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PROTOCOLO DE TEMÁTICAS N° 1 – SUCESIONES.

Para la clase 19 de julio de 2018, con corte a la clase del 26 de julio de 2018.
Santiago Tovar Fernández – Facultad de Derecho.

En esta ocasión, se replicará de forma estructurada el contenido analizado en la sección


señalada en el título, para lo cual es pertinente iniciar estipulando que el presente
documento se estructurará en dos (2) bloques, que reflejan la siguiente categorización del
contenido del presente escrito:

a. Clasificación de los integrantes de las familias, incluyendo los grados, líneas y tipos de
parentesco entre los familiares.

b. El matrimonio, así como sus efectos jurídicos generales.

De esta forma, se pretende conseguir un documento resumido que contenga la mayor


información sobre los temas que le son concernientes, y con la profundidad más idónea
posible, para que funja como material de consulta posterior para las actividades
académicas que le sean pertinentes.

I. LA CLASIFICACIÓN DE LA FAMILIA.

En Colombia, la familia tiene connotaciones diversas basándose en el tipo de relación


existente entre sus miembros, es por eso que, dependiendo de la proximidad en los
gráficos de clasificación que ostente cada miembro entre sí, habrá una mayor o menos
carga jurídica manifestada en obligaciones de naturaleza personal, como por ejemplo, las
obligaciones de alimentos.

En ese sentido, los árboles genealógicos en Derecho de Familia son fundamentales para
generar el panorama fáctico necesario para poder entender las relaciones de familia
existentes, que darán lugar a la consignación jurídica de los efectos normativos que sean
procedentes, como por ejemplo, la división entre hijos de la herencia, o las presunciones de
paternidad; es por este motivo que el mapeo de las relaciones interpersonales entre los
presuntos sujetos de derecho relacionados en un caso de Derecho de Familia debe ser el
PRIMER paso a seguir para cualquier abogado que pretenda resolverlo.

Así las cosas, entonces, entre una persona fallecida, también denominada causahabiente,
occiso (si se trata de una muerte de connotación penal) o de cujus, pueden haber varios
tipos de relaciones:

1. El cónyuge o compañero permanente superviviente o supérstite, dependiendo de si el


vínculo jurídico entre las dos personas surgió a raíz de un matrimonio, o de una unión
marital de hecho. Cabe aclarar en este punto, que nada obsta para que una persona
tenga vigente una unión marital de hecho de forma simultánea a un matrimonio,
siempre que no convivan al mismo tiempo, puesto que el criterio esencial se
circunscribe a la convivencia, y no a una jerarquía relacional entre el matrimonio y la
unión marital de hecho, al respecto, señala la Sala de Casación Laboral de la Corte
Suprema de Justicia en Sentencia del 22 de marzo de 2017, con Radicado 34785 y M.P.
Rigoberto Echeverry Bueno:

“(…) el parámetro esencial para determinar quién es el legítimo beneficiario de la pensión de


sobrevivientes es la convivencia efectiva, real y material entre la pareja, y no tanto la
naturaleza jurídica del vínculo que se tenga, de manera que, prima facie, no existe una
preferencia de la cónyuge supérstite sobre la compañera permanente, por el solo hecho de
mantener el vínculo matrimonial vigente (…)” (Subraya y negrillas fuera del original).

2. Los hijos, que pueden ser matrimoniales o extramatrimoniales. Sin embargo, frente al
padre esa distinción no trae mayores particularidades, ya que la Alta Corte
constitucional determinó que la asignación de cargas diferenciadas a los padres en
materia de obligaciones parentales a los hijos, basándose en la “legitimidad” del hijo,
resultaba abiertamente discriminatorio. Señala, por lo tanto, la Corte Constitucional en
Sentencia C-404 de 2013, al meditar sobre las asignaciones de patria potestad entre los
hijos que se consideraban legítimos y los no legítimos:

“(…) no existe ninguna justificación para que ese deber, que a la vez es un beneficio que
se debe predicar en favor de todos los hijos al margen de los modos de filiación, se
restrinja al lazo matrimonial porque claramente trae consigo una discriminación por el
origen familiar (…)”

Sin perjuicio de lo anterior, cabe resaltar que sí existen factores diferenciados para la
interacción entre hermanos que nacen dentro de un mismo vínculo matrimonial, y los que
no nacen dentro de dicha relación. Es lo que se conoce como hermanos de simple y doble
conjunción, siendo los hermanos de simple conjunción los coloquialmente denominados
“medio hermanos”, y los de doble conjunción los hermanos matrimoniales.

En este sentido, el efecto jurídico principal es que, en caso que de un determinado


causahabiente los hermanos tengan derecho a una cuota sucesoral, tendrá mayor
porcentaje de repartición el hermano de doble conjunción que el de simple conjunción.
Adicionalmente, un hermano de doble conjunción podrá solicitar alimentos, mientras que
no es posible instaurar una acción judicial contra un hermano de simple conjunción para
tales efectos, salvo que sea un hermano de simple conjunción legítimo. Frente al particular
estipula la Corte Constitucional en Sentencia C-153 de 2003:
“En cuanto a los hermanos, la obligación de dar alimentos fue establecida por el Código
únicamente en favor de los hermanos legítimos. No existe entonces obligación entre
hermanos extramatrimoniales, ni tampoco a favor del hermano legítimo por parte de su
hermano extramatrimonial, ni al contrario, a favor del hermano extramatrimonial por parte
del hermano legítimo. Pero entre hermanos de simple conjunción legítimos (medios
hermanos) existe la obligación.” (subraya fuera del original).

Por lo demás, es claro que la presunción de paternidad que originalmente solo se


predicaba de las relaciones matrimoniales, ahora abarca también a los hijos habidos
durante las uniones maritales de hecho, motivo por el cual en caso de coexistir una
relación matrimonial con una unión marital de hecho, existirá una presunción doble que
legitimará a la criatura por activa para solicitar alimentos a cualquiera de los dos, toda vez
que se trata de una presunción de derecho únicamente desvirtuable mediante una
sentencia judicial que avale la impugnación de paternidad. El fundamento axiológico de
esto es descrito por la Corte Constitucional en Sentencia C-310 de 2004 de la siguiente
forma:

“En consecuencia, acorde con la protección que en condiciones de igualdad se reconoce a las
distintas formas de familia, tratándose de derechos y obligaciones, los hijos legítimos,
extramatrimoniales y adoptivos también se encuentran en un mismo plano de igualdad y, por
tanto, deben recibir un mismo tratamiento jurídico que, de acuerdo con la jurisprudencia no
se predica exclusivamente de las relaciones entre padres e hijos, sino que se extiende también
a todos los ascendiente y descendientes ya sean éstos legítimos, extramatrimoniales o
adoptivos.”

Por último, es menester traer a colación que las obligaciones por consanguineidad
seguirán vigentes incluso en las filiaciones más remotas, como lo sería para el
curiosamente llamado “chorno”, que es el descendiente del tataranieto. Por lo demás, las
denominaciones como “ahijados”, “padrinos” o “compadres” son de carácter puramente
cultural o religioso, motivo por el cual no producen efectos jurídicos propiamente dichos.

II. SOBRE EL MATRIMONIO.

Lo primero que debe ser dicho frente al matrimonio es que produce efectos de
naturaleza jurídica que pueden ser resumidos de la siguiente forma:
Frente a la modificación del estado civil, basta con mencionar que transmuta del estado
anterior que estuviera vigente, a CASADO(A).

En cuanto a la adquisición de obligaciones de socorro, ayuda y fidelidad, resulta


pertinente realizar la siguiente diferenciación entre cada una de ellas:

a. El SOCORRO hace referencia a cooperación de carácter económico y patrimonial,


que se circunscribe por antonomasia a las obligaciones alimentarias entre los
cónyuges.
b. La AYUDA se refiere al apoyo de carácter emocional que implica el sostenimiento de
proyectos de vida juntos, y que se fundamenta en el carácter de incondicionalidad que
debería permear un matrimonio.
c. La FIDELIDAD implica la monopolización del afecto entre los cónyuges, de tal forma
que se torna exclusiva e irrepetible la relación que existe entre los dos. De esta forma,
es posible traicionar la fidelidad del matrimonio de dos formas: Mediante la
infidelidad física, que supone la ejecución de conductas sexuales con terceros, y la
infidelidad moral, que se basa en el tratamiento de un tercero con las facultades
intersubjetivas que deberían ser exclusivas para el cónyuge, sin que tengan
connotación sexual.
El siguiente es el deber de cohabitación, que coloquialmente se denomina “compartir
techo, lecho y mesa”, en la medida que refleja apropiadamente las obligaciones jurídicas
de convivencia bajo el mismo domicilio, la satisfacción de necesidades propias de la vida
conyugal y el sostenimiento compartido de la subsistencia de la relación matrimonial
mediante aportes compartidos.

Cuando se generan efectos de filiación, se circunscribe principalmente a la aplicación de la


presunción legal de paternidad mencionada anteriormente, de tal forma que cualquier
persona que nazca dentro del vínculo matrimonial, será considerada como hijo de los
cónyuges con fundamentación axiológica, ética y jurídica en la condición de fidelidad y
cohabitación que permea la relación de los cónyuges.

Por otro lado, el parentesco implica que los cónyuges QUE NO SON PARIENTES
ENTRE ELLOS, se convierten en fuentes de parentesco externas. Hay tres clases de
parentesco: i) consanguineidad (unidos por la sangre), ii) civil (la adopción, que solo
puede ser dada por un juez de familia, nadie más) y iii) de afinidad (Que son los vínculos
adquiridos con los consanguíneos del cónyuge y/o del compañero permanente).

Las líneas de parentesco son rectas o directas y colaterales, oblicuas o transversales.


Cuando los parentescos implican que solo hay que bajar en la gráfica o subir, es recta, si
hay que encontrar un tronco o raíz común para volver a bajar, es colateral. Los grados
implican las generaciones que hay entre parientes, los hijos y padres son un grado, los
hermanos son dos grados, y los primos son cuatro generaciones. En afinidad, el grado es el
mismo que tiene el cónyuge en consanguineidad. Los cónyuges no son parientes, ni
siquiera en afinidad, la afinidad arranca con el grado más próximo del consanguíneo del
cónyuge, y el tipo de parentesco determinará si son consanguíneos, civiles o afines.

Por otro lado, están los EFECTOS ECONÓMICOS DEL MATRIMONIO que se basan en
la creación de la sociedad conyugal. La regla general es que todo matrimonio genera
sociedad conyugal, y que uno de los mecanismos para evitar la sociedad conyugal es la
capitulación matrimonial, en donde se puede excluir toda integración de patrimonios,
aunque hay doctrina encontrada al respecto. Cabe aclarar, sin embargo, que en
capitulaciones no se puede pactar nada personal, puesto que eso es de orden público, solo
temas económicos y patrimoniales.

Los principios de la sociedad conyugal son: i) Que solo hay dos socios, los cónyuges, ni los
hijos son socios, los hijos lo único que reportan a la sociedad conyugal son pasivos, ii)
Cuando se celebra el matrimonio, la autoridad religiosa, el juez o el notario (que son los
funcionarios investidos para celebrar matrimonio) abre la realidad jurídica, en virtud de lo
cual todo lo adquirido desde el matrimonio es patrimonio de la sociedad, las
consecuencias fundamentales son que todo lo ganado es de los dos, y todo lo que
conforma el conjunto de bienes es de los dos cónyuges.
Cuando la sociedad conyugal está por extinguirse, es la disolución (Art. 1820 C.C), solo se
puede disolver por las causas establecidas en la ley y solo hay tres formas de acabar un
matrimonio:

1. Muerte del cónyuge.


2. Divorcio.
3. Nulidad del matrimonio – que es distinto a la inexistencia del matrimonio.
4. Separación judicial o administrativa de cuerpos.
5. Mutuo acuerdo elevado a escritura pública o en acta de conciliación.

Habiéndose disuelto la sociedad es que llega la liquidación, los gananciales del cónyuge
muerto van a los herederos. En la liquidación se observa qué hay el día de liquidación de
la sociedad, es lo que exista en la liquidación, lo que no esté a nombre de los dos o ya no
esté no se liquida. Se califica qué bienes son propios y qué bienes son sociales, para lo cual
se toma lo siguiente:

TIPO DE BIEN CONSIDERACIONES


Todos los bienes muebles forman parte de
la sociedad conyugal, sin perjuicio de si
fueron adquiridos a título oneroso o
MUEBLE
gratuito, o si fueron con anterioridad o
posterioridad al matrimonio (salvo sean
capitulados).
Cualquier inmueble adquirido con
anterioridad al matrimonio, a título
gratuito (herencia, legado o donación) o
que hubiera sido sujeto a la subrogación,
INMUEBLE será propio.

En cambio, inmuebles adquiridos a título


oneroso durante la vigencia del matrimonio
son sociales.
Todos los salarios y pensiones son de la
sociedad, puesto que se manifiestan en
SALARIOS
ingresos dinerarios que se suman a los
activos matrimoniales.
Los frutos, entendidos como valores
cuantificables que se pueden reflejar como
FRUTOS
activos, también forman parte de los
activos de la sociedad conyugal.
Los pasivos son particulares en la medida
que se observarán conforme a su finalidad
PASIVOS
para determinar si son propios de la
sociedad conyugal o no.
Si su objeto es solventar necesidades de los
cónyuges, hijos, o adquirir y mejorar bienes
sociales, entonces será un pasivo social.

Si, en cambio, tiene como finalidad el pago


de deudas personales que no aportan a la
sociedad, como multas, entonces serán
propias.

Cabe aclarar en este punto, que en todo


caso la sociedad conyugal asumirá el costo
incluso de las deudas personales de los
cónyuges, sin embargo, deberán ser
recompensadas en la sede de su
liquidación.

Por último, cabe recordar que los temas que aún faltan por ser tocados en clase para
completar satisfactoriamente la sección son los siguientes:

1. Filiación
2. Crisis Matrimoniales
3. Hijos y sus connotaciones jurídicas.
4. Ejercicios de liquidación conyugal.

Sin otro particular, espero que esta guía procedimental sobre lo visto en clase sea de
utilidad, y al ser la precursora entre los protocolos, haya cumplido con las expectativas y
necesidades que se predican de su naturaleza.

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