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DERECHO CONSTITUCIONAL CHILENO

Capitulo Primero

SUMARIO: I. La Constitución Política; II. El Poder Constituyente; III. El Derecho


Constitucional; IV. Las Fuentes del Derecho Constitucional; V. La Interpretación
Constitucional; VI. La Constitución de 1980.

I. La Constitución Política

(Acepciones de la palabra Constitución - Concepto Jurídico – Clasificaciones –


Naturaleza de la Constitución – Constitución Material y Constitución Formal)

A) Acepciones de la palabra “constitución”


La palabra o vocablo “Constitución” puede entenderse desde
diferentes sentidos, a saber, como estructura de algo, como limitación al poder o
como cuerpo normativo.
La Constitución como Estructura. En este caso, la palabra
“Constitución” alude a una determinada forma de ser de algo. De esta manera,
este término también se utiliza cuando se dice que una persona tiene tal o cual
constitución, o sea, si es de tal o cual estructura física (es alto o bajo, delgado o
grueso, etc.) En lo político, se puede entender que la Constitución de un Estado
alude a su forma de ser, a su estructura, a cómo es, y no cómo debe ser. Así se
puede entender algunas de las acepciones que nos entrega, la misma Real
Academia cuando dice que por Constitución debe entenderse: “La Esencia y
calidades de una cosa que la constituyen como es y la diferencian de las demás”,
o “La Forma o sistema de gobierno que tiene cada Estado”.
La Constitución como Limitación al Poder. Aquí la palabra
Constitución se utiliza según el significado inicial de los primeros textos
constitucionales, como la Carta Magna, los cuales fueron concebidos en su origen,
como documentos que buscaban obtener una limitación al ejercicio del poder del
soberano, por medio de los cuales éste se comprometía a respetar determinados
derechos y a resguardar.
La Constitución como Cuerpo Normativo. En este caso, el término
Constitución se utiliza para nombrar al documento que contiene las normas
fundamentales que regulan los aspectos más relevantes de la convivencia política.
Será éste el sentido que utilizaremos para estos efectos.

B) Concepto Jurídico de Constitución.


De las tres formas de aproximarse a lo que es la Constitución,
nosotros utilizaremos fundamentalmente el tercero, esto es, como cuerpo
normativo, para lo cual debemos entregar un concepto jurídico de Constitución.
Para estos efectos, vamos a entender por ella, lo siguiente: “Es la
Norma Fundamental del Ordenamiento Jurídico Interno, y que establece la
regulación básica del Estado, y que garantiza los derechos fundamentales
de la persona humana”.
A partir del concepto antes señalado, debemos señalar que los
principales elementos del mismo son los siguientes:
1.- La Constitución es una Norma Jurídica.
Como tal, trata de un conjunto de preceptos que poseen carácter
obligatorio, vale decir, vinculante.
Esta característica, desde ya se aprecia en lo que dispone el artículo
6º de nuestra Constitución Política de la República (C.P.R.), el que establece el
“carácter vinculante” que tiene este cuerpo normativo.
Como toda otra norma jurídica, su contenido no constituye meras
“recomendaciones” sino que impone deberes directos a los sujetos privados y
públicos, que deberán ser obedecidos por todos los habitantes del Estado.
Por lo mismo, cuando una norma jurídica no se ajusta a lo dispuesto en la Carta
Fundamental, tiene un vicio de inconstitucionalidad y no debiera aplicarse, para lo
cual, los órganos competentes deberán realizar el examen específico que el
ordenamiento jurídico les encomienda. Así también la persona o autoridad que no
ajuste su actuar a lo dispuesto en la Constitución, deberá asumir las
responsabilidades y sanciones que correspondan.

2.- La Constitución es la Norma Fundamental del Ordenamiento Jurídico Interno.


Esto quiere decir que la Constitución Política, dentro de la Jerarquía
Normativa Interna de un Estado, ocupa la posición más alta, y que debe ser
respetada por todos los demás creadores de normas jurídicas.
En este sentido, las demás normas jurídicas dictadas por los órganos
del Estado deberán someterse en su contenido y procedimientos con lo que
establezca la Constitución Política.
Este principio, denominado “supremacía constitucional” se encuentra
consagrado en los arts. 6º y 7º de la C.P.R. , y en el fondo, consiste en reconocer
que no existe, a nivel interno, otra norma de mayor rango normativo que la
Constitución.
Se recalca la idea que esta supremacía sólo opera “a nivel interno”,
ya que no afecta a normas de carácter internacional, las que representan un
ordenamiento “paralelo”, que deben ser acatadas por los Estados bajo todo
respecto, y que en ningún caso pueden ser dejadas de obedecer por éstos bajo el
pretexto de ser las normas de un tratado, incompatibles con su derecho interno.
Esta última idea se expresa aun con mayor énfasis en lo relativo a
los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana, reconocidos por
los Tratados Internacionales suscritos por Chile y que se encuentren vigentes, ya
que ellos son un límite al ejercicio de la soberanía nacional, y que por lo tanto,
deben ser respetados aun contra lo dispuesto por normas internas de cualquier
jerarquía (art. 5º inciso 2º C.P.R.).
Pero además, la Constitución no sólo es la norma fundamental del
ordenamiento jurídico, sino que además es la norma, como diría Kelsen, fundante.
Vale decir, es la norma a partir de la cual se construye todo el ordenamiento
jurídico. La validez de toda norma, dice Kelsen, depende de si ha sido dictada en
conformidad a otra norma, la cual a su vez, ha de ser de superior jerarquía. De
esta manera, cada norma jurídica se “sostiene” sobre otra, que le da validez. La
relación entre una y otra es de jerarquía, siendo de mayor jerarquía aquella a partir
de la cual, puede dictarse la otra. Así las cosas, en un plano positivo, la norma
fundante final ha de ser la Constitución. Por ello, que los órganos del Estado
resultan obligados no sólo por la Constitución, sino también “por las normas
dictadas conforme a ella” (art. 7° CPR).

C) Las materias que regula la Constitución Política.


Son dos las grandes materias que regula la Constitución Política:
1.- La organización principal del Estado. Vale decir, establece las bases esenciales
de la institucionalidad, el sistema político que adoptará el país, señalará cuáles
son los poderes del Estado y cuáles los órganos que ejercen cada uno de ellos,
regulará las funciones de los mismos, así como las de otros organismos públicos.
2.- Garantiza los derechos fundamentales de las personas. La Constitución no
crea los derechos fundamentales, sino sólo los protege. Bajo la concepción
iusnaturalista que gobierna nuestro ordenamiento jurídico, los derechos
fundamentales los poseen las personas por el solo hecho de ser un individuo de la
especie humana. Por lo mismo, las Constituciones no generan derechos sino solo
los pueden proteger o garantizar.

D) Clasificaciones de Constitución.
Las Constituciones del Mundo pueden clasificarse según diferentes
criterios, a saber:
1.- Según su Materialidad.
Las Constituciones pueden ser escritas o no escritas.
a) Constituciones Escritas son aquellas que se expresan materialmente en uno o
más documentos del más alto nivel jerárquico. Son Constituciones escritas
prácticamente la totalidad de las Cartas Fundamentales del Globo, salvo la
inglesa. La estructura básica de las Constituciones Escritas es la siguiente:
a.1.- Muchas de ellas, se inician con un Preámbulo, que es una especie de
declaración de principios que realizan ellas. El Preámbulo, es una sección que no
está compuesta de artículos, pero es fundamental para poder conocer la
orientación de la Constitución, y además, para efectos de una correcta
interpretación de la misma.
a.2- Luego, continúa con la parte Dogmática, que ya está compuesto por normas
formales (artículos) donde se establecen los principios básicos sobre los cuales se
va a estructurar el Estado, pero además se consagran los derechos que se
protegerán constitucionalmente.
a.3- A continuación, sigue la parte Orgánica, que corresponde a las normas que
regulan los órganos principales del Estado. Se establecen los poderes o funciones
del Estado y los órganos o instituciones que los van a ejercer, indicándose además
cuáles van a ser las funciones y competencias de cada uno, dentro de ellas, los
medios de acción recíproca entre éstos.
a.4- Finalmente, por regla general, se incluyen normas relativas a la Reforma
Constitucional, o sea, se establecen los órganos y el procedimiento mediante el
cual puede modificarse la Carta Fundamental.

b) Constituciones No Escritas.
Son aquellas que no se expresan materialmente en documentos, sino que se
basan fundamentalmente es Costumbres, en tradiciones no escritas pero que la
población asume que son jurídicamente obligatorias. En atención a que las
Constituciones se sustentan en la Costumbre, se dice que se trata de
Constituciones Consuetudinarias.

c) La Constitución chilena se ajusta a un modelo de Constitución Escrita, y tiene


una estructura similar a la descrita. Revisemos la estructura básica de nuestro
Código Político:
c.1.- Lo primero que debiéramos indicar es que nuestra Constitución no cuenta
con Preámbulo, sino que se inicia inmediatamente con el articulado.
c.2.- La parte dogmática está compuesta por los tres primeros Capítulos:
c.2.1. El Capítulo I (“Bases de la Institucionalidad”) instaura los principios
fundamentales sobre los cuales se estructura el Estado, a saber:
i.- El principio que todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y
derechos.
ii.- La familia es el núcleo de la sociedad.
iii.- El principio de subsidiariedad.
iv.- Los emblemas nacionales como elementos distintivos de la identidad y unidad
nacional.
v.- La Forma de Estado.
vi.- La Forma de Gobierno.
vii.- El principio de soberanía nacional y de ejercicio de la misma por parte del
pueblo.
viii.- El principio de la soberanía limitada por el respeto a los derechos
fundamentales.
ix.- El Estado de Derecho y sus elementos principales: supremacía constitucional,
juridicidad y responsabilidad.
x.- El principio de probidad.
xi.- El principio de publicidad y transparencia.
xii.- El principio que el Terrorismo es por esencia contrario a los Derechos
Humanos.
c.2.2.- El Capítulo II (“Nacionalidad y Ciudadanía”) el que establece quiénes tienen
nacionalidad chilena y cómo se puede perder. También establece quiénes son
chilenos, cómo se suspende el derecho a sufragio y como se pierde la ciudadanía
chilena. También se establece la acción de reclamación por pérdida o
desconocimiento de la nacionalidad ante la Corte Suprema por actos de los
órganos administrativos.
c.2.3.- El Capítulo III (“Derechos y Deberes Constitucionales”) destaca por lo
establecido en el art. 19, el cual fija un listado de 26 numerales donde se
garantizan una serie de derechos fundamentales. También se establecen las
acciones constitucionales de protección de derechos, como son la acción de
protección y la acción de amparo; y se fijan determinados deberes para las
personas y para los grupos intermedios.
c.3.- La parte orgánica, en tanto, se refiere a la regulación de una serie de
instituciones, a saber: Presidente de la República, Congreso Nacional, Poder
Judicial, Ministerio Público, Tribunal Constitucional, Tribunales Electorales,
Contraloría General, Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad, Consejo de
Seguridad Nacional, Banco Central, y los órganos integrantes del Gobierno y
Administración Interior (Intendencias, Gobiernos Regionales, Gobernaciones,
Municipalidades). Con ello, se fijan las competencias básicas de cada órgano y se
regulan los medios de acción recíproca.
c.4.- Finalmente, la Constitución chilena contempla un procedimiento para
reformar a la propia Carta Fundamental. Este procedimiento se ajusta al
procedimiento de formación de ley, pero con algunas diferencias relevantes.

2.- Según su Extensión.


Las Constituciones pueden ser restrictivas o extensas.
a) Constituciones Restrictivas: Son aquellas Cartas breves, que contienen
únicamente el esquema general de la organización de los poderes del Estado.
b) Constituciones Extensas: Son aquellas en las que se desarrollan otro tipo de
normas, incluyendo algunas que en rigor se extienden a materias que no son
propiamente constitucionales.

3.- Según las formalidades para su modificación.


Las Constituciones pueden ser:
a) Constituciones Rígidas: Son aquellas que no pueden ser modificadas, o bien
que pueden ser modificadas pero con un procedimiento más complejo que el
establecido para la simple formación de una ley. Desde ese punto de vista, las
constituciones rígidas pueden ser, a su vez, pétreas (si no permiten su
modificación) o semi-rígidas (permiten su modificación pero con un procedimiento
más complejo).
b) Constituciones Flexibles: Son aquellas que pueden ser modificadas de acuerdo
al procedimiento normal de formación o creación de una ley, sin formalidades
mayores.
4.- Según su Contenido.
a) Constituciones Utilitarias. Están integradas por normas que regulan
básicamente la actividad de los órganos estatales, sin alusión a principios ni a
derechos fundamentales.
b) Constituciones Ideológico- Pragmáticas. Son aquellas donde se contienen tanto
normas relativas a los órganos estatales, como también normas que incluyen
principios y derechos fundamentales.

E.- Naturaleza de la Constitución.

Las Constituciones Políticas tienen una característica muy especial y


que representa una suerte de tridimensionalidad de las mismas, por cuanto se
trata de documentos que tienen una función jurídica, política y cultural.

1.- La Constitución es un texto Jurídico.


La Constitución es, por esencia, un conjunto de normas jurídicas, y de la más alta
jerarquía dentro del ordenamiento jurídico interno. Por ese motivo, la Constitución
es obligatoria (principio de su fuerza vinculante), y además, todas las demás
normas deberán ajustarse a ella (principio de la supremacía constitucional).

2.- La Constitución es un texto Político.


José Luis Cea lo dice correctamente: “La Constitución es el más jurídico de los
textos políticos y el más político de los textos jurídicos”. Esto por cuanto, la
Constitución establece los principios básicos del modelo político de un Estado,
consagra los poderes del Estado, los órganos que los ejercerán, y los principios
fundamentales de organización del mismo.

3.- La Constitución es un texto Cultural.


La Constitución, finalmente, es o –al menos- debe ser reflejo del sentimiento y de
las tradiciones de un pueblo. Debe expresar las visiones y la historia de una
nación, y debe ser fiel a ella. Por ese motivo, por ejemplo, no es fácil intentar
imponer un modelo monárquico a un país que siempre se ha amoldado a una
república, o un parlamentarismo a quienes siempre han utilizado un régimen
presidencial, o un sistema federal a Estados que tradicionalmente han sido
unitarios.

F.- Constitución Material y Formal.

Se acostumbra a utilizar en la Doctrina, los conceptos de “Constitución Material” y


“Constitución Formal”.
Ambos fenómenos aluden a lo que el profesor Alejandro Silva
Bascuñán llama, en su conjunto “lo constitucional”. Según este autor, “lo
constitucional material” responde a lo que es realmente fundamental, o sea, los
aspectos trascendentales, los atinentes al sistema del Estado, al régimen de
gobierno y a las libertades cívicas. En tanto, “lo constitucional formal” se refiere a
todo lo que se contiene en el cuerpo positivo fundamental, es decir, lo que
teóricamente o no, se inserta en el documento o documentos solemnes que lo
integran.
De esta forma, podemos señalar que:
a.- La Constitución Material es aquel “conjunto de normas que regulan los
aspectos esenciales de la organización del Estado y los derechos fundamentales
de la persona humana”. En este sentido, por ejemplo, nuestra Constitución
Material vendría a ser un verdadero complejo normativo, dentro del cual ubicamos
a la Constitución Política propiamente tal, pero que también estaría integrado por
otras categorías de normas, como aquellas que regulan el funcionamiento de los
órganos del Estado (ej: Ley Orgánica Constitucional del Congreso nacional, o de
Bases Generales de la Administración del Estado, o el Código Orgánico de
Tribunales, etc.), y los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos.
b.- La Constitución Formal, en cambio, es aquel “documento específico al cual los
Estados denominan Constitución Política y que se caracteriza por ser un cuerpo
normativo único de la más alta jerarquía normativa a nivel interno”. Así, nuestra
Constitución Formal estaría representada por el Texto de la Constitución Política
de 1980, nuestra Carta Fundamental, incluso en aquellos pasajes que en rigor no
signifiquen la regulación de aspectos trascendentales o verdaderamente
relevantes para la organización del país.

II. Poder o Función Constituyente.

(Concepto - Clasificación)

A) Concepto.

La función constituyente es aquella función del Estado que le corresponde la


creación (o generación) de la Constitución Política, o bien su modificación
(reforma).
Tradicionalmente, se habla del Poder Constituyente, sin embargo, de acuerdo a lo
que ya señalamos en la teoría del gobierno, no es correcto hablar de Poderes (en
plural) dentro del Estado, ya que el poder político es uno solo el cual se ejerce,
dividido en diferentes funciones.
A su vez, la función constituyente se clasifica en función
constituyente originaria y derivada.

B.- Clasificación.

La función constituyente se clasifica en originaria y derivada.

1.- Función constituyente originaria.


Es aquella encargada de generar o crear una Constitución Política.
Dentro de un sistema democrático, la función constituyente originaria
recae en el Pueblo.
La función constituyente originaria no está definida ni regulada en la
Constitución, por lo que no tiene sustento constitucional, y ello por motivos muy
razonables. Esta función se ejerce normalmente luego de revoluciones, golpes de
estado, o sea, crisis constitucionales que no pueden estar reguladas a priori, sino
que aparecen tácticamente en la historia de un pueblo.
La Función Constituyente, sin embargo, no es ilimitada, sino que
debe obedecer a ciertos límites. Así, por ejemplo, destacamos los siguientes:
a) Debe respetar el marco de su función, o sea, dictar normas de contenido
constitucional, y no de otra jerarquía inferior: debe limitarse a normas referidas a la
organización básica de un Estado y a los derechos fundamentales. Todo lo demás
será regulado por ley o a través de reglamentos del ejecutivo.
b) Debe respetar los Derechos Fundamentales, especialmente en su sentido
objetivo, o sea, como un índice que permite medir la legitimidad de un Estado o de
su gobierno, o, como en este caso, del ejercicio de una función pública.
c) Debe ser fiel a la tradición cultural del pueblo, de modo de no imponer un
modelo que no se ajuste a la historia o al sentir del mismo.

2.- Función constituyente derivada.


Es aquella encargada de modificar o reformar la Constitución
Política. A diferencia de la anterior, el ejercicio de esta función sí está regulado en
las Cartas Fundamentales.
Normalmente esta función recae en los órganos co-legisladores
(Parlamento y Ejecutivo).
La función constituyente derivada está sometida a los límites que la
originaria, pero debe agregarse un cuarto límite, como es el respeto de las normas
relativas a los órganos competentes y procedimientos fijados en la propia
Constitución para proceder a la reforma. No es posible modificar la Carta
Fundamental si no se respetan esas normas pre establecidas.
Dentro de las reformas de la Constitución, se pueden distinguir:
a) Reformas de adición: se agrega una norma nueva a la Constitución.
b) Reformas de enmienda: se sustituye una norma constitucional por otra.
c) Reformas derogatorias: se elimina una norma constitucional de la Carta
Fundamental.
Finalmente, es interesante distinguir las reformas constitucionales de
las mutaciones constitucionales. Mientras las reformas producen una modificación
del texto constitucional, las mutaciones provocan un cambio en el sentido de la
norma, derivadas de un cambio en su interpretación o en el contexto dentro del
cual ella se aplica.

III. El Derecho Constitucional.

(Concepto de Derecho Constitucional – Evolución del Constitucionalismo)

A) Concepto de Derecho Constitucional.

El Derecho Constitucional es una disciplina jurídica que pertenece al


área del Derecho Público Interno, vale decir a aquella “parte del derecho que
regula las relaciones jurídicas existentes entre el Estado y los particulares”. Pero
también es una rama de las ciencias jurídicas que estudia a la Constitución
Política desde diversos prismas.
Respecto del objeto de estudio del Derecho Constitucional, existen
dos alternativas posibles: una de carácter restringido y otra de carácter amplio.
El objeto del Derecho Constitucional, en sentido restringido, está
representado por el exclusivo estudio de la norma Fundamental (Constitución
Política). Desde este punto de vista, esta rama del derecho sólo se avocaría al
análisis del texto constitucional propiamente tal (“Constitución Formal”),
interpretándolo y aplicándolo con prescindencia de cualquier otra norma.
El objeto del Derecho Constitucional, en sentido amplio, está
constituido, en cambio, por el conjunto de Normas Jurídicas que regulan las
materias señaladas anteriormente: la organización básica del Estado, y los
Derechos Fundamentales de la Persona Humana. En este sentido, se alude a un
“bloque de constitucionalidad”, formado no sólo por la Constitución Formal, sino
que además por otras normas: algunas de carácter axiológico (ej: la dignidad del
Ser Humano), otras de carácter internacional (Tratados Internacionales), otras de
carácter consuetudinario, etc.
Ambas concepciones derivan, a su vez, de dos formas diferentes de
aproximarse intelectualmente al fenómeno constitucional, y así hablamos de un
“Constitucionalismo de Estado” y un “Constitucionalismo Humanista”, los que
estudiaremos más adelante.
Entendemos, siguiendo las doctrinas modernas, que el objeto del
Derecho Constitucional, debe ser entendido en un sentido amplio, vale decir,
dirigido a estudiar todo el conjunto de normas de jerarquía superior - dentro de las
cuales, naturalmente, se encuentra la Carta Fundamental - y que regulan la
organización del Estado y los Derechos Esenciales de la naturaleza Humana, y no
sólo enfocado al análisis de la Constitución propiamente tal.
De acuerdo a esto último, el Derecho Constitucional debe ser
definido como “aquella rama del Derecho Público que estudia la Constitución
Política y todas las demás normas de carácter jerárquico superior que regulan la
organización esencial del Estado y los Derechos Fundamentales de la Persona”.

B) Evolución del Constitucionalismo.

El correcto análisis de este tema exige, necesariamente, echar un


vistazo a la evolución de la doctrina constitucional en el mundo, y el traspaso
desde un Constitucionalismo “de Estado” a uno “Humanista”.
Recordemos que el “Constitucionalismo de Estado” es aquél que se
encuentra presente en Constituciones Tradicionales, donde el término clave es el
ejercicio de la soberanía y cuyo objetivo es justificar y organizar el poder del
Estado.
Se caracteriza además porque su contenido es más bien
programático, vale decir, está compuesto básicamente por Principios que sólo
tienen por objeto orientar la acción de los habitantes y servir de marco normativo
respecto de leyes y reglamentos. Por lo mismo, las Constituciones que se ubican
bajo esta concepción, tienen una baja operatividad práctica, no son susceptibles
de ser citadas como fundamentos en casos concretos, en la defensa efectiva de
los particulares ni en sentencias de tribunales de justicia.
Los derechos que consagran este tipo de textos son más bien
oponibles respecto del Estado y no respecto de sujetos privados, cuyas relaciones
sólo estarán reguladas por normas de carácter legal. Así, los Derechos deben ser
entendidos como garantías que se han obtenido a manera de reivindicación frente
al poder central, llámese monarca, aristocracia o simplemente, poder constituido.
Por último, el Constitucionalismo de Estado supone que la
Constitución, al ocupar la posición máxima dentro de la jerarquía normativa
(expresada gráficamente, como sabemos, en la ya mítica pirámide kelseniana), no
es susceptible de limitación alguna, ni interna ni externa, ya que lo contrario
significaría una flagrante violación a los principios de Soberanía Nacional.
El Constitucionalismo de Estado sin embargo, entra en una crisis
profunda con los graves episodios de violaciones a los Derechos Humanos a partir
de mediados del siglo XX en diversas zonas del planeta, haciéndose cargo el
Derecho Público de responder a las necesidades urgentes por reformar el sistema
constitucional vigente, incorporando un contenido diferente, mucho más
garantístico para las personas.
Fue clave a este respecto, la aparición de nuevas doctrinas y
corrientes, tales como el Humanismo Cristiano de J. Maritain, la Doctrina Social de
la Iglesia, el Liberalismo y el Derecho Internacional sobre Derechos Humanos,
que, aunque disímiles entre sí, todas se caracterizan por una alta preocupación
por el sujeto, su dignidad y derechos.
Así, nace el “Constitucionalismo Humano o Humanista”, cuyo centro
de atención deja de ser el ejercicio del poder y de la soberanía, encontrando en la
Dignidad del Ser Humano su término clave, y siendo su objetivo la defensa y
promoción de los derechos humanos.
Las normas de los Códigos Políticos que se adscriben a esta
fórmula, si bien tienen un alto contenido valórico, tienen además una fuerza
vinculante mucho más notoria: sus disposiciones son operativas directamente y
pueden ser invocadas como criterio de solución de conflictos concretos.
Son Constituciones más cercanas al Ser Humano, y por lo tanto, más
preocupadas de “cómo defender mejor a las personas”, que de “cómo gobernarlas
mejor”.
Por lo mismo, los derechos consagrados en las Constituciones
Humanistas tienen una eficacia horizontal, no sólo exigibles frente al Estado sino
que también respecto de cualquier otra persona.
Por último, bajo este prisma, los textos fundamentales siguen
teniendo una posición de preeminencia normativa frente a las demás normas
internas, pero quedan sujetas a las limitaciones propias que signifique el respeto
por los derechos fundamentales que emanen de la naturaleza humana,
especialmente aquellos consagrados a nivel de Tratados Internacionales sobre
Derechos Humanos.
En este contexto, la idea de una “Constitución Humana” involucra por
lo tanto, el cumplimiento de ciertos parámetros ideales que le permitan a una
Carta Fundamental ser justo acreedor de semejante denominación.

IV. Las Fuentes Formales del Derecho Constitucional.

(Concepto - Fuentes Directas - Fuentes Indirectas)

A) Concepto.

Recordemos que las Fuentes Formales del Derecho son “aquellos


elementos a través de los cuales se expresa el Derecho o las normas jurídicas en
forma obligatoria”.
A su vez, las Fuentes Formales del Derecho pueden ser Directas o
Indirectas.
Son Fuentes Formales Directas o Técnico - Jurídicas, aquellas que
pertenecen al sistema del Derecho Positivo; son Fuentes Formales Indirectas,
aquellas de origen sociológico y que vienen en determinar y complementar el
contenido de las Fuentes Directas.
Asumiendo que el Objeto del Derecho Constitucional debe ser
entendido en un sentido amplio, debemos concluir, en ese mismo orden de cosas,
que la Constitución Política, no es la única Fuente Formal de esta rama del
derecho.
Existen distintas clasificaciones de las Fuentes Formales del Derecho
Constitucional. Dentro de ellas, destacaremos la que nos entrega el profesor
Humberto Nogueira. Este autor, como veremos, distingue entre Fuentes Directas
(las que a su vez, subclasifica en cuatro categorías) y Fuentes Indirectas.

B) Clasificación de las Fuentes Directas del Derecho Constitucional.

Según el profesor Humberto Nogueira Alcalá (“Dogmática


Constitucional“), las Fuentes Formales Directas del Derecho Constitucional son de
cuatro categorías:
1. Las Fuentes Supremas o Supraconstitucionales.
2. Las Fuentes Constitucionales.
3. Las Fuentes Primarias.
4. Las Fuentes Secundarias.

1. Las Fuentes Supremas o Supraconstitucionales.


Están constituidas por determinados principios y valores que se
ubican, en atención a su especial contenido, por sobre -jerárquicamente hablando-
la Constitución Política en su sentido formal.
Así entendidas, las fuentes supremas o supraconstitucionales son las
siguientes:

1.1. La Dignidad Humana y los Derechos Esenciales que emanan de ella.


De acuerdo al artículo 5º inciso segundo de la CPR, el ejercicio de la
soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales que
emanan de la naturaleza humana.
Por este motivo no es posible aceptar que norma alguna, ni aún
siquiera el texto constitucional pueda establecer normas que atenten en contra de
la dignidad de la persona y de los derechos fundamentales que se derivan de ella.
Asumir como fuente formal, los derechos fundamentales significa un triunfo
importante del constitucionalismo moderno, que acepta una constitución sometida
a limitaciones relacionadas con el respeto de la persona humana. Por lo mismo,
debemos entender que jurídicamente no es válida aquella norma, sea del carácter
que sea, que atente en contra de la dignidad del ser humano.

1.2. El Régimen Republicano Democrático.


Nuestro país ha optado como sistema político por el régimen
republicano democrático.
Así lo establece, entre otras normas: 1. el artículo cuarto, que señala
que Chile es una república democrática; 2. el artículo quinto inciso primero que
establece que el ejercicio de la soberanía es realizado por el pueblo; y 3. el
artículo 19 N°15 que consagra el principio del pluralismo político.
Decimos que este régimen de gobierno constituye fuente formal del
derecho constitucional, por cuanto es un principio fundamental con el que debe ser
coherente el resto del texto constitucional, cuyas normas deberán armonizar y ser
compatibles con los valores democráticos.
Alterar el sistema democrático implicará por lo tanto un cambio
estructural en los principios inspiradores del poder constituyente originario, en sus
valores y en su cultura, por lo que es lícito entender que no se trata de un simple
axioma incorporado en la Constitución Política sino que, mas allá de esto, viene en
representar la expresión de un sentimiento popular en orden a escoger el sistema
político que existirá en el Estado de Chile.
Por este motivo, el régimen republicano democrático constituye una
norma que se encuentra incorporada en nuestra Constitución material y que limita
la acción del poder constituyente derivado. Por lo demás, resulta del todo
coherente con la idea de que la Constitución ha de ser un texto no sólo jurídico-
político, sino que también, cultural, que refleje las tradiciones y el sentimiento del
pueblo.

2. Las Fuentes Constitucionales.


Son todas aquellas normas contenidas en la Constitución Formal, así
como en otros cuerpos normativos de equivalente grado o jerarquía.

2.1. La Constitución Política de la República de 1980


Representa la Norma Fundamental por antonomasia, ya definida en
las primeras páginas de este capítulo.
El análisis de ella se desarrollará durante el estudio pormenorizado
de la presente asignatura.

2.2. Las Leyes de Reforma Constitucional


Esta categoría de Leyes, al modificar el texto constitucional original,
se incorporan a él, pasando a ser parte integradora del mismo.
Por lo tanto, material y jerárquicamente, son diferentes a las leyes
ordinarias, por cuanto su contenido entra a formar parte inmediata de la
Constitución Formal, lo que les otorga una posición preeminente respecto de las
demás normas legales.
Pero también se distinguen formalmente respecto de las demás
leyes, toda vez que, en su elaboración y dictación, se aprecian trámites especiales
y exclusivos. Así, por ejemplo, es posible recurrir a plebiscito en los casos que la
Constitución señala (lo que no puede ocurrir respecto de los demás preceptos
legales); el quórum de aprobación es de 2/3 ó 3/5 de los diputados y senadores en
ejercicio (superior a la mayoría simple exigible para las leyes ordinarias simples);
etc.
No obstante poseer un grado jerárquico superior respecto de las
demás normas legales, las Leyes de Reforma Constitucional se ubican por debajo
de la Constitución Formal, toda vez que es esta última la que establece los límites
materiales de aquéllas (respeto por los derechos fundamentales y por el régimen
democrático), y porque establece el procedimiento al que deben sujetarse para su
formación.

2.3. Las Leyes Interpretativas de la Constitución.


Se trata de Leyes que tienen por objeto fijar el real sentido de
determinados pasajes de la Constitución cuyo texto sea oscuro o contradictorio.
Si bien formalmente, el contenido de estas leyes no se incorporan al articulado
mismo de la Constitución formal (como ocurre con las leyes de reforma
constitucional), en su contenido se entienden incorporadas, ya que al establecer
oficialmente el correcto sentido y alcance de una norma de carácter constitucional,
se unen a ella formando un todo indivisible.
También tienen requisitos de formación diferentes a las leyes
ordinarias, por ejemplo en cuanto a los quóra (requieren, para su aprobación de
los tres quintos de los diputados y senadores en ejercicio); o al Control de
Constitucionalidad (las leyes interpretativas deben pasar por el Control Obligatorio
del Tribunal Constitucional, de acuerdo al art. 93 Nº 1 de la CPR); etc.
Al igual que las leyes de reforma constitucional, también se encuentran
subordinadas a lo dispuesto en la Constitución Formal, toda vez que es ésta última
la que fija los límites materiales y los procedimientos válidos para su formación.

2.4. Las Sentencias del Tribunal Constitucional relativas a Normas


Constitucionales.
Las sentencias del Tribunal Constitucional tienen valor de cosa
juzgada, son obligatorias (vinculantes), por lo que juegan un rol decisivo como
Fuente del Derecho.
Por una parte, la interpretación que de una determinada norma
realiza el Tribunal Constitucional resulta ser obligatoria para todos los demás
órganos del Estado. De allí que se diga que este Tribunal es “el máximo intérprete”
de la Norma Constitucional.
Pero además, se establece que contra sus resoluciones no procede
recurso alguno, y que en caso alguno, las decisiones adoptadas por el Tribunal
Constitucional podrán ser desconocidas por los Tribunales Ordinarios de Justicia.
De esta forma, aunque no con la fuerza de la Ley interpretativa, debemos
concordar que la Interpretación que el Tribunal Constitucional haga de la
Constitución, deberá entenderse adherida a ella, ya que constituye la única
interpretación válida de este texto.

2.5. Los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos


Hay dos tipos de normas que permiten ubicar a los Tratados
Internacionales dentro de las Fuentes Formales del Derecho Constitucional.
En primer lugar, la propia Constitución Política en el ya citado artículo 5º inciso
segundo dispone que: “El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el
respeto a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana. Es deber
de los órganos del Estado respetar y promover tales derechos, garantizados por
esta Constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y
que se encuentren vigentes.”
Además, el artículo 26 de la Convención de Viena sobre Derecho de
los Tratados dispone que “una parte no podrá invocar las disposiciones de su
derecho interno como justificación del incumplimiento de un tratado”.
Al armonizar ambas categorías de normas, se concluye que los Tratados
Internacionales sobre Derechos Humanos constituyen Fuente Formal del Derecho
Constitucional, ya que poseen, al menos, el mismo rango jerárquico que la
Constitución Formal.
Y esto, porque los Derechos Fundamentales consagrados en estos
Tratados constituyen un límite a la soberanía nacional, los que, en virtud del
principio de la Buena Fe y Pacta Sunt Servanda, deben necesariamente ser
obedecidos y respetados por el Estado de Chile, sin que le sea lícito excusarse de
ello invocando su normativa interna.
Por este motivo, si el texto de un Tratado Internacional fuese
incompatible con la Constitución, siempre primará aquél, y será la Carta
Fundamental la que deberá sujetarse al primero, modificándose en todo lo que sea
necesario para alcanzar la debida congruencia con las normas internacionales.
3. Las Fuentes Primarias del Derecho Constitucional
Las Fuentes Primarias están compuestas por aquél conjunto de
normas de rango legal que vienen en complementar la regulación impuesta por la
Constitución Formal.
Se trata de “preceptos legales”, o sea, de normas que se encuentran
ubicadas jerárquicamente, inmediatamente por debajo de la Constitución Política.
Dentro de las Fuentes Primarias encontramos:

3.1. Las Leyes Orgánicas Constitucionales


Se trata de leyes que regulan determinadas materias señaladas en la
propia Constitución, y que se caracterizan porque requieren para su aprobación de
los cuatro séptimos de los diputados y senadores en ejercicio (salvo las
modificaciones a la actual Ley Orgánica sobre Votaciones Populares y Escrutinios
que digan relación con el número de senadores, las circunscripciones existentes y
el sistema electoral vigente, las que requerirán del voto conforme de las tres
quintas partes de los senadores y diputados en ejercicio (art. 13º transitorio de la
Constitución)), y porque requieren de control de constitucionalidad obligatorio por
parte del Tribunal Constitucional.
Son diecisiete las materias que de acuerdo a la Constitución deben
ser reguladas por Ley Orgánica Constitucional (LOC).
A continuación indicaremos estas materias, la norma constitucional
que obliga a regularlas a través de una ley orgánica, y además la ley específica
actualmente vigente respecto de aquellos tópicos:
a) LOC sobre Sistema Electoral Público (arts 18CPR). Leyes 18.556 de 1986, y
18.700 de 1988 (sobre Inscripción Electoral y Servicio Electoral; y sobre
Votaciones Populares y Escrutinio, respectivamente)
b) LOC sobre Enseñanza (art. 19 Nº 11 CPR). Ley 18.962 de 1990.
c) LOC de Partidos Políticos (art. 19 Nº 15 CPR) Ley 18.603 de 1987.
d) LOC de Concesiones Mineras (art. 19 Nº 24 CPR). Ley 18.097 de 1982.
e) LOC sobre Administración del Estado (art. 38 CPR). Ley 18.575 de 1985.
f) LOC sobre Estados de Excepción (art. 44 CPR). Ley 18.415 de 1985.
g) LOC sobre Congreso Nacional (arts. 49, 74 y 128 CPR) Ley 18.918 de 1987.
h) LOC sobre Organización y Atribuciones de los Tribunales de Justicia (art. 77
CPR). Aún no se ha dictado, pero en virtud de lo dispuesto en el art 4° transitorio
de la Constitución, se entiende que el actual Código Orgánico de Tribunales tiene
rango de Ley Orgánica Constitucional, ya que regula esta materia.
i) LOC del Ministerio Público (art. 83 CPR). Ley 19.640 de 1999.
j) LOC sobre Tribunal Constitucional (art. 92 CPR) Ley 17.997 de 1981.
k) LOC sobre Tribunal calificador de elecciones (art.95 CPR) Ley 18460 de 1985.
l) LOC sobre Contraloría General de la República (art. 99 CPR). Al igual que en
con el Poder Judicial, por aplicación del art. 4º Transitorio de Constitución, se
entiende que la Ley Nº 10.336, refundida por Decreto Supremo 2421 de 1964, Ley
que fija la Organización y Atribuciones de la Contraloría General de la República,
tiene valor de Ley Orgánica Constitucional.
m) LOC de las Fuerzas Armadas y Carabineros ( art. 105 CPR). Leyes 18.948 y
18.961, respectivamente, ambas de 1990.
n) LOC sobre Banco Central ( art. 108 CPR). Ley 18.840 de 1989.
Ñ) LOC de Gobierno y Administración Regional ( art. 113 CPR). Ley 19.1755 de
1993.
o) LOC de Municipalidades (art. 120 CPR). Ley 18.695 de 1996.
p) LOC sobre Gobierno y Administración Interior de los territorios especiales de
Isla de Pascua y del Archipiélago Juan Fernández (art. 126 bis), aun no se ha
dictado.

3.2. Las Leyes de Quórum Calificado


Estas leyes, por su importancia, requieren del voto favorable, para su
aprobación de la mayoría absoluta de los senadores y diputados en ejercicio. Se
dice que estas leyes refuerzan el carácter “consociativo” de la democracia chilena,
puesto que exigen una alta capacidad para lograr acuerdos o consensos entre los
miembros de los órganos colegisladores de nuestro país.
Pueden ser dictadas para regular materias muy diferentes unas de
otras, dentro de las cuales se encuentran:
a) Conductas Terroristas (art. 9 inc. 2º CPR)
b) Establecimiento de pena de muerte (art. 19 Nº 1)
c) Sanción a los delitos y abusos en el ejercicio de la libertad de opinión e
información (art. 19 Nº12 CPR)
d) Consejo Nacional de Televisión (art. 19 Nº 12 CPR)
e) Regulación de la Seguridad Social (art. 19 Nº 18 CPR)
f) Actividad empresarial del Estado (art. 19 Nº 23 CPR)
g) Requisitos y limitaciones para adquisición del dominio de cierta clase de bienes
(art. 60 Nº 7 CPR)
h) Autorización de préstamos que exceden el período presidencial (art. 60 Nº 7
CPR)
i) Regulación de la posesión y tenencia de armas (art. 92 CPR)

Hasta el año 2005, agregábamos también:


a) Delitos contra la Dignidad de la Patria o Intereses esenciales y permanentes del
Estado (art. 11 Nº 3 CPR, antiguo texto)
b) Recuperación de ciudadanía (art. 17 Nº 2 CPR, antiguo texto)

3.3. Las Leyes Ordinarias


Constituyen la regla general en materia de Leyes, puesto que no
exigen mayores requisitos o formalidades que las normales, y se aprueban por el
voto favorable de la mayoría absoluta de los diputados y senadores presentes en
sala.
En materia constitucional, son especialmente relevantes, por cuanto,
de acuerdo a lo dispuesto en el art. 19 Nº 26 de la Carta Fundamental, puede
regular, configurar y hasta, en ciertos casos, limitar los derechos fundamentales
consagrados en la Constitución.
Las leyes sólo podrán regular las materias señaladas en el art. 63 de
la Constitución Política, ajustándose nuestro sistema, por lo tanto, al de la Reserva
Máxima Legal, lo que implica que la Constitución fija con relativa precisión las
cuestiones que pueden ser normadas por la Ley. Todas las demás cuestiones
podrán ser reguladas por normas de inferior jerarquía, como los reglamentos.
Por su parte, a contrario sensu, no es posible a una norma infralegal regular
materias propias de ley, ya que se estaría infringiendo este catálogo privativo del
artículo 63 y que sólo pertenece a la Ley.

3.4. Los Decretos con Fuerza de Ley (DFL)


Son actos del Presidente de la República que, en virtud de una
habilitación por ley efectuada por el Congreso Nacional, pueden regular materias
propias de ley, lo que les otorga por lo mismo, jerarquía legal.
Para que el Presidente de la República pueda dictar un DFL exige,
por lo tanto, autorización del Congreso Nacional, la que se efectúa mediante la
dictación de una “ley habilitante” (art 64 CPR). Por ello, se señala que la figura de
los Decretos con Fuerza de Ley implican una verdadera delegación legislativa, ya
que el órgano legislador propiamente tal (Congreso Nacional) transfiere la facultad
para crear leyes a otro órgano que carece de tal calidad (Presidente de la
República).
La ley habilitante, a su vez, tiene dos limitaciones: una temporal y
otra material. La limitación temporal consiste en que la autorización que se otorga
al Presidente no puede exceder el plazo de un año; mientras que la limitación
material se refiere a que determinadas materias no pueden ser objeto de
delegación legislativa, y ellas son las que señala el artículo 64 de la CPR.

3.5. Los Reglamentos del Senado y la Cámara de Diputados


Estos reglamentos son normas de carácter interno, dictados por cada
Cámara del Congreso Nacional, los que pueden regular todas aquellas materias
no entregadas a la regulación de la respectiva Ley Orgánica del Congreso
Nacional o a otras leyes.
Estos reglamentos, en rigor, no son leyes, ni se crean de acuerdo a
las formalidades que se exigen para la formación de una ley, sino que vienen a ser
verdaderos instructivos autogenerados por el Senado y la Cámara de Diputados
que se establecen a manera de complementación de lo que establece la ley.

4. Las Fuentes Secundarias


Consisten en aquellas normas de inferior jerarquía que las señaladas
anteriormente, dentro de las cuales encontramos: los reglamentos autónomos y de
ejecución, los reglamentos del Gobierno Regional y del Consejo Regional, y las
ordenanzas municipales.
Destacamos en el ámbito constitucional, los reglamentos que por
mandato expreso de la Carta Fundamental pueden limitar o regular el ejercicio de
determinados derechos fundamentales. Tal es el caso del Derecho de Reunión, el
que puede ser limitado por las disposiciones “de policía” (art. 19 Nº 13 CPR).

C) Clasificación de las Fuentes Indirectas del Derecho Constitucional

Son aquellos elementos que vienen a determinar y complementar el


contenido de las Fuentes Directas, y que se caracterizan por un origen
sociológico, vale decir, nacen en la actividad social desarrollada en un momento
histórico determinado.
Naturalmente, tienen una importancia meramente académica, ya que
explican y complementan el contenido de las Fuentes Formales Directas, es decir,
no son estrictamente vinculantes por sí mismas.
Cuando más, sin embargo, pueden ser útiles para interpretar el real
sentido de preceptos constitucionales.
Dentro de estas categorías, encontramos:
1. La Costumbre y las prácticas constitucionales
2. La Jurisprudencia de los Tribunales Ordinarios y los precedentes judiciales
3. La Doctrina de los autores
V. La Interpretación Constitucional

(Distinción con la interpretación del Derecho Privado – Criterios de interpretación


constitucional)

A) Distinción entre Interpretación Constitucional e Interpretación del


Derecho Privado.

Lo primero que debemos señalar es que cuando hablemos de


Interpretación Constitucional, nos referiremos a la Interpretación de la
Constitución. Señalamos esto, por cuanto no debe confundirse con la
“Interpretación Constitucional de la Ley”, que consiste en el principio por el cual las
normas de rango legal deben interpretarse de acuerdo con la Constitución.
Señalado por lo tanto, que al referirnos a la Interpretación
Constitucional, hablaremos de la Interpretación de la Constitución, también
debemos indicar que la interpretación consiste en la labor intelectual que realiza
un sujeto público o privado, destinada a descubrir el verdadero sentido de un texto
determinado.
Recordemos también que la Constitución, como se dijo
anteriormente, es una Norma Jurídica y, como tal es un precepto de carácter
obligatorio y que requiere ser interpretado.
La principal interrogante que se presenta en el tema de la
Interpretación de la Constitución es si es posible o no, aplicar las mismas normas
que establece el Código Civil para la interpretación de las leyes (arts. 19 a 24 del
Código Civil).
Al respecto, en estricto rigor, se ha entendido que dichas reglas, si
bien en algunos casos pueden ser útiles, no pueden aplicarse de la misma forma
como se aplican respecto de normas del derecho privado, reconociéndose ciertos
matices o características particulares que reviste la hermenéutica constitucional, y
que la hacen diferente de la interpretación de la norma civil.
Los fundamentos que permiten establecer que la Interpretación
Constitucional posee criterios propios, diferentes a los que establece el Código
Civil, son los siguientes:
1. Porque las reglas de los artículos 19 a 24 del Código Civil están contenidas en
una norma de inferior jerarquía que la Constitución, por lo que no es posible
concebir que ellas limiten las posibilidades de interpretación de la norma
constitucional.
2. Porque el texto Constitucional está compuesto en sí mismo por principios y
valores especiales, que no poseen necesariamente las normas inferiores. Estos
principios deben ser tenidos en cuenta al momento de desarrollar la actividad
interpretativa, los que incluso pueden primar por sobre las reglas del Código Civil.
3. Porque la trascendencia de la interpretación es mucho mayor que la
interpretación de otro tipo de normas jurídicas. Por lo mismo, es adecuado tener
en consideración criterios tales como la prudencia, el respeto por las tradiciones
del país, etc, criterios que jamás se utilizarán a la hora de interpretar una ley
inferior.

B) Criterios de Interpretación de la Constitución

Establecido, pues, que para interpretar la Constitución no


corresponde aplicar las normas establecidas en el Código Civil, es necesario
exponer algunos de los criterios más importantes en la actividad hermenéutica
constitucional, destacando dentro de ellos, los siguientes:

1.- Interpretación de Buena Fe. Este criterio de interpretación ha sido explicado de


distintas maneras:
a) para algunos autores (José Luis Cea), significa que el intérprete debe respetar y
cumplir fiel y celosamente los mandatos establecidos por la Constitución, los haga
suyos o no.
b) para otros (Néstor Pedro Sagüés), la interpretación debe ser “fiel”, lo que
implica descubrir el verdadero mensaje de la norma que se interpreta, sin
instrumentalizarla para fines particulares.

2.- Interpretación Axiológica. Este criterio consiste en que la norma debe


interpretarse siempre, respetando los valores básicos incorporados en la propia
Constitución Política. Así, no será correcta la interpretación que pugne, por
ejemplo, con valores tales como la Servicialidad del Estado, el respeto por la
Dignidad del Ser Humano y por los Derechos de las Personas, la solidaridad, el
orden público y el bien común, por nombrar algunos. Para este criterio, es por lo
tanto, sumamente útil, servirse del Capítulo I “Bases de la Institucionalidad” para
poder darle el real sentido al resto del articulado constitucional.

3.- Interpretación Finalista o Teleológica. Este criterio alude a que toda


interpretación debe tener en cuenta la finalidad u objetivo de la norma, ya que
siempre ésta deberá ser entendida en aquél sentido que permita que el precepto
cumpla con dicho objetivo. Ninguna norma se escribe “porque sí”, sino que tiene
su razón y sentido, el que siempre deberá ser respetado por quien la interprete.
Hay autores que hablan de un Finalismo Genérico y de un Finalismo Específico, al
referirse a los mencionados criterios axiológicos y teleológico, por cuanto en
ambos casos se busca el cumplimiento de un objetivo o fin: la cristalización de un
valor en el primer caso, y el fin práctico de la norma específica en el segundo.

4.- Interpretación Sistemática. Según este principio, las normas que integran la
Constitución deberán interpretarse de tal modo que todas ellas guarden armonía
entre sí, y ello porque la Norma Fundamental debe entenderse como una Unidad,
como un todo coherente, sin vacíos ni contradicciones. Por lo mismo, deberán
preferirse aquellas interpretaciones que resulten armónicas con el resto del texto
constitucional, y desecharse aquellas que aparezcan como incompatibles con
otras normas contenidas en la Constitución.
5.- Principio del respeto por los Tratados Internacionales vigentes. De acuerdo al
ya citado art. 26 de la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, los
Estados no podrán invocar su ordenamiento interno para dejar de obedecer las
normas internacionales, libremente convenidas con otros países. Por lo mismo, y
en especial atención a lo que dispone el artículo 5º inciso 2º de la Constitución
Política, deberán respetarse con mayor cuidado incluso, los Tratados
Internacionales que versen sobre Derechos Humanos.

6.- Principio pro-homine o favor-libertatis. Este criterio de consiste en que siempre


deberá preferirse aquella interpretación que mejor proteja los Derechos de las
personas. Se vincula directamente con lo que dispone, por ejemplo el Art. 29 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos: “Ninguna disposición de la
presente Convención puede ser interpretada en el sentido de: a) permitir a alguno
de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejercicio de los
derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos en mayor medida
que la prevista en ella; b) limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad
que pueda estar reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los
Estados Partes o de acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos
Estados”.

7.- Historia Fidedigna. Es importante tener en cuenta la historia del


establecimiento o creación de la norma, al momento de interpretarla. Sin embargo,
no debemos olvidar que la Constitución debe ser entendida de una forma
dinámica, que se adapte a los tiempos y en ningún caso podemos estar atados a
las consideraciones originales que se tuvieron en la discusión y estudios de la
Constitución.

8.- Otros criterios de interpretación.


a) la Constitución debe interpretarse con prudencia.
b) debe presumirse válida la interpretación que realicen de la Constitución, los
órganos principales del Estado como el Gobierno o el Congreso (teoría de la
“deferencia razonada” o de “presunción de constitucionalidad”)
c) las interpretaciones de la Constitución deben tender hacia la mayor seguridad o
certeza jurídica posible.

V. La Constitución de 1980

(Génesis – Modificaciones – Características - Estructura)

A) Génesis de la Constitución de 1980.

1.- Tal como ha quedado constancia en diferentes Bandos emitidos por las
Fuerzas Armadas y de Orden, tras el Golpe de Estado o Pronunciamiento Militar
del 11 de Septiembre de 1973, en un primer momento, no existió en el Gobierno
Militar la intención de modificar el Ordenamiento Constitucional vigente a la época,
proveniente de la Carta de 1925. El ideal esgrimido por los miembros originales de
la Junta Militar para asumir el poder fue la reconstrucción de una institucionalidad
a su juicio quebrantada y la recuperación de valores tradicionales perdidos durante
el Gobierno de la Unidad Popular, sin que en ningún momento se planteara la
posibilidad, ni aun remotamente, de elaborar una Constitución nueva. Así se
expresa, al menos en lo dispuesto en el DL Nº1 del 18 de septiembre de 1973.

2.- Esta situación, sin embargo, cambia radicalmente hacia fines de 1973. El día
12 de Noviembre de dicho año se publica en el Diario Oficial, el Decreto Supremo
Nº 1.064 del Ministerio de Justicia, en virtud del cual se crea una Comisión para
que “estudie, elabore y proponga el Anteproyecto de una nueva Constitución
Política del Estado y sus leyes complementarias”, la que es conocida como
Comisión de Estudio de la Nueva Constitución (CENC). Esta Comisión estuvo
integrada por juristas de alta talla y conocido prestigio. En un primer momento, la
conformaron: Sergio Diez Urzúa, Enrique Evans de la Cuadra, Jaime Guzmán
Errázuriz, Gustavo Lorca Rojas, Enrique Ortúzar Escobar (quien fuera designado
Presidente de la Comisión, de allí que también sea conocida como “Comisión
Ortúzar”), Jorge Ovalle Quiroz y Alejandro Silva Bascuñán, incorporándose en
diciembre de 1973, doña Alicia Romo Román. En el año 1977, se vive una grave
crisis al interior de este organismo, por lo que la dejan los Sres. Evans de la
Cuadra, Ovalle Quiroz y Silva Bascuñán, en cuyo reemplazo asumen Raúl
Bertelsen Repetto, Juan de Dios Carmona Peralta y Luz Bulnes Aldunate. El
primer documento elaborado por esta Comisión fue el Memorándum con las Metas
u Objetivos Fundamentales para la Nueva Constitución, del 26 de Noviembre de
1973.

3.- A pesar de encontrarse la Comisión de Estudios trabajando hace más de tres


meses, recién el 11 de Marzo de 1974, la Junta de Gobierno expresa formalmente
su intención de instaurar una nueva institucionalidad, mediante el documento
conocido como Declaración de Principios. En esta declaración, no sólo se expresa
formalmente la voluntad de elaborar una nueva Carta Fundamental, sino que
además, se sientan los principios y valores que la van a inspirar. Así, por ejemplo,
el Gobierno de la época dispone que deberá respetarse: la concepción cristiana
del hombre y la sociedad, la idea de que el Ser Humano es un individuo dotado de
Espiritualidad y Dignidad, la convicción que el Estado se encuentra al servicio de
las personas, el fiel cumplimiento del principio de subsidiariedad, la aceptación del
derecho de propiedad y a la libre iniciativa en el campo económico, etc. Por otra
parte, esta Declaración de principios hace suya expresamente la tradición
portaliana de respeto por la autoridad y sanción a la indisciplina, la anarquía y los
caudillismos, por lo que además se tenderá a despersonalizar el poder estatal. Por
último, la Junta expresa que serán las Fuerzas Armadas y de Orden las que se
encargarán de reconstruir el país, por lo que una vez concluida la tarea, se
entregará el Poder a la autoridad que el pueblo escoja para ello. Paralelamente,
en el año 1976, la Junta de Gobierno dictaría cuatro actas constitucionales, las
cuales, con rango constitucional, regulan las siguientes materias: Creación del
“Consejo de Estado” (Acta Constitucional Nº 1); Bases Esenciales de la
Institucionalidad (Acta Constitucional Nº 2); Derechos y Deberes Constitucionales
(Acta Constitucional Nº3); y Regímenes de Emergencia (Acta Constitucional Nº 4).

4.- Con posterioridad a la Declaración de Principios, la Comisión de Estudios


prosiguió en su labor, la que se desarrolló hasta el 18 de Octubre de 1978.
Durante este período, la Comisión invitó a participar de sus sesiones, a diferentes
especialistas, dirigentes gremiales, miembros de las Fuerzas Armadas y otras
personas relevantes para el quehacer nacional. Se levantaron, en total 417 actas
de sesiones, documentos de gran importancia para la interpretación de los
preceptos constitucionales. Como resultado final, la CENC elaboró un
Anteproyecto de Constitución y un Informe explicativo, que sirvió de base para lo
que más tarde sería la Constitución Política de 1980.

5.- El citado Anteproyecto fue estudiado a continuación por un nuevo órgano,


conocido como Consejo de Estado, el que sesionó entre el mes de Enero de 1978
y Julio de 1980, elaborando finalmente el Proyecto de Constitución, más el
respectivo Informe explicativo. Este Proyecto si bien respetó los lineamientos
generales del Anteproyecto de la CENC, en definitiva se introdujeron también
numerosas modificaciones de relevancia a dicho texto. Se conocen algunos
manuscritos breves y de inferior calidad que los de la Comisión de Estudio; a
pesar de ello, estos documentos también son de enorme utilidad a la hora de
interpretar el texto Constitucional.

6.- Casi paralelamente al trabajo del Consejo de Estado, la Junta de Gobierno


también se abocó al estudio del Anteproyecto de la Comisión de Estudios. Este
análisis se desarrolló entre Marzo y Agosto de 1980, participando de las sesiones
no sólo los miembros de la Junta, sino que también los Ministros del Interior y
Justicia (Sergio Fernández y Mónica Madariaga) y los Auditores Generales de las
Fuerzas Armadas y Carabineros. A diferencia de lo que ocurrió con la Comisión y
el Consejo de Estado, las sesiones de la Junta fueron secretas y del contenido de
las mismas, no se tiene conocimiento.
7.- El 10 de Agosto de 1980, Augusto Pinochet anuncia al país que la Junta de
Gobierno había aprobado el texto de la Nueva Constitución en ejercicio de la
Potestad Constituyente, y convoca a un Plebiscito para el día 11 de Septiembre
del mismo año. En este Plebiscito, la ciudadanía aprobó el texto sometido a su
decisión por un 67,04% de los votos.

8.- Hasta el día de hoy, se ha discutido la validez de esta consulta. Estas


aprehensiones se fundan en el hecho que el texto no fue redactado
democráticamente, que el plebiscito fue realizado sin existir Registros Electorales
ni Tribunal Electoral, con restricciones y censura a los medios de comunicación
social, en medio de un estado de sitio, sin partidos políticos, y sin el tiempo
suficiente para el análisis del texto que se votaba. Sin embargo, cualquier duda
acerca de la legitimidad de la Constitución se zanjó mediante la multitudinaria
participación popular en el Plebiscito del 5 de Octubre de 1988 (o “del Sí y el No”)
y en la categórica aprobación de la reforma constitucional en el Plebiscito del 30
de Julio de 1989 (o “de las 54 reformas”), lo que significó un verdadero
reconocimiento tácito por parte del Pueblo de Chile, de la vigencia de nuestro
Texto Fundamental.

B) Principales Reformas a la Constitución de 1980.

Hasta esta fecha (Junio de 2008), la Constitución de 1980 ha sido


modificada en virtud de 20 Leyes de Reforma Constitucional, siendo la primera, la
Ley Nº 18.825 de 1989, y la última la Ley Nº 20.193 de 2007.
De estas Modificaciones, destacaremos sólo las más relevantes, a
saber:
1.- Ley 18.825 de 1989. Es la primera Reforma de la Constitución Política, y
representa un hito político y jurídico de la mayor relevancia, ya que se da en un
contexto de negociación entre el Gobierno Militar y los Partidos Políticos de la
época, que dio como resultado un listado de 54 reformas, las que fueron
sometidas a la aprobación popular mediante Plebiscito celebrado el 30 de Julio de
1989, donde la opción en favor de las Reformas acaparó el 85,7% de los
sufragios. Dentro de las Reformas de mayor importancia encontradas en esta ley,
señalamos las siguientes:
a) Se flexibilizan los mecanismos de reforma constitucional.
b) Se establece el deber del Estado de respetar y promover los derechos
esenciales que emanan de la naturaleza humana, garantizados por la Constitución
y por los tratados internacionales suscritos por Chile y que se encuentren vigentes.
(art 5º inc 2º CPR, frase final)
c) Se deroga el artículo 8º, que proscribía determinadas corrientes de
pensamiento y sancionaba a quienes las difundieran.
d) Se fortalecen las acciones de amparo y protección durante estados de
excepción.

2.- Ley 19.519 de 1997. Esta ley se relaciona con la Reforma Procesal Penal, y
crea el Ministerio Público, mediante la incorporación de un nuevo Capítulo, el
“Capítulo VI-A, del Ministerio Público” (hoy Capítulo VII)

3.- Ley 19.611 de 1999. Modifica el artículo 1º inciso 1º de la CPR, el que señalaba
que “todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, cambiando
la expresión “todos los hombres” por “todas las personas”. También se agrega en
el art. 19 Nº 2 de la CPR, en lo relativo a la Igualdad ante la Ley, la expresión
“Hombres y Mujeres son iguales ante la ley”.

4.- Ley 19.742 de 2001. Elimina la censura cinematográfica, reemplazándola por


“un sistema calificación para la exhibición de la producción cinematográfica” (art.
19 Nº 12 inciso final de la CPR). Se hace mención que esta reforma fue necesaria
luego de la condena sufrida por el Estado de Chile a raíz del caso de “La Última
Tentación de Cristo”, aplicada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
del 5 de Febrero de 2001.
5.- Ley 20.050 de 2005. Es la reforma más profunda introducida al Texto
Fundamental, luego de la Modificación de 1989, al punto tal que muchos han
llegado a decir que se trata de una nueva Constitución (“Constitución de 2005“).
La Reforma consagrada en esta ley, genera una serie de cambios fundamentales
en pos de una mayor democratización del Texto Fundamental, y en general, hacia
la consolidación de una Constitución más Humana. Dentro de las modificaciones
más importantes, podemos destacar las siguientes:
a) Se incorporan los principios de probidad y publicidad de los actos estatales.
b) Se eliminan los vacíos en cuanto a la adquisición de la nacionalidad chilena.
c) Se fortalece la Libertad de Expresión, mediante la eliminación de la protección
de la vida pública de las personas, y la derogación de los delitos de desacato.
d) Se favorece la interposición de Acciones de protección por atentados en contra
del derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación.
e) Se establece un período presidencial de 4 años, sin reelección inmediata.
f) Se eliminan los Senadores vitalicios y designados o institucionales.
g) Se amplían las facultades del Tribunal Constitucional, y se modifica su
composición.
h) Se elimina la inamovilidad de los Comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas
y Carabineros.
i) Se restringen las facultades del Consejo de Seguridad Nacional, a labores de
asesoría, y se modifica su composición.
j) Se flexibiliza el proceso de Reforma Constitucional, mediante la aplicación
supletoria de las reglas sobre Formación de Ley.
Además, se facultó al entonces Presidente Ricardo Lagos a dictar un
Texto Refundido de la Constitución, el que efectivamente se dictó bajo Decreto
Supremo Nº 100 del 22 de septiembre de 2005, y que finalmente ordenó el
articulado de la Carta Fundamental.

6.- Ley 20.162 de 2007. Establece la obligación del Estado en orden a “promover
la educación parvularia y garantizar el acceso gratuito y el financiamiento fiscal al
segundo nivel de transición, sin que éste constituya requisito para el ingreso a la
educación básica” (art. 19 Nº 10 de la CPR). Esta reforma, sin embargo, en lo
relativo al segundo nivel de transición, entrará en vigencia gradualmente en la
forma que determine la ley (Disposición vigésimo primera transitoria).

7.- Ley 20337, de 2009, que estableció el sufragio como un derecho de los
ciudadanos y su inscripción automática en los registros electorales.

8.- Ley 20725, de 2014, en materia de integración de la Cámara de Diputados,


eliminando de la constitución el guarismo de 120 diputados, paso previo a la
reforma al sistema electoral binominal.

9.- Ley 20990, de 2017, que dispone la elección popular del órgano ejecutivo de
los Gobiernos Regionales, creando para tal efecto las figuras del gobernador
regional y de los delegados presidenciales regionales y provinciales, en reemplazo
de los presidentes de los consejos regionales, los intendentes regionales y los
gobernadores provinciales.

C) Características de la Constitución de 1980.

Según el Profesor José Luis Cea (“Derecho Constitucional” Tomo I),


la Constitución Política de 1980 presenta las siguientes características:

1.- Es una Constitución Nueva. Esto no quiere decir que sea una Constitución
Joven. Que sea nueva, se refiere a que la Constitución de 1980 no es una mera
Reforma del Texto de 1925, sino que implica derechamente, una Carta diferente,
inspirada en sus propios principios y originada por un proceso de formación
diferente al de la Reforma Constitucional.

2.- Es una Constitución de Texto Extenso. Si bien el número de artículos no es tan


elevado, muchos de ellos son excesivamente largos. Ello dificulta su manejo y
estudio, y muchas veces atenta en contra de la elegancia de estilo que debe
revestir toda Constitución.

3.- Es una Constitución con Lenguaje Claro. La Constitución presenta un texto de


fácil comprensión, accesible a cualquier tipo de lector. Ello, a pesar que muchas
disposiciones presentan algunas falencias en su redacción u organización, como
los artículos: 1º inciso 4º (que señala que la Constitución establece derechos, en
circunstancias que sólo puede reconocerlos o protegerlos), 19 Nº 7 letras g) y h)
(para nada relacionadas con la libertad individual), 19 Nº 10 y 11 (que confunden
derecho a la educación con libertad de enseñanza), etc.

4. Es una Constitución que posee una Estructura Clásica. Ello, porque:


a) Carece de Preámbulo, y comienza directamente con el articulado.
b) Tiene una Secuencia u Orden Tradicional: Bases de la Institucionalidad, Parte
Dogmática, y Parte Orgánica.
c) El realce del Gobierno se demuestra en el orden de los Capítulos de la
Constitución Política.

5. Es una Constitución Dual. Lo que se explica por el hecho que la Constitución


cuenta con dos tipos de articulados: los permanentes y transitorios.

6. Es una Constitución Rígida. Al respecto, quizás, y con mayor propiedad,


debiéramos decir “relativamente rígida”, ya que si bien establece un sistema de
Reforma más complejo que la simple Formación de una Ley, en verdad tal
complejidad no es tan profunda, siendo absolutamente posibles las modificaciones
si se cuentan con los consensos políticos necesarios.
D) Estructura de la Constitución de 1980.
Tal como lo señalamos más arriba, la Constitución de 1980 cuenta
con dos tipos de artículos: los permanentes y los transitorios.
El articulado permanente establece la regulación propiamente tal de
las materias constitucionales: organización del Estado y derechos fundamentales,
y se extiende desde el artículo 1º al artículo 129 de la CPR.
El articulado transitorio, en cambio, sólo se refiere a materias
específicas que han permitido la entrada en vigencia de la Constitución original de
1980 o bien sus modificaciones posteriores.
Ambos tipos de preceptos son constitucionales, ya que forman parte
de la Constitución, aunque claramente en caso de contraposición entre un artículo
permanente y uno transitorio, debe optarse por aplicar el primero de ellos.
Respecto del articulado permanente, éste te organiza o divide en 15
Capítulos, a saber:
Capítulo I: Bases de la Institucionalidad
Capítulo II: Nacionalidad y Ciudadanía
Capítulo III: De los derechos y deberes constitucionales
Capítulo IV: Gobierno
Capítulo V: Congreso Nacional
Capítulo VI: Poder Judicial
Capítulo VII: Ministerio Público
Capítulo VIII: Tribunal Constitucional
Capítulo IX: Justicia Electoral
Capítulo X: Contraloría General de la República
Capítulo XI: Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad
Capítulo XII: Consejo de Seguridad Nacional
Capítulo XIII: Banco Central
Capítulo XIV: Gobierno y Administración Interior del Estado
Capítulo XV: Reforma de la Constitución

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