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QUÉ ES LA MEMORIA
LA MEMORIA Y LA COMPRENSIÓN
Con esta obra aprenderás un método con reglas mnemotécnicas aplicables a
diversos materiales de estudio, y que en ningún caso interfieren con el hecho
esencial del aprendizaje: la comprensión.
1) Métodos Mecánicos.
2) Métodos Racionales.
3) Métodos Ingeniosos.
Intenta retener una serie de números que alguien te dicte a una velocidad aproximada de un dígito por
segundo. Te darás cuenta de que tu capacidad de memoria no va más allá de los siete dígitos, o hasta doce
si tu memoria ha seguido ejercicios de entrenamiento; pero a partir de esa cantidad, irá olvidando los
primeros si quiere incorporar a la lista los nuevos números.
Si en lugar de repetirlos inmediatamente mientras te los dictan, dejas pasar algunos minutos, observarás
que la cantidad de dígitos que puedes recordar es sensiblemente menor.
Prueba a consolidar el recuerdo. Estudia la lista de números escritos en un papel, durante cinco minutos, y
repítelos con posterioridad.
Verás cómo, de esta forma, podrás recordarlos mucho mejor que antes.
Quizás te preguntarás el por qué de la existencia de un tipo de memoria que olvide tan fácilmente, cuando
tus preocupaciones vienen dadas precisamente por las dificultades de recordar, y lo que pretendes es
recordar más, mejor y durante más tiempo. Sin embargo, este tipo de memoria es necesaria y tiene su
utilidad.
Se han inventado muchos procedimientos ingeniosos, llamados mnemotécnicos; mediante los cuales es
posible retener hechos completamente inconexos, listas de nombres, números, etc., en tal considerable
cantidad que muchas veces da lugar a una capacidad difícil de creer.
1) IMPRESION
2) REPETICION
3) ASOCIACION
El primer mandato de la memoria es: obtener una impresión profunda, vivaz y duradera de la cosa que
deseamos retener. Y para esto tenemos que concentrarnos.
En la mayoría de los casos el recuerdo se produce por la relación de una cosa con otra, y al
activarse el circuito, y por su uso frecuente, se forma una relación permanente entre ambos.
Y para recordar firmemente esta secuencia, podemos ahora aplicar el más simple de los métodos
mnemotécnicos, el acróstico, que consiste en tomar la inicial de cada palabra (que como verás
está en tipografía más grande y en color) y construir una palabra con o sin significado real.
El acróstico es una composición en que una o varias letras de cada palabra de una oración, de un
conjunto de datos o de una lista forman una palabra o frase (con o sin sentido).
Por ejemplo: veamos la primera línea de la tabla periódica de los elementos químicos:
Si tenemos que memorizar esta serie, un buen método sería confeccionar una frase con la primera o
primeras letras de cada uno de estos elementos: "La BBC no funciona".
Esta podría ser una de las posibilidades para acordarnos de estos ocho elementos. Fíjate que se ha
utilizado la L de Litio (La), la B de Berilio y la de Boro, la C de Carbono (BBC) , la N de Nitrógeno y la
O de Oxígeno (no), la F de Fluor y la N de Neón (funciona).
Otro ejemplo de acróstico es una palabra formada por las primeras letras de otras palabras, como
MERCOSUR (Mercado Común del Cono Sur).
Las investigaciones actuales sostienen que existen al menos tres clases de memoria:
ALMACÉN DE
MEMORIA DE MEMORIA DE
ENTRADA DE MEMORIA
CORTO PLAZO LARGO PLAZO
INFORMACIÓN SENSORIAL
1. Almacén de Memoria Sensorial: es la memoria más fugaz,
la del instante. mientras leemos, se retiene una palabra, el tiempo
necesario para comprender la siguiente.
La memoria es asociación
No se puede dar la siguiente orden: ‘¡Recuerde ! ¡Haga memoria !’ ¿Obedecerá a esta simple
orden la facultad de su memoria, reproduciendo alguna imagen definida de su pasado ?
Evidentemente no. Su mente permanecerá perpleja y terminará por preguntar: ‘¿Qué quieren
que recuerde?’
Este ejemplo demuestra que, para recordar algo, es necesario un punto de partida o de apoyo.
Y si ahora analizamos cómo ocurre esto, veremos que el punto de apoyo es siempre algo
asociado directamente con el objeto evocado. En nuestros ejemplos, las palabras ‘fecha de mi
nacimiento’ están directamente asociadas con un número, un mes y un año en particular; las
palabras ‘almuerzo de ayer’ interrumpen todas las vías de evocación, salvo aquellas que se
refieren a ‘ravioles con tuco’ ; las palabras ‘escala musical’ se asocian en la mente con DO,
RE, MI, FA, SOL, etc.
INTERÉS
OBSERVACIÓN
ATENCIÓN
CONCENTRACIÓN, y por eso mismo
MEMORIA
Y ese adiestramiento tiene una base simple. En principio, la clave de la 'mala memoria' es la
falta de atención, la falta de observación exacta.
El célebre inventor Thomas Edison descubrió un día que 27 de sus asistentes habían estado
usando, todos los días durante seis meses, cierto sendero que comunicaba su fábrica de
lámparas con su fábrica general. En este sendero crecía un cerezo y, sin embargo, cuando se
interrogó a estos hombres, se halló que ninguno de ellos había reparado en la existencia de tal
cerezo.
‘El cerebro del individuo medio -hace notar Edison con vehemencia- no observa la milésima
parte de cuanto observan los ojos. Es casi increíble la pobreza de nuestro poder de
observación, de verdadera observación’.
EL REGISTRO
‘El arte de la memoria es el arte de la atención’, afirmó Samuel Johnson. Si no
somos capaces de recordar algo, probablemente sea porque no hemos prestado
atención a ello. Si no lo registramos en la memoria, no lo encontraremos allí cuando
lo necesitemos.
A fin de hacer más viva nuestra observación, practicaremos cada día elaborando una
imagen mental de algo que es una parte corriente de nuestra experiencia, por
ejemplo, un edificio que vemos cada día al ir al trabajo, una persona que trabaja en
nuestra oficina, un jardín de nuestra calle. Intentaremos imaginar con todo detalle.
Nos formularemos unas cuantas preguntas: ‘¿Qué flores hay en ese jardín?’
‘¿Cuántos pisos tiene aquel edificio de oficinas de la esquina?’ No nos limitemos a los
detalles visuales, es bueno recordar sonidos, olores, etc. Si normalmente nos
planteamos el reto de responder a preguntas de este tipo, al poco tiempo notaremos
que nuestra observación es más profunda y somos capaces de recordar con más
claridad.
La importancia de la comprensión
Recordar maquinalmente -leyendo o repitiendo algo una y otra vez- es el sistema más
corriente que se utiliza para intentar memorizar. Sin embargo es el menos útil. El
material que se repite sin compromiso ni motivación simplemente entra por una oreja
(u ojo) y sale por la otra. Rara vez traslada algo de la memoria a corto plazo a la
memoria de largo plazo.
Ahora ampliaremos estas ideas. Los científicos creen que lo que se graba en el
cerebro no son letras, sílabas o palabras aisladas, sino ideas y conceptos. Estas
ideas están conectadas con otras que lo que podríamos llamar ‘redes semánticas’,
redes de ideas. Al introducir algo en la memoria, podemos decir que creamos
nuevos vínculos en las redes para crear asociaciones significativas.
Por ello es tan importante comprender lo que hemos leído u oído. Cuando nosotros
comprendemos algo, nuestro cerebro sabe cómo ligarlo con otros hechos, ideas,
recuerdos o imágenes relacionados con ello. Cuando no lo comprendemos, nuestro
cerebro no sabe qué hacer con ello o cómo almacenarlo. Podemos archivarlo en
alguna parte, pero ¿cómo accederemos al archivo? Por otro lado, podemos tener
cientos de asociaciones parecidas al elemento de información que comprendemos.
Hay estudios que han probado repetidas veces que recordamos mejor lo que
comprendemos. Michael Epstein, del Rider College, descubrió que individuos que
han sido entrenados para encontrar relaciones significativas entre parejas de
palabras, recuerdan más del doble de palabras que los demás, a los cuales se les ha
dicho que memorizaran las palabras. Epstein cree que cuando se activa más la
‘profundización de procesamiento’ de las palabras al abordar algo de manera
comprensiva, se activa más el cerebro que con la memorización maquinal.