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América Latina: ¿Exportador de

materias primas o mero extractivista?

Por Tania Barrera Bahamondes


Introducción

El siguiente trabajo tiene como finalidad dar cuenta de la realidad latinoamericana


como una región principalmente exportadora de materias primas o bienes comunes
naturales, desde el comienzo de su historia como continente colonizado, despojado y
violentado; hasta el momento actual, en el que todas estas categorías se reactualizan bajo la
forma neoextractivista y el “consenso de los Commodities”. Poniendo así de manifiesto la
no aplicabilidad de la lógica económica desarrollista en la región y los problemas que
genera en la sociedad, el hecho de tener una creencia ferviente en el progreso a través del
desarrollo económico por sobre la calidad de vida de los habitantes, o la visión de mundo
de sectores indígenas de la región. Se describirá la importancia de las potencias
imperialistas en el continente, a la vez que la aparición de nuevos actores económicos
preponderantes, como es el caso de China; para posteriormente, culminar con una revisión
de las alternativas posibles para América Latina a esta lógica de despojo.

El surgimiento de América Latina

Enrique Dussel, en su libro “1492: el encubrimiento del otro: hacia el origen del
mito de la modernidad” sostiene la tesis de que la Modernidad surgió cuando Europa como
continente se confrontó con “el Otro”, y más que descubrir América, lo que hizo fue
encubrirlo como “lo mismo” pero en un nivel de la escala evolutiva mucho más inferior, lo
que le hizo suponer que tenía la supremacía moral y le otorgó la capacidad para controlarlo
y violentarlo en nombre de la civilización y el progreso. Es así como surge “América
Latina” (Abya Yala para los pueblos pre- colonización) bajo el contexto de despojo y
violencia hacia los residentes del continente por parte de los invasores colonizadores, esto
permite un proceso de acumulación, por parte de Europa, de las riquezas que poseía la
región, lo que algunos autores denominan “acumulación originaria” o “acumulación por
despojo” que permitieron el desarrollo del continente europeo a costa del robo. Pensar a
América Latina, entonces, sólo tiene sentido en términos relacionales con Europa, sólo así
se entiende la problemática del desarrollo y subdesarrollo que se genera a partir de esto. El
progreso del centro (Europa), por lo tanto, dependerá del despojo y la expropiación de los
recursos de la periferia, lógica que se impondrá con la colonización, pero que se mantendrá
a través de la conformación de los Estados nacionales de los procesos de independencia. En
efecto, América Latina ha sido tradicionalmente una región exportadora de materias primas,
característica que se ha agudizado en el transcurso de la última década, como consecuencia
del crecimiento de la demanda por parte de las economías en desarrollo de Asia, y en
especial de China. El aumento de la demanda se reflejó en un aumento tendencial de los
precios de las materias primas desde 2003 hasta al menos finales de 2011 (metales) o
mediados de 2014 (petróleo), que ha supuesto para la región un fuerte incremento de la
relación real de intercambio.
A partir de la conformación de estos Estados nacionales se pone en operación la
apropiación privada de los bienes que eran considerados comunes por parte de las
comunidades indígenas, el patrimonio de estas comunidades era la materialización de su
relación con la naturaleza y sus ancestros, era una propiedad de todos que poco a poco se
fue convirtiendo en la propiedad de unos pocos. Las formas de este proceso sucedieron de
distintas maneras, algunas más sangrientas y otras más simbólicas, pero todas de igual
manera violentas. En este nuevo Estado nacional, algunos indígenas cayeron en el discurso
moderno y buscaron la manera de sobrevivir amparados en las constituciones, intentando
defender su propia identidad y espacio, ya no bajo la figura de hijo del pueblo sino bajo la
de ciudadano, esta es una de las máscaras de los Estado-nación de la región 1; ésta también
es una forma de violencia que, de una u otra forma, va deteriorando la noción de patrimonio
común. La violencia, finalmente, tanto en la colonia como en la conformación de los
Estados nacionales no es irracional, sino que se hace necesaria para la modernización, la
coacción garantiza el éxito del despojo. Existe una continuidad del patrón colonial inicial
por parte de las elites oligárquicas nacionales en conjunto con las potencias imperialistas.

Crecimiento y exportaciones

Con la llegada de la “independencia” se adopta rápidamente la visión occidental, y


se hace el símil entre el anhelado progreso y el desarrollo económico, idea preponderante
en toda Europa; y la historia de la región era vista como un paraíso de recursos naturales, la
lógica de extracción de materias primas y su posterior exportación fue la única manera en la
que el continente supo o pudo “desarrollarse”. A esta forma de desarrollo socioeconómico
que se basa particularmente en la explotación de recursos naturales con ninguno o poco
procesamiento y que se comercializan en el mercado mundial se le denominó
Extractivismo. “(…) el extractivismo implicó la creciente integración subordinada de las
economías de la periferia al circuito de la gran producción capitalista global expresado en
el nuevo carácter de la dependencia y los procesos de recolonización característicos de
las últimas décadas”2 Es así como los recursos naturales se mercantilizaron convirtiéndose
en bienes y se generó una situación de dependencia económica, con respecto al centro,
existían unas ansías de desarrollo en América Latina que buscaba imitar el modelo europeo
creyendo que ese era el camino correcto para abandonar el subdesarrollo en el que se creía
que estaba la región, sin embargo, el desarrollo europeo era posible sólo a costa del
subdesarrollo Latinoamericano. Los dependentistas asociarán las nociones de “periferia” y
“subdesarrollo” con la categoría de “dependencia”, despegándose de las teorías más
convencionales sobre el desarrollo y la modernización. De acuerdo al pensamiento
dependentista, el “subdesarrollo” no debía ubicarse linealmente en una instancia temporal
1
Roux, Rhina. El príncipe Mexicano: Subalternidad, historia y Estado.
2
Seoane, José (segundo semestre de 2012). Neoliberalismo y ofensiva extractivista. Theomai 26 p.5
“anterior” al “desarrollo” capitalista, sino que, al contrario, en una relación de
simultaneidad heterogénea y desigual. Esto significa que el “atraso” económico y el
“desarrollo” no serán dos entidades autónomas, sino más bien el resultado de una dialéctica
inseparable a la misma estructura económica mundial capitalista. En conclusión, el
“subdesarrollo” ya no podía entenderse como una “desviación”, tal como se desprendía de
algunos aportes de la teoría de la modernización. En cualquier caso, se sostenía, los países
centrales no habían transitado el “subdesarrollo” antes de alcanzar la revolución industrial y
constituirse en el centro de la economía mundial. Posterior a la crisis del 29´ los países de
la región Latinoamericana se percataron de su excesiva dependencia y lo perjudicial que
ésta era, y de la necesidad entonces de fortalecer la industria nacional y no depender
exclusivamente de las exportaciones de recursos naturales y las importaciones de productos
manufacturados sino que desarrollar lo que se denominó Industrialización por Sustitución
de Importaciones (modelo ISI). Sin embargo, esta fase duraría poco en el continente debido
a las presiones de las potencias imperialistas y el levantamiento de dictaduras (al menos en
el Cono Sur) que implementaran reformas neoliberales que modificaran el panorama que se
vivía en América Latina hasta el momento. Los extractivismos se han fortalecido
precisamente por esa divergencia entre izquierda y progresismo. Por izquierda me refiero a
los movimientos y agrupamientos que lograron detener los gobiernos neoliberales, y
triunfaron en elecciones en varios países. Era una izquierda abierta, plural, y que, por
ejemplo, ponía en discusión las estrategias de desarrollo, exploraba la radicalización de la
democracia o tenía íntimas relaciones con los nuevos movimientos sociales. La izquierda
que se ubicó dentro del Estado, dentro de los gobiernos, poco a poco se convirtió en
progresismo.

El progresismo es otro bicho político, con cambios sustanciales en varios aspectos. No es


una nueva derecha; no comparto acusaciones recientes que tildan por ejemplo a Evo
Morales o Rafael Correa de nuevos neoliberales. Pero tampoco son fieles al espíritu de
aquella izquierda original, y eso se observa, pongamos por caso, por su adhesión a los
extractivismos que, más allá de todos los slogans, impone una dependencia a la
globalización, o a la represión que hacen contra las comunidades locales u organizaciones
sociales que denuncian sus impactos.

El progresismo, para decirlo muy resumido, renunció a debatir sobre el desarrollo, insiste
en un Estado compensador que descansa en esquemas de asistencialismo, la lucha por la
justicia quedó encerrada en ayudar en dinero a los más pobres y el consumismo popular.
Los ensayos para radicalizar la democracia se detuvieron, muchos se conformaron con el
mero seguimiento a un líder que esperan se perpetúe en el poder. Políticamente han hecho
todo tipo de acuerdos y convenios con actores conservadores.
El progresismo aparece ahora como agotado, en el sentido de no poder generar nuevas
ideas. A la vez, escala en conflictos con organizaciones ciudadanas, sindicatos, campesinos
o indígenas.

Neoliberalismo y “Commodities”

“(…) con las políticas de liberalización económica aplicadas por las dictaduras
contrainsurgentes del Cono Sur desde la década de los 70´ en adelante, se impuso en
nuestros países un sostenido proceso de desindustrialización relativa y reprimarización de
la estructura económica”3, anterior a las políticas neoliberales aún quedaban sectores que
estaban resguardados, sin embargo, posterior a estas reformas no quedó ningún espacio
protegido, se presentó lo que se denomina Neodesarrollismo en la cual la privatización y
ampliación del mercado en todas las áreas (en especial de todos los tipos de recursos
naturales) y con el mínimo de límites y regulaciones estatales, llevarían al desarrollo de la
región. Los países Latinoamericanos volvieron a la lógica extractivista de bienes primarios
y es lo que genera la mayor parte de los ingresos.

Fuente4: Heinrich-Böll-Stiftung La Fundación Política Verde


En el gráfico 1.1 se puede
apreciar como en la gran
mayoría de los países (salvo
México) el porcentaje de los
bienes primarios supera el 60%
de las exportaciones totales y
estos porcentajes se mantienen
relativamente estables desde
1990 hasta el 2012. Y al menos,
Bolivia, Chile, Ecuador,
Colombia, Paraguay, Perú y
Venezuela ( es decir, 7 de los 11
países que considera la
medición) superan el 80% de sus
importaciones totales, estamos
hablando de países que dependen altamente de sus recursos naturales al momento de
generar ingresos vía exportaciones.

3
Íbid. P.8
4
https://www.boell.de/sites/default/files/factsheet-extractivismo-en-america-latina.pdf
En este gráfico también se puede apreciar que son muy pocos los países que tienen una
industria desarrollada (al menos en parte) y que
exportan productos manufacturados además de
sólo materias primas, sin embargo, en aquellos
países que exportan productos manufacturados,
sigue siendo la mayor presencia de sus
exportaciones las que son de materias primas
(México sería la única excepción).
Podemos ver a su vez, como hay ciertos
países que se especifican más bien en una sola
área, es el caso de Venezuela con el Petróleo,
Paraguay con productos agrícolas y Perú y Chile
con productos mineros; esto genera una completa
dependencia del país y de su desarrollo
socioeconómico en una sola área sin incentivar el
desarrollo de la diversidad de las exportaciones
ni mucho menos de la industria nacional.

Los denominados “Commodities” son


precisamente estos productos que no requieren
de tecnología avanzada ni procesamiento en su fabricación, por lo tanto las materias primas
están incluidos en ellos; estos commodities han tenido un aumento en sus precios desde
hace un tiempo, “el boom de los precios internacionales de las materias primas y los
bienes de consumo cada vez más demandados por los países centrales y las potencias
emergentes, lo cual genera indudables ventajas comparativas visibles en el crecimiento
económico y el aumento de las reservas monetarias, al tiempo que produce nuevas
asimetrías y profundas desigualdades en las sociedades latinoamericanas” 5 El aumento de
los precios de los commodities se debe a la irrupción de China como una nueva potencia
económica6.

5
Svampa, M. (marzo-abril 2013). "Consenso de los Commodities" y lenguajes de valoración en América
Latina. Nueva Sociedad, nº244, 31.
6
Sevares, J. (septiembre-octubre 2011). El ascenso de China: oportunidades y retos para América Latina.
Nueva Sociedad, nº235, 35-49.
Como clase de activos, los commodities continúan siendo un espacio desafiante para los
inversionistas, ya que han enfrentado muchos vientos negativos últimamente, incluyendo
números de índice de gerentes de compras (PMI) y un fuerte dólar estadounidense.

China y Estados Unidos

China está tomando cada


vez mayor peso en el contexto de la
economía mundial, especialmente en
América Latina donde tiene una
presencia importante ya en varios
países de la región.

Podemos apreciar en este


gráfico como China tiene una presencia
crucial (de hecho mayor que EE.UU)
en países como Chile y Perú, siendo el
país que se lleva la mayor cantidad de sus exportaciones. También tiene una altísima
presencia en Brasil y Uruguay.
Y escala fuertemente en Venezuela y Colombia.
Sin embargo, la presencia de China además de elevar el precio de los productos por
su alta demanda, trae consigo la re-dependencia de estos países a lógicas neoextractivistas
posteriores a la crisis global del 2008, y aunque quiera presentarse como “(…) un país con
pretensiones de desplegar relaciones basadas en el mutuo beneficio, los vínculos resultan
en verdad sumamente asimétricos”7 puesto que en verdad China se expandió mucho
económicamente, ha tenido tasas de crecimiento positivas y constantes y tiene una fuerte
actividad del Estado como planificador, por lo que, si decide modificar su comportamiento
de compra de materias primas (como lo está haciendo ya que está invirtiendo cada vez
menos recursos naturales y cada vez más en el fortalecimiento de su industria nacional)
dejaría en problemas a varios países de la región.

Por lo tanto, se comporta más que como un socio en igualdad de condiciones, en un país
central.

Estados Unidos por su parte, ya se pudo apreciar en el gráfico, tiene una


importantísima presencia en la adquisición de las exportaciones de América Latina y no
sólo eso, sino que desde las políticas del “Consenso de Washington” “(…) favorecieron la
prácticamente ilimitada penetración de los intereses empresariales norteamericanos y
europeos en los mercados domésticos de las naciones del Sur. Para ello fue preciso
desmantelar el sector público de esos países, producir una verdadera desestructuración del
estado y, con el objeto de generar excedentes para destinar el pago de la deuda, reducir al
mínimo el gasto público sacrificando para ello gastos vitales e impostergables en materia
de salud, vivienda, educación y otros del mismo tipo.”8 De esta forma, Estados Unidos
realiza sus despliegues de desestabilizar a los países que no estén en concordancia con sus
intereses, por eso los bloqueos a Cuba y Venezuela, por eso el despliegue de fuerzas
militares en la región. El poder de estructura imperialista, le permite tratar de diversas
formas a los países según su propia conveniencia y está bastante claro que puede tomar
decisiones acerca de una situación mucho antes que los propios gobernantes de la región lo
hagan.

Es importante también remarcar bajo este contexto que han surgido varios
movimientos sociales y ambientalistas a intentar defender otros modos de producción no
basados en la lógica de arrasar con todos los recursos, y exigiendo una mayor autonomía y

7
Slipak M., Ariel. (marzo-abril 2014). América Latina y China: ¿cooperación Sur-Sur o <Consenso de

Beijing>?. Nueva Sociedad, nº250, 111 .


8
Boron, A. (2002). Cap.5: El Estado-Nación y la cuestión de la soberanía. En Imperio & imperialismo: una
lectura crítica de Michael Hardt y Antonio Negri(p.44). Buenos Aires: CLACSO.
soberanía de los bienes comunes naturales, que incluyen desde las nacionalizaciones de
recursos hasta la soberanía alimentaria. Sin embargo, han sido duramente reprimidos e
incluso ha habido muertes en toda la zona Latinoamericana producto de las
manifestaciones.

Conclusión

En este intento de recopilación histórica de la conformación de América Latina y su


consecuente estado de dependiente socioeconómicamente de la actividad extractiva de
materias primas o bienes comunes naturales y su exportación a los países centrales y las
nuevas potencias, damos cuenta de la necesidad inmediata de buscar nuevas formas de
obtención de recursos para el desarrollo de la región que no estén basados primeramente en
la extracción a destajo de recursos (la mayoría no renovables) que más que provocar un
crecimiento económico lo único que hacen es empobrecer más a la región y aumentar su
desigualdad en torno a los países centrales. Segundo, en busca de alternativas que permitan
la autonomía del sector fortaleciendo su industria nacional y diversificando las actividades
según las herramientas y características de cada país. A pesar de que si bien, en cierto
momento la exportación de bienes comunes naturales puede traer aparejado un crecimiento
económico, éste es siempre en beneficio de las empresas transnacionales y las elites
dominantes nacionales, puesto que las estadísticas acerca de la desigualdad en los países
Latinoamericanos indican que los índices de desigualdad siguen tan altos como siempre.

Así lo demuestra este gráfico que expone el índice de Gini que mide la distribución
de los ingresos, y podemos ver que los países con mayor desigualdad en la distribución de
los ingresos son justamente aquellos con menor gasto social, es decir, Chile, Colombia,
México y Paraguay. Por lo tanto, la famosa fórmula del chorreo y a pesar del crecimiento
económico que pueda tener un país este no es indicativo de bienestar social. De paso
podemos decir que aquellos países que han disminuido su índice de Gini, son también a su
vez los que mayor problemas y bloqueos económicos han tenido con gobiernos de corte
imperialista como Estados Unidos, como es el caso de Venezuela, y que han tenido
gobiernos que apuestan a una nueva forma de organización con mayor conciencia
ambiental o con mayor preocupación por lo social, como es el caso de Bolivia, Uruguay y
Ecuador.
Otra de las opciones posibles es formar lazos comerciales entre países latinoamericanos o
con sectores no pertenecientes a las potencias macroeconómicas típicas ( un ejemplo de
esto podría ser el BRICS) sin embargo, el problema de las alianzas económicas no es tanto
con quien se forman sino el cómo, puesto que la mayoría de los países a pesar de sus
reformas sociales siguen estando bajo la lógica capitalista, es completamente necesario y
urgente, por lo tanto, buscar nuevas formas de comerciar que no caigan en la fórmula de
acumulación D-M-D`, sino que tengan una mayor conciencia de sus recursos y que
reelaboren la relación establecida entre la sociedad y ambiente-naturaleza en el que se vive.
Varias comunidades indígenas están proponiendo este tipo de lazos que podrían ser una
alternativa real y certera al devastador capitalismo imperante.

Bibliografía

Roux, Rhina. El príncipe Mexicano: Subalternidad, historia y Estado.

Seoane, José (segundo semestre de 2012). Neoliberalismo y ofensiva extractivista. Theomai


26

Svampa, M. (marzo-abril 2013). "Consenso de los Commodities" y lenguajes de valoración


en América Latina. Nueva Sociedad, nº244

Sevares, J. (septiembre-octubre 2011). El ascenso de China: oportunidades y retos para


América Latina. Nueva Sociedad, nº235

Slipak M., Ariel. (marzo-abril 2014). América Latina y China: ¿cooperación Sur-Sur o
Consenso de Beijing?. Nueva Sociedad, nº250

Boron, A. (2002). Cap.5: El Estado-Nación y la cuestión de la soberanía. En Imperio &


imperialismo: una lectura crítica de Michael Hardt y Antonio Negri. Buenos Aires:
CLACSO

Linkografía

https://www.boell.de/sites/default/files/factsheet-extractivismo-en-america-latina.pdf
http://slideplayer.es/slide/98095/

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