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BIBLIOTECA DE TEOLOGÍA OTIOMUCK

PANORAMA ACTUAL DEL PENSAMIENTO CRISTIANO

DOCTRINA FILOSÓFICA DE DIOS DOCTRINA FILOSÓFICA


Por o'rro MUCK DE DIOS

BARCELONA BARCELONA
EDITORIAL HERDER EDITORIAL HERDER
1986 1986
J::xli l/e¡
Mg, D' Versión castellana de CLAUDIO GANCHO, de la obra de

000"':7, ~
1
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41
Orro MUCK, Philosophische Gotteslehre,

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Palmos Verlag, Düsseldorf 1983

indice

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'JJ.·.c.
":-,
Introducción , ,.. 11

1. El problema de Dios en el pensamiento filosófico.,.,.. 13


1.1. El pensamiento griego , ., , ,. . 13
1.1.1. La cuestión del fundamento primero :... 13
1.1.2. La investigación filosófica ., .. .,., . ., .,.. 16
1.1.2,1. Ciencia y visión del mundo.................................. 16
Ábr 1.1.2,2, Historicidad ,., , ,."... 18
N\~ UG~ 1.1.2,3. Filosofía y vida .. , , .. , , ,.. , , , .. , , ,.. ".. 19
1.1.2.4, Formación filosófica del concepto., .,., . ., ., .. .,... 20
~\O' oJe¡. 1.1.3, La teología en Platón y Aristóteles .,., . ., .,..... 23
1.1.4.
uc-~M\ "LO L'L 1.2.
La antigua sabiduría vital ... ., . ., .. .,.,
Fe en Dios y filosofía cristiana. .. .,
.,.,
., .,
., .. ., . .,.
., ,.,..
29
32
1.2,1. Los orígenes del pensamiento cristiano, , ,..... 32
1.2.2, La escolásticav., , .. ., ., ., ., ... .,., .,................... 35
1.2,3. Tomás de Aquino.,., ., .,., .. ., . ., .,.,............ 36
1.2.4 Unidad y pluralidad de planteamientos .,............ 40
1.3, Los planteamientos de la filosofía moderna., ,. 44
1.3,1. El nuevo ideal de la ciencia.v.... ... .,.,., .... ., .. ., .. .,..... 45
1.3.2. La actitud crítico-cognitiva ",......................... 48
1.3,2,1. El racionalismo . ., ." .. ., .. ., , .. .,.,., ., .. .,.,. 48
© /983 Palmos Verlag, Düsseldorf 1.3,2,2. El empirismo ,., .,., .. , ., ,.,.,., ., ."...... 52
© 1986 Editorial Herder S.A., Barcelona 1.3,3. La fisicoteología , ",.:", ,.,.,............ 54

2, El desafío de Kan! " .,., , ,.,. 56


ISBN 84'254-1483-0
2,1. La crítica kantiana de la metafísica ., . 56
Es, PROPIEDAD DEPÓSITO LEGAL: B. 4.543-1986 PRINTED IN SPAIN
2.2. Lo incondicional como idea reguladora . 57
GRAFESA - Nápoles, 249 - 08013 Barcelona 2.2.1. Antinomias de la razón pura ., . ., . 59

5
2.2.2. Demostración de los posibles . 60 4.4.3. Criterios . 108
2.3. La existencia de Dios como postulado de la razón 4.4.4. Crítica de la cosmovisión . 109
práctica . 63 4.5. Modos de fundamentación . 111
2.3.1. Reconstrucción del razonamiento . 63 4.6. Sentido del análisis de las pruebas filosóficas . 118
2.3.2. Supuestos . 65
2.3.3. 5. Las «cinco vías» de Tomás de Aquino . 122
Importancia para el propósito de Kant . 66
2.3.4. 5.0. El lugar de las pruebas de la existencia de Dios . 123
Estructura del pensamiento postulatorio . 67
2.4. 5.1. Vía primera: por el movimiento . 125
La crítica especial de Kant a las pruebas de la exis-
5.1.1. Texto . 125
tencia de Dios . 68
5.1.2. La estructura lógica de la vía primera . 127
3. « Doctrina filosófica de Dios» ; . 70 5.1.2.1. El concepto filosófico de movimiento . 127
3.1. Nombre y Objeto : . 70 5.1.2.1.1. Los supuestos del planteamiento filosófico ~ . 128
3.1.l. Cometido . 70 5.1.2.1.2. «Movimiento» como tensión potencia-acto . 130
3.1.2. Designaciones . 71 5.1.2.1.3. El ser como acto . 131
3.1.3. Relación con otras especialidades . 72 5.1.2.2. El principio del movimiento como base de la conclu-
3.2. Cuestionario de la doctrina filosófica de Dios . 74 sión . 132
3.2.1. El Dios de los filósofos . 75 5.1.2.3. El problema de la posibilidad del movimiento . 134
3.2.2. «Onto-teo-lógica» . 77 5.1.2.4. Exclusión de un proceso infinito en la búsqueda de
3.2.3. El Dios de la fe . 78 fundamentos ontológicos . 136
3.3. Propósito de la doctrina filosófica de Dios . 79 5.1.2.4.1. Dependencia de unos fundamentos ontológicos como
serie esencialmente ordenada . 138
4. Posibilidad de un estudio filosófico del problema de 5.1.2.4.2. 139
El «principio del regreso» .
Dios · . 81 5.1.2.5. El motor inmóvil . 140
4.1. La dimensión práctica del problema de Dios . 81 5..1.2.6. Identificación con Dios .. 142
4.2. La singularidad lógica del problema de Dios: la apor-
5.1.2.6.1. Condiciones para la identificación . 143
tación de la filosofía analítica . 84 5.1.2.6.2. Concepto inicial de Dios . 143
4.2.1. Formas de análisis lingüístico , " . 85
5.1.2.6.3. Identidad bajo una accesibilidad diferente . 144
4.2.2. Resultados del análisis lingüístico . 86
5.2. La causa primera como base de la explicación causal
4.3. Estructura lógica de las convicciones religiosas y
eficiente . 145
cosmovisivas . 92 5.2.1. Vía segunda: por la causación . 145
4.3.1. La visión del mundo (Weltanschauung) . 92
5.2.2. La doctrina aristotélica de las causas . 146
4.3.2. Elementos estructurales . 96 5.2.2.1. Desarrollo de cara a la creación . 147
4.3.3. La referencia a la experiencia . 96
4.3.4.
5.2.2.2. Causa principal . 149
Contenido . 97
5.2.2.3. Causa primera . 150
4.3.5. Explicación . 99
5.2.3. Fundamentación del principio metafísico de causa-
4.3.6. Ejemplo . 10G lidad y experiencia de causación . 151
4.4. Sentido de los argumentos en las cuestiones religio-
5.3. Necesidad esencial de lo indefectible como funda-
sas y cosmovisivas . 101
4.4.1.
mento de lo transitorio . 155
El esquema general de la comunicación . 102
5.3.1. Vía tercera: por la contingencia . 155
4.4.2. Dificultades del acuerdo en cuestiones religiosas y
5.3.2. Posibles explicaciones de la tercera vía . 156
cosmovisivas . 104

6 7
6. Estructura y supuestos de las pruebas clásicas de la 8. Dios, fundamento del sentido de la búsqueda y acción
existencia de Dios " " . 159 humanas , . 197
6.1. La prueba de la contingencia como estructura gene- 8.1. Lo limitado hecho posible por lo ilimitado , , .. 197
ral de las pruebas clásicas de la existencia de Dios . 159 8.1.1. Cuarta vía: por los grados del ser · 197
6.1.l. La estructura . 159 8.1.2. Contenidos ' ' ' , ' 197
6.1.2. Problema de la concepción abstracta . 161 8,1.3, Prueba de la contingencia · . 198
6.1.3. Crítica de Kant . 161 8.1.4. Consecuencias de la concepción tomista del ser . 199
6.2. ¿Es Dios una hipótesis? , , . 164 8.1.5. Fundamentación filosófico-transcendental de una
6.2.1. La explicación científico-natural del mundo ,., .. 164 concepción ontológica del ser . 200
6.2.2. Toma de conciencia del cambio en la comprensión 8.1.6. Concepción del ser y principio causal ··· 202
de la realidad , , ;'; ,.. 166 8.1.7. Sentido lirnitativo del discurso acerca de Dios . 203
6.2.3. Superación de la idea de Dios como «tapaagujeros» .. 167 8.2. Dios, fundamento de sentido de una conducta hu-
6.3. La peculiaridad de la explicación teológica , . mana ··.································· , 205
168
6.3.l. Ninguna relevancia en los pronósticos ,. , , . 168 8.2.1. Quinta vía: por la orientación finalista del obrar . 205
6.3.2. El problema del fundamento posibilitador . 170 8.2.2. Contingencia de la acción natural. · 207
6.3.3. Conocimiento del fundamento necesario no sufi- 8.2.3. Acción-meta-valor . 208
ciente . 171 8.2.4. Meta de la dinámica de la vida humana . 212
6.3.4. Consecuencias metodológicas . 173 8.2.4.1. Dinámica de la vida consciente . 212
6.3.5. Propiedad de los conceptos metafísicos . 173 8.2.4.2. Estructura de la dinámica ········· 213
6.3.5.1. Posibilidad de conceptos amplios ' . 174 8.2.4.3. El fundamento que posibilita esa dinámica . 214
6.3.5.2. Abstracción . 174 8.2.5. La situación dialógica frente al problema de Dios . 215
6.3.5.3. Analogía , , . 176
9. Las distintas posiciones actuales frente al problema de
6.3.6. Consecuencias de evitar una formación conceptual 219
Dios ·.. · ·•··· · · .. ·.. ·.. · ·
metafísica """, 177 219
9.1. Inefabilidad del problema de Dios ··· ··
7. El discurso humano sobre Dios . 179 9.2. Valoración positiva de la relación experimental . 220
7.l. Triple transformación , . 179 9.3. Acceso práctico . 220
7.2. El Dios invisible e incomprensible , " . 180 9.4. Posiciones postulatorias : . 221
7.3. Posibilidad de ~firmaciones positivas . 182 9.5. Fundamentación del marco conceptual . 223
7.4. Propiedades de Dios: las pruebas de la existencia de 9.5.l. Fundamentación directa . 223
Dios como pruebas para esclarecer las afirmaciones 9.5.2. Fundamentación filosófico-transcendental . 224
sobre el absoluto . 186 9.6. Acceso a partir de modelos científico-naturales . 225
7.4.l. Eternidad . 187
Índice de nombres ····· . 229
7.4.2. Creación . 188
7.4.3. Perfección absoluta . l~O
7.4.4. Infinitud . 191
7.4.5. Personalidad ',' . 191
7.4.6. Providencia . 192
7.5. Resumen esquemático . 194

8 9
l.:~
.:

Introducción

Este compendio de la doctrina filosófica acerca de Dios


quiere introducir en la compleja problemática que plantea
al hombre lo divino. Como parte de la serie «Biblioteca de
teología» tiene especialmente en cuenta la teología cristia-
na, mientras que como investigación filosófica, la doctrina
filosófica acerca de Dios se diferencia por igual de la teolo-
gía revelada y de la ciencia de la religión. Además, las
posiciones crítico-religiosas al problema de Dios sólo: se
incorporan en la medida en que son indispensables para
una labor sistemática, toda vez que en la serie hay un volu-
men dedicado a la crítica de la religión.
Una empresa así es testimonio de la visión del autor. El
cometido de una introducción y los límites que ella impone
condicionan la elección. De cara al fenómeno histórico de
una exposición filosófica del problema de Dios hay que
destacar algunos rasgos fundamentales, que en opinión del
autor pueden hacerlo comprensible dentro de los límites
fijados y ayudar al estudio actual del problema mismo.
La diversidad de posiciones filosóficas y la reaparición
de unas formas típicas de pensamiento requieren una pano-
rámica histórica del problema a modo de introducción. A la
vez, dicha panorámica brinda la oportunidad de mostrar
unas conexiones y establecer una terminología que perrni-

11
tan comprender mejor la posición de esta guía en los dife-
rentes accesos al tema de Dios. Esa panorámica permite a 1. El problema de Dios
su vez justificar la división sistemática. en el pensamiento filosófico
El análisis de las pruebas clásicas de la existencia de Dios
no sólo contribuye a su conocimiento histórico. Se trata de
explicar también su estructura lógica, sus condicionamien-
tos históricos y los desarrollos consiguientes de tales razo-
namientos. Con ello se ponen de manifiesto tanto su
importancia como sus límites y se introducen las distincio-
nes conceptuales con ayuda de las cuales es posible la dis-
cusión filosófica sobre el tema.
El pensamiento de la edad moderna ha abierto nuevos ¿Sobre qué versa la doctrina filosófica de Dios y en qué
accesos al problema de Dios y ha introducido nuevos plan- relaciones está con las disciplinas emparentadas de la cien-
teamientos. Un estudio de los mismos contribuye a la com- cia de la religión, la filosofía de la religión y la teología
prensión de la doctrina filosófica de Dios en su situación (cf.3.3)? Para explicarlo es preciso entender el cometido
presente. En una concepción sistemática se recogen consi- del pensamiento filosófico, que ha ido cambiando en el
guientemente los problemas en su nuevo planteamiento curso de la historia. Lo cual no ha dejado de tener influen-
con vistas a las posiciones actuales sobre determinados cia en el cometido que se le asigna a la doctrina filosófica de
temas: el reto de la moderna ciencia de la naturaleza plan- Dios. Así las cosas, el tratamiento del problema planteado
tea la cuestión de la dependencia de la imagen del mundo. requiere ante todo una visión panorámica, aunque sólo sea
El estudio de la crítica de Kant a las pruebas de la existencia esquemática, de cómo el pensamiento filosófico se ha ocu-
de Dios esclarece la peculiaridad teorético-cognitiva de una pado siempre del problema de Dios a lo largo de la historia
doctrina filosófica de Dios. La referencia a ciertos puntos (cf.1 y 2).
de vista sobre el problema de Dios con carácter de postula-
dos aclara tanto la relación vital de dicho problema como la
necesidad de un análisis teorético. Las ideas que entran en 1.1. El pensamiento griego
juego en la discusión analítico-lingüística sobre el lenguaje
acerca de Dios pueden mostrar puntos de vista que permi- 1.1.1. La cuestión del fundamento primero

I
ten tener en cuenta la peculiaridad del lenguaje religioso.
A los comienzos del pensamiento filosófico en Occiden-
te, con los presocráticos (a partir del s. VI a.C.) el problema
¡ del origen primero de todas las cosas (arkhe panton) apare-
ce en una cierta tensión con las concepciones antropomór-
¡ ficas (humanizado ras) de los dioses que presentan los mi-
\
13
12 I
tos. Debido a esa tensión se advierte a meriudo una cierta fuerza del pensamiento. Eternamente persevera en el mismo lugar, sin
moverse nada, sin que le interese jamás cambiar ahora aquí ahora
reserva a llamar dios al fundamento primero. Más bien se
aIlí»2.
le designa neutralmente como divino. Baste citar como
ejemplo algunos fragmentos de Jenófanes, nacido hacia el La búsqueda a tientas y a ciegas de la relación de cuanto
570 a.e. en Colofón (Jonia) y que fue un precursor de expresan los relatos de dioses, según los cuales Zeus es el
Parménides, el fundador de la escuela filosófica de Elea en dios supremo, frente al fundamento primero, que en Hera-
Italia meridional: '
clito se designa como lagos -ley universal que rige en el
cambio y en los opuestos-, esa búsqueda se ~dvierte tam-
«Desde el principio todos tuvimos por maestro a Hornero. Hesíodo
bién en un fragmento de Heraclito:
y Hornero todo lo atribuyeron a los dioses, hasta lo bochornoso en el
hombre y que merece reproche: como robos, infidelidades al esposo y
engaños mutuos. Imaginaron los mortales que los dioses habían naci- «Lo uno, lo único sabio, no quiere y quiere a la vez ser llamado
do, que tenían figura, vestidos y lenguaje como ellos. Si bueyes, caba- Zeus»:'.
llos y leones tuvieran manos y pudieran pintar, crear y moldear obras
como el hombre, el caballo habría forjado sus dioses como caballos, y Las diferentes y contrapuestas opiniones que los prime-
el buey como bueyes, y habrían dado a sus cuerpos el 'aspecto que cada ros filósofos se formaron del fundamento y origen primero
uno bien conoce. Los etíopes ven a sus dioses chatos, negros y de ojos
llevaron a los sofistas (Protágoras, Gorgias, a mediados del
b~illantes; los tracios los representan pelirrojos. En verdad que los
dioses no todo se lo desvelaron a los hombres desde el comienzo; sólo
s. v a. C.) a un agnosticismo; es decir, a la idea de que por lo
con el correr del tiempo, y a tientas, encontraron lo mejor"l. que respecta a la explicación última de la realidad no pode-
mos tener certeza alguna. En los sofistas esta idea va unida
La actitud crítico-religiosa que el texto refleja no va a la observación de que en las diferentes culturas se recono-
contra el reconocimiento de un origen divino, sino contra cen siempre normas diferentes. Y con el descubrimiento de
las representaciones inadecuadas que los hombres hacen. la acción del hombre creador de cultura va unido un relati-
Así lo demuestran los fragmentos del escrito de Jenófanes vismo; es decir, la concepción que niega un valor absoluto a
Sobre la naturaleza: las ideas y normas que pasan por válidas, considerando que
su valor solamente cuenta para unos determinados grupos
«Un dios es entre los dioses y los hombres el mayor, ni en figura ni humanos:
e~ aspecto semejante a los mortales. Un dios todo ojo, todo pensa-
miento, que todo lo percibe. Sin esfuerzo guía el universo, con la sola «El hombre es la medida de todas las cosas: de las que son en tanto
que son; de las que no son en tanto que no SOo>,4.
«Sobre los dioses no poseo conocimiento alguno: ni si existen ni si
1. Fragm. 10-18, Diels-Kranz 1,131-133. Diels-Kranz (edit.), Die Frag- no existen, ni cómo están dispuestos en la forma. Y es que hay muchas
mente der Vorsokratiker, 3 vols., Berlín 71954 representa la colección más
conocida de los fragmentos que quedan de los pensadores presocráticos. La
traducción alemana de los mismos puede verse en E. Howald, Die Anfiinge 2. Fragm. 23-26, Diels-Kranz 1, 135; Howald 49.
der abendliindischen Philosophie, Zurich 1949. En castellano: Varios auto- 3. Fragm. 32, Diels-Kranz 1, 159; Howald 63.
res, Los filósofos presocráticos, 3 vols., Gredos, Madrid 1978-1980. 4. Fragm. 1, Diels-Kranz II, 263; Howald 158.

14 15
cosas que impiden saber algo (sobre los mismos): primero la inseguri- «El filósofo puede seguir estrechamente emparentado
dad, después la brevedad de la vida humanas",
con el profeta, con el fundador religioso, con el caudillo y
educador popular, y puede convertirse en el pensador que
El 399 a.C. Sócrates fue condenado a muerte «por in-
con las armas de la lógica arremete contra los problemas
troducir dioses nuevos y corromper a la juventud», pero a
que le combatían internamente. En este último sentido la
lo largo de su vida intentó desenmascarar mediante la con-
filosofía sólo ha llegado a su pleno desarrollo en un punto,
versación directa (el diálogo) el superficial conocimiento
en un pueblo, cuya lengua nos ha proporcionado la palabra
aparente y el relativismo anejo. Lleva a su interlocutor a la
y el concepto: en el pueblo griego. En la filosofía griega
visión clara y a la convicción personal. Ésta se refiere sobre
seguimos y observamos el camino hacia la ciencia, que a su
todo al recto obrar: es preferible padecer la injusticia que
vez es una creación específica del occidente europeo y que
hacerla, y es de preferir una vida recta a la vida sin más
no se puede concebir sin el instrumento del concepto, que
afrontando el peligro. Lo que aquí aparece como concien-
la filosofía griega había creado» 7.
cia con sus exigencias absolutas, la llama Sócrates daimo-
Aristóteles, echando una mirada retrospectiva, ha dife-
nion. Él la entiende como una llamada divina, a la que es
renciado a los primeros filósofos de aquellos que con ante-
preciso obedecer antes que a los amigos y a las leyes de la
rioridad habían cultivado la teología, como Hornero y He-
polis, aunque él personalmente respetase tanto estas últi-
síodo. El contraste lo advierte en la forma en que proce-
mas que no quiso escapar a la condena mediante la huida.
dieron:

«Así pues, quienes se ocuparon de Hesíodo y los teólogos (repre-


1.1.2. La investigación filosófica sentantes de la filosofía mítica) sólo fueron a la búsqueda de una
solución aceptable para ellos mismos, sin haberse preocupado para
1.1.2.1. Ciencia y visión del mundo nada de nosotros ... Pero no vale la pena estudiar en serio unos filoso-
femas, que sólo aparecen en forma mítica. Por el contrario, hay que
procurar el conocimiento de aquellos otros que proporcionan un fun-
El alumbramiento del filosofar occidental se ha definido . ,
damento de lo que afirman y preguntarse por que ... »
8

como el tránsito del mito al logos.


«La filosofía se libera del mito, de la religión y de la Por consiguiente, aunque en el contenido de las cuestio-
configuración de la vida realizada sin ninguna crítica; de ahí nes, es decir, en la disposición cosmovisiva, exista una simi-
que su origen represente a la vez una pieza de la liberación litud entre mito y filosofía, la filosofía se distingue de aquél
del pensamiento individual-personal respecto del pensa-
miento y de la vida colectivos. La filosofía supone al filóso-
7. Ibid., p. 21. .
fo, cuya personalidad imprime la marca a su filosofías". 8. Aristóteles , Metafísica Il l , 4, 1000 a 9-24. Al citar las obras de Aris-
tóteles se indican generalmente, además del libro y del capítulo, el número
de la página, la columna (a o b) con la línea, referido todo ello a la edición
5. Fragm. 4, Diels-Kran z II, 265; Howald 158. clásica de 1. Becker , Aristotelis Opera, 5 vols., Berlín 1831-1870. Trad.
6. E. von Aster, Historia de la filosofía, Labor, Barcelona 1935, p. 20. cast.: Obras. Aguilar , Madrid 21967.

16 17
porque fundamenta sus afirmaciones y por estar dispuesta a puede reclamarse a dichos supuestos sin antes probarlos.
cuestionar el razonamiento y la respuesta a los problemas. En este sentido es propio de la filosofía un cuestionamiento
Ahí podemos ver la originaria disposición científica. Lo de- radical'}. Lo que le importa esencialmente es la justifica-
cisivo para justificar las afirmaciones filosóficas no es el ción de los fundamentos; de ahí que sea una ciencia funda-
, reclamarse a una concepción tradicional sino la apelación a mental.
..
l. la propia visión y experiencia.

1.1.2.3. Filosofía y vida


1.1.2.2. Historicidad
Que la filosofía se presente como una ciencia funda-
Esta peculiaridad singular de la filosofía de dar razón mental no quiere decir que la experiencia humana y la pra-
argumentando, no excluye el que los filósofos tengan de- xis vital, las distintas ciencias y formas de orientación de la
terminadas opiniones que todavía carecen de una funda- vida existan sólo por gracia y concesión de la filosofía. La
mentación explícita, ni que incluso estén condicionados por filosofía ni quiere ni puede suplir a la vida con sus múltiples
ciertas tradiciones, especialmente por su procedencia cul- manifestaciones. Pero ciertamente que en la vida afloran
tural. Lo que queda excluido simplemente es que aduzcan problemas, y en particular conflictos de competencias, liga-
esas concepciones para justificar afirmaciones filosóficas dos a esas manifestaciones de la vida y que para su solución
antes de que se hayan demostrado como probadas. Muchas requieren un examen y esclarecimiento de esas pretensio-
de tales pre-opiniones sólo en el curso de la historia se han nes de validez en el plano del conocimiento o de validez
considerado como supuestos y han sido puestas en tela de como normas o valores. El afrontar esas pretensiones de-
juiciopor la filosofía; algunas se refieren incluso a lo que se bería conducir a una integración crítica (del latín integrum:
ha de exigir en general de una justificación que argumenta conjunto, total) mediante la distinción (griego krinein: dis-
filosóficamente. Con ello el arranque del cuestionar filosó-, tinguir) entre pretensiones justificadas y pretensiones que
fico contiene una dinámica de planteamiento a fondo, diná- no lo son. De ahí le viene a la filosofía su carácter de ciencia
mica que se ha desarrollado en la historia con cuestiones general, no como unificación de todas las ciencias particula-
siempre nuevas. res, sino como impulso a la inteligencia del polifacetismo
Así el filosofar efectivo está condicionado históricamen- de la vida humana de cara a su totalidad. En la medida en
te por las cuestiones que de hecho aparecen en el campo que esa inteligencia está contenida en una concepción de la
visual. Ese carácter condicionado muchas veces sólo se vida o en una concepción del mundo, tal inteligencia cons-
puede reconocer desde la distancia histórica, y en parte por
la oposición entre los distintos filósofos. Sin embargo, es
cometido de la filosofía el buscar vías para el esclarecimien-
to de tales supuestos, ya que lógicamente pretende ser in-
I
¡
tituye el propósito cosmovisivo de la filosofía.
En el curso de la historia de la filosofía se descubre de

dependiente de los mismos; lo que quiere decir que no

18
I¡ 9. W. Weischedel,
185·206.
Der Oou der Philosophen II, Darrnstadt 1972,

19
continuo una tensión entre el propósito científico de exa- totalmente definidas y precisas, sino que explicita cosas ya
men y esclarecimiento racional y el propósito cosmovisivo obtenidas pero que a menudo no se han meditado suficien-
de una inteligencia universal de los diferentes campos de la temente, las examina y define lo que es correcto en ellas
realidad y de la vida. Cuando las expectativas puestas en relacionándolas con otras experiencias e ideas. Con ello la
ambos propósitos aparecen como no realizables de in- filosofía adquiere un rasgo que a menudo se percibe como
mediato, las diferentes corrientes filosóficas acentúan uno ·ff decepcionante: el hecho de no responder directamente a
u otro de dichos objetivos. determinadas cuestiones vitales, sino exponer más bien los
puntos de vista y las distinciones que han de tenerse en
cuenta al formarse una opinión fundada y responsable res-
1.1.2.4. Formación filosófica del concepto pecto de tales cuestiones. En esta tarea la filosofía se orien-
ta por los esfuerzos que anteriormente se han hecho al
Aristóteles (384-322 a.C.) alcanzó renombre como el afrontar los problemas en cuestión.
primer gran sistematizador de la filosofía. A él se deben Ciertamente que no se le podrá censurar a quien se
muchos términos filosóficos que -aunque con significados dirige al filósofo rogándole que exprese la opinión que per-
en parte notablemente distintos-e- todavía empleamos en sonalmente se ha formado habida cuenta de esos puntos de
nuestro lenguaje culto, como ocurre, por ej., con catego- vista. A menudo -aunque en medida diferente- el fruto
ria, los binomios conceptuales substancia-accidente, de esa opinión formada viene ya incorporado de antemano
forma-materia, causa eficiente-causa final. Esos conceptos a las investigaciones que el filósofo emprende. Ese filosofar
mantienen puntos de vista, distinciones y conexiones, que comprometido aparece frecuentemente al enfrentarse con
nosotros tenemos en cuenta en nuestro lenguaje cotidiano la opinión que se forjan otros filósofos. Lo cual suscita una
acerca de la realidad; pero que nos resultan tan evidentes nueva reflexión crítica y conduce muchas veces al desarro-
que las más de las vecs no les prestamos atención especial. llo y examen de supuestos y puntos de vista que anterior-
Al enfrentarse con los filósofos que le precedieron Aristó- . mente no habían merecido atención. Precisamente en las
teles siente la necesidad de hacer explícitas esas distincio- cuestiones que al hombre le parecen importantes y que le
nes evidentes. Con ello puede mostrar bajo qué aspecto incitan a tomar posición --como ocurre sin duda con el
pueden entenderse como esencialmente justificadas las problema de Dios- habrá que contar con esa tensión entre
opiniones que a primera vista parecen discrepantes y aun filosofar comprometido y filosofar reflexivo.
contrarias, mientras que se puede captar lo incorrecto co- Motivo de desengaño por parte de la filosofía y de ma-
mo algo que no se tiene en cuenta desde puntos de vista lentendido de sus formulaciones lo ofrece también el carác-
que serían necesarios para una visión completa. Aquí apa- ter formal y abstracto de los conceptos fundamentales ela-
rece ya el carácter reflexivo y abstracto del filosofar cien- borados en el filosofar reflexivo. Son formales no porque
tífico. sustituyan a las experiencias e intuiciones, sino porque las
La filosofía es reflexiva por cuanto que no obtiene unas caracterizan en su singularidad y al definirlas las ponen en
ideas de la realidad y de las conexiones de la vida humana relación con otras experiencias e intuiciones. Tales caracte-

20 21
rizaciones y distinciones son abstractas porque en buena por el filósofo y que siguen teniendo relevancia para el
parte prescinden del contenido concreto de la experiencia e pensamiento actual. Como el centro de la atención lo ocu-
intuición, cuando en cierto modo aclaran y explicitan el pa aquello que todavía hoy resulta aceptable y que por
marco para ese contenido. Por lo demás, también aquí con- tanto se considera como esencial en la concepción del pen-
viene tener en cuenta que, sobre todo en el filosofar com- sador, aquí se podría hablar de una interpretación positiva.
prometido, las caracterizaciones abstractas van ligadas a las Estas dos tendencias interpretativas pueden verse ya en
experiencias y puntos de vista del filósofo en cuestión o acción cuando Aristóteles afronta el estudio de sus prede-
incluso de los hombres de su tiempo. Con frecuencia exis- cesores.
ten en un filósofo conceptos abstractos ..que todavía hoy
presentan aspectos dignos de tenerse en cuenta, ligados a
unos contenidos concretos, que a nosotros se nos antojan 1.1.3. La teología en Platón y Aristóteles
ideas de época ya superadas.
Cuando en el estudio de tales filósofos no se trata sim- Platón (427-347 a.C.) fue predecesor y maestro de Aris-
plemente de hacer una exposición fiel en el plano de la tóteles. Es el primer filósofo occidental cuyos escritos, pre-
historia de la filosofía, sino de lograr alguna contribución a dominantemente diálogos en los que hace defender a Só-
los planteamientos del presente, a menudo pueden dejarse crates sus propios puntos de vista, se nos han conservado
. sentir con toda razón dos tendencias interpretativas típicas, en su mayor parte. Su pensamiento ha encontrado hasta
que deben completarse (d. 4.4.2). hoy un eco poderoso.
Si se pretende exponer por qué ciertos puntos de vista Sócrates había demostrado que, pese a los múltiples
de filósofos famosos no se pueden asumir sin más, en una condicionamientos históricos, podemos tener conocimien-
interpretación crítica se pondrán de relieve sobre todo los tos auténticos. Platón pretende hacer comprensible ese he-
contenidos condicionados por el tiempo y que hoy ya no cho. En un proyecto audaz, que por su lenguaje poético y
pueden- sostenerse. Como ahí el acento recae en lo que la mezcla de representaciones míticas no siempre es fácil de
debe rechazarse, también cabría hablar de una interpreta- interpretar, desarrolla su teoría de las ideas: explica el fe-
ción negativa. Ciertamente que no hará justicia al pensa- nómeno de conocimiento en unas circunstancias en que
miento general del filósofo, pero ayudará a tomar la distan- nosotros no lo obtenemos ni por simple aceptación de lo
cia crítica necesaria. que enseñan los maestros ni tampoco por una simple ojea-
Mas, cuando se trata de aprender del filósofo en cues- da a los contenidos de la percepción sensible, ni como re-
tión y de asumir lo que tiene de acertado, la atención se memoración de una visión anterior de los modelos origina-
dirigirá a las conexiones de índole abstracta, que han de" rios según los cuales están formadas las cosas experimenta-
tenerse en cuenta con cualquier otro contenido, y por tanto les. Como las cosas son reproducción de tales modelos,
también en el pensamiento presente. Semejante interpreta- tales conocimientos nos hacen patentes ciertos rasgos de la
ción con propósito sistemático considera los fundamentos realidad. Esos prototipos o ideas están a su vez ordenadas
de las distinciones y conexiones aplicadas y demostradas entre sí, figurando a la cabeza y coronándolas la idea supre-

22 23
ma del bien y de la belleza. Ése es el fundamento último sicion a Aristóteles no sería por consiguiente tan grande
tanto de nuestro conocimiento como de las cosas co- como podría dar a entender la interpretación negativa de la
nocidas. teoría de las ideas!".
¡:
Aristóteles está fuertemente influido por Platón. De él Pese a estas observaciones y precisiones, lo cierto es
recoge especialmente el planteamiento del problema de que la oposición entre ambas formas de concebir la reali-
que nosotros podemos tener realmente conocimientos de dad aflora una y otra vez. En el pensamiento cristiano, por
conexiones de la realidad que no se agotan sin más en los ej., Agustín más bien parece influido por Platón, mientras
contenidos de la percepción sensible. Pero su explicación que Tomás de Aquino está marcado por Aristóteles. Aun-
,;
de este hecho es mucho más simple; en.eso se separa de ~: que precisamente el Aquinatense ha tranformado la intui-
Platón presentando de manera negativa su doctrina de las ción platónica en su peculiar concepción del ser, según la
ideas: el conocimiento no es un recuerdo de una visión en cual las propiedades de las cosas experimentales participan
que hubiéramos contemplado los prototipos separados de del ser en cuanto se fundamentan en él, y sólo así pueden
las cosas; el conocimiento es más bien el fruto de la con- ser reales. En contra de ello se alzaron otros pensadores
frontación de nuestra capacidad cognoscitiva con las cosas medievales y neoescolásticos que, capitaneados por Fran-
que nos proporcionan los sentidos; y no capta unos mode- cisco Suárez, entendieron esa concepción del ser como de-
los originarios que estén separados de las cosas, sino lo que masiado platónica y la rechazaron. Por otra parte, en la
constituye el núcleo de las mismas, su esencia. Y así, en concepción anta lógica de Tomás de Aquino se ha visto un
ocasiones se ha definido la diferencia entre ambos pensa- contrapeso al carácter cosmológico del pensamiento aristo-
dores diciendo que- Aristóteles ha colocado las ideas en las télico , y hasta un ahondamiento de la inteligencia del ser,
{,
mismas cosas. como la que ha suscitado de nuevo el pensamiento de Hei-
."

En épocas posteriores se han hecho referencias frecuen- degger.


tes a esa oposición. Por platonismo se entiende a menudo La expresión teología (del griego theos = Dios, y logos
un pensamiento que toma como objetos específicos de = discurso, sentido, doctrina) aparece por vez primera en
nuestros conceptos realidades distintas de las cosas concre- Platón y en Aristóteles. En el primero designa ante todo el
tas. Con tal caracterización surge de inmediato la objeción lenguaje poético-mítico acerca de Dios y de los dioses, que
de que eso representaría un desdoblamiento de la realidad. él somete a crítica en su República+, de modo parecido a
En contra de ello los defensores de dicha concepción hacen como lo hiciera ya Jenófanes. Pero la crítica hace a su vez
hincapié en que se trata de una interpretación negativa, ya
que en tales «ideas» no entran en juego las cosas sino los
10. J. Hirschberger, Geschichte der Philosophie 1, Friburgo 51961,
fundamentos de las cosas, que no se pueden concebir de
113-115; trad. cast.: Historia de la filosofía 1, Barcelona 121982, p. 115ss.
una manera cosificada. Además su diferencia de las cosas 11, República II, 379a (los números de páginas y parágrafos están toma-
experimentales no ha de entenderse como la que media dos de la edición en tres volúmenes realizada por Henricus Stephanus,
París 1578). Para la historia del concepto de «teología», cf. W. Kern-F. l.
entre esas mismas cosas experimentales sino que, como
Niemann, Theologische Erkenntnislehre, Patmos, Düsseldorf 1981, 37-49;
fundamentos de las cosas, están presentes en ellas. La opo- trad. cast.: Teoría del conocimiento teológico, Hcrder , Barcelona 1985.

24 25
uso de unas representaciones de cómo ha de entenderse lo ~rimero de las cosas, la metafísica se hace «teológica», se
divino y las desarrolJa. convierte en ciencia teológica. Naturalmente, esto no debe
En Aristóteles «cultivar la teología» se entiende en el confundirse con el empleo posterior de la palabra «teolo-
sentido de lenguaje mítico acerca de los dioses, mientras gía» en su acepción de desarrollo metodológico y sistemáti-
que «teológico» se emplea también como uno de los califi- co de la inteligencia cristiana de la fe.
cativos de la ciencia fundamental, de la «filosofía primera», De conformidad con el cometido de la «física» desarro-
que más tarde recibió el nombre de «metafísica». lla Aristóteles una concepción filosófica del movimiento,
Entre las ciencias «teóricas» (theoria = visión), que se entendiendo por tal cualquier tipo de cambio de la reali-
ocupan de lo que es, a diferencia de lo qu~ el hombre hace dad, y en especial el cambio locativo. En su manera de
(praxis = actuación) o produce (poiesis = crea-ción; tekhne entender el proceso de los movimientos Aristóteles está
= habilidad), Aristóteles destaca la «ciencia primera» (pro- condicionado por la concepción coetánea de la naturaleza,
te philosophia), que también califica de sophia (sabiduría) según la cual los cuerpos buscan su lugar natural, por lo que
o de «ciencia teológica» (theologike episteme). Dicha cien- el aire tiende hacia arriba y la tierra hacia abajo; y está
cia se distingue de la «física», que se ocupa del campo de las condicionado asimismo por la astronomía de su tiempo,
cosas experimentales y mudables, y también de la «mate- para la cual el movimiento se transmitía de las esferas ce-
mática» que versa sobre las formas y magnitudes idealiza- lestes externas a las interiores. Filosóficamente, sin embar-
das y sacadas de las cosas experimentales, pero que no go, intenta resolver las dificultades que habían planteado
subsisten en sí. los pensadores anteriores a él. Éstos habían presentado la.
La «metafísica», como se llamó más tarde la filosofía inmovilidad (Parménides) o el movimiento perpetuo (He-
primera, estudia lo que es, el ente, y no bajo un aspecto raclito) como el rasgo fundamental de la realidad, dejando
determinado como hace la física con el movimiento o la de lado cualquier otro elemento. Aristóteles distingue
matemática con la cantidad, sino simplemente en tanto que ambos componentes y su coordinación la ve como una pe-
ente. Con ello el es;tudio no se limita a un campo especial, culiaridad de todo ente que se encuentra en movimiento.
sino que se orienta 'fundamentalmente a toda la realidad y Según eso, en el movimiento hay que suponer algo que
tiene que señalar sus determinaciones generales. En este subyace (hypokeimenon, el sujeto del cambio), que es ca-
sentido Aristóteles le señala como objeto «el ser en cuanto paz, tiene la posibilidad (griego dynamis, lato potentia) de
ser» (on he on). Es la doctrina del ser, que la edad moderna :~I recibir diferentes determinaciones, aunque éstas no siem-
1

ha designado también con la expresión «ontología». " pre las considera como realidad (gr. energeia, lat. actus). El
En tanto que ciencia que investiga los fundamentos de movimiento así entendido es una «realización (acto) de lp
las cosas, las causas, fundamentos de todo pero que abar- que según la posibilidad está (en potencia), en tanto que es
can y explican también los fundamentos de los distintos posible (en potenciaj-V.
campos particulares, puede Aristóteles señalar a la filosofía Al mismo tiempo desarrolla Aristóteles, en contraposi--
primera el cometido de investigar las «causas primeras».
Ahora bien, al ser un fundamento divino el fundamento 12. Aristóteles, Física 111,1; 201a10.

26 27
ción a sus predecesores, cuatro modos de explicación del a un motor, supone afectivamente algo que la mueve y que
movimiento que se completan entre sí, y que son los cuatro a su vez no está en la tensión acto-potencia, por lo que es
tipos de causa. El dato de la materia proporciona una com- inmóvil. Ese razonamiento lo desarrolla tanto en la Física
prensión, por cuanto que se refiere a lo que subyace en el (Phys. VIlI,3-6) como en la Metafísica (Metaph. XII,6-7).
fondo, a aquello de lo que se hace algo. Una explicación En esta última se discute también la actividad de ese primer
por parte del dato de la determinación que ha recibido lo motor, al que también se le define como «el dios» (ho
que sub yace en el fondo la proporciona la llamada forma. theosi'", como «pensamiento del pensamiento» (noesis no e-
Lo que más tarde se denominó causa eficiente es, según seos) , es decir, como una actividad vital y espiritual. La
Aristóteles, aquello «de lo que el movimiento» procede y relación con la realidad movida se compara al modo «con
por lo que resulta inteligible, mientras que el fin (gr. telos; que lo amado mueve al amante», es decir, por la vía de la
lat. finis) indica el «porqué» existe aquello que es produci- causalidad final.
do por la causa eficiente. Con todo ello supone Aristóteles
que lo real sólo puede ser producido por lo real. Para todas
las maneras de movimiento y cambio piensa estar en condi- 1.1.4. La antigua sabiduría vital
ciones de mostrar que «todo lo que está en movimiento
supone necesariamente otro que lo mueve» (un «rno- En los siglos siguientes, tanto en la filosofía helenística
ton» 13. Tal afirmación que establece la dependencia causal (siglos 1II-1 a.C.) como en la filosofía del imperio romano
de todo lo que se encuentra en cambio o movimiento, fue (s. 1 a.C.-526 d.C.), surgen diversas escuelas, que cierta-
conocida más tarde como el «principio del movimiento» y mente desarrollan algunas ideas de la filosofía anterior, pe-
representa una forma especial del principio metafísico de ro cuye epicentro está en una especie de filosofía vital, que
causalidad, a saber: la afirmación de que los entes, en tanto para la gente culta viene a ser también un cierto sucedáneo
que evidencian unos rasgos determinados (que están en de la religión. Las cuestiones de ética, de la recta conducta
movimiento, por ejemplo), suponen una causa distinta de que conduce a una serenidad sin sobresaltos y que está por
ellos (gr. aitia; lat. causa) y las más de las veces en forma de encima del temor, las discusiones y los deseos inútiles, ocu-
una causa eficiente adecuada (por ej., de un motor). En pan el primer plano; aunque todo ello comporta tambén las
Platón 14 se formula esto para el ente que llega a ser: «Es cuestiones relativas al sentido de la vida humana.
necesario que todo lo que se hace se haga por una causa.» Los escépticos (gr. skeptikos = dubitativo) ven el cami-
Para Aristóteles de estas ideas se deriva el que la reali- no hacia la vida dichosa en el desarrollo de una actitud que
dad, que se encuentra en múltiples modos de movimiento y se llama ataraxia (imperturbabilidad). A ella conduce el
que como tal evidencia una tensión acto-potencia y remite convencimiento de la incognoscibilidad de las cosas, de la
que se deriva la epokhe (la abstención del juicio), sobre
todo por lo que se refiere a los problemas de la concepción
13. Física VII, 1; 241b24.
14. Platón , Timeo 5,28a; trad. cast.: Obras completas, Aguilar, Madrid
21977. 15. Aristóteles, Metafísica XII,7; 1072b25-30.

28 29
del mundo. Hay en ello una semejanza con el agnosticismo no sólo está trazada ya la vía del razonamiento que permite
de los sofistas. concluir la existencia de Dios por el consentimiento de los
Epicuro (341-270 a.C.') defiende una doctrina sensualis- pueblos (e consensu gentium), también entran en su con-
ta del conocimiento (Iat. sensus = sentido, percepción sen- cepción las vías del orden finalista de la naturaleza (la prue-
sible), que sólo considera cognoscible lo que se puede cap- ba teleológica) y del interior del hombre (su conciencia o
tar por medio de las sensaciones; y propugna asimismo una conocimiento), ideas que va a hacer suyas y que desarro-
concepción mecanicista de la realidad que se remonta a llará especialmente Agustín.
Demócrito y que atribuye cuanto existe a conexiones ca- Pero entre los estoicos la doctrina filosófica de Dios se
suales de los átomos. El placer (gr. hedone), al que el hom- distingue como tal de otras «teologías». De Panecio de Ro-
bre aspira, no consiste en la satisfacción momentánea de das (185-109 a.C.) y de su discípulo Mucio Escévola se
una necesidad sino en la serenidad de ánimo, ataraxia, que cuenta que habían establecido tres formas de teología: la de
está por encima de los placeres de la carne (gr. sarx). Y los poetas, que es antropomórfica, y por tanto falsa e in-
como el miedo a la muerte y a los dioses se considera una digna de crédito; la de los filósofos, que es racional y verda-
de las amenazas más fuertes para la serenidad de ánimo, es dera, pero sin ninguna utilidad para el pueblo; y la de los
preciso destruir la superstición religiosa mediante el cono- estadistas, que considera el culto tradicional como in-
cimiento de que no existen poderes suprasensibles que re- dispensable para el pueblo. En M.T. Varrón estas formas
compensen o castiguen al hombre; aun en el caso de que se corresponden con la teología mítica, la natural, sobre la
haya dioses, no se preocupan del hombre. que versa la filosofía, y la estatal.
La escuela estoica, por el contrario, entiende el mundo El sistema que mejor responde a la necesidad religiosa y
como regido por una razón universal divina. Ésta se de- que' a la vez resulta el más audaz es el elaborado por el
muestra en el acontecer natural ordenado teleológicamente neoplatonismo, y en concreto por Platino (203-269) y Pro-
(conforme a un fin), fundamenta la convicción de que exis- do (410-485). Desarrolla elementos de las filosofías pitagó-
te una providencia y una predestinación divinas de todo rica y platónica, bajo la influencia de las religiones orienta-
ente, está presente en el interior de cada hombre y se les, judía y cristiana, con una fuerte tendencia mística. El
muestra en el espíritu y en la razón. En consecuencia, ha- anhelo humano de plenitud se ve exacerbado por el aisla-
brá auténtica sabiduría cuando el hombre coincide con la miento de las cosas múltiples y el padecimiento consiguien-
naturaleza y con la ley que la gobierna, no se disgusta con te a dicho aislamiento cuando lo que persigue es la unión.
su destino y mantiene la apatía (gr. pathos = pasión) frente El mundo retorna al fundamento primero, al uno origina-
a todas las pasiones. rio, del que propiamente no se puede afirmar lo que.es sino
Para la doctrina filosófica de Dios tiene aquí importan- únicamente lo que no es (teología negativa), porque todo
cia el que, según la concepción de los estoicos, el hombre nuestro razonar sólo pone pluralidad en ese uno. La multi-
lleva innato el convencimiento de que hay dioses. Por lo plicidad del mundo se entiende como un proceso de degra-
que se comprende que todos los pueblos tengan ciertas re- dación a partir del uno originario, que se realiza necesaria-
presentaciones básicas de los dioses. Así, entre los estoicos, mente y que tiende al mismo origen. Cuanto más se libera

30 31
!,~"

,
el hombre de lo múltiple, tanto más consigue realizar su > mo la única filosofía segura y saludable, y cuando el Cri-
definición suprema, avanzando a través del rechazo del sóstomo califica a los monjes cristianos como los únicos
mundo cotidiano y pasando por el conocimiento conceptual filósofos auténticos que todavía quedan en el mundo.
y la contemplación intuitiva que lo supera, hasta llegar a la Pero al mismo tiempo encontramos también en Pablo
unión extática y mística con el uno originario. referencias al hecho de que Dios puede ser conocido de tal
manera por el hombre, que ni siquiera quienes se encuen-
tran fuera de la revelación cristiana tienen motivo alguno
1.2. Fe en Dios y filosofía cristiana de excusa para no reconocer a Dios (Rom 1, 19ss). En el
Areópago de Atenas (Act 17, 22-31) Pablo cita también a
,
1.2.1. Los origenes del pensamiento cristiano ¡;. los filósofos griegos en apoyo de su predicación y toma
como punto de enlace el dato de que Dios «no está lejos de
En muchos puntos el cristianismo que se difundió du- cada uno de nosotros», ya que «en él vivimos, nos move-
rante los primeros siglos estaba en oposición no sólo con las mos y somos».
religiones populares sino también con las escuelas filosófi- En el enfrentamiento del cristianismo con los gentiles,
cas; concretamente en estos puntos: la rígida fe monoteísta sobre todo con las personas cultas, se utilizan conceptos y
basada en la revelación de Dios en la historia, la separación argumentos filosóficos que formaban parte de la cultura de
del Dios creador, personal y libre, del mundo, a una con la entonces, y entre otros también la crítica de estoicos y epi-
estrechísima vinculación de ese mismo Dios con los hom- .,~.
cúreos al politeísmo antiguo. En Alejandría, donde al co-
bres en el Dios-hombre Jesucristo. Las gentes de todos los mienzo de la era cristiana se esforzaba Filón (25 a.C.-40
estratos sociales creyeron en él como la incitación ética más d.C.') por establecer una conexión entre e! concepto vete-
profunda a una forma de vida en un amor operativo y como rotestamentario de Dios y la filosofía griega, desaparecen
prenda de la esperanza en la redención de todo el hombre, cada vez más las reservas frente a la filosofía. Pero Clemen-
que no sólo de su espíritu, en la consumación escatológica .. te de Alejandría (muerto hacia el 215) la filosofía preparó
Ya en los escritos del Nuevo Testamento y en los prime- el camino de los griegos a Cristo, como lo hizo el Antiguo
ros escritores cristianos se advierten dos relaciones caracte- Testamento con los hebreos. Cada vez se emplean más
rísticas con la filosofía: primera, la de un enfrentamiento, y conceptos y argumentos filosóficos en el desarrollo teológi-
segunda, la de una referencia al conocimiento filosófico. co y racional de la fe cristiana.
Así, advierte Pablo contra la «sabiduría del mundo» Agustín (354-430) adquiere una importancia singular,
(ICor 1, 20) Y contra su fuerza seductora (Col 2, 8). Para incluso por lo que respecta a la influencia en épocas sucesi-
Tertuliano (165-220) los filósofos son los patriarcas de los vas. Vamos, pues, a mencionar aquí algunos de los puntos
herejes. Que ahí se entiende la filosofía como visión del más importantes de su doctrina acerca de Dios.
mundo y como forma de vida, que asume a su vez el papel Personalmente Agustín se había liberado de la secta
de la religión, se hace patente cuando Justino Mártir (s. n) gnóstica de los maniqueos, que defendía el dualismo de dos
expresa la oposición entre una y otra llamando al cristianis- primeras causas: una de la luz, la bondad, el espíritu; la
~."

32 33
otra de la tinieblas, del mal y la materia. Agustín lucha por 1.2.2. La escolástica
resolver el problema del origen del mal y del dolor; para él
todo se debe en definitiva a Dios como creador, causa y La filosofía de la edad media arranca de las escuelas
fundamento primero y único. El mal y la maldad no repre- monásticas y catedralicias en tiempos de CarIomagno. Eso
sentan una verdadera realidad, sino que han de entenderse es lo que indica la designación de «escolástica» (lat.: schola
como deficiencias en la realidad creada. En el mal moral, = escuela) que se aplica al pensamiento hasta los umbrales
ese fallo consiste en el abuso de la libertad creada. de la edad moderna. Aquellas escuelas recogieron la he-
Frente a la duda de los escépticos, Agustín se.remite a rencia de la cultura antigua y el pensamiento de los padres
la autocerteza del pensamiento: cuando alguien duda, sabe de la Iglesia. Especial importancia se atribuyó al pensa-
r-
que no sabe nada seguro, que puede dar su asentimiento miento de Agustín, mientras que de Aristóteles sólo se co-
con algún tipo de base, no sin fundamento alguno. La posi- nocieron algunos escritos de lógica.
bilidad radical de un conocimiento verdadero y cierto que Ese pensamiento de la edad media cristiana encuentra
ahí se advierte es para Agustín una referencia a Dios como su primera marca y orientación en Anselmo de Canterbury
verdad primera. Sien Platón las ideas, en tanto que proto- (1033-1109), el «padre de la escolástica». La actitud mental
tipos de las cosas existentes, eran el fundamento de su cog- agustiniana, que busca una inteligencia del contenido de la
noscibilidad y de su ser, ahora en Agustín eso lo hacen las fe -fides quaerens intellectum, la fe que busca conocimien-
ideas creativas de Dios. Al igual que ya en Filón, las ideas to-, se convierte ahora en el programa de una investigación
platónicas se entienden ahora como ideas del Dios creador. sistemática de la fe cristiana. Algunos elementos filosóficos
Agustín enlaza también algunas ideas fundamentales de contribuyen a la sistematización y exposición de las visiones
la filosofía estoica ·con la fe creacionista. Lo que en los de conjunto. Sin embargo también se aplican análisis que
estoicos era una ley universal, que se manifiesta asimismo tienen una importancia filosófica. Entre ellos se cuenta el
en el conocimiento. y en la conciencia del hombre, es en razonamiento que Anselmo antepone a su Proslogion y que
Agustín la ley natural que el Dios creador ha impuesto a las. partiendo del hecho de que nosotros podemos captar la
cosas. Esa ley no tiene ciertamente un carácter coactivo idea de un ser supremo, concluye la existencia necesaria de
-físico-, pero sí el carácter obligatorio -ético- de la ley dicho ser supremo. Por Dios entenderíamos nosotros aquel
moral. De los estoicos recoge también Agustín la idea de ser, mayor que el cual nada puede pensarse (id quo maius
las fuerzas germinales (lat.: rationes seminales; gr. logoi cogitari non potest). Ahora bien, si algo hay que se puede
spermatikoi), que sólo poco a poco llegan a desarrollarse en pensar y que a la vez existe realmente, es ciertamente ma-
un proceso evolutivo. Pero el marco para ello viene dado yor que aquello que se piensa pero que no existe de hecho.
con la creación, de la que surge el ordenamiento espacial y De ahí que el ser mayor que el cual nada puede pensarse
temporal. tenga que ser real, frente a un ser que sólo es objeto del
pensamiento, porque tiene que ser mayor no solamente
en el pensamiento sino también fuera del pensamiento; es
decir, tiene que existir realmente.

34 35
',";

Este razonamiento, que desde Kant se conoce como contextos más diversos: en sus comentarios a Aristóteles,
argumento ontológico de la existencia de Dios, aparece por en pequeños escritos sobre problemas filosóficos y en cone-
primera vez en Anselmo dentro del contexto de una confe- xión con los planteamientos teológicos dentro del marco de
sión de fe. Más tarde fue recogido, desarrollado y criticado sus sumas y de otros escritos.
dentro ya de un contexto filosófico. Tomás recoge el concepto aristotélico de ciencia. La
Por lo demás, esta argumentación de Anselmo no debe distinción entre teología, que se apoya en la revelación cris-
confundirse con otras argumentaciones que él desarrolla en tiana, y filosofía, la ve el Aquinatense en la singularidad de
otros pasajes, concretamente en el Monologion, en los que los principios, de los primeros asertos de los que se sacan o
preside una orientación platónica y agustiniana, Como explican unas consecuencias y conexiones del campo que es
quiera que sea, por lo general cuando hablamos del «argu- objeto de la ciencia. En la filosofía, esos primeros princi-
mento anselmiano» se piensa en el razonamiento que el pios básicos se consideran evidentes; por el contrario, los
autor presenta en su Proslogion y que después se denominó primeros principios de la teología son objeto de fe. Para
«argumento ontológico». unos y otros cuenta sin embargo el hecho de que no pueden
ser derivados, aunque sí pueden defenderse contra objecio-
nes y dificultades, desde luego utilizando los supuestos en
1.2.3. Tomás de Aquino que se apoya el interlocutor para esgrimir sus objeciones.
Así, Tomás distingue claramente la teología en que se
La fundación de las universidades, la vida científica y ocupan los filósofos, la cual partiendo de la consideración
los estudios monásticos que surgen con las nuevas órdenes metafísica de toda la realidad llega a Dios como fundarnen-
religiosas de franciscanos y dominicos, los escritos aristoté- to primero, de aquella otra teología que se apoya en la
licos que se conocen en el siglo XII y el análisis de los mis- revelación cristiana asumida en la fe y que tiene a Dios
mos y de sus comentaristas árabes (Averroes, Avicena) y como su objeto directo. En el aspecto metodológico, es
judíos (Avicebrón, Maimónides), condujeron en el siglo decir por lo que hace a la base en que se fundamentan y
XIII a una de las cumbres del pensamiento medieval, a lo justifican las afirmaciones, existe por tanto una distinción
que se ha llamado la alta escolástica. clara entre una doctrina filosófica de Dios y una teología de
El logro máximo de Tomás de Aquino (1224-1274) está la revelación. En la quaestio 5 de su comentario al De Trini-
en su interpretación cristiana, preparada por Alberto Mag- tate de Boecio expone Tomás de Aquino su concepción
no, del pensamiento aristotélico y su vinculación sistemáti- teorético-científica. Y en el artículo 4 compendia sus expli-
.,?,",
ca con la herencia teológica de la escolástica, que llevaba el caciones con esta toma de posición que lo resume todo:
sello de Agustín. Ese logro es sin duda el fundamento obje- .
tivo de la enorme influencia de su síntesis, precisamente
«Así pues, hay una doble teología o ciencia divina: una, en que las
sobre la filosofía. Ello se debe a que metodológicamente cosas divinas no se consideran como sujeto de la ciencia sino más bien
establece una distinción clara entre filosofía y teología, como principios explicativos del objeto; y es la teología que cultivan
aunque las argumentaciones filosóficas las aplique en los los filósofos, y que por otro nombre se conoce como metafísica. La

36 37
otra (teología) es la que considera lo divino por sí mismo como objeto
- Entre el contenido de la revelación y aquello que la filo-
de la ciencia, y ésta es la teología que nos proporciona lo. Sagrada
Escritura» 16. sofía conoce no puede haber contradicción.
- La existencia de Dios puede demostrase filosóficamente.
Acerca de lo cual conviene advertir aquí lo que sigue, - El conocimiento filosófico de Dios resulta difícil, de ahí
porque es importante para el papel de la filosofía de cara a que lo filosóficamente cognoscible de Dios también haya
la teología de la revelación: sido revelado.
« ••• porque las verdades acerca de Dios investigadas por la razón
a) Filosofía y teología revelada se distinguen por la pe- humana llegarían a los hombre por intermedio de pocos, tras de mu-
culiaridad de su conocimiento, por las bases sobre las que cho tiempo y mezcladas con muchos errores» 18.
se sustentan sus afirmaciones. De ahí que en principio la Las argumentaciones filosóficas sirven para demostrar
misma cosa pueda tratarse tanto en el plano teológico como aquello que en el contenido o en los supuestos de la revela-
en el filosófico. La diferencia decisiva no está en la temáti- ción es accesible a la razón humana; sirven asimismo para
ca sino en el fundamento de la prueba. Y así se dice en la rebatir las dificultades que parecen oponerse a la revela-
Suma teologica:
ción; y, finalmente, contribuyen al desarrollo sistemático
de los contenidos de fe y ayudan a sacar las consecuen-
«Por esto no se ve inconveniente en que de las mismas cosas que
estudian las disciplinas filosóficas, en cuanto asequibles con la luz de la
cias de los mismos.
razón natural, se ocupe también otra ciencia en cuanto que son conoci- Tomás comenta el razonamiento que se encuentra en la
das con la luz de la revelación divina»!". física y en la metafísica aristotélicas, que arranca del movi-
miento de las cosas y de su dependencia de un motor in-
b) Las relaciones entre el conocimiento filosófico y móvil. Esa prueba del movimiento, junto con otras ideas de
aquel otro que se fundamenta en la revelación pueden defi- diferentes filósofos (Platón, Las leyes) y pensadores cristia-
nirse con mayor precisión: nos (sobre todo Agustín), la incorpora Tomás a su Suma
- Hay contenidos de revelación (por ej., la Trinidad) que la' contra los gentiles, porque antes de tratar sistemáticamente
filosofía no puede conocer. de Dios y de las relaciones del hombre con él, es necesario
demostrar su existencia, ya que según la doctrina aristotéli-
16. «Sic ergo theologia sive scientia divina duplex est: una, in qua eon- ea de la ciencia las cuestiones acerca de las propiedades de
siderantur res divinae non tamquam subieetum seientiae, sed tamquarn
una cosa suponen la existencia de la misma. En esta obra
principia subieeti, et talis est theologia, quam philosophi prosequuntur,
quae alio nomine mataphysiea dicitur; alia vero, quae iosas res divinas del Aquinatense no se trata en primer término de demos-
considerar propter seipsas ut subiectum seientiae, et haee est theologia, trar la existencia de Dios a las personas que la niegan. Más
quae in sacra Scriptura traditur- (In Boeth. de trino q. 5, a.4, resp.).
bien del desarrollo del convencimiento de que el esfuerzo
17. «Unde nihil prohibet de eisdem rebus, de quibus philosophicae
diseiplinae, secundum quod sunt cognoscibiles lumine naturalis rationis,
etiam aliam seientiam tractare, secundum quod eognoseuntur lumine divi- 18. «Quia veritas de Deo per rationem investigata, a paucis hominibus
nae revelationis» (S. th. 1, q.1, a.1, ad 2). El texto castellano reproduce el et per longum tempus et cum admixtione multorum errorum provcniret-
de la BAC, Madrid 1947. (Íb!d., q 1, a 1, e).

38 39
de la razón humana. iluminada por la fe, para exponer la una con ciertos elementos de los estudios filosóficos que
inteligencia de la revelación puede conectar con la referen- árabes y judíos habían llevado a cabo acerca del pensa-
cia del mundo experimental --que se manifiesta en las re- miento aristotélico, influidos por ideas agustinianas, a una
flexiones filosóficas-- a un fundamento primero, al que elaboración más clara de ciertas ideas filosóficas funda-
religiosamente cabe dirigirse como a Dios. mentales. Esos trabajos precedentes posibilitan a Tomás
En su Suma teológica asigna a las vías filosóficas la mis- una interpretación crítico-sistemática de Aristóteles, que
ma posición sistemática de cara a demostrar la existencia de no sólo es compatible con la fe cristiana sino que propor-
Dios. Empieza por rechazar --como lo hace, por lo demás, ciona, a su vez, un instrumento muy válido para su desarro-
en la otra Suma- la vía anselmiana que arranca del con- llo teológico.
cepto de Dios. Y después presenta, junto a la víaaristotéli- Por lo demás, también aquí se echa de ver la dificultad
ea trazada desde el movimiento de las cosas, otras cuatro del pensamiento filosófico: el énfasis y la interpretación de
vías que arrancan respectivamente de la relación causal que ciertas ideas filosóficas fundamentales están condicionados
se da entre ellas, de la contingencia tanto del origen como por múltiples factores históricos y personales, que no son
de la desaparición, de la pluralidad de realización de deter- comunes a todos los pensadores, ni siquiera a los de la edad
minadas substancias entendidas como escalonamiento de media. Aunque la admirable síntesis de Tomás de Aquino
una forma de realización perfectfsima, y, finalmente, del mereció una gran consideración y ejerció una influencia
fenómeno y presencia de una acción teológica o finalista en notable, no faltaron otros filósofos medievales que carga-
la naturaleza. ron el acento en otros puntos de las concepciones filosófi-
De conformidad con el estilo de la obra, estas cinco vías cas de carácter fundamental: en la concepción de la ciencia,
(quinque viae) por las que puede demostrarse la existencia en la inteligencia del ente, aspecto este último decisivo para
de Dios presentan en este lugar (s. th. 1, q. 2, a. 3, c.) unos el desarrollo de la metafísica y en lo que se refiere a la
compendios escuetos. Los principios filosóficos aplicados peculiaridad y alcance del conocimiento humano. Bajo for-
en ellas aparecen también en muchos otros pasajes que mulaciones que a primera vista muchas veces parecen igua-
profundizan sobre los mismos. Una y otra vez se remite al les, se advierte la diferencia de concepción en la divergen-
concepto de Dios como fundamento último, que es el que cia de las consecuencias.
desarrollan las cinco vías; y ello incluso cuando se habla de Así, por ejemplo, Buenaventura (1221-1274) acentúa
las propiedades divinas dentro del contexto de una teología mayor número de elementos pertenecientes a la tradición
sistemática de la revelación. .agustiniana. La ciencia, de la que es maestro Aristóteles,
debe conducir a la sabiduría y al amor, sobre los que se ha
ocupado el agustinismo. En su Itinerario de la mente en Dios
1.2.4. Unidad y pluralidad de planteamientos (Itinerarium mentis in Deum) no trata el pensador francis-
cano de las estructuras generales de! mundo que remiten a
La concepción cristiana de Dios como creador y la com- un primer fundamento, sino que se ocupa más bien de
prensión consiguiente de la persona humana conducen, a señalar progresivamente cómo la experiencia que el hom-

40 41
bre tiene de las cosas y, sobre todo, de sí mismo, hace que namiento de las esencias donde aporta un enriquecimiento
se le transparente Dios y pueda llevarle a una relación viva esencial al análisis de la dependencia causal.
y profunda con él. Un desarrollo similar de los análisis de las vías filosófi-
Aquí se advierte una oposición, que reaparece de conti- cas hacia Dios lo hallamos -aunque conducido una vez
nuo: de un lado, el énfasis en la experiencia concreta y en más desde una concepción algo diferente del ser, que se
su explicación; del otro, la elaboración y el análisis filosófi- distancia de las influencias platónicas- en Suárez
cos de las maneras :de pensar supuestas en esa interpreta- (1548-1617), ya en la edad moderna. Sus Disputationes me-
ción y aplicadas en ella de modo concreto. Ligada a ello va taphysicas se consideran como la primera exposición siste-
muchas veces la tensión entre el diferente énfasis que se mática de la metafísica, habiendo ejercido una gran in-
pone sobre los aspectos existencial y racional del cuestiona- fluencia tanto sobre la teología protestante, especialmente
miento filosófico: en cuestiones como la de Dios se trata de la gran ortodoxia, como sobre el pensamiento filosófico
problemas vitales, que desafían al hombre en lo más pro- moderno (Descarte, racionalismo kantiano).
fundo, que afectan a toda su actitud frente a la vida y que, De cara a la doctrina filosófica de Dios tiene aquí singu-
en definitiva, no se pueden tomar en serio sin adoptar una lar importancia el consignar cómo en tales pensadores se
posición frente a la praxis religiosa. Sin embargo, justo en hace patente-la conexión entre la manera de trazar las vías
una cuestión tan importante se trata de una toma de posi- filosóficas hacia Dios con sus concepciones peculiares acer-
ción racional y responsable, cuyos fundamentos racionales ca de las vinculaciones fundamentales de la realidad. A
de decisión hay que analizar y estudiar con toda la amplitud ello, así como a la diferente interpretación de las expresio-
posible. Y aunque, naturalmente, con ello no se puede sus- mis utilizadas al respecto, se debe la distinta valoración de
tituir la toma de posición, ciertamente que sí se explican los cada una de las argumentaciones y pruebas. Sin un deter-
supuestos de su responsabilidad. minado modo de desarrollo de las estructuras básicas de la
También hay que citar el ejemplo de Duns Escoto realidad, es decir, sin una determinada metafísica u ontolo-
(1266-1308). Mereció el sobrenombre de Doctor subtilis gía, no parece posible el desarrollo concreto de una refe-
por la extraordinaria agudeza mental con que analiza, criti- rencia de la realidad existente a su fundamento último.
ca y desarrolla los razonamientos. Para ello parte de su- Una investigación comparada de las diferentes vías per-
puestos distintos, y sobre todo de una concepción algo dife- mite conocer determinados elementos estructurales, que
rente de la que s-ustenta Tomás de Aquino. Ello hace que, aparecen una y otra vez y que han de considerarse decisi-
respecto de las posibilidades de un conocimiento filosófico vos. Un análisis posterior de tales razonamientos deberá
y de las afirmaciones acerca de Dios, se muestra todavía tenerlos muy en cuenta.
más cauto. Rechaza la prueba aristotélica del movimiento.
Amplía y desarrolla las ideas de Anselmo y Agustín, antici-
pando así la forma leibniziana del argumento ontológico.
Pero es sobre todo en el desarrollo del razonamiento de la
causalidad eficiente, de la determinación del fin y del orde-

43
42
1.3. Los planteamientos de la filosofía moderna 1.3 .1. El nuevo ideal de la ciencia

El pensamiento moderno a partir del renacimiento Uno de los rasgos específicos de la edad moderna es la
plantea dentro de nuevos contextos el estudio filosófico del irrupción del pensamiento científico sobre la naturaleza.
problema de Dios: en el humanismo se manifiesta un in- Ese pensamiento venía ya preparado desde finales de la
terés cada vez mayor por el hombre con su decisión y liber- edad media, fue proyectado como un programa por Francis
tad personales. Sediversifican en gran manera o son rele- Bacon de Verulam (1561-1626), llevándolo a cabo primero
vados los ordenamientos sociales y religiosos: ascenso de la en la mecánica Galileo Galilei (1564-1642) y más tarde Isa-
burguesía como portadora de una nueva forma de econo- ac Newton (1642-1727). Se afianza como propósito capital
mía, que depende en gran manera del espíritu emprende- una ampliación metodológica y finalista de nuestro conoci-
dor de los individuos; el fortalecimiento de las ciudades y la miento a través de la experiencia. Se busca comprensión
formación de los Estados nacionales; la reforma. La nueva mejorada de la naturaleza, que nos permita un mejor do-
relación con la naturaleza se advierte, de una parte, en la minio de la misma. Con ello se espera a la vez superar las
vuelta asombrada e investigadora hacia la misma y a la fronteras del conocimiento experimental espontáneo, que
posición del hombre dentro de ella; y, de otra, en una cien- era el viejo apoyo. Las fronteras se pusieron de manifiesto,
cia que se orienta al dominio de la propia naturaleza. según Bacon, ante todo en los diferentes tipos de prejuicios
Ambas cosas conducen a una imagen nueva del mundo, de los que dependía la convicción espontánea, y también en
que está en oposición con la imagen tradicional del mundo, la casualidad de lo que precisamente se había observado.
ligada a la fe cristiana y que muchas veces se suponía como Hasta entonces la ciencia, con su orientación aristotélica,
algo evidente por parte de la filosofía medieval. En el nen- había servido en el mejor de los casos a la sistematización
samíento filosófico destaca una reflexión sobre las posibili- del saber surgido de forma casual; pero no a una explica-
dades y vías del conocimiento de la realidad en un distan- ción auténtica que nos pusiera en situación de prever y
ciamiento crítico de lo tradicional y en la búsqueda de nue- disponer técnicamente el curso de la naturaleza.
vos métodos.
Ya con Galileo aparece claramente el carácter esque-
En ese proceso, Christian Wolff (1679-1754) independi- matizador y constructivo de ese nuevo conocimiento natu-
za la doctrina filosófica de Dios como disciplina propia de la ralista. Para él el libro de la naturaleza está abierto a los
metafísica especial con una nueva sistemática de la filoso- ojos de todos, mas sólo puede leerlo quien ha aprendido el
fía. En el contexto de la ilustración se espera de la filosofía lenguaje y los trazos con que ha sido escrito, a saber:
la fundamentación de una religión racional. El fracaso de el lenguaje de la matemática y la grafía del triángulo, el
tales esfuerzos conduce a la crítica de la posibilidad de una círculo y otras figuras geométricas!", Pero con ello se está
doctrina filosófica de Dios y a la reflexión filosófica sobre el hablando de una idealización. El propio Galileo hace uso
fenómeno cultural de la religión y a la crítica de la religión.
A continuación vamos a exponer algunas posiciones y
19. Cf. J. Losee , Wissenschaftstheorie, Munich 1977, 58ss (ed. orig.
tendencias características de esa época.
inglesa: 1972).

44
45
11.)
...•..

de la misma: en el campo de los fenómenos no hay ejem- '-1


\~.

capacita para una configuración técnica de la naturaleza; e)


plos directos sino simples aproximaciones en mayor o me- en la posibilidad de un examen intersubjetivo mediante la
ti-
nor grado para cosas como «libre caída en el vacío» y «pén- experiencia de otros experimentadores.
dulo ideal». Así, para el análisis de los fenómenos naturales Estas características del conocimiento científico y expe-
se requiere la fantasía creadora que lleva a la admisión de 'lit
rimental de la naturaleza han marcado cada vez más el
unos factores decisivos como, por ej., la línea y tiempo de ideal del saber y en el presente definen en buena medida las
caída para la caída libre. Después se pueden imaginar 'Ii~ expectativas que muchos han puesto en la ciencia.
experimentos que hacen mensurables unos factores, permi- Este nuevo ideal del saber debe distinguirse ciertamen-
"~'

ten definir sus relaciones y a los que es posible controlar en te del ideal científico de Aristóteles, que subyace, por ej.,
sus desviaciones. En virtud de tales experimentos se puede en las pruebas clásicas de la existencia de Dios. La desven-
formular la relación de los números relativos de los factores taja de la explicación aristotélica radica en que no propor-
como ecuación o' función' y se puede seguir examinando ciona ningún pronóstico del curso natural, en que carece de
experimentalmente. relevancia prognóstica. Por otra parte, sin embargo, la ex-
,:~¡.
En la posterior discusión teórico-científica este tipo de plicación aristotélica aporta algo que no se puede lograr a
explicación se define como funcional, viendo el punto deci- 'l. través de la explicación funcional, a saber: el esclareci-
sivo en el hecho de que un fenómeno se considera explica- t; miento de las relaciones de los diferentes campos objetivos
do en el sentido de la explicación funcional, dentro del entre sí y de las formas de conocimiento que el hombre
'':y

ámbito de la naturaleza, cuando una proposición descripti- utiliza. Ahí está su relevancia para comprender la totalidad
va de dicho fenómeno puede derivarse de unas proposicio- de la vida y decisión humanas. Tal función integradora de
nes y condiciones marginales reconocidas como válidas, las UO<l. explicación filosófica tiene importancia para la orienta-

cuales caracterizan la situación concretaé". Gracias al lo- ción de una forma humana de vida y para el problema del
gro, tam importante para la aplicación técnico-práctica, de sentido de la vida humana:
poder hacer pronósticos sobre el curso del acontecer natu- Fue necesaria una larga evolución mental para descu-
ral, se habla también en ocasiones de relevancia prognásti- brir, en medio del entusiasmo por el nuevo y eficaz método
ea de ese tipo de explicación. Así, la importancia de esta de las ciencias experimentales, sus limitaciones fundamen-
forma de explicación de la naturaleza radica: a) en una tales. Primero, en efecto, hubo tentativas por alcanzar in-
inteligencia del curso regular y previsible de los aconteci- mediatamente, desde el nuevo acceso a la inteligencia de la
mientos naturales;' b) en proporcionar un conocimiento que naturaleza, una visión del mundo: fue el materialismo me-
canicista, que alcanzó su primera cima con los enciclopedis-
20. Conocida en nuestro siglo como «explicación nomológico-deducti-
va», se la designa como esquema H-O por las iniciales de los teóricos de la tas franceses del siglo XVIII.
ciencia Hempel y Oppenheim, los cuales analizaron en concreto a qué otras Respecto del problema de Dios, a menudo estuvo vin-
condiciones debe responder la deducción de un principio de observación culado con el deismo (Iat. Deus = Dios), defendido en la
partiendo de unas afirmaciones nomológicas y de unas condiciones margi-
nales para que se pueda entender como una explicación científico-natural época de la ilustración, que admitía sí un Dios personal,
del contenido expuesto por el principio de observación. creador de la naturaleza con sus leyes, pero que se diferen-

46 47
ciaba del teísmo (gr. theos = Dios) por cuanto que Dios ya rales, se reducen a unos primeros principios ciertos y cono-
no tiene ninguna influencia sobre el acontecer universal ni cidos directamente y pueden desprenderse de los mismos
sobre la historia, y s.obre todo por cuanto que no se revela p.or vía deductiva. Como lo que cuenta ante todo es el
sobrenaturalmente , En algunos autores como en los casos conocimiento, enjuiciado en su carácter deducible de unos
de Diderot (1713-1784) y H.olbach (1723-1789), el materia- principios primeros, se habla a veces de un ideal de validez
Iismo iba mezclado con un ateísmo: Dios resultaba inútil deductiva.
para la explicación del mundo, ya que éste puede explicarse Descartes (1596-1650) parte de la búsqueda de un fun-
por las leyes naturales del movimiento. Corno motivo del damento seguro para nuestro conocimiento. Ese funda-
ateísmo es aquí determinante no sólo la contraposición en- mento 1.0encuentra ante todo en la autoconciencia induda-
tre la explicación científico-natural del mundo y la teológi- ble de nuestro pensamiento, en el «cogito ergo sum»21. Ello
ca, síno también una disposición crítico-religiosa: la crítica quiere decir que 1.0que nosotros tenemos más claro es que
a la Iglesia, a la intolerancia de las confesiones y a la persis- yo pienso, que y.o existo. Así, 1.0que para él cuenta como
tencia en unas tradiciones no racionales. criterio de verdad es la claridad y certeza del pensamiento.
Muchas de nuestras ideas o pensamientos no s.on innatas, y
su claridad y nitidez nos garantiza la verdad de su conteni-
1.3.2.La actitud crttico-cognitiva do. Entre esas ideas se encuentra también la idea de Dios
como ser perfectísimo.
Para el pensamiento filosófico moderno, incluso por 1.0 Con distintos planteamientos intenta probar Descartes
que se refiere a las tensiones confesionales subsiguientes a q.ue Dios como ser perfectísimo tiene que existir: de otro
la reforma y por lo que respecta al derrocamiento del ideal modo, faltaría el fundamento adecuado del hecho de que
cognitivo aristotélico-medieval, fue decisiva la cuestión de nosotros tengamos innata esa idea. Modifica, además, el
los fundamentos de nuestro saber. El tratamiento del pro- argumento ontológico de Anselmo: en el concepto del ser
blema se deja sentir en las dos posiciones del empirismo supremamente perfecto entra la existencia de ese mismo
.inglés y del racionalismo continental. Dicha tensión y la ser, como pertenece al concepto de triángulo el que la suma
interpretación materialista de la mecánica constituyen asi- de sus ángulos sea igual a dos ángulos rectos. Esta forma de
mismo el punto de partida del pensamiento kantiano. la demostración ontológica vuelve a aparecer en el raciona-
lismo. Con Leibniz se completa, ya que intenta demostrar
la posibilidad interna (ausencia de contradicciones) del ser
1.3.2.1. El racionalismo perfectísimo. Y es bajo esa forma que Kant da a la argu-
mentación el nombre de «demostración ontológica de
Propósito del racionalismo (Descartes, Spinoza, Leib- Dios», argumentación que va a ocupar el centro de la críti-
niz, Wolff) es subsanar las deficiencias del conocimiento ca kantiana a las pruebas de la existencia de Dios.
experimental espontáneo examinando en qué medida los 21. Descartes, Principia philosophiae 1, 7; trad. cast.: Los principios de
contenidos cognitivos, y sobre todo las afirmaciones gene- la filosofía, Losada, Buenos Aires 1951.

48 49
En el racionalismo no se tiene en cuenta que los prime- embargo Descartes corrige su definición de substancia con
ros principios y los conceptos que en ellos aparecen desean- el añadido de que la influencia divina mantiene a la subs-
san sobre abstracciones de nuestra experiencia mundana de tancia, de modo que al lado de Dios hay también substan-
cada día, y que constituye una cuestión filosófica de capital cias finitas:
importancia saber cuáles son el sentido, la validez y el cam-
po de aplicación de tales principios. Una función de las «Por substancia no podemos entender otra cosa que aquella que
existe de tal modo que no necesita de ninguna otra para su existencia
distinciones establecidas por Aristóteles fue la de precisar
(quae ita existit, ut nulla alía re indigeat ad existendum).Y ciertamente,
las respuestas a esta cuestión. Las pruebas a posteriori de como substancia que no necesita en absoluto de ninguna otra cosa
Dios las aplica sistemáticamente Tomás de Aquino para para existir, sólo se entiende una: Dios. Todas las otras las entende-
explicar el sentido y la aplicabilidad de los predicados que mos de manera que sólo pueden existir por la cooperación de Dios>,22.
se le atribuyen a Dios. En el racionalismo persiste la ten-
dencia a elaborar en las pruebas de la existencia de Dios Spinoza es quien saca la consecuencia plena de la equi-
sobre todo los conceptos y principios más generales. Lo paración entre substancia y Dios, de tal forma que sólo
cual representa ciertamente una ayuda para mejor esclare- puede darse una única substancia. La consecuencia es que
cer la estructura lógica de los razonamientos. Así, por todo lo demás está en ella, y, por consiguiente, que todo es
ejemplo, el principio del movimiento se reduce al principio Dios; lo que constituye una forma de panteismo (gr. pan
de causalidad y ésta, a su vez, al principio de razón sufi- =todo). El panteísmo ve como, Dios al conjunto de la
ciente. Pero quedan pendientes dos series de problemas: realidad, mientras que el teísmo considera sí a Dios como
¿En qué se apoya la validez de esos principios básicos gene- fundamento que hace posible la existencia de todo, aunque
ralísimos? ¿Sobre qué descansan el sentido y validez de los permaneciendo distinto de cuanto él fundamenta.
conceptos particulares mediante los cuales esos principios La explicación insuficiente de conceptos básicos no
generalísimos se aplican a unos campos particulares? A ello afecta sólo al concepto de substancia sino también al de
va a poder referirse después Kant en su crítica de las prue-. causalidad. La consecuencia es que tampoco se explican de
bas de Dios. manera satisfactoria las conexiones causales entre substan-
Por lo que respecta a los conceptos que se aplican en las cias finitas, por ej. , la que media en Descartes entre cuerpo
afirmaciones acerca de Dios, se advierte la postergación (res extensa) y alma (res cogitans), o las que se dan entre
racionalista de la base experimental y de las diferencias cuerpos diferentes. Ello conduce a la negación de una ver-
condicionadas por ella. Tal ocurre, por ejemplo, en la difi- dadera acción recíproca de las cosas, cuyos estados no son
cultad que ya Descartes observa, de no confundir «substan- más que ocasiones (lat. occasio = oportunidad) para la
cia» y «Dios», pues, una y otro, aunque de distinta manera, acción única de Dios. Esta doctrina del ocasionalismo apa-
son dependientes: la substancia respecto de la relación de rece como secuela de Descartes (en Geulincx, Malebran-
inherancia, por la cual los accidentes dependen de un sus- che). En el caso particular del cuerpo y del alma ha dado
tentador, mientras que Dios lo es respecto de la causalidad
eficiente, al ser la causa primera absoluta e incausada. Sin 22. Ibid., 1, 51.

50 51
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origen a diferentes teorías que intentan solucionar el pro- ta en su validez, si bien referido sólo al campo de objetos
blema: tras la doctrina cartesiana de la acción recíproca y la de una experiencia posible.
solución ocasionalista, la teoría de la identidad de Spinoza John Locke (1632-1704) se cuenta entre los padres de la
y el paralelismo dé Leibniz. ilustración y pasa por ser el fundador de la teoría empirista
Sobre el transfondo de esos conceptos de substancia y del conocimiento. Si, estando a los dictámenes de la ilustra-
causa, muy poco explicados desde la experiencia, y sobre el ción, el hombre tiene que guiarse en su conducta por la
transfondo de las dificultades que de ahí se derivan, puede razón, es necesario ante todo, teniendo en cuenta la expe-
entenderse mejor la crítica empirista que Hume ejerce en riencia de las discusiones inútiles sobre cuestiones vitales,
la aplicación de dichos conceptos. someter a un examen crítico la facultad de nuestra razón. Y
para él la piedra de toque es la experiencia. En su obra
Ensayo sobre el entendimiento humano (1960), en la que
1.3.2.2. El empirismo lleva a cabo tales investigaciones, defiende la idea24 de que
sobre esa base podemos llegar a un conocimiento seguro de
Frente a la utilización racionalista de los conceptos fun- Dios, como origen eterno, omnipotente y sabio del mundo.
damentales y su reclamarse a las ideas innatas, el empiris- Incluso para un núcleo sencillo y comprensible de la revela-
mo (Locke, Berkeley, Hume) acentúa el papel de la expe- ción cristiana, que él considera como supraconfesional, exi-
riencia. En la experiencia, entendida las más de las veces ge una credibilidad racional. Aquí persiste todavía una co-
como percepción sensible o percepción interna, ve el ernpi- nexión entre credibilidad bíblica y tendencia a una religión
rismo el único acceso al conocimiento de la realidad. Fren- racional. En el curso ulterior de la ilustración se contrapon-
te a la concepción aristotélica, esto puede estimarse como drá cada vez de forma más clara la idea de la religión racio-
empirista y, por tanto, de una manera parcial, cual si se nal a la religión revelada con sus matices confesionales.
tuviera muy poco en cuenta la claridad y validez de aquellas David Hume (1711-1776) es más radical que Locke en
circunstancias que posibilitan la experiencia y que se captan su doctrina empirista del conocimiento. Critica conceptos
ya en forma de inclusión en la experiencia vital y mundana. como «causa» y «substancia», y con ello cualquier tipo de
Leibniz hace hincapié en ello a su manera= al completar la metafísica. Y en consonancia con ello critica también una
tesis de Locke de que «nada hay en el intelecto que no haya concepción racional de Dios tal como la defendía el deísmo
estado antes en los' sentidos» (nempe nihil est in intellectu, de la época ilustrada: puesto que nuestras representaciones
quod non fuerit in sensu), agregando «a no ser la misma no van más allá de nuestra experiencia, y como no tenemos
inteligencia» (nisi ipse intellectus). En la filosofía transcen- experiencia alguna de las propiedades de Dios, tampoco
dental de Kant se desarrolla ese elemento intelectual como podemos conocer la naturaleza del ser divino.
condición que hace posible la experiencia y se le fundamen- Lo sorprendente es que-en esa crítica a la posibilidad
del conocimiento racional puede rastrearse una actitud que
23. Leibniz, Neue Abhandlungen über den menschlichen Verstand, II, 1
§ 2, edito por E. Cassirer, Hamburgo 31915,84; trad. cast.: Nuevos ensayos
sobre el entendimiento humano, Editora Nacional, Madrid 1977. 24. Cap. 10 del lib. IV.

52 53
ya se dejó sentir en las formas del antiguo escepticismo y preguntarse: «¿No queda patente en tales manifestaciones
que vuelve a aparecer en Kant: frente a las tentativas en que hay en las mismas un ser incorpóreo, vivo e inteligen-
apariencia infructuosas de encontrar en las cuestiones fun- te?27» Debido a ese transfondo, Kant denomina «fisioteo-
damentales religioso-cosmovisivas de la vida una decisión logia» a la prueba de la existencia de Dios por la observa-
mediante argumentos racionales, se hace hincapié en que la ción de la finalidad que se advierte en la naturaleza.
toma de posición personal frente a tales cuestiones no se le
puede arrebatar a nadie mediante una argumentación, que
Bibliografía
sería equiparable a la seguridad de quien se reclama a unos
datos directamente demostrables. Esa cautela no se reduce General
sólo al problema de Dios sino también a otros' puntos de
vista sobre la concepción del mundo, por ej., el materialis- W. Weischedel, Der Gott der Philosophen, 1: Wesen, Aufstieg und
Verfall der Philosophischen Theologie, Darmstadt 1971-
mo mecanicista.
J. Hirschberger, Geschichte der Philosophie, 2 vols., Friburgo 15 1961,
Fue precisamente Berkeley (1684-1753) quien empleó n- 1960; trad. cast.: Historia de la filosofia, 2 vols., Herder, Barce-
la crítica empirista para poner en tela de juicio la opinión lona 1 121982, II 111982.
de que a partir del conocimiento científico-natural pueda Qu. Huonder , Die Gottesbeweise, Stuttgart 1968.
demostrarse una concepción mecanicista de la realidad. Artículo GOIt, en Historisches Worterbuch der Philosophie III, Basilea
1974, 721-814.

1.3.3. La fisicoteologia Especial para la época moderna

U. Neuenschwander , Gott im neuzeitlichen Denken, 2 vols., Gütersloh


Paralelamente a todo ello, los científicos naturalistas y 1977.
los filósofos de finales del XVII y comienzos del XVIII expu- H. Küng, Existiert Gott?, Munich 1978; trad. cast: ¿Existe Dios? Cris-
sieron la proximidad de Dios tal como se manifiesta en las. tiandad, Madrid 1979.
maravillas de la creación, y sobre todo en las manifestacio-
nes naturales con un sentido y finalidad'". Crítica de la religión
Frente al alejamiento de Dios del cosmos que se da en
el deísmo y frente al sentimiento de que el hombre está H. Zirker, Religionskritik, Düsseldorf 1982; trad. cast.: Crítica de la
religión, Herder, Barcelona 1985.
perdido en el universo, el propósito era precisamente
K.H. Weger (dir.), Religionskritik von der Aufklárung bis zur Gegen-
-aunque bajo la inspiración de la fe cristiana-, y habida
wart. Autorenlexikon van Adorno bis Wittgenstein, Friburgo 1979;
cuenta de la lógica y sentido de los objetos naturales, como trad. cast.: Crítica de la religión desde la ilustración hasta el presente,
las actuaciones instintivas o la estructura del ojo26, el de Herder, Barcelona 1986.

26. Cf. r. Newton, Optics, 31721; trad. cast.: Optica, Alfaguara, Madrid
25. S. Parker (1640-1688), Tentamina physico-theologica de Deo, Lon- 1977.
dres 1665; W. Derham, Physicotheology, Londres 1713 (ed. alern.: 1732). 27. Ibid., hacia el final.

54 55
La otra antinomia afecta a las consecuencias mecánico-
materialistas, que parecen seguirse de la ciencia natural.
2. El desafío de Kan! De acuerdo con ellas la libertad humana sería imposible.
Kant, sin embargo, está personalmente convencido de la
importancia fundamental de la responsabilidad y del deber
en la vida humana, lo que sería absurdo sin libertad.
La tentativa Kantiana de solución debe eliminar a la vez
ambas antinomias. Las ideas que influyen en el conoci-
miento experimental científico y aun precientífico, que no
pueden cimentarse en la percepción sensible, están pese a
todo justificadas por cuanto que, según él, son las únicas
2.1. La crítica kantiana de la metafísica que hacen posible un conocimiento experimental. No obs-
tante, su validez quedaría probada únicamente para afir-
La posición de Kant frente a las pruebas de la existencia maciones acerca de objetos experimentales, mas no para
de Dios se apoya en su crítica general a la metafísica y en un pensamiento que está por encima de ellas. Por ello tam-
una crítica especial de esas pruebas que subyacen en la poco pueden sacarse consecuencias de ningún género para
filosofía racionalista. la cosa en sí; es decir. consecuencias con vistas a unas afir-
La crítica general de la metafísica es una consecuencia maciones metafísicas, unas afirmaciones con alcance de vi-
de su filosofía transcendental, que desarrolla por vez pri- sión del mundo. Lo cual se aplica tanto a los asertos del
mera en su Crítica de la razón pura. Ese enfoque mental materialismo mecanicista como a las aseveraciones acerca
puede entenderse como una tentativa por solucionar dos de Dios, del alma o de la libertad del hombre. Con lo cual
principios contrapuestos, queda rígidamente marcada la frontera de la razón teoréti-
Una de esas contraposiciones se refiere al problema de . ea. El hecho de la libertad humana y de los postulados
la teoría del conocimiento. Según la crítica empirista de consiguientes a la misma, en opinión de Kant, como son la
Hume, sólo a través de contenidos congnitivos reducibles a inmortalidad del alma y la existencia de Dios, se darían en
contenidos sensitivos podemos obtener un conocimiento el marco de la razón práctica. La delimitación de la compe-
válido de la realidad: Para Kant la pretensión de validez no tencia del conocimiento, de la razón teorética, ha creado el
sólo está radicalmente justificada en las matemáticas sino espacio para ello.
también en la física newtoniana con sus afirmaciones y leyes
generales y hasta el conocimiento experimental cotidiano,
aunque en todo ello hay contenidos decisivos que no se 2.2. Lo incondicional como idea reguladora
pueden demostrar empíricamente, como son las afirmacio-
nes nomológicas y los conceptos de cosa. Pero ¿cómo se El epicentro de la crítica kantiana a las pruebas de la
puede probar esa pretensión de validez? existencia de Dios está sin duda en su crítica general a la

56 57
posibilidad de la metafísica, es decir, al conocimiento de los marca el giro del pensamiento hacia la filosofía transcen-
objetos que no entran en el campo de una posible expe- dental y en la que elabora su punto de vista de la teoría del
riencia. conocimiento, se ocupa Kant de una crítica de los razona-
Aunque nosotros pensemos como necesaria la idea de lo mientos utilizados en la doctrina filosófica de Dios; y lo
incondicional, tal incondicional no podemos conocerlo . Pa- hace sobre todo en dos pasajes: al tratar de las antinomias
ra Kant esas ideas son simplemente reguladoras, no consti- de la razón pura y en el capítulo sobre el ideal transcen-
tutivas; lo cual significa que. guían nuestro progreso cogniti- dental.
vo, pero no son poi: sí mismas contenidos de conocimiento.
De conformidad con este punto de vista, conceptos que
nosotros utilizamos correctamente en nuestro conocimien- 2.2.1. Antinomias de la razón pura
to experimental, como los de causalidad y substancia, así
como las afirmaciones generales en las que aparecen tales Las antin.omias intentan contraponer razonamientos
conceptos, sólo cuentan para el campo de la experiencia. plausibles, que aparecen en la filosofía de forma similar,
Esto tiene como consecuencia el que nosotros podamos, pero que conducen a consecuencias contrapuestas. SUrgen
según Kant, formar conceptos de una causa que no tiene cuando aplicamos principios generales, que según Kant só-
los rasgos característicos de las cosas experimentales. Con lo cuentan para los objetos de experiencia, al mundo en su
ello tampoco es posible sacar conclusiones que, con ayuda conjunto, o cuando consideramos como conocimiento el
de un principio causal, pudieran conducirnos a una primera ideal regulador de la razón por el que pensamos lo absoluto
causa absoluta preestablecida. Para Kant dicha causa pri- en lo condicionado.
mera no es aprehensible conceptualmente. Según él, el Así, a la tesis de que la causalidad según las leyes de la
principio causal presenta tal forma que toda causa compor- naturaleza supone la causalidad desde la libertad, la tercera
ta ciertos rasgos que permiten preguntarse a su vez por una antinomia opone la antítesis de que no hay libertad, sino
causa ulterior. Se abre así un camino por el que se llega a que todo ocurre en el mundo según las leyes de la naturale-
una causa que corta el regressus in infinitum: una causa za. La cuarta antinomia resulta de contraponer a la tesis de
primera que no es causada, que no actúa al modo de las que los cambios perceptibles por los sentidos suponen un
leyes naturales sino de forma libre, que hace posible el ser absolutamente necesario la antítesis de que un ser abso-
acontecer del mundo experimental, al que sin embargo no luto e incondional está en contradicción con la forma en
pertenece. Esa es la consecuencia de la delimitación que que nosotros podemos explicar una cosa.
Kant traza a la razón teorética dentro del campo de objetos Las antinomias ponen de manifiesto -y así hemos de
de una experiencia posible. admitirlo desde luego- que la forma de conocimiento pro-
En su Crítica de la razón pura", su obra capital, que pia de la ciencia experimental y la forma en que nosotros
pensamos el conjunto de la realidad --es decir, una forma
1. 1781,21787, abreviada como KrV; la 1.' edición se cita con Ay el
número de página; la segunda edic. con B y página; trad. cast.: Crítica de la
de pensar metafísica- tenemos que dferenciarlas, debien-
razón pura, Alfaguara, Madrid 1978. do tener en cuenta su singularidad. Queda pendiente ante

58 59
todo la custión de si se ha de entender la manera sigular en mano. Pero ¿cuál es la norma para ello? ¿Dónde radica la
que nosotros pensamos el todo como una especie de cono- posibilidad interna de las cosas? El fundamento de la posi-
cimiento -filosófico por supuesto---, y ello porque lo que bilidad no está en la existencia de las cosas mismas, porque
en ella se pretende ciertamente posibilita también el cono- ésta supone ya la posibilidad. Tal fundamento debe reunir
cimiento científico-experimental, resultando en consecuen- dos elementos.
cia constitutivo del mismo. En esta dirección- se desarrolla Primero, tiene que ser a su vez necesario, pues, mien-
más tarde el planteamiento filosófico transcendental, tanto tras las cosas existentes de hecho pueden no existir en otro
en el idealismo alemán como por parte de Maréchal. Desde tiempo, es decir, son contingentes, ello no afecta a su pre-
esta perspectiva aparece como una limitación de Kant el via posibilidad de ser, ya que ésta viene o no viene dada
que haya considerado esa concepción del todo, y la idea con independencia del tiempo: una cosa es necesariamente
consiguiente de absoluto, como meramente reguladora. posible o necesariamente imposible.
Segundo. ese fundamento tiene que pertenecer al orden
existencial, tiene que existir, toda vez que las posibilidades
2.2.2. Demostración de los posibles son posibilidades para la existencia, para el existir. Por lo
mismo. ese fundamento necesario para la posibilidad tiene
La idea de absoluto la estudia Kant en el capítulo que que pertenecer a su vez al orden existencial, tiene que exis-
dedica al ideal transcendental, en el que expone también su tir. De ahí que ese fundamento previo que buscamos para
especial crítica a las pruebas de la existencia de Dios. Dicha la posibilidad de las cosas que tienen una existencia contin-
crítica se encuentra ya en sus' elementos esenciales en un gente tenga que ser un fundamento necesario en el orden
escrito kantiano anterior, de 1763, titulado El único funda- de la existencia. Su contenido podría definirse por tanto
mento posible para una demostración de la existencia de como el de poder ser fundamento de todas las posibilidades
Dios, en el que todavía se reconoce una especie de demos- existenciales:
tración de los posibles.
«Toda posibilidad supone algo real. en lo cual y por lo cual viene
En tal demostración se parte del problema relativo a los dado todo lo pensable. Según ello hay una cierta realidad, cuya elimi-
fundamentos de la posibilidad de las cosas. Se da como nación comportaría asimismo la eliminación de toda posibilidad in-
admitido que algunas cosas existen y que, por lo mismo, terna. Pero aquello cuya eliminación o negación borra cualquier posi-
son intrínsecamente posibles. Existe, pues, algo interna- bilidad es simplemente necesario. Por lo cual existe algo como absolu-
tamente necesario»:'.
mente posible que puede existir. Y se formula la pregunta
de qué es lo que debe suponerse como fundamento de ese En la Crítica de la razón pura, y debido a su posición
dato real. Un fundamento de la existencia efectiva es la crítico-cognitiva, Kant se distancia también de este argu-
posibilidad interna de las cosas, porque lo que es imposible mento, porque ciertamente se puede pensar el ideal como
no puede existir. Con ello sin embargo no termina la bús-
queda del fundamento, pues el que algo sea o no posible no 2. Der einzige mogliche Beweisgrund zu einer Demonstration des Da-
seins Corres. 11763. A29.
depende de nuestro capricho, sino que está dado de ante-

61
60

~..
modelo de una certeza general, pero no se le puede objeti- 2.3. La existencia de Dios como postulado de la razón
var con razón, entendiéndolo como un objeto cognoscible: práctica

«El ideal es, pues, el modelo de todas las cosas que en su conjunto, Para Kant la idea de lo incondicional sólo es regulado-
como copias deficientes que son, toman de él la materia para su posibi- ra , por lo que el ideal de la razón pura continúa siendo
lidad y, en ese sentido, se acercan a él más o menos, pero siempre
inaccesible, incognoscible para la razón teorética. Sin
quedan infinitamente distantes de poder alcanzarlo»:'.
embargo, en la razón práctica se demuestra como postula-
«Pues bien, nosotros no disponemos en efecto de otros objetos que
íos de los sentidos, y nunca cual si vinieran dados en el contexto de una do de la exigencia moral del deber.
experiencia posible; por consiguiente para nosotros ..un objeto no es
nada si no supone el compendio de toda la realidad empírica como
condición de su posibilidad. Ahora bien, por una ilusión natural eso lo
2.3.1. Reconstrucción del razonamiento
consideramos como un fundamento que debe valer para todas las co-
sas, cuando propiamente sólo vale para aquellas que vienen dadas
como objetos de nuestros sentidos. En consecuencia, consideraremos Según Kant el punto de partida para los postulados de la
el principio empírico de nuestros conceptos de la posibilidad de las razón práctica es el hecho de la responsabilidad moral, de
cosas, en tanto que manifestaciones, como un principio transcendental la obligación absoluta, el fenómeno del deber. La singulari-
de la posibilidad de las cosas, eliminando esa limitación.
dad de esa ley práctica absoluta tiene su formulación en el
Pero el que después hipostasiemos esa idea del compendio de toda
realidad se debe a que transformamos dialécticamente la unidad distri-
imperativo categórico. Para Kant esa exigencia absoluta
butiva del empleo experimental de la inteligencia en la unidad colecti- del deber es un «hecho de razón» firme".
va de un todo experimental, y en ese conjunto de la manifestación nos Ahora bien, una actuación humana que responda a la
figuramos una cosa concreta que contiene en sí toda la realidad empí- exigencia absoluta de obligatoriedad se encuadra en un de-
rica y que después, mediante la subrepción transcendental ya pensada,
terminado marco conceptual. Ante todo, para Kant es una
se intercambia con el concepto de una cosa que está en la cima de la
posibilidad de todas las cosas, para cuya definición general proporcio- .~..
experiencia irrecusable el que, por el hecho de seguir
na las condiciones reales»". la conciencia y cumplir nuestro deber, no se nos asegure
que nos vaya bien, que seamos felices en el sentido en que
La posición frente a esta crítica, para la cual sigue sien- habitualmente se presenta y persigue la felicidad humana.
do problemática la idea de incondicional y absoluto, de- Esa experiencia dolorosa se comprende ante todo porque
pende de si tal idea de absoluto es constitutiva para nuestro nuestro cumplimiento depende de otros condicionantes
conocimiento''. que están en la naturaleza y sobre los cuales nuestra volun-
tad no tiene influencia alguna.
3. KrV B606.
Así, pues, se plantea el problema siguiente: por una
4. KrV B610s.
5. W. Brugger, Das Unbedingte in Kants Kritik der reinen Vernunft, en 6. KrV A 56=KpV, Kritik der praktischen Vernunft, 1783; trad. cast.:
J. B. Lotz (dir.), Kant und die Scholastik heute, Pullach 1955, 109-153, Critica de la razón práctica. Espasa-Calpe , Madrid 1975. Para el «hecho de
intenta mostrar el carácter constitutivo de la idea de lo incondicional desde la razón» ef. O. Schwemmer, Philosophie der Praxis, Francfort 1980,
los supuestos de Kant. 193-206.

62 63
parte, el fomentar la felicidad de los hombres es algo que el fundamento de la coordinación de naturaleza y orden
pertenece al deber moral; por otra, la felicidad no es por sí moral.
sola una categoría moral. Con otras palabras, la ausencia De ahí que, según Kant, hay que postular un funda-
de felicidad no se puede ver como supresión de la existen- mento de la naturaleza, que facilite la concordia entre na-
cia del deber. El carácter absoluto de éste prohíbe el que el turaleza y orden moral y que con ello posibilite que el bien
hombre actúe en contra de su obligación de aspirar a su supremo pueda realizarse como fin moral último del hom-
felicidad. Pero, cuando en su actuación conforme al deber, bre. Ese fundamento originario de la naturaleza se debe
el hombre no participa de la felicidad, su actuación parece entender, consiguientemente, como «ser moral» a la vez
absurda y sin sentido. que como «señor universal morab-", y por tanto como un
¿Cómo entender, pues, una actuación humana, para ser que es capaz de actuaciones según la prescripción de las
que la tensión entre felicidad y deber no elimine ni el senti- leyes. Eso quiere decir que ha de entenderse como un Dios
do del obrar ni tampoco el carácter incondicional del de- personal.
ber? Para Kant se impone el que, en contra de las aparien-
cias, «todo el mundo tiene motivo para esperar la felicidad
en la misma medida en que se hace merecedor de la misma 2.3.2. Supuestos
con su conductas". En el cuadro conceptual en que ese
problema se plantea se desprenden otras consecuencias: Este razonamiento depende de los supuestos siguientes:
puesto que el obrar moral está preceptuado obligatoria- toda la reflexión discurre bajo la hipótesis de que la actua-
mente y puesto que el deseo de felicidad es algo que perte- ción humana es lógica y con sentido. Tal hipótesis parece
nece necesariamente al hombre, también tiene que entrar apoyarse en el hecho de que una negación de esa logicidad
ahí el que moralidad y felicidad --cuya mutua conexión la conduciría a una relativización del imperativo categórico y
califica Kant de «bien supremos-e- se subordinen de tal con ella a la eliminación de la experiencia que se considera
forma que la realización del bien supremo es el objeto ne- fundamental y, respectivamente, del hecho de la razón.
cesario de una voluntad determinable por la ley moral". Además, parece justificada la hipótesis de que en la exposi-
Estando al testimonio de la experiencia, en esta vida no ción del problema de la logicidad de la actuación humana
podemos realizar con nuestra acción ese bien supremo; pe- se puede pensar bajo determinados conceptos. Esto se apo-
ro tal bien constituye indudablemente uno de los supuestos ya mediante los conceptos con los que se formula una obje-
necesarios de la actuación humana determinada por la mo- ción contra la logicidad. De tales supuestos síguese que
ral. Así pues, la realización del bien supremo no se da en habría una contradicción con la exigencia absoluta del de-
esta vida, y es operada por una causa que fundamente tanto ber, de no admitir el contenido del postulado, a saber, la
la naturaleza como el orden ético, y que por tanto contiene

9. Die Religion innerhalb der Grenzen der blossen Vernunft, 1973,


7. KrV B837. A 199; trad. cast.: La religión dentro de los límites de la mera razón, Alian-
8. KrV A219. za, Madrid 21982.

64 65
existencia de Dios, fundamento último del orden natural y humana y para una comprensión de la responsabilidad hu-
moral, como condición necesaria para el fenómeno del de- mana desde su referencia a Dios:
ber ético.
El contenido del postulado se formula con los recursos «Así, pues, yo no puedo admitir a Dios, la libertad y la inmortali-
del marco conceptual. Y, como las afirmaciones de ese dad con vistas al necesario uso práctico de mi razón, si al mismo
tiempo no privo a la razón especulativa de su pretensión de poseer
marco conceptual no son conocimientos demostrables por
enormes conocimientos, porque para lograrlos tiene que servirse de
sí mismos, el resultado, que se caracteriza como postulado unos principios que, al alcanzar de hecho únicamente a objetos de
de la razón práctica, se distingue del conocimiento teoréti- posible experiencia incluso aunque se apliquen a lo que no puede ser
co en el sentido kantiano. objeto de la experiencia, realmente lo transforman siempre en un
Esta consecuencia tiene, pues, una especie de carácter fenómeno, con lo cual declaran imposible cualquier ampliación prácti-
ca de la razón pura. Por lo mismo, yo debería eliminar el saber para
proyectivo: en el fenómeno dado del deber incondicional se
dejar sitio a la fe; y el dogmatismo de la metafísica, es decir, el prejui-
introducen unos supuestos. La justificación de los mismos cio de avanzar en la misma sin una crítica de la razón pura, es la
no se examina separadamente como un conocimiento. Bajo verdadera fuente de toda incredulidad que contradice a la moralidad,
la hipótesis de dichos supuestos se sacan unas consecuen- una incredulidad que en todas las épocas es sumamente dogmática»!",
cias, que parecen justificadas por cuanto que su contrario
sería incompatible con el fenómeno. En ese sentido se trata
de condiciones necesarias, que, sin embargo, están formu- 2.3.4. Estructura del pensamiento postulatorio
ladas en el campo de los supuestos introducidos, en el mar-
co conceptual establecido de antemano. Kant no lo presen- Esto permite poner de relieve una estructura básica del
ta como un conocimiento, porque tales supuestos no se pensamiento postulatorio: en las experiencias fundamenta-
fundamentan como un conocimiento y porque tampoco les (o que aparecen como tales) se hacen patentes unos
responden a las exigencias que para el mismo establece valores, unos cometidos del hombre. Al mismo tiempo, a
Kant. Por lo demás, los supuestos resultan sumamente través de la experiencia de la no-realización de lo que se le
plausibles. impone al hombre y que irremediablemente debe realizar,
se advierte una oposición a tales valores. Por lo que hace al
logro de una inteligencia del hombre mediante determina-
2.3.3. Importancia para el propósito de Kan! dos conceptos, se formula después una interpretación que
se postula como justificada, porque su antítesis estaría en
Ahora queda claro cómo se cumple el plan kantiano, contradicción con el dato de la experiencia fundamental.
pues, precisamente mediante la solución del problema teó- Esa estructura del pensamiento postulatorio conduce en
rico-cognitivo, que le lleva a limitar el empleo de la razón Kant al postulado de la existencia de Dios. En otros pensa-
teorética a objetos de posible experiencia y, por ende, a la dores conduce al postulado de que no se puede creer en
crítica de la metafísica y de las pruebas de Dios fundadas en
ella, es como logra espacio para asumir en serio la libertad 10. KrV BXXX.

66 67
s
Dios. La problemática de esos razonamientos, que se echa namiento que es equivalente a la prueba ontológica (cf.
, 9"
". i.: 6.1.3).
de ver en las consecuencias antitéticas, parece fundamen-
tarse en la renuncia a considerar el marco conceptual como La prueba físico-tea lógica o teleológica «merece siem-
un conocimiento, y e~ consecuencia a fundamentarlo. Por pre una atención respetuosa; es la más antigua, la más clara
ello sería necesario someter al análisis adecuado el marco y la más adecuada a la razón humana universals l". Pero, en
conceptual en el que se formulan tales cuestiones. A nues- el sentir de Kant, sólo conduce a un arquitecto universal,
tro entender éste es uno de los cometidos principales de la no al creador del mundo; además de que vuelve a tomar un
filosofía y muy especialmente de la metafísica. préstamo de la prueba cosmológica, que a su vez se reduce
Frente a esta postura de Kant en el problema de Dios, a la prueba ontológica, resultando por lo mismo insufi-
la crítica de las distintas pruebas de la existenciade Dios ciente.
que aparece en la Crítica de la razón pura, y que en sus : .1'. En el análisis de cada una de las pruebas habrá que
líneas esenciales procede de su período precrítico, resulta observar si en ellas aparecen los fallos señalados por Kant.
de menor interés.

Bibliografía

2.4. La crítica especial de Kant a las pruebas de la


W. Cramer, Gottesbeweise und ihre Kritik, Francfort 1967.
existencia de Dios J. Schmucker, Die positiven Ansátze Kants zur Losung des philoso-
phischen Gouesproblems, en K. Krenn (dir.), Die wirkliche Wirkli-
Las pruebas de Dios que le llegan a Kant de la filosofía chkeit Gottes, Paderborn 1974, 61-76.
racionalista, las divide él en tres grupos: las que, a partir de W. Brugger, Summe einer philosophischen Gotteslehre, Munich, 1979,

simples conceptos, concluyen la existencia de una causa n. 17, p. 250·276.


-, Das Unbedingte in Kants -Kritik der reinen Vernunft, en J .B. Lotz
suprema (prueba ontológica); las que proceden de la expe- (dir.), Kant und die Scholastik heute, Pullach 1955, 109-153.
riencia indeterminada de que existe algo (prueba cosmoló-
gica); las que derivan de unas disposiciones especiales de
nuestro mundo sensible (prueba físico- teológica).
Para Kant, la prueba ontológica falla porque 'en ella la
existencia es tratada erróneamente como una propiedad,
como se trata, por ejemplo, la propiedad, que puede reco-
nocerse como necesaria para un triángulo, de que sus ángu-
los sumen 180 grados. Ahora bien, del mero análisis con-
ceptual jamás se puede concluir nada sobre la realidad.
La prueba cosmológica conduce a un existente necesa-
rio. Mas cuando se trata de definir con mayor precisión sus
propiedades se impone, según Kant, el empleo de un razo- 11. KrV B650s.

68 69
reconocen dichos contenidos como revelación o automani-
festación de Dios. Esos contenidos de la revelación los
3. «Doctrina filosófica de Dios» desarrolla la teología.
Cuando la explicación se busca sobre la base de una
reelaboración mental de la común experiencia humana, es
decir, por la vía filosófica, se habla de una doctrina de Dios
o teología filosófica, que es una teología natural y racional

/a Dios: acto religioso (oración,culto, vida)

Discurso .•••......•. { testrmoruo


. . , pre d"icacron
,
~de Dios:
3.1. Nombre y objeto metódico-sistemático = teología

en virtud de la revelación aceptada


en la fe (con la luz de la fe)
3.1.1. Cometido =teOlogía de la revelación

La «teología» como «discurso acerca de Dios» se distin-


gue del «discurso de Dios» que es la revelación, y del «dis-
curso a Dios» en un acto religioso, por ej., en la oración, si
bien en el acto religioso, como puede ser la acción cúltica y
la predicación testimonial, se da también un «discurso acer-
< Desde el punto de vista filosófico en virtud de
una reelaboración reflexiva de una experiencia
humana común (con la luz de la razón natural)
=doctrina filosófica de Dios

ca de Dios». Como quiera que sea, mediante esta distinción


se quiere exponer que la teología como doctrina de Dios no 3.1.2. Designaciones
es un sucedáneo de la conducta personal y comunitaria res-
pecto de Dios. Más bien consiste en una reflexión sobre la Éstas son las denominaciones más importantes:
misma, ya que intenta esclarecer las cuestiones que se sus- Ciencia teológica (theologike episteme) aparece en Aris-
citan en el acto religioso o en relación con él. tóteles como uno de los nombres de la «ciencia primera»
La singularidad de la doctrina filosófica de Dios aparece (metafísica), por cuanto que se ocupa del ente por sí e
claramente cuando se reflexiona sobre los fundamentos inmóvil.
desde los que se busca una aclaración de los problemas que Doctrina filosófica de Dios (theologia, quam philosophi
afectan a la conducta humana respecto de Dios. Se habla prosequuntur) aparece en Tomás de Aquino, en contraste
de una teología positiva, sobrenatural o revelada, cuando con la teología de la revelación y, al igual que en Aristóte-
sirven como base unos contenidos que están ya aceptados les, como uno de los nombres de la metafísica.
de una manera personal en la fe religiosa. En esa fe se Teodicea (Leibniz, Essais de théodicée, 1710; gr. theos

70 71
= Dios y dike = justicia) es el estudio filosófico del proble- objeto y por su singularidad metodológica. En principio,
ma de Dios en el que ocupan un primer puesto los proble- «Dios» no viene dado de forma directa al pensamiento filo-
mas del dolor y del mal en el mundo, afrontando el repro- sófico, sino sólo de modo indirecto: como aquel con quien
che de que Dios con su sabiduría, bondad y omnipotencia los hombres se relacionan en su actuación religiosa --o con
habría podido impedirlos. quien piensan relacionarse, dirían los críticos de la reli-
Teologia racional (natural) en Christian Wolff (1679- gión-, al que ven frecuentemente como fundamento per-
1754). En su sistematización escolástica de la filosofía ra- sonal y en cualquier caso como fundamental para la com-
cionalista divide la filosofía teórica o metafísica en una par- prensión, la realización de sentido y la configuración consi-
te general, que trata del ente (gr. on) y de los principios guiente de su vida y al que, en conexión con ello,
que valen en general para los objetos posibles (ontología), consideran también como el origen primero del mundo. En
y en tres partes o sectores particulares, a saber: la cosmolo- las religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e isla-
gía, la psicología (racional) y la teología natural, que se mismo) se le atribuyen a Dios unos rasgos que permiten
distingue de la teología positiva en que la última se apoya verle como el origen personal, transcendente y absoluto,
en la revelación sobrenatural. Esa división se ha mantenido medida del ser y del valor.
con frecuencia incluso entre pensadores ajenos a las con- La filosofía de la religión se ocupa en general de las
cepciones racionalistas y entre quienes, como en Aristóte- peculiaridades y pretensiones de validez que exhiben
les y en Tomás de Aquino, se establece una conexión estre- las religiones y las formas de vida religiosa. La doctrina
_cha entre ontología y teología, es decir, entre la doctrina filosófica de Dios, en cambio, se consagra de manera parti-
del ser y la doctrina de Dios. cular a la explicación del sentido y vigencia de las concep-'
Doctrina filosófica de Dios, Philosophical Theology, cienes que se dan en la conciencia religiosa acerca de Dios,
abarca hoy a menudo tanto los estudios metafísicos como en la medida en que ello es posible de un modo filosófico.
filosófico-religiosos sobre el problema de Dios, con in- Hasta qué punto se considera posible dicha explicación fi-
dependencia de la posición del filósofo al respecto: es de- losófica depende asimismo de la concepción que se tenga
cir, las pruebas de la existencia de Dios, su aplicación, su de la filosofía.
crítica, la crítica de la religión 1• A menudo se ha buscado desde una metafísica o una
teoría general de la realidad tanto la demostración de la
existencia de un origen absoluto como el desarrollo de las
3.1.3. Relación con otras especialidades propiedades particulares que le competen. Tales esfuerzos
entienden el cometido de la doctrina filosófica de Dios co-
Las relaciones de la doctrina filosófica de Dios con otras mo una ampliación de la doctrina de la realidad (metafísi-
disciplinas pueden entenderse por la forma de acceso a su ca). Incluso cuando se considera inútil un tratamiento me-
tafísico del problema de Dios, se llega a un acuerdo con

1. Por ej., A.G.N. Flew-A. Ch. Maclntyre (dirs.), New Essays in Phi-
ciertas concepciones de Dios montadas sobre argumentos
losophical Theology, Londres 1955. filosóficos, hasta llegar a la negación de su existencia (ateís-

72 73
mo) o al menos a la negación de la posibilidad de entender cuentro del hombre con Dios es la religión, no la filosofía.
algo al respecto (agnosticismo). ¿Cómo valorar estas objecciones?
Así, pues, la doctrina filosófica de Dios se define esen-
cialmente por un elementos filosófico-religioso y por otro
filosófico de índole general: el elemento filosófico-religioso 3.2.1. El «Dios de los filósofos»
consiste en la reflexión sobre el fenómeno de la religión y
en particular sobre las convicciones de fe que en ella se Blaise Pascal (1623-1662) había estudiado la filosofía de
contienen acerca de Dios. Dicha delimitación la diferencia Descartes y sus pruebas de la existencia de Dios, encon-
de la filosofía de la religión en general. El que se aplique trándolas insatisfactorias porque están «apartadas del pen-
filosóficamente a tales convicciones y no las desarrolle en el samiento de los hombres y desarrolladas de tal modo que
plano de la fe religiosa la distancia de la teología de la persuaden poco»:'.
?

revelación. Personalmente Pascal fue un notable matemático, que


El elemento filosófico general consiste, pues, en com- también se ocupó de la física. En sus ensayos sobre el espí-
parar elementos de las convicciones religiosas con las cues- ritu geométrico desarrolla teorías sobre el conocimiento
tiones radicales y propias del filosofar acerca de las bases científico que todavía hoy merecen atención. Lo mejor de
últimas y amplísimas de nuestros conocimientos, valoracio- la ciencia de las matemáticas es que define sus conceptos y
nes y de la realidad. En la medida en que esas cuestiones se prueba sus afirmaciones. La prueba consiste en derivar las
le han atribuido o se siguen atribuyendo a la metafísica, la afirmaciones de lo que se ha establecido. La definición su-
doctrina filosófica de Dios representa un análisis metafísico pone unos conceptos básicos no definidos, y la demostra-
del discurso religioso acerca de Dios. En tanto que el cues- ción axiomas no demostrados, de los que sólo se puede
tionamiento filosófico; procura la aclaración de -las convic- pedir el que se los reconozca y se esté firme en los mismos.
ciones acerca del mundo, representa el transfondo en que se Ese conocimiento y firmeza de los teoremas hace posible el
plantea ese empeño cosmovisivo. progreso constante de la ciencia, pero no es obra de la
inteligencia sino del corazón. Al corazón (coeur) se le atri-
buye una función que en la concepción aristotélica de la
3.2. Cuestionario de la doctrina filosófica de Dios ciencia se le atribuye a la razón (inteLlectus principiorum en
Tomás de Aquino: la razón que capta los primeros princi-
Frecuentemente se pone en tela de juicio la posibilidad pios), a saber: la intuición y comprensión de los fundarnen-
de una doctrina filosófica de Dios. Para ello se argumenta
que unas pruebas filosóficas de la existencia de Dios no han
2. Pensées, fragm. 543, según la numeración que aparece en la edición
conducido a un acuerdo en ese problema. Lo cual no tiene de las obras completas, realizadas por L. Brunschvicg y otros, París
nada de sorprendente por cuanto que tales razonamientos 1904-1914. CL E. Wasmuth, B. Pasca/. über die Religion und andere Ge-
no responden a las exigencias que hoy se requieren en las genstiinde (Pensées), Heidelberg 71972. En la versión alemana se equipa-
ran Vernunft (razón) y Verstand (inteligencia); ed. cast.: Pensamientos,
pruebas científicas. Además, el punto adecuado para el en- Espasa-Calpe , Madrid 91981.

74
75
tos a partir de los cuales la inteligencia desarrolla la ciencia Certeza, certeza, sentimiento. Alegría, paz. Dios de Jesu-
por deducción. cristo. Alegría, alegría ... »7 El Dios al que aquí se dirige el
hombre con una fe religiosa viva y con todo su corazón
«~osotros no conocemos la verdad por la inteligencia sino por el queda al margen del esfuerzo intelectual por desarrollar las
c~razon; a .la, ~anera d~ este último conocemos los primeros princi-
pruebas de la existencia divina y organizadas en sistemas
~IOS, y es inútil que la Inteligencia juzgadora, que ahí no participa,
Intente combatirtoss ', filosóficos, cosa que Pascal encuentra ya en Descartes y
rechaza .
. «~I.corazón tiene su orden; el entendimiento el suyo, que es por
princrpros y demostraciones; el del corazón es otro. N9 hay manera de
probar que hay que ser amado, exponiendo por su orden las causas del
amor. Eso sería ridículos,". 3.2.2. «Onto-teo-logica»

A ese asentimiento del corazón corresponde también la En el estudio del conocimiento filosófico de Dios, una y
de~is~ó?, aunque. ésta no es ciega. Por lo que respecta a los otra vez se recoge esta distinción. Una consideración filo-
prmcipros de la Ciencia también tiene su papel el uso unita- sófica del problema de Dios es una reflexión sobre el pro-
rio que se desarrolla en el intercambio entre los hombres ceder religioso y una tentativa por reconstruir los funda-
por cuanto que constituye una costumbre. Así Pascal «fren- mentos racionales contenidos en el mismo. En tanto que
te al intelectualismo de Descartes alcanza una dimensión acto de reflexión no es igual al proceder religioso. Un razo-
de fundamentación pragmática de la ciencia que sólo ha namiento meditado no puede substituir a una decisión reli-
sido recogida en la filosofía' de nuestro siglos.". giosa, aunque ésta no tenga por qué ser ciega, sino racional
Por lo que se refiere a! problema de Dios, es irnpol'i:ante y responsable. Esa reflexión la ha explicado recientemente
que para Pascalla relación con Dios se le asigna al corazón: Martin Heidegger, quien piensa que el propósito de la me-
tafísica occidental ha sido el de pensar el ente desde el ser
«Es el corazón, no la inteligencia, el que siente la divinidad. La fe como fundamento de dicho ente. Pero tal empeño ha fraca-
consiste en que Dios habla al corazón, no a la inteligencías". sado en la metafísica, porque se ha concebido el ser como
una especie de ente. Y en la medida en que la metafísica
En un apunte sobre una vivencia religiosa profunda, también ha hablado de Dios, ha corrido el mismo peligro.
que a la hora de la muerte se encontró cosido a su levita se
dice a manera de introducción: «¡Fuego! Dios de Abra- «Al aparecer el ser como fundamento, el ente es lo fundamentado;
ham, de Isaac y de Jacob. No el de los filósofos y sabios. pero el ente supremo es el fundamentador en el sentido de causa
primera. Como la metafísica piensa el ente de cara a su fundamento,
común a cada ente como tal, viene a ser una lógica en tanto que
3. Pensées, fragm. 282; Wasmuth 141s.
onto-Iógica. Cuando la metafísica piensa el ente como tal en su con-
4. Pensées, fragm. 283, Wasmuth 143.
5. L. Scháfer, Blaise Pascat, en O. Hoffe (dir.), Klassiker der Philoso-
phie, Munich 1981, 1, 332.
6. Pensées, fragm. 278, Wasmuth 141. 7. Memorial, Wasmuth 248s.

76 77
junto, es decir, en relación con el ente supremo, que todo lo funda-
hombre ante lo incomprensible, denominada por entonces
menta, entonces es una lógica con valor de teo-lógica ...
«crisis», se pretendía solucionada con medios humanos.
Una mirada a la concepción onto-teológica de la metafísica señala
una vía posible para responder desde la esencia de la metafísica a la Tales objeciones apuntaban a la teología liberal, que ajus-
pregunta de cómo llega Dios a la filosofía. Dios llega a la filosofía a taba unilateralmente la revelación a los resultados específi-
través de la resolución por la que empezamos por pensarlo como el cos de la investigación profana. Las objecciones apunta-
lugar en que se da la diferencia de ser y ente. La diferencia constituye
ban, por el contrario, contra los esfuerzos por demostrar la
el plano en la edificación del modo de ser de la metafísica. La resolu-
existencia de Dios en una doctrina filosófica y aplicar esos
ción proporciona y dispone el ser como fundamento pro-ductor, cuyo
fundamento a su vez necesita, desde lo fundamentado por él, de razonamientos a la teología, como se le había reprochado
una fundamentación adecuada; es decir, de la eausación por la cosa al pensamiento católico",
más originaria. Tal es la causa como causa sui. Así suena en filosofía el «En nombre de ese Dios totalmente distinto, es decir,
nombre de Dios adecuado a la realidad. A ese Dios no puede el hom-
en nombre de la divinidad de Dios, protesta Barth resuelta-
bre dirigir sus oraciones ni ofrecerle sacrificios. Ante la causa sui el
mente contra una teología natural en sus dos grandes for-
hombre no puede caer de rodillas por el pavor, ni puede cantar y
bailar ante ese Dios. mas confesionales, que sólo se diferencian superficialmen-
Según eso, el pensamiento a-tea, que ha de dejar de lado al Dios te: por una parte, en la forma del neoprotestantismo liberal
de la filosofía, el Dios como causa sui, tal vez esté más cerca del que, siguiendo a Schleiermacher, se orienta por completo
Dios divino. Lo cual sólo quiere decir aquí que es más libre de lo que
al hombre piadoso y religioso en vez de orientarse a Dios y
querría reconocer la onto-tco-lógica».".
su revelación; por otra, en la forma del catolicismo romano
que, en la línea de la escolástica y del Vaticano I, y ponien-
do en el mismo orden a Dios y al hombre, había establecido
3.2.3. El Dios de la fe
una combinación de hombre y Dios, naturaleza y gracia,
, y f e, fil
razon 1 oso fíla y tea lozí
ogia» 10 .
También en nombre de la revelación cristiana y en el
sentido de la herencia de la reforma (sola fide) se formula-
ron graves reservas contra la doctrina filosófica de Dios por
3.3. Propósito de la doctrina filosófica de Dios
parte de la teología dialéctica en el período de entregue-
rras. Las pruebas de la existencia de Dios se entendieron
¿En qué se apoyan tales objecciones a la defensa de una
como tentativas mentales del hombre que obscurecen la
posible doctrina filosófica de Dios?
idea de Dios en la medida en que quieren adueñarse del
Filosóficamente se recuerda que ya en la época precris-
mismo mediante esfuerzos del pensamiento humano que
tina reaparece una y otra vez en la filosofía la cuestión del
resultan insuficientes. Con ello la situación insegura del
absoluto, que después se entiende frecuentemente como el

8. M. Heidegger, Ldentitat und Differenz, Pfullingen 51976, 63-65. Cf.


G. Haeffner, Heideggers Begriff der Metaphysik, Munich 21981, esp. p. 9. Cf. H. Küng, Existiert Gott", Munich 1978, 566-581; trad. cast.:
75-80; A. Gethmann-Siefert, Das Verhiiltnis von Philosophie und Theolo- ¿Existe Dios", Cristiandad, Madrid 1979.
gie im Denken Martín Heideggers, Friburgo 1974. 10. Ibid., 567.

78 79
problema de Dios. Esa cuestión se ha demostrado impor-
tan te , tanto para la filosofía en su propósito de visión del 4. Posibilidad de un estudio filosófico del
mundo como para un estar atento a la cautela que se impo- problema de Dios
ne en el lenguaje humano acerca de Dios.
TeoLógicamente se relaciona con Sabiduría 13 y con Ro-
manos 1-2, en que se supone una posibilidad de acceso a
Dios, que incita a los hombres, incluso a aquellos que no
cuentan con el apoyo de la palabra bíblica revelada.
Semejante conocimiento natural de Dios, que no se re-
clama a la palabra revelada aceptada por la fe, aparece
sistemáticamente como un supuesto de la fe: no desde lue-
go un supuesto temporal, pero sí un supuesto lógico, que se 4.1. La dimensión práctica del problema de Dios
requiere necesariamente en una reconstrucción de la racio-
nalidad de la fe. En el desarrollo sistemático la exposición El problema de la realidad en su conjunto y de su últi-
de los fundamentos cognitivos, contenidos en un conoci- mo fundamento lo conectaron esencialmente la filosofía
miento natural de Dios, se designa como prueba; lo que ha griega y la escolástica con el problema de la comprensión
dado pie a rnalentendidos en razón de cómo se entiende de las conexiones fundamentales de la vida humana con
hoy la prueba o demostración (cf. 4.5). vistas a lograr unos criterios de conducta adecuada. Con el
desarrollo de la ciencia de la naturaleza aflora en la edad
moderna una nueva concepción que ve la realidad como
Bibliografía campo de influencia de la acción humana, pero que por sí
misma no puede responder a la cuestión del sentido y fina-
W. Brugger, Summe einer philosophischen Gotteslehre, Munich 1979, lidad de esa actuación humana. La respuesta a dicha cues-
n. 0.0-0.3, p 27-32, Y n. 0.61-0.63, p. 37-40.
tión más bien se supone como algo evidente y sólo con la
W. Trillhaas, Religionsphilosohie, Berlín 1972.
P. Burke, Erste Schritte in der Religionsphilosophie, Munich 1975. crisis de un optimismo y credulidad ingenua en el progreso
B. Welte, Religionsphilosophie, Friburgo 1978; trad. cast.: Filosofía acabará sintiéndose como un problema
de la religión, Herder , Barcelona 1982. La diferencia entre esas concepciones de la realidad sólo
A. Gethrnann-Siefert , Das Verhaltnis von Philosophie und Theologie se hizo patente en el curso del pensaminto moderno. Ello
im Denken Martín Heideggers, Friburgo 1974.
ocurrió sobre todo, cuando resultaron problemáticas y se
pusieron en tela de juicio las líneas directrices de la confi-
guración humana de la realidad, que hasta entonces se ha-
bían aceptado como evidentes. Las piedras miliarias de ese
camino fueron en primer término las diferentes críticas a
una interpretación de la triunfante ciencia de la naturaleza

80 81
que le otorgaba una enorme importancia en la visión del cada por las ciencias de la naturaleza responde la forma del
mundo, y en la consiguiente imagen mecanicista y materia- saber eficiente, el interés instrumental-técnico. Al saber
lista del mismo. Entre esos críticos se cuentan Pascal, Leib- formativo y al interés hermenéutica responde la necesidad
niz, Berkeley, Hume y especialmente Kant. Motivos simi- del hombre por orientarse de acuerdo con el contexto so-
lares se adujeron en el siglo XIX mediante la crítica de la ciocultural en el que vive. La forma del saber salvador, el
ciencia y en el siglo xx con la teoría científica. interés emancipatorio y los planteamientos ético-prácticos
La idea de que la nueva comprensión de la realidad, tienen su función de cara a la realización del hombre como
orientada según la ciencia de la naturaleza, era un sucedá- persona responsable y son por lo mismo decisivos para una
neo perfecto y mejor de cuanto hasta entonces había orien- fundamentación y explicación del saber y del obrar
tado la vida, tuvo su expresión en el siglo XIX con la ley de técnicos.
los tres estadios, formulada por A. Comte: al igual que el Con la evolución espiritual cambia también la forma
individuo también la humanidad entera recorre tres esta- concreta de los modos de conocer. Pero se mantiene la
dios diferentes en su evolución espiritual. En el primero, función específica, la no intercambiabilidad de tales formas
que es estadio teológico, los hechos y circunstancias se ex- y la peculiaridad de su cometido y de sus criterios especia-
plican cual manifestaciones de la voluntad divina. En el les. Lo cual nada tiene que ver con los modos con que los
estadio metafísico, el segundo, aparecen esencias y causas distintos filósofos formulan explícitamente las funciones
abstractas ocupando el lugar de las ficticias fuerzas divinas. peculiares de las formas del saber, operación que está con-
En el tercero, el estadio positivo, se investigan las leyes y dicionada por su propia concepción filosófica.
las relaciones constantes' entre los datos observables. Lo Scheler ha subrayado aún más el aspecto anta-filosófico
que expresa esa ley del triple estadio bien podría estar en la y una vasta visión de la realidad como marco en el que
valoración común hasta el presente de religión, filosofía y puede llevarse a cabo el estudio filosófico de la fundamen-
ciencia de la naturaleza 1. tación y explicación del obrar humano. Otros ven ese co-
En la crítica que se ha hecho a dicha ley de los tres metido más desde el punto de vista del problema del senti-
estadios se ha hecho hincapié en que los estadios posterio- do y de la responsabilidad de la actuación humana, es de-
res no pueden asumir de lleno las funciones de los estadios cir, bajo el aspecto de la filosofía práctica. Una razón para
precedentes. Lo que en Comte aparece como fases que se ello está sin duda en la preocupación de que el hablar de
suceden en el tiempo, en la orientación de la vida humana «realidad» en ese contexto no fomenta la inteligencia. En
son siempre factores que se complementan mutuamente, efecto, por lo general se entiende la «realidad» en el senti-
pero que no son intercambiables. Max Scheler los ha estu- do de lo que se conoce por la ciencia experimental; lo cual
diado como formas del saberé y Jürgen Habermas como no responde precisamente a la cuestión. Mas si se entiende
intereses cognitivos''. A una concepción de la realidad mar-
sens (ley de los tres estadios), en Gesammelte Schriften VI, 27-35; cf. ade-
1. H. Zirker, Religionskritik, Patmos, Dusseldorf 1982, 56-68; trad. más del mismo autor, Philosophische Weltanschauung, ibid. IX, 75-85: Die
cast.: Crítica de la religión, Herder, Barcelona 1985. Formen des Wissens und die Bildung. Ibid. IX, 85-119.
2. M. Scheler , Über die positivistische Geschichtsphilosophie des Wis- 3. J. Habermas, Erkenntnis und Interesse, Francfort 1968.

82 83
«realidad» en el sentido de la filosofía tradicional, parece cas que se orientan al análisis lingüístico y a la teoría de la
que esa interpretación está demasiado lastra da con la ima- ciencia en conexión con las cuestiones filosófico-religiosas.
gen coetánea del mundo y que no se expresa con la claridad Muchas de las investigaciones correspondientes pueden
suficiente el propósito ético-práctico. orientarse al campo de la crítica de la religión". Vamos a
Esa diversidad de acentos ha hecho que el problema de recoger y exponer aquí algunos de los trabajos elaborados
Dios se considere preferentemente en su importancia prác- en la discusión de tales corrientes filosóficas y que son
tica. Con ello se toca ciertamente un aspecto fundamental importantes para una inteligencia del análisis filosófico del
del problema de Dios, que a la vez se comprende incluso tema de Dios, y vamos a desarrollarlos en algunos puntos.
hoy de una manera inmediata. El transfondo para ello lo
constituyen la crisis de la fe en el progreso técnico-científi-
co y las cuestiones éticas relativas a las posibilidades técni- 4.2.1. Formas de análisis lingüístico
cas desde la energía nuclear hasta la transformación del
entorno, que culminan en la nueva atención que se presta Común a las filosofías mentadas es que ven en el análi-
al problema de la calidad de la vida humana. sis del lenguaje el camino por el que la filosofía puede
Son precisamente esas cuestiones las que reclaman una realizar su tarea esclarecedora, en la que encuentran expre-
reflexión sobre los criterios con que enjuiciar el sentido y la sión los problemas.
calidad de la vida del hombre. Se siente como apremiante Una somera distinción de las respectivas corrientes con-
la formación de un juicio personal y crítico en tales cuestio- templa la forma especial en que se analiza el lenguaje. Una
nes, teniendo sobre todo en cuenta la experiencia de los filosofía del lenguaje ideal intenta substituir unas fórmulas
sistemas totalitarios que piensan poder decretar lo que es amfibológicas y vagas por otras que responden mejor al
conveniente a ese bienestar. Tal experiencia aconseja cau- ideal de un lenguaje inequívoco y preciso. De ordinario se
tela frente a unos objetivos que prometen el cumplimiento la relaciona con el Tractatus logico-philosophicus de Witt-
de la esperanza humana, incluso cuando se presentan como genstein y, a través de B. Russell, se la ve como represen-
plausibles. Se busca ansiosamente lo que puede ayudar a tante del empirismo lógico (círculo de Viena, Carnap) y de
una toma de posición racional y responsable. Para ello, sin Ayer. En la misma se cuentan también diversos críticos del
embargo, hay que tener en cuenta la singularidad lógica de empirismo como Quine y Bocheriski. Estrechamente vin-
esos planteamientos y de su solución. culado con ella está el esfuerzo por hacer fecunda las in-
vestigaciones de la teoría científica en favor del contenido
cognitivo del lenguaje. El análisis del lenguaje ideal se ha
4.2. La singularidad lógica del problema de Dios: acreditado ante todo en el análisis del contenido epistemo-
la aportación de la filosofía analítica lógico de las ciencias (experimentales y formales). De ahí
que también podrían incorporarse a esta corriente defenso-
En el curso de los últimos cincuenta años se ha incre-
mentado cada vez más el estudio de las corrientes filosófi- 4. cr. H. Zirker, Retigionskriük, 177-202.

84 85
res del racionalismo crítico (criticismo) en la línea de vos positivistas y de crítica de la religión: el conocimiennto
Popper. científico-experimental por contar con los mayores éxitos
Como filosofía del lenguaje natural o normal se des- marcó la pauta para el conocimiento humano de la realidad
ignan aquellos esfuerzos que, mediante ejemplos, intentan como criterio decisivo. Y con él se comparó después el
mostrar el empleo del lenguaje ordinario y resolver a partir lenguaje religioso acerca de Dios. Tal comparación debía
de ahí las dificultades que se dan en otros casos de uso evidenciar que, en las afirmaciones que se hacen sobre
menos claro del lenguaje y que dan pie a los planteamien- Dios, el sentido de las expresiones presentes en tales afir-
tos filosóficos. Aquí se piensa sobre todo en los escritos maciones empieza por no responder al criterio básico. A
tardíos de Wittgenstein, especialmente en sus Investigacio- ello se debió, en parte, un agnosticismo -sobre Dios no
nes filosóficas, metiendo también en el grupo a pensadores sería posible formular afirmaciones cognitivas con sentido,
como G. Ryle y Austin. ni para afirmar ni para negar- y, en parte, una valoración
Este tipo de análisis lingüístico se ha desarrollado en altísima de lo que interesa a la religión, por ejemplo, lo
parte hasta formar teorías del lenguaje habitual y de su «místico» (en Wittgenstein), sobre lo cual no se puede ha-
empleo, como la teoría del acto lingüístico, por ejemplo. blar pero no por ello es insignificante para el hombre.
La tentativa de exponer en teorías semánticas las estructu- En parte, sin embargo, estos análisis se han utilizado
ras patentes en el lenguaje ordinario vuelve a tender un también para fundamentar una forma de ateísmo ': para
puente hacia el análisis del lenguaje ideal. No es éste el que se justifique la fe en Dios es requisito esencial el que se
lugar para exponer la multiplicidad de tales composicio- hable de él como de alguien que existe necesariamente.
ness. Bastará con señalar algunas aportaciones importantes Según la concepción del empirismo lógico la expresión «ne-
de distintos defensores del análisis lingüístico para la inteli- cesario» no se puede referir a objetos sino sólo a determi-
gencia del lenguaje religioso acerca de Dios y para la refle- nadas conexiones lógicas de nuestro lenguaje. Si el lengua-
xión filosófica sobre el mismo. je religioso se distingue del científico, ¿en qué consiste esa
su propiedad singular? En eso se han ocupado sobre todo
algunos representantes de la filosofía del lenguaje normal.
4.2.2. Resultados del análisis lingüístico En una primera fase alcanzó resonancia la teoría propuesta
por Hare y que recordaba a Hume: entendía la fe religiosa
La fe religiosa no se puede entender como un conoci- como un blik y el lenguaje religioso como expresión de ese
miento científico-natural, ni el lenguaje religioso como un blik. Blik es una palabra artificial para designar una actitud
lenguaje científico-experimental. El convencimiento, fami- fundamental, desde la que un hombre vive, comprende y
liar ya desde Kant , de que la ciencia de la naturaleza no valora lo que se le sale al paso. Tal blik hace posible la
permite sacar ninguna conclusión metafísica, ha vuelto a experiencia en general y no puede ser refutado por ésta.
hacerse patente, sobre todo desde la teoría empirista de la
S. J. N. Findlay , Can God's Existence be disproved Z; en A. G. N. Flew
ciencia y desde el análisis lingüístico a resultas del empiris- y A. Ch. MacJntyre (dirs.). New Essays in Philosophicol Theology, Lon-
mo lógico. Esta exposición iba ligada en principio a moti- dres 1955.47-56.

86 87
Así las cosas, el lenguaje religioso no sirve para fundamen- el lenguaje cotidiano en conexión con el discurso religioso.
tar sino para certificar un blik. Con ello se pone de relieve Según él", en las frases afirmativas del lenguaje religioso se
el carácter personal de una convicción religiosa y la rela- emplean sí palabras que ya nos son familiares, pero en una
ción esencialmente práctica de dicha convicción. Pero en la composición extraordinaria. Y se esfuerza por hacer com-
teoría de blik no se pone en marcha la exigencia racional, prensible esa singularidad de este modo: una exposición
que aparece en la concepción cristiana de la fe. religiosa tiene como contenido una visión determinada,
Dicha teoría se desarrolló después junto con la teoría una determinada interpretación de lo que nos sale al paso
del acto lingüístico. No cada acto de habla con pretensión en la vida, y con ello una determinada valoración que es
de validez presenta una pretensión de verdad, como es el determinante para nuestras decisiones. Ahí radica su seme-
caso en los actos de habla de la afirmación. La pretensión janza con la teoría del blik, Pero Ramsey hace hincapié en
puede referirse a una verosimilitud u honradez o a un me- que dicha comprensión nos llega en unas situaciones deter-
recimiento de confianza, como ocurre en el caso en que se minadas. Son las situaciones que él llama disclosure, aper-
le promete a alguien una cosa. Sin embargo, el análisis de tura, porque en ellas se le abre al hombre en cuestión una
los actos de habla muestra también que tales actos depen- conexión de sentido. Ahora bien, el lenguaje religioso hun-
den de unos supuestos de tal índole que sin ellos no se de esencialmente sus raíces en tales aperturas, y busca
puede lograr el correspondiente acto lingüístico. En tales mantenerlas vivas o incluso introducidas. Según Ramsey,
supuestos entran también hechos y afirmaciones verdade- la singularidad sintáctico-gramatical de un lenguaje religio-
ras. Así, es natural analizar de cara a las condiciones de su so puede explicarse desde ahí. En efecto, para hablar sobre
rendimiento también unos actos lingüísticos que se dan en el contenido de una apertura de tal índole, tenemos que
el lenguaje religioso, y por consiguiente también los actos utilizar las expresiones del lenguaje habitual. Y lo que esas
como la plegaria, la alabanza, el convencimiento y la predi- expresiones designan sirve después como modelo para lo
cación. captado en la apertura. De ahí que dichas expresiones ten-
Ahora bien, cuando aparece en primer plano el carácter gan que modificarse de acuerdo con lo que se ha captado en
práctico de aquello que se expresa en el lenguaje religioso, la apertura. Para ello sirven otras expresiones, los califica-
surge la pregunta de cómo han de entenderse las frases dores, como omni-, todo-, in-, ... Éstos señalan un proceso
indicativas, de qué papel juegan: ¿Expresan unos supues- en que el modelo se transforma y aproxima al contenido de
tos para los actos de habla religiosa? ¿Son condiciones de sentido que se conoce por la apertura. Con ello piensa
aplicacción para aquellas normas o imperativos de los que Ramsey haber recuperado en una forma nueva el núcleo de
se trata en la forma de vida religiosa? ¿O son una expresión la doctrina medieval de la analogía al referirse a Dios.
-aunque cerrada- de tales normas? ¿O se trata simple-
mente de afirmaciones, cuyo sentido hay que seguir des- 6. Cf. R.B. Braithewaite , An Empiricist's View of (he Nature of Reli-
arrollando'Z" gious Belief, Cambridge 1955; R.M. Hare , The Language of Morals,
Oxford 1952 (versión alemana: 1972).
Gran atención ha merecido el intento de I.T. Ramsey 7. I.T. Ramsey, Religious Language, Londres 1957; íd., Models and
por poner de relieve lo peculiar del empleo de palabras en Mystery ; Londres 1964.

88 89
En virtud de las. mencionadas investigaciones se puede un criterio delimitativo y ha admitido la posibilidad de unos
establecer lo siguiente: el lenguaje religioso y la convicción problemas específicamente filosóficos. Pero hay que in-
expresada en el mismo no pueden intercambiarse con el sistir en que la argumentación racional tiene que ser posible
lenguaje y conocimiento científico-experimental. En uno y de cara al problema de la validez. Con ello se relaciona el
otro campo se trata de cuestiones diferentes. La fe religio- problema en cuestión y las vías por las que se argumenta
sa, que se expresa en el lenguaje religioso, tiene esencial- acerca de las propuestas de solución y que cabe examinar y
mente una importancia ético-práctica e incluye una toma de discutir de un modo crítico.
posición personal. De ahí que no quepa esperar aquí una La cuestión de la estructura lógica, del sentido y validez
justificación intersubjetiva en el sentido que conocemos de las frases religiosas la ha estudiado documentadamente
por las ciencias experimentales. Por otra parterla posición J.M. Bochenski!".
personal que comporta la fe religiosa, puede darse a en- En el marco de los elementos estructurales comunes
tender mediante el empleo -aunque un tanto modifica- del lenguaje ha analizado la singularidad de las composicio-
do-- de palabras comunes. Por lo demás, esa forma de nes en que se expresa un lenguaje apoyado sobre la fe
expresión sólo resulta comprensible en el marco del plan- religiosa.
teamiento y consideración en que se tratan las cuestiones En este punto merece atención el que el lenguaje reli-
religiosas y de interpretación del mundo. Pero el material gioso no se mida simplemente por la ciencia experimental,
lingüístico empleado sirve entonces para expresar esa con- aunque se establece una comparación dentro de un marco
vicción, incluso en afirmaciones, al menos en el sentido de más general. Las diferencias se comprenden por el cometi-
los postulados kantianos de la razón práctica con vistas a un do específico de cada caso. De modo parecido se plantean
determinado marco conceptual, que desarrollan los su- también la cuestión del sentido de expresiones del lenguaje
puestos necesarios de lo práctico. religioso y la cuestión del proceso de justificación de sus
Los defensores del racionalimo crítico" se han opuesto a pretensiones de validez, y especialmente la pretensión de
estas tentativas que intentan describir la singularidad del. verdad, en un contexto común, del que son casos particula-
lenguaje religioso; y lo han hecho por no comprender la res la verificación y el examen empíricos mediante el expe-
cuestión principal de la validez de tales enunciados. No se rimento y la obervación adecuada. Marcando la diferencia
requiere, al respecto, que el lenguaje religioso deba medir- con el esquema teórico dual y con modelos similares de la
se según el modelo de las ciencias experimentales. El pro- estructura de las teorías científico-experimentales, se pue-
pio Popper" ha entendido su criterio de falsabilidad como de poner luego de relieve la estructura de las convicciones
religiosas y cosmovisivas y se puede dar a entender la singu-
8. P.J. Etges, Kritik der Analytischen Theologie, Hamburgo 1973; cf.
H. Albert, Traktat über kritische Vernunft, Tubinga 1968; Íd., Theologische laridad de una argumentación adecuada.
Holzwege, Tubinga 1973; cf. en cast.: La miseria de la teología, LAIA, Por lo que a la estructura racional de tales convicciones
Barcelona 1982. se refiere, F. Ferréll --en la línea de A.N. Whitehead y de
9. K. Popper, Über die Unwiderlegbarkeit philosophischer Theorie ein-
schliesslicb jener, welche falsch sind, en Club Voltaire 1, Munich 1963, 10. J.M. Bochenski, Logik der Religion, Colonia 1968.
271-279. 11. F. Ferré , Language, Logik and God, Nueva York 1961, 162s.

90 91
Ramsey- ha desarrollado ya unos criterios para enjuiciar tentativa puede ser un desarrollo más o menos adecuado de
las pretensiones de vigencia en este campo. Reuniendo ta- la cosmovisión vivida.
les aportaciones tenemos una determinada imagen de la Puede ser más o menos adecuada, porque eventual-
estructura lógica de las convicciones creyentes, y en general mente no se ponga ningún valor en una formulación ade-
de las concepciones relativas a la religión y a la visión del cuada o porque ésta no se logre. También hay que tener en
mundo, incluso por parte de quienes ponen en duda el cuenta que la cosmovisión vivida se modifica a su vez en el
sentido de la vida humana o de quienes defienden algún curso de la vida de un hombre. La redacción explícita pue-
tipo de materialismo. Esa estructura pone de relieve los de contribuir a ello y a menudo lo hará, pero también pue-
factores que entran .en juego al afrontar personalmente las de faltar.
convicciones de fe, que son relevantes como motivacioness Se puede considerar un cometido de la filosofía el escla-
y que permiten entender los desarrollos en tales concepcio- recimiento de esa tensión, y sobre todo de los problemas
nes, tal como aparecen sin duda en cada uno. Desde el que esa tensión origina. A veces la misma cosmovisión vivi-
transfondo de esa estructura de unas convicciones reli- da se designa como filosofía.
gioso-cosmovisivas se puede después interpretar tanto la «Todos nosotros tenemos nuestras filosofías, nos demos
argumentación teológica como metafísica, como la que se cuenta de ello o no, y aunque no nos aprovechen mucho.
da en la doctrina filosófica de Dios. Cuando se descuida Pero sus efectos sobre nuestra actuación y nuestra vida son
dicho trasfondo, falla el planteamiento. a menudo dominantes. De ahí que sea necesaria la tentati-
va de mejorar nuestra filosofía mediante la crítica. Esa es
mi disculpa específica para que la filosofía siga exis-
4.3. Estructura lógica de las convicciones religiosas y tiendo» 12.
cosmovisivas «El hombre no puede, en su pensar o en su obrar, dete-
nerse en esto o en lo otro. Quiere saber lo que es todo
4.3.1. La visión del mundo (Weltanschauung) junto en su unidad, en la que todo le está ya siempre pre-
sente. Pregunta por los últimos fundamentos, por el funda-
Por visión del mundo de un hombre se entiende aquí la mento único de toda realidad, y --dado que conoce a cada
respectiva convicción y actitud que se deja sentir en la con- individuo como algo que es, en cuyo conocimiento es ya
figuración de su vida. 0, dicho con mayor precisión, es su siempre conducido ante sí mismo-- pregunta por el ser de
visión del mundo vivida. Eventualmente puede estar soste- todo ente, de todo lo que es. Hace, pues, metafísica. Y aun
nida por ella una formulación explícita de tal actitud. Y la en el caso en que no se cuide de interrogar así, o que se
formulación explícita está sostenida por la visión vivida del niegue expresamente, aun entonces da una respuesta a esta
cosmos, porque la importancia que se le asigna a una for- pregunta, puesto que califica a la cuestión de indiferente,
mulación explícita en la propia reflexión o en el encuentro
con otros, depende a su vez de la visión del mundo. Cuan- 12. K.Popper, Objektive Erkenntnis, Hamburgo 1973, 45; trad. cast.:
do se llega a la tentativa de una formulación explícita, tal Conocimiento objetivo, Tecnos, Madrid 21982.

92 93
sin transcendencia ni sentido, con lo cual ha dado ya una sente lo que en definitiva delimita. «El discurso acerca de
respuesta, a saber, que el ser del ente es ese "algo" que Dios aparece cuando la frontera última se entiende en ana-
desde cada ente se nos muestra como indiferente, oscuro y logía con la experiencia del estar personalmente limitado,
vacío de sentido, y que hace que el mismo que pregunta tal como se conoce en el trato y cooperación con otras
parezca preguntar en el vacío. Se da también el caso de que voluntades personalese l ",«Cuando un delimitador perso-
el hombre haga tácitamente de un ente determinado -la nal es la base analógica para la comprensión de la frontera
materia o la economía, el impulso vital o la muerte y la última, se deriva una doctrina de Dios. La frontera última
resignación- "el" ser. En efecto, siempre que el hombre se comprende entonces en unas expresiones cuasipersona-
entrega sin reserva su existencia a alguno de estos entes les, que se entienden de forma totalmente decisiva median-
constituye a un ser en algo absoluto, haciéndolo así centro te conceptos, que derivan originariamente de un lenguaje,
de todo lo que le rodea y de todo lo que él es, y reduciendo el cual se emplea cuando uno se ocupa de una experiencia
todo lo demás a auxiliares y manifestaciones de éste. En interpersonal»". Cuando a Dios se le entiende así, «no se
esta forma dice lo que entiende y quiere entender por el le puede identificar con aquello que es accesible a nuestra
ser, y cómo él mismo se interpreta como comprensión del experiencia o en ella, ni siquiera con la frontera última de
ser. Hace, pues, metafísica. Debemos, por lo tanto, nece- esa nuestra experiencia; más bien ha de entenderse esa
sariamente hacer metafísica, dado que, queramos o no, la frontera como medio a través del cual Dios nos sale al paso
hacemos» 13 • (como las voces y los gestos son medios para personas fini-
Según G.D. Kaufrnann!", el discursos acerca de Dios tas), cuando Dios mismo se le concibe como la realidad que
aparece, «por una parte, en el contexto del sentimiento opera dinamicamente más allá de la fronteras-l". .
humano de limitación, finitud, culpabilidad y pecado, y, Éstos son los puntos firmes:
por otra, en el contexto de su pregunta acerca del sentido, a) Una postura frente al problema de Dios sólo tiene
el valor y la importancia de sí mismo, de su vida y de su sentido en el contexto de un planteamiento que afecta a la
muntos P. «Como un ente que vive en un mundo de signifi-. visión del mundo en el sentido señalado.
cados simbólicos (es decir, como un ente hablante) y de b) No se plantea la cuestión de si un hombre vive desde
valores (y por tanto 'corno un ente que decide y actúa y que una actitud cosmovisiva. La visión del mundo ha sido intro-
hace su elección entre varias alternativas), el hombre se ducida precisamente como una actitud que sostiene la vida.
pregunta por el sentido y valor de su propia existencias-P. Existen diferencias en el contenido de tal visión y en la
Cuando esa pregunta no se esquiva, conduce a hacer pre- disposición para desarrollarla y examinarla.
e) La filosofía y también la metafísica se entienden co-
13. K. Rahner, Oyente de la palabra, Herder, Barcelona 1967, p. 50s mo ayudas para ese desarrollo y examen. Ahora bien, a tal
(el orig. alem.: Munich 1963, Friburgo 21971).
14. G.D. Kaufrnann, On the Meaning of «God», «The Harvard Theo-
logical Review» 59 (1966) 105-132. 17. Ibid., 122.
15. Ibid., 109. 18. Ibid., 124.
16. Ibid., 111. 19. Ibid., 126s.

94 95
fin es necesario precisar la estructura lógica de esas visiones experiencia comunes. Siempre según la proporcion de
del mundo. coincidencia en el campo de las ideas supuestas o de las
formulaciones comunes que entran en la experiencia es-
pontánea, cambia la frontera entre «datos experimentales»
4.3.2. Elementos estructurales e «interpretaciones». Entre los cometidos de la reflexión
sobre la teoría del conocimiento están el de explicitar y
Si se pretende esclarecer la estructura lógica de esa con- someter a examen no sólo las hipótesis controvertidas sino
vicción que afecta a la visión del mundo o a la conducta también los supuestos de la experiencia espontánea que de
vital, hay que representársela como desarrollada explícita- hecho se aceptan en común.
mente. En el sentido de la teoría del blik y de la mentada Aquí los datos de la experiencia se entienden en un sen-
inteligencia de la visión del mundo entra como un elemento tido amplísimo. Han de abarcar, en efecto, todo lo que nos
el que lo que sale al paso (la experiencia en una acepción sale al paso en la vida cotidiana y con lo que tenemos que
muy amplia) se capte de una manera determinada (repre- enfrentamos. Por tanto, no sólo se trata de los resultados
sentación simbólica) y también se la valore (relevancia medidos de unos experimentos, sino de contenidos de la
práctica). Cuando se intenta una formulación explícita de experiencia mundana y vital. Y ahí entra también lo que se
esa forma de captación, que varía de hombre a hombre y presenta como resultado de las ciencias. Pero no son única-
siempre de una concepción del mundo a otra, hay que decir mente los hechos o lo que se ve como tales hechos, sino
que contiene un armazon conceptual y formulaciones de también la experiencia de las valoraciones espontáneas de
carácter general, que se 'consideran evidentes y permiten distinta índole: desde el dolor y la alegría hasta la captación
entender como fundamentada. la especia! significación o espontánea del valor de una persona estimada o querida.
concepción espontánea de los datos de la experiencia. Aunque se abarca así toda la experiencia vital, que para
cada hombre es personal e irrepetible, también se dan
experiencias típicas que se repiten y sobre las que cabe
4.3.3. La referencia a la experiencia entenderse con los demás. Son precisamente las que se ex-
presan, entienden y hacen presentes una y otra vez en el
Prescindamos por el momento de que a su vez los datos lenguaje poético. Uno de los propósitos del proceso feno-
de la experiencia están ya condicionados por las ideas que menológico es hacer presentes y explícitas tales experien-
reivindica un armazón conceptual, y que es difícil exponer cias metódicamente
esos datos de la experiencia independientemente de cual-
quier influencia, como lo intentó el empirismo. Pero en una
conversación bien puede suceder que los interlocutores 4.3.4. Contenido
coincidan de hecho en muchos de tales elementos interpre-
tativos, mientras que difieren en el resto de la interpreta- Las formulaciones generales, que expresan las ideas
ción. En este sentido siempre puede haber contenidos de subyacentes en la captación espontánea de los datos, a me-

96 97
nudo sólo se desarrollan en una reflexión filosófica, sobre mentos secundarios o desconcertantes que también se en-
todo cuando existen diferencias en la interpretación de los cuentran en el modelo.
datos. Pero lo que se expresa con mayor frecuencia es el
genuino contenido de una visión del mundo, que nosotros
designamos corno el núcleo de la cosmovisián. Ese núcleo, 4.3.5. Explicación
que se desarrolla junto con las ideas tenidas por espontá-
neas y que se refiere corno explicación de los datos, puede La exposición de lo que nos sale al paso a través del
encontrar su expresión en una forma metafórico-sim- núcleo de la visión del mundo es una especie de explicación
bolista: o, quizá mejor, una interpretación. En efecto, no es una
Aquí consideramos -al menos reconstruyéndola-s- explicación en el sentido de las ciencias naturales, que per-
aquella forma explícita en que el núcleo de la cosmovisión mita formular pronósticos concretos, ya que se deducen
se desarrolla por medio de formulaciones. Tratándose de unos principios de observación a partir de unas afirmacio-
una fe religiosa, ese núcleo consiste en los contenidos cen- nes con carácter de norma y desde unos condicionamientos
trales de dicha fe, por ej., en la fe en Dios como Padre que marginales. La explicación más bien habría de equipararse
se ha manifestado en Jesucristo. A tales fórmulas hay que aquí a un encasillamiento o clasificación. Lo que nos sale al
aplicar lo que Ramsey ha señalado y que en la filosofía y paso se divide en diferentes campos o clases. Con ello es
teología escolásticas se desarrolló como manera analógica posible separar las leyes y los criterios que sirven para un
de hablar de Dios. Lo cual incluye ante todo una familiari- campo de otras parcelas. Con ello se pueden también elimi-
dad con los modelos; se podría hablar de una experiencia de nar las confusiones que se derivan de un traspaso inconsi-
modelos o símbolos. derado. Pero con ello también es posible preguntarse por la
Supone además que a uno le interesa sobre todo ocu- conexión de esos campos y estudiar la importancia de los
parse de cuestiones que afectan al sentido o la comprensión contenidos de uno para el otro. Dado que esa interpreta-
de nuestra vida y de orientación fundamental. Muchos lo . ción o explicación pretende entender la múltiple realidad
llamarían experiencia transcendental y recomendarían la que nos sale al paso en una totalidad (lat. integrum) orde-
meditación corno una ayuda para que esa dimensión se deje nada, también cabría hablar de una explicación o interpre-
sentir sobre nuestra vida. Ello corresponde a la disclosure, tación integradora. Es apropiada para la función de la vi-
a la apertura de Ramsey. Sólo sobre ese transfondo se crea sión del mundo y es también la explicación filosófica más
el marco que, mediante una cualificación de los modelos o específica.
a la manera escolástica de afirmar, negar y ampliar (cf. Debido a la dimensión esencialmente práctica de tales
7.1), se exprese en un lenguaje con sentido el núcleo de una convicciones decisivas para la vida, la distinción de campos
convicción semejante. En una forma lingüística menos dis- lleva también aneja una valoración. Y mediante esa valora-
cursiva emplea la Biblia, por ejemplo, relatos y parábolas ción se pone de relieve asimismo la importancia práctica y
que, en lenguaje figurado, llaman la atención sobre los ética de lo experimentado en determinados campos para la
puntos decisivos de comparación, separándolos de los ele- configuración de nuestra vida. También se puede decir que

98 99
la exposición teórica y la valoración práctica son a su vez con una determinada valoración altísima de la persona
campos diferentes que es necesario distinguir y cuya co- humana.
ordinación se busca en una explicación integradora, a fin de
establecer el mercado para la relevancia práctica de lo
experimentado. 4.4. Sentido de los argumentos en las cuestiones religiosas y
En virtud de esa dimensión esencialmente práctica de la cosmovisivas
visión del mundo, el núcleo de una convicción vital,
expuesto de manera simbólico-analógica, se formula sí con Las convicciones sobre la concepción del mundo más
frecuencia en frases afirmativas, pero entendidas de tal mo- bien parecen expresar la visión personal de un hombre;
do que apoyan determinadas valoraciones y normas. De pero no parecen ser accesibles a una fundamentación o
ahí que sean implícitamente normativas o axiológicas (gr. refutación argumentativas. Cuando queremos examinar
axios-valioso). Ello responde a la concepción clásica de la nuestra inteligencia de las manisfestaciones de esa índole
realidad, según la cual ser y valor no están separados sino que hace una persona, tenemos que considerar cuáles son
referidos esencialmente el uno al otro, aunque sean dife- las consecuencias que se derivan de su convicción manifes-
renciables. tada: las consecuencias teóricas, que se expresan en afirma-
ciones acerca de su visión y valoración de cosas y situacio-
nes; y las prácticas, que se reflejan en una manera de actuar
4.3.6. Ejemplo consecuente con esa convicción, o también en normas de
actuación que parecen fundamentarse en la convicción re-
Esta estructura de las convicciones religiosas y cosmovi- ferida. También puede ser instructivo escuchar a través de
sivas se puede ver claramente al comienzo de la confesión qué circunstancias alguien considera fundamentada su con-
de fe o símbolo apostólico. El «creo» de la introducción vicción.
sirve para aclarar la índole del acto lingüístico. «En Dios, . Ahora bien, la expresión lingüística de tales consecuen-
Padre omnipotente» expresa lo que constituye el núcleo de cias es el discurso argumentativo, el cual procura demostrar
la fe mediante la palabra padre, que nos es familiar por la que con la vigencia de un determinado contenido sobre la
experiencia de cada uno. Pero al mismo tiempo esa palabra base de un contexto de índole las más de las veces general,
va ligada a otra, omnipotente, que señala el cambio de con- considerado de antemano como válido (regla conclusiva de
tenido de padre, cambio que ha de tenerse en cuenta al índole formal o de contenido), también se garantiza la vali-
trasladar esa palabra a Dios desde su empleo lingüístico dez de otro contenido.
habitual. El transfondo de ese cambio los proporcionan los En contraste con el mito, para Aristóteles lo caracterís-
textos del Nuevo Testamento; por ej., la parábola del hijo tico de la filosofía es que argumenta y señala dónde se
pródigo, de los lirios del campo, etc. Al mismo tiempo esto apoyan unas afirmaciones. De hecho en la doctrina filosófi-
va ligado a ciertas consecuencias prácticas, como el doble ca de Dios se trata en buena parte de pruebas argumentati-
mandamiento del amor a Dios y al prójimo y, por tanto, vas. También la reflexión sobre la estructura de las convic-

100 101
ciones religioso-cosmovisivas nos ha revelado elementos la singularidad del proceso lingüístico como actividad
que pueden analizarse según determinados criterios y para (Wittgenstein, Searle22, P. Lorenzerr'".
los que pueden aducirse unos fundamentos que apoyan ta-
les convicciones. Oyente
Hablante Comunicación
Los elementos de la estructura lógica, propia de unas Mensaje
convicciones cosmovisivas proporcionan una información
sobre el sentido y límites de la conversación argumentativa (Mal) entendido
Intención comunicativa
en un diálogo sobre cuestiones de religión e interpretación
del mundo. Como ayuda para el esclarecimiento de la si-
Frase Hablar - Oír Frase
tuación conversacional puede servir el esquema general de
comunicación. Lo que en él aparece ante todo como código
o supuesto cognitivo hay que substituirlo después por la Lenguaje, convicciones, Lenguaje, convic-
experiencias, supuestos ciones, experiencias,
estructura diferenciada de unas concepciones cosmovisivas. supuestos de la
de la comprensión
del hablante comprensión
del oyente
Supuestos
comunes de la
4.4.1. El esquema general de la comunicación comprensión

Experiencia, forma
Para comprender la situación conversacional o, dicho de la vida
de un modo más general, para entender las manifestaciones
de los hombres sabemos por la hermenéuticaé? (Dilthey, Algunos factores importantes para la comunicación,
- - -
Heidegger, Gadamer) la importancia que tienen los su- que se advierten sobre todo en el fracaso de la compren-
puesto de la comprensión, de los que depende también la sión, pueden esquematizarse diferenciándolos entre sí. Y
comprensión efectiva de los detalles. También por el des- son: las personas que participan (hablante, oyente, que en
arrollo del análisis lingüístico ha quedado claro que, para la la conversación intercambian naturalmente sus roles); la
comprensión y análisis de las argumentaciones y en general expresión (lingüística), la frase que se pronuncia cómo es
de las manifestaciones lingüísticas, no basta un análisis ló- escuchada; la inteligencia de esa manifestación por el ha-
gicoformal sino que que también son muy importantes los blante (intención comunicativa) y por el oyente (inteligen-
supuestos?' que se han forjado los argumentantes, así como cia); los supuestos de la comprensión (conocimiento de la
lengua) que se sobreponen en mayor o menor medida, y

20. Cf. E. Coreth, Cuestiones fundamentales de hermenéutica, Herder, 22. J.R. Searle, Speech Acts, Cambridge 1969; trad. alem.: Francfort
Barcelona 1972 Cedoorig. alem.: Friburgo 1969). 1971; trad. cast.: Actos de habla, Cátedra, Madrid 1980.
21. St. Toulmin, The Use of Arguments, Cambridge 1969 Cedoalern.: 23. P. Lorenzen, Einführung in die Operative Logik und Mathematik,
Kónigstein 1975); cf. en cast.: El puesto de la razón en la ética Alianza Berlín 1955; P. Lorenzen-O. Schwernrner , Konstruktive Logik, Ethik und
Madrid 1979. ' , Wissenschaftstheorie, Mannheirn 1973.

102 103
entre los que se cuenta también la relación con un ámbito en sus conclusiones ulteriores -sentido operativo de la ex-
vital o de experiencia que a menudo sólo coincide en parte. presión-), o si la expresión de marras ha de entenderse en
Advertimos sobre todo las diferencias, y por ello podemos el sentido que imponen (sentido manifiesto) los supuestos
también zanjarlas con toda facilidad, cuando la aplicación comunes de la comprensión. Si se quiere satisfacer al in-
de las expresiones se refiere a un ámbito común de vida o terlocutor y al mismo tiempo se busca una mejora de la
experiencia, con una forma de vida que coincida en buena comprensión, habrá que valorar una precisión de lo mani-
parte y que se acepta de hecho?". festado en razón de su mayor adecuación. Por ese camino
habrá que contar con una discrepancia entre el sentido ma-
nifiesto y el operativo y habrá que tener siempre en consi-
4.4.2. Dificultades del acuerdo en cuestiones religiosas y deración en qué se funda cada uno de ellos.
cosmovisivas Corno ejemplo de ello piénsese en la consideración del
acto del habla, en el que se expresa una oración indicativa.
Para comprender la situación de un diálogo religioso- Para uno puede ser la manifestación de su confesión en una
cosmovisivo hay que completar el esquema general de la determinada fe, que ha de entenderse en sentido figurado
comunicación entendiendo de manera más precisa los su- (manifestación que eventualmente hasta respondería a la
puestos comprensivos de acuerdo con la estructura de las interpretación simbólica de su visión del mundo), mientras
convicciones que sostienen la vida. Entonces se advierten que para otro dicha frase puede ser quizá la descripción de
las dificultades típicas de comprensión que pueden apare- un hecho que, como tal, debería ser accesible a un examen
cer. Citaremos aquí algunas. intersubjetivo mediante observación:
Ante todo, hay que contar ya con que la concepción del Vamos a intentar compendiarlo de un modo más gene-
mundo formulada explícitamente -mediante conceptos o ral. Llamamos interpretación la manera en que alguien cap-
símbolos metafóricos- no desarrolla de forma plena y ade- ta y explica la manifestación de un interlocutor. Si perse-
cuada esa visión del mundo vivida. Esto se echa de ver guimos el ideal de una interpretación perfectamente ade-
cuando no aparecen inteligibles para el interlocutor las cuada, está claro que ésta no se logra habitualmente. A
consecuencias teóricas y prácticas que piensa poder sacar el menudo nos contentamos con que la interpretación alcance
defensor de una determinada cosmovisión. En tal caso se una determinada meta comunicativa, aunque bajo otros
plantea la cuestión dé si ha de tomarse como sentido de la aspectos no satisfaga al interlocutor. Y en ello no hay pro-
manifestación el convencimiento que influye desde luego blema alguno, mientras esa interpretación limitada se man-
en el interesado, pero que sólo puede expresarse de una tenga en el contexto del mero objetivo de comunicación. El
manera inadecuada (aunque tal expresión para el interesado peligro sólo aparecerá cuando, en virtud de esa consecuen-
responda perfectamente a la concepción que se manifiesta cia parcial, extendemos inadvertidamente tal interpreta-
ción a otros contextos en los que ya no corresponde a la
24. Cf. K. Studhalter, Ethik, Religion und Lebensform. bei Ludwig intención del hablante, de manera que éste tenga que con-
Wittgenstein, Innsbruck 1973. siderarse mal entendido.

104 105
Asimismo, tampoco se hace justicia al hablante cuando en las concepciones y sirve para explicar y perfilar mejor las
la interpretación limitada se considera como la totalidad de opiniones. La tendencia hacia una interpretación semejan-
cuanto él ha pensado y querido comunicar; es decir, cuan- te se deja sentir a menudo espontáneamente, cuando se
do su intención se reduce al contenido de la interpretación trata de diferenciar el propio punto de vista del que tienen
limitada. Cuando se presta atención, por ej., a las conse- otros.
cuencias prácticas que contiene la concepción del dialogan- El peligro de dicha interpretación y su insuficiencia filo-
te y se tiene éxito hasta el punto de que se logra una in- sófica consisten en que se simplifica en exceso la refutación
terpretación limitada sí pero adecuada, en muchos casos no y en que no se tienen en cuenta las razones y propósitos del
se hará, sin embargo, justicia al interlocutor si pensamos interlocutor, presentes en una formulación tal vez supera-
que ya ha expresado todo cuanto tenía que decir. da, y que todavía hoy merecen considerarse.
Tal es el caso, cuando alguien capta fielmente las con- La interpretación positiva carga el acento en el desarro-
secuencias prácticas que contiene la confesión de fe en llo y, eventualmente, también en el hecho de completar los
Dios, y piensa que con ello ya tiene en cuenta todo cuanto objetivos y razones que se dejan sentir en la concepción
alguien cree cuando cree en Dios. De ahí se deriva como correspondiente y que tal vez han sido expresados de una
consecuencia metodológica que en una interpretación limi- manera insatisfacctoria. Se presta atención al propósito del
tada se debe tener en cuenta el punto de vista peculiar bajo interlocutor y a lo que puede aceptarse como fundado.
el que es adecuada, a fin de que no se trueque en reduccio- Desde luego, esta interpretación limitada todavía no se
nista. La adecuación interpretativa bajo un nuevo punto de puede considerar adecuada en todos los aspectos, por lo
vista tendrá que ser examinada de nuevo. que deberá conectarse con la interpretación negativa de
Casos especiales de interpretación limitada son aquellos una crítica positiva, si se quiere evitar la desaparición de las
que pueden calificarse de negativos y positivos (cf. 1.1.2.4). diferencias.
Subyace una interpretación negativa cuando el interés se La tendencia a una interpretación positiva espontánea
cuenta sobre todo en aquellos elementos de la manifesta-. aparece sobre todo cuando se recogen las manifestaciones
ción del interlocutor que merecen un rechazo fundado. de una persona estimada, lo que fácilmente puede llevar
Uno de tales elementos puede ser una expresión desafortu- aneja una postura acrítica. Cuando hay discrepancias en
nada del pensamiento que defiende el interlocutor -inade- puntos importantes, el interlocutor se siente muy pronto
cuación de la expresión frente al convencimiento vivido-s- o conquistado. Por lo que deberemos tener en cuenta que
también una fundamentación insuficiente de su afirmación existe una interpretación adecuada entre la positiva y la
consistente, por ejemplo, en el empleo de concepciones negativa, sin que todavía estemos en condiciones de señalar
condicionadas por la historia y ya superadas. Un ejemplo exactamente su sitio. Esta indeterminación se deja también
de ello serían las pruebas clásicas de la existencia de Dios, sentir en un empleo razonable de explicaciones genéticas
que a menudo son rechazadas por ir ligadas a una imagen crítico-ideológicas, porque las mismas suponen la justifica-
del mundo que está superada actualmente. Semejante in- ción de la interpretación negativa: pueden explicar por qué
terpretación tiene su valor de cara a establecer diferencias el interlocutor acepta lo que todavía no se vislumbra como

106 107
justificado. Distintas teorías dialógicas intentan explicar de lo que nos encontramos en la vida se exige que la visión del
un modo metódico esa situación+'. mundo se refiere a ello para su explicación y valoración,
que se tenga en cuanta por principio todo lo que nos sale al
paso y que no se excluya nada caprichosamente.
4.4.3. Criterios Los criterios funcionales y la promesa de una cosmovi-
sión como «exposición» de los datos no pueden malinter-
En los criterios, que Ferré formula sigiendo a White- pretarse en el sentido de que en un convencimiento sobre la
head y Ramsey, se expresan algunas condiciones que son realidad mundana se trata de una opinión no vinculante.
necesarias para que una visión del mundo cumpla sus fun- Quien la defiende la entiende por el contrario como una
ciones fundamentales. Sin embargo, esos criterios funcio- actitud que sostiene su vida, que afecta a la realidad de su
nales no deben confundirse con la pretensión de represen- existencia y, en tal sentido, es verdadera. Pero, justamente
tar una concepción adecuada a la realidad, pretensión que por ello, el descubrimiento de datos o conexiones que ha-
alguien vincula a' su convencimiento. Más bien permiten yan de verse como dificultades inducen a corregirIo. Lo que
comprender cómo alguien reconoce, por ejemplo, sus erro- aparece como objeción y puede explicar un cambio recons-
res de concepción y cambia su manera de ver las cosas de truible racionalmente es lo que en la reflexión filosófica se
una forma que puede reconstruirse racionalmente. desarrolla como estructura de la cosmovisión bajo la ima-
Los criterios exigen que el núcleo de una cosmovisión gen de una exposición de la realidad dada y a través de los
no sea contradictorio, que no se puedan sacar del mismo criterios funcionales como vía para la esperada mejora de
cualesquiera consecuencias, porque en tal caso no cumpli- semejante concepción.
ría con su función explicativa y estructuradora. Lo cual no
quiere decir que no haya de hecho contradicciones en las
convicciones cosmovisivas fácticas, sino que el descubri- 4.4.4. Crítica de la cosmovisián
miento de tales contradicciones ha de reconocerse como
una objección. Otro tanto cabe decir de todos los criterios. Los criterios mencionados señalan el camino de cómo
Mediante los mismos se requiere además que la concepción han de discutirse críticamente las concepciones del mundo
cosmovisiva sea unitaria o coherente en el sentido de que no que se dan y cómo se pueden entender racionalmente fun-
se forme con sistemas de interpretación diferentes y sin dados los cambios en las mismas. Pero eso precisamente
coordinación entre sí. Eso sería, por ejemplo, una objeción llama la atención sobre elementos de las concepciones cos-
contra una teoría extrema de la doble verdad. Respecto de movisivas que no pueden fundamentarse racionalmente
porque parecen estar en contradicción con los criterios. És-
25. W. Karnlah-P. Lorenzen, Logische Propiideutik oder Vorschule der te es el punto en que hay que buscar con lógica una explica-
vernunftigen Redens, Mannheirn 1967; J. Habermas, Was heisst Universal- ción psicológica y científico-sociológica de tales deforma-
pragmatik?, en K.O. Apel (dir.), Sprachpragmatik: und Philosophie,
Francfort 1976, 174-272; Dialog als Methode = Neue Hefte für Philosophie, ciones y parcialidades. Sería incongruente concluir aquí
cuad. 2/3, Gotinga 1972. que la concepción en cuestión carece de validez.

108 109
Pero cuando en virtud de los criterios ha de considerar- 4.5. Modos de fundamentación
se una concepción como indefendible racionalmente, una
explicación psicológica y científico-sociológica puede dar a Cuando en el diálogo aparece un razonamiento explica-
entender por qué dicha concepción se da de hecho e ignora tivo se pueden distinguir varios casos, según que los su-
las razones en contra. Sin embargo, el que una concepción puestos de las consecuencias sean accesibles a ambos dialo-
aparezca como racionalmente indefendible depende de la gantes y según que los acepten o no. Si los supuestos (da-
posición filosófica que se adopte frente al problema de qué tos, contextos) pertenecen al campo de los supuestos
explicación de las concepciones cosmovisivas es la posible. comunes de la comprensión, entonces es posible una fun-
Así se comprende que distintos autores y en diferente me- damentación interpersonal por la que el contenido explica-
dida consideren como racionalmente indefendibles unas tivo, que en principio no pertenecía al campo intelectivo
concepciones cosmovisivas y que, en consecuencia, piensen común, se relaciona con éste. Con ello es posible una am-
que deben explicarse de un modo gen ético y crítico- pliación de ese campo común, lo cual afecta tanto a las
ideológico-". Pese a lo cual, tales investigaciones no dejan cuestiones sobre el sentido de las expresiones -que es
de tener importancia incluso para quien otorga mayor con- importante para la interpretación- cuanto a la afirmativi-
fianza a la explicación racional en las cuestiones relativas a dad de unos asertos o al reconocimiento de la validez de
la interpretación del mundo; y ello porque llaman la aten- unas normas.
ción sobre posibles peligros de una desfiguración, y por- Aquí, no obstante, hay que tener en cuenta algunas
que, además, pueden ayudar a la explicación de ciertas limitaciones importantes. Ante todo, en muchos casos sólo
concepciones que no pueden justificarse desde el punto de se puede reconstruir una interpretación limitada de la con-
vista más confiado en la crítica racional. cepción del interlocutor en el campo de la inteligencia co-
Otro campo de acción para el empleo de los métodos mún. Lo cual puede también tenerse en consideración al
explicativos por vía genética e ideológico-crítica se abre por estar de acuerdo en que, dentro de un determinado campo
el hecho de que a menudo no es nada fácil mediar el conte-. de procedimiento común, por ej., en una ciencia determi-
nido de una concepción cosmovisiva y comprenderla sin nada, las expresiones sólo se deben entender en el sentido
malentendidos. De ahí que, mientras que para la interpre- explicado. De todos modos, no conviene olvidar que se
tación positiva de una determinada concepción no parece trata de un acuerdo metodológico , que no se puede supo-
adecuado ese modo de explicada, será indispensable para ner sin más para los problemas exteriores a dicho campo.
una interpretación negativa. El problema entonces es saber Asimismo se ha de tener en cuenta que la coincidencia
cuál es la interpretación más adecuada; si no se logra es- fáctica entre los dialogantes por sí sola no es garantía de la
tablecer, al menos será necesario proceder con cautela. validez de cuanto se acepte en común, puesto que puede
tratarse de un prejuicio común. Tarea de la reflexión crítica
26. Cf. E. Topitsch, Vom Vrsprung und Ende der Metaphysik, Viena que realiza la filosofía es la de mantener viva la atención a
1958; id., Gottwerdung und Revolution, Pullach 1973. Una aplicación de las
reflexiones crítico-ideológicas a las formas deficientes de conducta religiosa esa posibilidad, cuando no consigue examinar y probar la
la intenta A. Grabner-Haider , Ideologie und Religion, Viena 1981. justificación de lo que se acepta en común.

110 111
Un recurso para poder mantener viva esa crítica filosó- Por lo demás, ese proceso encuentra algunas dificulta-
fica es la incorporación de otros dialogantes, porque lo que des: se distingue de las fundamentaciones científicas in-
para dos interlocutores o incluso para un determinado gru- terpersonales y corrientes en que, para demostrar la necesi-
po representa un campo común de inteligencia y convicción dad absoluta de cualquier corrección ulterior de nuestro
puede no serlo en modo alguno para los interlocutores que conocimiento, no podemos limitarnos a un determinado
se suman al diálogo. Y así puede surgir la sospecha de que campo de cuestiones objetivo y concreto. Tal supuesto ha
tal convicción común es en realidad un prejuicio de grupo, de presentarse como una estructura operativa indispensa-
sobre todo cuando no se logra fundamentarla de un modo ble de nuestro lenguaje y conocimiento; es decir, como una
interpersonal desde los supuestos comúnmente aceptados forma de proceder que se repite de continuo y que es la
por un grupo de personas más amplio. Aunque ese proceso única que posibilita el examen de la validez de nuestras
de incorporación de nuevos dialogantes pueda repetirse, no concepciones'".
por ello se tiene ya una fundamentación de las convicciones Lo que se demuestra con ese tipo de prueba es la justifi-
que todos aceptan, por grande que sea el número de sus cación de dicha estructura operativa y por tanto de una
representantes. afirmación en tanto que expresa tal estructura. Ahora bien,
Lo que en ocasiones se califica como prueba científica en el curso de la historia del pensamiento siempre se han
vinculante debería consistir en la posibilidad de fundamen- vinculado de hecho a tales formulaciones otros contenidos.
tar de un modo interpersonal determinadas concepciones Más tarde se demostraron injustificados, con lo que todo el
de un campo determinado (ciencia) en virtud de los supues- proceso se puso en cuestión. De ahí que haya que presentar
tos comunes de dicho campo. La crítica filosófica de la exactamente el sentido operativo en ese proceder indirec-
ciencia señala que para la ampliación de tales concepciones to. Sólo éste puede considerarse justificado, pero no una
más allá de su propio campo habría que poder examinar los determinada de tales formulaciones y menos aún los conte-
correspondientes supuestos. Señala asimismo que eso no es nidos inherentes sin examinar. En la medida en que no
posible hacerla de esa manera con semejante prueba reso- existe garantía de que la formulación de turno no la entien-
lutiva. den todos los interesados como expresión de la estructura
Aquí se busca, por una parte, una vía indirecta de justi- operativa que ha de suponerse cual necesariamente válida,
ficación y, por otra, un camino indirecto que conduce al tampoco ese proceso indirecto será reconocido como fun-
problema de la fundamentación personal. damentación interpersonal de las afirmaciones respectivas.
El camino indirecto consiste en que, respecto de unas Por otra parte, se puede sin embargo considerar como ca-
convicciones determinadas, no se requiere una mera coin- mino que lleva precisamente al sentido justificado de esa
cidencia fáctica, sino que se intenta mostrar que sin hablar
en modo alguno de un reconocimiento de tal convicción no 27. B.J.F. Lonergan, lnsight. A Study of Human Understanding, Lon-
dres 1957, intenta mostrar las estructuras operativas básicas del conoci-
se podría cuestionar la validez de la misma y que cualquier
miento humano, para entender desde las mismas y de un modo operativo la
corrección de nuestras convicciones supone ya como justifi- pretensión de validez. Cf. O. Muck , Die transzendentale Methode in der
cada esa convicción. scholastischen Philosophie der Gegenwart, Innsbuck 1964, 234-258.

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afirmación y que lo separa criticamente de otras inter- . teamientos alternativos y se examina su viabilidad. Esen-
pretacionesj". cial a dicho método es considerar como fundamentalmente
Otro malentendido de ese procedimiento esencialmente revisables y falsables lor supuestos fácticos y estar dispues-
filosófico-transcendental consiste en ver la estructura ope- to al examen de las alternativas. Ello responde al proceder
rativa en el marco. de una determinada ciencia particular, del racionalismo crítico-".
llegando así a un psicologismo o biologismo. Los supuestos La ventaja de ese proceder estaría en su más fácil mane-
irrenunciables y el a priori no sólo fáctico sino esencialmen- jo, mientras que el inconveniente obedecería a que no se
te necesario del conocimiento humano se entienden como presta atención a las estructuras operativas que también
un a posterior; filogenético, como producto de un proceso aguantan dicho proceso y a que no se concede la considera-
evolutivo de selecciórr'". La consecuencia que de ello se ción debida al núcleo justificado de convicciones fácticas'":
saca de que las formas específicas del conocimiento huma- Otra vía para la fundamentación directa de unas convic-
no estarían aseguradas para el campo más cercano de la ciones es la llamada directa a la intuición, a la corteza in-
vida del hombre, y que por lo mismo aparecerían como mediata. Se aplica, por una parte, a los datos de experien-
válidas, respondería, por ejemplo, a la validez condiciona- cia y, por otra, a las afirmaciones básicas comunes. Pero
da del a priori vital-mundano del conocimiento humano. precisamente en este segundo caso se objeta que a tales
Mas con ello no se entienden las estructuras operativas ni afirmaciones --como ocurre, por ej., en las pruebas clási-
su validez, que son necesarias para el desarrollo de las su- cas de la existencia de Dios- se les dota de una gran carga
puestas teorías biológicas y para una reflexión crítica sobre probativa, pero que el camino mencionado de la justifica-
el valor de nuestro conocimiento. ción es insuficiente porque o el interlocutor no acepta la
En tanto que, debido a las dificultades señaladas, no se certeza de tal afirmación -y con ello se alcanza una posi-
quiere hacer valer tal fundamentación indirecta, ni la direc- ción de tablas- o bien la reconoce, pero entonces no se da
ta sobre la que hablaremos a continuación, porque no es ninguna garantía de que se trata de una intuición de lo que
interpersonal, se puede hacer hincapié en el propósito de la. está justificado y no sólo de una coincidencia fáctica.
crítica filosófica, por cuanto que se valora metódicamente Aquí se plantea el problema general del sentido de las
el camino de reconocer el consenso fáctico mediante la am- pruebas, del discurso argumentativo, cuando el interlocu-
pliación del campo de los dialogantes sólo como tal consen- tor no comparte los supuestos. A ese prueba, en la que se
so fáctico y referido a un grupo, ya que en el experimento emplean supuestos no compartidos por todos los interlocu-
mental se intenta variar los supuestos, se desarrollan plan- tores pero que el argumentante considera como válidos, la

30. H. Albert , Traktat úber kritische Vernunft.


28. La estructura de ese proceso la ha desarrollado O. Muck, The Lo- 3]. Cf. C.F. Gethrnann, Logische Deduktion und transzendentale
gical Structure of Transcendental Method, «International Philosophical Konstitution. Zur Kritik des Kritischen Rationalismus am methodologischen
Ouarterlys 9 (1969) 342-364. Theorem der Begründung, en W. Czapiewski (dir.), Ver/ust des Subjekts,
29. G. Vollmer, Evolutionare Erkenntnistheorie, Stuttgart 1975; R. Kevelaer 1975, 11-76; K. Huber, Der Ausschluss der Theologie aus den
Riedl, Biologie der Erkenntnis. Die stammesgeschichtlichen Grundlagen Wissenschaften duren Sprachregelung in der Erlanger Schule, en Scienza e
der Vernunft, Berlín 1980. noncredenza, Ciudad del Vaticano 1980, 8-34.

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llamamos fundamentación personal. ¿Qué sentido tiene? acuerdo con la estructura de la temática cosmovisiva, se
En principio no puede convencer al interlocutor de la vali- trata no sólo de los contenidos teoréticos sino también y
dez de la afirmación correspondiente. Supuesta la seriedad especialmente de la relación con la experiencia y con la
de quien aduce la prueba, puede, sin embargo, prestar praxis vitales.
importantes servicios en la interpretación de la manera de Debido a la dificultad de una aplicación conclusiva de
pensar del dialogante. Puede llamar la atención sobre razo- los criterios racionales a las convicciones sobre la concep-
nes que todavía no se consideran atinadas pero que pueden ción del mundo, no se puede esperar de la argumentación
ser dignas de examen, y en tal sentido reclamar atención una justificación o una refutación inmediatas. En este cam-
sobre puntos de vista eventualmente preteridos. Además, po el cometido principal de la argumentación consiste en
puede también examinarse por parte del interlocutor la va- agrandar el horizonte común de comprensión y, por tanto,
lidez de una fundamentación meramente personal. La dis- en una inteligencia más adecuada del convencimiento del
cusión al respecto puede aportar nuevas pruebas para una otro y en un conocer sus razones. El fruto de tal esfuerzo es
interpretación adecuada de la manera de pensar del in- una mayor cautela y tolerancia en la actitud personal frente
terlocutor. a las convicciones de los otros mediante la comprobación
En cualquier caso, la fundamentación personal saca a de cuán complejos son los factores. Pero ello puede a la vez
luz consecuencias y conexiones teóricas y prácticas que se poner de relieve la validez de puntos de vista y de razones
dan al menos en la visión de quien aporta la prueba. Ello que hasta ahora no se habían tenido en cuenta y que permi-
contribuye a una mejora de la comprensión. Algo parecido ten cambiar, esclarecer y madurar las propias convicciones.
cabe decir no sólo de interlocutores particulares, sino tam- Por tal motivo, una argumentación a propósito de las for-
bién de la inteligencia mutua de grupos que en su manera mas de entender e! mundo puede ser perfectamente lógica
de argumentar se apoyan en supuestos compartidos dentro e importante aunque de ella no quepa esperar una decisión
del grupo, aunque no fuera de él. Tal puede ser el caso en rápida.
un diálogo entre cristianos y no cristianos, o en el diálogo. Ante esta situación, a menudo se siente cierto reparo en
ecuménico. llamar pruebas (Beweis) a las fundamentaciones en el te-
De todas estas reflexiones se saca la conclusión de cuán rreno del problema de Dios. A menudo se piensa, efectiva-
difícil resulta a menudo alcanzar una mutua comprensión mente, en la demostración de una ciencia particular o en un
adecuada en las cuestiones relativas a la religión y a la razonamiento matemático. Para evitar ese malentendido se
concepción del mundo. buscan otras expresiones: así, se habla de mostrar (Auf-
De cara a un esfuerzo fecundo de comprensión habrá weis) los motivos de conocimiento, cuando se trata precisa-
que ser sumamente cauto en el juicio sobre las convicciones mente de una prueba en el sentido aristotélico-tomista. Y
de otras personas y habrá que pensar en la necesidad de como los motivos de conocimiento apuntan a la existencia
someter las hipótesis interpretativas a un severo examen. de Dios, se habla también de una referencia (Hinweis), Con
Ahí tiene un papel importante la consideración y el empleo ello se expresa que mediante la exposición de los motivos
de pruebas tanto interpersonales como personales. De de conocimiento todavía no se ha decidido previamente

116 117
cuál es la posición personal de uno frente a los mismos, y algo probado. Esa llamada sólo tiene sentido como una
que, sin adoptar esa posición, no puede afirmarse la exis- invitación a enfrentarse con ese razonamiento.
tencia de Dios. Que la meta de semejante prueba no sea la Quien afronta el razonamiento puede buscar ante todo
aparición de un «resultado de la ciencia», al que cabe recla- cómo es la estructura lógica de la fundamentación y sobre
marse sin más, sino que se trata de una visión y convenci- qué supuestos o convicciones se apoya ésta. Aquí se puede
miento esencialmente personales, es lo que sugiere la ex- explicar a su vez el sentido operativo de los conceptos em-
presión cercioramiento (Vergewisserung). En ambos casos pleados. Cabe examinar, además, si el razonamiento se
se tiene en cuenta, lo que la neo escolástica ha puesto de funda en experiencias accesibles al lector o que al menos
relieve respecto de la certeza que proporciona la demostra- puedan substituirse por otras equivalentes alas que tienen
ción de la existencia de Dios: que esencialmente es una la misma función fundamentadora.
certeza libre (certitudo libera). Las pruebas de Dios parten En el caso siguiente del estudio se puede examinar la
por lo general de una experiencia inmediata y se preguntan naturaleza de las convicciones y criterios en que se sustenta
por el supuesto contenido objetivo de la misma, que funda- la fundamentación: si en principio puede aplicarse de un
mentalmente no es otra que la existencia de Dios; en este modo general o si pueden considerarse como especializa-
sentido se habla también en ocasiones de una comproba- ción de unas convicciones y criterios aplicables de una for-
ción (Erweis) de esa misma existencia. Y como comproba- ma general; si se aceptan en el mismo sentido en que se han
ción para quien realiza y ve el razonamiento como un cer- empleado para la fundamentación del razonamiento -para
cioramiento personal, se distingue de la prueba que se pue- enjuiciar esa igualdad puede servir la comparación de las
de aportar en la ciencia o ante un tribunal. Menos feliz consecuencias que aparecen como necesarias-; si se sigue
parece hablar de mostrar (Aufweis) la existencia de Dios, el reconocimiento en virtud de la propia visión o la forma-
ya que por lo general se muestra algo que se puede ver en ción de la propia opinión personal, y si tal vez puede inclu-
una contemplación directa. Ahora bien, semejante funda- so entenderse como desarrollo de unos principios genera-
mentación directa no resulta posible respecto del problema. les, que posibilitan nuestro pensamiento y habla personales
de Dios. y que pueden justificarse indirectamente. Una forma de esa
justificación se da también en la tentativa de presentar y
discutir hipótesis alternativas, si pueden aplicarse de mane-
4.6. Sentido del análisis de las pruebas filosóficas ra consecuente, si, llegado el caso, llevan a los mismos o
contrapuestos resultados, y si su aplicación sólo puede
Cuando un filósofo presenta una argumentación, lo que mantenerse mediante hipótesis complementarias artifi-
pretende ante todo es desarrollar unos motivos de conoci- ciosas.
miento adecuados a su explicación y a la formación de su No obstante, en el análisis de la argumentación puede
opinión personales. Lo cual no quiere decir que el lector se también resultar que las consecuencias que se derivan de
haya formado ya esa opinión fundada ni que pueda sentirse los supuestos aceptables no concuerden con lo que a nues-
llamado a la defensa de esa concepción sin más como de tro entender se afirma como conclusión de la prueba. Aquí

118 119
puede ser útil distinguir entre un sentido limitado Bibliografía

-que puede demostrarse corno fundado por las razones


Filosofía analítica de la religión
aducidas- y el sentido de la conclusión reclamado por los
respectivos filósofos mediante la comprensión habitual o 1. U. Dalferth (dir.), Sprachlogik des Glaubens, Munich 1974 (textos
incluso mediante el empleo ulterior de ese principio. Por con su respectiva introducción).
conveniencia se expresa la diversidad de sentido por medio _, Religiose Rede von Gott, Munich 1981 (elaboración sistemática del
autor).
de distinciones terminológicas. Ello puede contribuir al
A. Grabner-Haider , Vernunft und Religion. Ansiitze einer Analytis-
descubrimiento y evitación de conclusiones falsas. Consti- chen Religionsphilosophie, Graz 1978.
tuye una aplicación -de la estructura de la situación comuni- H. Schrodter , Analvtische Religionsphilosophie, Friburgo 1979.
cativa y de la función de unas fundarnentaciones para me- J. Track, Sprachkritische Untersuchungen zum christlichen Sprechen
jorar la comprensión de la inteligencia en los campos de la van GOlf, Gotinga 1977.

filosofía y de la concepción del mundo, cuando, debido a la


amplitud del punto de vista, surgen dificultades especiales Marco teórico de la doctrina filosófica de Dios
para la comprensión.
La utilidad de ese estudio de los razonamientos filosófi- H. Peukert, Wissenschaftscheorie - Handlungstheorie - Fundamentale
cos está en conocer las motivaciones y los puntos de vista Theologie, Düsseldorf 1976.
R. Schaeffler, Fáhigkeit zur Erfahrung. Zur transzendentalen Herme-
que deben tenerse en cuenta en el esfuerzo por formarse
neutik des Sprechens van Gott, Friburgo .1982.
una opinión ciertamente personal pero racionalmente res- O. Muck, Sprachlogische Aspekte religios-weltanschaulichen Dialogs,
ponsable. Sin embargo,· el provecho está también en el «Zeitschrift für katholische Theologie- 97 (1975) 41-55.
desarrollo de distinciones y, por tanto, en una diferencia-
ciónde puntos de vista cuya consideración puede preservar
de las generalizaciones precipitadas, que son la fuente prin-
cipal de error.
Esto lo vemos nosotros también como un fin formativo
en, el estudio que sigue acerca de algunos razonamientos
sobre el problema de Dios. La selección se da por cuanto
que, de un lado, se prefieren argumentaciones a las que
uno siempre se remite -y que por lo mismo han tenido
importancia histórica para la teología- y, de otro lado, se
valora el afrontar unas reflexiones que hacen hincapié en
distinciones y conexiones importantes, y que por eso mis-
mo cuentan también en la historia de la fundamentación.

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