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En la entrada de una universidad en Sudáfrica está el siguiente mensaje, para reflexión de los

estudiantes:

“Para destruir una nación no se requiere de bombas atómicas o misiles de largo alcance. Solo
se necesita bajar el nivel de educación y permitir que se copie en los exámenes”.

Pacientes mueren en manos de tales doctores.

Edificios colapsan en manos de tales ingenieros.

Dinero es perdido en manos de tales economistas y contadores.

Humanismo muere en manos de tales religiosos.

La justicia muere en manos de tales jueces.

“El colapso de la educación es el colapso de la nación”.

Este mensaje lo vi en un estado de Jessica Juez, el cual paso en mi mente la realidad que pasa
en el mundo, en mi país y en nuestros hogares. También creo que es una de las razones por la
que el mundo está estresado.

Siempre me he preguntado por muchos años si fuera profesor, porque lo sería cual fuera mi
motivación y siempre a mis amigos que son docentes le hago esa pregunta.

Y la verdad si hacen esa pregunta ¿porque razón usted da clases?

-Respondería por mi hijo y sobrinos:

Puedo convertirme en un maestro que no le interese hacer su trabajo, no me preparo, no


investigo y mucho menos me preocupo por enseñar y guiar a mis alumnos o, por el contrario;
me preparo adecuadamente para que ellos aprendan mejor, investigando, leyendo y
consultando libros y revistas, de tal manera que me intereso porque mis alumnos o pupilos
conozcan más guiándolos hacia el conocimiento y la responsabilidad de utilizarlo en bien de la
sociedad.

En el primer caso, tendríamos malos profesionistas que probablemente pudieran ser patrones
o maestros de mis hijos. En caso contrario, los buenos profesionistas que formamos pueden ser
el mejor patrón o el mejor maestro para mis descendientes asegurándoles mayores
oportunidades en su vida profesional y personal inclusive actitudes de emprendimiento.

A veces pienso que quienes dirigen la educación en muchos países, le están apostando a tener
a pueblos sometidos a través de la ignorancia. La educación ha estado secuestrada por pequeños
grupos con intereses oscuros, con los sindicatos, leyes alineadas para desperdiciar a los niños y
jóvenes de hoy. Cierto que se la pasan haciendo huelgas y luchando por las regalías que alcanzan
unos cuantos mientras miles de verdaderos maestros tratan de mejorar la enseñanza en sus
aulas con todas las carencias que existen, bajos sueldos en la educación inicial/Secundaria o con
sueldos atrasados, infraestructura inadecuada, poco respeto hacia la dignidad humana de quien
enseña mientras ellos viven de las componendas que se autorizan ellos mismos.

Sistemas van sistemas vienen nunca en base a la realidad del entorno y los niños son lo que
menos importan, pareciera que queremos que cuando crezcan se vuelvan una sociedad de
“Zombies” que solo siguen los patrones aprendidos por quienes tienen la responsabilidad de
darles un futuro. No es casualidad, que los lugares con más carencia en nuestro país la educación
deja mucho que desear. Sabemos que no todo maestro encaja en este patrón pero a veces por
temor o por indolencia dejan de luchar por sus ideales.

¿Puedes imaginar al médico que te va a realizar una operación haya obtenido su título en “4
años” en cualquier lugar del país, en lugar de estudiar casi 8 años para ganar experiencia y
nuestra confianza?

¿Qué este médico, haya pasado la universidad gracias a ser el hijo de un político o de una
persona con recursos económicos?

Me pregunto porque los políticos y quienes nos dirigen llevan a sus familias a estudiar al
extranjero en lugar de mejorar la calidad educativa. ¿Será por eso que también prefieren llevar
a sus familiares a consultas médicas en el extranjero?

Los recientes acontecimientos con los desastres naturales destapan redes de negligencia y
corrupción, edificios que no resistieron por la mala planeación de profesionistas voraces de
ahorrar a costa del riesgo de vida de sus habitantes utilizando malos materiales y debilitando las
estructuras, malos funcionarios que no hacen su trabajo de verificar que se cumplan con los
reglamentos ya sea por omisión o por corrupción, y por supuesto de quienes ocupan puestos
públicos que en vez de cerciorarse que se cumpla con lo establecido lo permiten, desde que
cobran por “no cumplir con su deber” y en algunos casos hasta tienen inversiones a través de
familiares y prestanombres. La mayoría tiene estudios superiores y lo único que hacen es
aprovecharse de su posición. La política ahora es un negocio familiar, “hueso que no quieren
soltar”

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