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CUALES FUERON LAS INSTITUCIONES COLONIALES

Instituciones españolas
– Corona: Fue instituida en el reinado de los Reyes Católicos, bajo un cetro común, la cual
terminó de estructurarse como tal en el reinado de Felipe II, uniendo los Reinos Europeos de
Aragón, Castilla, Cataluña, Navarra, Valencia, etc. Con los Reinos Americanos de Nueva
España, Nueva Granada, Nueva Extremadura, etc.
La corona, con el fin de proteger la libertad de acción tanto individual como colectiva de sus
súbditos americanos, puso a disposición diversos medios para que pudieran hacerse oír por el
rey y por sus representantes más cercanos (virreyes, gobernadores, etc.).
A la cabeza de esta institución se encontraba el rey, cuya principal función era atender el bien
de su comunidad, desde la cual emanaba su poder, sin poder usarlo para su propio beneficio.
Manejaba al resto de los organismos menores, los cuales estaban a su cargo y todos
dependían de la decisión del monarca.

– Consejo de Indias: El Real y Supremo Consejo de Indias, conocido simplemente como


Consejo de Indias, fue el órgano más importante de la administración indiana (América y las
Filipinas), ya que asesoraba al Rey en la función ejecutiva, legislativa y judicial.
No tenía una sede física fija, sino que se trasladaba de un lugar a otro con el Rey y su Corte.
Este consejo actuaba con el monarca y, en algunas materias excepcionales, actuaba solo.
Fue fundada alrededor de 1524 por Carlos V. Como institución se formó poco a poco, y ya los
Reyes Católicos designan a Juan Rodríguez de Fonseca para estudiar los problemas de la
colonización de las Indias con Cristóbal Colón. Al morir Fernando de Aragón se hace cargo de
la Corona de Castilla en calidad de regente el Cardenal Cisneros, quien no tenía buenas
relaciones con Rodríguez de Fonseca, de tal manera que lo separa de sus funciones y le
encarga a dos miembros del Consejo de Castilla: Luis de Zapata y Lorenzo Galindes de
Carvajal, para que formen un pequeño consejo, que se pasó a llamar “Junta de Indias”.
– Casa de Contratación: En 1503 se estableció por decreto real la Casa de Contratación de
Indias en Sevilla, creada para fomentar y regular el comercio y la navegación con el Nuevo
Mundo. Su denominación oficial era Casa y Audiencia de Indias.

– Tribunal de la Inquisición: Fue instituido en el año 1569 por el rey Felipe II y quedó a cargo
de una orden eclesiástica: los dominicos y en América solo se aplicó en México y Perú.
Su principal y única función era moderar las costumbres de la época, es decir, juzgar y
procesar todo lo que estuviera fuera de las costumbres normales de la Colonia.
Quedaban bajo el control de los inquisidores todos aquellos que estuvieran en contra al
modelo ideal: los herejes, invocadores del diablo, los judíos, adivinos y hechiceros o todo
aquel que tuviera una posición diferente o contraria a la Iglesia. También cabían en esta
categoría los infieles, bígamos y frailes corruptos o solicitantes. Esta institución era
completamente autónoma frente a las autoridades americanas.

Instituciones americanas
– Cabildo: El organismo que regía directamente los asuntos administrativos de cada ciudad
era el Cabildo. Velaba por los intereses de la comunidad e intentaba resolver los problemas
que la afectaban en materias tan diversas como aseo, ornato, manejo de bienes públicos, etc.
Dictaba normas para una buena convivencia y reglaba los precios de algunos productos de
primera necesidad, como el pan.
Sin embargo, sus labores no terminaban ahí. Además de regular el correcto funcionamiento de
los asentamientos, los cabildos representaban el parecer de los ciudadanos ante el rey. Si
surgían controversias ante la implementación de alguna medida real, existía el derecho a
súplica, a través del cual se solicitaba al rey cambiar la disposición legal en cuestión. Otro
derecho ciudadano era el de representación, donde se solicitaba la directa intervención real en
asuntos que afectasen a la comunidad o también se pedía la creación de instituciones que
ayudasen a resolver los conflictos.
Como ente regulador, además, los cabildos administraban los terrenos fiscales (autorizando
su uso comercial) y eran dueños del mercado, el matadero y los basurales. También velaban
por el funcionamiento de la cárcel pública, la seguridad local y la mantención del orden
público.

– Real Audiencia: La corona española designó a la Real Audiencia como el principal tribunal
de justicia civil y criminal en América. Su objetivo era velar por el cumplimiento y la
interpretación de las leyes; sin embargo, tras la promulgación de las leyes de 1542 y 154
(denominadas Nuevas Leyes), pudo involucrarse en asuntos de gobierno. En este sentido,
fiscalizaba la labor ejercida por los gobernadores y, de paso, les restaba poder.
Las reales audiencias estaban integradas por un presidente (que podía ser el virrey, el
gobernador o un oidor decano), cuatro oidores o jueces, relatores y un fiscal. También
formaban parte de ellas otros funcionarios con menores responsabilidades, como el teniente
del gran canciller, el alguacil mayor, los escribanos, receptores y procuradores.
Los fallos de la Real Audiencia eran casi inapelables. La mayoría de los procesos era
finiquitada en esta instancia; solo los de mayor importancia y controversia eran presentados
ante el Consejo de Indias.

– Real Hacienda: Este organismo se encontraba bajo la Casa de Contratación y el Consejo


de Indias y su principal función fue recibir o percibir el dinero llegado a las arcas reales de las
colonias y administrarlo adecuadamente.
Sus principales funcionarios eran los tesoreros, contadores y los revisores. Éstos dependían
de la Real Audiencia y debían rendir fianza y presentar un inventario acerca de todas sus
posesiones para así evitar un enriquecimiento indebido.
Esta política financiera estaba regulada por una Junta de Real Hacienda, la cual estaba
formada por el gobernador, los oficiales reales, el fiscal de la Real Audiencia y un oidor de la
misma.
Las cuentas de esta institución debían remitirse cada cierto tiempo a sus dos organismos
superiores: Consejo de Indias y Casa de Contratación.
– Virreinatos: División territorial creada por Carlos I en 1542, la cual estaba a la cabeza del
virrey, representante más directo del rey, más alto funcionario en América y tenía la facultad
de resolver diversos asuntos como el propio monarca. Tenía los títulos de gobernador y
capitán general en su distrito y era el presidente de la Real Audiencia.
Sus atribuciones eran amplias: como gobernador administraba el virreinato, como capitán
general dirigía el ejercito y la escuadra y presidía la Real Audiencia. Le estaba encomendado
desde España y de manera especial el velar por la protección de los indígenas.

– Gobernaciones: Estaban a cargo del gobernador el cual poseía las mismas atribuciones del
virrey, aunque dependía de éste en ciertos aspectos.
Su periodo al mando de la gobernación duraba 3 años, pero si venía directamente desde
España podía ejercer el cargo durante 5 años.
A pesar de que el gobernador estaba bajo el virrey, podía entenderse directamente con el
monarca, si lo encontraba necesario.
– Corregimientos: Divisiones del territorio que comprendían una ciudad y su distrito, también
son llamados partidos. En Chile existieron 11 corregimientos.
Los corregidores fueron elegidos por los gobernadores. Su permanencia en el cargo era de un
año, aunque algunos lo ejercieron hasta 5 años.
Sus funciones eran : presidir el Cabildo, pero sin derecho a voto, administrar justicia por
causas criminales, vigilaba el trato que se les daba a los indígenas y fiscalizaban la forma en
que los encomenderos cumplían las ordenanzas.
Dentro de su título tenían el cargo de Justicia Mayor y Jefe Militar dentro de su jurisdicción,
como Jefe Militar se le concedió la designación de Capitán y luego de Teniente del Capitán
General.
LOS SISTEMAS DE TRABAJO EN AMERICA COLONIAL
Para aprovechar la mano de obra aborigen, los conquistadores idearon
una serie de métodos de organización del trabajo similares a los utilizados en
Europa durante el feudalismo. Estos sistemas de trabajo fueron la mita, la
encomienda, el repartimiento,la esclavitud y el yanaconazgo

La esclavitud

La esclavitud fue el primero de los sistemas de trabajo en emplearse en América.


Pero tras el reconocimiento de los nativos como súbditos de la Corona y los
escritos del fray Bartolomé de las Casas que impulsaron las Leyes de Burgos de
1512, la esclavitud de los aborígenes quedó abolida, y se reemplazó por sistemas
semiesclavistas (la encomienda y el repartimiento). La necesidad de una mano de
obra aún más barata que la nativa, impulsó la importación de esclavos del África
subsahariana. El comercio de esclavos se consolidó rápidamente y gracias a ello
se constituyó el denominado sistema de "comercio triangular", mediante el
cual, se importaban esclavos a América, los cuales eran utilizados en las grandes
plantaciones, las materias primas producidas se exportaban hacia la Europa
preindustrial.

Mita

La mita era un sistema de trabajo en Sudamérica, específicamente en la Región


Andina, utilizado tanto en la época incaica, como en la Colonia. La mita era una
organización de trabajo que se extendió en el mercado interno, ya que desarrolló
internamente una economía de mercado con productos y servicios para
español.Era un sistema en el que cada grupo de indigenas aportaba a la corona
un numero determinado de trabajadores durante varios meses del año.Estos
trabajadores eran movilizados de sus lugares de origen hacia las zonas en las que
se les requeria para diversas actividades. La mita establecía cuotas laborales que
debía cumplir la población nativa tributaria según asignación que hiciese el
corregidor, tanto para el servicio del encomendero como del poseedor de
mercedes de tierra o hacendado.

Yanaconazgo

Esta institución inca consistía en el sometimiento a servidumbre al servicio del


emperador o Inca. Por lo general, eran sometidos a esta condición los prisioneros
de guerra, los rebeldes y quienes no podían ser identificados con alguna
comunidad.

En la época colonial, se sometía a aborígenes que estaban incorporados a la


propiedad de una parcela o fugitivos de la mita que eran capturados y pasaban a
servir como dependientes de algún español en la agricultura o el pastoreo.

La Encomienda
La encomienda consistía en la asignación, por parte de la corona, de una
determinada cantidad de aborígenes a un súbdito español, encomendero, en
compensación por los servicios prestados. Tras esto, el encomendero se hacía
responsable de los nativos puestos a su cargo, los evangelizaba, y percibía los
beneficios obtenidos del trabajo que realizaban los nativos.Durante los primeros
años de la encomienda, no existía ningún tipo de regulación ni jurisdicción que
garantizase los derechos de los aborígenes, por lo cual, éstos eran explotados.
Con las Leyes de Burgos de 1512 se establecieron una serie de pautas con
respecto al uso de la encomienda, y se hizo especial hincapié en el buen trato a
los aborígenes. Sin embargo, los abusos continuaron perpetuándose.

Los Repartimientos

A la par que la encomienda, funcionaba el sistema de repartimiento forzado. Este


sistema, consistía en la rotación por temporadas de los trabajadores nativos, los
cuales realizaban obras públicas, al servicio de la administración, a diferencia de
la encomienda que era para particulares, a cambio de una remuneración ínfima.
CULTURA Y ARTE COLONIAL.
ARTE Y CULTURA COLONIAL
Con la llegada de los españoles al territorio peruano la activa producción de
elementos simbólicos-representativos andinos (al que hoy en día llamamos arte
prehispánico) sufrió un revés sin precedentes. La incompatibilidad entre las
percepciones españolas (basadas principalmente en el realismo) y las tradiciones
andinas (basadas en el simbolismo) hizo que, ante la incomprensión del mensaje,
los españoles destruyeran casi todas las formas de representación local. Las
quilcas o tablillas pintadas, los quipus, los tocapus o los dibujos simbólicos de
los incas no fueron entendidos por los peninsulares, pues no encontraban ningún
elemento cercano a sus tradiciones visuales.
Otro rasgo importante en la evolución de las artes durante la colonia lo constituye
la exquisitez de la arquitectura religiosa.
Otro punto a resaltar en el derrotero de las artes en el virreinato peruano es la
llegada del barroco. Como parte de la contrarreforma de la iglesia, el barroco
buscó sensibilizar al espectador a través de los sentidos antes que por la razón.
Las artes ya no fueron exclusividad de los religiosos, por el contrario, fueron los
civiles y la corte los principales compradores de estas tendencias. Uno de estos
estilos fue el rococó. Impulsado por los reyes borbónicos, este estilo manifiesta un
gusto exquisito y refinado, mostrándose principalmente en la pintura y la
arquitectura. Los moldes neoclásicos llegaron a finales del siglo XVIII, producto de
las corrientes ilustradas. Los mejores receptores para esta tendencia fueron los
criollos, no obstante en la política virreinal también tuvo acogida.
LA PINTURA COLONIAL
Los temas religiosos dominaron por completo la pintura colonial. El retrato,
desarrollado en el siglo XVIII, se dedicó sobre todo a representar a autoridades
políticas y religiosas. Los pintores no trabajaban por libre inspiración, sino de
acuerdo a las pautas, temas y tiempo que el comprador de la obra establecía.

La influencia europea
Los grabados y lienzos que servían de modelo para las pinturas coloniales
provenían en su mayor parte de Flandes (región del norte de Europa). Pero los
lienzos importados no fueron únicamente flamencos: también llegaron al Perú
obras de los pintores de la escuela sevillana, en especial las de Zurbarán, el pintor
español que más cuadros envió a América. Italia en cambio dejó sentir su
influencia de manera directa a través de los maestros Bernardo Bitti, Mateo Pérez
de Alesio y Angelino Medoro. Mateo Pérez de Alesio (1547- 1616) llegó a Lima en
compañía del virrey García Hurtado de Mendoza y, aparte de sus obras de
carácter religioso, fue uno de los pintores preferidos por las familias más
importantes de Lima. La influencia de Angelino Medoro (1567-1633) fue
fundamental para la escuela del Cusco, pues hasta su taller en Lima viajaron para
aprender a pintar los primeros artistas de esta escuela. Su influencia se percibe
incluso en la obra del famoso pintor indígena Diego Quispe Tito. Sin embargo, el
más importante de todos fue Bernardo Bitti, cuyas obras se convirtieron en
modelos para los demás pintores coloniales.

ARQUITECTURA COLONIAL
Si bien la arquitectura colonial peruana nació a partir de modelos peninsulares y
europeos, con el devenir de los años logró afirmarse como una arquitectura con
personalidad propia, única en América. La fundación de ciudades españolas fue el
inicio de la ocupación del territorio andino. Sobre las antiguas ciudades
prehispánicas se asentaron los primeros poblados españoles y en ellas plasmaron
su ideario del mundo conocido. Sus reglas definieron la configuración de la ciudad
pues de acuerdo a la posición en el plano se sabía la condición de la persona. Las
primeras construcciones en edificarse fueron el cabildo, la catedral y las casas
alrededor de la plaza mayor. Sin embargo, son pocos los ejemplos de arquitectura
del siglo XVI. Tan solo algunas casas o patios ubicados en Lima o Cuzco o
algunas iglesias en provincia son la única muestra de las construcciones de
aquella época, pues los terremotos de 1687, 1746 y las obras edilicias del siglo
XX, fueron los principales agentes de destrucción de dichos monumentos.
El siglo XVII estuvo marcado por la llegada del barroco. Este estilo arribó al Perú
en un momento de gran madurez artística de los alarifes afincados en el Perú. La
reinterpretación del estilo y su adaptación al medio local hicieron que el virreinato
del Perú se convirtiera en la expresión del barroco americano.

ESCULTURA COLONIAL
La escultura, al igual que todas las artes, fue introducida al virreinato peruano por
la iglesia. Desde un primer momento tuvo una función práctica: sirvió como una
herramienta eficaz en las campañas de evangelización y de extirpación de
idolatrías durante la segunda mitad del siglo XVI y la primera del XVII.
En el siglo XVI el renacimiento tardío continuaba inspirando a los artistas locales.
Utilizaron para sus primeras obras madera, mármol, piedra, marfiles y metales,
aunque muchas veces tuvieron que importar los materiales del reino español.
LA MÚSICA EN LA COLONIA

Las expresiones artísticas logradas en siglos por los pueblos precolombinos no


fueron apreciadas por los conquistadores españoles, para quienes la música
indígena sonaba infernal, impía, marcial, fúnebre, lúgubre. De ahí que las músicas
y danzas indígenas fueron muchas veces prohibidas por las autoridades
religiosas católicas, e incluso algunos instrumentos de
uso ritual fueron destruidos.
Nuestras tierras fueron colonizadas por los españoles, también en su cultura, pues
todo lo que se hacía era imitación de la Madre Patria.
Los músicos europeos fundan las primeras escuelas. Los primeros misioneros
fundaron los primeros coros y enseñaron a tocar instrumentos con finalidad
religiosa. Algunos pueblos, hombres y mujeres viajaban considerables distancias
para poder oír las interpretaciones en quichua, de algunos coros como los de San
Joaquín.
Hay que notar la novedad con que recibieron los indígenas las primeras
interpretaciones de órgano en las iglesias, órganos que, aunque eran
rudimentarios, fueron fabricados en nuestro país.
No faltaban en las ciudades de importancia, arpistas y guitarristas, españoles y
mestizos que se manifestaron entusiastas por la música.
Nuestra música criolla iba avanzando y evolucionando, produciendo danzas,
contradanzas, yumbos y otros géneros de composiciones que se alejaban poco a
poco de la modalidad indígena.

Música religiosa

Después de la conquista, en las comarcas americanas se estableció una


organización y administración política con las características que ofrecía la España
católica. La iglesia, uno de los principales centros de difusión del pensamiento
colonialista europeo, catequizó y transmitió su ideología a los habitantes
americanos, a través de diversos medios, uno de ellos fue precisamente la
música religiosa.
La música religiosa está dividida en la música sagrada o sacra: canto gregoriano y
ambrosiano, motetes, himnos y misas destinadas a los actos litúrgicos
eclesiásticos.

Los Siglos XV y XVI marcan el esplendor de la música española. La de mayor


representatividad fue la música religiosa, que se asentó en los Conventos y cuyo
exponente fue el maestro de capilla: educador, intérprete y compositor.
Durante el siglo XVI el repertorio de las colonias hispanoamericanas provenía
principalmente de las catedrales de Sevilla y Toledo, allí trabajaron músicos del
llamado “siglo de oro” de la polifonía renacentista española: Cristóbal Morales (ca.
1500-1553) y Francisco Guerrero (1528-1566). Otro de los grandes polifonistas
españoles, Tomás Luis de Victoria (ca. 1548-1611) también fue y sigue siendo
admirado en el nuevo mundo.
En un principio, sólo podía ser maestro de capilla un religioso ordenado que
venía de España. Sin embargo, con el tiempo, fue sustituido por músicos
profesionales, muchos de los cuales eran criollos y aun mestizos. El primer
mestizo del que se tiene noticias, que llegó a ser maestro de
capilla, fue Diego Lobato de Sosa Yarucpalla (ca. 1538-ca. 1610). Otros
famosos representantes musicales fueron Gutierre Fernández Hidalgo (ca. 1553-
ca. 1620) y Manuel Blasco (ca. 1628-ca. 1695).

Los jóvenes indígenas fueron educados musicalmente por religiosos. En


Quito, desde 1535, funcionaba una escuela organizada por los franciscanos Fray
Jodoco Ricke y Pedro Gosseal, en la cual se enseñaba, entre otras disciplinas,
música. Se seleccionaban estudiantes entre varios pueblos de la región, sobre
todo ingresaban los hijos de los caciques, a quienes se les enseñaba a tocar
órgano, flauta, sacabuches, canto, etc.
Música del pueblo español en América

También se introdujo un sinnúmero de canciones populares, que de acuerdo a


testimonio de los cronistas, eran enseñadas a los indígenas de estas regiones.
Además se sabe que los religiosos, en afán de sepultar la idolatría, creaban
nuevos bailes para que los indígenas los ofrecieran a las imágenes católicas.
Muchas coplas, que han podido ser identificadas como de raigambre española,
sobreviven hasta hoy. Algunas de ellas fueron recogidas, en el siglo XIX,
por el escritor Juan León Mera en su libro Cantares del pueblo ecuatoriano
(1892), obra en la que se pueden reconocer tanto canciones con textos de
seguro origen ibérico, como textos de las culturas indígenas y mestizas.
España tuvo su influjo musical, a nivel religioso y popular, hasta finales del siglo
XVIII, pues desde ese momento se comienzan a introducir en el
continente americano, una serie de formas europeas, no españolas, tal
el caso del vals, el minué, la contradanza.
El sincretismo que se produjo entre la música española, europea y la
música indígena del Ecuador originó la música mestiza. La misma que, en la
actualidad, si bien se reconoce tuvo raíces distintas, ha llegado a constituirse en
una clara manifestación musical con identidad propia.

Instrumentos musicales

¿Trajeron algún instrumento musical los marineros que se embarcaron en el


Puerto de Palos con Cristóbal Colón en su primer viaje a las "Indias"? Lo hicieron
Amérigo Vespucci u otros audaces navegantes de la época? No lo sabemos con
certeza. Lo que sí sabemos gracias a las anotaciones realizadas en el Diario de
navegación por el mismo Cristóbal Colón, es que se entregaron a los habitantes
de la isla Guanahani, cuentas de vidrio y cascabeles, a cambio de productos.
Posteriormente, Bartolomé de las Casas proponía, para evitar la usurpación por la
fuerza, cambiar por cascabeles y otras bagatelas, el oro de los indios.
No es difícil pensar que, más tarde en los siguientes viajes españoles, los
primeros instrumentos europeos que se escucharían a través de toda América
serían la corneta y el tambor de guerra.
Otros instrumentos de pequeñas magnitudes como la vigüela, primer antepasado
directo de la guitarra, acompañaban a los españoles en sus campañas
conquistadoras. Así lo testimonia Miguel Cabello Balboa en sus Crónicas, donde
relata que uno de su compañeros, Juan de Santa Cruz ejecutaba, en la campaña
de conquista en la provincia de Esmeraldas en 1577, con "buena gracia" la
vigüela.
Probablemente Jodoco Ricke trajo consigo algún instrumento musical, o lo hizo
fabricar para la enseñanza de la música a los indígenas en el Colegio de San
Andrés por 1535. El Presidente de la Audiencia de Quito, Fernando Santillán,
distribuía tamboriles y arpas en las comunidades indígenas como presentes,
adoptados desde entonces en las celebraciones y velorios.
La iglesia propició el ingreso de los instrumentos musicales europeos, que pronto
aprendieron a fabricar los artesanos mestizos e indios.
LITERATURA COLONIAL.

El colonialismo es una doctrina política a través de la cual un país intenta dominar a


otro, generalmente por la fuerza. La colonización europea de América comenzó con la
llegada de Cristóbal Colón al continente, que implicó la conquista de los territorios
donde vivían los aborígenes y la explotación de éstos.
España fue la potencia que logró una mayor presencia colonial en América. Su poderío
le permitió derrotar a los dos imperios más grandes de la región: el Imperio Azteca y el
Imperio Inca.
La literatura colonial, por lo tanto, es aquella que tuvo lugar en América mientras las
potencias europeas mantenían el control político y administrativo. En sus relatos se
combina la tradición literaria de Europa con la cultura americana autóctona, en un
contexto de continuas luchas por el poder y sueños independentistas.

SE DIVIDE EN TRES PARTES QUE SON:

BARROCO:
Características literarias del Barroco:
 El Conceptismo: Consiste en utilizar muchas ideas con el menor número
posible de palabras. Se basan en asociaciones ingeniosas de palabras, paradojas,
antitesis, chistes y juegos de palabras. Su mayor representante fue Quevedo.
 El Culteranismo: Busca la belleza formal sin importar el contenido si no la
forma. Utiliza recursos expresivos como el hipérbaton, perífrasis y metáforas... Es un
arte de minorías por su lenguaje oscuro; su mayor representante fue Góngora.
MONUMENTOS CONSTRUIDOS EN ESA EPOCA.

Monumento (del latín monumentum, «recuerdo», «erección conmemorativa»,


«ofrenda votiva»)1 es toda obra con suficiente valor para el grupo humano que lo
erigió. Ha de ser "pública y patente". Aunque inicialmente el término se aplicaba a
las estatuas, inscripciones o sepulcros erigidas2 en memoria de un personaje o de
un acontecimiento relevante (monumento conmemorativo),3 su uso fue
extendiéndose y ha llegado a comprender cualquier construcción que posea valor
"artístico, arqueológico, histórico" o similar,4 destacadamente las arquitectónicas
que, enclavadas en un núcleo urbano o aisladas en el medio rural, cumplen la
función de hito por su visibilidad y se convierten en símbolos de ese lugar.

En la Antigüedad, y durante las Edades Media y Moderna, el término se aplicaba


especialmente a monumentos funerarios, de modo que es sinónimo de "tumba" en
las lenguas románicas.

El Monumentum Romanum era una inscripción de sus gestas (Res Gestae Divi
Augusti) que Augusto había ordenado disponer en dos placas de bronce en la
puerta de su mausoleo. Se hicieron copias por todo el imperio, conservándose una
notable versión griega en Ankara (el Monumentum Ancyranum), y fragmentos de
una latina en Antioquía (el Monumentum Antiochenum).7 Otros fueron columnas
triunfales8 como la trajana o la de Marco Aurelio. El más antiguo monumento
romano era la Lapis Niger, cuyo concreto significado se había olvidado ya en
época clásica, pero que se seguía venerando en el Foro, junto al Volcanal (que
conmemoraba las primeras victorias militares de Roma).

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