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Juan José Rodinás: Tres poemas –

Cuaderno de Yorkshire

Teorema de la bolsa de compras

La vida es esa lotería donde todos pierden.

Un hipódromo en tu cerebro-
y le apuestas siempre al caballo incorrecto.

La vida llama por teléfono y le contestas en un país remoto.

No respiras sino en esta línea invisible que va de un eucalipto a otro.

Y no entiendo qué significa eso.

Los niños comen sin hablar, ni sentir.

Hay una casa dentro de la casa.

Hay una casa dentro de la mente.

Un corazón dentro de la nevera está sangrando.


Y eso debería decirnos algo de los hombres que lloran
mientras hacen ejercicio.

Una figura transparente cuyos recuerdos son latas como sueños


que, ni siquiera como broma cósmica, estaban por cumplirse.
Esto deberías tatuártelo:
“un niño que se corta los dedos por fabricar cometas
aprende igual a volarlas sin los dedos”.

La mente cuida al que cuida la mente:


arrulla al loco que se encierra.

Soy un niño feliz solo mientras el hombre adulto que seré


me cubra los ojos con una venda roja.

¿Te recuerda esto a una película italiana?

Entonces quizás eres de mi época,


y veías cine italiano pasado por el ojo de Hollywood,
imaginando que las vendas tenían amaneceres dorado
(o gafas de realidad virtual).

Entonces quizás eres de mi época.


O quizás no: ya me veo a la distancia.

Hay trenes. Hay teléfonos, trenes.

Una tijera sirve para cortarse el pelo pero también podría


servir para que la persona correcta
decapite una flor en el camino a casa.
Una flor amarilla, pero negra y quizás un juguete imposible.

La casa retrocede.
Yo soy una persona que solo puede comunicarse con los demás
alejándose de ellos.

Hay colmenas de luz en el camino que lleva del camino


al camino. Y no hay casa, pero hay colmenas de luz y un jardín
donde ves bolsas de basura y un magnolio que parece
el rostro de un niño que cae por la pendiente y sangra.
¿No será que estoy muerto y que esto es un monólogo
desde una urna cineraria sueño?
Quizás en algún lado me espera mi silencio, se propaga,
se presenta en flores, girasol, amarillísimas.

He sido este cuerpo que, lejos de defenderse,


me ataca. Enfermedad de tantas personalidades
donde las células se comen todo proyecto y destino.
Y canta un tango sideral, mi sueño,
un tango infinitesimal en ángulos de luz chorreada
que lentamente caen en una botella transparente.

Pertenezco a varios universos, pero claramente no a éste.


Señorita realidad, le pido incluirme en su historia de límites
donde hay personas que me atacan a la hora precisa,
donde los árboles me atacan o me sobreprotegen
como a ese perro negro que cuenta las estrellas.

Pequeña vida no disponible


Tras una hilera de álamos,
un hombre enciende el motor de un Volkswagen naranja.
Allí se van personas, juguetes, varias bolsas de plástico.
Muchas cosas se alejan, llevándose gente en el núcleo de su materia oscura.

Estoy en muchas partes: ligero, inofensivo.


(Esa falta de peso en el centro de mi esqueleto).

Lo que no fui: una vieja fortaleza en el desierto.


Lo que fui: una hoja luminosa y frágil.
Un cráneo pensativo y una fortaleza de hojas
resistiendo los círculos de un tornado invisible.

Así, inmaterial, el mundo crece


como las olas de un lago sobre la nieve de un sueño.
Y tú eres aquel sueño.
Y tú estás llorando la sed que destruye los países que añoramos,
esas cosas con nombre de lugar,
esos lugares con nombre de persona y animales muertos (o vacíos).

Entonces,
¿por qué te esconderías en un bunker,


si la guerra está dentro del bunker?
Esa lucha donde el único enemigo eres tú mismo.

Igual es la belleza de un mundo inexistente.


Inexistente como la foto de mi barrio
con varios setos en forma de persona
como si las explicaciones de toda destrucción
estuvieran en manos de una herida de perímetro escaso,
pero marcada hondura:
y jamás del olvido.

Todo se trataba de un río de peces muertos


y algo hermoso que nos desmoronaba.
Aquellos árboles con demasiada historia:
¿qué saben de nosotros?

Soy mis pies sobre la carretera.


Soy los pasos a desnivel por los que suben
motocicletas ante avisos de tráfico sobre una eminencia de terreno.
Soy mi ciudad devastada y esa devastación llena de flores negras.

Yo no sé del paisaje.
Aquí hay un avión y un árbol despedida.
Lo único que sé: mi desaparición depende
de que estas cosas huyan
y de que no se me ocurra llorar mientras mi mundo muere.
Saco una fotografía sobre la colina.
Y todo es todo en el llanto.

Desmoronado yo y el verano sobre la muerte


se trata de bromas ante mezcladoras de cemento
y motocicletas que circulan ante
mezcladoras de cemento ante
los edificios de gobierno.

Edificios desiertos, mis tres vidas


y un vaso de cerveza
donde la noche ha sido abandonada
por la última persona que quiso saber algo de mí,
que se preguntó, lejana, dónde estaba,
o cómo era lo que me destruía.
Rapsodia del pub Turk’s Head

Yo solamente he narrado mi estrella.


Mi casa es tu casa y también del viento.
Amargo, nada es mío, excepto:

1. Un campo de trigo en una estrella distante.


2. Bob Dylan acostado en ese campo.
3. Bob Dylan entonando la canción del final de los tiempos

El médico me dice:
Creo que vives en una escena imaginaria.
Creo que vives en una célula degenerativa.
Como esos productos congelados
que, de pronto, se ponen en el microondas:
y resultan magníficos.
Pero no vienen de ninguna parte.

Cambias de lugar:
¿De dónde vienen tus sueños, sino de esas latas
que alguien abre dentro de tu mente?
Alguien proyecta la estrella: un holograma.
Alguien proyecta la casa.
Alguien proyecta este hombre que escribe
dentro de la casa bajo la estrella: un holograma
que escribe una serie de objetos destruidos.
También tú: a menos que uses una tijera
para explorar tus límites
y deduzcas que puedo estar equivocado.

Llevas una montaña


entre el corazón y la cabeza.

Cambias de lugar:
y la montaña es tu madre
y la montaña termina.

Lloras con la cabeza enterrada


y es irónico:
la realidad es borramiento
de cosas que se pliegan,
mientras el universo se destruye.
Algo que simplemente está tardando.

En la casa, en esta habitación sin casa,


hay un niño que reclama
su lenguaje roto:
lo busca en el lugar donde todo se ha ido.

Juan José Rodinás (Ambato, Ecuador, 1979)


Poeta ecuatoriano. Ha publicado Los rastros (2006), Viaje a la
mansedumbre (2009), Barrido de campo (2010), Código de
barras (2011), Cromosoma (2011), Estereozen (2012), Anhedonia (2013) y Kurdistán (
2017). Además, ha reunido su trabajo en antologías personales como Los páramos
inversos o 9 grados de turbulencia interior. Sus poemas han sido incluidos en libros
como Equinoccio (Guadalajara, 2015), Bandadas (Bogotá, 2014), País
imaginario (Madrid, 2014) o Poesía de Ecuador (Madrid, 2009). Recopiló —junto con
Luis Carlos Mussó— el libro Tempestad secreta. Muestra de poesía ecuatoriana
contemporánea (Quito, 2010). Como traductor publicó el libro Una cosa natural.
Veintinueve poetas norteamericanos. Además, ha publicado varios ensayos sobre
cultura, semiótica y estudios literarios. Ha obtenido algunos reconocimientos como el
Premio Internacional de Poesía Joven La Garúa 2007, el Premio Festival La Lira 2013
y el I Premio Internacional de Poesía Margarita Hierro-FCPJH 2017 con Cuaderno de
Yorkshire. Actualmente, cursa un doctorado en Estudios Hispánicos en la Universidad
de Leeds.

Francisco Garamona profetiza: “Los poemas de Mariano Blatt algún día se darán en las escuelas,
y niñas y niños de todas las edades los sabrán de memoria”. Para que aquel tiempo no nos
sorprenda a oscuras, tres poemas suyos.

Mariano Blatt, Mi juventud unida (Mansalva, 2015)


Flecha partida
El otro día me morí
y en la muerte había un chico andando en skate
Le digo eh muerti
me dice eh marian
le digo eh capucha todo bien
me dice eh feo qué contás
le digo eh buzito hay faso acá
me dice quedate piola no te hagás el vivo
le digo te gusta booka shade
sí me dice yo soy booka shade
le digo eh noche qué hago acá
me dice mirá neurona yo no soy tu sistema nervioso
y entonces zas ahí caigo
estaba re de viaje me dice qué tomaste fijate lo que tomás
pues tu cerebro no se la banca
y en momento que me dice eso va subiendo
desde adentro de mi sistema
una neurona re fallada que manda mala electricidad
para que te des una idea
de que no estamos vivos nunca estuvimos
de que el mundo no existe no hay cielo
no estamos parados en nada ocupamos
absolutamente ningún espacio
cuenta la leyenda
que un indio llamado flecha partida
vagaba perdido por la zona de centroamérica
que en aquella época no se conocía
con ningún nombre
pues no había mapas
flecha partida había ingerido
por tres días seguidos
unos yuyitos super milagrosos
enviados desde el principio del universo
y en sarpada extinción del espíritu
bailaba re loco re puesto re ilegal
aunque en ese entonces no existía
la idea de loco puesto o ilegal
pues no había mapas
mojando sus tobillos a la orilla del mar
aunque en esa época no había mar
pues no había mapas
cuenta la leyenda que flecha partida
el indio poeta escribió un poema
de un chaboncito llamado mariano
que en el futuro del mundo mundial
se fumaba un porrito se tomaba una keta
y zas sentía que se moría y en ese oscuro viaje
de la keta el porrito y el súper ácido lisérgico
conocía a booka shade andando en skate
y tras intercambiar unas breves pero hermosas palabra
escribía el poema de un indio
flecha partida
que mojando sus pies en el mar
escribía un texto de mariano
que tomando keta porro y ácido
escribía el poema de un indio
que fumando porrito mojaba los pies
en el ácido lisérgico y escribía un poema
de mariano el indio partido
que fumando keta escribía un poema del porrito
que quemaba en el mar los pies mojados del indio
flecha mariano que partido escribía
un tema de booka shade que dice
más o menos
así.

Enero de 2014
Noche de trenes sanmartín
Helicópteros.
El rumiar fluido del tránsito sobre el puente.
La luna fina y filosa.
Las estrellas sorprendentemente presentes.
Silencio y el eco de una charla.
Cosas que van quedando.
Helado el llanto de un perro.
Tu coche entapizado en oro, orito.
Negros altos buscando refugio a la sombra de los edificios.
Bromas de agua.
La fila de botellas de cerveza bajo los estantes.
Un libro azul y alargado.
Instantes iluminados de la mente frente al espejo del baño.
Tapo cielo con nube.
Casas derrumbaditas para el lado de Paternal.
Olor a desodorante en la calle.
Nuestras aptitudes, personalidad
virtudes y defectos
posibilidades, estructuras
cerebro, mente
son una masa moldeable como plastilina
que va tomando forma a lo largo del tiempo.

Una galaxia llamada Ramón


La otra vuelta Ramoncito le puso un yuyo al mate
eran como las 10 de la mañá
cosa q nos empezamos a reír y mirar re bien
entonces Ramo dice
eh, rubio
vamo a agarrar la motito
y por el camino de tierra q es barro
le damos hasta el cruce con la ruta
ahí zas le damos derecho q yo conozco un campo
vos llevá el mate allá hay más yuyo
cosa que cuando yo iba atrás en la moto
re agarrado a Ramo que silbaba
pero clá el viento ni escuchar me dejaba
así que en una que desacelera un toque
para evitar el barro loco
le digo Ramo no silbé
Ramo cantá
entonces Ramoncito medio que se saca la remera
con una mano
y con la otra maneja la moto
habilidad
(yo con las dos me abrazaba a Ramoncito
y me picaba la nariz porque el pelo se volaba re bien)
cosa que me pasa la remera y me dice
teneme rubio
soy castaño, Ramo, le digo
sos hermoso, me dice
cosa que llegamos y Ramo recolecta unos yuyos
son los yuyos mágicos
me dice
los yuyos santiago del estero
le pone unos al mate y me pone unos en la boca
que a medida que se van disolviendo
me hacen la locura más linda de Argentina
onda cierro los ojos los abro
y está Ramo en cuero
cierro los ojos los abro
está Ramo con la camisa abierta
cierro los ojos los abro
Ramo con la boca gigante
cierro abro
Ramo bailando
cierro abro
Ramo trepado a un árbol
cierro abro
Ramo en casa me dice te quiero
cierro abro
Ramo baila
cierro
Ramo con rulos
abro
Ramo maneja un tren
cierro uno el otro lo tengo abierto
Ramo me dice ¿qué guiñás, rubio,
gustás?
Ramón, le digo
el mundo gusta de vos
esa vaca
gusta de vos el yuyo
la moto el camino y el barro
todo el pueblo
yo pregunté
gusta de vos
dios gustaba tanto de vos
que desapareció
y bue ahí se inventó la poesía
el baile y la música
para que todos puedan gustar de vos
sin enfermarse la cabeza
el corazón la vida la boca
que la tenés re grande
el labio partido ¿quién te partió el labio, Ramo?
aprovecho para preguntar
nací así
me dice
una vez me pelié en la esquina del pueblo
pero gané yo
dice Ramo así medio mentiroso
entonces el yuyo santiago del estero
que tenía en la boca pero también tenía en el mate
nos hace reír mucho muchísimo
y Ramo me abraza me dice rubio
este abrazo va a quedar para siempre
de ahora en más cuando no te dé el cuero
vas a cerrar los ojos y vas a pensar
en el abrazo que te dio Ramo en el campo
y ahí zas vas a ver cómo el cuero te vuelve
para encarar cualquier cosa
lo más grande que te podés llevar
me dice Ramo
es la amistá y este abrazo re fuerte re loco
que te dio Ramoncito el pibe de rulos
que conociste en Santiago
que te dijo algo de unos yuyos y que te enseñó a bailar
arriba de la moto
arriba del tren
cierro abro
Ramo jugando a la pelota
cierro abro
Ramo es un yuyo gigante
hermoso, re loco
cierro abro
no quiero volver a cerrar
o quiero cerrar
y que esté Ramo
para siempre para la prehistoria
el prefuturo y los viajes
intergalácticos e interneuronas
viajes re profundos
que podés hacer para adentro tuyo hay un tronco muy viejo
salido de la laguna de un incendio
de otra época geológica otra época
intergaláctica
Ramón tengo el corazón muy chico
y vos sos muy grande, capaz por eso me duele
cosa que Ramo toma mate me mira y me dice
escuchá, rubio
el corazón tuyo es el más grande
como el de todos
cada uno tiene un mundo entero
adentro del corazón
más grande que dios
y más rápido que una moto
se llama vértigo de locura y amor
yo me llamo Ramón y me voy a quedar al lado tuyo
para siempre para que no llores
para que sonrías, rubio
cuando vos sonreís a Ramoncito también le pasan cosas
hoy a la mañana te cebé un mate
y le decía al agua que vertía del termo
escuchá, agua, este mate es para el rubio
que lo amo más que nada
hidratalo como nunca
así funciona feliz y locura de viento
en la moto silbaba un tema y vos me pediste que cante
y zas se me puso la piel de gallina dije el rubio es lo más grande
Ramoncito vos no te lo merecés
cosa que a todo esto yo estaba re enamorado
cosa que le doy un beso en la boca
cierro abro
Ramón en canoa
cierro abro
Ramón es cachorro
cierro abro
una galaxia llamada Ramón
cierro abro
viaje interneurona en un cohete llamado proteína
que gracias al agua bendecida
con que ceba Ramo
viaja re tranca por mi cuerpo mi cabeza
y el yuyo santiago
curaba corazones curaba vientos de locura
era conexión re bien sin interferencia porque en el campo
no había cables ni antenas
había un chico de rulos
Ramón
Ramoncito, de Santiago
un gusto buen viaje
buena suerte y buena víbora

Fabián Casas

Nació en Boedo, Argentina, en 1965.


Publicó en poesía Otoño, poemas de desintoxicación y tristeza (1985), Tuca (1990), El
salmón (1996) y Oda (2003). En narrativa: Ocio (2000) y Los lemmings y otros (Santiago
Arcos, 2005). Y un libro de ensayos titulado Ensayos bonsai (Emecé, 2007).

La desesperación es la tristeza que nace de una cosa futura o


pasada con respecto a la cual no hay más razón de dudar.

Spinoza, Etica, libro 3, XV, definiciones

Me pregunto

Definitivamente este es mi rostro de hoy.


Ojeras marcadas, pelo desparejo;
los labios hinchados. Nada más.
Me pregunto, porque puedo hacerlo,
cómo será tu rostro de hoy;
mientras tu corazón late al revés,
hace ya cuatro años
bajo la tierra.

Sin llaves y a oscuras

Era uno de esos días en que todo sale bien.


Había limpiado la casa y escrito
dos o tres poemas que me gustaban.
No pedía más.

Entonces salí al pasillo para tirar la basura


y detrás de mí, por una correntada,
la puerta se cerró.
Quedé sin llaves y a oscuras
sintiendo las voces de mis vecinos
a través de sus puertas.
Es transitorio, me dije;
pero así también podría ser la muerte:
un pasillo oscuro,
una puerta cerrada con la llave adentro
la basura en la mano.

Una oportunidad

Caminás con las manos en los bolsillos,


por la rambla, rodeando el mar.
Te acordás de otro tiempo, aquí mismo,
estabas enfermo de la cabeza
y no podías sostenerte de pie,
con elegancia. Sin embargo,
pudiste salir.
Hubo una oportunidad en aquella época.
Ahora mirás el mar, pero no decís nada.
Ya se han dicho muchas cosas
sobre ese montón de agua.

Me detengo frente a la barrera

Me detengo frente a la barrera.


Es una noche clara y la luna se refleja
en los rieles. Apago las luces del auto.
Está bien, pienso, es bueno que nos demos un tiempo.
Pero no comprendo nuestra relación;
no sirvo para eso. ¿Acaso serviría de algo?
Tu padre está enfermo y mi madre está muerta;
pero igual podría ir y tirarme encima tuyo
como todas estas noches. Eso es lo que sé.
Ahora la tierra vibra y un tren oscuro
lleva gente desconocida como nosotros.

Alarma

Durante la noche
suena la alarma de una fábrica
cercana a mi casa.
Mientras fumo,
me pregunto si será un error,
un robo
o algo exclusivo.

Poema social

Aprovechando el sol en este invierno crudo,


los obreros de la fábrica, en su hora de descanso,
formaron una hilera de cascos amarillos
en la vereda de enfrente.
Si no fuera por el rubio, que se rasca la cabeza,
parecerían una fila de lápices
del mismo color.

A mitad de la noche

Me levanto a mitad de la noche con mucha sed.


Mi viejo duerme, mis hermanos duermen.
Estoy desnudo en el medio del patio
y tengo la sensación de que las cosas no me reconocen.
Parece que detrás de mí nada hubiese concluido.
Pero estoy otra vez en el lugar donde nací.
El viaje del Salmón
en una época dura.
Pienso esto y abro la heladera:
un poco de luz desde las cosas
que se mantienen frías.

El moscardón

Un pequeño kamikaze
golpea la ventana tratando de entrar.
Posiblemente el frío matinal
lo despertó de la juerga calurosa
de la noche -nosotros mismos
tuvimos que cerrar las ventanas
y correr a taparnos por el temporal-
y ahora (un poco más punk
que el albatros de Baudelaire)
renuncia, aturdido,
a su inasible elegancia.

Improvisados

Estamos abrazados en una cama improvisada en el piso.


Tus ojos están cerrados; pero no sé si dormís.
Este es tu cuarto de soltera,
un lugar agradable, neutral.
Por la ventana suben los ruidos
de un día que empieza a moverse.
La ropa permanece arrugada, a un costado
ignorando la farsa de dar y recibir.

Una oscuridad esencial

Hay una oscuridad esencial en esta calle.


Un único farol ilumina el contorno
y árboles domesticados, altísimos,
producen una música de acuerdo al viento.
Miro a mi perro,
una conciencia a ras del piso
que hurga y mea en la tierra
y pienso en mí, hundido
en el lenguaje, sin oportunidad,
sosteniendo una correa que denota
lo que fue necesario para estar unidos.

Después de largo viaje

Me siento en el balcón a mirar la noche.


Mi madre me decía que no valía la pena
estar abatido.
Movete, hacé algo, me gritaba.
Pero yo nunca fui muy dotado para ser feliz.
Mi madre y yo éramos diferentes
y jamás llegamos a comprendernos.
Sin embargo, hay algo que quisiera contar:
a veces, cuando la extraño mucho,
abro el ropero donde están sus vestidos
y como si llegara a un lugar
después de largo viaje
me meto adentro.
Parece absurdo: pero a oscuras y con ese olor
tengo la certeza de que nada nos separa.

Bruno

Las plantas reverdecen


soportando la violencia del verano.
Tomás la regadera, el torso al desnudo
en el sol; tus ojos que se fijan
en un cielo límpido
y el viaje que termina.

Todo está como lo dejaste:


el barco en una mañana brumosa,
un hotel frío instalado en otro idioma
y esta casa, donde posaste el radio
de tu imaginación, y crecí en él.

Un plástico transparente

Abrí la puerta y te estabas bañando.


Los vidrios empañados, el ruido del agua
detrás de las cortinas,
las cosas esenciales instaladas
fuera de la razón.
Me llamaste, acercaste la cara
y nos besamos a través del plástico
transparente: fue un instante.
Las parejas y las revistas literarias
duran casi siempre dos números.
Sin embargo, de a poco,
le fuimos ganado terreno al río:
días interminables en los que el caos
tomaba tu forma para envolverme mejor.

Paisaje

En las noches de calor


alguien invisible parece
cortarse las uñas
bajo el cono de luz.

El tac-tac insistente
de los bichitos verdes
que al merodear la lámpara
golpean el armazón del velador.
Comics

Durante mi luna de miel


con la droga
Caronte me llevaba de paseo
en un taxi fino y rojo.
Yo nunca bajaba las ventanas
ni permitía que me pidieran dinero
en los semáforos.
Después, todo pasó.
De ese tiempo me queda
un beso frío en el hígado
y cierta arqueología
en la paranoia.

Hacia afuera

Pienso en toda la gente


que a esta hora mira televisión.
Una lluvia finísima
cae en la calle
y emerge desde el suelo
un silencio precario.
De la ventana hacia afuera
los límites de mi lenguaje
crearon un mundo
que ya no me interesa.
El pavimento mojado
refleja las luces de los autos:
rojos, verdes y amarillos
moviéndose.

No estoy en bata comiendo naranjas al sol

Por la mañana
miro mi cara
en el espejo del baño.
Hasta hace un rato,
resucitada,
mi madre atravesaba un campo
con su bata roja.
Pero ahora estoy despierto:
finalmente, todo es natural.
Abro la canilla
y me inclino para lavarme.
Siento el ruido del agua
contra el vientre de la pileta
-pelos muertos
en el mármol blanco-.

La partitura

Puestos con ropas,


golosinas, cámaras fotográficas,
zapatos baratos, anteojos de sol, etc.
Y más: personas esperando colectivos
que parten hacia lugares determinados;
trenes repletos que fuera de horario
ya no pueden representar el progreso.
El cielo, cubierto de humo,
vale menos que la tierra.
Es definitivo,
acá la naturaleza bajó los brazos
o está firmemente domesticada en los canteros.

El calor

A través de la ventana
una luz blanca, intensa,
se posa sobre la mesa de madera.
Leo a Robert Lowell en inglés
y comparo las versiones de Girri.
De a ratos, levanto la vista
hacia los edificios grises
con ropas colgadas en sus balcones
y ventanas a medio abrir
-como una cigarra en el calor
el torno de una obra
y la letanía de los martillazos
que se expanden en la inmovilidad
del verano-.
De Lowell, nada quiero decir;
pero de Girri... ¡ah Caronte,
tardarás en comprender
al pasajero que te llevas!

Música

Mi tía concilia el sueño a los ochenta años


escuchando viejas canciones en su radio portátil.
En su pieza, en lo oscuro,
el éter se ha transformado en algo vital.
Supongo que estas cosas pasan
y me pasarán también a mí.
Sobre el final de la vida
la única música que existe
está fuera de nosotros.

Una canción que no recordás

Acelerás despacio,
el aire en la cara te reconforta.
A tu derecha, una heladera de coca cola
ilumina la estación de servicio.
Un colectivo, amarillo,
cruza lentamente la calle.
En la radio, los Beatles
cantan una canción que no recordás;
una cucaracha flotaba en el café
cuando vaciaste la cafetera.
Doblás y tomás por una calle oscura,
el empedrado te sacude un poco
y el ruido liso que te acompañaba
es ahora un leve repiqueteo.
¿Qué es lo que hace
que una vida funcione y avance?
Alguien, unos metros delante tuyo,
hace señas para que te detengas.
Mientras me lavo la cara

Darío, parado, grita y gesticula.


Bajo una frazada marrón
Daniel se ríe y habla de sus novias.
Están borrachos y los que gritan en la cocina,
como diputados, también.
Mi vieja, resucitada,
golpea las ventanas, pidiendo entrar.

Al amanecer, bajo una claridad despiadada;


cigarrillos, libros desperdigados,
platos con comida.
Camino, despacio, hasta el baño;
sé que la desgracia está sobre nosotros,
no ahora, tampoco el año próximo,
todavía somos jóvenes, pero eso
se pierde enseguida.
No tenemos nada, pienso,
mientras me lavo la cara,
ni un oficio, ni una herencia,
ni una casa de sólida piedra.

Desierto

Manejé durante la noche


hasta agotar la nafta.
Apagué las luces del auto,
cerré las puertas
y caminé sin rumbo
fuera de la ciudad.
Pasé cuarenta días
en el desierto
tentado por el diablo.
Volví,
no me siento ni bien ni mal
y esto debe tomarse
al pie de la letra.

Sergio Navarro Ramírez (Marbella, 1992) estudió Filología Hispánica y Comunicación


Audiovisual en la Universidad de Navarra. En el año 2015 publicó su primer
poemario, Telarañas, con el que logró el premio Emilio Alfaro Hardisson de Poesía. En 2016
recibió el premio Adonais de Poesía por su poemario La lucha por el vuelo. Recientemente ha
sido galardonado con el X Premio de Poesía Joven RNE por su obra Una imagen imposible.

LA VISIÓN DEL PEZ


Un chapoteo rompe la superficie. El pez salta sobre el agua. Desde lejos, parece un juego, una
diversión inocente.

Mas los ojos del pez


han visto un mundo nuevo,
su luz que ahoga.

MOISÉS ANTE LA ZARZA ARDIENTE


(A la manera del Cantar de los cantares)
Nunca te gustó que en invierno durmiera sin calcetines. Mis pies fríos rozaban los tuyos y te
despertaban.

Muchas noches me pediste que no me los quitase. Yo siempre respondía, antes de entrar en la
cama descalzo,

que la tierra sagrada


solo puede pisarla el pie desnudo.

LAS MESAS VACÍAS DE LOS CHIRINGUITOS


Contemplo la playa con una mirada sedienta,

como si fuese
la imagen de algún ídolo que otorga
lluvia para el cultivo, la victoria
en la batalla, la inmortalidad.
Hay suficiente soledad en esta cala desierta para que quepan en ella Dios y mi alma.

Pero tan sólo encuentro


estas mesas vacías
de un par de chiringuitos en invierno,
donde se sientan
inconsolables grupos de tristeza.

MUERTE (I)
Digo tu nombre en vano.
Tu cuerpo se ha olvidado de ser tú.
LUIS HERNÁNDEZ: EL POETA QUE QUISO
ENTREGAR SU CORAZÓN SIN DESGARRARSE
escrito por Diego Álvarez Miguel 19 febrero, 2017

Dedicatoria
A todos los prófugos del mundo, a quienes quisieron contemplar el mundo,
a los prófugos y a los físicos puros, a las teorías
restringidas y a la generalizada.
A todas las cervezas junto al mar.
A todos los que, en el fondo, tiemblan al ver un guardia.
A los que aman a pesar de su dolor y el dolor que el tiempo hace florecer en el alma.
Luis Hernández Camarero (Lima, 1941 – Buenos aires, 1977), Lucho Hernández, Luchito
Hernandez, fue médico de profesión y poeta de palabra y vida. Considerado uno de los poetas
más representativos e influyentes de los años 60 en Perú, publicó solamente tres
poemarios: Orilla (La Rama Florida, 1961), Charlie Melnick (La Rama Florida, 1962) y Las
Constelaciones (Cuadernos Trimestrales de Poesía, 1965), para después pasar totalmente a la
clandestinidad institucional.
Producto de una sensibilidad distinta, Lucho Hernández se alejó de lo establecido y acudió
solitario a los márgenes, lugar desde el cual llenaba incansablemente libretas que fue
regalando a todo el mundo, tanto a amigos como a desconocidos, durante toda su vida. Y
no solo libretas, también servilletas, folletos o telas fueron susceptibles de convertirse en lienzo
para Luchito:
Soy Luchito Hernández
Ex Campeón de peso welter
Poca gente me habla
Hasta oí a alguien
Preguntarme
¿De qué te defiendes?
Y yo hubiera respondido
Si no silencioso fuera:
Más bien te defiendo
De mi luz. Una luz
Que reuní y me friega.
Unos cuantos años antes de su muerte, amigos y editores emprendieron una cuidadosa y
abnegada recuperación de sus textos. De entre todos los poemas que fueron recuperados,
acaba de llegar a España Gran Jefe Un Lado del Cielo (Esto no es Berlín, 2017), una
selección de las piezas que hacen alusión al héroe homónimo, un personaje que deambula entre
cines y bares, entre mares y crepúsculos, y que tanto tiempo vivió desperdigado entre las
páginas que el poeta fue regalando entre la gente.
Poema
Tú supiste llorar
Como llora el musgo al musgo,
Tú que habitas en las aguas
Y gobiernas el llamado
De los líquenes.
No que el sol quiebre a tu paso sus espigas
El reposo por tu océano de espejos
Sin embargo se demora en tus ojos la Belleza
Y reposa la noche entre tus hilos
Como el ciervo.
Como el ave que adviene del Verano
Has gustado del fruto de la bruma
Gran Jefe Un Lado del Cielo, herido por la espalda, elige un camino que pasa por la música
clásica, el rock, las playas, el cine y, sobre todo, aquel «mar azul Prusia de La Herradura». Su
poesía supone un debate con el lenguaje y la representación, un ejercicio en que la creación
toma un sentido más amplio y en el que «además de sus productos terminados, mostraba
también su telar».
«Gran Jefe Un Lado del Cielo tiene poca habilidad con las botellas. Inmediatamente bebe una,
ordena otra. Y su alma llega a aquellos ríos que abandonó para conocer el mundo esférico, la
brutalidad, el dolor, la delicada luz de la estrella destacando la sombra de los alambres del
telégrafo, la ropa tendida, el anochecer, la música.

Tiene poca habilidad con las botellas y me parece que no le gusta el cine. Pero sí los cinemas
con sus alfombras y cortinas».
Debido a la manera en que estos poemas fueron escritos y a su posterior recuperación, es
posible encontrar a lo largo del libro versos repetidos, reformulados, ideas repensadas,
revisiones de un mismo tema o versiones que extienden y deforman imágenes ya
utilizadas. Esto le otorga al poemario un carácter único y fascinante, seguramente debido
también al acierto de los editores a la hora de seleccionar los poemas. Tanto la poética de
Luis Hernández como esta característica única que comentamos se comprenden al leer los
poemas «Cactus» y «El sol azul», los cuales reproducimos más adelante. Dijo una vez el poeta:
«Creo en el plagio / Y con el plagio creo», y a quien más plagió Lucho Hernández, sin ninguna
duda, fue a sí mismo.
«Gran Jefe Un Lado del Cielo asombrado ante la luz enceguedora de las vitrinas, prendió un
Ducal para sentir en su corazón la noche».

En una edición preciosa, Gran Jefe Un Lado del Cielo inaugura en Esto no es Berlín una
colección que tratará con esta y posteriores publicaciones de difundir la poesía peruana en
nuestro país. Se habla mucho, últimamente, de la desconexión que existe, en términos literarios,
entre los países hispanohablantes de todo el mundo. Sin duda, este libro llega en un momento
clave y supone una conexión importantísima, un puente que todo amante de la poesía
debería cruzar para acercarse a la poesía del otro lado del charco.

Cactus
Soy un mexicano herido
por la espalda. Y como
estoy herido, sé ya
qué ciudad tomar.
En el crepúsculo crecen
cactus, grama pequeña
y piedras sobre el
grass.
Y no he conocido jamás
un adicto a la
mariguana. Porque no
Existe adicción a la
mariguana. Pero sí
clínicas donde se
trataba la adicción
a la mariguana. Con
celda de castigo,
cuatro enfermeros
macetas y un
residente tó de blanco
que les tiembla a los
loquitos y es ciego
a las acciones
y pasiones de los
enfermeros.
Hugo me dijo: un
día, en la selva
yo dije para ver
a Dios. Y cerré
los ojos. Y vi a
Jesucristo y sus
doce apóstoles
montados a caballo
sobre nubes con sus
capas. Pero algo pasó
y me pregunté
¿y si yo fuera
Dios? Y el rostro de
Cristo se transformó
es el del Diablo.
Por eso estoy: seguro
de dos cosas. De que
Dios existe y sé
que no soy yo.

El sol azul
Soy Billy the Kid
Ladrón de bancos
Y voy herido por la espalda
Y como herido voy
Sé dónde he de ir
Y la inmensidad, el Brillo
Del Sol y su hermano
El Desierto son claros
Y simples a mis ojos
Y entre la Estrella rutilante
Y mi silencio median
Únicamente ciento cincuenta
Millones de Kilómetros
En el polícromo espacio
Y cerca de mí, lo más cercano
Veo el Amor
Esa más alta estrella
Y en mi libro de poemas
Leo cuando luego
De la hora vespertina
La luz asciende y no olvido
Pues nada llevo en mí
De olvidar: made weak
By time and fate
But strong in will
Y nada porto de olvidar
Pues el recuerdo no hiere
Así como no existe desgarro
En el olvido. Y en mi libro
De poemas de Lawn Tennyson
Veo cantos hermosos
Resonar en las viejas Wurlitzer
De las playas de Agua Dulce
O La Herradura
Con los muros trazados
Por el musgo: ese musgo
Especial melancólico
Lánguido que muestra
Que los seres humanos
No son parte sino
Cada uno el Universo
Y como tal herederos
De los dones del mar
De la merced del aire
Del torbellino estático
Del fuego pero yo no acostumbro
Hablar tanto: Soy Billy the Kid
y como voy herido
took a few herbs and apples
And the Day. Soy Billy
The Kid, de ahí que mi idioma
Natal se me confunda
Por instantes y en esta
Vasta pradera traiga
Del tiempo que fue
Algunos días.
Como en Lima el primer
Dulce recuerdo, mi ciudad
Natal e indescriptible
Y rodeado de bruma
Transparente las extrañas
Botellas de los bares.
A Antonio Bienvenida
A Antonio Ordónez
A Antonio Camarero
A Antonio Machado

Después de muchos problemas de salud tanto física como psíquica, a fines del verano de 1977,
Lucho Hernández viajó a Buenos Aires para ser internado en una clínica. El 3 de octubre de ese
mismo año, el poeta se suicidó arrojándose a un tren en las afueras de la ciudad. De las últimas
semanas de su vida se sabe muy poco, salvo la mención de «cartas devastadoras» que habría
recibido Betty Adler, el amor de toda su vida.

Lo difícil es llegar a ser un lector


exigente
Un demoledor ensayo de Mikita Brottman aboga por prestar atención a
la muerte del criterio, no a la muerte de la lectura
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LAURA FERNÁNDEZ

Barcelona 27 MAR 2018 - 14:39 CEST


La escritora Mikita
Brottman. BLACKIE BOOKS

Lo dejó dicho Franz Kafka en una carta que escribió a Max Brod, en 1904: “En
general, creo que solo debemos leer libros que nos muerdan y nos arañen. Si el libro
que estamos leyendo no nos despierta como un golpe en el cráneo, ¿para qué nos
molestamos en leerlo?”. Solo en EE UU, cada año se publican alrededor de 150.000
libros, es decir, 410 por día, contando fines de semana y festivos. Más de la mitad de
esos libros son novelas —la friolera de unas 100.000 al año—, es decir, que
“tomando como referencia una semana con 40 horas de lectura, 46 semanas por año
de actividad y tres horas por novela, necesitaríamos 163 vidas para leerlas todas”, en
palabras del crítico John Sutherland. Palabras que Mikita Brottman, primero lectora
empedernida —se pasó la adolescencia devorando novelas góticas y se convirtió en
una especie de Catherine Morland, aquel personaje de Jane Austen que tenía tal
empacho de novelas de fantasmas que hacía de cada encuentro social un melodrama
sobrenatural— y luego escritora y pensadora de la fría y gris Sheffield, recoge en su
brillante, a la par que divertido y demoledor, Contra la lectura (Blackie Books).

El título del mismo no debería llevar a engaño. La propia Brottman se apresura a


aclarar que no tiene nada en contra de la lectura. Pero sí y mucho, ateniéndose a las
palabras de Sutherland, contra lo que se dice de la lectura. Porque se dice que no se
lee. Todo el tiempo se está diciendo en todas partes que los índices de lectura caen.
¿Caen, realmente? ¿Por qué, se pregunta Brottman, la lectura necesita de tanto
bombo? Brottman no entiende que se ametralle a la población lectora y no lectora
con eslóganes del estilo: “Abre un libro, amplía tu mente”, “Leer importa”, “Un
hogar sin libro es como un árbol sin pájaros”. “Es lo absurdo de estos eslóganes lo
que me molesta, el modo en que dan por sentado el hecho de que leer es, por su
propia naturaleza, ‘bueno para ti”, dice. Como diciendo “puede que leer no sea la
manera más emocionante de ocupar tu tiempo libre, pero leer te fortalece, está lleno
de nutrientes y será beneficioso a largo plazo, como las espinacas”, añade. ¿Y es
cierto? Sí y no, contesta Brottman. Por un lado, pueden ser una buena herramienta
(la mejor) para dar sentido al caos que nos rodea “y transformarlo en alguna clase de
orden” que amaine nuestra “angustia existencial”, según el psicoanalista Irvin
Yalom. Por otro, pueden hechizarnos y hacernos perder el mundo de vista.

Según Sigmund Freud, la lectura “es un modo pueril y regresivo de soñar despierto”,
y ese sueño puede convertir la realidad en un espejismo del que querríamos huir. El
mismo Jean Paul Sartre cuenta en sus memorias cómo el día en que por fin pisó los
jardines de Luxemburgo le parecieron horribles. Había fantaseado durante tantas
horas siendo niño con su manoseado ejemplar de la Enciclopedia Larousse sobre las
rodillas que, cuando se topó con los de verdad, quiso volver a casa a seguir ojeando
su enciclopedia. Por eso dice Brottman que “es cierto, los libros pueden llevarnos a
lugares maravillosos, pero también pueden dejarnos allí varados, alienados e
inútiles, solos y desclasados, aislados de otros seres humanos, incluso de nuestros
propios recuerdos, de nuestra propia experiencia de nosotros mismos”, y añade que,
claro, “eso no tiene nada de maravilloso”.
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Moraleja: no hay que dejarse engatusar, ni soltar las riendas en ningún momento,
pues, “a lo que en realidad deberíamos prestar atención, en un mercado abarrotado y
ahíto de libros, no es a la muerte de la lectura, sino a la muerte del criterio” porque,
concluye, “es relativamente fácil adquirir el hábito de la lectura; es mucho más
difícil llegar a ser un lector exigente y con criterio”.

AMR Producciones
Club de Cine, para los Amantes del Rodaje, el Montaje, la Edición, y todo lo relacionado
con el mundo del Video Digital...
jueves, 22 de octubre de 2015

CARPETA DE PRODUCCIÓN

Cuando hablamos de hacer una película o cualquier audiovisual debemos tener en cuenta
que no es únicamente un trabajo creativo o artístico, sino también una ardua labor de
organización y de gestión económica.

La producción de un audiovisual está conformada por diferentes etapas, partiendo de la


idea de una historia y finalizando con la comercialización del producto terminado. Este
proceso se divide en tres principales bloques que se puede resumir en el siguiente
esquema:

 DESARROLLO
 PRODUCCIÓN
 MARKETING

Cada una de estas etapas conlleva una gran variedad de trabajos y la colaboración de
diferentes profesionales. Veremos en qué consiste cada una de estas etapas y el rol que
desempeña el director de producción en cada una de ellas, dándole mayor importancia a
la fase de la producción, siendo ésta donde mayormente cumple sus funciones.

La carpeta de producción es el documento de pre-producción donde se describe el


proyecto audiovisual a realizar en sus diferentes fases y de acuerdo a una estructura
coherente con el medio y la industria a la que va dirigido.

ETAPA DE DESARROLLO
En esta etapa es donde comienza la gestación de un
proyecto. A partir de una idea, tratamiento o guión, el productor puede comenzar a
trabajar, analizando la forma y contenido de la historia para conocer los factores que
harán de la idea o guión algo singular. El productor hace un primer presupuesto a partir
del guión para tener una aproximación del costo de la película, y comenzar con la
búsqueda de financiación elaborando un "package" o dossier del proyecto, para
presentarlo a coproductores o posibles financiadores mediante un pitch. Una vez se haya
conseguido el financiamiento, en esta fase el productor vincula al director y al guionista
para establecer la relación entre lo narrativo y la producción y definir los objetivos del
proyecto, de manera que entre los tres se cierre la idea y se marque el diseño de
producción.

Cuando el productor da su aprobación al guión, se contrata al director de producción,


quien hará un desglose general del guión para advertir las necesidades de la
producción.Una producción puede iniciarse a partir de una simple idea, de una obra
literaria,un tratamiento, un guión literario ya elaborado, o un acontecimiento real. Sin
importar cuál sea la base de partida, el guión ya habrá pasado o deberá pasar por
diferentes procesos de escritura para obtener una obra concisa y particular que será la
guía de todo el proceso de producción audiovisual.

Estructura

 Portada
o Nombre de la producción
o Nombre de la empresa o productor audiovisual
o Fecha de realización de la escaleta
o Imagen (Representativa)
 Índice
o Por puntos
o Paginado
 Créditos
o Listado de agentes que intervienen en el proyecto audiovisual (figuras
profesionales)
 Ficha técnica de producción
o Titulo
o Descripción del producto
 documental
 spot
 magazine tv
 concurso tv
 videoclip
 anuncio
 fashion film
 etc... (Género cinematográfico (drama, comedia, etc.))
o Público potencial al que va dirigido
 Calificación (edad del público al que se dirige)
o Duración estimada
 Franja horaria prevista emisión (TV)
 Número de piezas
 nº programas
 episodios
 piezas de una campaña
 etc...
 Reparto
o reparto (Si se ha definido algo)
o Fechas
o Fechas aproximadas en la que se tendrá el producto
o Posibilidades de patrocinio
 Tema
o Tema concreto y breve de la producción audiovisual
 Objetivos
o Narrados en infinitivo
o Organizado por guiones y ordenado secuencialmente
 Sinopsis argumental
o Resumen del guión (Original o adaptado)
o Debe contener información sobre los personajes, la acción y la estructura
de la producción (con tal de poderse valorar la viabilidad del proyecto)
o Se puede acompañar de una descripcion de personajes
o Estructura de la narración
o Qué queremos decir
o La extensión depende de la Opologia de producción audiovisual. (2
paginas máximo es más que suficiente)
 Escaleta/Step Outline
o Listado y descripción de escenas que componen la historia describiendo
los sucesos más relevantes a partir de la sinopsis de un modo esquemático
o Estructura de la narración
o Qué queremos decir
 Tratamiento biblia
o Evolución y ampliación de la escaleta (menos esquemática que ésta)
o Se concretan las escenas y situaciones
o Se acotan los escenarios
o No se plantean ni se reproducen los diálogos definitivos. Se indica de que
hablan los personajes y sus posibles pensamientos
o Cada escena puede ir encabezada por cierta información ampliable en
guión técnico
 Si es exterior o interior
 Lugar, día o noche.
 Guión literario
o Se concreta más el tratamiento (situaciones, acciones, diálogos, etc...). Es
el tipo de guión que se desarrolla en la pre-producción.
o En cine funciona de acuerdo a formatos específicos.
 Guión técnico
o Herramienta de trabajo en producción.
o Evolución del tratamiento y traducción técnica del guión literario.
o Éstos son algunos de los elementos a completar en un guión técnico
 Secuencia
 Plano
 Angulación
 Iluminación
 Sonido
 Imagen (similar a story board)
 Descripción de la imagen
 Storyboard
o Traducción visual/técnica del guión
o Conjunto de ilustraciones ordenadas secuencialmente de acuerdo al
argumento
o Ofrece información de cómo deben ser vistas las imágenes por la cámara.
o Frente al guión técnico se prioriza la idea de secuencialidad visual.
o Puede contener anotaciones.
 Fichas de desglose
o Hojas técnicas de trabajo en producción.
o Pueden aglutinar áreas o separar:
 Localizaciones
 Vestuario
 Atrezzo
 Utilería
 Ambientación
 Cating
 etc...
 Diseño de producción
o Material plástico diverso dedicado a definir una estética o una identidad
visual del producto
o Gestionado por el director de arte y utilizado por otras áreas (escenografía,
iluminación, vestuario, etc...)
o Ilustraciones (bocetos, croquis acotados, esquemas de color, etc...)
o Maquetas y modelos (fotografía o 3D)
o Animaciones
o Diseño gráfico general (Tipografías, títulos gráficos, paleta de colores
predominantes)
 Planificación de ejecución del proyecto
o Cronograma del proyecto audiovisual desde el comienzo de la producción
hasta el deadline propuesto para la entrega del producto final.
o Puede contener todo lo siguiente de acuerdo a la conplejidad de la
producción
 Plan de rodaje
 Cronogramas específicos por áreas
 Plan de edición
 Plan de post-producción (edición final, sonorización, comunicación,
etc...)
 Presupuesto
o Listado de coste del proyecto audiovisual
o Desglosado por áreas
o Precio por unidad/s, subtotal, presupuesto total
o Posibles áreas
 Material utillería y/o escenografía
 Construcción de escenarios
 Vestuario
 Caracterización
 Desplazamiento a localizaciones
 Alquiler de equipos de iluminacion
 Alquiler de equipos de grabación
 Compra de licencias de software
 Honorarios de los actores
 Dietas
 etc...

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