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El problema de nuestro tiempo:

crisis en la familia peruana


Luis TEJADA RIPALDA

ESUMEN. Diversas investigaciones muestran que el modelo de familia surgido en las


R sociedades occidentales el siglo xvur ha perdido vigencia y más bien constatan la exis-
tencia de formas diversificadas de familias, las cuales presentan crisis y mutaciones. A
pesar que se reconoce la importancia de la familia en el bienestar de los individuos y las
sociedades. En el Perú no se tiene la información estadistica necesaria y suficiente, esto
muestra el poco interés del Estado por conocer la problemática de la familia peruana,
lo cual es fundamental para lograr mantener el orden social.

PALABRAS ccAvE: Familia, métodos de crianza, régimen doméstico, crisis, comportamientos


cívicos, sistema democrático.

ABSTRACT. Several researches present that the family model emerged in the western
Societies in the XVIII century has lost validity. On the other hand, they state the exis-
tence of diversified forms of families which presents crisis and mutations. Even though
the importance ofthe family is recognized in individual and social welfare, there isn't
enough and necessary statistics information about that here, in Peru. This shows
the lack of interest of the government for knowing the problems of Peruvian family
which is essential to keep the social order.

KEY wonosz Family, methods of upbringing,-lifestyle, crisis, civic behavior, democratìc system.

YUYAYKUSUN I 4 (2011) es-92! |ssN zora-aisol une, uma, Para É 69


\


La sociedad liumatia se compoflfi'
de familias, no de individuos.
Aucusro Coivrri-:

Iiiiieiitlili i.'Ii_'iii

in ifsiiiilliis siiliie la Iaiiiilia ciiiiiieirzaii ii iiiicios del siglo XIX y se multiplican a


iiieiliailiis del .riiglii xx. lilliis iiiiciiiaioii dar respuesta a los problemas sociales oca-
,liiiiiiiiiliis |iiii- lii iri¬viiliicii'ii-i iiii.|iisii'ial; el cambio eii su composición y estructura; la
ii-liiiiliiiies eiiiie ésiii, los iiiilividiiiis y la sociedad; sii eficacia eii el mantenimiento del or-
ilifii siii-i.i|, eiiiiii iiiimi iiffiim,-¬-A ((_iiÍii_*i:lieIli~1'egeai_ili y Ciccehelli, 1998). En todos esos estudios
se rei iiiiiiie lii liiipiiieiiiiii la de la lriniilia eii el bieiiestiir de los ¡iidividuos y las sociedades,
lo que iiiiiiiiisia iiiii el piiiiii iiiiei-és que han mostrado los gobiernos por perfeccionarla
\-' iiiiliiiillililllfl.
Si iaiiii es ciifi iii, hay i,|i|e siiliriiyar i|iie la (f)i^gaii_ìzación de Naciones Uiiidas (ONU)
lia liei liii iiii'ilii¡iles esliieiv,i›s por caiiiliirii- esta sìruacióii. El de mayor importancia histó-
iliii Iii illii eii bi lkmelaiiacióii Uiiiversal de los Uereclios Humanos (1948), donde en su
/liiliiilii Iinfl ilice:

l.;i liiiiilliii es el elciiiciiiii iiaitiral y fuiidamcntal de la sociedad y tiene derecho a la pro-


liï*ifi“li'iii tlf: lii lfititiletltltl y tlcl llfistaclti.

l'eiii es iet ¡eii ii parti li' de IUH9 i¡iic la ONU lanza uria serie de iniciativas con la intención
ile ifieiii' iiiia iiiayiii* ciiiicriencia de las cuestiones relacionadas con la familia y mejorar la
i.ii|iiiili|iiicl iii.-iiiiiicioiiiil de las iiacioiics para hacer frente a los problemas que la aqueja-
liiiii. l".se año, ifiiii la iesoliicióii 44/82 la Asamblea General de la ONU proclamó 1994
iiiiiiii el «Aiio Iiiiei-iiacioiial de la liariiilia››; luego, eii 1993 decide que el 15 de mayo de
içiiilii iifiii ileliía celcliimse el «Día Internacional de la Familia». A partir de esta última
lei-liii se iiilixiiiii iiiiii serie de ciiciiciitros iifiteriiacioiiales, entre los cuales destaca el organi-
riiilii eii lliiiiglroli por la (_fÍoiriisióii Social y Económica de Asia y el Pacífico (1998); ade-
iiids. la (1I'|'y la (,Íl?'Íl'Al,, iiiipiilsaroii investigaciones y financiaron publicaciones sobre los
sciriiis pi-iilileiiiiis iclaciioiiiaicliis con la familia. Y para mantener vigente esta preocupación,
Iii Ásiiiiililieiai (ïieiicieal de la ONU lia venido propoiiieiido anualmente a los gobiernos una
setli* de ieiiiiiri, los que iloliliiii desembocar eii politicas sociales'.

I A ¡iiii|ii'iiiiii i|i~I «I ¡ia liiii-iiiiitrloiial de lii liaiiilliav, lia venido propoiiiendo los siguientes temas. En 1994; «El papis]
liiiiil-..iiiii~iii~al ile liiii liiiiiilliis eii el ¡iii›i'e.=iii de clesaiiollii liiiiiiiiiiiw; eii 1995: «Las familias: clave para prevenir rivalida-
iliiii ¡iiiili iii y |iiiiiiiiivi¬i la iii|i¬r-;iiii:I»,i»; eii 1997: iilianiilias al borde dela extinción eii zonas de guerra y :ireas afectadas
¡ini i oiillii iiim i-ii lWHi -íliileisaricla. iespeiii y eqiiidad en la faiiiilia crean valores en la sociedad y las naciones››; en
.fllilllf iil iii lìiiiiillns iiiiiiii ageiiit-s y lieiieliclarios del clcsarrolloii; en 2001: «Las familias y los voluntarios enriquecen
la vlilii rsiiiiiiiiiiiiiiiliini eii MU): iiliis lïaiiiilias y el eiivejeclmiento: una sociedad para todas las edaclesn; en 2003; «Un
iiifiyiii i-iiiiipiiiiiil-iii piillili.-i i-ii la liicliiiilóii de la liirnilia eii los priigraiiiiis de gobiernos; en 2004; «R¢¢0¡¡0¢¡m¡¢m0
y iipiiyii ii liiii iiiiiiillitii liiiies ile ln lšiiiiilia a la siiciedatlai en 2005: «lil impacto del VIH y el SIDA gn ¢l b¡¢n¢5¡;,ir de
liii liiiiiilìiiini mi ilililfif ifl ii iiiiiiiifisii-iiiiiirlóii de la lìiniilia: desafíos y oportunidadesiu en 2007; «La Fa;-n¡|¡a Y 1;; paso-

iii I YuvAYi<usuN
EL PRUB1-[-LMA DE NUESTRO TIEMPOI CRISIS EN LA FAMILUL PERUANA

Ya han pasado 21 años desde que la ONU puso en la agenda internacional el


tema de la familia, siendo hasta ahora los resultados bastante magros. Las pocas pero
importantes investigaciones que se hicieron a nivel mundial indican que ella está en
plena mutación (Segalen, 1996; Meyer, 1977). Estas investigaciones muestran que el
modelo de familia surgido en las sociedades occidentales en el siglo xvlii ha perdido
vigencia y más bien constatan la existencia, en diversos espacios socioeconómicos, de
formas diversificadas de familias (monoparentales, recompuestas, concubinatos, tradi-
cionales, democráticas, desestructuradas o inestables, etc.). Esto se complejiza con la
evolución de las técnicas médicas que permiten la procreación asistida y la consiguiente
problematización de las relaciones conyugales y filiales (Neyrand, 2000; I-Iurstel, 1996).
Por ello es esencial ver esta crisis y mutaciones a la luz de los criterios que explican su
funcionamiento y las dinámicas que la estructuran.
Esta tarea es difícil de hacer en el Perú porque no se tiene la información estadística
necesaria y suficiente para tal efecto. Basta recorrer las diversas versiones de la «Encuesta
Nacional de Hogares», las «Estadísticas Vitales en los Distritos del Perú», la «Encuesta
Demográfica y de Salud Familiar» (ENDES), el «Censo Nacional 2007», para darse cuen-
ta del poco interés que se tiene por conocer la situación y el estado en que se encuentra la
familia peruana. Por lo demás, cuando estos documentos se ocupan de ella, muy poco lo
hacen como comunidad actuante, sino desmembrándola en indicadores como estado ci-
vil, edad, sexo, salud, educación y ocupación de sus miembros y cuando hablan del hogar
utilimn variables como tipos de vivienda, servicios, etc. (INEI, 2002, 2007).
Esto muestra el poco interés del Estado y la clase política por conocer la estructura,
dinámica y características del régimen doméstico y menos aún por conocer y evaluar sus
formas de crianzas, las relaciones entre sus miembros (fraternales, filiales, conyugales),
entre sus generaciones (padres, hijos y abuelos) y la correspondencia entre el individuo,
la familia y la sociedad. Para decirlo en pocas palabras, la familia no ha sido ni es una
prioridad en la agenda de los gobernantes. Esto es un lamentable error porque ella es
una pieza clave en el mantenimiento y reproducción del orden social (Cicchellì-Pegeault y
Ciccehelli, 1998: 32 y ss.). Para ver esto, a continuación mostramos algunas investigaciones
hechas sobre la familia peruana, para luego presentar los resultados de una investigación
que sobre este y otros temas hicimos en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

I. Crisis en la familia

Las iiivcsiigacioiies sobre la familia peruana comienzan a inicios de la década de los 60 del
siglo pasadoz, pero es recién a fines de los 80 y comienzos de los 90 qge, bajo el influjo de la
ON U, se multiplican. Lo característico de estos estudios es que tienden a relacionarse con
_,ç,xP

rm cm: discapacidzdm en 2008: «Los padres y las familias: responsabilidades y deszfíos»; en 2009; «Las m;;¿;¢; Y las
familias: retos en un mundo eambiante»; en 2010; «Las repercusiones de las migraciones en las familias del mundo».
låii. http:Í/ei.wil¢ipedia.org/wilri/D%C3%ADa,,_,Internacional_de__la__Familia
2 Los trabajos pimieros son de Rosario Panez. ( 1964), Violeta Sara-Lafosse (1978), Delia Matos (1885), entre otros.

vi.ivAYi<usiiN 1 71
Lins Triana RiPsi.n.=i

la violencia piflitica, lo que se explica por la presencia del fenómeno terrorista. En ese con-
reitto. la violencia social y politica parecia estar estrechamente relacionada con el alarmante
escudo en que se encontraba la familiai. Como veremos, esta era una hipótesis que tenia
sólidos fundamentos. Muchas investigaciones coinciden en que la violencia familiar está
asociada a los siguientes factores: 1.- la falta de recursos económicos; 2.- la falta de instruc-
ción de los y 3.- la violencia entre los esposos (Mimdes, 2005). Con respecto a lo
primero. m ha comprobado que los problemas económicos, más que causas de la violencia
funiliar, actúan como sus desestabilizadores (INEI, 1999). En efecto, la precariedad en que
viven muchas familias, la pobreza, el desempleo y el alto grado de frustración que esto oca-
sioiia.. produce insatisfacción, impaciencia e incide en la dinámica familiar y la crianza de
los hijos (Espinom, 2000: 65).
Sobre la situación y la dinámica de muchas familias peruanas, hay dos investigacio-
nes que es necesario remarcar. La primera es la de Teresa Fernández (2004) realizada en
diciembre del 2003 en las ciudades de Lima, Callao, Chiclayo, Cajamarca, Huánuco,
Huancayo, Pasco, Iquitos, Chacliapoyas, Cusco y Abancay. La muestra estuvo compuesta
de 23,100 estudiantes de 5° y 6° de primaria y de 1° y 5° de secundaria. Ahí los encues-
tados afirman que más de la mitad de las familias son violentas, con una frecuencia de «a-
i'ece$» (ei§9o) y «sieniprew (15%). A1 ver esto por departamentos encontró lo siguiente:

La dolencia fisica sufrida llega alrededor del 10% en todos los dominios, siendo el más
y el más alto en Maynas-Cbacliapoyas, Lima-Callao y Cusco-Abancay.
La violencia es tres veces mayor a la violencia física, siendo mayor en Lima-
C.111ao(40%), pero manteniéndose los demás dominios en aproximadamente 10 puntos
poxmtuales menos, con Cajamarca como menor ptuitaje.
El tipo de violemtìa es la más intensa y más concentrada en Lima, Huancayo-Huánuco-
Pasco, Cinco-Abancay; Maynas-Chachapoyas, Cajamarca presenta los menores índices
en este de comportamiento.
El padreyla madre son las personas que más agreden a sus hijos, teniendo porcentajes alre-
dedordei 30%, con una incidencia relativamente mayor de la madre en Lima y en Maynas-
Clndupoyas, Hinncayo-Huánuco-Pasco. En cambio en los dominios de Cusco-Abancay
y lm puntajes de ambos padres se acercan, con un ligero mayor porcentaje
:mudo 11 poclre como agresor. Lm hermanos ocupan el tercer lugar, siendo Huancayo-
Hhrinueo-Pasco ei que tiene el mayor porcentaje (28%) y le sigue Lima-Callao (19%)
ifFien'ãnd€I. ZÍD4: 63).

En ei Perú las rehciones filiales se muestran bastante conflictivas. Esto se confirma en la


investigación rezijzzada por Maria jesús Espinoza Matos (2000: 13), la que fue aplicada en
Lima y Callao a 2,.-ÉGO mujeres, las que tenian entre 15 y 65 años de edad. Según las en-

5 Emo se m ¿rei ri ¡9o`.9 con el prirriet Seminario Inf1nciayVìolencia, organizado por el Centro de Desarrollo
Psìtoswocìaii ÉCEDAPP) yrei Centro de Estudios y Promoción del Desarrol1o(DESCO). En 1993 CEDAPP
bnmdsgnfio Infiniii yïìoleniciia. CEDAPP (1991 y 1994). Sobre esto ver también MIMDES (2003).

¿É M "el YuYAvi<usuN
EL l"ROBI.I-LMA DE NUESTRO TIEMPOZ CRISIS EN LA FAMII..L't PERUANA

trevistadas, el 52.4% de los padres recurren a los golpes para corregir a sus hijos, pero este
porcentajes cambia según el estrato socioeconómico: el estrato alto concentra el 12.8%
de las opiniones, el medio 22.6% y el bajo 41.7% del total. Esto permite hablar de una
«cultura del maltrato» muy presente en nuestra sociedadi.
La investigación de Maria jesús Espinoza revela que los principales problemas entre
padres e hijos adolescentes son los siguientes: falta de comunicación (56.2%), rebeldia de
los hijos (47%), falta de atención de los padres (215%), entre otros problemasi. La au-
tora indica que cuando los hijos se portan bien y obedecen, se les compra lo que les gusta
(76%), se les premia dándoles permiso para salir (44%), felicitándolos y halagándolos o
dándoles demostraciones de afecto (307%) (2000: 54). Con relación a los castigos, el
INEI (1999: 70) reporta que a nivel nacional las madres castigan más a los hijos (88%)
que los padres (62%); el tipo de castigo más utilizado es la reprimenda verbal, siendo el
padre quien lo utiliza (86%) más que la madre (85%). Pero llama la atención que los pa-
dres prefieran comprar algo a los hijos para premiarlos, antes que darles afecto. Esta mo-
netarización de las relaciones filiales puede tener consecuencias funestas en la formación
del carácter de los hijos. Efectivamente, cuando la educación de estos se asienta funda-
mentalmente en premios y castigos, se corre el riesgo de formar seres egoístas, interesados
y hasta mercenarios (Kant, 1993: 128).
Como se observa, la falta de comunicación, poca confianza y escasa distribución de
afectos entre padres e hijos, son los principales problemas de las familias peruanas; pero
además, se observa una estrecha relación entre la pobreza, el bajo nivel educativo y la
violencia familiar. Sobre esto, concluye Espinoza: «Se puede apreciar que en las zonas
rurales y en las regiones de la sierra y selva, el castigo físico es aceptado en mayor propor-
ción con relación a las zonas urbanas y la región de la costa. También se puede apreciar
diferencias cn el nivel educativo de las mujeres con relación al castigo fisico, notándose
que a menor nivel educativo, mayor aceptación del castigo Fisico en la educación de los
hijos» (Espinoza, 2000: 71).
Con respecto a las separaciones y divorcios, las estadísticas que existen son incom-
pletas y casi siempre sin continuidad. En las «Estadisticas vitales en los distritos del Perú»
(lNl:`.l, 2000: 16-18 y 28) se afirma que para 1998 existen 60,730 matrimonios a nivel
nacional y 2,108 divorcios, pero el problema es que de los 24 departamentos, 12 de
ellos no tienen información sobre divorcios. No obstante, informan que «se observa una
tendencia en aumento de los divorcios registrados en el área metropolitana de Lima y
Callao». Subsanando estos vacíos, Teresa Fernández encontró lo siguiente: los mayores
porcentajes de divorcios y separaciones lo tienen Maynas y Chachapoyas (265%), le
siguen Lima y Callao (25.5%), Chiclayo (19.8%), Huancayo-Huánuco-Pasco (173%),
Cusco-Abancay (17.2%) (Fernández, 2004: 28). No por casualidad, esas son las ciuda-

4 La frase «cultura del maltrato- es utilizada por los psicólogos cn sus estudios sobre el maltrato en el Pt-ni. Sobre esto
ver Comisión Programática de Violencia y Maltrato infantil (COTADENI. 1991: l 18).
5 l'.`,stos resultados son en realidad la media de los resttitados reportados para los hijos e hijas. Hemos hecho esta porque
entre unos y otros la diferencia no es muy ¡tnp0fflI1l¢(F.$pinora, 2000; 47).

YuvAY|<usuN l 73
Luis Tsjaoa Rtmtoa

des más pobres del pais (salvo Lima, donde viven miles de migrantes en condiciones de
pobreza y marginalidad), en las que hay más familias inestables, donde los padres tienen
menor nivel educativo y se verifica mucha violencia familiar.
¿Cuáles son los factores asociados a la violencia conyugal? Según la investigación de
Espinoza, los más importantes son: 1.- problemas económicos; 2.- interacción conyugal
(incompatibilidad de caracteres, falta de diálogo, infidelidad, no hay amor, abuso de au-
toridad, problemas con el ejercicio de la sexualidad) 3.- parento-filial (problemas debidos
a los hijos); 4.- personales (consumo de alcohol/drogas, asi como diferentes niveles de ins-
trucción): 5.- familiares (problemas con la familia de la pareja) (Espinoza, 2000: 59). Lo
que llama la atención es el alto porcentaje de mujeres que están discortfotmes con asumir,
ellas solas, las tareas del hogar (1 5.4%), y las que acusan incompatibilidad de caracteres
con el marido (13%). Puede pues decirse que cerca del 28.4% de mujeres no está con-
forme con el oomportamiento o la autoridad del marido. Al respecto, concluye la autora:

Se observa una cada vez más creciente inaccptabilidad por parte de las mujeres de los
roles domesticos que, tradicionalmente, se han adjudicado a éstas en cl hogar... Se per-
cibe un nivel de frustración en las entrevistadas respecto a la iniquidad hombre/mujer
en la distribución de las tareas domésticas, la que se convierte en fuente de conflicto y
violencia conyugal (Espinoza, 2000: 89).

Aqui se encuentra uno de los aspectos más relevantes de la crisis de la Familia. Por un lado,
conto consecuencia de la revolución femenina, la mujer piensa que tiene derechos que no
son respetados y muchas los defienden; y por el otro, como consecuencia de la tradicional
régimen patriarcal, muchos hombres aun se niegan a renunciar a sus roles tradicionales y
al estatus de dominante en el régimen doméstico. Es decir, muchos hombres (sobre todo
pobres y de bajo nivel educativo), a pesar que la familia y las mentalidades han cambiado,
se resisten a asumir nuevos roles y adoptar nuevas actitudes frente a la mujer y los hijos.
Entonces, puede decirse que en el centro de la crisis en la familia se encuentra la crisis de
la pareja.
Esta crisis de la pareja explica en gran medida la violencia contra la mujer. Un es-
tudio realizado en 1995 por la ONG «Flora Tristán» indica que en el Perú 6 de cada 10
mujeres son maltratadas, siendo la pareja el principal agresor; el tipo de maltrato más
frecuente es la agresión fisica, lo que representa el 76% de los casos (Loli y Rosas, 1995).
Corroborando esta situación, en 1996 la Comisaria de la Mujer reportó 6,118 denuncias
de maltrato contra la mujer, de las cuales el 51.3% fueron efectuados por sus esposos, el
43.8% por convivientes, el 3.5% por exesposos y el 1.4% por exconvivientes (Espinoza,
2000: 56). Esta situación se ha ido agravando con los años. Un estudio realizado en el
2002 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que el 48% de las mujeres
en l ima y el 61% en Cusco, sufrieron violencia fisica por parte de sus parejas y que el
25°-'ii de las mujeres de Lima y el 47% del Cusco sufrieron violencia sexual. De otro lado,
según la Oficina de Planificación y Estadistica de la VII Dirección Territorial Provincial

T4 l YUYAYKUSUN
I Múä Â
EL PROBLEMA DE NUESTRO TIEMPO! CRISÍS EN LA FAMILIA PERLTANA

(DIRTEPOL) de la Policía Nacional del Perú (PNP), en el año 2.002 se registraron en


Lima y Callao 36,841 denuncias por maltrato fisico y psicológico. En el 2003 la cifra se
incrementa a 38,336 y en el 2004 llega a 41,567 denuncias (Macassi y otros, 2005: 12).

II. La crisis del régimen doméstico y sus consecuencias

Uno de los principales axiomas de la sociología es que la familia cumple el rol de término
medio entre el individuo y la sociedad (Cicchelli-Pugeault y Cicchelli, 1998: 49). Desde
esta perspectiva, la sociedad determina o influencia el estado, la situación y dinámica fa-
miliar; pero ésta entrega a la sociedad individuos formados en las condiciones que ésta le
impone. Es decir, la familia aparece como la fuente del orden social y político; pero este es
a su vez el marco apremiante del universo doméstico. Y lo es porque tienen dos funciones
esenciales: 1.- la función reguladora (debe canalizar las pasiones, mantiene el lazo social
y debe combatir los efectos perniciosos de la individualización); y 2.- integradora (ella es
un eslabón decisivo en la cadena social, por lo cual debe convertir al individuo en un ser
social, consciente de sus deberes y derechos) (Ibíd.: 49 y ss.).
Si se aceptan estos criterios, entonces hay que preguntarnos: ¿Las familias peruanas
cumple esos roles? Como estamos viendo, muchas de ellas no los cumplen, lo que propi-
cia o auspicia su crisis, con los consiguientes efectos sobre el orden social. ¿Cómo afecta
esta situación al «régimen doméstico››? Es decir, qué efectos produce la crisis sobre el con-
junto de reglas que rigen el aprovechamiento y ordenamiento de los recursos familiares,
los métodos de crianza y el ejercicio del poder y sobre la base de esto, en las características
y dinámica interna que da forma el «acuerdo tácito» entre padres e hijos, lo que a su vez
define y da contenido a los deberes y obligaciones entre los miembros de las familias.
La investigación realizada por María jesús Espinoza (2000: 37) indica que esta crisis
tiene las siguientes manifestaciones: hay crisis de la patria potestad (el padre ha perdido
poder de decisión en beneficio de la madre), las familias tienden a democtatizarse (las
decisiones se toman más por consenso y cada vez menos por imposición de los padres),
los roles familiares cesan de ser claros y entran en conflicto (cada vez más mujeres no están
conformes con la autoridad del marido). Como se observa, la familia se ha ido transfor-
mando y en ese proceso ha ido debilitando su cohesión interna y su rol de intermediaria
entre el individuo y la sociedad. ¿Qué consecuencias tiene esto a nivel individual y fami-
liar, asi como sobre el orden social? Eso es lo que a continuación vamos a explicar a través
de los resultados obtenidos en algunas investigaciones.

2.1. A m'ueÍ indivzflualyfizmiäar

Cuando hay crisis en la familia, las consecuencias más evidentes e inmediatas se observan
en la dinámica familiar y en la personalidad de los individuos que la conforman. Con
respecto a esto, la investigación de Teresa Fernández sobre violencia familiar en el Perú
revela lo siguiente:

YUYAYKUSUN I 75
Luis Triana R1 raros

* Sufrir violencia física aumenta en 2 veces la probabilidad de ser violento. Cuando se


ha sufrido discriminación aumenta en 1.3% la probabilidad de ser violento. Cuando
se sufre violencia verbal esta posibilidad sube en 1.2 veces;
° Cuando el adolescente no recurre a su madre o al padre ante problemas, aumentan
sus posibilidades de consumo de alcohol en 1.3 veces en el primer caso y 1.5 veces
en el segundo. Si el padre consume licor en casa, la posibilidad de que el adolescente
consuma alcohol es de 1.8 veces;
' Si el niño o adolescente sufre violencia física, es probable que tenga 2.2 más probabilida-
des de consumir drogas. Si es hombre esta posibilidad es de 2.1 más veces que la mujer;
' Tener una familia desintegrada significa 1.5 veces más posibilidades de actividad
sexual. Si la adolescente comparte estudio con trabajo, esta posibilidad aumenta en
un 1.7 veces y con la misma cifra si es que ha repetido año y no cree en la virginidad
(Fernández, 2004: 8-9).

Algunos estudios indican que la violencia conyugal impacta en un 27.3% en los


hijos, porque las mujeres maltratadas (muchas veces con una historia de maltrato desde
su familia de origen) descargan su ira 0 frustración sobre los más débiles o desprotegi-
dos del hogar. los niños (Espinoza, 2000: 66). Esto explica que el 40% de los niños y
adolescentes encuestados a nivel nacional digan que no están cómodos con sus familias
(Fernández, 2004: 28). ¿Qué consecuencias tiene esto en la formación de la persona-
lidad de los niños jr adolescentes? Lo más probable es que se sientan inseguros de sus
propias capacidades, que piensen que no poseen cualidades dignas de ser recompen-
sadas, que no tengan ánimo ni suficiente vigor para obrar según sus conviccionesó. Al
respecto, la Comisión Prograrnática de Violencia y Maltrato Infantil (COTADENI)
sostiene lo siguiente:

Por un lado se encuentran los niños excesivamente surnisos, depresivos que han desarro-
llado una idencificación con la victima y demuestran una constante adaptación pasiva a
lo que los otros piden o exigen de ellos. Este niño crecerá y será un adulto incapaz de
enfrentarse a situaciones de explotación, abuso e injusticias de una manera activa.
El otro comportamiento observado es el del niño provocador, agresivo e hiperactivo,
identificado con el agresor. Este tipo de problemas generalmente refleja una dificultad
por parte de los padres y del medio ambiente en el establecimiento de límites claros y

¿r D;-rersas confirman estas tendencias. Al comentar algunas de estas investigaciones, Bowlby dig;
que bs estudiantes -que se caracterizan por su bajo nivel de autonomía y las deficientes relaciones familiares,
;¿n¿;,-m que, según se descubrió, a menudo no sabían con claridad donde estaban parados ni qué valores
rwesemahnn. En esas familias la comunicación era pobre y los conflictos y cambios de opiniones, al hacerse pre-
rentes., intentes 1 difusas, Tras adoptar una decisión, el estudiante podria no saber a cie;-rei; çitgfm si
el la habia adopuåo o si uno de los padres lo habia impulsado a ello con sus tejes y manejes... al igual que
en el estudio de Grinlccr, las comparaciones efectuadas dentro de la misma muestra indican que los estudiantes
que satisfacen los criterios iniciales son aquellos que provienen de hogares en los que 105 niño; ¡¢¢¡b¢n un
m_i1¡¡r..~; apoyo. en los que la comunicación entre padres e hijos se caracteriza por la claridad, y en donde los niños
se laa-:en de la confiznza jr responsabiljdadesx (J _ Bowlby, 1976: 374-375).

76 YUYAYKUSUN
lll. Í'R(ìl\l.EMA DF. NUE5'I`RO TIEMPOI CRISIS EN LA FAMILIA PERUANA

consistentes, sometiendo al niño a circunstancias impredecibles, arbitrarias y por tanto


violentas. Esto influirá en el hecho de que el niño se pueda convertir en un adulto agre-
sivo y violento e incapaz de confiar en la viabilidad de una construcción social pacífica...
Taiiio el abuso como el abandono producen niños que se convierten cuando son adultos,
en padres o madres que abandonan o abusadores, reproduciendo así el círculo vicioso
caracter-ístico del maltrato (corsoizivi, 1991: 103)?.

2.2. /1 nivel del orden social

La crisis de la familia también tiene consecuencias en el orden social. Evidentemente,


la crisis puede variar desde la tensión esporádica en familias estables, hasta el enfrenta-
micuto perma nen te eii familia disfuncionales. Por los objetivos de este trabajo, aqui nos
uciiparcmos solo de las familias conocidas como «disfuncionales››.
Según diversos estudios, este tipo de familias están a la base de la producción y repro-
rliicción de diversos problemas y fenómenos sociales. En efecto, ellas pueden propiciar o
auspiciar qui: algunos de sus hijos abandonen el hogar, entren al mundo de las drogas, la
prostìliicióii infantil, las pandillas, barras bravas y la delincuencia en general. Se puede
advertir que estas son familias «enfermas›› y por tanto alejadas de los tipos medios o nor-
males de familias, pero es justamente a través de las formas mórbidas y de sus síntomas
que se puede ciitender lo saludable; de modo que conociendo la constitución y dinámica
de las primeras se puede evaluar con mayor exactitud a las segundass. Esto es aún más
peiiiiit,-iite cn la medida en que las familias <<disfuncionales››, lejos de ser externas a nuestra
sociedad, son producidas por ella; en ese sentido, conociendo sus males, sabremos qué es
lo que produce nuestra crisis y lo que hay que hacer para resolverla.
Considerzmdo los objetivos de esta exposición, a continuación presentamos dos
ejemplos sintomáticos de la crisis de la familia y su repercusión en el orden social: las
pandillas y los niños de la calle.

2.2. Í. Dos cjernplos sintomático;

l.Jn:i de las coiisccueiicias más notorias de la crisis de la familia es la formación de las


pantlillas juveniles. Se estima que en Lima existen más de 1,000 pandillas juveniles. Ellas
trsiáii pi'iiicipaliiiciite conformadas por hombres y se ubican en las zonas más pobres de
la ciudad. Las investigaciones hechas eii el Perú sobre los pandilleros concluyen en que
la mayoria provienen de familias pobres, desestructutadas y violentas. Al respecto, en la
iiivt~siigacit'›ii realizada por Lorenzo Munar y otros sobre los pandilleros y sus familias, se
concluye lo sigiiiente:

_ ¿_ .¢,..-- .a-emm;

7 .\`ol›rt¬ crio ver también las conclusiones del MINDES (2003: 42-45).
H listo método de la investigación sociológica que ha sido anteriormente implementado por la biologia y la psicologia.
bobre esto ver lírnile Durltlieirn (1979: 63-64).

Yiiv/witiisiiiv l 77
Luis Taiana Riraroa

Lo que más caracteriza a las familias de los chicos pandilleros es que son -descstnicruradas.
aunque no siempre sea asi. ._ familias con muchas dificultades económicas, ya que a veces
ni siquiera pueden asegurar el sustento diario de sus hijos; los chicos de pandillas siempre
se quejan de que no han comido... Tampoco reciben mucho afecto oi gran seguridad
emocional en sus casas y prácticamente todos declaran tener problemas de comunicación
con sus padres (Munar y otros, 2003: 134).

Generalmente la relación entre los pandilleros y sus padres es distante y conflictiva. Al


respecto, dicen estos investigadores: «Los chicos a menudo se quejan de que sus padres
no los orientan y se sienten un poco abandonados» (Munar y otros, 2003: 137). La re-
lación «con el padre es difícil ya que la comunicación es muy complicada. Ello se debe
principalmente a que se encuentran muy poco tiempo en casa y cuando regresan del
trabajo los hijos ya no están. _. comentan que el padre suele estar molesto y renegando.
La relación con él es difícil y en algunos casos mencionan que les pegan- (Munar y
otros, 2003: 139). En general, el modelo de crianza predominante en las familias de
los pandilleros es el que prioriza los castigos físicos como herramienta para disciplinar
(Santos, 2002: 95).
Este contexto familiar tiene consecuencias a nivel personal y grupal. -Algunos
dicen que andan muy movidos por las drogas, se emborrachan siempre que tienen
dinero y a veces no saben muy bien por qué se pelean o quien empezó la Arite
esta situación de desamparo afectivo, emocional y relacional y de soledad y aburri-
miento, los chicos constituyen una pandilla para recrear los lazos sociales y
La pandilla es una forma de recrear una sociedad a su medida en el seno de la cual
y a partir de la cual, satisfacen sus necesidades de afecto, de compañia e identidad-
(Munar y otros, 2003: 188). De esta manera la crisis familiar puede generar personali-
dades conflictivas y antisociales, cuyos efectos frecuentemente redundan en las propias
familias y en la sociedad global. Al respecto, el testimonio de este joven pandillero es
bastante revelador:

Casi todos los sábados tenían peleas porque mi padre venia borracho y mi madre le
sacaba en cara y ya pues, discutian... Siempre golpeaba a mi madre; una ve-1 fue p0¡›qu¢
mi mamá mucho me tapaba... Por mi peleaban y porque mi papá era mujeriego-._ \«'¡,-¡_¡¿
veces golpeaba a mi madre en mi presencia, antes cuando era chibolo no hacía nada_ pçm
ahora cuando la quiere pegar, está huevón. Y dije, está hucvón. ya crecí; ahora ya no i¢ \-1;,
a golpear. Me enfrentó a mi papá dos veces. Desde allí ya no le hace ruda".

Con las familias de los niños de la calle nos encontramos frente al caso más emblemático
de la crisis de la familia peruana. Diversas investigaciones revelan que estos niños han
salido a la calle porque han sido, directa o indirectamente. expulsados de su En

9 Entrevista a Cachorro, pandillero de Villa Maria del Triunfo. Citado por julio ;\!:j`ía (.'¦íI3fÍ~ ,NF-

78 l Ytn*.mtusu.v
EL PROBLEMA oe Nuesrno Tiempo: cai-sis tu ut FAMILIA. tftausiu.

efecto, estos niños viven en familias muy pobres y confiictivas, con padres violentos y
poco propensos a darles amor y protección. Asi, el niño pierde respeto y apego a la au-
toridad paterna, debilitando de esta manera sus vinculos afectivos con la familia. En este
contexto familiar, ellos buscan alternativas más gratificantes en otros grupos, lo que va
produciendo comportamientos de desapego hasta producirse el deseo de liberarse de su
situación desventurada, huyendo a la calle. Con una familia donde hay conflictos, maltra-
tos, comportamientos poco éticos e incluso inmorales, poca comunicación y distribución
de afectos, la huida a la calle aparece como una alternativa necesaria, aunque sea dificil e
inquietante su instalación en ella (Tejada, 2005: 83).
Estas familias están marcadas por el comportamiento poco ético de los padres, la
dominación del marido sobre la mujer, el conflicto y la violencia entre ellos y contra los
hijos. La información del 1° Censo de los Niños de la Calle, realizado por REDENAC
(2002) ilustra bien esto. Con respecto al comportamiento ético y moral de los padres, el
consumo de drogas o sustancias psicoactivas por parte de ellos es bastante común. En el
censo se les preguntó si habian visto consumir estas sustancias a sus padres y las respuestas
fueron las siguientes:

F* C 'C C C FF F _ C F *_ ii
°de veces por semana Fumar l Beber licor Consumir drogas
'TImp
imi â 59- 3!
íj uk; ' ' ' *I ' 7* 7' `

Nunca (0 veces) A 35.8 9.7 65 7 n

i 4-L-_

Pocas veces (hasta2veces)U C 41.8 Q 57.5 _ U 3.7 M _


P
casi edierie (+ de 4 veeee) i 1?*
co
' í l _ "__'_ __I
ix; _c.-.›
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¢-L
_ Í 7 '*'† *_ __
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No contestó
_ _' __ "Ñ '____'_¡
i i ~ 7'" l l~
._nSUD .L $13 "-4 I\J _O`›.-1-
~†|n-|7p_¡'__ _ __ _ _ __ ' "___ '77'

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i
100 `
L
100 i-íIøln-_-_
ii
_ _ l-Í 7 C77 'Vi _f__f͆†f L Í _* __ _l__† _ __ ¿__ ___ Ífíí _! _
J;

Fuente: «ter Censo de los ninos de la calle». REDENAC-2002.


.-

Con respecto a las relaciones conyugales, al preguntarles si habian presenciado actos


de violencia entre sus padres en los últimos seis meses, antes de ser expulsados, respon-
dieron asi:
~-___ f *I _ 7† ~~ f~ ' ' Ñ Fl †'f †74>~~~; ~ 1' ' e 7 'I-I I-L7 111 i_¡--¿-

N de ataques por semana


O
Insultarse 0 Hincarse 0 golpearse ï, Torcerse, cortarse ¡
maldecirse con algo - debido a una pelea
% OA li O/0 l
__ _† 1.1. -L_"~ ' 7 7 '77 e 'Í' › I -I ' ___ †*"1 11 _- .j *

Nunee(oveeee) 13.4 ___L___ _* 47 43.3 Í


l_I;ocas veces (hasta 2 veces) I
ii Í _ Í ¡ "_ƒ¬|__ "i, _
Í44
"1_Ä_~|Ć7 Í 77
¡ 23.1 7~~- ' í f-___ ` Ñí
28.4 _

F
4
Casi a diario (+ de__4 veces)
_________ __ fee _-) ~e_e-f__~›e~e.»-fe
29.9 i ee-
8.2-L ~ __¬1\--
^ --
6
I
14 Nocontestó “__ N _ 'gg 12-7_ g `l _ _ _ __±7;†:f4_
21.6 _t_*' ' $1
i ' ' _;-gr
22.4
1-à-ïle _- ¡
n

11; -IQ[a| Í» gi ___* ii F g ng


J 10° L_ ~~~ l__ 10°
:ii í

Fuente: « 1er Censo de los niños de la calle». REDENAC-2002.

YUYAYKUSUN I79
Luis TEJADA Rimtoa

Con respecto a las relaciones filiales, casi todos ellos hablan de la permanente violen-
cia de los padres contra ellos. Al preguntarles si habian sido maltratados por sus padres en
los últimos seis meses antes de salir de sus hogares, respondieron de GSM manera:
-.__ †_~~r~_ -Pf- -_ _ t t q '- "'-- '-L'"- """"

ír N° de ataques por Me ¡nsuitó o ) Me golpeo con la ¡ Me hincó o golpeó g Me produjo


_ semana maldijo L mano o me pateó con algo que puede _ t0r0edUr8S, F
°/0 % i herir I moretones...
i * __,
353.J....--~¬-----~-af?- É
ím
±_

Nunca
___ ___ (0 veces)
__ _ ___ ___,9 ___É H 11.9 l 53.4_ , '
_,_ _ 44
_ _ j_I
Pocas veces - 48.5 I 54.5 13.4 26.9
(h8Si@2v€¢@S)_iL 11 _ Wi __ ,, ___ _ J
casi e diario 26.9 ` 20.1 3.7 l 2.2 ¬
i (+ de 4 veces) Í _ ~~~ _ ____ - ~ -t
I
; Ne eenieeie
†. ...__ _ ...___
15.7
___ __..._ _ ....................
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13.4 ¿M i
29.9
A ~~~~~ _ _
l ~ ___
26.9 |
«reiei A JW g wo j. ioo g__L 100 Z I 100
Fuente: 1er Censo delos niños de la calle. REDENAC-2002.

Como se observa, el alto porcentaje de niños que no quiso contestar a las preguntas,
aumenta mientras crece el nivel de mayor violencia entre los padres. La negativa a res-
ponder es pues directamente proporcional a la intensidad de la violencia por la cual se
pregunta. Esto es sin lugar a dudas un mecanismo de defensa o represión del recuerdo
doloroso.
Esta conflictiva dinámica familiar genera el «desapego›› del niño hacia sus padres y
su familia en general, lo que propicia la huida. Sobre esto, Dwight Ordóñez (1995: 157)
encontró que el 75.3% de estos niños manifestaron haber dejado el hogar por sufrir
maltrato fisico, de los cuales un número importante (40% de la muestra) dijo haberlo
hecho para evitar un castigo inminente. El 3.3% dijo haber dejado el hogar por expulsión
directa de un adulto. Un 10% dijo que lo hizo por propia voluntad y otro 10% porque
le atraía más la calle que su casa.
¿Cómo sobreviven estos niños en la calle? Según el Censo de REDENAC, las activi-
dades más frecuentes entre las mujeres es: la venta ambulatoria (407%), el robo (533%),
la prostitución (185%) y la mendicidad (14.8%). Las actividades más comunes entre los
hombres son: el robo (709%), la mendicidad (20.4%), la venta ambulatoria (11.7%) y
la prostitución (1.90/o).
Como puede constatarse, la huida del niño a la calle aparece como un instinto de
protección contra padres punitivos y un paso hacia la liberación de una familia marcada
por la necesidad, el desamor y la falta de protección. En ese sentido, los niños de la calle
son las manifestaciones más dramáticas de la crisis por la que pasa la familia peruana; pero
además, ellos y sus familias son víctimas de nuestra propia crisis social.
En general, muchas investigaciones muestran una estrecha relación entre jóvenes en
conflicto con la ley, métodos de crianza severos e inestabilidad del régimen doméstico.

80 l YUYAYKUSUN
El. l"lf.UBl.l'.M/s lil; I`H1I±à'Í'lH'J 'f|l',MÍ'¢'I'; (ll-flfälfì Mi LA l`AMII.M Í'F'Pi¡ÁHÁ

Pero ésta es una realidad que desborda a estos jóvenes y sus iä_i11il¡#$› Pflffi C_f›lf›r;f1rrIoS
frente a uno de los más graves y deterrninariies prnlilema-. de mmsirn tiempo: la crisis en
la familia peruana y sus consecuencias en el orden social. Pntlria decirse que esa crisis no
es generalizable, pero hay que reconocer que muchas familias peruanas se encuentran en
esa situación y que eso explica en gran medida los ya mencionados problemas sociales..

III. De la crisis de la familia a la crisis del orden social

Para abordar de lleno el tema de la relación entre la crisis Familiar y la crisis del or-
den social, a continuación nrostramos algunos resultados de la encuesta «lil Ciudadano
Sanmarquino y la Democracia», realizada en la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos en el 2004 y aplicada a 1 ,O94 alumnos de sus diversas facultades”. ¿Puede decirse
que la población sanmarquina es representativa de la sociedad peruana? Sobre esto hay
que decir que estos estudiantes son mayoritariamente limeños (tres de cada cuatro nacie-
ron en Lima y Callao) y provienen de familias de sectores medios y medios bajos (Tejada,
2004: 41- 47 y 48). Entonces, creemos no equivocarnos, esta muestra es representativa
de un amplio sector socioeconómico de nuestra sociedad.
La hipótesis de esta investigación fue que muchos de los comportamientos cívicos de
los estudiantes encuentran su origen en la familia, para luego consolidarse y extenderse,
a través de otros espacios de socialización secundaria, hasta el régimen politico. Es decir,
partimos de la idea que la socialización primaria da las bases para la ciudadania futura y
que siendo ésta fuente de la visión y actitudes cívicas, infiuencia y hasta puede determinar
las actitudes y tendencias políticas. Veamos ahora algunos resultados.

3.1. Sobre las métodos de crianza

Antes de entrar a este tema es necesario considerar dos datos importantes sobre las fami-
lias sanmarquinas. En principio, cuando se preguntó a los encuestados sobre la situación
conyugal de sus padres, el 66.9% dijo que estaban casados y el 10.3% que estaban se-
parados. Además, el 4.3% de ellos dijo que sus padres estaban divorciados, el 7.1% que
eran convivientes, el 3.4% que sus madres eran solteras, mientras que los padres solteros
sólo llegan al 0.7% de la muestra. Con estos datos se pueden hacer dos grupos familiares,
en este caso basados en la presencia o no de los dos padres en el seno familiar: 1.- los
eestablessz donde están los casados y convivientes, quienes representan el 74%; y 2.- los
einestablessz donde se encuentran los divorciados, separados, madres y padres solteros, las
que representan el 18.7% del total de la muestra".

. ln-_ '__ í ¡__-| j ' 7-

10 Esta encuesta fue realizada con 622 hombres, quienes constituyen el 56.9%; y 472 mujeres. quienes representan el
43.1% del total. La mayor cantidad de ellos tienen entre 19 y 23 años, quienes representan el 88.5% dela muestra. Luis
Tejada (2006).
ll Estos resulrados son muy parecidos a los encontrados por Teresa Fernández. Ella sostiene que el 74% de los padres
de estas familias son casados y viven juntos, mientras que cl 25.5% son separados 0 divorciados (2004: 28).

YUYAYKUSUN I si
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et
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_.

Luis Tarma R1P›.Lo›.

Luego se les preguntó: ¿Quién toma las decisiones en su familia? Los datos recogidos
indican que el grupo más importante lo constituyen las familias donde las decisiones la
toman ambos padres, excluyendo a los hijos y en el segundo grupo en importancia, donde
participan todos. Esto nos permite hablar de dos tipos de familias: 1.- la «democrática››,
donde participan todos o uno de los padres con los hijos (39.4%); y 2.- la madicional»,
donde la decisión viene de uno o los dos padres hacia los hijos (60.6%). Sobre estos resul-
tados hay dos cuestiones por remarcar: primero, la familia peruana tiende a democratizar-
se; segundo, hay una notoria pérdida de poder de decisión del padre en la familia, incluso
se observa en él menor capacidad de decisión que la madre. En estas condiciones puede
decirse que la imagen del padre está en crisis y que tiende a aparecer como un personaje
desvalorizado, con autoridad compartida y en el peor de los casos, disminuida. Esto pa-
rece indicar que estamos frente a una ruptura epistemológica que nos obliga a repensar el
rol y la función del padre (Hurstel, 1996: 7).

Quiénes Toum ms Decisiones EN LA FAMIUA

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0.0% 1

Padre Madre Padre y Padre e Nbdre e Sólo hijos Todos


Madre I-¡jos I-¡jos

Fuente: OTE-UNMSM, 2004.

Ahora bien, con relación a los métodos de crianza, la encuesta les planteó varios
comportamientos de los padres hacia los hijos y estos fueron los resultados (ver cuadro).
Estos datos indican que los padres de la mitad de los encuestados no los escuchaban
ni los dejaban participar en las discusiones familiares; un tercio dijo que no los elogia-
ban, no respetaban sus decisiones, los obligaban a obedecer y no son amigos de ellos; un
quinto dijo que sus padres no confiaban en ellos y les tenían temor; y un décimo afirmó
que los castigaban física y psicológicamente. Esto confirma la vigencia de una cultura del
maltrato, la que se asienta y justìfica en una antigua concepción adulto-céntrica, según la
cual el infante es aquel que «no habla» (Delalande, 2001: 24); o más precisamente, aquel

szl YUYAYKUSUN
-mín-_.a_-
EL PROBLEMA DE NUESTRO TIEMPOI CRISIS EN LA FAMILIA PERUANA

MÉTODOS DE CRIANZA
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_š e obligaba aobedecer sus decisiones
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38.0%
¿Meescuchabayrespetabaìmisdecisiones W 67.8% Í A 322%
Fuente; ore-uuusu, 2004. K 9 9 9
que no debe hablar y solo debe obedecer. En todo caso, un estudiante sobre diez dijo que
fue castigado fisica y psicológicamente; pero dos sobre diez afirmó que tenia temor a sus
padres; de otro lado, cuatro jóvenes sobre diez afirmaron que sus padres no los escucha-
ban y los obligaban a obedecer. Como se sabe, esta situación tiene consecuencias graves
para la formación del carácter y la educación cívica de los hijos, porque es precisamente
gracias al diálogo que se forma en y para la ciudadania”.

3.2. Sobre los métodos de crianza, la estabiiidady el tipo de régimen doméstico

Para comenzar hay que decir que los resultados de esta investigación no siempre muestran
grandes diferencias entre un grupo y otro, pero si constancia a través de los diferentes
temas tratados. En ese sentido, las sumatorias de esas mínimas diferencias permiten apre-
ciar tipos ideales o la «probable regularidad» en las conductas de los diferentes grupos.
Entendemos que la probabilidad de que tengan esos comportamientos y en menor me-
dida otros, se debe a que esos individuos y grupos orientan sus acciones a partir del sexo,
la edad, sus experiencias de vida (métodos de crianza, estabilidad o inestabilidad del régi-
men doméstico, etc.), con arreglo a intereses presentes y expectativas futuras.
A fm de mostrar los resultados globales de esta encuesta, así como los agrupamien-
tos y correlaciones que se establecen entre las variables, elaboramoslos siguientes mapas
perceptuales.

En el primer mapa
Aquí vemos dos grandes circulos. En el primero (izquierda) se juntan los estudiantes
varones, los criados con rigor, los que provienen de familias inestables y tradicionales, los
que tienen comportamientos poco cívicos y son más intolerantes, en sus hogares se habla

¡___ -¿Í ¡Q ,_ J-1 “__ _ ii, W' ~ ~:

l2 Sobre el diálogo y su rol en la formación ciudadana. ver Patrice Canivez (1995: 104-105).

YUYAYKUSUN l 85
Luis '|_'|uAr›a R||›M.t›A

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-1.2 -1.0 -0.0 OI 041 -0.2 00 02 04 06 OI 10

Fuente: OTE-UNMSM, 2004.

poco de política y los que rechazan la política. Aquí las correlaciones son: próximas entre
rechazo a la política y familia tradicional, siendo medianamente próxima con familia
inestable; próximas entre métodos de crianza con rigor e incivilidad y próximas entre
varón e intolerancia.
En el segundo círculo (derecha) se congregan las estudiantes mujeres, los estudiantes
que fueron criados con elogios, los que provienen de familias estables y democráticas,
los que tienen familias donde se habla de política, los que aceptan la política, tiene más
comportamientos cívicos y son más tolerantes. Aquí las correlaciones son: próximas entre
familia estable y hablan de política; civilidad y métodos de crianza con elogio; siendo
medianamente próximas entre tolerancia y mujer.

En ei segundo mapa
Aquí se observan dos círculos. En el primer círculo (derecha superior) se congregan los
alumnos que tienen familias estables, los que creen que la democracia es la mejor forma
de gobierno, los que están en desacuerdo con que la democracia no va de la mano con la
justicia social y los que no apoyarían una dictadura. Aquí las correlaciones son: próximas
entre familia estable y si hay democracia en el Perú y de acuerdo con que justicia social va
de la mano con democracia y desacuerdo con apoyar dictadura.
En el segundo círculo (izquierda inferior) se juntan los que provienen de familias
inestables, los que no creen que la democracia es la mejor forma de gobierno, los que
están de acuerdo con que la democracia no va de la mano con la justicia social y los que

84 | YUYAYKUSUN
EL PROBLEMA DE NUESTRO TIEMPO; CRISIS EN LA FAMILIA PERUANA

MAPA PERCEPTUAL 2
BtaU|ithdFan1`Iiar - Selstecbrrocraciaenel Perú- Lacerrocracia
m\ecblarranoou1Ia|mtic|asuciaI -Atnfiialademdn
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-2.0 -1.I -11 -0.5 0.0 15 1I L5

Fuente: OTE-UNMSM. 2004.

apoyarían una dictadura. Aquí las correlaciones son: próximas entre acuerdo con dar
apoyo a dictadura y que justicia social no va de la mano con la democracia; siendo esto
último medianamente correlacionado con familia inestable.
Los resultados de esta investigación parecen confirmar nuestra hipótesis inicial: los
métodos de crianza, la estabilidad y el tipo de régimen doméstico son las bases sobre la
cuales se forma el carácter, los comportamientos cívicos y las actitudes frente al sistema
democrático. En efecto, esta y otras investigaciones coinciden en que las familias violentas
tienden casi siempre a formar niños y jóvenes violentos; y que el niño que fue maltra-
tado, silenciado, menospreciado, tiende a ser agresivo y disconforme consigo mismo y
su realidad social; y que en estas circunstancias se forman ciudadanos irresponsables y
disconformes con el sistema democrático”.
En esas condiciones, preguntamos: ¿Cómo combatir la delincuencia, la drogadicción,
la violencia familiar y otros males sociales, si muchos padres no asumen adecuadamente
su rol en la educación moral de sus hijos?, ¿cómo avanzar hacia el desarrollo social y la
estabilidad política, si la familia está en crisis y como consecuencia de ello, forma y lanza

IS Al respecto, el informe de COTADENI concluye así: «Ia transmisión de los modos de relación predominantes en el
contexto psicosocial se da primero a través de las relaciona Como lo demuestra un gran numero de estudios
de las Ciencias Sociales, nuestro país se caracteriza por relaciones marcadas por condiciones de e
injusticia que se traducen en modos de relación autoritarios, verticales y violentos entre los grupos y los individuosa. En
CUTADENI (1991: 96). Estas conclusiones son muy parecidas a la que llega Ralph Linton (1990: 145).

vuvavxusuu I ss
...Ann-.-1-..._-.___ _
Luis TEJADA RIPALDA

a la vida social ciudadanos con escasos valores cívicos y poca inclinación democrática?
Difícil es lograr esos objetivos en estas condiciones.

IV. Por un Müústerio de la Familia

Combatir la violencia contra la mujer, las pandillas, las barras bravas y otros males socia-
les, sin ocuparse de las familias donde se producen, es atacar los problemas desde sus ma-,
nifestaciones y no desde su origen. En oposición, si se acepta que la familia es el término
medio entre el individuo y la sociedad, y que ésta aparece como la fuente del orden social
y político, entonces es necesario «visibilizarla›› y hacer de ella el centro `de las políticas
sociales. Por eso, frente a la actual crisis de la familia y sus lamentables consecuencias,
proponemos crear el Ministerio de la Familia”.

4. I. El debate

Algunos consideran a esta propuesta irrelevante y hasta inútil. Lo curioso es que casi
todos coinciden en que muchos de los problemas sociales se originan por el lamentable
estado en que se encuentra la familia. Esta es una contradicción asentada en el descono-
cimiento de los mecanismos sobre los cuales funciona la sociedad humana. Sobre esto,
Augusto Comte nos dice:

Si la existencia política reposa en principio sobre la existencia doméstica, esta última


termina por encontrar en la otra la principal fuente de su perfeccionamiento e incluso la
mejor garantía de su consolidación (1929: 182).

Si esto es cierto, entonces el Estado debe asumir su responsabilidad histórica frente a


la familia, de lo contrario nuestra sociedad seguirá dando rumbos y nuestro régimen
político seguirá amenazado por la violencia y la inestabilidad. Si asume este compromi-
so tendría que replantearse los criterios doctrinarios, la jerarquización y los métodos de
implementación de las políticas sociales. En efecto, estas muestran dos defectos: primero,
carecen de una mirada integral del desarrollo, enfocándose en una serie inconexa de temas
y problemas sociales (Rubio, 2009: 139); segundo, se asientan en los individuos y no
en las familias y colectividades a las que pertenecen.`Esos dos defectos tienen el mismo
origen: parten de la idea que el individuo es la unidad básica de la sociedad y que debe
ser el objetivo del Estado. Asentadas en este principio, las políticas sociales se muestran
claramente tributarias del liberalismo. ._

1
T7)-I ~~~Í'7 r'

14 Sobre esta propuesta, in extenso, ver Tejada (2007). Esta iniciativa fue presentada en la II Convención Nacional «Las
familias como eje estratégico para la inclusión y el desarrollo», organizado por el Ministerio de la Mujer y Desarrollo
Social, los días I3 y 14 de agosto del 2008. Las opiniones que generó mi exposición entre el público y las autoridades
del MIMDES, las glosaré en lo que sigue.

se I YuvAY|<usUN
EL PROBLEMA DE NUESTRO TIEMPOI CRISIS EN LA FAMILIA PERUANA

Pero a esta perspectiva liberal (que separa al individuo del todo) se opone la colecti-
vista u holística (que reintegra el individuo al todo). La primera fue planteada por Adam
Smith a fines del siglo xvm y supone que la sociedad está compuesta de individuos, que
el interés de cada uno de ellos se confunde con el interés general y que resolviendo los
problemas de estos se resuelven los de aquella”. La segunda fue planteada por Augusto
Comte, quien a mediados del siglo xtx decía: «La descomposición de la humanidad en
individuos solo constituye un análisis anárquico, tan irracional como inmoral, que tiende
a disolver la existencia social en vez de explicarla»; luego afirma: «la sociedad humana se
compone de familias, no de individuos» (1929: 365).
Las actuales políticas sociales, particularmente las dirigidas a los jóvenes, que dicho
sea de paso son las más abundantes, centran sus esfuerzos en la formación e inserción
laboral, la salud sexual y reproductiva, la prevención de drogas, la salud mental, liderazgo
y autoestima”. Es decir, estos programas se centran en los individuos-jóvenes y no en sus
familias ni el entorno sociocultural en que estas interactúan y ellos se desarrollan (barrios,
escuelas, municipios). Esto explica en gran medida los deficientes resultados obtenidos
tanto en el bienestar de los jóvenes, como en la prevención y control de la delincuencia
juvenil. En general, es ineficaz impulsar programas de reinserción o imponer severas me-
didas contra la drogadicción, el alcoholismo, la prostitución, los niños de la calle, la vio-
lencia contra la mujer, las barras bravas, las pandillas y en general la delincuencia juvenil,
porque no existe el niño, el drogadicto, la mujer o el pandillero en abstracto. Todos ellos
solo existen en tanto componentes de las familias. En ese sentido, poco o nada pueden
lograr estos programas, porque al partir de los individuos, se soslaya el espacio vital que
está al origen de sus comportamientos.
Los comportamientos delictivos o «desviados de la norma» son producto de la histo-
ria personal y las condiciones de vida en que se ha desarrollado el individuo; por eso hay
que ocuparse del delincuente y no tanto del delito que cometió (Kvaraceus, 1970: 8-9;
Marc y Picard, 1984: 170). Es pues equivoco y hasta contraproducente querer eliminar la
delincuencia reprimiendo al delincuente y construyendo más cárceles, sin remarcar que la
mayor parte de los que delinquen provienen de familias violentas o han sufrido violencia
durante su niñez”. Por eso el mayor esfuerzo no debe estar en encerrar o castigar al de-

l-; Ai'-óst_eg“u`i anjli;-ia doctrina de Adam Smith sobre la base de dos de sus más importantes afirmaciones; 1.- «ia so-
ciedad esta compuesta de individuos y no por estamentos y por dasesv; y 2.- cel interés personal, que es el motor de
todos actividad económica, se identifica de forma directa y natural con ei interés Pai julio Arostegm (2(p)3,_
Con estas asociaciones hiporeticas el liberalismo convierte al individuo en la categoría básica del sistema económico
y la organización social; y como consecuencia de esto, hace ver a la sociedad como un mercado (psopicia.ndo asi que
los individuos interactúen por interés y auspiciando la materialización de la vida y las relaciones sociales).
ió ' `dades t emáticas se ha mantenido a través del tiempo. Sobre el análisis de las
Estas priori de hay
bastante bibliografia. Ver particularmente Promudeh/Oficina de Juventud (20023-4). Patricia Sanclovai (199%.
Tarnbién Mario Árrospfid-Í 09993 6"”-
I7 En el año 2000 se p rod U]'eron una serie de tnorines en México, Brasil, Colombia, Perú, Bolivia y otros de la
región. La iglesia católica, preocupada por las prisiones en elmundo, dedica ese año al cjubileo en las cárceles». En ese
contexto ¢l perl`ódioo [il. Comercio him un informe de la situacion carcelaria en ei Perú, donde muestran dos dame
rm Y reveladores. El primero es de la autoridad penitenciaria: el jefe del instituto Nacional
qui: nuestro país necesita 14 cárceles para cubrir la demanda de presos-›; y ei segundo es el ¡nforme de la

vuv/\v|<usuN l 37
Luis Taiana Ritmos

lincuenre, sino «prevenir el delito», apoyando, corrigiendo y moralizanclo a su familia”.


Esto debe ser asi porque las politicas sociales más eficientes en la prevención y control de
la violencia, asi como el desarrollo saludable de los individuos, son aquellas que parten de
la familia”. Entonces, para cambiar al individuo primero hay que intentarlo cambiando
a su familia, de la misma manera que para perfeccionar a la sociedad, primero hay que
corregir y consolidar las bases sobre la que esta se sustenta: las familias.
En la misma ilusión liberal o individual está el origen del «Ministerio de la Mujer
y Desarrollo Social» (MIMDES). Cuando se creó este Ministerio se pensaba y se sigue
pensando, que ocupándose de la mujer nos ocuparíamos de la familia y del desarrollo
social; que el bienestar de ella se identifica de forma directa y natural con el bienestar de
la familia. Con todo el respeto que se merece, la mujer no representa, ella sola, a la familia
y menos aun a la sociedad. Lo cierto es que este Ministerio no ha logrado aumentar el
bienestar familiar ni impulsar el desarrollo social.

4. 2. La propuesta

Si lograr un buen gobierno pasa porque el régimen politico esté de acuerdo a la realidad
social, y como esta se compone de familias, lo más conveniente seria que las politicas
sociales de éste se asienten en aquellas”. Es decir, para impulsar el desarrollo social y
humano es conveniente que las politicas sociales se congreguen y partan de las familias.
Por eso proponemos crear el «Ministerio de la Familia», el que debe reemplazar al actual
«Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social».
A esta propuesta se oponen muchas personas porque, según dicen, se volvería a «in-
visibilizar» a la mujer. Esto es una aseveración poco exacta porque ese Ministerio logró
darles, con toda justicia, presencia protagónica en diversos aspectos de la vida social,
cultural y politica. Pero además, es perjudicial porque al centrar la atención en la mu-
jer se «invisibiliw a la familia como totalidad y como núcleo básico de la sociedad.

Episcopal de Acción Social (CEAS), donde se indica que «casi el 100% de quienes están en la cárcel han sufrido algún
' de violencia
tipo ' ' durante su ninez».
" En El Comercro,' viernes
' 23 de ju
' nio del 2000. Sobre este tema ver también Pilar
Coll (2000 67 Y ss.) y María Amorós Terrone (2000).
13 La idea de l 3 4 P revencióri del delito- esta presente en el llamado Jubileo en las cárceles, impulsado por el Vaticano en
el año 2000, aunque no fue desarrollada. Al respecto, el periódico del Vaticano, L'Osservatore Romano, 1-eproduçg gl
«Mensa'F del PaP* juan Pablo Il con motivo del jubileo en las cárceles» (24 de junio del 2000) donde se lee: «Según
los de Dios, cada uno debe asumir su propio papel para colaborar en la construccion de una sociedad me-
'Pf- Evidentemente esto conlleva un gran esfiierzo en lo que se refiere a la prevencion " de l de lit o» . E n L'O ssenmofg
Romano. N" 27. Del 7 de julio del 2000. Pág. 7-8. La idea de la iiprevención» fiie solo enunciada por el Papa, pero
creo que se refiere al trabajo provisorio y moralizador dela familia.
19 En su balance de los P rogramas de prevención de la violencia y delincuencia juvenil en Estados Unidos y América
Latina, Mónica Rubio eonduye: «Una de las influencias más importantes en el estimulo de un desarrollo saludable y
' ' y la prevención dela violencia es la de la familia. Habilidades parentales deficientes o relaciones padres-hijos
positivo
no cons iructivas son frecuentemente un factor de resultados negativos, incluyendo la incidencia de comportamientos
riesgosoii o conductas criminales. Atendiendo a esto, los programas basados en la evidencia que enmarcan dentro del
apoyo Íami'l'tar y con impactos demostrados en la reducción de delincuencia son de dos tipos: Programas de visitas
familiares y programar de educación parental. _ .››. Mónica Rubio (2009: 144).
20 Sobre la idea del «buen gobierno» ver Montesquieu (1979, t. I: 128).

es I YuYAYi<usuN
i U IHYKUSUN
EL PROBLEMA DE NUESTRO TIEMPOI CRISIS EN LA FAMILIA PERUANA

En oposición, wisibilizar» a la familia implica verla como la sociedad menor, como un


microcosmo que produce y reproduce el orden social, por tanto, como el eje que deb@
servir de sostén e impulso al cambio social y humano. Esto pasa por entenderla como
un sistema abierto, compuesto de miembros inrerdependientes, cuyos atributos son sus
actitudes, roles y comportamientos. Que en tanto sistema abierto está marcada por el
contexto social, cultural y económico en el cual se sitúa; y fmalmente, que este contexto
es el conjunto de elementos del medio, cuyos atributos afectan a la familia y son afectados
por esta". En esta lógica sistémica todos los miembros de la familia tienen o deben tener
roles y funciones de igual necesidad e importancia; pero cuando uno de los miembros se
sobrecarga o deja de funcionar adecuadamente, se produce la crisis. Esto es lo que parece
suceder a la familia en nuestros dias.
Al respecto, hay una pregunta que inquieta a las ciencias sociales y que debemos
responder: ¿Cuál es rol y la función del padre en esta progresiva mutación de la familia?
(Delaisi de Parseval, 1981). En las últimas décadas las transformaciones de su situación
e imagen han sido rápidas y profundas. Este ha ido perdiendo autoridad, su imagen
se ha deteriorado y hasta desvalorizado, lo que propicia la incertidumbre en el mismo
padre y en resto de la familia sobre sus roles y funciones, con evidente repercusión de
la dinámica y cohesión familiar. En este proceso él aparece como procreador, amante,
esposo o proveedor económico, pero su imagen como padre es cada vez más borrosa
y contestada. Hay pues que analizar la actual situación y función del padre y en gran
medida reinventar el ejercicio de la función paternal, para darle el sitio que debe asumir
en la nueva familia.
Si asumimos, como lo hace la ONU, que «la familia es el elemento natural y fun-
damental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la Sociedad y del Estado»,
entonces es necesario introducir en el aparato del Estado el «Ministerio de la Familia».
Este Ministerio debe tener como objetivos estudiar la situación en que se encuentra la
familia peruana, para luego implementar políticas sociales que impulsen su bienestar y
a través de éste, el de cada uno de sus miembros. En ese sentido, debe impulsar la soli-
daridad entre las generaciones; enseñar a los padres a canalizar las pasiones y distribuir
adecuadamente los afectos; ayudarlos a que adopten mejores métodos de crianza, donde
se afirman valores como los de la verdad, la honestidad y la prudencia, así como la to-
lerancia, la solidaridad, el apoyo mutuo y la civilidad. En esta tarea socializadora deben
alcanzarse dos objetivos: conseguir la cohesión y estabilidad familiar y spbre la. base de
esto, hacer que la felicidad privada se complemente yƒcoincida con elinteres publico. Con
lo primero aseguramos la armonía y estabilidad del regimen domestico y con lo segundo,
el perfeccionamiento del orden social. i _
como se sabe, el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social fue creado en 1996 y es
en gran medida el resultado de las luchas de los movimientos
_ _, _ feministas contra
. al régimen1
. f 'ones socioeconómicas las tendencias democrati-
patriarcal, asi como de las transformaci ›

21 Sobre «Ia familia como sistema» ver Edmond Marc y Dominique Pieard (2000: 27 y 88-)-

|s9 4”
YUYAYKUSUN
rUYAYKUSUN
Luis Ttiaoa Rirvitoa

zadoras y de igualamiento en las leyes (Castells y Subirats, 2007: 27-50). Durant@ sus
años de existencia ha logrado revalorar a las mujeres en diversos aspectos de la vida social,
cultural y politica, pero no ha resuelto la crisis en las familias ni ha impulsado el desa-
rrollo social. Esto es asi porque sus politicas sociales parten de la mujer (convirtiéndola
en el centro individual de la realidad social), desconociendo que ella es solo parte de la
familia, cuyos miembros forman un sistema abierto en estrecha relación e interdependen-
cia con el orden social. Lo cierto es que el contexto histórico-social en el que aparece el
Ministerio de la Mujer ya no es el_mismo, además, tampoco puede resolver los problemas
y necesidades de nuestro tiempo. En oposición, si se reconoce de la crisis del orden social
y del régimen politico se debe en gran medida al estado crítico en que se encuentran
muchas familias peruanas, entonces es necesario que el Estado transforme el Ministerio
de la Mujer en el «Ministerio de la Familia». Estoy persuadido de que este Ministerio, al
convertir a la familia en el centro de las politicas sociales, nos franqueará el paso hacia la
reforma social y humana, asi como al progreso social permanente.

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