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DIY: cómo dar vida a un


hueso de aguacate para
que crezca un árbol
Los aguacates son una de las frutas más completas,
tanto un ingrediente para una variedad de comidas,
como un componente para numerosos remedios
caseros. Aquí te mostramos cómo germinar un hueso
de aguacate para que crezca un árbol.

% ENE 11, 2013

EN GUIA GAIA, LLAMADO A LA ACCIÓN, MEDIO AMBIENTE,

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Los aguacates son una de las frutas más completas, tanto un


ingrediente para una variedad de comidas, como un
componente para numerosos remedios caseros. Aquí te
mostramos cómo germinar un hueso de aguacate para que
crezca un árbol.

1. Limpia el hueso. Remueve el hueso SIN cortarlo y lava


todo residuo de aguacate (puedes incluso sumergirlo en el
agua por unos minutos). Ojo: no vayas a quitarle la piel café.

2. Ubica arriba y abajo. Esto es importante porque de


“abajo” crecerán las raíces y los tallos de “arriba”, donde está
ligeramente más puntiagudo.

3. Palillos. Toma 4 palillos e insértalos en el hueso, de tal


forma que te permita sostener el hueso en un vaso medio
lleno y que sólo se sumerja la parte inferior.

4. Vaso y agua. Utiliza un vaso traslúcido para que puedas


vigilar el crecimiento de las raíces y para saber cuándo está
sucia el agua. Lo ideal es cambiarla cada 5 días o cada
semana.

5. Raíces. Entre 2 y 4 semanas verás cambios en tu


aguacate, y alrededor de 8 semanas aparecerán los brotes.
La parte de arriba se secará y aparecerá una grieta. En la
parte de abajo surgirán las raíces, una de ellas será más
grande que las demás, no dejes que se quede sin agua nunca.

6. Tallo. Cuando el tallo haya crecido entre 17 y 20


centímetros, cortala de nuevo a unos 9 cm. Esto animará a la
planta a que siga creciendo.

7. Transplantar. Cuando el tallo vuelva a crecer a casi 20


cm, cámbiala a una maceta. Recuerda dejar la mitad de
arriba del hueso descubierta.

8. Sol y agua. Los aguacates aman el sol así que búscale un


espacio con mucha luz y calor. Riégala frecuentemente; la
tierra siempre debe estar húmeda, pero no ahogada. Si las
hojas comienzan a ponerse amarillas (un signo de exceso de
agua) deja secar a la planta por unos días.

En verano, la planta puede quedarse en el jardín, pero si en


invierno la temperatura baja de los 7 ºC, métela a casa.
Ojo: germina varios huesos para incrementar la
probabilidad de que crezcan árboles y, luego, para que
puedan polinizarse entre ellos.

Y no olvides contarnos tu experiencia.

[inhabitat]
Una planta es sensible:
puede morir si le hablas
mal o no la respetas
(Video)
Un interesante experimento echa luz sobre el poder
de las palabras y cómo las plantas reaccionan a ellas.

% MAY 12, 2018 EN EVOLUCIÓN, NATURALEZA,

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Las plantas perciben el mundo


mundo. Sólo que lo hacen de una
manera radicalmente diferente a nosotros . No tienen el
cerebro arriba, sino abajo: en sus raíces, que funcionan de
manera similar a nuestras neuronas. Ahí se concentra la
energía que las estimula y que hace posible que perciban el
exterior.
Biólogos de todo el mundo han comprobado que, a su
manera, las plantas funcionan como cualquier otro ser
vivo
vivo. Desde los años 60 del siglo XX se ha estudiado la
sensibilidad de las plantas, de maneras quizá más
“rupestres” si las comparamos con la tecnología con la que
actualmente contamos. Pero esto ha llevado a descubrir que
las plantas, como otros animales, buscan nuevos territorios,
se camuflan, engañan a sus presas e incluso tienen
dispositivos de supervivencia.

Pero dichos estudios, como los expuestos en el ensayo La


vida secreta de las plantas
plantas, han sido puntos de partida
clave para ahondar en el fascinante e inédito mundo
botánico, y comprender que muy probablemente los seres
humanos no somos los únicos dotados de conciencia.

Las plantas sienten el bullying


Un experimento de la compañía sueca IKEA, que ha
trabajado junto con una agencia con base en Dubái, muestra
algo muy interesante: las plantas responden al estímulo
palabras, o más concretamente, al bullying.
de las palabras

Se trata de una campaña contra el bullying que demuestra


cómo esta nociva práctica puede afectar incluso a los
seres del reino vegetal
vegetal. Sin tomar en cuenta la veta
publicitaria del experimento, lo cierto es pone sobre la mesa
mediáticamente la sensibilidad de las plantas, que por tanto
tiempo se ha negado o matizado.
En el citado libro La vida secreta de las plantas se
documenta un caso similar: un par de científicos pusieron a
prueba dos hojas arrancadas de un arbusto. A una se le
enviaron pensamientos positivos para que se mantuviera
con vida, mientras que la otra simplemente no era tomada
en cuenta. A las pocas semanas, la hoja a la que se le
mandaban pensamientos positivos se mantenía verde
y sana
sana, mientras que la otra ya estaba marchita.

Este experimento comprueba algo parecido. Quizá los niños


que “bullean” a la planta no lo hacen con una verdadera
intención de odio, pero es probable que, como nosotros, las
plantas no soporten el odio, ni siquiera si es
simulado
simulado. Sea como sea, este experimento abre
interesantes preguntas que esperamos que la comunidad
botánica y otros científicos de todo el mundo se esfuercen
por responder, para que comencemos a tomarnos más en
serio a las plantas (pues verdaderamente son algo más que
ornamentación para el hogar).
Sembrar nuevos hábitos
es como el arte de la
jardinería
Pareciera imposible lograr que un nuevo hábito
florezca y perdure, pero con o sin inspiración, no te
rindas; puedes utilizar la metáfora de la jardinería
para empezar por sembrarlos.

% MAR 24, 2018 EN EVOLUCIÓN,

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Despiertas una mañana radiante con una motivación


apasionada para empezar nuevas cosas, pero antes de que
termine la semana decayó tu entusiasmo por completo. ¿Te
ha pasado? A todos; por eso, no deberías
rendirte. Inculcarnos nuevos hábitos es como el arte de
la jardinería
jardinería. No basta con tener la semilla: si no estás
fijando un propósito en la colocación, perderás muchas
semillas buenas; si sólo arrojas semillas en una pila
aleatoria de tierra, estás dejando que la suerte te dé sólo un
par de plantas decentes.

La motivación es voluble
Fotografía: Sanja Marusic

A veces parece imposible lograr que un nuevo hábito


perdure. Desanimarse puede ser una manera de justificarse;
mantener la motivación propia es la verdadera
“maña”
“maña”, el arte que requiere este asunto.

Quieres evolucionar, ponerte aprueba, actualizarte,


aprender… desaprender vicios o arrancarte malos hábitos;
es decir, te mueve el propósito de crecer. Para ello te has
inscrito en clases de idiomas nórdicos, un curso de cocina
toscana, un taller de dibujo, un curso sobre historia del arte,
un club de bici de montaña, o de plano, comenzar una nueva
carrera en una universidad extranjera.

Momentos rutinarios de un hombre


heroico o una mujer épica

El día 1, en tu nuevo plan te sientes un hombre heroico,


una mujer épica
épica. A veces, antes de la segunda sesión, de la
semana 3 de tu plan maestro de nuevos alcances, ya eres un
náufrago a la deriva. ¿Qué se hace? ¿Cómo mantener el
barco a flote? Bueno, lo primero: con o sin inspiración
atiende a tu cita, tu clase, la pista para correr, vuelve al libro
de 800 páginas que comenzaste.

Fácil de decir, difícil de llevar a cabo. Especialmente si no se


acepta que, mal que bien, la mayoría de los días son
algo rutinarios, incluso aburridos
aburridos.

La motivación es voluble, temporal; si sólo te atienes a ella,


tus metas quedan a merced del viento o un cambio de
humor. Incluso en un mismo día los niveles de motivación
se ganan, se pierden… El número de horas que dormimos, si
comimos algo irritante o si bloquearon una avenida, entre
miles de posibilidades o situaciones que a veces ni
siquiera podemos controlar, afectarán la potencia de
la motivación
motivación.

Honestidad = comienzo sólido

Conviene preguntarse lo siguiente: ¿en qué momento de


tu rutina diaria estás tratando de plantar un nuevo
hábito? Si te descuidas sobre este punto, puedes
desperdiciar muchas semillas y volver a quedar atrapado en
el círculo vicioso de los “nuevos propósitos que nunca se
cumplen”. Las semillas germinan en una tierra
robusta, nutrida
nutrida; igualmente influye lo que haces antes y
después de ese nuevo aprendizaje que has comenzado. Si
puedes reconocer y administrar los momentos del día en
que tienes más energía y en los que sientes fatiga, vas por
buen camino; si quieres un nuevo comienzo sólido, sé
honesto y algo intuitivo para encontrar cuál es el mejor
momento para que ese hábito prospere.

Una vez definido el dónde y cuándo, pasemos a las


recompensas
recompensas. Completar una tarea requiere celebrarse. Sé
creativo con el tipo de recompensa; esto no va ligado a
hacer gastos. Ve tu serie favorita hasta que regreses del
gimnasio, o invierte en una app donde puedas practicar con
alguien, en tiempo real, el nuevo idioma que estás
aprendiendo. La recompensa tiene que ser planeada,
descrita, específica, no improvises cada día alguna
ocurrencia.

Los ciclos motivacionales requieren un disparador, o más de


uno. Recompensarte por cumplir tu nuevo esquema y
atender al nuevo horario es estratégico
estratégico. Entonces,
escoge un hábito bien arraigado; por ejemplo, si disfrutas
muchísimo tomar una taza de café al despertar y te has
propuesto escribir y empezar un blog, proponte no dar un
trago al café hasta no tener un primer renglón de algo
escrito. Este sistema parece algo mínimo, pero te
sorprenderá lo bien que funciona. Crear asociaciones
positivas es simple, pero hay que empezar por algún lado.

Los cambios tienen un propósito:


endulzarte el alma

Algo que ya haces de forma habitual y disfrutas será un


recordatorio garantizado. Afianza tu propósito a un
disparador
disparador, a un estímulo… a partir de ahí, que tu nuevo
hábito forme parte de tu rutina no estará demasiado lejos.

Haz un plan y síguelo, pero si no lo sigues al pie de la


letra no te recrimines
recrimines. Haz un pacto: si no pudiste ir a la
clase de yoga, haz al menos 10 minutos de algunas posturas
en tu casa; si vas a romper la dieta come sólo un poco de
helado, no 1 litro entero. Esto entrena, aunque no lo creas; te
hace ser más consecuente y realista con tus metas, en vez de
permanecer en el tren mental de “Todo o nada… Blanco o
negro”.

Para plantar un nuevo hábito necesitas las condiciones y el


ecosistema correctos. Encuentra el rinconcito ideal
donde verlo crecer, las horas óptimas, el “punto de
turrón” de un logro que no sólo te discipline, sino que te
endulce el alma.

“Un proyecto del Laboratorio de Conciencia Digital” ! " #

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