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Unidad II

ANATOMÍA FISIOLOGÍA SEXUAL DE LA MUJER Y DEL HOMBRE.

2.1 ÓRGANOS SEXUALES FEMENINOS.

Los órganos genitales femeninos constan de dos partes: Órganos genitales internos,
situados en la pelvis: los ovarios, las trompas uterinas, el útero y la vagina. Los Órganos
genitales externos: la vulva, en la que se incluyen los labios mayores, los labios menores,
el clítoris y el himen.

2.2 ABLACIÓN GENITAL FEMENINA.

La ablación del clítoris oficialmente llamada mutilación genital femenina (MGF) por la
Organización Mundial de la Salud (OMS), es la eliminación parcial o total de tejido de
los órganos genitales femeninos, particularmente del clítoris (clitoridectomía), con
objeto de eliminar el placer sexual en las mujeres, es una práctica habitual en un gran
número de países africanos y en algunos países asiáticos. Las razones para la práctica de la
mutilación genital femenina son variadas y complicadas pero las principales causas derivan de
patrones y normas culturales profundamente arraigados. En ocasiones, suele sostenerse
erróneamente como un requisito religioso, pero la práctica es anterior a todas las grandes
religiones y no está especificada en ningún texto religioso. Para la mayoría de las culturas en
las que se practica, la principal razón para la mutilación genital femenina es la creencia
de que es necesaria para conseguir un buen matrimonio. En algunas comunidades, las
niñas que no se someten a la mutilación son consideradas promiscuas y sucias, por lo que
no consiguen casarse. La arraigada creencia de que la mutilación genital femenina
equivale a la pureza, la limpieza y la moral estricta es el principal factor para la
continuación de la práctica. Existe una presión social comunitaria en torno a la mutilación,
pero una mujer bien informada no someterá a su hija a este proceso.

2.3 ÓRGANOS SEXUALES MASCULINOS.

Los órganos genitales masculinos comprenden: los testículos con sus túnicas, los
conductos deferentes con las vesículas seminales, la próstata, las glándulas bulbouretrales
(de Cowper) y el pene, compuesto por los cuerpos cavernosos y la uretra masculina que
tiene un carácter mixto, urogenital.
2.4 CÁNCER DE LOS ÓRGANOS SEXUALES.

Cáncer del sistema reproductor masculino

Cáncer de Próstata.

La próstata es una glándula del aparato reproductor masculino localizada debajo de la


vejiga y delante del recto. La glándula prostática elabora un líquido que forma parte del
semen. El cáncer de próstata se encuentra principalmente en hombres de edad avanzada.
A medida que los hombres envejecen, la próstata se puede agrandar y como consecuencia
bloquear la uretra o la vejiga. Esto puede ocasionar una dificultad para orinar o interferir
la función sexual. La afección se denomina hiperplasia prostática benigna (HPB) y si bien
no se trata de un cáncer, es posible que se necesite cirugía para corregirla. Los síntomas
de la HPB pueden ser similares a los síntomas de cáncer de próstata.

Cáncer del Pene.

El pene está formado por varios tipos de tejidos, el tipo de cáncer depende del tipo de
célula donde se desarrolla. El más común de ellos es el cáncer de células escamosas, que
representa el 90% de los cánceres de este tipo. El cáncer de células escamosas puede
desarrollarse en cualquier parte del pene pero es más común en el glande o en el prepucio.

Este tipo de cáncer crece lentamente aunque ocasionalmente puede hacerlo deprisa. Los
tumores se presentan como pequeños nódulos o úlceras que pueden variar de tamaño. Los
adenocarcinomas que se originan en las células glandulares representan el 5% de los
casos. Otros tipos aún menos frecuentes son los melanomas y los cánceres de las células
basales.

Cáncer de Testículo.

Los testículos son las glándulas sexuales masculinas y producen testosterona y


espermatozoides. Las células germinales dentro de los testículos producen
espermatozoides inmaduros que, a través de una red de túbulos, llegan al epidídimo donde
los espermatozoides maduran y se almacenan. Prácticamente todos los cánceres de
testículo comienzan en las células germinativas. Los dos tipos principales de tumores de
células germinales testiculares son los seminomas y los no seminomas. Los no seminomas
tienden a crecer y diseminarse más rápidamente que los seminomas. Los seminomas son
más sensibles a la radiación.
Cánceres del aparato reproductor femenino

El cáncer puede aparecer en cualquier zona del aparato reproductor femenino: la vulva,
la vagina, el cuello uterino, el útero, las trompas de Falopio o los ovarios.

Cáncer de mama

El cáncer de mama es la segunda forma más común de cáncer en las mujeres, superado
solo por canceres de la piel. Cerca de una de cada nueve mujeres estadounidenses padece
de cáncer de mama en algún momento de su vida. Cada ano, mueren 40 000 mujeres en
Estados Unidos a causa del cáncer de mama American Cáncer Society, 2004). El riesgo
aumenta para aquellas mujeres cuyas madres, hermanas o abuelas hayan padecido de
cáncer de mama.

Cáncer de útero

A pesar de que frecuentemente es conocido como cáncer de útero, también se denomina


carcinoma endometrial porque se inicia en el endometrio (revestimiento interno del
útero). Es el cuarto cáncer más frecuente entre las mujeres y el más frecuente del aparato
reproductor femenino; se desarrolla después de la menopausia, en particular en las
mujeres entre los 50 y 60 años. Puede diseminarse (metastatizarse) tanto de forma local
como general (desde el útero hacia el canal cervical, desde el útero hacia arriba hasta las
trompas de Falopio y los ovarios, por el área que rodea el útero, por los vasos y ganglios
linfáticos (sistema linfático), que transportan la linfa de todo el cuerpo hasta el torrente
sanguíneo, o a través de la circulación sanguínea hasta las partes más distantes del
organismo.

Síntomas.

Las hemorragias provenientes del útero anormales son el síntoma inicial más frecuente.
La hemorragia puede producirse después de la menopausia, o bien puede ser una
hemorragia recurrente, irregular o copiosa en las mujeres que todavía están menstruando.
Una de cada tres mujeres con hemorragia uterina después de la menopausia tiene este tipo
de cáncer. Debido a que puede tratarse de un cáncer, una hemorragia anormal por la
vagina después de la menopausia requiere una pronta atención médica.
Cáncer del cuello uterino.

El cuello interno del útero o cérvix es el extremo inferior del útero, el cual llega hasta el
interior de la vagina. De los cánceres que afectan al aparato reproductor femenino, el
cáncer cervical (carcinoma cervical) es el segundo más frecuente entre todas las mujeres
y el más frecuente entre las mujeres más jóvenes. En general afecta a mujeres entre 35 y
55 años. Este tipo de cáncer puede estar ocasionado por un virus (el papiloma virus
humano) que se contagia a través de las relaciones sexuales. El riesgo de cáncer cervical
parece que es mayor a medida que disminuye la edad en que la mujer tuvo su primera
relación sexual y también aumenta en relación con el mayor número de parejas sexuales.
El hecho de no hacerse una prueba de Papanicolaou (Pap) regularmente también aumenta
el riesgo. Casi el 85 por ciento de los cánceres cervicales son carcinomas de células
escamosas, que se desarrollan en las células escamosas, planas y similares a la piel que
recubren el exterior del cuello interno del útero. La mayoría de los demás cánceres se
desarrollan a partir de células glandulares (adenocarcinomas) o de una combinación de
distintos tipos de células (carcinomas adenoescamosos). Cuando el cáncer cervical invade
el cuello uterino, penetra en la rica red de diminutos vasos sanguíneos y linfáticos que
tapizan su interior y en consecuencia se disemina a otras partes del organismo. De este
modo, el cáncer puede extenderse hacia áreas distantes o cercanas del cuello uterino.

Síntomas.

Los síntomas incluyen pequeñas pérdidas entre las menstruaciones o hemorragias después
del coito. Es posible que la mujer no tenga ningún dolor ni síntoma hasta las últimas fases
de la enfermedad, pero las Pap realizadas sistemáticamente pueden detectar el cáncer
cervical de forma precoz. El cáncer cervical comienza con cambios lentos y progresivos
en las células normales y tarda varios años en desarrollarse. Estos cambios progresivos
se observan al microscopio colocando las células extraídas mediante la técnica Pap sobre
un portaobjetos. Los patólogos han descrito estos cambios en distintos estadios que van
desde la normalidad hasta el cáncer invasivo.

Cáncer de ovario

El cáncer de ovario (carcinoma de ovario) se desarrolla sobre todo en las mujeres de entre
50 y 70 años; globalmente, alrededor de 1 de cada 7 mujeres desarrolla esta enfermedad.
Es el tercer cáncer más frecuente del aparato reproductor femenino, pero en cambio
mueren más mujeres de cáncer de ovario que de cualquier otro que afecte al aparato
reproductor. Los ovarios incluyen varios tipos de células, cada una de las cuales puede
transformarse en una clase distinta de cáncer. Se han identificado al menos 10 clases
diferentes de cánceres ováricos, por lo que el tratamiento y las perspectivas de
recuperación difieren según el tipo específico. Las células ováricas cancerosas pueden
extenderse directamente hasta el área que las rodea y por el sistema linfático hacia otras
partes de la pelvis y el abdomen. Las células cancerosas también pueden propagarse por
la circulación sanguínea y finalmente aparecen en puntos distantes del cuerpo, sobre todo
el hígado y los pulmones. El cáncer de ovario puede diseminarse a través de los ganglios
linfáticos a otros órganos de la pelvis y del abdomen. Por la circulación sanguínea puede
diseminarse a órganos más distantes, principalmente el hígado y los pulmones.

Síntomas.

Un cáncer de ovario puede alcanzar un tamaño considerable antes de provocar síntomas.


El primer síntoma puede ser un ligero malestar en la parte inferior del abdomen, similar
a una indigestión; la hemorragia uterina no es frecuente. El hecho de que una paciente
posmenopáusica tenga ovarios de mayor tamaño puede ser un signo precoz de cáncer, a
pesar de que su crecimiento también puede deberse a quistes, a masas no cancerosas y a
otros trastornos. Así mismo, puede aparecer líquido en el abdomen y éste puede
hincharse, debido a ello o al aumento de tamaño del ovario. En esta fase, la mujer puede
tener dolor en la pelvis, anemia y pérdida de peso. En algún caso excepcional, el cáncer
de ovario secreta hormonas que producen un crecimiento excesivo del revestimiento
interno uterino, un aumento en el tamaño de las mamas o un mayor desarrollo del vello.

El diagnóstico de cáncer de ovario en sus primeros estadios es difícil de establecer, porque


los síntomas habitualmente no aparecen hasta que el cáncer se ha diseminado y porque
muchas otras enfermedades menos graves tienen síntomas similares.

Cáncer de vulva

La vulva está formada por los órganos reproductores femeninos externos. El cáncer o
carcinoma de vulva representa del 3 al 4 por ciento de todos los cánceres del aparato
reproductor femenino y, por lo general, aparece después de la menopausia. A medida que
la población vaya envejeciendo, se espera una mayor incidencia de esta enfermedad. El
cáncer de vulva es sobre todo un cáncer de piel localizado cerca o en el mismo orificio de
la vagina. Los mismos tipos de células que dan lugar al cáncer de piel (células escamosas
y basales) también están presentes en la mayoría de los cánceres de vulva. Alrededor del
90 por ciento de estos cánceres son carcinomas de células escamosas y un 4 por ciento
son carcinomas de células basales. El 6 por ciento restante son cánceres raros (enfermedad
de Paget, cáncer de las glándulas de Bartholin, melanomas y otros). Al igual que otros
cánceres de piel, los de vulva se inician en la superficie y al principio no crecen mucho
más. A pesar de que algunos pueden ser agresivos, la mayoría crecen con relativa lentitud.
Ahora bien, si no se lleva a cabo ningún tratamiento pueden invadir la vagina, la uretra o
el ano y extenderse hacia la red de ganglios linfáticos del área afectada.

Síntomas.

Los cánceres de vulva pueden verse fácilmente y son como masas inusuales o úlceras que
aparecen cerca del orificio de la vagina o en el mismo orificio. Otras veces son como
zonas de tejido descamado o con alteraciones de la coloración; el tejido circundante puede
retraerse y arrugarse. Por lo general, la mujer siente un ligero malestar, aunque también
puede notar picor. Finalmente, pueden producirse hemorragias o pérdidas (secreción
acuosa). Estos síntomas indican la necesidad de una pronta asistencia médica.

Cáncer de vagina

Sólo alrededor del uno por ciento de los cánceres del aparato reproductor femenino
aparece en la vagina. El cáncer o carcinoma de vagina afecta a las mujeres de entre 45 y
65 años, y más del 95 por ciento de estos cánceres son carcinomas de células escamosas
y en consecuencia se parecen a los cánceres de cuello uterino y de vulva. El carcinoma
vaginal de células escamosas puede estar producido por el papiloma virus humano, la
misma clase de virus que provoca verrugas genitales y cáncer cervical. El carcinoma de
células claras, un cáncer de vagina poco frecuente, aparece casi exclusivamente en
mujeres cuyas madres tomaron el fármaco dietilestilbestrol (DES) durante el embarazo.

Síntomas.

El cáncer de vagina destruye el revestimiento interno de la vagina y provoca úlceras que


pueden sangrar e infectarse. También puede producirse una secreción acuosa o de sangre,
acompañada de dolor, durante el coito. Si el tumor crece demasiado, incluso puede afectar
a la función de la vejiga y del recto y, en consecuencia, la mujer puede sentir la necesidad
de orinar de forma imperiosa e incluso sentir dolor con la micción. Cuando se sospecha
la presencia de un cáncer de vagina, el médico raspa células de la pared vaginal para
examinarlas al microscopio y realiza una biopsia de cualquier formación, úlcera u otra
área sospechosa que pueda observar durante la exploración pélvica.

Cáncer de las trompas de Falopio

Este cáncer es el más raro de todos los que afectan al aparato reproductor femenino. Los
síntomas son un cierto malestar abdominal y ocasionalmente una secreción acuosa o
teñida de sangre que proviene de la vagina. En general, se detecta una masa de gran
tamaño en la pelvis y el diagnóstico se realiza después de su extirpación. Casi siempre es
necesario practicar una histerectomía con extirpación de los ovarios y demás áreas
circundantes, seguida de quimioterapia. El pronóstico es similar al del cáncer de ovario.

Mola hidatiforme.

Una mola hidatiforme es una masa tumoral formada por tejido de la placenta o de las
membranas. Una mola hidatiforme se desarrolla a partir de células que quedan después
de un aborto espontáneo o de un embarazo completo, pero en la mayoría de los casos lo
hace a partir de un óvulo fecundado, el cual se desarrolla como un tumor anómalo
independiente (embarazo molar). Sólo en muy raras ocasiones, la placenta puede
desarrollarse anormalmente si el feto es normal. Más del 80 por ciento de las molas
hidatiformes son benignas; no obstante, el 15 por ciento invade el tejido que las rodea
(mola invasiva), y del 2 al 3 por ciento se disemina por todo el organismo
(coriocarcinoma). El riesgo de que aparezcan molas hidatiformes es mayor en las mujeres
que quedan embarazadas entre los 35 y los 45 años. Según algunas estadísticas, estas
molas aparecen en alrededor de 1 de cada 2 000 embarazos y, por razones desconocidas,
son casi 10 veces más frecuentes entre las asiáticas.

Síntomas.

Las molas hidatiformes suelen producir síntomas poco después de la concepción. La


mujer siente que está embarazada, pero el tamaño de su abdomen no se corresponde con
el de un embarazo normal, porque la mola que se encuentra en el útero crece rápidamente.
Son frecuentes náuseas y vómitos intensos y en ciertos casos también puede ocurrir
hemorragia vaginal; estos síntomas indican la necesidad de acudir al médico
inmediatamente. Las molas hidatiformes pueden causar graves complicaciones, como
infecciones, hemorragia y toxemia del embarazo.
2.5 AUTOEXAMEN DE MAMA, PÉLVICO, TESTICULAR.

Autoexamen de Mama.

En mujeres con menstruación regular o irregular lo ideal es hacérselo una semana después
de empezada la menstruación. En mujeres con menopausia basta con hacerse un
autoexamen el mismo día de cada mes. Hay que evitar hacerse la autoexploración
mamaria en días de menstruación -y previos- ya que durante esos días las mamas están
hinchadas, más sensibles de lo habitual y además suelen presentar nódulos o bultos
perfectamente normales que pueden resultar confusos.

¿Cómo se hace un autoexamen de mamas?

Antes de empezar sitúate de pie frente a un espejo y desnúdate de cintura para arriba.
Procura que haya buena iluminación y trata de evitar las sombras intensas. Estos son los
pasos a seguir:

1. Observación frente al espejo con los brazos caídos. Estando de pie frente al
espejo deja los brazos relajados, caídos y pegados al cuerpo. Observa si el tamaño
de ambas mamas es el habitual y si su simetría es razonable -es algo habitual en
las mujeres tener un pecho ligeramente más grande que otro-. Comprueba que la
piel no esté excesivamente rugosa (como la piel de naranja), no tenga zonas
enrojecidas, ni bultos ni hoyuelos. Comprueba que tus pezones no estén retraídos
o hundidos.

2. Observación con los brazos levantados. En la misma posición en la que estás,


pon tus manos entrelazadas por detrás de la cabeza. En esta postura, comprueba
que el contorno inferior de tus mamas sea circular, regular, y más o menos
simétrico en ambas mamas. Mírate de frente y de lado.

3. Palpación de pie. Sigue de pie. Levanta el brazo izquierdo y pon la mano


izquierda sobre tu nuca. Utiliza la mano derecha para palparte la mama izquierda.
Luego haz lo mismo con la otra mama (mama derecha con brazo izquierdo).Para
palparte la mama utiliza los tres dedos medios de la mano (índice, corazón y
anular). Puedes recorrer tu mama de tres formas: en círculos desde fuera hacia
dentro, recorriendo tu pecho en líneas verticales o recorriendo tu pecho en líneas
horizontales. Pásate los dedos suavemente pero con firmeza, y comprueba que no
notes ningún bulto extraño. Presta especial atención a la zona que va de la axila a
la mama: es ahí donde se detectan más de la mitad de los casos.

4. Palpación tumbada. Seguidamente, túmbate en la cama boca arriba. Ponte una


almohada bajo el hombro izquierdo para palparte la mama izquierda. A
continuación, pálpate igual que en el paso tres: levanta el brazo izquierdo, pon la
mano izquierda en la nuca, y pálpate la mama izquierda con la mano derecha
haciendo círculos o líneas. Haz lo mismo para la otra mama.

5. Pezón. Comprime los pezones con los dedos índice y pulgar para comprobar si
sale líquido. Si sale algún tipo de líquido, toma nota de sus características
(transparente, lechoso o sanguinolento) para describírselas a tu médico.

Si durante la autoexploración has encontrado que la piel de tus mamas es demasiado


rugosa, presenta hoyuelos, o enrojecimientos; si tienes un seno más grande de lo
habitual, si has notado bultos sospechosos o tus pezones segregan líquido; es
aconsejable que contactes con tu médico para una revisión ginecológica.

Examen Pélvico.

Primero, el prestador de servicios de salud inspecciona la vulva, verificando que no


aparezcan irritaciones, decoloraciones, protuberancias, piojos, lesiones cutáneas y flujo
vaginal inusual. Después se hace una revisión interna para buscar cistoceles
(protuberancias de la vejiga en la vagina), rectoceles (protuberancias del ano en la
vagina), pus en las glándulas de Skene, quistes en las glandulas de Bartholin y se verifica
la fortaleza de los músculos del piso pélvico y de los músculos abdominales. También se
hace una prueba de incontinencia por esfuerzo; el médico le pide a la paciente que tosa y
verifica si no hay un flujo involuntario de orina. A continuación viene el examen con
especulo. El espéculo es un instrumento de metal o plástico que se inserta en la vagina a
fin de separar las paredes vaginales para permitir que se realice un examen. Una vez que
el especulo se coloca en su lugar (se debería calentar a temperatura corporal si es de
metal), el prestador de servicios de salud busca cualquier señal poco común, tal como
lesiones, inflamación o flujo inusual que provenga de las paredes de la vagina, y busca
cualquier señal de infección o daño al cuello uterino. Entonces, el prestador de servicios
médicos utiliza una pequeña espátula de metal para raspar una pequeña porción de tejido
del cuello uterino a fin de realizar una prueba de Papanicolaou para cáncer cervical. Si
esto se hace de manera adecuada, no debería ocasionar dolor alguno. También se puede
llevar a cabo una batería de pruebas para enfermedades de transmisión sexual. Si la mujer
está interesada en ver su propio cuello uterino, le puede pedir al médico que sostenga un
espejo a fin de que ella pueda verlo a través del especulo. De hecho, algunos grupos de
mujeres proponen que las mujeres aprendan a utilizar un especulo para realizarse
exámenes regulares a sí mismas; así, la detección temprana de enfermedades sería mucho
más probable.

Autoexamen Testicular.

1. Haz el examen después de una ducha o baño caliente. El calor relaja la piel del
escroto, haciendo que sea más fácil sentir cualquier cosa poco habitual.

2. Usa ambas manos para examinar cada testículo. Pon tus dedos índice y anular
debajo del testículo y los pulgares encima. Haz que el testículo ruede entre tus
pulgares y dedos. (Es normal que los testículos tengan diferentes tamaños.)

3. Mientras sientes el testículo, puede que notes una estructura como de cordones
encima y en la parte posterior del testículo. Esta estructura se llama epidídimo.
Almacena y transporta el esperma. No la confundas con un bulto.

4. Busca cualquier bulto. Los bultos pueden ser del tamaño de un guisante (chícharo)
o más grande y no suelen ser dolorosos. Si notas un bulto, contacta con tu
proveedor de salud.
5. Aunque los testículos izquierdo y derecho suelen ser de diferentes tamaños, no
deben de cambiar de tamaño que tenían antes. Si notas que alguno de ellos ha
cambiado de tamaño, contacta con tu proveedor de salud.
UNIDAD III

HORMONAS SEXUALES, DIFERENCIACIÓN SEXUAL, MENSTRUACIÓN Y


MENOPAUSIA.

3.1 Hormonas sexuales de los hombres.

La pituitaria y los testículos producen hormonas. La hormona importante producida por


los testículos es la testosterona. Esta es una hormona sexual “masculina” o
masculinizante que tiene importantes funciones en cuanto a estimular y mantener las
características sexuales secundarias (como el crecimiento de la barba), mantener los
genitales y su capacidad de producción de espermatozoides, y estimular el crecimiento de
hueso y musculo. La pituitaria produce varias hormonas, dos de las cuales son importantes
para esta discusión: la hormona foliculoestimulante (FSH) y la hormona luteinizante
(LH). Estas hormonas afectan el funcionamiento de los testículos. La FSH controla la
producción de espermatozoides y la LH controla la producción de testosterona.

Hormonas sexuales de la mujer.

Los ovarios producen dos hormonas importantes: estrógeno y progesterona. Las


funciones del estrógeno incluyen la estimulación de los muchos cambios que ocurren en
la pubertad (estimular el crecimiento del útero y de la vagina, ampliar la pelvis y estimular
el crecimiento de las mamas). El estrógeno también es responsable de mantener las
membranas mucosas de la vagina y detener el crecimiento de hueso y musculo, lo cual
explica el tamaño generalmente menor de las mujeres en comparación con los hombres.
La pituitaria produce otras dos hormonas, prolactina y oxitocina. La prolactina estimula
la secreción de leche de las glandulas mamarias después de que una mujer ha dado a luz
a un niño. La oxitocina estimula la salida de esa leche de los pezones. La oxitocina
también estimula las contracciones del útero durante el parto.

Opinión Personal.

Las hormonas juegan un papel de vital importancia tanto en el desarrollo como en el


funcionamiento del organismo masculino y femenino. Nuestro organismo responde a los
estímulos de combinaciones químicas que son las responsables de mantener el equilibrio
que necesita nuestro cuerpo para su perfecto funcionamiento. Las hormonas sexuales no
son una excepción ya que como pudimos apreciar en la exposición anterior son las
responsables de producir el proceso de la reproducción que es vital para mantener la
especie y para determinar funciones de gran importancia como son: el sexo, la sexualidad,
los cambios biológicos que se dan en la adolescencia y sobre todo la capacidad de
reproducción que se produce en la pubertad.

3.2 DIFERENCIACIÓN SEXUAL PRENATAL Y DURANTE LA PUBERTAD.

Cromosomas Sexuales.

Como se señaló antes, al momento de la concepción el ser humano futuro consiste


únicamente de una sola célula, el ovulo fertilizado. La única diferencia entre el ovulo
fertilizado que se volverá una mujer y aquel que se volverá un varón son los cromosomas
sexuales incluidos en el ovulo fertilizado. Si posee dos cromosomas X, el resultado
típicamente será una mujer; si posee un cromosoma X y un cromosoma Y, el resultado
típicamente será un varón.

Opinión personal.

Sin lugar a dudas los aportes que ha hecho el proyecto del genoma humano al
conocimiento del proceso en el desarrollo de la vida desde la concepción ha sido de mucha
importancia ya que no solo nos ha permitido comprender como se produce la
diferenciación entre varón y hembra sino que también nos permite entender las
informaciones que pueden ser transmitida a través de los cromosomas.

Gónadas.

Para la séptima semana después de la concepción, los cromosomas sexuales dirigen a las
gónadas a comenzar la diferenciación. En los hombres, la gónada indiferenciada
evoluciona para formar un testículo aproximadamente a las 7 semanas. En la mujer, el
proceso ocurre un poco después, con el desarrollo de los ovarios aproximadamente a las
13 o 14 semanas. Un gen importante que dirige la diferenciación de las gónadas, y que se
localiza en el cromosoma Y, se conoce como SRY, por región de determinación del sexo
en el cromosoma. Y si está presente el SRY, ocurre la diferenciación de los testículos y
el desarrollo de un varón.

Opinión personal.

A pesar de que las gónadas son originadas del mismo tejido existen elementos en el
proceso de su desarrollo que marcan la diferenciación entre los testículos y los ovarios
como por ejemplo el gen SRY, en el cromosoma Y para determinar el sexo masculino y
también el tiempo en el cual se produce la diferenciación que abarca un espacio de
aproximadamente 6 semanas entre una y otra.

Hormonas prenatales y los genitales

Una vez que los ovarios y los testículos se han diferenciado, comienzan a producir
diferentes hormonas sexuales que, entonces, dirigen la diferenciación del resto del
sistema genital interno y externo. En la mujer, los conductos de Wolff degeneran y los
conductos de Müller se convierten en las trompas de Falopio, el útero y la parte superior
de la vagina. El tubérculo se convierte en el clítoris, los pliegues se vuelven los labios
internos y la tumefacción se desarrolla para formar los labios externos. Los testículos
segregan la sustancia inhibidora de Müller (SIM) (Vilain, 2000). La SIM causa la
degeneración de los conductos de Müller, en tanto que los conductos de Wolff, apoyados
por la testosterona, se convierten en el epidídimo, los conductos deferentes y el conducto
eyaculador. El tubérculo se vuelve el glande del pene, los pliegues forman el cuerpo del
pene y la tumefacción se desarrolla para formar el escroto.

Opinión personal.

Es de vital importancia observar que muchos de los órganos sexuales masculinos y


femeninos son homólogos y otros análogos. Sin embargo a partir del momento en que se
produce la diferenciación entre los testículos y los ovarios se producen cambios
significativos en los órganos genitales externos que marcan los rasgos físicos que se
toman como referencias para diferenciar un sexo del otro.

Descenso de testículos y ovarios

A medida que ocurren estos cambios del desarrollo, los ovarios y testículos cambian de
forma y posición. Al principio, los ovarios y testículos yacen cerca de la parte superior de
la cavidad abdominal. Para la décima semana han crecido y han descendido al nivel del
borde superior de la pelvis. Los ovarios permanecen allí hasta después del nacimiento;
posteriormente cambian a su posición adulta en la pelvis. Los testículos del varón deben
hacer un viaje mucho más largo, hasta el escroto a través de una vía llamada canal
inguinal. Normalmente este movimiento ocurre alrededor del séptimo mes después de la
concepción. Después del descenso de los testículos se cierra el canal inguinal.
Opinión personal.

A pesar de que son muchas las cosas que nos faltan por comprender, sin duda alguna en
cada paso del desarrollo de los órganos sexuales queda marcado algún punto que marca
una pauta para diferenciar un sexo del otro. Por ejemplo en el caso del descenso de los
ovarios y los testículos si bien es cierto que ambos descienden desde su posición original
es significativo que los ovarios se estacionan en la pelvis mientras que los testículos
descienden hasta el escroto.

Diferenciación Cerebral.

Durante el periodo prenatal, cuando las hormonas sexuales están teniendo un gran
impacto sobre la anatomía genital, también actúan en el cerebro. Los resultados de
muchos experimentos con animales indican que en ciertas regiones del cerebro existen
diferencias entre los cerebros masculinos y femeninos. La principal estructura con
diferenciación por sexo es el hipotálamo, en particular una región de este llamada área
pre óptica (Collaer y Hines, 1995; Fitch y Bimonte, 2002). En los seres humanos, la
evidencia también indica que existen diferencias entre los cerebros de hombres y mujeres
en el area pre óptica, aunque es posible que estas diferencias se desarrollen después del
nacimiento en lugar de ser prenatales (Swaab et al., 1995). Uno de los efectos más
importantes en esta diferenciación sexual cerebral es la determinación de la sensibilidad
al estrógeno de ciertas células en el hipotálamo, células que tienen receptores de
estrógeno.

Opinión personal.

Aun en el área del cerebro se observa significativa diferencias entre los varones y las
hembras. Un ejemplo de esta diferencia es la discriminación que hace el hipotálamo entre
las hormonas femeninas y las hormonas masculinas.

Órganos Homólogos.

La discusión anterior acerca de la diferenciación sexual subraya el hecho de que, aunque


los hombres y mujeres adultos parecen tener anatomías reproductivas muy diferentes, sus
órganos reproductivos tienen orígenes similares. Cuando un órgano en el hombre y un
órgano en la mujer se desarrollan a partir del mismo tejido embrionario, se dice que los
órganos son homólogos. Cuando ambos órganos tienen funciones similares, se dice que
son análogos. El cuadro 5.1 resume las principales homologías y analogías de los
sistemas reproductivos masculino y femenino. Por ejemplo, los ovarios y los testículos
son homólogos (se desarrollan a partir de una gónada indiferenciada) y análogos
(producen gametos y hormonas sexuales).

Opinión personal.

Saber que los órganos sexuales son homólogos y análogos es una forma de recordarnos
que todos los órganos del cuerpo parten de una sola célula y que aunque existen órganos
que tienen una misma función su propósito final casi siempre tiene un desenlace distinto.

Diferenciación Prenatal Atípica de Género.

El género no es una cuestión simple, un hecho que queda demostrado por la discusión
anterior. Sin embargo, la mayoría de las personas creen que es así. Es decir, típicamente
las personas suponen que si una persona es mujer, será femenina; se considerara a sí
misma como una mujer; se sentirá sexualmente atraída hacia los hombres; tendrá un
clítoris, vagina, útero y ovarios; y tendrá cromosomas sexuales XX. La suposición
paralela es que todos los hombres son masculinos; se consideran a sí mismos como
varones; se sienten atraídos hacia las mujeres; tienen un pene, testículos y escroto; y
tienen cromosomas sexuales XY. A lo largo de las últimas décadas, se ha hecho gran
cantidad de investigación que desafía estas suposiciones y proporciona mucha
información acerca de la sexualidad y el género y sobre su desarrollo. Por supuesto, en la
mayoría de los casos, estas variables coinciden en un individuo. Es decir, en la mayoría
de los casos, la persona es una mujer o un varón “consistente”. Sin embargo, como
resultado de uno de varios factores durante el curso del desarrollo sexual prenatal, el
género indicado por una o más de estas variables puede estar en desacuerdo con el género
indicado por otras. Cuando ocurren contradicciones entre diversas de estas variables
biológicas (1 a 6), la persona se llama intersexual o seudohermafrodita.
Aproximadamente 2 por ciento de los nacimientos tienen una condición intersexual
(Blackless et al., 2000). Varios síndromes pueden causar la intersexualidad, siendo
algunos de los más comunes la hiperplasia suprarrenal congénita, el
seudohermafroditismo inducido por progestina y el síndrome de insensibilidad a los
andrógenos. En la hiperplasia suprarrenal congénita (HSC, también llamada síndrome
adrenogenital), una mujer genética desarrolla normalmente los ovarios durante el
periodo fetal; sin embargo, después en el curso del desarrollo prenatal, la glándula
suprarrenal comienza a funcionar anormalmente (como resultado de una condición
genética recesiva no relacionada con los cromosomas sexuales) y se produce una cantidad
excesiva de andrógenos. El seudohermafroditismo inducido por progestina es un
síndrome similar que es resultado de un fármaco, la progestina, que se administró en algún
momento a la madre para ayudar a mantener el embarazo si había propensión a un aborto
espontaneo.

Opinión personal.

Como ya expusimos anteriormente existe una marcada diferencia entre los hombres y las
mujeres. Si bien es cierto que existen casos excepcionales como lo es el denominado
intersexual o hermafroditismo, también se ha diagnosticado que esa condición es
producida por una alteración en el proceso de producción hormonal como es el caso de la
hiperplasia suprarrenal congénita o por el suministro de algún medicamento utilizado para
prevenir abortos lo que también constituye una alteración del proceso normal. Por tal
razón considero que denominar la intersexualidad como un tercer sexo no es una postura
razonable ya que esta condición se debe a una patología congénita.

Diferenciación Sexual durante la Pubertad.

La pubertad no es un momento, sino más bien un proceso durante el cual existe una
diferenciación sexual adicional. En esta etapa de la vida es cuando el cuerpo cambia de
aquel de un niño al de un adulto, con características sexuales secundarias (como mamas
o barba) y la capacidad para reproducirse sexualmente. La pubertad puede definirse en
términos científicos como la época en la que se presenta un aumento y maduración
repentinos de las gónadas, de otros genitales y de las características sexuales secundarias,
lo cual conduce a la capacidad de reproducción (Tanner, 1967). Este es el segundo
periodo importante —siendo el otro el periodo prenatal en el que ocurre la diferenciación
sexual. El suceso específico que quizá sea más importante en este proceso es la primera
eyaculación en el varón y la primera menstruación en la mujer, aunque esta última no
necesariamente es señal de capacidad reproductiva, dado que las niñas típicamente no
producen óvulos maduros sino hasta uno o dos años después de la primera menstruación.

Opinión personal.

Tal y como lo expresa Tanner, la pubertad es la etapa final donde se culmina la


maduración de los órganos sexuales. Marcando la separación entre la niñez y la capacidad
de reproducción. Además es la etapa donde las señales físicas que marcan la
diferenciación física son más marcada, ya que, a partir de ésta se producen cambios
significativos en la apariencia externa de los hombres y de las mujeres.

3.3 BIOLOGÍA Y CICLO MENSTRUAL.

El ciclo menstrual está regulado por fluctuaciones en los niveles de las hormonas
sexuales, lo cual produce ciertos cambios en los ovarios y el útero (Buffet et al., 1998).
Los ciclos hormonales están regulados por el eje HPG y a través del circuito de
retroalimentación negativa que se analiza en el capítulo 5. Es importante señalar que los
seres humanos son casi únicos entre todas las especies en cuanto al ciclo menstrual. Todas
las demás especies de mamíferos (por ejemplo, caballos y perros) tienen ciclos estruales.
Para los animales que presentan ciclo estrual, la ovulación sucede cuando el animal está
en “celo” o estro, que es también el momento de un ligero manchado. Sin embargo, en el
ciclo menstrual, la ovulación ocurre aproximadamente a la mitad de los periodos
menstruales.

Fases del Ciclo Menstrual.

El ciclo menstrual tiene cuatro fases, cada una de las cuales se caracteriza por un conjunto
de cambios hormonales, ováricos y uterinos. Debido a que la menstruación es la fase más
sencilla de identificar, es tentador llamarla primera fase; no obstante, en un sentido
biológico, en realidad es la última (aunque al numerar los días del ciclo menstrual, el día
1 se cuenta como el primer día de la menstruación porque es el día más identificable del
ciclo).

Las Hormonas y lo que Sucede en los Ovarios.

La primera fase del ciclo menstrual se denomina fase folicular (en ocasiones se le
llama fase proliferativa o fase preovulatoria). Al comienzo de esta fase, la pituitaria
segrega niveles relativamente elevados de FSH (hormona foliculoestimulante). Como lo
implica el nombre de esta hormona, su función es estimular los folículos en los ovarios.
Al principio de la fase folicular, indica a un folículo (ocasionalmente más de uno) en los
ovarios que comience a llevar a un óvulo a la etapa final de madurez. Al mismo tiempo,
el folículo segrega estrógeno.

La segunda fase del ciclo es la ovulación, que es la fase durante la cual el folículo se
rompe liberando el óvulo maduro (véase figura 6.2). Para este momento, el estrógeno se
ha elevado a un nivel alto, lo cual inhibe la producción de FSH, de modo que esta hormona
regresa a un nivel bajo. Los altos niveles de estrógeno también estimulan al hipotálamo
para que produzca GnRH, que causa que la pituitaria comience la producción de LH
(hormona luteinizante).1 Un aumento de LH causa la ovulación.

La tercera fase del ciclo se denomina fase luteínica (también llamada en ocasiones fase
secretora o fasepostovulatoria). Después de soltar un óvulo, el folículo, bajo la
estimulación de la LH, se convierte en una masa glandular de células llamada cuerpo
amarillo o cuerpo lúteo (de aquí el nombre de fase luteínica y hormona luteinizante).
El cuerpo amarillo fabrica la progesterona; por tanto, los niveles de progesterona se
elevan durante la fase luteínica. Sin embargo, los altos niveles de progesterona también
inhiben la secreción pituitaria de LH y, a medida que la LH disminuye, el cuerpo amarillo
degenera. De este modo, el producto del cuerpo amarillo conduce a su final destrucción.
Junto con esta degeneración ocurre una brusca disminución en los niveles de estrógeno y
progesterona al final de la fase luteínica.

La cuarta y última fase del ciclo es la menstruación. En un sentido fisiológico, la


menstruación es la eliminación del recubrimiento interno del útero (el endometrio), que
entonces sale por el cuello del útero y la vagina. Durante esta fase, los niveles de estrógeno
y progesterona son bajos y se elevan los niveles de FSH. La menstruación es detonada
por una disminución brusca en los niveles de estrógeno y progesterona al final de la fase
luteínica.

Duración y Tiempos del Ciclo.

En general desde 20 hasta 36 días se considera dentro del rango normal. El promedio es
aproximadamente de 28 días, pero de alguna manera se ha dado más importancia a este
número de la que merece.

Otros Cambios Cíclicos.

Es necesario mencionar otros dos procesos fisiológicos que fluctúan con el ciclo
menstrual: el ciclo del moco cervical y el ciclo de la temperatura corporal basal. El cuello
del útero contiene glándulas que segregan mucosidad a lo largo del ciclo menstrual. Una
función del moco es proteger la entrada del cuello Estas glándulas responden a los
cambios en los niveles de estrógeno durante el ciclo. A medida que aumenta el estrógeno
al inicio de un nuevo ciclo, el moco es alcalino, espeso y viscoso. Cuando comienza la
producción de LH, justo antes de la ovulación, el moco cervical cambia notablemente. Se
vuelve más alcalino, delgado y acuoso. Por ende, el ambiente para el paso del esperma es
más acogedor justo en el momento de la ovulación del útero, ayudando a mantener fuera
a las bacterias.

Opinión personal.

El desconocimiento acerca del propósito y la función real del proceso menstrual, hace
que la mayoría de las mujeres lo vean como una maldición en lugar de entender que sin
este proceso la reproducción no sería posible. Concuerdo con los estudios realizados que
indican que aproximadamente un 70 por ciento de las mujeres no saben en qué consiste
el proceso menstrual. Creo que en nuestro país se debería educar más al respecto.

3.4 ASPECTOS PSICOLÓGICOS DEL CICLO MENSTRUAL.

En particular, se supone que las mujeres están especialmente irritables y deprimidas justo
antes y durante la menstruación. En Francia, si una mujer comete un delito durante su
fase premenstrual, puede utilizar el hecho en su defensa, aduciendo “incapacidad
temporal de su sano juicio”. El término síndrome premenstrual (SPM) se utiliza para
referirse a aquellos casos en los que la mujer tiene una combinación particularmente
intensa de síntomas físicos y psicológicos antes de la menstruación; estos síntomas
pueden incluir depresión, irritabilidad, dolor de mamas y retención de líquidos. La
investigación basada en los auto informes diarios de las mujeres a lo largo del ciclo
encuentra en general estados de ánimo positivos alrededor del momento de la ovulación
(es decir, a la mitad del ciclo) y diversos síntomas, como ansiedad, irritabilidad,
depresión, fatiga y cefaleas, en el periodo premenstrual (Golub, 1992; Parlee, 1973). Sin
embargo, las fluctuaciones no son grandes en promedio. En un estudio, la puntuación
promedio de depresión de las mujeres era 6.84 alrededor de la ovulación y 9.30 en la
época premenstrual, comparada con una media de 16.03 para las pacientes psiquiátricas
que presentaban depresión.

Opinión personal.

Tal y como lo expresamos anteriormente muchas de las condiciones psicológicas


producidas por menstruación se deben específicamente a la falta de conocimiento por
parte de las mujeres sobre lo que realmente significa este proceso normal y saludable del
proceso de reproducción.
3.5 CICLOS EN EL HOMBRE.

La suposición tradicional, tanto entre los legos como entre los científicos, ha sido que los
ciclos mensuales biológicos y psicológicos son propiedad exclusiva de las mujeres y que
los hombres no experimentan ciclos mensuales. Estas suposiciones se han hecho, en parte,
porque los hombres no tienen signos obvios como la menstruación para llamar la atención
hacia el hecho de que está ocurriendo alguna clase de cambio periódico. Sin embargo, sus
niveles hormonales sí fluctúan (a lo largo del día, del mes y del año). De hecho, un estudio
no encontró diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a los cambios de estado de
ánimo de un día a otro —los hombres no eran menos volubles que las mujeres. Sin duda,
en el siguiente decenio aumentarán las investigaciones sobre el tema.

3.6 MENOPAUSIA.

El climaterio es un periodo que abarca aproximadamente entre 15 o 20 años (desde cerca


de los 45 hasta los 65 años de edad) durante el cual el cuerpo de una mujer hace la
transición de ser capaz de reproducirse a no ser capaz de hacerlo; el climaterio está
señalado en particular por una disminución en el funcionamiento de los ovarios. Pero los
cambios del climaterio ocurren también en muchos otros tejidos y sistemas del
organismo. Menopausia (el “cambio de vida” o el “cambio”) se refiere a un suceso
específico en este proceso, el cese de la menstruación; esto ocurre, en promedio, a lo largo
de un periodo de dos años desde cerca de los 50 años de edad (donde la menopausia
normal ocurre en cualquier momento entre los 40 y 60 años). En un sentido biológico, a
medida que la mujer envejece, la pituitaria continúa su producción normal

FSH y LH; no obstante, a medida que envejecen los ovarios, se vuelven menos capaces
de responder a las hormonas pituitarias. Además, el cerebro —incluyendo la unidad
hipotálamo-pituitaria— también envejece (Lamberts et al., 1997; Wise et al., 1996). Con
el envejecimiento de los ovarios, disminuye también la producción de otros dos elementos
importantes: los óvulos y las hormonas sexuales estrógeno y progesterona. Entre los
síntomas físicos de la menopausia es posible incluir “bochornos”, cefaleas y mareo.
En algunas mujeres, un efecto de amplia influencia de la disminución en los niveles de
estrógeno es la osteoporosis (huesos porosos y frágiles). Es probable que el bochorno sea
el síntoma más conocido.
Opinión personal.

Sin lugar a dudas la menopausia es un tema al que muchas mujeres le temen por los
síntomas que caracterizan esta etapa que en la mayoría de los casos indica que el proceso
de reproducción está llegando a su fin. Mientras que otras mujeres lo ven como un alivio
ante la culminación del ciclo menstrual.

Sexualidad y Menopausia.

Durante el climaterio ocurren cambios físicos en la vagina. La falta de estrógeno causa


que la vagina tenga menor acidez, lo cual conduce a mayor vulnerabilidad a las
infecciones. El estrógeno también es responsable de mantener las membranas mucosas
de las paredes vaginales. Con una disminución en el estrógeno, también se reduce la
lubricación vaginal durante la excitación y las paredes vaginales se vuelven menos
elásticas. Uno o ambos de estos efectos pueden hacer que el coito sea doloroso para la
mujer. Existen muchos remedios, incluyendo la terapia de reemplazo hormonal y el uso
de lubricantes artificiales. Por otro lado, algunas mujeres informan que el coito se vuelve
incluso mejor después la menopausia, cuando el temor al embarazo ya no las inhibe.

Opinión personal.

Si bien es cierto que a partir del inicio de la menopausia se producen cambios importantes
en la producción de las hormonas progesterona y estrógeno lo cual representa una
disminución en la lubricación vaginal así como otros síntomas que hacen más difícil la
excitación y el coito, esto no necesariamente representa que la vida sexual de la mujer
concluya. Ya que existen métodos que se pueden utilizar para compensar esas
deficiencias.

Cambios Psicológicos.

Los problemas psicológicos que se han asociado con la menopausia incluyen depresión,
irritabilidad, ansiedad y algunos síntomas cognitivos como incapacidad para concentrarse
y problemas de memoria. Lo que es más, existe un estereotipo cultural de que las mujeres
sufren del síndrome del nido vacío en su edad madura; es decir, se deprimen cuando
todos sus hijos han dejado el hogar y su papel de madre ha concluido.
¿Menopausia Masculina?

Cambios biológicos

En un sentido técnico, los hombres no experimentan una menopausia; al nunca haber


menstruado, sería imposible que dejaran de menstruar. Sin embargo, pueden
experimentar una disminución muy gradual en la producción tanto de testosterona como
de esperma en los testículos, una versión leve del proceso del climaterio en la mujer,
aunque todavía pueden producirse espermatozoides viables para los 90 años de edad.
Algunos llaman andropausia a este periodo en la vida, con referencia a la disminución
en los niveles de andrógenos (Lamberts et al., 1997). Otros prefieren el término DAVE
por disminución de andrógenos en el varón en envejecimiento (Morales et al., 2000).
Algunos expertos afirman que en algunos hombres mayores ocurre un síndrome de baja
testosterona y que los tratamientos con testosterona son benéficos, aunque este abordaje
es fuente de polémica (Tan y Culberson, 2003). Uno de los problemas físicos más
comunes entre los hombres ancianos es el aumento no canceroso del tamaño de la
glándula prostática, que se considera relacionado con los cambios en los niveles
hormonales. El agrandamiento de la próstata ocurre en 10 por ciento de los hombres para
la edad de 40 años y en 50 por ciento de los hombres que llegan a los 80 años de edad. El
agrandamiento de la próstata causa problemas urinarios; existe dificultad para iniciar la
micción de manera voluntaria, al igual que micción nocturna frecuente. En general, estos
síntomas se remedian con cirugía para retirar la parte de la glándula que oprime la uretra.
Por desgracia, las complicaciones de la cirugía incluyen eyaculación retrógrada en cerca
del 75 por ciento de los hombres y problemas de erección en 5 al 10 por ciento de los
casos (Oesterling, 1995). Por el contrario de varios mitos, el agrandamiento de la próstata
no es producido por la masturbación o la actividad sexual excesiva.
2- REALIZACIÓN DE UN ANÁLISIS CRÍTICO, ACERCA DE:
FUNCIONES SEXUALES MASCULINAS:
El aparato sexual del hombre consta de dos testículos en los que, por estímulos
hormonales, se producen los espermatozoides o células masculinas para la reproducción,
que ascienden mezclándose con el líquido segregado por la próstata y salen al exterior a
través del pene, cuando se contraen las vesículas seminales. Este líquido, producido en
los órganos genitales masculinos, se llama semen. Las células intersticiales de Leydig por
otro lado, son las encargadas de producir el andrógeno más potente –el esteroide
testosterona- bajo el estímulo de la ICSH (o LH). La testosterona tiene un efecto
diferenciador de los genitales en la etapa fetal y es responsable de los caracteres sexuales
secundarios en la pubertad. Estimula el crecimiento linear, es anabólica, aumenta la
lívido, produce voz gruesa y una conducta más agresiva. Estimula además el crecimiento
de los órganos sexuales accesorios como la próstata y las vesículas seminales.

FUNCIÓN SEXUAL FEMENINA.


Durante la edad reproductiva de la mujer (años en los que puede procrear), los ovarios se
turnan cada mes en la producción de un óvulo maduro. Cuando el óvulo es liberado, éste
viaja a través de un conducto (la trompa de Falopio) hacia el útero. Una mujer puede
quedar embarazada (naturalmente) solamente si un espermatozoide viaja a través de la
abertura en la parte inferior de su útero (cuello uterino) para unirse al óvulo. El cuello
uterino es el pasaje para que el esperma ingrese al cuerpo de la mujer, así como para que
el bebé salga del cuerpo de la madre al nacer. Un óvulo permanece en estado fértil solo
durante dos días aproximadamente. Si una mujer no queda embarazada en ese momento,
el resultando en el flujo menstrual. En caso de que quede embarazada, el revestimiento
permanece en su lugar para alimentar al bebé en crecimiento (feto). Las hormonas
controlan estos ciclos periódicos que el cuerpo maduro de una mujer experimenta cada
mes.

EL PAPEL DE LOS SENTIDOS EN LA EXCITACIÓN SEXUAL


RELACIONADA A LA RESPUESTA SEXUAL Y EL CEREBRO.
La excitación sexual es una de las fases de la respuesta sexual humana. Esta comienza
con el deseo, sigue con la excitación, continúa con un periodo de meseta, sigue con el
orgasmo y termina con el periodo de resolución. Durante la excitación se producen una
serie de cambios anatómicos y fisiológicos, tanto en el hombre, como en la mujer. En el
hombre: se produce la erección del pene. Esta puede sufrir variaciones durante la
respuesta sexual, debido a los cambios de estimulación. El escroto se engrosa y los
testículos aumentan de tamaño y se elevan. En la mujer: se produce la lubricación
vaginal. El clítoris se erecta y los labios mayores se abren. Los dos tercios internos de la
vagina se dilatan. El útero se dilata y se eleva. Las paredes vaginales se engrosan y se
vuelven de un color más oscuro. Los pechos se hacen más grandes. En ambos sexos: los
pezones se erecta, debido a la estimulación directa. Aumenta la presión sanguínea, la
frecuencia cardíaca y la miotonía (tensión muscular).

El gusto
El gusto es el sentido que juega un papel menor en la excitación sexual. Muchas personas
pueden excitarse con el sabor de las secreciones vaginales o el fluido seminal, pero no
está del todo claro si estas secreciones están mezcladas con otras sustancias químicas que
puedan tener efectos sobre la excitación. Utilizar alimentos sobre algunas partes del
cuerpo puede contribuir a una mayor excitación para algunas personas. Comer frutas
sobre el cuerpo, untarlo de cremas comestibles o utilizar lubricantes y cremas con sabores,
puede producir sensaciones diferentes y muy placenteras. No obstante, de forma más
indirecta, el gusto de alguna comida o bebida (por ejemplo, un buen vino) puede asociarse
al placer de la relación sexual.

El olfato
El olfato puede excitar o inhibir la respuesta sexual. En nuestra cultura, preferimos que
nuestros amantes estén aseados y que huelan bien. Para ello, existen numerosos productos
cosméticos, como desodorantes, colonias, perfumes y geles, con el fin de enmascarar el
olor corporal. Un buen perfume puede hacer aumentar la excitación sexual, haciendo el
cuerpo mucho más deseable. La falta de higiene, produce el efecto contrario en la mayoría
de personas, pudiendo inhibir el deseo previo. En otras culturas el olor de los genitales y
las axilas es considerado como afrodisíaco. Las secreciones de las axilas contienen
esteroides que funcionan como feromonas (compuestos químicos segregados por
organismos vivos, que provocan determinadas respuestas en el comportamiento, la
reproducción o desarrollo de otros miembros de la misma especie). Por lo tanto, son
compuestos químicos, sin olor, que pueden afectar al comportamiento sexual de forma
inconsciente.
Diversos estudios han mostrado una mayor atracción sexual a través de las feromonas.
Muchas empresas cosméticas comercializan perfumes a base de feromonas, con el
propósito de “volverse irresistible” para el sexo opuesto.

La vista:
Probablemente sea el sentido que más influencia tiene en la excitación sexual, debido a
la rapidez con la que se produce esta, al ver imágenes que nos resultan eróticas. Muchas
revistas masculinas y femeninas están llenas de cuerpos atractivos. La mayor parte de la
publicidad se hace en base a alguna imagen erótica. La ropa, los complementos, la forma
de nuestro cuerpo, el color del cabello, el color de la piel, influyen de forma notable en el
atractivo sexual. También nos gusta ver a nuestra pareja con ropa atractiva, en ropa
interior, desnudándose o desnuda; pero nos gusta mirarla. Imágenes eróticas o
pornográficas pueden producir una excitación sexual de forma rápida. A muchas parejas
les gusta mirarse en un espejo mientras tienen relaciones sexuales, o se graban en video.
La vista es el sentido que más influencia tiene en el deseo, que es la fase previa a la
excitación sexual.

El tacto:
El tacto es el sentido que produce efectos más directos en la excitación. Nuestra piel nos
permite sentir el dolor, la temperatura y la presión. Un buen masaje en diversas zonas del
cuerpo (espalda, cabeza, pies…) puede ser sexualmente estimulante. Los besos,
las caricias, los abrazos y demás manifestaciones que incluyen el contacto cuerpo a
cuerpo, producen fuentes inagotables de placer. Todo nuestro cuerpo es susceptible de
producir sensaciones eróticas. Algunas partes son especialmente sensibles a este tipo de
estimulación, como son las zonas erógenas. Estas áreas de nuestra piel contienen un gran
número de terminaciones nerviosas. Las zonas erógenas principales incluyen los
genitales, el ano, los pechos (sobre todo los pezones), los labios, la lengua y el cuello.
También existen las zonas erógenas secundarias, que son aquellas partes del cuerpo que
se vuelven eróticamente sensibles a través de la experiencia

El oído:
El oído también tiene mucha influencia en la excitación sexual. Los sonidos pueden
aumentar o inhibir la respuesta. Normalmente, los sonidos que provienen de la pareja, ya
sean susurros, indicaciones de placer o gemidos, producen un aumento notable de la
excitación en la pareja. El lenguaje “sucio” (hablar palabras mal sonantes o utilizar
lenguaje vulgar), puede gustar a muchas personas, en cambio, otras pueden encontrarlo
ofensivo. La música genera los mismos efectos. Ciertas melodías o canciones producirán
efectos eróticos en algunas personas, mientras que otras melodías inhibirán por completo
la respuesta sexual.

La respuesta sexual de hombres y mujeres puede cambiar por cuestiones emocionales.

En términos generales, la curva de la respuesta sexual humana contemporánea tiene seis


fases: deseo, excitación, meseta, orgasmo, resolución y periodo refractario.

La respuesta sexual de hombres y mujeres durante cada fase varía, en parte por su
anatomía, fisiología y cerebro sexual, pero también por influencia de la cultura.

1.- DESEO: Ansiedad grata por experimentar placer. Este fenómeno subjetivo es
fisiológicamente idéntico en hombres y mujeres, aunque nuestra cultura lo reprime en
las mujeres.

2.- REFRACTACIOÌN: Es una fase de no respuesta, sin importar lo variado e intenso que
sea un posterior estimulo sexual. En los hombres el proceso es fisiológico, tras la
eyaculación, actúan varias hormonas, entre ellas la prostaglandina, que impiden al varón
responder a un nuevo estímulo erótico. Puede durar desde minutos hasta varias horas. En
las mujeres este periodo es más emocional, y más breve. Pronto están listas para un nuevo
encuentro sexual.

3.- RESOLUCIOÌ•N: El organismo vuelve a su estado anterior a la excitación para entrar


a la última fase. No hay diferencias notables entre varones y mujeres.

4.- ORGASMO: Se caracteriza por contracciones involuntarias de la zona pélvica.


Ambos sexos tienen igual capacidad física para sentir esta experiencia subjetiva.

5.- MESETA: Este periodo es más corto en los hombres, puede originar eyaculación
precoz, y puede o no incluir orgasmo. Se asocia con la ansiedad y según una teoría podría
ser un vestigio biológico que tiene que ver con fecundar lo antes posible para reproducir
la especie. Las mujeres tienen una meseta más prolongada, lo que requiere más tiempo y
estímulo.

6.- EXCITACIOÌ•N: En ambos sexos se produce por la, vaso congestión del área
pélvica. En los hombres se registra como erección peniana y en las mujeres como
lubricación vaginal
BIBLIOGRAFÍA
Shibley Janet y Delamater Hyde John D. (2006). Sexualidad Humana. México: Mc
Graw Hill.
https://criscancer.org/es/sobre-el-cancer/tipos-de-cancer/cancer-del-sistema-
reproductor-masculino/
https://ntsa.wordpress.com/tratamientos-alternativos/canceres-del-aparato-reproductor-
femenino/
http://www.clevelandclinic.org/health/shic/html/s4637.asp?index=4637
https://www.clinicamagnasalud.es/articulos/ginecologia/como-hacerse-autoexamen-de-
mama-en-5-pasos/

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