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Proceso De Constitucionalizacion
La Constitución es la ley superior del Estado y tiene supremacía frente a otras
leyes. Esto implica no hablar del proceso o fenómeno de Constitucionalización del
Derecho Administrativo, sino de la subordinación del Derecho Administrativo a la
Constitución, pues como se estableció anteriormente, el Derecho Administrativo, al
igual que otras ramas de las ciencias jurídicas, una de sus características es la
subordinación y precisamente a la Constitución.
Una prescripción de la razón, en orden al bien común, promulgada por aquel que
tiene el cuidado de la comunidad. Para el Derecho Administrativo, la ley es la
fuente más importante desde el punto de vista de la competencia administrativa,
pues sólo la ley puede otorgarla a los órganos administrativos. Pero aún dentro de
la legislación escrita de un Estado, los preceptos legales emanan de órganos
distintos, se adoptan por procedimientos diversos y tienen diferentes alcances. Por
consiguientes, no es posible considerar que ha de llamarse ley a todo el Derecho
Escrito, por ejemplo el Reglamento. En el Derecho Administrativo la norma jurídica
reviste forma y matices variados. Los preceptos a veces emanan del Organo
Legislativo y otras de la propia Administración, aunque en este caso no creando
situaciones de Derecho u otorgando competencia administrativa. En ocasiones,
estos últimos tienen carácter general o bien deciden sobre situaciones
particulares.
En sentido formal: La aplicación del criterio formal nos conduce a concebir la ley
como todo acto emanado del Poder Legislativo.
En resumen podremos decir, con Garrido Falla que concilia ambos criterios que “la
ley como fuente de derecho es el resultado de una combinación de los puntos de
vista formal y material”.
Clasificaciones
Desde el punto de vista jurídico, la Constitución puede ser comprendida en dos
sentidos: uno material y otro formal. Para el concepto material se considera su
contenido y entonces se concibe a la Constitución como el conjunto de reglas
esenciales, básicas, que determinan la organización y la actividad del Estado.
Tradicionalmente la técnica jurídica ha recomendado que las constituciones deben
ser breves o sumarias: contener las cuestiones básicas y generales, dejando los
detalles para la legislación ordinaria, mediante la expedición de leyes orgánicas.
Además, las cuestiones de detalle cambian prontamente sin que sea posible
reformar la Constitución cada vez que esto suceda, por el grado de rigidez que
posee.
Pero quizá el mayor argumento –en mi criterio- sea el de no dejar a la voluntad del
legislador ordinario, cuando elabore la ley respectiva, aquellas cuestiones que el
legislador constituyente ha considerado como importantes; en tales casos, para
evitar la tergiversación, se prefiere desarrollar las normas constitucionales dentro
de la orientación y el sentido dados por el constituyente.
Cuando nos referimos a las normas jurídicas dijimos que son preceptos coactivos
emanados de autoridad competente, o sea de los órganos legislativos y por el
procedimiento previsto en la Constitución Nacional, con carácter general.
Como característica las leyes tienen la virtud de aplicarse a todos, son generales,
y no para individuos y casos particulares. Sin embargo hay ocasiones en que esto
ocurre, por ejemplo cuando se otorga una pensión, o se ordena la erección de un
monumento o se aprueba el presupuesto de la administración pública, o se
autoriza al Estado a contraer un préstamo. A estas leyes se las llama leyes, pero
solo en sentido formal, que no son verdaderas fuentes de derecho.
Lo que les da el carácter de leyes en sentido “formal” es que han sido dictadas de
acuerdo a las formas constitucionalmente previstas, por eso ciertos autores como
Hänel también dicen que se trata de leyes, aunque la mayoría de la doctrina no lo
admite.
Tampoco para este sector de la doctrina serían leyes propiamente dichas pues no
reúnen el carácter de obligatoriedad coercitiva como los caos expuestos o la que
declare a una persona ciudadano ilustre, o las que expresan la satisfacción por
alguna obra. Tampoco en estos casos las normas jurídicas rigen para el futuro,
pues acaban con el fin específico que se propusieron cumplir.
Las leyes en sentido material son la Constitución Nacional, aunque no emane del
Poder Legislativo, y las provinciales, las leyes provinciales o nacionales
identificadas con un número, pero que tengan alcance general, por ejemplo la Ley
de Contrato de Trabajo, la Ley de Divorcio, la Ley de Sociedades, etcétera.
También serían leyes en sentido material, aunque no firmal pues no emanan del
Poder Legislativo pero son generales y coercitivas, los decretos y las ordenanzas
de las municipalidades.
Cualquier funcionario dispone de las tasas que aplica por los servicios que
gestiona, y viola el principio de igualdad tributaria prestando servicios
diferenciados por medio de procedimientos dominados VIP
El hecho de que los impuestos constituyan una manifestación del poder que
representan los ciudadanos, que se exterioriza por medio de la ley, es sólo un
aspecto formal del principio de legalidad de los tributos. Lo que puede conllevar
que en el Tribunal Constitucional establezca como no conforme con la
Constitución de la República cualquier disposición de hecho destinada a crear
tributos o cargas económicas a cargo los ciudadanos, sin que medie la ley.
EGRAFIA
https://estuderecho.wordpress.com/tag/aspectos-formal-y-material-de-la-ley/
http://hernansalgadopesantes.com/index.php?option=com_content&view=article&i
d=33:concepto-material-y-formal-de-la-constitucion&catid=2:articulos&Itemid=3