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Abstract: El presente texto aborda por un lado la relación de los habitantes del Fundo el Rebaño y
el fundo el Carmen de Quilpué con la conservación de una extensión territorial que expresa las
características de paisaje cultural. Por otro, se interroga si dicha relación ha sido significativa en la
modelación y conservación de dicho paisaje en el tiempo, y esta relación pueda fortalecer la gestión
del paisaje a través de la transferencia patrimonial.
Definición
El paisaje cultural como concepto de valoración patrimonial ha ido tomando fuerza a nivel
mundial al menos desde los 80s (Silva Pérez, 2015, pág. 5) y desde los 90s en Latinoamérica.
Podemos definir este paisaje desde múltiples perspectivas, una definición común es la de
ser una extensión territorial que conjuga una multiplicidad de elementos culturales
(tangibles e intangibles) que en su conjunto generan una unidad de sentido identitario
común al habitante; y cuya unidad de sentido se define en un marco territorial específico.
El interés de la ecología, la arqueología, la antropología y la historia local en el territorio
habitado confluyen junto a un paisaje determinado por la acción humana (trabajo) y su
imaginario, lo que podemos definir como paisaje cultural (Gastó, Vieli, & Vera, 2006).
Cabe resaltar además que esta relación excede los vínculos de propiedad individual sobre
un territorio, sino que se extiende en el dominio de habitar, interpretar, imaginar y utilizar
el territorio tanto individual como colectivamente. En el caso del territorio en estudio, se
desconoce el carácter de dicha relación aun cuando se presentan evidencias de múltiples
elementos del paisaje cultural que podemos considerar representativos (Silva Pérez, 2015),
que no han sido vinculados con las comunidades que los conserva, pero si son reconocidos
tanto por la institucionalidad como por sus habitantes.
En miras a la gestión
Esta amplitud conceptual sobre el patrimonio, parece generar una valoración compleja a
veces difusa en sus potencialidades de gestión. En ese sentido la pregunta es, ¿cómo puede
gestionarse un paisaje cultural no reconocido? Unesco señala algunos lineamientos posibles
(Silva Pérez, 2015). En primer lugar delimitar y ordenar el territorio que se identifica con las
cualidades patrimoniales descritas con anterioridad (Silva Pérez, 2015). Por otro lado las
exigencias en la gestión demandan un modelo que se sustente en el tiempo y que además
potencie el concepto del paisaje cultural para el desarrollo de toda la comunidad. Uno de
los problemas en ese sentido es que las comunidades que habitan estos territorios los
abandonan por la falta de desarrollo económico del mismo, es por esto que las acciones de
gestión deben apunar al fortalecimiento de una economía basada en las prácticas
geoecoantrópicas de los habitantes que han sustentado dicho paisaje y que se vinculan a
su vez un territorio más amplio que los contiene (glocal).
Bibliografía
AECID, A. E. (2011). Paisajes culturales: Comprensión y gestión.
Dra. María Teresa Devia. (2003). ¿Educación Patrimonial o Patrimonio para la Educación? .
Gastó, J., Vieli, L., & Vera, L. (2006). De la Silva al Ager. (28).
Silva Pérez, R. &. (2015). Los paisajes culturales de Unesco desde la perspectiva de América Latina
y el Caribe. Conceptualizaciones, situaciones y potencialidades. Revista INVI, , 30(85), 181-
212.