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AYUDAR A ENSENAR

Relaciones entre
didd,ctica
y enseñd,nza,

Daniel Feldman

Colección dirigida por Mario Carretero,


Catedrático de Psicología Cognitiva
de la Universidad Autónoma de Madrid

o
AATIE
15
14
expresar su editor es "un libro de opinión". Defiende algunas
ideas y ataca otras. No es, ni mucho menos, un recorrido ex-
haustivo sobre el estado de situación de un campo y se dedica
de manera rnuy desigual y sesgada a los diferentes temas que
menciona. Su propósito es argumentar en favor de sus puntos
de vista de modo que puedan aceptarse como conjeturas que
pueden ser consideradas y no como tesis demostradas.
7.
Enseñanza y didá,cticq

Las relaciones entre didáctica y enseñanza han variado.


Esto es un producto natural de cierta evolución del conoci-
miento y de una adecuación a las modificaciones prácticas en
los sistemas de enseñanza. Sin embargo, los cambios tuvieron
ritmos muy desiguales. Durante un largo período, la didácti-
(:a estuvo emparentada con la búsqueda de un método que re-
solviera el problema de enseñar a un número creciente de
personas e históricamente prosperó en un medio que confia-
ba en la enseñanza sistemática por parte del maestro como
una manera efectiva de combatir la ignorancia, fortalecer la
conciencia, contribuir al desarrollo intelectual y espiritual de
los individuos e influir benéficamente er-r el desarrollo de la
r:omunidad y de la sociedad en su conjunto. Durante el largo
¡reríodo que inaugura la obra de Comenio, la didáctica se
J)ropuso brindar una guía práctica y metódica para llevar
rrrlelante la enseñanza, o sea, prescribió métodos instructivos
(';rpirces, según sus defensores, de asegurar el aprendizaje por

¡ritr'l.c cle los alumnos. Buscó crear "un artificio para enseñar !
Cg ¡É
(<¡«lo ir toclos".2 Ni siquiera la revolución de la "escuela nueva"

rlcs<lcir<i cl problema del método y, dentro de su violento gi- o


.3
!
!
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rrr ¡rr:<l:rgrigi<'o, incluyti series rnetírdicas muy estructuradas. 'ú
>. No t's ¡x»silrlr'<k'<'ir cn la ar:turrlirlarl r¡ue lzrs relacic¡nes entre >-
4.
l6 didáctica y enseñanza sean tan claras por dos razones. Prime- chos maestros evitan referirse a su tarea corno de "ct-lscñan- t7

ro, porque ha cambiaclo bastante nuestra imagen acerca de la za" o sólo aceptan que es necesaria en situacioncs línritc. Al
enseñanza. Ello incluye una drástica disminución de nuestra
rnismo tiempo, muchos docentes evitan describir su rol como
confianza en la instrucción (como un proceso del maestro ha- de "enseñantes" y prefieren el de "guías" u "orientadores" y
cia el niño), la ruptura, Para muchos, del halo benefactor y no pocos asumen con algo de culpa que "de vez en cuando,
progresivo que la rodeaba y un creciente criticismr¡ acerca de no hay más remedio que enseñar".3
su eficacia para cumplir con las tareas encomendadas. Segun-
Actualmente los organismos nacionales de gestión
clo, porque se han modificado radicalmente el tamaño y los
educativa de nuestro país han tratado de promover una po-
requerimientos que pesan sobre los sistemas de enseñanza. lítica basada en la transmisión de contenidos. Pero esta po-
lítica repuso el problema en las mismas polaridades. Repi-
I. dA qué llamamos enseñanza? tió eI movimiento del péndulo -lo que significa volver a la
pedagogía del "vertido"- sin alterar su trayectoria. El he-
En la tradición educativa se han destacado dos rnaneras cho es que las preocupaciones pedagógicas son muy secun-
de concebir la enseñanza: la enseñanza consiste en "poner" clarias con relación al papel que.juega la "transformación
cosas en la mente de los niños o la enseñanza se preocupa por
cducativa" en marcha como política pública de redefini-
"sacar" o permitir que se exprese algo de los sujetos. Ambas ción del rol del Estado y de la configuración de los puestos
<le trabajo.a
tendencias han estado relacionadas con venerables tradicio-
nes pedagógicas: las que consideraban al niño como una ta- Seguramente, muchas de las apreciaciones en torno al
v¿rlor de enseñar están originadas en diferentes maneras de
bla rasa y ala educación como un proceso de inscripción en
rlef inir "enseñanza" y puede ser necesario establecer una ba-
clla, y las que consideraban al niño como una suma de poten-
sc para precisar aquello que el concepto designa.
r illi«larlcs "buenas" y a la educación como el proceso de cui-
rl:rr cl <k's:u'rr¡llo rle esas potencialidades. Un modelo proce' Tanto Passmore (1983) como C. Fenstermacher
( l9Bg) proponen un concepto de "enseñar,za" que incluye
rlc rlc rrf irt'l.l llltt ilr lt<lcttl.ro y el otro, de adentro hacia afuera'
( ()rno rasgo central el compromiso de dos personas, una
l',1 rrrol'irnicnl() (l(' llt <'s<'ttcla l)ueva particiPó de esta segunda
(luc posee algún conocimiento o habilidad y otra que care-
r orrlr'¡rr'irir¡ y :,ius rt'f lt'i«rs llitll llcuirtlo hirsta nuestros días co-
<'r' cle ella, en aleún tipo de relación para que el primer su-
r¡r() l)lu l('«[t' llt < oltsllrrrlt' ¡rolórrti('11 (]()n los rasgos cle la educa-
<:i«irr (r'u<lir:i«lnitl, cll itlqutt<¡s casos confündidos con el con- it'lo traspase lo que sabe -sin especificar los medios* a la
cluctisrn<¡. En la actualidad parece que la enseñanza ha perdi- l)('r'sona que no lo sabe. La enseñanza supone, entonces,
do prestigio probablemente porque fue emparentada con sus r¡rur situación inicial asimétrica con respecto al conoci- !
k

¡tr
aspectos más directivos. Basado en que "todo lo que se ense-
nricnt<¡ y el cstablecimiento de una relación que permita
o
O ña a un niño impide que lo descubra por sí mismo", se asen- rrn carrrbio (:n esa sitnación mediante la obtención, por O
ñ
! tó progresivamente la noción de que el ideal educativo es "ncr ¡rlrrtt'«kr <¡rrit:n n«r lo licnc, de aquello que no poseía ini- ,
!
'Ú t i:rlrrrcrrlt'. l,lsllr < lrrlr<'lt'r.iza<:i<irl rlc "cnscñanz¿r" no definc
enseñarl' sino hacer que "las cosas salgan de los niños". Mrr- 4
>-
1B de antemano ninguna posición con resPecto a las maneras Ia red teórica que lo sostiene puede servir de emblema p¿rrzl l9
en que el conocimiento debe circular y ser adquirido. Es una filosofía de este tipo. Por ejemplo, "constructivismo", en
una definición genérica. Probablemente, la discusión ac- los términos en que se plantea vulgarmente, es la etiqueta de
tual con respecto al valor de la ense{tanza corresponda a una filosofía de enseñanza. Creencias de este tipo son, segu-
una discusión sobre aquello que Fenstermacher denomina ramente, importantes para movernos a la acción. El problema
"dcfiniciones elaboradas", o sea, definiciones acerca de la reside en la adhesión simple y superficial a enunciados que
buena enseñanza. En ese caso, el problema ya no reside en cobran una existencia impropia separados de los núcleos teó-
enseñar o no hacerlo, sino en las "buenas" maneras de lle- ricos y los procesos reflexivos que les dieron origen.
varlo a cabo o en maneras adecuadas a nuestros valores No es mi pretensión desarrollar una discusión entre fi-
educativos. Pero allí se entra en un terreno valorativo y se losofías como las mencionadas ni tampoco realizar una op-
evalúa el concepto, o bien en relación con alguna corrien- r:ión por alguna corriente teórica constituida. Por eso no me
te teórica constituida (como pueden ser, Por ejemplo, la no lcsulta de utilidad aceptar una definición de enseñanza que
directividad rogeriana, el enfoque cognitivo-cultural de sc identifique con alguna "filosofía" o con una corriente teó-
Bruner, el aprendizaje por recepción significativa de Ausu- rica -lo que Fenstermacher denominaría una "definición ela-
bel o las variantes especializadas en un campo de conoci- lrorada"- y me conviene, más bien, una acepción genérica
miento y de raíces psicogenéticas) o bien con relación a un (:omo Ia planteada anteriormente.
parámetro más difuso como puede ser una "filosofía de en- Definida "enseñanza" de esa manera pueden subsistir
señanza". Debo aclarar que hago un uso muy genérico del «liscusiones acerca de algunos puntos: iEl primer sujeto ense-
término, equivalente al que realizamos en lenguaje natural riu o ayuda a que el otro aprenda? iSe debe poseer el conoci-
cuando nos referimos a una "filosofía de vida". (Distinto rrriento en la mente para poder enseñarlo? iQué diremos de
clcl qrre realizan Gvirtz y Palamidessi [1998, pp. 149 y ss'] Ia :rctividad del primer sujeto si el segundo no aprende?
«lt' llr r¡lisma cxpresión cuando la aplican a lo que en este La primera cuestión, que es quizála que provoca más
trllrlrio sr' «lcn<¡min¿r "modalidades" técnicas o prácticas' ('scozor actualmente, se contesta remarcando que se realiza
l,lso sc vt'r'li crr cl caJrítulo 3.) r urr,l,r¡uier tipo de acción para que el otro sujeto aprenda. El

A rrri rr¡r»rlo <k'vcr', la idcntificación que se realiza entre « anicter genérico de la definición evita precisar el tipo de ac-

"r'nscrllrrrzlr y riuri r't»tut«rIltr.iolles Lransmisivas e impositivas < iones adecuadas aunque esto no abstrae a esas acciones de

ticnt:rr srr origctt cn la ¿tdhcsidrn que realizan entusiastas gru- jrri<:io. Pero en ese caso ya no se estaría realizando una carac-
pos de eclucadores a "filosofí¿ls" de enseñanza. Las filosofías Icr ización de "enseñanza" sino una valoración acerca de ella
! de enseñanza brindan una orientación general y, básicamente, «¡rrc t:oncluya si se enseñó de una manera moral o si esas ac- !
ñ ¡t
o valores educativos. Su sistematicidad es débil y están someti- ciont's cnczrjan en 1o que consideramos buena enseñanza (o o

das a interpretaciones diversas. Son como maneras generales fi('ir, ('()r) nucslr?r clef iniciírn elaborada). De todos modos, es- O
ñ ñ
! de ver las cosas que no están elaboradas como sistema, no lrr ;r« llr';rt i«in rro <:ir:r'r'a cl ¡»rnlrr porque, en mi opinión, tam-
ñ
>- constituyen una pedagogía. Cualquier concepto desgajado de lri«irr «'s « ut'slir¡rlrlllc la ¡lrr't<'nsi<irr rlt'of t'c«:cr una definición
20 elaborada que se base en la adscripción a un método, estrate- comunicadores sociales, etcétera). De todos tnodos, ¿rlgttnurs 2I
eia o principio único. No confío en las bondades de ese tipo corrientes teóricas son mucho más optimistas. Creen que una
de alternativas y creo, en cambio, que es posible proponer enseñanza bien diseñada siempre conduce al logro de aprendi-
principios para juzgar los méritos de una propuesta de ense- zajes. También creen que la enseñanza puede diseñarse de mo-
ñanza. En este trabajo se defiende la idea de que resulta ad- do que todas las variables sean controladas. Son las corrientes
misible aceptar como "buenas" propuestas de enseñanza que de base conductista que no aceptan la existencia de procesos
recurran a distintos métodos, estrategias o que se amparen en mediadores.
diferentes corrientes si se adecuan a principios que acompa- La definición genérica de "enseñanza" que utilizo
ñen la deliberación práctica. Este punto se desarrollará en el acepta límites para la enseñanza: admite que el logro del
siguiente capítulo. aprendizaje es un intento pero no una certeza y pone en ma-
La respuesta a la segunda pregunta es que no resulta nos de la actividad del estudiante una parte importante de la
imprescindible poseer el conocimiento si se conoce cómo ob- responsabilidad. Como señala el propio Fenstermacher
tenerlo, aunque Fenstermacher señala que su dominio debe- (1989, p.156), esa idea resulta bastante perturbadora para al-
ría mejorar las posibilidades de facilitar su adquisición por gunos. iNo será unajustificación teórica que quite de manos
parte del otro sujelo.r de la ensefanza sus responsabilidades con relación a los
La última pregunta -iSe enseñó si no se produjo apren- alumnos? Me parece que esa es una preocupación que invier-
diz{e?- se contesta diferenciando la definición genérica de en- te los términos razonables de la discusión' Lo que primor-
señanza de las definiciones elaboradas. Según la definición ge- dialmente debería determinarse con respecto a la definición
nérica -que, como se recordará, es una definición más descrip- planteada, y a sus consecuencias, es si conforman un buen
livlr quc normativa6-, la enseñattzarro se define por el éxito del modelo (muy general y sencillo) para describir y compren-
intt'nt<r sino por el tilto de actiuidad en la que ambos sujetos se der un campo de prácticas. Si esto es así, nos queda el difícil
v('rr ( ()rnl)rrrrlrt'liclos. Si una relación cumple con las propieda- problema de asegurar que se realicen todos los esfuerzos po-
rk's ylr t'rurrr<'ia<llts, puctlc calificarse como "enseñanza", porque sibles. Y no me parece mal saber de antemano que existen
'l
l:r crrst'iurrrzir ('xl)r'('slr rrtt prop<isito -promover el aprendiz{e- posibilidades de que nuestros esfuerzos fracasen. Quizás es-
),n() ulr krgrrr. Alront lrictr, los proptisitos no siempre se concre- to ocurra por motivos sobre los que podamos intervenir me-
blr
o
tlul. l,rrlx'()lr'as ('()sils, Jr«rr tlos l'¿tz()nes básicas: la primera es rliante la enseñanza. Quizás ocurra por motivos sobre los que
d
M (¡lc nucs(l-(¡s instrutnetttos puede ser buenos pero esto no quie- rlebamos intervenir mediante otros medios -por ejemplo, ac-
cU re decir que sean infalibles y la segunda, que nuestras acciones cirin política para modificar inaceptables estructuras educa-
or están condicionadas por factores previos -o que no se pueden I ivirs o condiciones de trabajo. O, quizás, se deba a motivos
ñ
¡ñ
manejar en la situación de enseñanza- y por las acciones de sol>r'c k¡s que no poclamos intervenir como educadores por q)

Q
otras personas que están vinculadas con la relación educativa de t'l nrorncnl() eicmplo, los fenómenos de creciente mar-
-p()r
O
(i
I !
manera directa (familia, comunidad, grupos personales de refe- gi r urci<itt s<¡t'iitl.
1,
o
rencia, directivos, colegas) o indirecta (políticos, capacitadores, 4
22 Hasta ahora se presentó una definición genérica de Sin embargo, no resulta claro de rnodo inmediato a quó cosa 23

"enseñanza" que permite eludir la discusión acerca de si co- se alude con esa denominación: iuna teoría?, iun tipo de ter>

rresponde instrui¡ facilitar el aprendizaje o descubrir por ría?, iuna ciencia?, iuna disciplina humanística?, iun campo
uno mismo. Si se retoma la definición esbozada, se verá que de producción? Si se toman los indicadores más objetivos, co-
la usual disyuntiva entre "orientar" o "instruir" plantea mal el mo la existencia de grupos que se reconocen bajo ese rótulo,
problema porque cada posición representa, en realidad, una congresos y publicaciones dedicadas a la temáticas encuadra-
manera de apreciar lo que es "buena enseñanza". No es mi in- das en esa denominación, carreras universitarias que la inclu-
tención alinearme con alguna de las corrientes conocidas o yen como disciplina o corrientes de pensamiento volcadas al
proponer una nueva" Acepto como datos las diferentes con- estudio de problemas que ellas identifican como "didácticos";
cepciones y me preocupa, más bien, ver corno pueden funcio- se verá una gran diversidad de producciones y de referentes.
nar en situaciones pr-ácticas. Esto es así porque mi propósito La didáctica no es un campo unitario. Está constituida
central es enfatizar otra serie de problemas que derivan de por grupos diversos y dispersos. Se definen como didácticas
considerar los aspectos de la enseñanza ligados con la escala teorías de diverso cuño, origen y grado de generalidad' La dis-
en la que se trabaja actualmente. ciplina y su campo de acción se definen cle distintas maneras.
La definición genérica presentada es sólo un bosquejo l,ln la didáctica hablan voces de todo tipo y el resultado proba-
modelizado de una situación. En la realidad, A no enseña a B. blemente se parezca más al ruido de una asamblea universita-
Cientos de miles de maestros y de profesores enseñan a millo- ria que a un coro. Por todo esto, utilizar el término "didáctica"
nes de alumnos en una red institucional de grandes propor- cn singular y anteponiéndole un artículo definido es un recur-
s«r casi literario para simplificar la exposición' Esta aclaración
r:iones. Y ningún problema de la enseñanza puede entender-
st' <'lb:rlrncnte si no se consideran las dimensiones y las sirve para relativizar el uso del término "didáctica" que se ha-
llrlr<'lt'r'ísli<:as dcl sistema en el cual se enseña. El notable au- r.li en este trabajo y es necesaria porque ante el conjuro de la

ur('nl() rk'l rrrinlcro rlc lnccliaciones personales e instituciona- t'scritura ciertas idealidades se materializan de manera impro-
lcs crrlr«' lo rlrrt' rrorrnalrncr)te aceptamos como "productos ¡ri:r y adoptan una voz y una consciencia que
no les pertenecen.
It'rir i« os" y ltr rr';rliz:tci«in <lc actividades educativas en las es- Como es imposible hablar de la didáctica sin precisar
crrcllrs, l<l <¡rrc s<¡lt'nros i«lcnlil'icar como "prácticas", podría rurrla acerca de ella, digamos que la didáctica se ocupa de la
rrro<lif i<rrr llr rcl:rci<in cntrc l:r didáctica y el campo sobre el t'nscñanza. Una idea muy sencilla pero igualmente discutida.
que pretcnde actuar. Según Brousseau (1990), por didáctica se ha entendido
rrna tcoría, un conjunto de técnicas o un modo de hacer las
( ()sls. I-Ioy es bastante corriente que la idea de "teoría" sea un
!
ñ
II. éQué se dice con "didáctica"? !
l llriH() accl)t:rdo como parte integrante de casi cualquier con- O

r t'¡r<'i«irr «kr rlicliiclica. (llaro que lo que varía grandemente es o


0) Utilizar algunas etiquetas es un modo económico de ci
d
srr olricl«r. I'ltt'lt t'i(ltr lrcs cicn'rplos, la clidáctica sería una teo- *
!
ñ hablar, aunque es cierto que diluye el contenido de lo enun-
r írr «lt' lrr t'ttst'tl:urzlr (()trrrrillorri, I()1Xi), clcqiría com() objeto la
ciado. En este caso, por comodidad se habla de "la didáctica".
21 clase o el grupo clase (forma institucional privilegiada de la zar muchas distinciones aceptaré que la didáctica es una clis- 2rr
práctica moderna de enseñanza) (Becker Soares, 1985) o se ciplina volcada de diferentes maneras hacia el campo prácLi-
ocuparía de las transformaciones del conocimiento durante el co de la enseñanza (o distintas dimensiones de él), que pro-
proceso de su comunicación (Brousseau, 1990). En las distin- duce una gama variable de conocimientos y que abarca prin-
tas definiciones del objeto de la disciplina también se delimi- cipios teóricos, modelos comprensivos, reglas prácticas, mé-
ta de manera diversa la responsabilidad del conocimiento di t.dos y estrategias articuladas de distinta índole. Es suficien-
dáctico con relación a las prácticas de las que se ocupa. En ge- lc para una primera aproximación.
neral se opta por alsuna posición entre dos polos. Según el Como toda disciplina, la didáctica acepta alguna pre-
primero, la didáctica acepta plena responsabilidad sobre las uunta fundamental. Esta pregunta define un campo para el
prácticas porque es una disciplina esencialmente normativa. t'onocimiento y, explícita o implícitamente, compromete al
Se propone elaborar principios, métodos, estrategias o reglas <'urnplimiento de una tarea. Los tiempos de crisis se caracte_
para la acción. En ese caso, su principal problema es resolver rizan por la dilución de las pregunras y por la proliferación
cómo comunicar sus productos y lograr que sean operativos. «lc tareas. Se pierde el norte y el "período normal"T abre pa-
En el otro extremo se hallan las posiciones que sostienen una s() a una crisis impredecible de la que puede salirse median-
relación mediatizada con la práctica porque su propósito cen- It: reformulaciones o, de modo más radical, mediante un
tral consiste en lograr buenas comprensiones y descripciones crrrnbio de paradigma o de programa. Esto vale para las dis-
de aquello que definen como su objeto. En la medida en que « iJrlinas puramente académicas o para las disciplinas
prácti-
logren descripciones profundas, aumentará la comprensión ( 1rs, o sea, aquellas cuyas tareas están relacionadas
de mane_
cle las prácticas y podrá contribuir a mejorar la eficacia de las n inmediata (y no mediada) con transformaciones en la por-
a«'<'i<¡nr:s. Así, los productos teóricos se relacionarán con la r i<irr del mundo de la cual se ocupan.
¡rrli« li«;r. l)r cstc c:aso, la relación entre teoría -esa teoría- y La diciáctica nace con la pregunta "iCómo enseñar to-
¡rui« liclr <k'¡rcrr<k'r'ii rlcl uso que los practicantes puedan ha- rl, u todos?" y sus cultores dedicarr¡n sus afanes, con éxito va-
( ('r', ( ()rr() irrslrurrrcnl<¡ rcf'lcxivo, de un conocimiento que, en
r ilrlrle, a tratar de responderla. Pero muchas cosas sucedieron

¡rt ittt'i¡lio, ttt:tt<lrt rrtllt t'clltt:i<irl inclirecta con la acción. r lt'stlc que Cornenio la formulara y la respondiera
por prime-
ll'st' lr los <listilrtt¡s r:rss<¡s quc se le adjudican a la didác- r:t \('/.
li< tr, si<'rn¡rr'(' ¿ll)tu'cco nllis vukrriz¿rdo el sentido ligado a la teo- I-a pregunta inicial de Cornenio tiene sentido cuando
ríu quc su acepciírn rclacionada con un manera de hacer las r¡rricn la fbrmula se puede pensar a sí mismo educanclo. Sus
cos¿rs. Sin embarg;o, esto define muy imperfectamente el esta-
¡».silrlcs interlocutores son numerosos pero lirnitados. No es
do de situación, porque sólo un ejercicio de simplificación ;rsí < r,1, succden las cosas en la actualidad y ya no es posible
¡ñ !
o permitiría equiparar los principios de "Notas sobre una teo- r¡rrt' srrt'crlan irsí. L¿r rnasnitud del problema ha crecido junto (.)
CJ ría de la instrucción" (Brune¡ 1969) o los fundamentos de la ,,,n cl luur)cnr() rk: lirs nlccliaciones institucionales y el cam- o
L Instrucción Programada (Skinner, 1970) con las reglas para lrir¡ rlt't's.lla t', l,:r.rivitllr<l cstoliu'. l)l rniry«rr clesafío que se ñ
L
manipular una máquina de enseñar. Para no tener que reali- «'r¡lrt'nl;r lrclrurlrncrrlc rlcsrlc lrn l)lllrl() <lc vistrr rlirl:itli«:o no
4
terpretar esas consecuencias exime a la didáctica de estr¡s afá- 27
26 consiste en resolver cómo enseñar, sino en cómo ayudar a
rres. Simplemente, cree que pertenecen a otros campos, por
que otros, muchos, enseñen. Este es un cambio de perspecti-
cjemplo, el del currículum o el de la formación docente. Es
va y, en caso cle ser adoptado, reordena los contenidos de la
posible que así suceda en países sin tradición didáctica. y es-
didáctica en torno a otras tareas.
l¿r es una cuestión que merece alguna atención. No se pucden
Si las tareas didácticas se redefinen en términos del ta-
interpretar los enunciados educativos si no es en términos de
maño actual de los sistemas de enseñanz'a y de la diversidad
la tradición en la que se inscriben y no en todos lados la di
de contextos que ellos articulan, se pone en evidencia un pro-
«llrctica constituye o es parte de la tradición en la que se gene-
blema: icómo se puede relacionar lo que saben y hacen gru-
r'¿r un discurso educacional específico. Esto no es un proble-
pos de técnicos y expertos que trabaian fuera de la escuela
nr¿r mellor porque no creo que "se habla de lo mismo con
con la práctica y el conocimiento de los maestros que traba-
otro nombre". El campo de preocupaciones es distinto. Irüo
jan en la escuela? Esto es así, sencillamente, porque ese es el
srilo por los temas, sino por los ejes organizadores. Se puede
modo en que se desenvuelve la enseñanza: con personal es-
r lt'cir que existe una escisión entre dos tradiciones: la de la di-
pecializaclo en cliferentes funciones, con diferentes capacida-
<lricl.ica (fuerte entre nosotros y algunos países europeos), li-
des de mando, control y responsabilidad y diferencialmente
grrrllr a los procesos cle promoción del aprendizaje, y la del cu-
relacionados con las acciones destinadas a promover apren-
r rí<'ulum (predominante en el munclo anglosajón y, en la ac-
dizajes en los alumnos. Habitualmente hemos llamado "pro-
trrrrlidad, influyente en todas partes) más preocupada por la
blemas de relación entre teoría y práctica" a la serie com-
entre la actividad de ,rrtir:ulación entre escuela-socieclad, escuela-contexto y p<tr la
l)rrcst:r por los problemas en la relación qcst i(rn del sistema y de las prácticas (en esos casos, una psi-
«'s(os rlistirr(os grupos. Como esa categoría se usa para de-
r ologín educacional suele retomar muchos de los pr.oblemas
siqr r:r ¡ rlrrr¡l¡ts (r()s:ls, ensayaré establecer algunas distincio-
rlirl:icticos). En cada una de estas tradiciones, las preocupa-
n('s ('rr «'l ¡rr«irittto ltJtlrrtzrdo. Por ahora señalaré que la rela-
, ior)t:s ccntrales de la otra tuvieron un rol subordinado y po-
r ion crrltc rlitlli« li< lr y t'rlst'ñlnz.a no alude centralmente a
r o icrarc¡uizado. Todavía los estudios didácticos y la teoría cu-
un;r ( u('stirirr r'¡risl<'rlr«¡lriqit:it sino, como plantea Kemmis
r rit rrllrr'l-¡uscan diluciclar la naturaleza de sus articulaciones.
(11)1)(;, l). :i2),:rl ¡rlolrlt'rrrit <lc l¿r relación entre dos activida-
l\»' cl c¿rrácter de este trabajo no quisiera incursionar
rIt's sil ult<llts so< iltlltlt'tt(t'.
{'n urlr rliscusión de fijación de límites. En nuestro campo
llay tl«rs lllilltcl'¿rs rlc intct-prctar las consecuencias que
¡ r lrrr lrtivr, la rnarca didáctica es fuerte pese al crecimientc¡ del
implica pau'zr Ia dicláct.ica el problema que se planteó. Para la
, ru rí< ulru¡l (:()lno tema peclagógico. Mientras así sea, me pa-
primera, que es por la que me inclino, la consecuencia inme-
r( ( ('r)('((.sllrio rt:vis¿rr en esc rnarc() las tareas que correspon-
L diata es que hay que desarrollar enfoques menos preocllpa- !
ci
13 rlcrr lr unil il('livi«ll<l csltccializaclzr, que se ocupe de la ense-
O dos por la búsqueda de estrategias para la promoción clel (,
rr.ur./:r «lt'srl<'urr l)ultl() rl<, visltr ¡l':i<:lic:«r y que incluya cl con-
O aprendizaje y más dirigidos hacia la creación de estratesias O

¡lrr, (l«'¡rlc.t rr¡xrt i,rrcs rtl<'rirl:rs rr lrr ¡lrrrrrroci<in rlcl lrprcn-


$:
cn i
! que resuelvan el problema de ayudar a enseñar en contextos ci
r!
! rlrz:r¡r'. l;r l.r nr:rt i,rr rlr¡t r'nlt' ('n r.i('nli«lo lrrrr¡»li. o llr gcsl i«irr
rle mltsific:tción clc la ttrhtc:it<:iíln. Lir stlgtrtlrllt lnlttttlt'll «lt' itr- 7
.t,
28 del mantenimiento y la innovación de los procesos y sistemas Si en un curso de rnanejo de automóviles nos acl¿rran
<1rre primero aprenderemos la teoría y luego haremos la prác-
de enseñanza.
lir:ir., seguramente todos entenderán qué se les dice y nadie

III. éSon las relaciones entre teoría y práctica un ¡rcnsará que se lo está invitando a una exposición sobre socio-
problema central de la didáctica? louía del tránsito, psicolouía del vínculo conductor-máquina o
rnccánica clásica. Más bien creeremos que se nos expondrán
En este capítulo se realizaron algunas consideraciones :rlsunas reglas con relación al tránsito o a los procedimientos
acerca de qué es enseñan za y qrué es didáctica' Ocuparse
cle ¡rrrr a manejar el automóvil. Podemos traducir eso de teoría y

la enseñanza desde un punto de vista didáctico' o sea' ocu- ¡rr ;ictica diciendo: primero nos dicen cómo se hace y después

parse de un campo práctico a partir de una disciplina o gru- lo hacemos. Pero no siempre es tan sencillo. De hecho, es di-
lu il contestar preguntas como: iqué hace un maestro cuando
po, a" teorías, reponc inmediatamente el problema de la re-
lación entre "teoría" y "ptác[ica"' Hace alsunos años' en un crrscña, teoría o práctica? iQué hace un autor cuando prepa-
r;r un texto, teoría o práctica? iQué hacemos cuando progra-
trabajo realizado en colal¡oración con Mariano Palamidessi'
nriunos la enseñanza? No es fácil establecer qué designan, en
sostuvimos que se debía relativizar el alcance y la relevancia
rrr¡t'stl-() lenguaje educativo, "teoría" y "práctica". En princi
del eje "teoría-práctica" como marco analítico de la proble-
mática curricular. Entendíamos que adoptar un enfoque nor- ¡rio, "práctica" designa acciones, una actividad dirigida a cam-
lrilrr un estado de cosas. "Teoría" designa un estado de cono-
mativo acerca del currículum exigía el uso de otras categorías
r irrricnto. Pero no puede pensarse en la práctica sin conoci-
com() fr¡rma cle aumentar las posibilidades de análisis y la ca-
enfoque me parece también vá- rnicnto. Como plantea Erickson (1989, p.214), existe una di
¡rlt'i<lurl cle inlervención.8 El
l, rcrr<:ia entre "conducta" y "acciírn". La acción es la conduc-
lirlo ¡rat'tr scr tltiliTado con relación a estos [emas'
l'ltrt'llt'rruttrticcclucativo"'teoría"y"práctica"parecen t.r nuis las representaciones del sujeto sobre el sentido y la di
rlos srrlrstrrrr< ilts <lifirl'ctltcs cle difícil combinación. La búsque- r.r r irin de 1o que hace. Y es la acción, no la conducta, el ob-
<lrr il,'los yrttttlos <lt'lrl'ticttlzrciírn es como la búsqueda de la l( t() (lo la teoría social. Este principio es coincidente con las

¡rit.«lr.rr f ilr¡sof ill l)()r. l)iu'lC


rlc los alquimistas. icuál será el u¡r lin:r<:iones de buena parte de los est.udiosos dedicados a
convertir el plomcl en oro? En , rlrrclrtirin. Una muestra de eIlo es que ha presiclido buena
l)un(() <[t'lo<1ttc <¡ttc llclt'tlritir:i
r. r I <' r lt' la investigación sobre la enscñanza en el último cuar-
cl cus<¡ <lc ltr cnscñanza, poclríar traducirse así: icuál es el co- ¡
r

t,, r lc siqlo. (aunque no parezca influir mayormente a la hora


nocimiento necesario para que esas acciones de los maestros'
espontáneas, incorrectas, incómodas y mal informadas' se
,lr rlis<'ijal' rlispositivos de acción o de diagnosticar proble-
rrr:rs). (lr¡nl<¡ cl Icnta sc rctomará en el capítulo 4, basta decir
i
conviertan en buenas acciones pedagógicas capaces de con-
ñ
duciralosniñoshaciaelcumplimientodealtasmetaseduca- .rlr,r:r (lu(' lnut rlt' lir línclrs rlue cobríl importancia en la inves- O
{.)
trr,,rr ir¡n s«rlrrc llr t'nsclllrrrztr lltr sirlo l¿t cle los estudios sobre
tivas? No es seguro que este moclo substancialista de ver
las O
o
',
1 ¡x'rrslrrrri«'rrlo «lt'l ¡rrrrf i'sor'". Arlrrcllos rlrrr: cslrrtliirron el
cosas ayude demasiado, aunque este procedimiento ingenuo
13 I
ñ
ci 'ú
es muy común en nucstrtl pensamicnt<l social' ¡rrrr:r;rrrricnlo rlt'l ¡rlr¡fi,sor lr:rrr corl¡llu lirl«r <'l sltl)lt('sl() <lr'<¡rrt'
4,
30 los sujetos dan senticlo a las situaciones y actúan en base a , orrr¡rrensirin alcanzada. En ambos casos la teoría "(...) nc, 31

ello. Se asurne que los seres humanos mediatizaty "constru- ,ricr)la, dirige o alimenta nuestra práctica, si no es a través de
nlr('slr-¿rs intenciones. Pero no cualquier teoría expresa nues-
yen" la realidacl en base a las teorías de que disponen (Pope,
tr :rs intenciones. Sólo nuestras teorías normativas o los aspec-
19BB), crean interpretaciones significativas y actúan de acuer-
do con esas significaciones (Erickson, 1989) o, en términos t()s normativos de nuestras teorías" (Feldman y Palamidessi,
más estrictamente cognitivos, se acepta ""'q'" la acción del l1)1)5)."' No es extraño, entonces que, a veces, cuando pensa-
nr():i clt la relación entre teoría y práctica tengamos en mente
sujeto está determinada por sus representaciones" (Pozo,
1989, p. 42). Como se sostiene que, de una manera u otra, las l,s Jrrocesos de elaboración de teoría normativa a partir de
personas analizan, evalúan e interpretan los sucesos en los t.rrría "de base" que no tiene como propósito operatiuo direc-
que se ven involucrados y que esos pensamientos influyen en
t,, lrr rlrodificación de estados específicos de cosas.
su acción; es contradictoria la posibilidad de analizar una Una tercera dificultad para utilizar sin más el par "teo-
rr.r ¡»'rÍctica" deviene de que solemos llamar "teoría" a nues-
práctica como la enseñanza sin incluir, de modo central, dis-
Iros ¡¡¡'1¡ysgtos y "práctica" a nuestros esfuerzos por llevarlos a
tintos niveles cle conocimiento. Salvo un desconocimiento im-
pensable de estas líneas de trabaio, se torna muy difícil man- ,.rlro. Ll¿rrnamos teoría a nuestras propuestas (estrategias, mé-
tener la división entre teoría y práctica poniendo el compo- t,rlos () técnicas) y práctica al modo en que las realizaremos
nente de conocimiento en una y el componente de acción en
( ( )n r'csultados variables. Cuando usamos esta manera de
la otra. una cuestión diferente es evaluar, decidir o afirmar si lr.rlrllu clecimos en dos casos qlre hay problemas en las relacio-
n( \ ('rrtl'c teoría y práctica. El primero es cuando las acciones
cse conocimiento (iquizá "teoría"?) se parece, distorsiona, re-
l'lcjir u ornite lo quc entendemos por "teoría": las disciplinas nr) s()lr lits previstas en el mundo de las ideas o no correspon-

< icrrtíl it'as y strs clerivados.


,l, n rrl rnodelo ideal de realización preestablecido. El sesun-
I Jrur st'etttltlir clil'icultad que enfrenta el uso del par {1. ( ;li() ocurre, sencillamente, cuando las acciones emprendi-
"tt.orílr-pnit.tica" ¡lu-a cl análisis de cuestiones educativas es ,l.rs l'r lr< asan.
(lu(. rr() st. ¡rrrc<k: r.c:rlizar unzr ref'erencia genérica a la relación l{r'srrrniendo: en mi opinión, cuando en contextos edu-
Cntr.t. tr:tlr.íit y ¡rriir.tict porquc esa relación depende del tipo ',rtr\'()s sc utiliza el par "teoría-práctica", se está hablando de
.r11, ¡,,,,r rlt' estas cosas:
<k: tcoríu. No c:u:rlc¡ricr teoría tiene una relación inmediata
cr¡n l:r práctica, aunquc tenga relación con la realidad' Las re-
Iaciones de una teoría con la realidad -el mundo empírico- ' l,:r rclar:ión entre el pensamiento y la acción de un suje-
l( ) ( ) u nlr variante de este problema, que es la relación en-
pueden ser variadas y son fruto de una rica discusión episte-
mológica.e Ahora bien, una cosa muy cliferente es la relación trt'rk'< ir y lr:rccr. !
!
rtñ entre teoría y práctica. Algunas teorías influyen en la prácti-
. l,lrs irrl«'r':rccioncs cnll'c ¿irnltitos especializados de ges- O
O

(.) ca porque permiten derivar tecnologías. otras son "ilumina- Iiorr r'<lrrr':rlivlr -y I«rs <:«rrrr¡t:ir.llicnt.os tcí¡ricos y técnicos (J
.i
! doras" y mediante ellas los agentes mejoran su práctica ¡
rr o¡ »ios lt' r'l los.-, v :inllril<¡s
«
¡rri«'l i<:«rs rkt l rabirjo cscolar !
ñ
'o
E{ l t'l ti¡ro rlt lorror'irnir'nl() l)r1,¡li,r <lt.t'sr»s t"s¡lltt i«ls.
porque pueden decidir cursos de acción basados en la nueva
p
i.,
32 La relación entre las intenciones y la realidad. Qtizá
también interpretable en términos de relaciones entre
concepción y ejecución.
La relación entre teorías de base y teorías "aplicadas" o
prácticas. Esto atañe al problema de cómo obtener
"conclusiones prácticas" de nuestras teorías o cómo vol-
verlas operativas con relación a las exigencias que pro-
2.
ponen las situaciones educativas.
La didácticq: áciencia aplicada
Cómo se verá, en este replanteo de lo que solemos lla-
mar "relación entre teoría y práctica" las preocupaciones
o disciplina práctica?
epistemológicas no figuran en primer lugar. No estamos tra-
tando de resolver, por ejemplo, si nuestras teorías son un
reflejo de la realidad objetiva o una reconstrucción hipotéti l. Déme un fundamento
ca, convencional y adecuada. Más bien, las preocupaciones
son de otro nivel. O bien pueden resumirse en el árnbito de Muchas de las grandes corrientes sobre la enseñanza
un individuo que opera sobre el mundo y se expresan en pre- lr:rrr r:stado fundaclas sobre algún tipo de teoría psicológica.
rruntas del tipo: icómo se relacionan actos y representacio- l'or t'jemplo, la tecnología instruccional es, en parte, produc-
rrt:s? iEn qué medida mi conocimiento explícito o implícito t, r rl«' la versión skineriana del conductismo que se expresa en

grrílr rrri <'«»rcluc:ta? i(luáles s«rn mis motivaciones? iEn que as- l.r lr'«rr'ía del condicionamiento operante (Skinne¡ 1970). En
l)('( l()s tlt' rrri srrlrcr rlcbo bucear para comprender por qué ha- i ,rr( )s clrsos, la relación no es tan aplicada pero no por eso
me-
go lr» r¡rrt' lurut¡ o r¡rrí' siunil'ic¿rclo t.ienen mis acciones? O bien n,rs «lirecta. Las propuestas autogestivas del humanismo ro-
s()n l)rcor'u¡lrr'ir)n('s (luo l'cnlitcn a dimensiones francamen- l', r iruro (Rogers, 1991) se basan en su experiencia y su teori-
t«'sr»« ilrlcs: .]rinro cs ¡rosilrlt: <1uc lns intenciones de unos ac- z.rr iri. ('()mo psicoterapeuta y buena parte de las actuales ten-
It»r«'s ulriclr«l«rs cn rrrr t's1»rt:io dctcrrninado impacten en las de ,llr( iils cn la enseñanza están relacionadas con el trabajo ba-
otr'«rs rrl¡i«:lrrlos cn trrr csltircio cliferente? iCómc¡ se pueden di- ',,rrl, r'rr cl intent. cle dar un fundamento cognitivo cultural a
scñar pr()ycctos quc atraviesen múltiples mediaciones institu- rur.r lcor'íll de la instrucción.11 Tampoco es desconocida la
cionales? iCómo se operan las transformaciones de las inten- , r()r nr(. in['luenci:r que la teoría psicogenética de piaget ha
! ciones en las luchas y las negociaciones entre actores diver- r, rrrrlrr crr crluc:rción.12 La ligazón ha sido estrecha y, por 1o !
ñ
13

sos? iCómo se imponen sentidos, se transmiten, se intervie- r { !' rli,, irr<'rrcsr i.nublc. lLcsult¿r rnuy difícil pensar
que pueda O

ne y se opera sobre sistemas?, etcétera. ',, r rlt ()lt:l ntiut('l-rr. Nos l)ill-(.('c cvirlenl.c rlue, si l<t{ramos pe-
cn

! En los siguientes capítulos se retomará de manera ,('tr,rr .rr l,s st'« r't'r<»s rlt'l ¡rr'o< r'so <lc lr¡rrcrrrlizirjr:, serii posi- !
ad

E É
un tanto asistemática el conjunto dc rclaciones que se cx- lrl. ,lrr'r;il ( ()n l.,llrl rixil., s,,lrrr' í'1. ( lr'«'t.r¡ros irrtllor.llrttlr: l¡rrs-
4
prrsicron.
=--

34 car un sólido fundamento psicológico para desarrollar cono- ñzrlar que modifican la articulación que el moclelo cstá.clar- .)t)
cimiento didáctico. Esta certeza es raramente sometida a revi- «'stablece entre conocimiento y acción. A diferencia clel mo
sión porque operamos bajo suPuestos estándar para entender <lclo estándar, que requiere una teoría explicativa base y una
las conexiones entre conocimiento y acción. tt:crrología para la aplicación práctica, se propone el clesarro-
El supuesto estándar se expresa en las modalidades de ll<r de otr-o tipo de teoría. Algunos autores utilizan la idea
de
ciencia aplicadal3. Según este punto de vista, Ia didáctica es "tc.ría práctica", una teoría que es ,,...,teórica, en el sentido
una disciplina aplicada que depende de disciplinas de base. rlc que está sujeta a conceptos de lógica, rigor y reflexión
Como su propósito es definir métodos para promover el rlisciplinaday'práctica' en cuanto respeta y conserva el con-
aprendizaje, pareció natural considerarla una tecnología de- t('xLo práctico en el que aparecen los problemas,, (Carr,
rivada de las hipótesis constatadas de las ciencias del apren- r1X)0, p. 52)."
dizaje. La concepción estándar se basa en el modelo de las Por la naturaleza de sus tareas, la didáctica podría ser
ciencias empírico analíticas y está guiada por intereses téc- ,,r,siclerada una teoría práctica. pero, hasta ahora, el criterio
nicos -la organización de medios adecuados a fines produc- ¡rrr'<lrminante ha sido considerar ala didáctica como una dis-
tivos bien definidos.ra Alcanzó una gran aceptación duran- r i¡rlina aplicada. Aun cuando cambiaban los contenidos
se
te el predominio de la tecnología instruccional en los años ,tilitó mucho tiempo de trabajo didáctico en el intento siste-
cincuenta y sesentals y continúa impregnando buena parte rrr.irir:o de convertir en prescripciones los principios de algu-
del desarrollo didáctico actual, aun por parte de comunida- rrrr .iencia. A veces las cosas se llevaron tan al extremo
que,
des que adhieren a otras teorías no sospechables del pecado rlrrlrntc el proceso de retraducción de alguna teoría presti_
I sl.a/conductista.
ct' n i ci lios:r p<tr parte de especialistas en educación, se realizó un
I lrr:r opcri<infrente a la concepción estándar consiste en rrs, «'rrirsi directo de la teoría de base en la acción educativa
rr'« lurzrrr t'l trtt'lít'lct' nplicado de la didáctica. En esta opción ,.nr(lllc no fuera una teoría educacional. pero las cosas n«r
sr' «,rnsirl«'r'ir (lu(' la <li<lzit:lica corresponde a un tipo de cono- .,,,rr sicrnpre así
¡ en manos originales, sistemáticas y reflexi
t inlicrr(o rlrrc cslri «'gi<lo J)()l' ()tros intereses. Habermas des- r,rs, Ios intentos por elaborar propuestas educativas en base
r r il»r' trcs ti¡ros tlt'« «rtto<'itllit'nlo li¡raclos a diferentes intereses .r ¡rr irr<:ipi.s generales sobre el aprendizaje y el desarrollo
« onsl ilr¡t ivos. l',1 ¡rr irrtt:t o yrt firc cxplicado, es el de las ciencias Lr'¡,. rnuy logrados. l/o/as sobre una teoría de ra instrucción
r:rrr¡rír'it'o-lttritlíti«-its. I)c los I'estalltes, uno corresponde a las 1l',r rrrr«'r', 1969) puede ser un buen ejemplo de esa tendencia.

ciencias herneneúticas, guiadas por un interés práctico -el lo- l'r;rlrrr.,tc, Tbcnologta de la enseñanza (skinner, 1970) o Teo-
gro de consenso para la acción común-, y el otro a las cien- t r,r ¡, ttrit l,ir:r, d,e la erlucació,n (Novak,
f 1gg0) basado en la teoría
cias críticas. guiadas por un interés emancipatorio -libera- ,lr' ,\rsr¡lrr.l. (ll;rr-. (lue estos ejemplos muestran a importan_
L
O ción de las fuerzas interiorizadas que constriñen la acción de t,'. lrsir ril.g()s (lrrc h¿rbí¿r, clesarrollado teorías d.e peso en su qJ

() los sujetos.16 Las diferentes consecuencias que tiene la adop- ',ilil¡),. I)r'r«», si cs<'no cs cl c:rs<l: icrimo eleqir la teoría ade- o
r r¡.rrlrr ¡[rr':r firrrrllun('lrlill'unir d
! ción de enfoques hermeneútico-prácticos o crítico-emancipa- l)r1)l)ucsllr rl«r lrucnir g¡st--ñ¿nzir? !
ñ
E '.rItrr¡}l(' ('ri l)(¡silrlt. rrslu « t ilcIi.¡s <.¡rislCrrr()l<igir ()s 'iJ
;^ torios se discutirán en el capítulo 3. Por ahora, baste con sc- l)1lr.it (.()lt.t- 7
4,
l.rt irin cara a cara. Buena parte de los actuales clesarrollos cn
36 parar teorías entre sí y decidir por la calidad de los principios
,lirllictica alentados por las renovaciones en el campo ccx¡ni-
de alguna de ellas por sobre los principios de las otras' La po-
sición no es sencilla, ya que exige decidir sobre una cuestión
tilo padecen de este problerna.
de fundamentos -no siempre resuelta en lcls campos especia- Si no es conveniente realizar elecciones para la didácti-
, .r gtriadas por la excelencia intrínseca cle las teorías de base
lizados- para proceder al desarrollo de propuestas viables en
v si, ¿rclemás, se tiene en cuenta el limit¿rdo número de sus ob-
el campo educativo. Pese a esta dificultad, distintas comuni-
dades educativas han adherido de forma entusiasta a una teo- ¡r'tos cle interés comparado con la cantidad de variables que
rnlt'r'vienen en la enseñanza, se debería pensar en otro tipo
ría psicológicay a principios muy senerales derivados de ella
,1. r'r'iterios. Creo que si se acepta que la didáctica es una dis-
que se suponían aptos para el desarrollo de procesos educati-
, i¡rlina orientada por intereses relativos a un campo práctico,
vos. Este tipo de elecciones enfrentó frecuentemente proble-
',r¡s rclaciones con modelos teóricos deben ser analizadas
mas de traducción -cómo convertir los postulados descripti-
,lcsrlc ese punto de vista. Procuraré desarroilar un ejemplo.
vos teóricos en normas de trabajo- y de reducción de las
Fil dispositivo didáctico consiste en el diseño de modos
cuestiones educativas porque, como planteara Joseph Sch-
wab, "Las debilidades de la teoría surgen de dos fuentes: el
rl. inlcracción asimétrica adecuados para permitir el acceso
.r r r»nocimientos cuyo graclo de especialización, abstracción
inevitable estado incompleto de los asuntos que tratan las teo-
,,,,»rrrplejidad no permite un acces() por r,ías informales. l-a
rías, y la parcialidad del punto de vista que cada una adopta
rlrrllictica no se preocupa por los mecanismos de influencia
con respecto a su ya incompleto asunto" (Schwab, 1974' p'10)'
, rlrrr lli\¡a en general, sino por los mecanismos escolares o
El "estado incompleto" de los asuntos que tratan las teo-
l,,r nlrliz¿rdos de influenci¿r educal.iva. l,as diferentes teorías
r.ías ¡t¡ significa problema alguno dentro de la teoría en sí, .sl-
tto sólo ut,u,ntlt¡ pretende usar como teoría educaciona,L Cuan-
.se l,a, l,'.r, ol<isicas no tienen igual posibilidad cle adecuarse a este
,, ,¡rrclirniento. Aquellas teorías que son capaces de explicar
rlo t'stc cs t'l «rtso, l¿ts (.eorías didácticas derivadas de una teo-
scri:rs dificultades para responder, por l.r ,'r'rrcsis de los pr()ccsos cocnitivos en lérminos de irrler-
r ílr rl¡ l¡lrst' t'¡f|'nllttt
,,rrrrl¡i<¡s resultan de más utilidad que aquellas que no lo ha-
t'it'rrr¡rlo, r'ttt'sliotttts t'claliv:ts a las restricciones que impone
,, rr l)<'sclc ese punto de vista, a la didáctica le interesa con-
«.nst'lllrr t'n ittsl iltt<'iotlcts cs1-lccializadas organizadas en tornos
',rrlcuu planteos de hornbre-con-otros. No le resulta decisivo
;r ur:rntlcs qruJX)s; los 1lt'<lblcrnas referidos a las selecciones de
, rr I;r ;rctutrlidad dilucidar el carácter de fáctor formante o ac-
cr¡nocimiento destinackt a la enseñanza y de su recontextuali-
trr.rrrlcls (luc se atribuya a la interacción con otros, sino el he-
zación;y, quizálo más obvio en términos de este trabajo, a có-
,lr,r rlr'(lll(', cn la teorí¿r considerada, ese tipo cle interaccio-
mo incrementar nuestra capacidacl de ayudar a enseñar (algo
n(:,,rsun):r la ¡rrrrpicdacl cle conclición necesaria. En este sen-
! ligeramente distinto de nuestra capacidad para ayudar a I

¡!
r rr l, r. los nlr ¡rlt'los tnt,l.si/c-i.n, probablemente expresen mejor la
rt aprender). Las teorías psicológicas carecen de instrument.al CJ

tr
r¡,rtrr:rlczlr rlt' l«¡s l)l'()('(rs()ri crlrrcalir«ts: :rqucllo rlue la socie- (,
conceptual para reconocer la variedad de problemas que se CI
,l.rrl lr:rr (.( lr:ul(lr¡ llr elulurcirr <lt'('()lnJ)('lon('ias del inclividuo !
k despliegan cuando se analiza la enseñanza y suelen limitar la ((
1l
rn
'',lt s,u rrllo" ('n s('nlirlr»:rrrr¡rli()-,- ll() st'¡lrrr<ltt<'t.t's¡r<ltrllirrt'ir-
comprensión de los fenómenos eclucativos a términos cle re- i.
4
3B mente por génesis biológica o psicológica. Entre ellos, los en- lr ¡r"lía educacional: tendencia de las psicologías educ¿rcionalcs
foques sobre el desarrollo que enfatizan su carácter de proce- rr clifbrencia de las cognitivas- a focalizar la investigacirin
so cultural y socialmente mediado parecen proporcionar un ,'rr niveles macro y a utilizar unidades de análisis mayores; én-
encuadre que apoya la comprensión del desarrollo humano lr¡sis en los problemas de aprendizaje ligados a la adquisición

con relación a los procesos educativos. En este caso, una valo- l la transferencia en situaciones de instrucción; desarrollo de
ración de distintos aportes -por ejemplo, acerca de la natura- rrroclelos contextuales y culturales; la inclusión del contenido
leza del desarrollo cognitivo- incluye una dimensión didácti r lrrs perspectivas disciplinares en los proyectos de investiga-
ca que, con cierta independencia de otras consideraciones r irin, adaptación a la diversidad con relación a las prácticas

teóricas, enfatiza los problemas que debe enfrentar. , rrlturales. (Pintrich, 1994). Estos rasgos dibujan un campo

Hasta ahr¡ra procur'é establecer diferencias de intereses ,,¡ruúln a algunos intereses didácticos y psicoeducativos que,
y, por lo tanto, de objetos privilegiados y definidos entre los cn lórminos de Coll, se caracteriza porque aya;nza hacia una
procesos de elaboración didáctica -si se acepta cierta concep- ,rrrlonomía creciente respecto de las disciplinas de referencia,
ción "práctica" de la disciplina- y los procesos de elaboración rcclraza el aplicacionismo, elabora modelos conceptuales
de teoría psicológica. Espero no haber utilizado abusivamen- ,¡rrc subrayen las interacciones entre alumnos, contenidos y
te una estrategia de fijación de límites. (Ya se sabe que el per- ¡rrofirsores, enfatiza la importancia del contexto situacional
sistente intento por definir límites fuerternente consolidados , rr cl que tienen lugar los procesos escolares de enseñanza y
cn las disciplinas educativas recurrió al uso de argumentos ,lr' :r¡rrcndizaje y genera una visión de las disciplinas que in-
t'pistcmol<idcos para dirimir el reparto de recursos materia- tr'11r rr propósitos de intervención junto con aspiraciones teó-

lcs y sirrrb<ilic:os clentro de un campo.) Afortunadamente, se rr, :rs (Ooll, 1993).

¡lrr'«lr' r'('( ()n()('cl tluc las relirciones entre conocimiento didác- [,,n segundo término, las teorías sobre el desarrollo
tir o 1, r'orro< irrrit'rrto ¡rsicoltiuico son muchas y productivas. r ,1' ¡ ¡ | ivo tienen gran importancia educativa porque aportan
1

l'or cjcrrr¡rl«r. t'l l»ogrcsivo avarrce de los enfoques cognitivos rrltrilol'as que ayudan a construir el sentido de la práctica.
lllr gt'rrt'r'l«l() un ( anll)(¡ <[c gr'¿rtr interés para la educación y la l'',1;r «'s una base muy importante para poder definir la direc-
lt'v itrrlizlrt irirr rlt' lr¡s t'rtfirt¡ucs culturales e interaccionistas del r ¡rirr «l('la educación y, por lo tanto, de las tecnolodas y de

rlcslrrrrrll«r;rbli<i nucr,us perspeclivas a través de los espacios 1.r., ¡rr ri« lir:irs que deben desarrollarse. Nuestra experiencia se

de interf¿rse donde l:r investigación sobre el aprendizaje se in- ' 'rr',uririr rle acuerclo con los consensos logrados en torno a
tegra con la investigación sobre la enseñanza y mediante el rlrllrcrrlt.s <:oncepciones. En este caso, más allá de los marcos
desarrollo de nuevas 1'poderosas irnágenes para la compren- ,,,n(( l)lrurlt's, lo que importa es la capacidad humana de
sión de las prácticas educativas. , r( ,u rr';rlirla<krs y lransitar por rnundos diversos y las imáge-
!
ci d
O Con respecto a 1o primero, se observa cómo los proble- n(', (lu(' ofir'<'r'u algrrn«rs ntoclclos del desarrollo cognitivo
i
O mas de la enseñanza y del aprendizajc comicnzan a tratarsc , r¡rtr('n('n un f-ll llu ¡>o<lt.r' 1r<'<lltu<iuir:o. a
! conjuntamente. Paul Pintrich caracteriza de lzr siguiente ma- l{<'r, islrrlos <'s(r¡s l)utrl()s <lr. « «rnllrt'to, no ctslít rlcrnírs ha- ,
ci

d
É !ñ
nerir algunos rasgos clc las irctuirles ittvt's(ir-Jltt'i,¡rtt's t'tt ¡lsit'o- { r r ilr¡,r ;rrlYCr lt.rrt ilr. I lrr:r lr'<lr'ílr lrt t'r(lr <lC l;t "llttt'nlr" ('ns(:-
4 -t
r.ur./,r, n() n(,s rlir t'(lu('slt( r'rlr' :tl ('ns( n:u. Ittor tu it r.sl:tlll«'r'r't
' -'''i.
|er i'
i o
{b*-:' : \
40 cómo el proceso debe ser llevado a cabo. Y no hay maneras rr.r irnienro. L,stas evolucionan ,ruNtá'qr.
cl (,bicr(, (l¡
neutrales de prescribir procesos. Siempre se elige, se opta y r,¡rrocimiento determina el proceso de comunicación. Al
se clesechan opciones. Se incluyen valores irnportantes y se ac- r()n)per con categorías generales como "el aprendizaje" o "el ¡,
túa en términos cle ellos. Las posiciones técnicas, explícita o rrrí'toclo" abren nuevos planteos en los tradicionales caminos i{* /
@,
implícitamente, tratan de eludir este principio cuando con- tlc claboración de conocimiento didáctico. -V I
fían en que una buena teoría -por ejemplo, acerca del apren- En los últimos años, los enfoques generales de la didác-
dizaie- les permita derivar los procedimientos adecuados pa- tir rr se han debilitado. Una de las razones es que muchc¡s
ra enseñar. De todos modos, la teoría en cuestión actúa tam- ¡rlrrnteos acerca de la enseñanzatran perdido parte de su ca-
bién como fuente de valores porque las teorías no sólo ofre- r ir( lcr prescriptivo en el marco de la polémica con la concep-

cen información cle utilidad para el diseño de propuestas, si- , irin tecnicista de la didáctica. Paralelamente, el conocimien-
no que constituyen un horizonte norrnativo. Según sostiene t,r rlt:jó de ser el escenario del encuentro entre clocentes y
Bruner, las más importantes teorías del desarrolk-¡ actúan co- ,rlurnnos y reclarnó su lugar en el "sistema didáctico"Ie El
mo cultura (Bruner, 1988, p. 138). Una vez aceptadas, nos de- l)r()( oso de la didáctica quedó redefinido por el juego trian-
finen como sujetos o definen los sujetos posibles que pode- f,r¡l:rr de posiciones y abrió paso a una notable y prolífica pro-
mos encarnar. El problema es que no siernpre la relación en- rlrrr ci<in con base en el contenido de disciplinas de conoci-
tre ciertas teorías y ciertos valores es tan directa como parece. rni<'rr(o. La gran virtud del aporte de las didácticas de disci
Aunque en términos eclucativos compete la consideración cle ¡rlirr:r consistió en su cercanía con la enseñanza. Ello les per-
czrsi cualquier valor humano, es dudoso que algo similar suce- rrritiri retomar el papel instrumental de la didáctica que se de-
cl¿r con las teorías del desarrollo o el aprendizaje. Por eso, una lrrlitlrlra ya fuera por "corrimiento" del campo, por ineficacia
cosa es apreciar el magnífico valor pedagógico que poseen las , l)( )r los reales límites de los planteos generales. Su gran ven-
irnásenes clel suieto ofrecidas por las teorías del desarrollo y t.r¡.r r r»nsistió en su abordaje de situaciones concretas. Enten-
otra, muy clistinta, Pensar que collstituyen una pedagogía' rlrrron, correctamente, que el conocimiento resultaba una
r',rrirrlrk: esencial y en esto aventajaron a cualquier planteo
II. Las didácticas especializadas en campos de f orrrurlista. Sin embargo, su virtud también aparejó debilida-

conocimiento rlrs: ¡r«rr"füerza, segmentaron el proceso educativo, avalaron


nn s('rifl() cientificista difícil de balancear y redujeron las va-
La dependencia psicológica se dejó sentir con más fuer- r r.rlrlcs
¡rara el análisis de la enseñanza. La idea de triángulo
za en los planteos gener.ales de la didá<:tica. Existieron alter- r, r rl iliz<i l)zrra reponer 1o que se suponía excluido en la rela-
nativas menos dependientes o, en todo caso, atadas a otros r r,n (l('t:rrscñilnza, el conocimiento
!
d -y la "terrible verdad" de !
ñ
C) funclamentos. Tal es el caso de las anteriormente llamadas rrr., tlrrrsfirrlnar:ioncs cn su [ránsito hacia la situación esco- o
(,
.i
"didácticas especiales". Una de las alternativas actualmente l,u , f rcrrtr.irl érr[asis rlc los riltimos tiempos en el aprendiza- O
r más importantes en el campo de la didáctica es el sostcnido l, r l,r lt lrrliciorr:rl irrr¡r«rrttrnr:i:r <lcl vór'ticc dcl macstro. Al sim- L
E ñ
desarrollo de las didácticas especializadas en campos de co-
r3
¡rlrlir:rr cl rrro<k'l«r ¡llrrtr r'«¡rrilillnrr l<ls JX.ri()s st.¡trorhrr.c, jrrrrl<r 7
4
,lc t'llos y hacerlos funcionar en un planteo dicláctico? Dcsrle 43
42 a la gandncia conceptual, una reducción de
las coordenadas
rrri ¡runto de vista, se puede recurrir a criterios prácticos cle:
del sistema y de sus Puntos de articulación' Por otra parte' el
, lcr'< iírn, ya que se trata de resolver problemas prácticos.
como ma-
crecimiento de los enfoques basados en disciplinas ( )rrc sean prácticos no excluye que se realicen consideracio-
nera, por ejemplo, de encarar los problemas del currículum rr«'s tc--itricas, sino que se pone entre paréntesis la discusión
en una su-
puede convertir el diseño de la tarea educacional f rrn<lumental en torno a "la mejor teoría". Esta alternativa co-

matoria. Paradójicamente, su especial\zaci1n clesespecializó l.r :r cn el centro de la decisión unos problemas diferentes. Es
importantes campos del conocimiento y de la práctica
educa-
existencia de ¡,,rr cllo que el enorme atractivo de las didácticas por disci
tiva. Este problema queda sin resolver porque la
¡rlrrra pierde algo de su encanto cuando se advierte la insalva-
dos continentes didácticos -general y especial- no
exPresa
que
lrlc rlificultad que existe para contestar desde ellas a la pre-
agendas
una división de roles, producto de las distintas lurrta: icómo al.Lrdar a enseñar? Y, como se explicó en el ca-
ser con-
cada una se traza. Por el contrario, la relación puede
¡rrtrrlo 1, esta es hoy una de las preguntas más importantes
flictiva por la disputa de espacios y hoy está marcada por
cier-
'¡'r,' ¡ruede fbrmularse la didáctica. Es indudable que tener
ta hegemonía de los enfoques especializados' lrucnrrs respuestas acerca de cómo ayudar a aprender y reali-
z,rr l»renas experiencias con maestros dirigidas a promover
III. El conocimiento didáctico y sus intereses .rltcrnzrtivas pedagógicas en áreas específicas es una condi-
( r( )n nccesaria para poder contestarla, pero no es suficiente.
rea-
Espero que haya quedado claro que la crítica que se l',rr:r ¡roder hacerlo necesitamos desarrollar un enfoque glo-
lizó en el primerapartado no se refiere al uso de teoría psi- l,,rl rlcl sistema de enseñanza, de los problemas del currícu-
teoría erlu'
cológica en el campo pedagógico, sino a su ltso como l,rn \'<le la vida en las instituciones, incluyendo ideas sobre
organi-
cacional. Lo mismo vale para cualquier otro enfoque 1,r.. r orlrliciones para el cambio educativo.
ser el-que
zador que actúe de manera exclusiva como puede N'lirntener una actitud pluralista con respecto a las teo-
brindanlasdidácticaspordisciplina.Siseeludeeltradicio- r r,r: s«rlrre el individuo, la sociedad o el conocimiento
nal enfoque de ciencia aplicada para enfrentar los problemas -aque-
la adop- llrr rluc Schwab (1974) denominó "modalidad ecléctica"-
didácticos, ya no resulta una preocupación central
o ¡,rr,'r k' <'«¡nstituir un rasgo importante de una teoría compati
ción de un único modelo sobre el desarrollo, el aprendizaje lill r on lits tareas de enseñanza. El conocimiento didáctico se
el conocimiento. Llevando más lejos el argumento' ni
siquie-
la en-
rlllnrr'l)()r rilr interés /, si se acepta el carácter práctico de los
ra sería necesario que se adopte un único modelo sobre
y de los pro- ¡,r,,lrlcrrr1ls quc enfrenta la didáctica, es probable que su prin-
señanza. Dado el desarrollo actual de la didáctica , r¡,.r1 cnr¡rrt:sa lcírrica consista en el desarrollo de principios
de
blemas que enfrenta, puede mantenerse una hipótesis
!

.r l ( ,r «k' lir t'ont.cxtu¿tliz¿rción y de la comunicación entre teo- IÉ

"adecuación". Desde este punto de vista' el trabajo didáctico


0)
¡E
r ¡,r', l'.stc t's rrn t'nf <¡<luc c()n rcspecto a las llamadas "teorías o
puede colocar entre paréntesis los supuestos
"duros" de los ñ
l,.r'.rr .ts «¡rrt. rr.srrllll ( ()ltvcrfl()nlo, p()r' ()lra parte , con la si- !
de sus con- ñ
! diferentes modelos teóricos y trabajar con algunas r:rr( nt(' :rlir rrurcirin: "No <l<'l¡t't¡r<¡s lirlri(al'nucslr()s lnétoclos a
.ú de varios
secuencias. Pero, ies posible tomar consecuencias 4
4
trrrrnentos y preparación del personal? Por <ttra pultc, trl{u- 45
41 un modelo único, por atractivo que sea a primera vista' por- rrlrs derivaciones del conductismo, en el qu«: se basan l¿rs tc<>
que no hay modelo capaz de hacer frente a todos
los tipos y
acuerdo ríls del aprendizaje mayormente aceptadirs por csta corrien-
estilos de aprendizaje" $oyce y Weil, 1985, p'11)' De
meto- tr', obligan a resolver problemas de número: icómo garanti-
con esto, Weil y loyce advierten contra el dogmatismo z:rr la aplicación adecuada de contingencias de refüerzo que,
técni-
rlológico y proponen la utilización de un instrumental
de la ¡ror definición, requieren de un número enorme de acciones
co v¿rriado y adecuado para cubrir diferentes exigencias
, , rn cada individuo en tiempos breves? Pero la tecnología ins-
tarea con relación a objetivos, enfbques de aprendizaje
y la
tr tr<:cional no tuvo import.antes preocupaciones filosóficas
perspectiva general de los docentes sobre la enseñanza'
Este -
critico con l n() se dedicó a mirar su disciplina como objeto de reflexión
ptur'ri"o rechaza el fundamentalismo teórico y es
sirro que se dedicó con entusiasmo a ser prolífica dentro de
dimen-
rerpectc, a las reducciones de la enseñarrza a una sola
, lllr- ;, muchísimas personas relacionadas con educación no
sión centrada en una gran teoría del aprendizaje' r r»rnpartían los postulados de esa corriente y no estaban dis-
Si se considera a la didáctica como una disciplina prác-
)r r('stas a reconocer algunas de sus intuiciones. El caso es que
de la
tica, se presenta una nueva marlera de ver el problema
|

..teoría y práctica,,. En Sentido estricto, para al- l,rs nrodificaciones acaecidas en la dimensión de los sistemas
relación entre ,l<' cnseñanza fueron poco apreciadas como motivo para re-
éste só-
gunos disolvió el problema porque se considera que
producidas fue- l)('nsAr los problemas y redefinir las tareas de la didáctica.
1o ocurre cuando se trata de importar teorías
Mi impresión es que, desde un punto de vista teórico,
ra clel contexto práctico. O sea, sólo en una concepción cle , str¡ sucedió porque se redujo de manera inintenciclnada una
"cieuci¿r aplicada" aparece este problema'2u Este planteo ex-
tcr»r'írr de la enseñanzaa una teoría acerca de cómo ayudar en
plic:r ciertas dificultades que habitualmente se enfrentan , l slkin de clases a que unos alumnos aprendan. Esto explica
<:rurtttlt¡ sc intenta "cambiar la enseñanza"'
l,rs «'s(rechas ligazones entre la didáctica y las teorías del
( lotrto se itl'irmó en el capítulo 1, el cambio de escala en
y .r¡rrcrrclizaje y del desarrollo y creó una dependencia que re-
lrr 1«'tivirl¿ttl clc cnseñanza debería modificar las preguntas
',rrllrr r'ornprensible si se enfatizan los aspectos cara a cara de
lirs t.ztt'crts tlc irlgttrras ncr.ividades especializadas dedicadas
a
suficien- l,r crrsciranza. Pero, desde un punto de vista didáctico, no pa-
cll¿r. I'ertt rlo es seguro que estos cambio hayan sido
r( (('luuy sensato ocuparse de la enseñanza sólo en términos
t'elnenteaquilataclos.l)entrodelascorrientesdidácticascle ,lc lrr slrla de clases, dejando de lado que los problemas cen-
lasúltirnasdécadasprobablementehasidolatecnologíains- tr.rlt's sr: ¡;l:rntean en términos de los sistemas institucionales
truccional, basada en el análisis de sistemas y la instrucción ,1, «'rrsci)lu)z¿r. IJna didáctica puede contener una teoría de la
programada, la que mejor entendió que se planteaban nuevas
r rr.,l r r rr «'i<in, por() una teoría de la instrucción difícilmente cu-
ra-
tareas. Esto es un gran rnérito de ese enfoque' Por varias
!
!
l,r.r, l¡or sí rrrisrnu, toclas las necesidades educacionales que re- ¡i
zones el problema le importaba' Por un lado, las preocupa-
c3
¡!
,
¡rricr «'rr r'('sl)lt('slls tlirlli<:ticlrs.
ciones económicas que mantenía llevan a tenerlo en cuenta'
O

d !
porque: icómo resolver el problema de la enseñanza con
re- cd
! É
ins-
cursos siempre escasos en términos de financiamiento'

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