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CONECTATE CON LO ALTO

SERIE: UNA VEZ MÁS 4 X 10

La ventanilla se baja y escuchas a un hombre, sin techo, decir un spot publicitario con una
voz de oro.

El periodista lo entrevista y él dice –yo he estado limpio durante dos años, tan solo espero
que pase alguien y…-

Todos somos sensibles a las historias de segundas oportunidades, la razón es porque


nosotros mismos nos equivocamos. Nuestra propia historia es una historia de segundas
oportunidades.

...entonces él ve su reflejo en un charco y piensa -mi padre trataba mejor a sus empleados de
cómo me ha tratado a mi-...

-¡...en el cielo hay gozo por un pecador que se arrepiente...!-

-¡Otra vez caí, no hay esperanza, no!-

Sin embargo, Dios quiere que estés en pié una vez más. Dios es el Dios que da nuevas
oportunidades y siempre permite que puedas caminar al lado de él una vez más.

Este texto está dedicado a todas aquellas personas imperfectas, a aquellos que se equivocan,
a aquellos que cometen errores, a aquellos que ofenden y también a aquellos que al
escuchar "aquel que no tiene pecado que arroje la primera piedra", no pueden hacer más que
arrojarla al piso, para entonces irse, porque su conciencia no les permite actuar de otro
modo.

A aquellos que se han caído en el caminar de sus vidas y que ya conocen las piedras, porque
suelen ser más o menos las mismas con las que tropiezan, Dios desea darles un mensaje de
aliento, un mensaje positivo, pero sobre todo un mensaje espiritual que le ayudará a caminar
con Dios una vez más, porque Dios desea abrir su corazón y desea mostrarse como el Dios
que da segundas oportunidades, sin llevar la cuenta, sin considerar si es una segunda, una
tercera, una cuarta o más.

Si tropezaste, no te encariñes con la piedra. Si tu vida se convirtió en chiquero, no te comas


las sobras de los chanchos. Si estás en un momento donde ves un punto en la historia de tu
vida, tenés que saber que ese no es un punto final, sino un punto aparte, y tenés que
entender que tu historia continúa y que con Dios será mejor. Cada día Dios se muestra como
el Dios que no te deshecha, que no te ve como un material descartable, que no te deja, que
no te desampara porque es el Dios que desea que camines junto con él, a pesar de todo lo
que hayas hecho una vez más.

Imaginate que en este preciso momento te encontrás sentado en el asiento del acompañante
de un auto que es conducido en una carretera de Estados Unidos. En un momento
determinado el conductor te dice -él es una de esas personas que usualmente pide limosnas
en las rampas de salidas de las autopistas, pero desde hace unos días él sujeta un cartel muy
interesante. Es un cartel hecho a mano que dice que posee un don otorgado por Dios, el don
de una gran voz. Entonces el conductor baja la ventanilla y se dirige a la persona que pide
limosnas y que lleva ese cartel diciéndole que lo hará trabajar por un dólar y le pide que
diga algo grandioso con la voz radial que, supuestamente, posee.

Entonces se escuchó algo sorprendente, la voz que se oía era extraordinaria, tan o más radial
que las emitidas a diario en cualquier estación de radio o televisión del mundo. Resulta
increíble escuchar, desde la ventanilla de un auto al costado de una ruta, a una persona que
está pidiendo limosna a la salida de una autopista del país más poderoso del mundo, emitir
algo parecido a un spot publicitario, con tan alta calidad. No es algo común, es más bien
algo extraordinario.

La historia con la que comenzó este relato, es la historia de un sin techo o vagabundo, como
se denomina a estas personas en algunos sectores de Latinoamérica. Es la historia de Ted
Williams, nacido en Brooklyn, Nueva York. Según cuenta él mismo, cuando tenía catorce
años le gustaba escuchar la radio, especialmente a un locutor de su ciudad cuando daban
los anuncios publicitarios, entonces un día decidió ir a conocerlo. Cuando lo vio, se
sorprendió, porque físicamente no tenía nada que ver con lo que transmitía la voz que
escuchaba habitualmente, entonces le preguntó acerca de eso. El locutor le respondió que la
radio se define como el teatro de la mente y cuando dijo esto, Ted pensó en sí mismo. Dado
su aspecto físico, se dio cuenta de que él no podría ser un actor o un personaje de TV., pero
comprendió que podía desarrollar sus capacidades naturales para hablar, entonces trabajó su
voz, fue a estudiar para lograrlo. Pero lamentablemente llegaron a su vida el alcohol, las
drogas y otras cosas, que fueron haciéndose parte de sus días y lo llevaron a la decadencia
al punto tal que terminó así, como describimos al principio, como un vagabundo pidiendo
limosna al costado de una ruta. En esa entrevista donde él contaba estos detalles dolorosos
de su existencia, en un momento determinado, suspiró profundamente y dijo "llevo dos años
sin consumir, estoy tratando de regresar al camino correcto, esperando que alguien, de
algún programa de radio o televisión, me diga que necesita una voz para la locución. Ted
estaba esperando escuchar nuevamente algún anuncio radial con su voz. Esta entrevista
está hecha por un periodista de Estados Unidos, es un video casero que se hace viral
rápidamente y que abrirá las puertas para Ted Williams tenga esa segunda oportunidad que
estaba esperando.

Muchas personas han quedado impactadas al ver este video, al punto tal de no poder
contener las lágrimas. Si se hiciera una encuesta, con seguridad muchos coincidirían en
responder que esta es una de esas historias inspiradoras, frente a las cuales nadie puede
mantenerse indiferente. Tal vez sea porque las historias de segundas oportunidades, las
historias de redención, tocan una fibra dentro del corazón humano, tiene que ver con el
hecho de verse reflejado en el error, porque todos los seres humanos cometemos errores

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