Vous êtes sur la page 1sur 46

Ferro

Roberto Oropeza (Cochabamba, 1986).


Publicó el poemario Invisible natural (Editorial Yerba Mala
Cartonera. Bolivia, 2009). Obtuvo el primer lugar en el
VIII Concurso de Poesía Mio Comteco Móvil (2011) y el
primer lugar en Concurso de Poesía Joven, Fundación
Pablo Neruda (2016). Fue publicado en  f/22 Antología
poética (La Ubre Amarga. Bolivia, 2011); Microcosmos,
antología de poesía juvenil (Editorial Torre de papel.
Bolivia, 2013); Tea party II: muestra dinámica de poesía
latinoamericana (Editorial Cinosargo. Chile, 2013) y Guatapu:
voces poéticas de Latinoamérica (Editorial Aratiku Produktion.
Paraguay, 2016). Es coorganizador del festival de poesía
Panza de Oro.
Roberto Oropeza

Ferro

Y erba M a l a Cartonera
© Roberto Oropeza. 2017 

© Editorial Yerba Mala Cartonera. 2017

Proyecto social cultural y comunitario sin fines de lucro.

yerbamalacartonera@gmail.com


http://yerbamalacartonera.blogspot.com

www.facebook.com/yerbamalacartonera

@yerbamala_c

Telfs. 70751017, 70727847

Proyectos análogos: Eloísa Cartonera (Argentina), Sarita Cartonera

(Perú), Ediciones la Cartonera (México), Animita Cartonera

(Chile), Dulcinéia Catadora (Brasil) y muchos más en casi 20 países.

Impreso en: Imprenta “Magda I” en alguna parte de Cochabamba

Impreso en Bolivia 

Esta publicación ha sido posible gracias al apoyo desinteresado de Magda Rossi 


Para Raúl
También veremos una libreta con dibujos, líneas y flechas

que divergen y se intersecan:

son los viajes en compañía de la muerte.

Roberto Bolaño
Ferro

Lo que siguió
era parecido a soltarse de las manos
mientras girábamos en círculos.

11
ESTACIÓN

Regresar a la vieja estación


para darse cuenta
de que lo único que queda de nosotros
son cristales rotos y vagones abandonados a su suerte
que acabaron anclados en la hierba y en el barro.

Un rumor de trenes
mantiene la esperanza de que suceda algo:
un inexplicable temor y alegría
de verte retornar por los rieles
pero solo es el viento sin música,
la antigüedad en perpetua destrucción
que desordena nuestros cabellos
devolviéndonos a casa sin haber hallado nada
salvo la sensación de no querer volver a este lugar.

12
Ferro

COCHE COMEDOR
No es requisito indispensable

conocer a todos aquellos que se sientan en la mesa.

Preparar el mantel a las doce,


llevarse el tenedor vacío a la boca,
morder el metal e intentar saborearlo.
Sentir que se apacigua el hambre de alguna manera.

No sucede nada.

Solo nuestras costuras que se desatan un poco


dejando ver dónde se asoman los muertos
poniendo un dedo en nuestra yugular.

Aún hay pulso.

Las palabras se oyen mejor cuando no se las pronuncia:


de esta sed solo quedará el vaso.

13
FRENO

Esto es lo que deseas:


cometer menos fugas,
ser más sociable en los festejos,
no olvidarte de comprar el pan en las mañanas
para que los hijos reafirmen su fe en el hogar.

La cabeza apoyada en la ventanilla del micro,


y en el Nissan de al lado las piernas de una quinceañera
flexionándose indiferentes
te invitan a pensar en otras ciudades
con menos frío en sus noches
y con semáforos siempre en verde,
que te traten con mayor amabilidad
para que tu desastre no crezca a cada esquina.

14
Ferro

INCOMODIDAD

La familia apaga la luz a las nueve.


Han cerrado las puertas
después de prometerse no tener pesadillas esta noche.

Las fotografías están incompletas,


no aparece quien esperabas.

No existen los recuerdos,


solo la rutina diaria:
los círculos se hicieron para recorrerlos.
No existen los elefantes,
solo han sido inventados para que sientas remordimientos:
las teclas de marfil se hicieron para tocar.

15
Podría darte una calurosa bienvenida,
invitarte el vodka más caro del bar
y sonreír ante tus historias.
Pero no estoy aquí,
me estoy desangrando
como esos muertos
que no llegan siquiera a conocer su diagnóstico.

16
Ferro

REUNIÓN

Ahí estamos nosotros


cegados por el reflejo del sol en la ventana,
buscándonos los ojos cuando los tenemos cerrados
no hay movimientos adicionales
pero las puertas se abren por sí solas.

Hablemos,
para que el silencio descubra que no tenemos nada en común
tomando la mano sin saber a quién.

Algo en las conversaciones casuales


tiende a dejar huellas fáciles de rastrear,
tantas vueltas en un año
todas sobre el mismo centro
esperando una especie de felicidad.

Saliste por la ventana,


te sentiste como si estuvieras en el árbol más alto
para darte cuenta de que el mundo no era horizontal.
Gran hallazgo.

17
VERANO

Aplastar insectos para matar el tiempo:


la memoria registrará este momento en particular
como el preludio de las pequeñas ceremonias de la infancia.

Caminar por la arena descalzo


mientras se cuentan las monedas en el bolsillo.
Sentirse falsamente libre porque es verano y el invierno está lejos.

Cuando empiecen a caer las hojas


nos preocuparemos por los hijos, el pan y el jarabe para la tos.
Frotaremos las manos mientras intentamos recordar
el número de hormigas muertas aquella vez.

18
Ferro

La vida es ruido

19
VIACHA

Es un día perfecto
—los niños derraman su helado al correr,
sienten miedo de subirse al tobogán—
mientras nosotros esperamos no quedarnos solos.

“Nada saldrá mal”, repetías


y te sentaste en un reloj de metal
mirando a la gente que se trepaba a tus horas
adelantando el tiempo para que volvieras a casa.
Empezaste a darte cuenta
de que nuestro abrazo sería decepcionante.

Alguien debió presentarnos mejor.

20
Ferro

GRAZNIDO

Los postes de luz alumbran con diversa intensidad;


miles son visibles,
se apagan y encienden si empieza a llover.
Los truenos caen y
desaparecen los pájaros que vanamente quieren llegar a su nido.
Desde aquí, la tierra no es una prioridad.

No puedo ver
pero sé que alguien ha muerto en el camino,
extiende la mano,
parpadea una vez para decir sí,
dos veces para decir no.

21
ACELERACIÓN

Resulta inevitable cerrar los ojos y repetir


“esto no está sucediendo”,
pero lo único que se logra
es que la frase pierda sentido cada vez que se la pronuncia.
El fondo no existe.

Llegar hasta el retrato siguiente


y encontrar lo que tanto se buscaba:
vasos de gelatina preparados,
tarde de domingo con treinta grados de temperatura,
el televisor transmitiendo un partido del Mundial de Italia 90.
Tener la certeza de que esto será lo más cercano
a la sensación de abundancia.

22
Ferro

RECUERDO

En la fragilidad de las conversaciones


tu nombre ha sido tachado varias veces,
condenado a ser un rostro borroso
como esos que observamos
a gran velocidad por la vía férrea.

Ya no somos los de antes,


la memoria equivoca nombres y lugares a propósito
como los engranajes de un motor
cuyo mal funcionamiento a nadie sorprende.

23
DESPEDIDA

Nadie prometió encontrarse


sin embargo, estamos aquí
observando los anillos que se hunden en una taza de té.
Todo intento de escucharnos fue en vano,
las moscas han empezado a darme vueltas,
a enredarse en mi cabello
y a meterse en mi boca.

En algún momento lograremos hablar del futuro


y lo haremos en voz baja;
un sumario de todo lo que podamos extrañar,
quemando uno a uno los hilos
que sostenían a las marionetas de nuestra infancia.

24
Ferro

Hay ocasiones en las que se desea ser una serpiente para


devorar al sol

25
CUARTO DE SIGLO

Ya no podremos regresar a casa


con la satisfacción de no haber conseguido nada,
ha llegado el tiempo de mirar al piso
cuando los demás estrechen las manos
y se ajusten las corbatas.

Nadie nos detiene para huir,


sobre todo cuando encendemos un cigarrillo;
la memoria necesita ser volátil en estos casos
como los fuegos artificiales que iluminan
y se desvanecen en la noche.

Hemos avanzado poco


y para colmo perdimos los zapatos.

26
Ferro

OVEROL

Saludar y darle la mano


a la mejor versión de nosotros mismos
para luego escupirle a los ojos.
“Voy a encontrar tu cáncer”, dices
mientras lees los clasificados del domingo.

Era indispensable responder con la ira exacta


a los comentarios que se hacen
después de terminar el almuerzo
el mejor intento nunca es suficiente;
solo caes, no creces.

27
EDIFICIO

La habitación iluminada en lo alto


—décimo primer piso—
ideal para subir a toda carrera y
tropezarse repetidas veces, porque
las sombras han dibujado nuevos escalones hacia el vacío.
No es cierto que la puerta se abrirá,
no es cierto que la amante espera.
Solo es la ilusión efímera de estar ascendiendo.

28
Ferro

No sabemos a dónde vamos


pero todos los días
encendemos el auto
y conducimos sin preguntarnos por el rumbo.
Aun así creemos salir ilesos de este viaje;
todavía no nos damos cuenta
de que esto no se trata de herirse,
sino de decir adiós de la mejor forma.

29
BALIZA

Esta actitud tuvo su precio:


amigos distantes,
novias insatisfechas,
luxadura de tobillo,
mazo de cartas incompleto,
incapacidad para sorprenderse con la crónica roja,
leve sonrisa cuando se ve a alguien tropezar.

Detrás de tus ojos


hay luz cansada,
una baliza que ha estado funcionando horas extra.

En el insomnio los límites se tornan visibles.

30
Ferro

BALANZA

Mirar las agujas de la balanza


todo el peso apuntando en una sola dirección
y preguntarse por qué esperar de pie
si la realidad siempre arrastra hacia el fondo.

Recordar la palabra que quedó atravesada


como espina de pez
cuando viste a la exnovia
—ahora casada y con hijos—
haciendo fila para comprar carne,
carne que fue cortada y pesada
porque incluso lo inerte tiene un número:
seis kilos y veinte gramos.

31
FAMILIA

Los equilibristas cruzan los dedos


y mientras caen
se abre el cielo:
han aceptado perderlo todo.
La soledad crece a ras del piso.

El dolor es un rayo eléctrico


que ilumina todos los nervios.
Que el cuerpo se estrelle
y todo lo que quede de él
sea una masa de cabellos finos y sangre
como algo que no pudo nacer
o simplemente no quiso;
un buen vino también merece ser desperdiciado.

32
Ferro

FINAL

Se sabe que se va a perder


se ha apostado por un camino mal iluminado
lo único que buscábamos
era borrarnos de la memoria de los demás.

Cuando pierdes el rumbo,


siempre queda el sur.

Los amigos se fueron de vacaciones,


la amante pidió permiso antes de usar el control remoto.
La imagen que tienes del vacío
es un cuarto repleto de gente, mirando de forma inexpresiva
mientras te comes las uñas de los dedos.

Si sobrevivimos a este mes


al día siguiente abrazaremos al primero que veamos
antes de regalarle un billete falso;
que la desgracia lo proteja y lo tenga en su gloria.

33
LEJANÍA

Estamos exiliados
pero todavía vivimos en la misma casa
dándole de comer al gato,
durmiendo poco,
perdiendo en las cartas como todas las noches.

Miramos películas
donde el protagonista muere por diez segundos
para luego abrir los ojos,
levantarse y sacudirse el polvo de la camisa.
Los únicos que mordemos el anzuelo somos nosotros:
corremos a abrazar a los que aún están vivos.

34
Ferro

CAMBIO DE AGUJAS

Estos son los últimos minutos que estaremos juntos:


recostados en el asiento trasero del taxi,
cerrando los ojos
mientras la sirena de la ambulancia
pasa rápidamente en dirección contraria.

35
ERROR

Momento de alejarse
y empezar a desconocer el estado del tiempo,
no mover de su lugar los muebles,
dejar las cucharillas con su pizca de té sobre la mesa,
sus lentes y su reloj en el velador.

Cerrar los ojos y negarlo todo,


regresar a casa y recibir el saludo habitual:
nadie se ha ido, nadie es extrañado.

El calendario se ha quedado atorado en julio,


mirar el fútbol ha dejado de ser divertido.

36
Ferro

¿Te acuerdas cuando jugábamos a los palitos chinos?


Caían en el centro de la mesa
quedando tan dispersos y atravesados
como los pilares derrumbados de una casa
después de un estallido.

37
TEMPORADA

Se acerca la temporada de vivir


como si estuviéramos en el fondo del océano;
visto desde aquí el sol se partiría en mil pedazos.
No necesitaremos hablar por un buen tiempo.

38
Ferro

DOS AÑOS

Tomamos una taza de café


y hablamos de los que no están aquí
mientras las hormigas
se roban el azúcar que quedó en el mantel,
pero sabemos que regresarán
un domingo por la mañana cuando
falle todo
incluso la electricidad.
No habrá nadie porque todos habrán ido a dejarte flores.

39
Estas son las sombras
que no puedo explicar
solo queda agitarlas
—como se agita un caleidoscopio—
y temer por la forma que adopten.

Esta es la rama con la que se rasga el cielo


abriéndole un vacío
o varios.

40
Ferro

ANDÉN

Te gusta caminar por la estación desierta


fingiendo esperar a alguien
que alguna vez acarició tu cabello
con la misma mano con la que recogió migas de la mesa.

Nunca es tarde para que midas la distancia


de aquí a cualquier lugar:
estás a demasiados kilómetros de ser alguien nuevo
mientras contemplas
la ciudad con su basura acumulada,
el tren que nunca parte a tiempo,
los familiares que no vinieron a despedirte.

Tienes sed.

Te das cuenta de que adivinar la oscuridad


es como estar en un desierto.
Si tu equipaje está vacío
es porque deberás cargar con la culpa de otros.

Atrévete a decir: “Adiós buen viaje, vuelve pronto”.

41
La noche no tiene satélites

42
AGRADECIMIENTOS

A Francisco Ide, Juan José Podestá, Carla Medinaceli,


Lourdes Saavedra, Yuri Nakanouchi y Juan Malebrán
por los consejos, el vodka y el camino recorrido

A mi madre y mi hermana, por todo


Ediciones Yerba Mala Cartonera

Para no desesperar en las trancaderas, para dejar pasar las


propagandas de la TV, para aguantar las marchas, para cami-
nar subidas sin darse cuenta, para bailar al ritmo de la cumbia
del minibús o para cuando tengas simplemente ganas de leer.
Un libro cartonero, casero, tu mejor cómplice.

Otros títulos:
Heroinas sin Coronilla, Antología Cuento
Viscarra en Cartón, Antología Cuento y poesía
Juan Pablo Piñeiro, El bolero triunfal de Sara
Pablo César Espinoza, Cantar, reir llorar
Beto Cáceres, Línea 257
Cuentos desde la masa, Club del cuento “Pan de Batalla”
Juan Malebrán, Reproducción en curso
Santiago Roncagliolo, El arte nazi
Juan Pablo Salinas, Moscardon bistrot
Nicolás Recoaro, 27.182.414
Marco Montellano, Narciso tiene tos
Vicky Aillón, Liberalia
Banesa Morales, Memorias de una samaritana
Washington Cucurto, Mi ticki cumbiantera
Crispín Portugal, !Cago pues!
Nelson Vanm Jaliri, Los poemas de mi hermanito
Lourdes Saavedra, Lullaby
Gabriel Pantoja, Plenilunio
Roberto Oropeza, Invisible Natural
Premio de concurso breve Óscar Cerruto, UMSA
Diseño: Pablo Sanchez

Vous aimerez peut-être aussi