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Introducción
Desde el siglo pasado, las máquinas agrícolas y las herramientas de trabajo han evolucionado
mucho. Las máquinas accionadas por motores reemplazaron cada vez más el trabajo manual y la
tracción animal.
La maquinaria agrícola libera cierta cantidad de mano de obra y hace la explotación agrícola más
independiente de ésta. Una parte de esta mano de obra se ha visto obligada a emigrar de sus pueblos
hacia los centros urbanos ante la falta de fuentes de trabajo. La mecanización agrícola, junto con las
estructuras tradicionales de tenencia de la tierra, es uno de los factores importantes que agudizan la
problemática del éxodo rural
Honduras, tal como sucedió en todos los países latinoamericanos, trató de tecnificar y mecanizar su
agricultura según los modelos de Los Estados Unidos y Europa, mediante programas por parte del
Gobierno en el marco de la Reforma Agraria y la Revolución Verde (Programa de Mecanización
Agrícola, PROMECA, y Lotes de Maquinaria Agrícola, del INA); como también con ayuda externa
para la dotación de maquinaria agrícola para algunas cooperativas y líneas de crédito a través del
Banco Central.
Todos estos grandes esfuerzos, después de haber transcurrido los años, no han alcanzado sus
objetivos, y no se puede hablar de una agricultura mecanizada en nuestro país.
En la última década del siglo pasado, Honduras contaba con aproximadamente unos 3,000 tractores
agrícolas. Tomando en consideración una superficie de 820,000 hectáreas de tierra cultivada, se
obtiene una relación de 1 tractor por 275 hectáreas. Compárese con las proporciones en Los Estados
Unidos: 1 tractor por 40 hectáreas de tierra cultivada; y Europa, 1 tractor por 25 hectáreas de tierra
cultivada.
Además, si se toma en cuenta el mal estado de funcionamiento de una buena parte de los tractores,
resulta aún menor el trabajo realizado por éstos.
Por otro lado, tenemos que el 72% de todas las fincas de Honduras cuentan con una superficie de 1
a 5 hectáreas y gran parte de estas fincas están ubicadas en zonas alejadas con una pobre o
inexistente infraestructura (caminos, sistemas de riego, silos, electricidad, mercados, etc.) y
ocupando tierras marginales con topografía muchas veces desfavorable para la mecanización.
Trabajos realizados manualmente y con tracción animal. En este nivel el agricultor dispone de
algunas herramientas manuales y de la yunta de bueyes con el arado de palo y carretón muchas
veces de su propiedad, y otras veces alquilado. El área cultivada es pequeña produciendo
principalmente granos básicos para la seguridad alimentaria de las familias y la venta de los
excedentes.
Trabajos semimecanizados. En este nivel el agricultor alquila los servicios de las maquinarias
agrícolas, mayormente el tractor con el arado para arar su terreno, mientras que utiliza la yunta
de bueyes con el arado de palo o herramientas manuales para realizar los trabajos posteriores
como siembra, limpiezas, cosecha, etc.
Trabajos mecanizados. A este nivel de la mecanización agrícola, casi todos los trabajos se
efectúan con las diferentes máquinas. La tracción animal no se utiliza y poco personal para
operar la maquinaria es requerido. Para que la utilización de maquinaria agrícola sea
económicamente viable, es necesario que se trabaje un área superficial extensa.
Este proceso lento de la mecanización está condicionado por sus propias limitaciones y
justificaciones que se tratarán de explicar en base a una comparación de las condiciones bajo las
cuales se mecaniza la agricultura de los países industrializados y la evolución que sigue en los
países del tercer mundo.
El desarrollo económico de los países industrializados al nivel actual se debe en gran parte al uso de
la técnica agrícola que liberó cierta cantidad de mano de obra para otros sectores económicos,
disponiendo además con materias primas y energía a bajo costo.
A continuación se consideran las condiciones bajo las cuales invierte un agricultor en Europa:
Disponibilidad de capital propio y acceso a créditos.
Acceso a los conocimientos técnicos necesarios para el uso, mantenimiento, cuidado y
reparación de la maquinaria agrícola.
Existencia de servicios para elaborar planes de inversión y su control rutinario, disponibles a
bajo costo.
Las alternativas tecnológicas son fácilmente evaluables, y los resultados de pruebas de
laboratorio y experiencias de campo, así como, los no menos importantes mecanismos de
mercado, ayudan a que el agricultor escoja una máquina adecuada.
El aprovisionamiento de repuestos, insumos y un servicio de reparación es tan normal, como la
seguridad de reemplazo inmediato de una máquina por otra en caso de emergencia.
La venta de excesos de la producción agrícola a los mismos precios mantenidos artificialmente,
es posible en los países industrializados.
En compensación, la mecanización casi siempre lleva a una mayor productividad de trabajo, siendo
capaz de absorber los salarios elevados de la mano de obra especializada.
En los países industrializados se busca incrementar cada vez más la productividad de trabajo, de
producir en masa y calidad uniforme para satisfacer una demanda grande y exigente como también
de facilitar el trabajo.
2. Situación en Honduras
Las condiciones básicas mencionadas para los países industrializados no son válidas para Honduras.
Las excepciones son las fincas de las transnacionales y plantaciones agroindustriales orientadas
mayormente hacia la exportación.
Agricultor pequeño
La mayoría de los agricultores del país practican una agricultura de subsistencia, no tienen acceso a
tecnología mejorada a través de créditos, y no reciben subvenciones. El agricultor pequeño cultiva
mayormente granos básicos, así que además de las dificultades estructurales sufre de manera directa
las consecuencias climáticas y meteorológicas. Una capitalización y aumento del poder adquisitivo
como condición previa para adquirir mejores herramientas, implementos e insumos, no es posible
bajo estas condiciones.
La tecnología nunca ha sido un elemento neutral, sino que influye y a su vez es influida por las
relaciones sociales, económicas y culturales de los pueblos.
Cada pueblo y sociedad tiene una tradición tecnológica con personal capacitado y una
infraestructura particular. Al cambiar la tecnología, este personal tiene que ser capacitado para la
nueva tecnología.
La mecanización que libera mano de obra no ayuda a resolver los problemas del subdesarrollo, sino
que los acentúa. Con sólo este argumento sucumbe la justificación en que se apoya la mecanización
agrícola concebida al estilo de los países industrializados.
La sustitución del factor de producción trabajo, por si solo nos sirve de ejemplo, para demostrar las
diferencias de objetivos que pueden existir en él.
A nivel mundial la agricultura consume un 4% del total de petróleo utilizado en forma directa, valor
al que se suma el gasto para transporte, almacenamiento, etc.
Los 3 usos principales de esta energía comercial se distribuyen de la siguiente manera: fertilizantes,
48%; fuerza motriz, 44%; riego, 5%.
La utilización de esta fuente energética permitió aumentar los rendimientos por superficie, como
también la productividad de trabajo del agricultor. Por ejemplo, un campesino en los países
industrializados producía a principios del siglo pasado alimentos para 2 a 3 personas, además de su
familia; y actualmente, puede alimentar unas 50 personas gracias a esta fuente energética.
El bienestar y lujo que produjo la tecnología en los países industrializados tiene su base en los
energéticos fósiles, los que son recursos naturales no renovables, por lo tanto, con una existencia
limitada.
Al volverse más escaso el combustible, su precio va a aumentar cada vez más. Mientras los países
industrializados van a ser capaces gracias a las condiciones de su economía, de soportar por años
todavía continuos aumentos, Honduras va a tener más y más dificultades en la adquisición de estos
energéticos. El suministro de combustibles puede llevar a una dura competencia entre países
industrializados y los países en vías de desarrollo. El aumento del costo de la energía (combustible)
podrá tener los siguientes efectos principales: reducción de la producción, disminución de los
ingresos de los campesinos, incremento de los precios al consumidor.
La energía solar representa una fuente de energía potencial de considerable importancia para
Honduras, pero soluciones técnicas sin bajo costo todavía se encuentran en fases de desarrollo. Sin
embargo, ya existen algunas experiencias muy interesantes para accionar máquinas estacionarias,
por ejemplo, bombas para riego.
También la energía obtenida de la caña y otros cultivos como el maíz puede ser promovida en gran
cantidad para la elaboración de biocombustibles (como lo demuestra Brasil con su programa de
etanol). En este caso, la demanda de energía de los cultivos alimentarios energéticos podría originar
grandes aumentos del precio de los alimentos y afectaría principalmente a las personas de escasos
recursos. Esto también puede llevar a un uso mucho más intensivo de la tierra y el cultivo de tierras
marginales puede acarrear el deterioro del suelo y provocar cambios del medio ambiente.
Mientras haya energía y capital disponible para adquirir maquinaria agrícola, existirá también la
posibilidad de decidirse por una u otra tecnología. Hasta ahora, diferentes entidades
gubernamentales apoyaron y financiaron programas que propagaron la maquinaria agrícola de
tecnología sofisticada e importada, pero nada emprendieron para dar herramientas mejoradas al
agricultor de pocos recursos.
Cada tecnología tiene que disponer de una base en cuanto a personal calificado e infraestructura
para soportarla. Una tecnología que carece de esta base tiene como consecuencia una productividad
limitada y resulta onerosa para el país.
Honduras ya no puede por más tiempo ignorar su propia tecnología que se desarrolló y adoptó
durante siglos y que ha producido los alimentos para su población.
Antes de tomar la decisión por un modelo particular de tecnología, es necesario definir el objetivo
de un desarrollo que tome en consideración premisas como las siguientes:
Que la agricultura proporcione fuentes de trabajo e ingresos al mayor número posible de
personas.
La agricultura debe poseer la capacidad de producir suficientes alimentos para la población.
La agricultura debe estar integrada a los ecosistemas locales colaborando en conservar el medio
ambiente y explotando racionalmente sus recursos como agua y suelo.
Que la agricultura produzca excedentes de producción que generen divisas al país para importar
insumos como: carburantes, fertilizantes, acero, etc.
Así, la técnica agrícola tiene que ser un factor de apoyo para que el país logre de la mejor manera
posible alcanzar los objetivos trazados. Esta tecnología tiene que estar de acuerdo a los recursos
disponibles y tomar en consideración los siguientes criterios:
No puede beneficiar solamente a los agricultores medianos y grandes creando injusticia en el
campo.
No puede favorecer unilateralmente una tecnología importada que lleva al país a una mayor
dependencia y lo hace vulnerable frente a problemas fuera de su alcance.
Tiene que trazarse objetivos a largo plazo y crear las bases hacia el futuro y no contentarse con
resultados inmediatos convenientes a grupos de influencia.
1. Agricultura tradicional
Es de suma importancia que se desarrollen e introduzcan herramientas manuales e implementos
agrícolas que ayuden al agricultor a mejorar su trabajo y eficiencia.
Fabricación: Herramientas manuales de buena calidad e implementos para tracción animal deben
ser fabricados a bajo costo en talleres de fabricación descentralizados utilizando procedimientos
tecnológicos usados en los países industrializados. La capacitación de herreros rurales se hace
necesaria para reactivar esta labor.
Tracción animal: El gran potencial que representa la tracción animal para Honduras puede en los
próximos años, formar la columna vertebral de la producción agrícola y del transporte en el área
rural. Este recurso energético de bajo costo debe ser aprovechado al máximo por los campesinos
pobres incapaces de absorber una tecnología más cara, y no debe ser subestimada ni abandonada a
favor de tecnologías importadas cuya limitación se avizora en un futuro cercano. La diversificación
de implementos para la tracción animal va a permitir al agricultor aprovechar mejor la tracción
animal y mejorar su eficiencia de trabajo.
2. Agricultura mecanizada
Honduras gastó muchas divisas en la adquisición de maquinaria agrícola. En el campo se puede
constatar que gran parte de esta maquinaria se encuentra en un estado precario y se arruina antes del
tiempo previsto. En el país se ha introducido maquinaria agrícola pero no se ha creado suficiente
infraestructura ni capacitado todo el personal requerido para manejar racionalmente esta tecnología.
Actualmente existe muy poca motivación para la adquisición de maquinaria agrícola por la
depresión económica existente, además, el bajo costo de la mano de obra no incentiva al agricultor a
mecanizar totalmente su finca sino que únicamente adquiere maquinaria para efectuar trabajos
pesados.