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SISTEMAS DE PARTIDOS

Del latín systema, un sistema es módulo ordenado de elementos que se


encuentran interrelacionados y que interactúan entre sí. El concepto se utiliza
tanto para definir a un conjunto de conceptos como a objetos reales dotados de
organización.

Maurice Duverger en su libro “Los partidos políticos” señala que “se llama
igualmente “partidos” a las facciones que dividían a las repúblicas antiguas, a los
clanes que se agrupaban alrededor de un condotiero en la Italia del Renacimiento,
a los clubes donde se reunían los diputados de las asambleas revolucionarias, a
los comités que preparaban las elecciones censatarias de las monarquías
constitucionales, así como a las vastas organizaciones populares que enmarcan a
la opinión pública en las democracias modernas. Esta identidad nominal se
justifica por una parte, ya que traduce cierto parentesco profundo: ¿no
desempeñan todas esas instituciones un mismo papel, que es conquistar el poder
político y ejercerlo? Pero vemos, a pesar de todo, que no se trata de la misma
cosa. De hecho, los verdaderos partidos datan de hace apenas un siglo. En 1850,
ningún país del mundo (con excepción de los Estados Unidos) conocía partidos
políticos en el sentido moderno de la palabra: había tendencias de opiniones,
clubes populares, asociaciones de pensamiento, grupos parlamentarios, pero no
partidos propiamente dichos. En 1950, éstos funcionan en la mayoría de las
naciones civilizadas, esforzándose las demás por imitarlas”.

Para Dieter Nohlen se entiende por sistema de partidos el conjunto de partidos en


un determinado Estado y los elementos que caracterizan su estructura: cantidad
de partidos, las relaciones entre sí, tanto respecto a la magnitud de ellos como a
sus fuerzas relacionales y en tercer lugar, las ubicaciones respectivas, ideológicas
y estratégicas, como elementos para determinar las formas de interacción; las
relaciones con el medio circundante, con la base social y el sistema político.
Conforme a esta definición, el análisis del sistema de partidos se concentra
principalmente en tres ámbitos: su génesis, su estructura y su función o capacidad
funcional. Se trata de explicar la configuración de los diferentes sistemas de
partidos desde una óptica genética, desde factores institucionales y de otra índole
que influyen en ella, y desde criterios de conformidad de los sistemas de
partidos con objetivos principales, como por ej. resolver problemas
de gobernabilidad, de consolidación de la democracia o problemas de políticas
públicas, p. ej. problemas sociales. La complejidad del fenómeno de los partidos
políticos condujo al desarrollo de esquemas y tipologías cada vez más sofisticadas
con el fin de facilitar el acceso a esta realidad.

Salvo en los Estados con partido único, varios partidos coexisten en un mismo
país: las formas y las modalidades de esta coexistencia definen el “sistema de
partidos” del país considerado. Dos series de elementos componen esta
definición. En primer lugar, las similitudes y disparidades que pueden destacarse
en las estructuras interiores de cada partido de los que componen el sistema: se
distinguirán los sistemas de partidos centralizados y de partidos descentralizados,
de partidos totalitarios y de partidos especializados, de partidos flexibles y de
partidos rígidos, etc. En segundo lugar, la comparación de los diversos partidos
permite determinar elementos nuevos de análisis, inexistentes en cada comunidad
de partido aislada: el número, las dimensiones respectivas, las alianzas, la
localización geográfica, la repartición política, etc. Un sistema de partido se define
por cierta relación entre todos estos caracteres. Como se han determinado
diversos tipos de estructura, se trata de determinar algunos tipos de sistemas.

Los sistemas de partidos son el resultado de factores numerosos y complejos,


unos propios a cada país y otros generales.Entre los primeros, podemos citar a la
tradición y la historia, a la estructura económica y social, a las creencias religiosas,
la composición étnica, las rivalidades nacionales, etc.

Duverger ideó una teoría conocida como ley de Duverger, que identifica una
correlación entre un sistema de la elección y la formación de un sistema
bipartidista. Fue, de hecho, el primer autor en establecer una conexión directa
entre sistema electoral y sistema de partidos, otorgando al primero un peso mucho
mayor que el que hasta entonces se le había dado y centrando por primera vez el
foco en el que posteriormente sería uno de los principales objetos de estudio de la
ciencia política. Para Duverger, sistema de partidos y sistema electoral son dos
realidades indisolublemente ligadas, a veces incluso difíciles de separar mediante
el análisis: la exactitud mayor o menor de la representación política, por ejemplo,
depende del sistema electoral y del sistema de partidos, considerados como
elementos de un mismo complejo, raramente aislables uno del otro. Se puede
esquematizar la influencia general del modo de escrutinio en las tres fórmulas
siguientes: 1°, la representación proporcional tiende a un sistema de partidos
múltiples, rígidos, independientes y estables (salvo el caso de movimientos
pasionales); 2°, el escrutiniol mayoritario de dos vueltas tiende a un sistema de
partidos multiples, flexibles, dependientes y relativamente estables (en todos los
casos); 3°, el escrutinio mayoritario de una sola vuelta tiende a un sistema
dualista, con alternativas de los grandes partidos independientes. Pero estas
proposiciones muy generales definen sólo tendencias de base; están lejos de
englobar todas las influencias del régimen electoral sobre los sistemas de partidos.

Sartori ha contribuido firmemente en distintas vertientes de la teoría democrática,


los sistemas de partidos y la ingeniería constitucional. En particular, Sartori ha
sugerido que los sistemas de partidos no deberían estar clasificados en función
del número de formaciones, sino según su estructura interna, introduciendo el
concepto de partido relevante. También ha preconizado la aplicación del
conocimiento adquirido con estudio de la ciencia política para el diseño de las
instituciones políticas y mejorar su funcionamiento.

Sistema de Gobierno, Sistema Electoral y Sistema de Partidos

Teniendo en cuenta su concepción de causalidad, podría decirse que Sartori


busca establecer una relación de causalidad inequívoca y lineal entre estas tres
variables del sistema político. El tratamiento que éstas reciben en su análisis
podría esquematizarse de la siguiente manera: el sistema electoral adquiere el
carácter de variable independiente que determina el sistema de partidos. Este, por
su parte, si bien no determina el surgimiento de un sistema de gobierno en
particular, sí constituye la principal variable independiente que influye en la
capacidad funcional de las formas de gobierno.
Siguiendo los estudios de Duverger que buscaban precisar la relación entre
sistema electoral y sistema de partidos estableciendo leyes al respecto, Sartori
procede a reformular los enunciados de Duverger, postulando cuatro leyes sobre
los efectos ejercidos por el sistema electoral sobre el sistema de partidos. Estas
leyes especifican la combinación de condiciones suficientes y necesarias que
producen un determinado efecto en el sistema de partidos. Así, a manera de
ejemplo, la primera ley establece que dado un sistema estructurado de partidos y
una distribución uniforme de los votos en las circunscripciones electorales
(condiciones necesarias conjuntas), el sistema electoral por mayoría relativa
(condición suficiente) causa un sistema bipartidista (efecto) (Sartori 1994).

Con respecto a la relación sistema de partidos y sistema de gobierno, Sartori lleva


a cabo un análisis en el cual primeramente estudia en detalle las características
esenciales de los diferentes sistemas de gobierno, luego determina las
condiciones necesarias para su buen funcionamiento, entre las cuales se destaca
el sistema de partidos, para finalmente sopesar las diferentes formas de gobierno
y concluir de ese modo cuál es la mejor desde el punto de vista funcional. Así, a
modo de ilustración de cómo Sartori concibe esta relación, se menciona aquí
el caso del presidencialismo cuyas condiciones de funcionamiento óptimo se
basan en la existencia de un sistema bipartidista o de un sistema de partidos
pequeño y bipolar, con un grado relativo de disciplina partidaria para facilitar la
formación de una mayoría parlamentaria favorable al presidente.

Dieter Nohlen 1998: Sistemas electorales y partidos políticos, 3. ed., México.

Duverger Maurice 2012 - Los Partidos Politicos

Sartori Giovanni - La Politica Logica Y Metodo En Las Ciencias Sociales.

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