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II.

- INTRODUCCIÓN
Los grandes yacimientos con boro en el mundo son formados por un grupo de
boratos hidratados de calcio y sodio, depositados en ambientes sedimentarios
continentales con relación a la actividad volcánica del Neogeno y en escenarios
tectónicos activos asociados con límites de placas (Ozol, 1977). Los principales
minerales económicos en este tipo de depósitos son: bórax (Na2B4O7·10H2O),
colemanita (Ca2 B6O11·5H2O), ulexita (NaCaB5O9·8H2O) y kernita (Na2B4O7·4H2O), los
cuales son precipitados en un ambiente lacustre a partir de la concentración de
soluciones procedentes de hidrotermalismo, exhalaciones volcánicas y/o por la
lixiviación superficial de las rocas circundantes. Las regiones tectónicas en donde se
concentran la mayor parte de los depósitos minerales de boratos que aportan más del
90% de la producción mundial de boro son:
1) En la zona que se extiende desde el este del Mediterráneo, a través de los Himalayas
hasta la republica de China, sobresaliendo los del oeste de Turquía que se formaron en
un régimen tectónico de colisión (Barker y lefond, 1979).
2) En el suroeste de los Estados Unidos de América (Barker y Lefond, 1979) y noroeste
de México. Tan sólo en California, Nevada y Oregon existen cerca de 35 depósitos de
boratos y dos más en el noroeste de México, en el Estado de Sonora, en la región de
Magdalena y Tubutama. El régimen tectónico de formación de estos depósitos fue del
tipo extensional.
3) En Sudamérica, a lo largo del tren montañoso orogénico de 885 km de longitud que
forma La Cordillera de los Andes, en donde existen alrededor de 40 depósitos, ubicados
en los límites de Perú, Argentina, Bolivia y Chile (Norman y Santini, 1985)
Este tipo de depósitos se forman bajo condiciones de climas áridos que ayudan a
la formación y preservación de los minerales salinos de boro, ya que se requiere un
exceso de evaporación que propicie la precipitación e impida la disolución por sobre
flujo de agua. Es importante mencionar que no existen reportes de depósitos de boratos
continentales de este tipo, con edades más antiguas a los 20 Ma (Smith, 2001). Por otro
lado, dentro de estos depósitos, comúnmente se generan procesos diagenéticos y
autigénicos, el primero ocasionado por el sepultamiento sedimentario con la
subsiguiente generación de presión y temperatura (Muessing, 1959), y el segundo
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ocasionado a partir de la alteración de las fracciones vítreas contenidas en los
sedimentos, como es el caso de los depósitos de Kirca en Turquía, en donde se han
definido zoneamientos simétricos en las composiciones de las zeolitas que se relacionan
así mismo, con los cambios mineralógicos de los boratos (Helvaci, 1995).
Existen otros tipos de depósitos de boratos menos comunes relacionados a
intrusiones graníticas que forman aureolas de metamorfismo del tipo skarn, en las cuales
hay formación de silicatos de boro asociados a minerales de óxidos de hierro (Kistler y
Helvaci, 1994). En forma aún menos común existen depósitos de boratos asociados con
óxidos de magnesio relacionados a sedimentación marina como ha sido mencionado por
Kistler y Helvaci (1994).
Los depósitos que se localizan en el noroeste de México, en las regiones de
Magdalena y Tubutama, se originaron en ambientes sedimentarios continentales
lacustres, muy similares a los localizados en la porción sureste de Estados Unidos de
América. La mineralización en los depósitos situados en territorio mexicano es
principalmente de colemanita (Ca2B6O11·5H2O) y hawlita (Ca2B5SiO9OH5), con
asociaciones tardías de mineralización de yeso, estroncio (celestita) y arsénico
(oropimento-rejalgar), así como minerales autigénicos zeolíticos del tipo clinoptilolita,
analcima y phillipsita. Estos últimos aparecen en las facies sedimentarias clásticas que se
interestratifican con la mineralización.

II.1.- Localización y Acceso


La cuenca Magdalena se localiza en el noroeste de México, en la porción centro-
norte del Estado de Sonora, a 182 km al norte de la ciudad de Hermosillo y a 85 km al
suroeste de la ciudad fronteriza de Nogales. La población de Magdalena de Kino,
prácticamente se encuentra localizada en la porción norte de dicha cuenca.
El acceso desde la ciudad de Hermosillo, Sonora se desarrolla por la carretera
Federal 15 que lo une con la ciudad fronteriza de Nogales pasando por la ciudad de
Santa Ana, hasta llegar a la ciudad de Magdalena de Kino, Sonora (figura 1).

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Figura 1.- Localización de la zona de estudio.

II.2.- Definición del problema y objetivo del estudio


Los depósitos que contienen boro en la región de Magdalena se conocen desde
hace décadas y han sido estudiados tanto desde la perspectiva económica como
académica por varios investigadores como McAnulty y Hoffer (1972), Lefond y Baker
(1979) y Miranda-Gasca et al. (1998). A partir de estos estudios se han planteado una
serie de discusiones y problemáticas acerca del origen y depositación del boro. Por
ejemplo, Miranda-Gasca et al. (1998), asocian la adquisición primaria del boro a un
proceso magmático debido a que este elemento es incompatible con las principales rocas
que forman los silicatos, sin descartar la posibilidad de que haya sido lixiviado de rocas
circundantes por fluidos hidrotermales. En cambio, otros investigadores sugieren que el
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origen del boro se deriva de los procesos de formación del Magdalena Metamorphic
Core Complex (MMCC). Sin embargo, edades de rocas volcánicas e intrusivas que
afloran dentro y alrededor de la cuenca de Magdalena así como nuevos datos
geoquímicos, complican los modelos teóricos establecidos previamente, por lo que
algunos de estos razonamientos tendrían que ser replanteados.
En base a estas dudas, el objetivo principal de este estudio se enfoca en definir:
1) El origen primario del boro, su proceso de depósito en las cuencas y su probable
relación con los procesos de actividad ígnea y volcánica. Esto en el marco de una
tectónica post-subductiva del tipo extensional (?) o de transición que provocó además, la
exposición superficial de los núcleos metamórficos y la formación de las cuencas de
Magdalena y Tubutama.
2) Así mismo, se pretende determinar si este tipo de cuencas sintectónicas, además de su
secuencia sedimentaría, podría presentar una mineralización salina distintiva del resto de
las cuencas terciarias en el Estado de Sonora.
Para esto, se generaron dos hipótesis de trabajo que consisten en probar la fuente
primaria de boro. Por un lado, se consideró la posibilidad de que este elemento
provenga del MMCC y por el otro, de que dicho elemento se asocie en origen a las rocas
volcánicas calcoalcalinas-shoshoniticas de composición riolítica altamente potásicas
presentes en la cuenca en forma de flujos, tobas y diques.

II.3.- Metodología
Los depósitos de boratos de Magdalena y Tubutama son los únicos en su tipo
conocidos en México, por lo que un conocimiento más extenso de los mismos representa
una herramienta útil para definir los procesos geológicos paralelos a la génesis de estos
yacimientos. El presente estudio, incluye la descripción geológica y la interpretación del
ambiente de depósito de los yacimientos de boratos asociados a la evolución
formacional de la cuenca Magdalena. En este trabajo se llevaron acabo análisis químicos
de las distintas rocas cristalinas que afloran dentro y alrededor de esta cuenca. Se
realizaron también análisis puntuales de varios minerales autigénicos y diagenéticos
asociados a la mineralización de boro. De manera regional se hicieron estudios
isotópicos de azufre en yesos obtenidos de diversas cuencas del Estado, así como una
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serie de análisis de aniones y cationes en muestras de agua de distintos manantiales
salobres de la cuenca Magdalena y de otras cuencas de la región, en donde se incluyen
las cuencas de Mazatán y Tubutama.
En la parte final del estudio se definieron correlaciones geológicas y geoquímicas
con otros depósitos del mundo, así mismo, se usaron herramientas estadísticas como
apoyo en las interpretaciones geoquímicas utilizando bases de datos a partir de los
contenidos de elementos trazas y REE presentes en las rocas de la región.

II.4.- Antecedentes
La complejidad tectónica-geológica del norte-noroeste de Sonora y sur de
Arizona, ha despertado desde hace tiempo, el interés de varios investigadores por
incrementar el conocimiento acerca de los factores que han influido en el escenario
geológico-tectónico actual en esta región. Como estudios pioneros de este tipo, destaca
el trabajo de Anderson y Silver (1978), en donde se propone la existencia de un
basamento Paleoproterozoico al noreste de Sonora conocido como bloque de Norte
América con rocas de edad de ~1600 Ma, y otro al suroeste llamado bloque Caborca,
con rocas también Paleoproterozoicas, pero de edades de ~1700 Ma, separados por una
megacizalla con una cinemática sinestral denominada Mojave-Sonora de edad Jurásico
Tardío. En este contexto son importantes los trabajos de Damon et al. (1981) entre otros,
que hablan sobre la distribución espacial de rocas en ambientes de arco que presentan
una estrecha relación con un marco tectónico de subducción activo, durante gran parte
del Mesozoico hasta principios del Terciario en el noroeste de México. De la misma
manera Coney (1980); Davis et al. (1981) y Spencer y Reynolds (1989), describen los
núcleos metamórficos por medio de modelos, explicando así el origen de estos
elementos extensionales identificados en el noroeste de México y que se extienden a lo
largo de la costa oeste de Norteamérica hasta el sur de Canadá. En este último contexto
Salas (1968), fue uno de los primeros en cartografiar las estructuras de foliación en estos
núcleos metamórficos.
En el centro norte de Sonora, durante los años noventa Nourse (1989), Nourse
(1990) y Nourse et al. (1994), desarrollaron estudios sobre el MMCC, e identificaron
algunos otros intrusivos deformados que clasificaron como núcleos metamórficos.
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Posteriormente Miranda-Gasca y De Jong (1992), publicaron un trabajo sobre la
tectónica extensional de la cuenca Magdalena, en donde incluyen fechamientos de
algunas unidades litológicas del área. Posteriormente Miranda-Gasca et al. (1998),
desarrollaron estudios sobre la mineralización de boratos del noroeste de Sonora en
México y proponen un origen magmático del boro sin excluir totalmente la posibilidad
de que éste pudo haber sido lixiviado de rocas circundantes por fluidos hidrotermales.
Calles Montijo (1999), estudia la sedimentación de las cuencas de Ures, Tubutama y
Magdalena, y después de analizar sus similitudes, propone entre otras cosas, que se
adopte el nombre de Formación Tubutama para nombrar a los sedimentos de las cuencas
sintectónicas formadas durante la orogenia de mediados del Terciario y que dieron
origen a los núcleos metamórficos. Recientemente Herrera-Urbina et al. (2006)
publicaron un estudio sobre el plutonismo hiperaluminoso asociado al MMCC. En este
trabajo se hace una descripción geoquímica de las rocas miloníticas y se dan a conocer
algunas edades de U-Pb en circones de estas rocas.
Desde el punto de vista económico, McAunty y Hoffer (1972), reconocieron
inicialmente la presencia de boro en la zona conocida como La Mesa del Álamo en la
cuenca Magdalena. Estos autores hicieron los primeros estudios de difracción de rayos X
en las rocas llegando a identificar la presencia de hawlita. Posteriormente en el año de
1975 Materias Primas Monterrey y US Borax desarrollaron trabajos de exploración
sobre toda la cuenca, que finalmente culminaron con el descubrimiento del depósito de
colemanita en el año de 1982, en la parte conocida como La Tinaja del Oso.
Posteriormente, Materias Primas Magdalena continuó con los trabajos de evaluación y
caracterización de reservas minerales.

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