mismos términos que los de azar, pero no ha
creído prudente dar plena eficacia a las obligaciones derivadas de estos juegos.
Por este motivo, el art 2260 dispone que el juego y la apuesta no producen acción, sino
solamente excepción. La disposición insiste, innecesariamente, en que el ganador no puede
exigir el pago, pero si el que pierde, paga, no puede repetir lo pagado, a menos que haya
ganado con dolo.
Los juegos lícitos en que predomina el esfuerzo intelectual , en suma, generan obligaciones
meramente naturales.
Condiciones para que no pueda repetirse lo pagado
Dos condiciones requiere el pago para que no sea posible repetir lo pagado.
1. Es menester, por de pronto, que el que paga tenga libre administración de sus
bienes.
El art. 2262 dispone que "lo pagado por personas que no tienen la libre administración de
sus bienes, podrá repetirse en todo caso por los respectivos padres de familia, tutores o
curadores.”
La regla indicada no es sino la aplicación del principio general enunciado en el inciso final
del art. 1470.
El dolo, en ese caso, es toda maniobra o trampa para obtener una situación favorable al
ganador.
El art 2263 establece que producirán acción los juegos de fuerza o destreza corporal, como
el de armas. Carreras a pie o a caballo, pelotas, bolas y otros semejantes, con tal que en
ellos no se contravenga a las leyes o a los reglamentos de policía.
Esta clase de juegos, pues, generan obligaciones civiles perfectas, con la sola condición de
que no se infrinjan las leyes o reglamentos policiales.
La contravención a estas normas trae como consecuencia que desechará el juez la demanda
en el todo. Art 2263 inciso 2.
B. LA APUESTA.
La apuesta, como el juego, puede ser licita o ilícita. La apuesta es ilícita cuando incide en
los juegos de envite o azar.
Apuesta ilícita
El art 1466 declara que hay objeto ilícito en las deudas contraídas en los juegos de azar. No
distingue la disposición entre las obligaciones que contraigan los jugadores o los terceros
para quienes el acto constituye una apuesta.
Todas las obligaciones que derivan del juego de azar son, pues, nulas de nulidad absoluta.
Apuesta lícita
Para las apuestas lícitas rigen las reglas del art 2260. La distinción es común al juego y a la
apuesta.
Idénticas condiciones son necesarias para que no sea viable repetir lo pagado.
Para la apuesta rige la regla especial del art 2261 que establece un concepto peculiar del
dolo en relación con el contrato Hay dolo en el que hace la apuesta, si sabe de cierto que
se ha de verificar o se ha verificado el hecho de que se trata.
No es aplicable a la apuesta la norma del art 2263. La excepción no rige solo para el juego,
solo las partes disponen de acción. Para los terceros que vinculan una prestación a las
resultas de un juego de destreza o fuerza corporal, el acto constituye una apuesta, sujeta a
las reglas del art 2260. Los terceros, en suma, carecen de acción y disponen de una
excepción para retener lo pagado.
LA RENTA VITALICIA
Define la renta vitalicia el art. 2264: "La constitución de renta vitalicia es un contrato
aleatorio en que una persona se obliga, a título oneroso, a pagar a otra, una renta o pensión
periódica, durante la vida natural de cualquiera de estas dos personas o de un tercero”
Por este motivo, el art 2278 dispone que cuando se constituye una renta vitalicia
gratuitamente, no hay contrato aleatorio. Sólo en los contratos onerosos se admite la
calificación entre conmutativos y aleatorios.
Y añade la disposición “Se sujetará por tanto a las reglas de las donaciones y legados, sin
perjuicio de regirse por los artículos precedentes en cuanto le fueren aplicables”
El art 2267 dispone “El precio de la renta vitalicia, o lo que se paga por el derecho de
percibirla, puede consistir en dinero o en cosas raíces o muebles”.
La renta o pensión
Mientras que el precio puede consistir en dinero u otros bienes, la pensión no podrá ser sino
en dinero. Art 2267 inciso 2.
La renta representa en parte, los intereses del capital que el constituyente enajena a fondo
perdido. Sin embargo, la ley no limita el monto de la pensión en relación con el capital.
El art 2268 establece que es libre a los contratantes establecer la pensión que quieran a
titulo de renta vitalicia. La ley no determina proporción alguna entre la pensión y el precio.
Esta diferencia con el mutuo se aplica por el carácter aleatorio del contrato de renta vitalicia.
Beneficiario de la renta
La renta vitalicia se constituirá, normalmente, a favor de la persona que paga el precio.
Podrá constituirse a favor de varias personas para que gocen de ella simultanea o
sucesivamente, en el orden contenido.
Para impedir que la duración de la renta se prolongue en forma excesiva, la ley exige que
todas las personas que deben gozar de la renta existan al tiempo del contrato. Art 2265.
Pactada a favor de un tercero, de una persona distinta del contratante, constituye una
estipulación a favor de otro.
Duración de la renta
La renta vitalicia se constituye, prácticamente, durante la vida de quien paga el precio. Su
objetivo es asegurarle la subsistencia mientras viva. Pero también podrá estipularse que se
deba la renta durante la vida del otro contratante y aun de un tercero extraño al contrato.
El art 2266 dispone que se podrá también estipular que la renta vitalicia se deba durante la
vida natural de varios individuos que se designarán.
El art 2266 inciso 2 establece perentoriamente que no podrá designarse para este objeto
persona alguna que no exista al tiempo del contrato.
El art 2270 dispone que es nulo el contrato, si antes de perfeccionarse muere la persona de
cuya existencia pende la duración de la renta, o al tiempo del contrato adolecía de una
enfermedad que le haya causado la muerte dentro de los treinta días subsiguientes.
El acreedor tiene igualmente derecho para obligar al deudor moroso a prestar seguridades
para el pago futuro. En cambio, carece el acreedor del derecho de pedir la resolución del
contrato por falta de pago de la renta o pensión.
Mucho menos puede pretender el deudor que se deje sin efecto el contrato, aun ofreciendo
restituir el precio.
Las partes, sin embargo, pueden modificar estas reglas y otorgarse derechos que
naturalmente no les pertenecen.
El art 2271 previene que el acreedor no podrá pedir la rescisión del contrato aun en el caso
de no pagársele la pensión, ni podrá pedirla al deudor, aun ofreciendo restituir el precio y
restituir o condonar las pensiones devengadas salvo que los contratantes hayan estipulado
otra cosa.
El art 2273 dispone que si el deudor no presta las seguridades estipuladas, podrá el acreedor
pedir que se anule el contrato.
El art 2277 La renta vitalicia no se extingue por prescripción alguna, salvo que haya
dejado de percibirse y demandarse por más de cinco años continuos.
EL CENSO VITALICIO
El art 2279 dispone que la renta vitalicia se llama censo vitalicio cuando se constituye sobre
una finca dada que haya de pasar con esta carga a todo el que la posea.
El censo vitalicio se rige por las disposiciones de la renta vitalicia y el censo. Art 2283. El art
2279 inciso 2 previene que se aplicaran al censo vitalicio las reglas del censo ordinario en
cuanto le fueren aplicables.