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DISPONIBILIDAD DE LOS METALES PESADOS EN EL SISTEMA SUELO-

PLANTA
HEAVY METAL AVAILABILITY IN THE SOIL- PLANT SYSTEM

Índice
Resumen.....................................................................................................................................1
Abstract.......................................................................................................................................1
Introducción.................................................................................................................................2
Factores que afectan la disponibilidad de los metales pesados................................................2
Subtítulo 1...............................................................................................................................2
Subtítulo 2............................................................................................................................2
Balance de masa de los metales pesados en el sistema suelo agua planta............................2
Conclusiones...............................................................................................................................4
Bibliografía..................................................................................................................................4

Resumen
Palabras Claves: Metales pesados, transporte, adsorción, solubilidad, absorción, biodisponibilidad

Abstract
Keywords: Heavy metal, transport, adsorption, solubility, uptake, availability

1
Introducción
Los metales pesados son elementos que tienen una densidad mayor a 5 g cm -3 (Adriano,
2001). Algunos son importantes en la nutrición de plantas, animales y humanos a nivel de
trazas como Zn, Cu, Mn, Fe, Cr, Ni, y Mo, mientras otros no tienen efecto nutricional
conocido (Pb, Cd, Hg); sin embargo, todos pueden causar efectos tóxicos si se
encuentran en exceso (Spiegel, 2002). Estos elementos se encuentran naturalmente en la
corteza terrestre e inducen efectos tóxicos en seres vivos expuestos a ellos cuando su
concentración y/o tiempo de exposición supera el umbral de tolerancia de los organismos
expuestos (González, 1994; John y Leventhal, 1995).
Los metales pesados pueden ingresar a los agro-ecosistemas por procesos geogénicos
(origen natural) o antropogénicos. Los metales pesados de origen antropogénico
provienen del uso de fertilizantes, enmiendas orgánicas, residuos domiciliarios e
industriales, agua de riego y depositación atmosférica (Kabata-Pendias, 2004; He et al.,
2005). El aumento del ingreso de metales pesados a los suelos involucra un riesgo
ecológico y a la salud humana, pudiendo entrar a la cadena alimenticia o ser lixiviados a
reservorios de agua (Robinson et al., 2003; Moore et al., 1998).
El impacto de los metales pesados en el suelo no puede ser evaluado con la medición de
la concentración total del elemento porque se encuentran en distintas fracciones, en agua,
intercambiables, asociados a carbonatos, asociados a óxidos, asociados a compuestos
orgánicos y residual (Rieuwerts et al., 1998; Reichaman, 2002; Basta, 2004; Gupta y
Sinha, 2006). Los metales de las fracciones soluble en agua e intercambiable son
fácilmente liberados al ambiente, teniendo un mayor potencial de ser lixiviados o ser
absorbidos por las plantas y entrar en la cadena alimentaria mientras que las fracciones
residuales están inmovilizadas bajo condiciones naturales (Sims y Kline, 1991; Moore et
al., 1998; Kabata-Pendias 2000; He et al., 2004). La disponibilidad para las plantas
depende de la solubilidad y movilidad de los metales en la solución suelo por lo que la
concentración total de los metales en el suelo no refleja necesariamente los niveles de
metales biodisponibles (Elliot y Shields, 1988; Sims y Kline, 1991; Ma y Rao, 1997;
Silveira et al., 2003).La transferencia de metales pesados desde el suelo a la planta es un
proceso complejo, debido a que el suelo es un sistema dinámico sujeto a cambios físicos,
químicos y biológicos (Hooda et al., 1999; Silveira et al., 2003; Kabata-Pendias, 2004). La

2
disponibilidad de los metales esta relacionada con el flujo del elemento hacia la planta, el
cual depende de la concentración en la solución suelo y del transporte a través de éste
(Hooda et al., 1999). El transporte y destino de los metales pesados en el suelo está
determinado por el equilibrio existente entre los distintos componentes de éste (Chen et
al., 2007; Sposito, 1989) y la interacción entre los distintos procesos como
adsorción/desorción; precipitación/disolución, extracción por las plantas, aporte del
residuo, reincorporación/mineralización y transporte de solutos (Rieuwerts et al., 1998;
Silveira et al., 2003; Basta, 2004; Chen et al., 2007, He et al., 2005).
Para evaluar el impacto del aumento de un metal pesado en el sistema suelo-agua-planta
es necesario conocer los distintos procesos asociados a su disponibilidad. El objetivo de
este trabajo es presentar y discutir los principales mecanismos y factores que afectan el
transporte y disponibilidad de los metales pesados en el sistema suelo-agua-planta.

Factores que afectan la disponibilidad de los metales pesados.


Los factores que afectan la concentración de los metales en la solución suelo afectan su
disponibilidad, por lo tanto, ésta depende de la naturaleza del metal, de la interacción con
los coloides del suelo, de las propiedades del suelo y del tiempo de contacto del suelo con
el metal (Naidu et al., 2003). Los principales factores del suelo que controlan la solubilidad
y potencial disponibilidad de los metales en el suelo son pH, potencial redox, textura,
contenido y tipo de arcilla, materia orgánica, óxidos de Fe, Mn y Al, y la presencia de
cationes y aniones en solución (Rieuwerts et al., 1998; Reichman, 2002; Silveira et al.,
2003; Basta, 2004).

pH. El pH del suelo, es considerado uno de los principales factores que afecta la
disponibilidad de la mayoría de los metales pesados al afectar el equilibrio entre la
especiación metálica, solubilidad, adsorción e intercambio de iones en el suelo (McBride
et al., 1997; Kabata-Pendias, 2000; Reichman, 2002). Además, afecta el ingreso del
metal a las raíces de las plantas (Rieuwerts et al., 1998). Con excepción del Mo, Se y As,
la biodisponibilidad de los metales pesados disminuye con el aumento del pH del suelo
debido a su precipitación como hidróxidos insolubles, carbonatos y complejos orgánicos
(Basta y Tabatabai, 1992; Alloway, 1995; Silveira et al., 2003). En suelos ácidos, se

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produce una competencia de los iones de H + con los cationes metálicos por los sitios de
intercambio, produciéndose desorción de los metales pesados, aumentando su
concentración en la solución suelo y su biodisponibilidad (Alloway, 1995).

4
Contenido de materia orgánica. La materia orgánica del suelo tiene gran cantidad de
grupos funcionales (COO-, OH, C=C, COOH, SH, COOH) que adsorben los iones
metálicos debido a su alta afinidad, formando complejos estables con ellos
(González, 1993,1995; Yin et al., 1996; Kabata-Pendias y Pendias, 2000;
Reichman, 2002). En general, las plantas no absorben complejos metálicos
grandes por lo que su biodisponibilidad disminuye, sin embargo, pueden existir
compuestos orgánicos solubles asociados a los metales pesados (Alloway, 1995).

Contenido y tipo de arcilla. La mayor parte de las arcillas se caracterizan por tener
cargas eléctricas, principalmente negativas, en su superficie que son responsables
de la capacidad de intercambio catiónico (CIC) del suelo, constituyendo un freno al
movimiento de los cationes metálicos en la solución del suelo, de esta forma los
metales permanecen por más tiempo en el suelo y disminuyen su solubilidad y
biodisponibilidad (Kabata-Pendias, 2000). El tipo de arcilla afecta la CIC y el grado
de retención de los cationes metálicos en el suelo; por ejemplo, las arcillas
montmorrilloníticas tienen la mayor capacidad de retención para Cu y Cd y las
kandíticas presentan la menor capacidad de retención (González, 1995).

Potencial redox. La condición redox afecta el tipo de especies de metales en la


solución suelo alterando su solubilidad (Patrick y Jugsujinda, 1992; Kabata-
Pendias, 2000). En los suelos compactados e inundados, que tienen poca
aireación, se ven favorecidas las condiciones de reducción, incrementando la
biodisponibilidad de algunos metales como Mn, Cd, Cu, Cr y Zn y aumentando su
toxicidad (Kabata-Pendias, 2000; Reichman, 2002).

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Óxidos de hierro, manganeso y aluminio. Los óxidos hidratados de Fe, Mn y Al
adsorben metales pesados en forma específica y determinan su biodisponibilidad
(Sposito, 1986; Miller et al., 1987). Los óxidos también pueden co-precipitar a los
iones metálicos (Martínez y McBride, 1998). La retención de metales en los óxidos
es altamente dependiente del pH (Basta, 2005) y aparentemente de las
condiciones de oxido-reducción del suelo, ya que en condiciones reductoras hay
mayor disolución de los óxidos (Rieuwerts et al., 1998). Recientemente se ha
demostrado que los óxidos de Fe y Mn tienen mayor capacidad de adsorción de
metales pesados que los óxidos de Al y otros minerales de arcilla (Basta, 2005). A
menor grado de cristalinidad, los óxidos de Fe, Mn y Al tienen mayor adsorción de
metales pesados en el suelo (Basta, 2004).

Presencia de cationes y aniones en la solución suelo. La adsorción de cationes


metálicos es un proceso selectivo que depende principalmente de la carga y radio
iónico del catión, existiendo una competencia por los sitios de adsorción (Silva,
2004). Por ejemplo, el Ca +2 compite efectivamente con los cationes de metales
pesados por sitios de adsorción, y esta competencia puede ser mayor para Zn y Cd
que para Cu y Pb (Pierangeli et al., 2001,2003). La concentración de aniones
también puede tener efecto sobre la solubilidad de los metales; los aniones tanto
inorgánicos como orgánicos pueden formar complejos con los cationes metálicos y
tal reacción puede afectar la biodisponibilidad de los metales (Rieuwerts et al.,
1998).

Otros factores. Hay otros factores que afectan la solubilidad de los metales en el suelo
y su biodisponibilidad para las plantas. La actividad de las raíces afecta la
biodisponibilidad al bajar el pH de la rizósfera. Al exudar ácidos orgánicos se
solubilizan los metales y su absorción por las plantas aumenta (Krishnamurti et al.,
1997, Esteban, et al., 2003). Los exudados orgánicos de las raíces también pueden
actuar como agentes complejantes de los metales y pueden movilizar los metales
adsorbidos a la solución suelo (Krishnamurti et al., 1997).

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Balance de masa de metales pesados en el sistema suelo-
agua-planta.

El transporte y destino de metales pesados en el suelo se ha estudiado utilizando criterios


de conservación o balance de masas entre la entrada a la superficie del suelo y la salida a
través de la lixiviación, absorción por la planta u otro proceso (Nedunuri et al., 1995; Selim
et al., 1999; Leij and van Genuchten, 2000; Seuntjens et al., 2001; Seuntjens et al., 2004;
Bar-Yosef, 2005; Chen et al., 2007). Cada término de entrada o salida en la ecuación de
balance de masas esta gobernado por un grupo de procesos físicos, químicos y
biológicos que están interactuando. La ecuación diferencial unidimensional que
representa la variación de la concentración del metal pesado en el suelo puede ser
descrita por (Chen et al., 2007):

C
j J s [1]
 r
t x

Donde,
Cj: Concentración del elemento j en suelo, expresado en volumen de suelo (M L -3).
Js: Flujo del elemento en la solución suelo (M L-2 T-1).
r: Término que representa fuentes y destinos del elemento (M L -3 de sueloT-1).
t : tiempo (T).
x: distancia en la dirección x (L).

El primer término de la Ec. [1] representa el cambio del elemento en el suelo, es decir, la
variación con el tiempo de la cantidad de materia presente. El segundo término, Js,
representa el ingreso y salida del elemento por medios físicos (transporte); y el tercer
término, r, representa la producción interna (fuentes menos destinos).

Si se considera la concentración del elemento en la solución suelo [C s (ML-3)] o fase


líquida, la concentración del elemento y el término r dependen del contenido de agua en
el suelo (Narro, 1994; Leij and van Genuchten, 2000), entonces la ecuación de balance de

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masa de una especie química (elemento) que es completamente miscible con el agua,
expresada en volumen de solvente está dada por :

C J
s  s  r [2]
t x s

Donde,
: Contenido volumétrico de agua en el suelo (L 3L-3 de suelo).
Cs: Concentración del elemento en la solución suelo (M L -3 solución suelo).
rs: Término que representa fuentes y destinos del elemento (M L -3 de solución sueloT-1).

Mecanismos de transporte.
Cuando un metal se mueve en el suelo (en dirección a la raíz de una planta o a través del
perfil en dirección del acuífero), lo hace mediante dos mecanismos: transporte por
convección o flujo de masa y transporte por dispersión (Barber, 1997; Leij y van
Genuchten, 2000), por lo tanto el flujo del elemento en el suelo está dado por:

Js  Jc  J D [3]

Donde,
Js: Flujo del elemento por área de suelo (M L -2 T-1) Jc: Flujo del elemento por convección (M
L-2 T-1).
JD: Flujo del elemento por dispersión (M L-2 T-1).

8
Transporte por convección.
Es el transporte que se produce debido al movimiento de metales conjuntamente
con el flujo de agua y corresponde a un flujo de masas. El movimiento por
convección de un elemento se describe matemáticamente por la dirección y
la magnitud de su velocidad, de esta forma el elemento se mueve a la
velocidad promedio del fluido, siempre y cuando no se produzca retardo o
retención del elemento debido a la interacción de éste con la fase solida
(Gulliver, 2005). El flujo del elemento por este mecanismo [Jc(ML-2T-1)] se
expresa como:

J c  J wC s [4]

Donde,
Jc : flujo por convección
Jw: flujo del agua (LT-1).
Cs: Concentración del elemento en la solución suelo (M L -3).

Transportes por dispersión


El término dispersión hace referencia a los procesos de transporte que sufren las
sustancias disueltas que nos están directamente relacionadas con el flujo de masas de
agua. Hay tres mecanismos que contribuyen a dicho transporte:

Difusión. El flujo por difusión corresponde al movimiento neto del elemento desde un
lugar donde la concentración es más alta hacia otro donde la concentración es menor por
efecto del movimiento aleatorio de las moléculas (difusión molecular), o un movimiento
aleatorio del agua que acarrea al elemento químico (difusión turbulenta) o por una
combinación de ambos (Baber, 1997; Junk, 2001). La fuerza motriz de la difusión es el
gradiente de concentración del elemento entre dos puntos, así la tasa de difusión varía
directamente con la diferencia de concentración e inversamente con la distancia que
separa esos dos puntos.

9
La difusión molecular y difusión turbulenta se pueden describir mediante la primera Ley
de Fick :
C s
J dif   D0 [5]
x

Donde,
Jdif: Flujo unidimensional del elemento por difusión (M T -1).
D0: coeficiente de difusión molecular (L2 T-1) de un soluto en agua pura.

A medida que los iones en la solución suelo difunden en el medio poroso diversos
parámetros del suelo hacen que la difusión sea mucho más lenta que en el agua pura. El
contenido de agua en el suelo (θ) afecta directamente la difusión, entre más delgada sea
la capa de agua sobre las partículas sólidas del suelo la difusión es más lenta, debido
principalmente a la naturaleza bipolar del agua y a la orientación de sus moléculas sobre
el soluto (Farias, 1994). Entonces, para caracterizar la difusión en los suelos, la difusión
en una solución libre es ajustada de acuerdo al contenido de agua en el suelo. El flujo
difusivo macroscópico por unidad de área de suelo se puede escribir como:

C s
J dif  Ddif [6]
x

El coeficiente de difusión del soluto en la fase liquida del suelo (Ddif) depende del
coeficiente de difusión molecular del soluto en agua pura y de la tortuosidad, que es la
relación entre la longitud de la trayectoria real seguida por el elemento y la línea que une
los puntos de inicio y final de dicha trayectoria suponiendo un medio homogéneo. El
coeficiente de difusión en el suelo está dado por (Epstein,1989):

D0 D0
Ddif    D0 0
 Ldif 
2
2 [7]
 L 

Donde,
Do: Coeficiente molecular de un soluto en agua pura (L 2 T-1).
Ldif: distancia real entre dos puntos que recorre un elemento (L).

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L: Distancia lineal entre dos puntos del suelo (L)
: Tortuosidad (L L-1)
0: Factor de tortuosidad aparente.

Algunos autores incluyen el contenido de agua en el suelo o el efecto de la adsorción


dentro de su definición del coeficiente de difusión; Olsen y Kemper (1968) propusieron
una relación que considera el efecto de adsorción:

2
 L 
Ddif  D0    *
L 
 dif  [8]

Donde,

θ: contenido volumétrico de agua

α*: coeficiente que considera la viscosidad

γ: factor responsable de la repulsión o adsorción negativa.

Nye (1966) propusieron un coeficiente de difusión efectivo para el suelo donde considera
el contenido de agua del suelo, la tortuosidad y el efecto de la adsorción:

1
Ddif  D0
b [9]

Donde b es la capacidad tampón del suelo, definido por la relación S Cs , donde S es
la fracción del elemento sorbido a la matriz suelo, y Cs la concentración en la solución
suelo.
Bajo condiciones no saturadas, es conveniente cuantificar la dependencia del coeficiente
de difusión con respecto al contenido de agua en el suelo. Asumiendo que la tortuosidad

11
afecta la difusión en la fase liquida de la misma forma que la fase gaseosa, se han
propuesto distintas relaciones para determinar directamente el valor del coeficiente de
difusión en el suelo como función del contenido de agua y porosidad del suelo; Millington
(1959) y Millington y Quirk (1961) propusieron:

 10 / 3 2
Ddif  Do , Ddif  Do [10]
2  2/3

Donde,
: Porosidad del suelo (L3 L-3)

Dispersión. Este proceso esta relacionado a la heterogeneidad de las velocidades


microscópicas dentro de los poros, debido a que el medio poroso no es homogéneo sino
que tiene poros de diferente tamaño, forma y orientación; por lo tanto las variaciones
locales del flujo de la solución en el medio poroso originan una mezcla de partículas,
dispersión mecánica. Entonces, la dispersión puede ocurrir debido a: (a) desarrollo de un
perfil de velocidad dentro de un poro individual de tal forma que la mayor velocidad ocurre
en el centro del poro y es menor en las paredes del poro; (b) diferentes velocidades de
flujo promedio en poros de diferente tamaño; y (c) partículas de soluto que convergen a o
divergen desde un mismo poro (Leij y van Genuchten, 2000). El flujo de metales
unidimensional debido a la dispersión mecánica en un suelo uniforme isotrópico se puede
aproximar en forma similar a la primera ley de Fick:

C s
J dis  Ddis
x
[11]

Donde,
Jdis: Flujo dispersivo del metal (M L-2 T-1)

Para un sistema unidimensional el coeficiente de dispersión (mecánica) longitudinal (Ddis)


está dado por (Bear y Verruijt, 1897):

12
Ddis   L v

[12]

Donde,
α: dispersividad longitudinal (L)
v: velocidad en el agua en el poro, que corresponde a el flujo de agua de Darcy ( Jw)
dividido por el contenido volumétrico de agua ().

La similitud macroscópica entre difusión y dispersión mecánica, en un flujo


unidimensional, ha llevado a describir los dos procesos con un coeficiente de dispersión
hidrodinámico (D=Ddis + Ddif). El flujo dispersivo hidrodinámico (Ec [3]) corresponde a la
suma de la difusión molecular (Ec. [6]) y de la dispersión mecánica (Ec. [11]).

Ecuación de transporte convectivo-dispersivo.


Las expresiones para los flujos convectivos y dispersivos de metales se pueden sustituir
en la ecuación de balance de masas [2]. Entonces, el transporte unidimensional de
metales reactivos en un medio de poros homogéneo se puede describir usando la
ecuación de convección-dispersión:

C s   C s 
   J w C s  D   rs [13]
t x  x 

En los casos donde el contenido de agua no varia con el tiempo y el espacio, la Ec. [13]
se puede simplificar utilizando la velocidad promedio del agua en el perfil de suelo
(v=Jw/), quedando:

C s  2C s C
D  v s  rs , [14]
t x 2
x

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Procesos que afectan el contenido de metales pesados en la solución
suelo.
La concentración del elemento en la solución suelo puede cambiar además como
consecuencia de reacciones químicas entre las distintas fases del suelo, por la absorción
por las raíces de las plantas (U), por el aporte externo (I), escurrimiento superficial,
meteorización de rocas y posible volatización como formas orgánicas; estos procesos
representan las fuentes y/o destinos de los metales pesados en el sistema suelo-agua-
planta. En suelos agrícolas, la contribución de los procesos de meteorización, las pérdidas
por volatización y escurrimiento superficial suelen ser pequeñas y pueden despreciarse si
se comparan con las entradas anuales por riego, fertilizantes y depositación atmosférica
(Figura 1) (Chen et al., 2007).

Aporte externo

Absorción
Mineralización

Metal pesado
Solución suelos

Adsorción/ Precipitación/
desorción disolución

Lixiviación

Figura 1. Mecanismos que afectan la concentración de metales en la solución suelo.

En los suelos, la mayoría de los elementos son poco solubles y permanecen en la fase
sólida (Adriano, 2001; Kabata-Pendias, 2001; Chen et al., 2007). Ellos pueden estar
adsorbidos por arcillas (Garcia-Miragaya et al., 1986) y materia orgánica (Adriano 2001),

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pueden estar asociados a minerales primarios y pueden formar precipitados inorgánicos
(He et al., 2005).
El comportamiento de los metales pesados en el sistema suelo-agua- planta depende de
su forma química. Los metales pesados en el suelo pueden estar presente en cuatro
fases, soluble, adsorbida, mineral y orgánica. De esta forma el contenido total del
elemento en el suelo es:

C  C  S  MP  Org [15]
t s

Donde,
Ct: concentración total del elemento en el suelo (M L -3)
Ө: contenido volumétrico de agua (L3 L-3)
Cs: concentración del elemento en solución (M L -3)
S: elemento en la superficie de la fase adsorbida (M L -3)
MP: elemento inmovilizado en la fase mineral (M L -3)
Org: Elemento en la fase orgánica (M L-3)

Las concentraciones no sólo dependen de la interacción entre la solución suelo y la fase


sólida, sino también de la extracción que realizan las plantas y de la entradas del metal al
sistema. En la Figura 1, se muestran los mecanismos que controlan la concentración del
metal pesado en las solución suelo: adsorción/desorción, donde interactúa la fase
adsorbida con la soluble; precipitación, interacción entre la fase mineral y la soluble;
mineralización, interacción entre la fases orgánica y la soluble; absorción, interacción de
las raíces con la fase soluble y por último el aporte externo al sistema.

Adsorción.
La adsorción de metales por el suelo es un mecanismo importante que afecta el movimiento y
destino del metal.Los metales pesados pueden ser adsorbidos por la superficie de los
coloides del suelo a través de adsorción no específica y adsorción específica. La
adsorción no específica es la adsorción de cationes por el suelo, que se caracteriza
porque el ión es atraído electrostáticamente por las superficies cargadas de la fracción
coloidal del suelo, sin que haya una dependencia de configuración electrónica con el

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grupo funcional de la superficie del suelo, formando complejos llamados de esfera externa
(Sposito, 1989, Golberg, 2000 ; Silva, 2004). La cantidad de iones que pueden ser
adsorbidos de forma intercambiable en el suelo es función de la capacidad de intercambio
catiónico. En la mayoría de los casos existe selectividad o preferencia de un catión por
otro, siendo un proceso competitivo y reversible (Silva, 2004). Hay suelos que adsorben
determinados cationes en concentraciones superiores a su capacidad de intercambio
catiónico (Alloway, 1995; Phillips, 1999). Se produce una adsorción específica en que los
metales son removidos de la solución suelo y retenidos en la superficie de los coloides
formando moléculas estables, llamadas complejos de esfera interna. Este mecanismo
muchas veces no es reversible (Silveira et al., 2003). La adsorción específica se produce
por la mayor afinidad de algunos cationes metálicos por un sitio particular de adsorción.
Los metales son adsorbidos específicamente en cierto orden de preferencia, por ejemplo,
Cd<Zn<Cu<Pb (Alloway, 1995; Rieuwerts et al., 1998).
La ecuación convectiva-dispersiva para el transporte unidimensional de un metal que es
adsorbido se puede describir por:

C s  b S  2C s C s
 D v r [16]
t  t x 2
x s

Donde,
S: es la concentración adsorbida, definida como la masa del metal por masa de suelo seco
(M M-1)
b: Densidad aparente del suelo (M L-3)

Se utilizan las isotermas de adsorción simple para cuantificar la concentración adsorbida


como una función de la concentración en solución a temperatura constante. Aunque la
mayoría de las isotermas son no lineales, los procesos de adsorción se pueden asumir
lineales para bajas concentraciones de metales o rangos de concentración estrechos (Leij
y van Genuchten, 2000).
La tasa de adsorción lineal se puede describir con una cinética de primer orden,

S  KdCs [17]

16
Donde,
Kd: Coeficiente de distribución expresado en volumen de solvente por masa de suelo (L 3M-
1
).

El coeficiente de distribución, Kd, se define como la relación entre la concentración del


elemento en la fase sólida y la fase líquida en equilibrio (Anderson y Christensen, 1988).
El coeficiente de distribución se puede determinar a partir de la pendiente de las
isotermas de adsorción en la parte lineal. Esto significa que si se desea predecir los
coeficientes de distribución del suelo con exactitud, ellos deben obtenerse a partir de
mediciones hechas con concentraciones suficientemente bajas de forma que la isoterma
de adsorción esté en su parte lineal. Como este es un parámetro empírico, su valor es
valido sólo para las condiciones en que se conduzca el experimento (Golberg, 1995).

Al sustituir la Ec. [17] en la Ec. [16],

C s  b C s  2C C
 Kd  D 2 s  v s  rs , [18]
t  t x x

Luego al factorizar,

 b  C s  2C s C s
1  Kd  D v  rs [19]
   t x 2
x

En esta ecuación, la tasa de cambio del metal en la solución suelo se ve afectada por el
factor en paréntesis que se le da el nombre de factor de retardo R :

  
R  1  b K d  [20]
  

El flujo convectivo y dispersivo se ve reducido por el factor de retardo como consecuencia


de la adsorción. El valor de R se puede calcular a partir de Kd mediante un estudio de

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isotermas.Además el factor de retado se puede estimar a través de estudios de
desplazamiento de solutos en columnas de suelo bajo condiciones de laboratorio (Leij y
van Genuchten, 2000).
En muchos casos la adsorción y el factor de retardo, no se pueden describir usando el
coeficiente de partición Kd. Para la adsorción no lineal en equilibrio, R esta dado por:

  S 
R  1  b  [21]
  C s 

En este caso se deben utilizar las isotermas de adsorción no lineal, siendo las más
comunes la ecuación de Langmuir y Freundlich (Leij y van Genuchten, 2000).La
isoterma de Langmuir se utiliza para estimar la capacidad máxima de adsorción del
adsorbato a la matriz adsorbente. La ecuación que describe esta isoterma esta dada por:

k1 BC s
S [22]
1  k1 C s

Donde,
B: capacidad máxima de adsorción
k1: Constante de Langmuir

Introduciendo la ecuación 22 en la 16 se obtiene el factor de retardo, R, para la isoterma


de Langmuir,
b  k1 B 
R  1   [23]
  1  k1C s  

La isoterma de Freundlich se utiliza para estimar la intensidad de adsorción de un


adsorbato (metal) hacia un adsorbente (matriz suelo). La ecuación empírica para describir
esta isoterma es la siguiente:

S  k 2 C sn , [24]

Donde,

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S: Masa de soluto adsorbida por unida de masa suelo seco (M M -1)
Cs: Concentración del soluto en la solución en equilibrio con la masa de soluto sorbida por
el sólido (M L-3)
k2: Coeficiente de adsorción Freundlich (L -3 M)
n: Constante

Al introducir la ecuación 24 en la 16 se obtiene el factor de retardo, R, para la isoterma de


Freundlich,
ρb
R  1 nk 2 C sn1 [25]
θ
Cuando n=1, el factor de retardo (R) es mismo que para adsorción lineal.

Disolución y precipitación.
La precipitación es un proceso que controla la solubilidad de los metales pesados en
suelos calcáreos y en suelos con pH sobre 7,0 en que las concentraciones de metales
pesados son relativamente altas (Brümmer et al., 1983; Silva 2004; He et al., 2005). Los
iones metálicos en la solución suelo pueden precipitar con un agente químico,
generalmente aniones como fosfatos, carbonatos o sulfatos (Rieuwerts et al., 1998).
También pueden precipitar como hidróxidos al reaccionar con los iones de la solución
(Basta y Tabatabai, 1992).
La disolución e inmovilización debido a la precipitación y coprecipitación con otros
minerales sólidos y sitios entre partículas se puede caracterizar por un equilibrio cinético
de primer orden (Chen et al., 2007).

MP
 k f ( K d   )C  k b MP [26]
t s

Donde,
MP: Contenido del elemento en la fase mineral inmovilizada (M L -3).
kf: Constante de la tasa de reacción para la disolución (T -1).
kb: Constante de la tasa de reacción para la inmovilización (T -1).
Kd: Coeficiente de distribución expresado en términos de volumen de suelo por volumen
de solución (L3L-3).

19
: Contenido volumétrico de agua en el suelo (L 3L-3 de suelo).
Cs: Concentración del elemento en la solución suelo (M L -3 solución suelo).

Mineralización.
Además, una parte de los metales pesados que fue tomada por las plantas vuelve al suelo
a través del residuo de las plantas. La mineralización de los residuos de cultivos en el
suelo puede liberar metales pesados hacia la solución suelo y a la superficie de la fase
adsorbida, que se puede describir con una cinética de primer orden (Chen et al., 2007),

Org
 k im Org [27]
t

Donde,
Org: Contenido del elemento en la fase orgánica (M L -3)
kim: constante de la tasa de mineralización orgánica de primer orden (T -1)

Absorción de metales por las plantas.


La absorción de elementos traza por las raíces ocurre mediante procesos pasivo y activo.
En el proceso pasivo los iones ingresan a la raíz hasta la endodermis desde la solución
externa por un gradiente de concentración sin gasto de energía. La absorción activa
requiere de un gasto de energía metabólica para ingresar los iones contra un gradiente
químico (Kabata – Pendias, 2000).
La absorción de metales pesados por las plantas (U) desde el suelo depende de la
demanda (absorción) y del aporte del suelo (concentración en la solución suelo). Para los
metales pesados la extracción por las plantas esta frecuentemente limitada por la
cantidad disponible en la solución suelo. La absorción del elemento desde la solución
suelo en la superficie de la raíz, se puede describir con el modelo cinético de la reacción
de Michaelis Menten (Barber, 1995; van Leeuwen, 1999; Seuntjens et al., 2004; Chen et
al., 2007):

20
J max (C L  C L min )
J , [28]
K m  C L  C L min

Donde,
J: Flujo neto del elemento absorbido por la raíz (M L -1raíz T-1)
Jmax: Máximo flujo de absorción.
Km: coeficiente de permeabilidad de la raíz (μM) que corresponde a la concentración en
que se produce un flujo del ion igual a 50% de Jmax. Km es la constante de Michaelis-
Menten, que describe la afinidad de la raíz por el elemento e indica la eficiencia de
absorción a baja concentración (Junk, 2002).
CL: concentración del elemento en la solución suelo
CLmin: concentración en solución cuando J es cero

Esta curva generalmente muestra que la absorción por las raíces es altamente eficiente
cuando la concentración del ion en solución es baja, siendo además, altamente
dependiente de la especie química del elemento a absorber, de la especie vegetal
(variedad), edad de la raíz , estado fenológico de la planta y del estado nutricional del
vegetal (Junk, 2002).

Entonces, la tasa de absorción por las plantas (M L -3suelo T-1) puede ser calculada por
(Bar-Yosef et al., 2005; Chen et al., 2007):
RJ
U , [29]
d

Donde,
R: Densidad de raíces (L raíz L-2 suelo).
d: Profundidad de la capa de suelo (L).
J: Flujo neto del elemento absorbido por la raíz (M L -1raíz T-1).

En las ecuaciones [28] y [29] R, Jmax y Km son característicos de cada especie de cultivo
(Barber, 1997, Junk, 2002; Chen et al., 2007).

21
Este modelo asume que sólo el metal libre es tomado por la planta, no considera los
complejos metálicos que se forman debido a los ácidos orgánicos exudados por las
plantas, como citrato y oxalato, que pueden ser absorbidos por las raíces (Krishnamurti
et al., 1997; Jones, 1998; Parker 2000, Nigam et al., 2001). Por esto, algunos autores (van
Leeuwen, 1999; Seuntjens et al., 2004) han incluido los efectos de los ligandos orgánicos
sobre los modelos de absorción de metales por las raíces.

Van Leeuwen (1999) modeló la absorción del metal por las raíces a través de un sistema
de ecuaciones que describe la absorción activa de la raíz además de la difusión del metal
libre y del complejo metálico lábil presente en la solución suelo. La absorción del metal en
la raíz se describe a través de la ecuación de Michaelis-Menten:

J max c M0
J [30]
c M0  K m
Donde,
J: flujo de absorción actual (M L-3)
Jmax: Flujo de absorción máximo
Km: coeficiente de permeabilidad de la raíz que corresponde a la concentración en que se
produce un valor de J de50% de Jmax.
c0M: concentración del metal libre en la superficie de la raíz (M L -3)

Si la difusión del metal es lenta en comparación con la absorción por la raíz, el reparto del
metal libre en la superficie de la raíz por difusión y disociación de los complejos metálicos
puede jugar un rol importante para la absorción del metal. La concentración total en la
superficie de la raíz se estima a partir de la concentración en la solución usando una
expresión de primer orden (Seuntjens et al., 2004):

J m  k (c i*  c io ) [31]
Donde,
Jm: Flujo de difusión del metal (M L-3T-1)
k : Coeficiente de tasa de difusión promedio (T -1)
c*i: concentración total del metal en la solución suelo (M L -3)

22
c0i: concentración total del metal en la superficie de la raíz (M L -3)

La ecuación 31 asume que la difusión del metal libre y del metal acomplejado ocurren
juntas. El coeficiente de la tasa de difusión promedio se calcula a través de la siguiente
relación:

D
k [32]
2
Donde
D : Coeficiente de difusión efectivo promedio (L 2T-1)

 2 : Grosor de la capa de difusión (L)

El coeficiente de difusión efectivo promedio está dado por (van Leeuwen, 1999)

DMe c M*  DML
* *
c ML
D [33]
ci*

Donde,
DeM: coeficiente de difusión efectivo de un metal libre (L2 T-1).
DeML: coeficiente de difusión efectivo del complejo metálico (L2 T-1).
c*M: concentración del metal libre en la solución suelo(ML -3)
c*ML: concentración del complejo metálico en la solución suelo (ML -3)

El coeficiente de difusión efectivo en la rizósfera esta dado por (Tinker y Nye, 2000):

D 0
De  [34]
b
Donde
D0: coeficiente de difusión molecular (L2 T-1).
τ: tortuosidad (LL-1)
: Contenido volumétrico de agua en el suelo (L 3L-3).

23
b: es el poder tampón del suelo para el metal, definido por la relación S Cs

Al incluir la expresión de la tasa de primer orden (Ec. [31]) en la Ec.30, se obtiene una
expresión de absorción, que actúa para la difusión del metal libre y del metal acomplejado
en conjunto hacia la superficie de la raíz (van Leeuwen, 1999).

J  J max
1  a  b* 
*

1  1 
4b * 

  [35]
2b * 
 
1  a *  b*  2

En el caso de los complejos lábiles, con tasas de asociación/disociación rápidas, la Ec. 35


muestra que la absorción por las raíces esta gobernada por dos parámetros a* y b* (van
Leeuwen, 1999), dados por:

Km
a*  [36]
c *M

J max
b*  [37]
k c i*
Donde a* es el parámetro de bioafinidad normalizado y b* es el índice del flujo limitado.
Valores de a* bajo (a*<<1) corresponden a una mayor afinidad del organismo para
absorber el elemento mientras que valores de b* altos corresponden a condiciones de
transferencia de masa limitada (Seuntjens et al., 2004).

Integración de procesos
Aplicando los términos matemáticos de las ecuaciones anteriores (Ecs. [26]-[29]) a la
ecuación de conservación (Ec. 18) y reordenando, la ecuación que gobierna el balance de
masa para metales pesados en el sistema suelo-agua-planta estaría dada por:

C s  2C C s MP Org
R  D 2s     U  I
t x x t t

24
o,

C s  2C s C
R  D 2   s  k b MP  k im Org  k f (k a   )C s  U  I [38]
t x x

En que,
R: factor de retardo
Cs: Concentración del elemento en la solución suelo (M L -3).
D: coeficiente de dispersión hidrodinámico (L2 T-1)
v: velocidad promedio del agua en el perfil de suelo (LT -1).
I: aporte externo del elemento (M L-3T-1)
U: tasa de absorción por las plantas (M L-3T-1)
MP: Contenido del elemento en la fase mineral inmovilizada (M L -3).
kf: Constante de la tasa de reacción para la disolución (T -1).
kb: Constante de la tasa de reacción para la inmovilización (T -1).
Kd: Coeficiente de distribución expresado en términos de volumen de suelo por volumen
de solución (L3L-3).
: Contenido volumétrico de agua en el suelo (L 3L-3).
Org: Contenido del elemento en la fase orgánica (M L -3)
kim: constante de la tasa de mineralización orgánica de primer orden (T -1)
t : tiempo (T).
x: distancia en la dirección x (L).

En los sistemas agrícolas, después de la cosecha, queda gran cantidad de biomasa en la


superficie del suelo que al descomponerse no solo libera nutrientes sino también los
metales absorbidos. Para calcular la fracción de los metales pesados extraídos por los
cultivos que regresa al suelo con la reincorporación de la biomasa después del periodo de
crecimiento, se puede usar un factor de retorno de biomasa. La fracción de biomasa
retornada dependerá del índice de cosecha del cultivo. De acuerdo a Chen et al. (2007) la
fuente de entrada de metales pesados de la fase orgánica reincorporada se puede
calcular por:

25
TU estación R f
Org reincor  , [39]
d 0,1PM

Donde
Orgreincor: Contenido del elemento en la biomasa reincorporada al suelo (M L -3 suelo).
PM: Peso molecular del elemento (M mol-1).
d: Profundidad de la capa de suelo (L).
Rf: Factor de retorno de biomasa.
TUestación: Fracción del elemento extraídos por el cultivo (mol L -2).

Conclusiones

26
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