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295-311, 2012
de Psicología Clínica Spanish Journal of Clinical Psychology, www.aepcp.net ISSN 1136-5420/12
y Psicopatología
A MPAROB ELLOCH
Facultad de Psicología, Universidad de Valencia, España
Resumen: Las elevadas tasas de comorbilidad y covariación entre los diversos trastornos mentales
constituyen una de las limitaciones más importantes de los actuales sistemas de diagnóstico psi-
quiátrico, que además están basados en categorías definidas por sus características clínicas y no en
supuestos etiológicos. Estas limitaciones se ponen especialmente de manifiesto en el caso de los
trastornos de ansiedad y depresivos, y se producen también en los trastornos alimentarios. La acu-
mulación de evidencias sobre el solapamiento de síntomas ha llevado a sugerir la existencia de
dimensiones patológicas comunes y compartidas entre los diferentes trastornos de ansiedad y de-
presivos y a proponer un enfoque transdiagnóstico para estos trastornos. Paralelamente, se han
propuesto tratamientos transdiagnósticos para los trastornos emocionales, que se centran en las
comunalidades observadas más que en sus diferencias. Este artículo analiza algunas de las dimen-
siones comunes a los trastornos emocionales que cuentan con evidencia empírica, así como su
utilidad y limitaciones a la hora de avanzar en la comprensión de la psicopatología de esos trastor-
nos y las implicaciones para un tratamiento transdiagnóstico.
Palabras clave: Trastornos emocionales; tratamiento transdiagnóstico; terapia cognitivo-conductual;
ansiedad; depresión.
tratamientos de elección indudable para lano es ajeno al imperio de los sistemas de diag-
ma-
yoría de los trastornos de ansiedad, o como nóstico psiquiátrico en la psicopatología actual,
coadyuvantes necesarios para el tratamiento empeñados
de en delimitar características sintomá-
otros muchos, desde los del estado de ánimo, ticas concretas y, hasta cierto punto, únicas y
hasta los problemas de la esfera alimentaria distinguibles
o para cada entidad diagnóstica. Tam-
los de la psicótica. bién ha contribuido, en opinión de Clark, la he-
gemonía que el enfoque cognitivo de A. T. Beck,
El desarrollo de protocolos específi cos para
problemas y/o trastornos que supuestamente con su énfasis en la especifi cidad de contenidos
son asimismo específi cos, ha contribuido de sin los diversos trastornos mentales, ha tenido en
duda a facilitar la diseminación de los TCCla psicopatología de los últimos 20 años. La hi-
entre los profesionales, ya que les permitepótesis
dis- de la especifi cidad de contenido afi rma
poner de un «catálogo» bien sistematizado quede «cada uno de los diferentes trastornos psi-
procedimientos y técnicas a los que acudircológicos
para tiene su propio perfi l cognitivo, que se
pone de manifi esto en el contenido y la orienta-
resolver los problemas de sus clientes. Y esto,
seguramente, disminuye las dudas e inseguri- ción de las cogniciones negativas y sesgos de
dades sobre el propio ejercicio profesional,procesamiento
ade- asociados con el trastorno»
(Clark, Beck, y Alford, 1999, p. 127).
más de proporcionar un cierto sello de «garan-
tía de calidad» de los tratamientos psicológicos Esa apuesta por la especifi cidad maridaba
ante la sociedad y ante otros profesionalesbien de con las propuestas nosológicas psiquiátri-
la salud. cas que se pusieron de manifi esto en la tercera
Este estatus de excelencia que sin dudaedición
han de 1980 del Manual Diagnóstico y Es-
alcanzado los TCC no es gratuito. Una de las tadístico de los Trastornos Mentales de la Ame-
razones para ello ha sido, sin duda, la firmerican Psychiatric Association, y que convirtie-
apuesta que estos tratamientos hicieron desderon elel DSM-III en el manual de referencia
principio por anclar sus planteamientos enimprescindible
la para la investigación y la prác-
tica
psicología empirista. O si se prefi ere, en la ne-de la psicopatología, en especial la de orien-
cesidad de fundamentar cualquier afi rmación tación médico-biológica. Y no cabe duda de que
teórica en datos obtenidos mediante procedi- ello ha supuesto algunas ventajas. No hay que
olvidar que, entre otras cosas, la profunda reo-
mientos repetibles y ajustados a las metodolo-
gías de tipo hipotético-deductivo, que tan rientación
buenos que supuso el DSM-III pretendía
resultados ha proporcionado en muy diversos resituar a la Psiquiatría en el ámbito más amplio
campos de la ciencia desde los inicios del desi- la Medicina, otorgándole un «marchamo» de
cientifi cidad que, por muy diversas razones, no
gloXX. La adhesión a estos principios, con sus
había conseguido lograr a diferencia de otras
lógicas variaciones y modifi caciones, ha sido
una de las marcas de contraste de los TCC, especialidades
des- médicas. La distribución del
de los estudios e investigaciones pionerascuerpo
de humano en órganos y aparatos bien de-
Watson y Rayner, anclados en el movimiento limitados, cada uno con sus funciones y disfun-
conductista, que darían más tarde lugar a cionalidades
la Te- específi cas, ha proporcionado a los
profesionales de la Medicina un conjunto de
rapia del Comportamiento, hasta los desarrollos
más actuales de autores como Beck, Ellis, avances
Ra- espectaculares tanto en el ámbito de la
chman, o Salkovskis, por mencionar algunos etiología
de de las diferentes enfermedades, como
por supuesto en su diagnóstico y tratamiento.
los más conocidos. En estos últimos la impron-
ta cognitiva viene marcando cada vez másExistían
su también, y siguen existiendo claro está,
las llamadas «enfermedades sistémicas», pero
huella, lo que ha permitido ampliar las perspec-
tivas hacia otros enfoques de psicoterapia.no representaban un problema epistemológico
fundamental: bastaba con delimitar cuál era la
Pero esta adhesión a los principios y postu-
lados de la «ciencia normativa», ha tenidoenfermedad
y originaria o primaria para dar una
tiene también su coste. Como acertadamente salida honrosa y manejable al problema.
recuerda Clark (2009), el diseño de los protoco- La Psiquiatría, en cambio, estaba muy lejos
de gozar del estatus de prestigio del que disfru-
los de TCC específi cos para trastornos concretos,
Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2012, Vol. 17 (3), 295-311 © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología
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Nota. AS = ansiedad (fobia) social; DM = depresión mayor; IU = intolerancia a la incertidumbre; TAG = trastorno de ansiedad genera-
lizada; TB = trastorno bipolar; TCA = trastornos de la conducta alimentaria; TEPT = trastorno de estrés postraumático; TOC =
obsesivo-compulsivo; TP = trastorno de pánico; TPs = trastornos de personalidad.
trastorno
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cológicos» (p.269). Una de las razones quediagnóstica muy discutibles (Brown y Barlow,
explica la transversalidad de esos procesos ra-
2009).
dica, precisamente, en su dimensionalidad. Por Así las cosas, la tarea de reorientar el modo
ejemplo, la atención selectiva es como se en sabeel que se diagnostican los trastornos mentales
un mecanismo cognitivo normal, presenteparece en la ineludible. Y el enfoque transdiagnóstico,
vida mental cotidiana, resultado de las limita-
basado en una conceptuación dimensional de los
ciones propias del sistema cognitivo humano. diferentes síntomas, parece ser el candidato idó-
Sin embargo, su funcionamiento excesivo neo en para tal empresa. Las ventajas de adoptar
determinadas circunstancias (por ej., anteesteestí-enfoque frente al actualmente dominante
mulos potencialmente amenazantes), la conver-son varias. Por un lado, en la medida en que los
tiría en disfuncional y dañina en el sentidodiversos
que síntomas se defi nen en términos dimen-
Wakefield (1992a, 1992b) dio a la acepción sionales susceptibles de operacionalización, es
«disfunción dañina» para resaltar dos de las posible construir instrumentos fi ables y estanda-
características nucleares de todo trastornorizados
men- (entrevistas guiadas, auto-informes, me-
tal: su negatividad en relación con los valores
didasy de laboratorio, etc.) que permitan apresar
normas culturales, y su carencia de utilidad en qué medida un paciente particular posee un
desde el punto de vista evolutivo. determinado síntoma o un conjunto de ellos. Del
mismo modo que sucede con los cuestionarios
de personalidad al uso, disponer de este tipo de
UTILIDAD DEL ENFOQUE instrumentos permitiría disponer de un cuadro
TRANSDIAGNÓSTICO completo de los diversos problemas que presen-
ta un paciente que, además, sería dibujado del
En la práctica totalidad de las publicaciones
mismo modo independientemente del evaluador,
sobre la perspectiva transdiagnóstica se incide
es decir, de su pericia o su orientación teórico-
en un mismo aspecto para justifi car la necesi-
técnica. En suma, adoptar un enfoque transdiag-
dad de adoptarla, que ya hemos mencionado en permite mejorar el diagnóstico individual
nóstico
la introducción: las limitaciones e inconvenien-
y facilita la comunicación interprofesional.
tes del enfoque diagnóstico categorial para dar En segundo término, el enfoque transdiag-
cuenta de las muchas comunalidades observa- nóstico permite avanzar en la comprensión de
das entre trastornos aparentemente diferentes,
los factores etiológicos involucrados en el inicio
lo que entre otras cosas, explica las elevadas
y el mantenimiento de trastornos mentales sin-
tasas de comorbilidad entre ellos. Este principio
tomatológicamente diferentes. Esto es así por-
general es especialmente aplicable a los tras-
que se tienen en cuenta diversas combinaciones
tornos emocionales, pero también a los dede la variables, cuya contribución al resultado fi -
esfera alimentaria (Fairburn, 2008; Fairburn,nal puede ser analizada sin perder de vista las
Cooper, y Shafran, 2003; Milos, Spindler, demás. Es decir, el enfoque transdiagnóstico
Schnyder, y Fairburn, 2005). Y, si se trasciende
permite comprender la comorbilidad y diagnos-
de las categorías diagnósticas al uso, dispone-
ticarla de manera adecuada.
mos actualmente de muchas evidencias que En tercer lugar, en la medida que se dispone
hablan en favor de dimensiones subyacentes de estrategias y técnicas de tratamiento efi caces
comunes a trastornos muy diferentes desde para
el las dimensiones de síntomas (p.ej., para
punto de vista sintomatológico: el caso delos lascomportamientos de evitación, la ira, la
intrusiones mentales no deseadas que comen- intolerancia a la incertidumbre, las intrusiones
tamos antes resulta especialmente ilustrativomentales,
en etc.), se pueden diseñar programas
este aspecto. Las propuestas de diferentesespecífi
es- cos de tratamiento para cada paciente
pectros de trastornos que actualmente se individual,
mane- es decir, programas «ad hoc», adap-
jan para la próxima edición renovada del DSM tados a las diversas manifestaciones del males-
vienen también a reconocer en parte las limita-
tar y, especialmente, de sus interrelaciones. Y
ciones de un enfoque categorial excluyente, que
todo ello con la seguridad de que el paciente va
en general presenta unos índices de fi abilidad
a recibir el mejor tratamiento disponible.
© Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2012, Vol. 17 (3), 295-311
Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2012, Vol. 17 (3), 295-311 © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología
mittmann, 2011; Cramer, Waldorp, van dersucede a un paciente, o de en qué consiste una
Maas, y Borsboom, 2010). En palabras de determinada
Bors- alteración o trastorno, es una tarea
boom et al. (2011), «la combinación del mode-
compleja y difícil de lograr. Además, si se quie-
lo transdiagnóstico y los modelos de redesreabreque las dimensiones vayan más allá de la
la ventana a considerar una variada y ricamera
gamadescripción del status quo en un momen-
de diferencias individuales cualitativas y cuan-
to concreto, deben tener capacidad explicativa
titativas que (…) permite progresar en la com-
real y, a su vez, deben tener explicación, es
prensión y mejorar las intervenciones». decir, deben estar fi rmemente asentadas en su-
puestos teóricos empíricamente sustentados que
sean clínicamente relevantes. Del mismo modo,
LIMITACIONES es necesario poder determinar cuál es su papel
etiológico en relación con el problema que se
Las ventajas potenciales que ofrece la pers-
pretende explicar: por ejemplo, si mantiene el
pectiva transdiagnóstica frente a la tradicional
problema o está en el origen del mismo.
representan hoy más un reto que una realidad El establecimiento de puntos de corte clíni-
fi rmemente asentada. En este sentido, cabe ha- signifi cativos es otro de los retos pen-
camente
cer una diferenciación entre las limitaciones o
dientes especialmente complejo, en especial
inconvenientes del enfoque transdiagnóstico cuando una buena parte de las investigaciones
desde un punto de vista de la psicopatología y,
se basan, hasta la fecha, en muestras extraídas
consecuentemente, del diagnóstico, y las limi-
de la población general sin psicopatologías.
taciones desde la perspectiva de la traducción
Pero además, aun en el caso de que se estable-
de ese nuevo enfoque al tratamiento transdiag-
cieran tales puntos de corte, se plantearía un
nóstico. problema adicional difícil de resolver porque
Uno de los riesgos importantes para la psi-
en cierto modo atenta contra la idea misma de
copatología es el de traducir, sin más cuestio-
multi-dimensionalidad. Si asumimos que una
namiento y de manera lineal, la idea de conste-
dimensión por si sola tiene una capacidad ex-
lación de síntomas (y sus posibles causas)plicativa
a la y diagnóstica nula o escasa, y que su
de un conjunto más o menos amplio de dimen- mayor utilidad reside en las relaciones que pue-
siones de variables de muy diversa naturaleza,
de mantener con otras dimensiones, entonces el
cuyo manejo puede resultar difícil no solo establecimiento
en la de puntos de corte clínicos se
práctica sino también desde el punto de vista de
convierte en una tarea casi imposible de cara al
la investigación. Uno de los principios básicos
diagnostico individual.
de la psicopatología es que los síntomas por Porsí lo que se refiere al trasvase desde el
solos, tomados de manera aislada, no son transdiagnóstico
sufi - al tratamiento, el primer reto
cientes para establecer o descartar la presencia
refiere a demostrar que es igual de eficaz o
de un trastorno. Este mismo principio puede mayor que los tratamientos individuales que ya
aplicarse a las dimensiones. La cuestión no han demostrado su efi cacia. Hasta el momento,
radica únicamente en si una persona tienehay mu-unos pocos estudios que indican una mayor
cha o poca tolerancia a la incertidumbre, por
eficacia del tratamiento transdiagnóstico de
poner un ejemplo, sino en cuáles son las causas
corte cognitivo-conductual en comparación con
de ello, cuáles sus consecuencias, cuándolista
y de espera (Norton y Philipp, 2008). Más
cómo se manifi esta, con qué intensidad, hasta
recientemente (Norton y Barrera, 2012) se ha
qué punto puede ser adaptativa o no, y sobrepublicado un ensayo controlado aleatorizado en
todo, cómo impacta en el resto de las caracte-
el que se compara la efi cacia de un protocolo
rísticas (dimensionales) que defi nen y explican
transdiagnóstico de TCC con TCC focalizada.
el problema y/o el malestar del paciente, esEn ambos casos el tratamiento se dispensó en
decir, cómo las modula. formato grupal y participaron 46 pacientes con
Desde esta perspectiva, determinar cuál trastornos
es de ansiedad (pánico, ansiedad social,
el número mínimo de dimensiones necesarias y ansiedad generalizada). Ambos tratamientos
para obtener un cuadro ajustado de lo quetuvieron
le una duración de 12 semanas, con 1
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sesión semanal de 2 horas. Los resultados deEn otro orden de cosas, y aunque este es un
eficacia y cumplimiento terapéutico fueronproblema que no afecta solo a los protocolos de
comparables al finalizar el tratamiento, asítratamiento transdiagnóstico, es necesario lo-
como la tasa de abandonos en cada caso ygrar la un acuerdo claro entre los profesionales
valoración de los pacientes sobre el tratamien-
acerca de qué se considera efi caz en términos
to recibido. Este estudio, no obstante, presenta
de respuesta al tratamiento para cada paciente
algunas limitaciones que es necesario indicar:
concreto y para cada trastorno o conjunto de
el número total de pacientes sobre los quetrastornos.
se La efi cacia de los tratamientos no
dispuso de información al fi nalizar los trata-
depende sólo de que disminuyan o se atenúen
mientos fue de 28 (16 en el grupo de transdiag-
las puntuaciones en un determinado cuestiona-
nóstico y 12 en el de TCC focalizada); algunos
rio, en una entrevista clínica, o en la valoración
grupos eran de solo 3 pacientes; no se incluye-
o impresión clínica global que hace el clínico.
ron pacientes con trastornos depresivos como Es necesario que esa disminución sea clínica-
diagnóstico principal, y no hay datos de segui-
mente signifi cativa, que los instrumentos de
miento. En consecuencia, el alcance y genera-evaluación registren verdaderamente los cam-
lizabilidad de los resultados es bastante escasa,
bios que se esperan con el tratamiento, y que
en especial por lo que se refi ere a la apuesta
hayapor acuerdo sobre qué instrumentos aplicar,
un protocolo unifi cado para trastornos emocio-
cuándo se deben aplicar, y quién debe hacerlo.
nales, ya que en ningun caso el diagnóstico de
Aunque ciertamente se ha avanzado mucho en
depresión estaba formalizado como principal. este terreno, lo cierto es que todavía queda mu-
El escaso número de participantes en algunos cho por hacer y acordar. Basta con echar una
de los grupos plantea asimismo dudas sobre la a los trabajos que se publican incluso en
ojeada
consideración del tratamiento como grupal, y
revistas de alto impacto y calidad científi cas
la carencia de datos de seguimiento no permite
para caer en la cuenta de que no siempre hace-
valorar la estabilidad de los logros terapéuticos
mos las cosas como deberíamos.
alcanzados. En suma, es necesario disponer Por de otro lado, aunque ciertamente el trata-
más ensayos controlados que incluyan un mientonú- transdiagnóstico de TCC se ha planteado
mero de pacientes considerablemente mayor paraasídispensarlo en formato grupal, sería impor-
como incrementar la variabilidad diagnóstica tante y disponer de información que compare sus
equiparar adecuadamente el tamaño de los gru-
resultados con los que habitualmente se obtie-
pos, además de contar con datos de seguimien-nen con el formato individual de TCC. Actual-
to. Solo a partir de aquí podremos contar conmente hay abundante información sobre la ele-
información fi able sobre la validez incremental
vada efi cacia de la TCC para una amplia gama
que supone el tratamiento transdiagnóstico de trastornos de ansiedad y depresivos, y sabe-
frente al focalizado. Además, dada la relativa-
mos también que el formato individual de esta
mente amplia variedad de ingredientes terapéu-
modalidad de psicoterapia es en general más
ticos que, por ejemplo, se incluyen en el proto-
efi caz que el grupal. En consecuencia, otra prue-
colo transdiagnóstico del grupo de Barlow,ba esimportante para un protocolo transdiagnós-
necesario diseñar estudios sobre desmantela- tico sería dispensarlo en formato individual y
miento, con el fi n de conocer cuáles de tales
compararlo con el tratamiento TCC individual.
ingredientes resultan necesarios por su efiPor cacia
ejemplo, sabemos que la Exposición con
y cuáles son accesorios. Este aspecto resultaPrevención de Respuesta, ingrediente básico de
especialmente importante porque la mayor la par-
inmensa mayoría de programas de TCC para
te de los ingredientes del protocolo de Barlow
cualquier trastorno de ansiedad (de hecho, ocu-
et al. (2011) son los mismos que se incluyen pa enun mínimo de 7 sesiones en el protocolo de
los tratamientos grupales de TCC específi costratamiento transdiagnóstico de Barlow et al.,
para distintos trastornos de ansiedad (i.e.,2011),
psi- debe estar focalizada en los temores y
coeducación, revaloración cognitiva, exposi- preocupaciones particulares del paciente, debe
ción interoceptiva y situacional, prevención de
dispensarse con un intervalo de tiempo lo más
recaídas). breve posible entre sesiones (una vez a la sema-
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