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Mujeres compositoras

Integrantes:
Antonia Cáceres
América Farías
Nataly García
Matías Jara
Israel Olivares
Introducción

A lo largo de la historia humana, hemos sido testigos como la figura del hombre en la mayoría de los
casos se ha posicionado por sobre la mujer, donde se le ha desvalorizado en lo social, político y
artístico entre otros. Éstos se debe a los tipos de culturas, religiones y trabajos. Los roles y
estereotipos que se han establecidos como el “la mujer debe estar en casa cuidado los hijos”, o el
“realizar labores domésticos mientras tanto el hombre debe sustentar con el hogar con el trabajo ”

En Chile actualmente las mujeres tienen una diferencia de sueldo de un 15% que un hombre
cumpliendo las mismas labores.

Sin embargo, esto no lo hace muy diferente a la música, en especial en la música de estudios
académicos donde muchas veces fue de uso exclusivo de los hombres. A lo largo de su historia se
han visto mujeres compositoras (dependiendo de la época) que muchas veces tuvieron que hacerlo a
escondidas o se vieron en la obligación de firmarlas bajo otros nombres o el de sus esposos por un
tema de contexto social. Tal es caso de Clara Schumann pianista y compositora alemana quien se
reprimía diciendo que creía tener un talento creativo dejando de lado esa idea porque una mujer no
debía componer, o como a principios del siglo XX Gustav Mahler le hizo saber a su futura esposa,
que en su mundo había lugar para un solo compositor y éste era él : “Tú no debes tener más que una
profesión: la de hacerme feliz. Los papeles en esta presentación deben estar bien repartidos. Y a mí
me incumbe el de ‘compositor’, el de quien ‘trabaja’. El tuyo será el del compañero, del camarada
comprensivo”.

Si bien hoy en día la sociedad parece tener más conciencia con respecto al tema de la mujer, no hace
hincapié en las compositoras a la hora de promover su trabajo en textos, conversatorios, conciertos
como si se ha hecho con los compositores varones. Sin embargo a pesar de los obstáculos y
prohibiciones algunas mujeres han seguido aportando a las artes, aunque en otros tiempos, no se les
permitía componer a las mujeres, si se les permitía tocar algún instrumento con el fin de entretener
en el hogar, esto solo en mujeres que pertenecía a la nobleza o aristocracia...

En éste trabajo queremos exponer a dos mujeres. La compositora alemana Fanny Mendelssohn y la
compositora chilena Sylvia Soublette. Ambas representan a dos periodos distintos de la música, la
primera hermana del conocido compositor romántico Felix Mendelssohn y la segunda es
representante del siglo XX- siglo XXI en Chile. "
Fanny mendelsson
(1805 – 1847)
Sylvia Soublette
(1923 - )

Su vida como compositora

Nació en Viña del Mar el 5 de Febrero de 1923, criada en una familia de aficionados a la
música definiendo a temprana edad su interés artistico. Mientras asistía al colegio de los
Sagrados Corazones aprendió Teoría de la Música y Piano en la Academia de Bellas Artes.
En 1939 luego de asistir al colegio había comenzado a estudiar canto con la profesora Alina
Piderit.

En 1948 se traslada a Santiago para ingresar al Conservatorio Nacional, donde estudia


Contrapunto y Composición con Domingo Santa Cruz y Clara Oyuela. Es en 1951 donde
parte a Francia donde estudia con Millhaud y Messiaen en el Conservatorio de París.

En su vida personal, Sylvia se casa con Gabriel Valdés Subercaseaux, ex ministro de


relaciones exteriores, esto la llevó a viajar permanentemente por el mundo. Por su parte
Valdés, político chileno también estaba muy involucrado con la música, y de igual forma, su
familia responde a esté interés en común con su esposa. Sylvia nos cita:

“Además tocó la casualidad de que Gabriel también le encantaba la música, y por eso nos
conocimos. La familia de él hacía música también, todos. Mi suegra, por ejemplo, tocaba
muy bien el piano, mi suegro tocaba cello, y yo llegué a la familia cuando Alfonso Letelier ya
se había casado con la hermana de Gabriel, Margarita, que son los padres de Carmen Luisa
Letelier.”

Esto sin duda le abre a Sylvia importantes oportunidades para el desarrollo de su carrera,
que se sumaba a la formación que ya poseía como músico y que se potenciaba por el trabajo
de su hermano Gastón Soublette, músico, compositor y musicólogo.

Sobre su propio legado como compositora, se muestra muy entusiasta con la posibilidad de preservarlo en el
Archivo de Música de la Biblioteca Nacional: “He estado entretenida buscando y recuperando obras. No tengo
ninguna vanidad en ese sentido, la franca verdad es que no me considero una compositora tan importante,
hay muchos mejores que yo, ya que están dedicados sólo a eso. Siempre me he inclinado más por el plano
educativo; de todos modos, como compositora escribo con el sistema contrapuntístico y bastante tonal, y por
supuesto me interesa que se haga mi música. Por ejemplo, la «Misa romana» que compuse es una misa
completa, se cantó con el coro de la UC, se hizo una grabación, y además se podrá cantar en la iglesia”.
Entre los muchos músicos célebres a quienes pudo conocer a lo largo de su vida, guarda un particular
recuerdo del prestigioso compositor francés Olivier Messiaen (1908-1992): “Era un hombre muy encantador.
Amistoso, cariñoso con sus alumnos, tenía un trato muy agradable, y además era ornitólogo, ¡y eso me
encantaba aún más porque me gustan mucho los pájaros, tengo varios! Pienso que es EL gran músico
francés, no ha sido suficientemente reconocido como el gran talento de ese país en el siglo XX. Tenía un
lenguaje completamente especial. Lo conocí mucho, no hice composición con él pero sí un curso de análisis
que me fue tremendamente útil. Me acuerdo que hicimos un estupendo estudio de la ópera «Wozzeck», de
Alban Berg, ¡que en esa época no la conocía nadie! Messiaen iba todos los domingos a la iglesia de Saint
Sulpice en París, donde era el organista, y entonces, con mi marido (los dos estábamos estudiando allá)
íbamos especialmente a la misa para escucharlo, ¡empezaba a tocar y se llenaba la iglesia de sonidos
impresionantes!”

Sobre "Misa Romana", Sylvia Soublette recuerda que la concibió en Roma, "en una ciudad donde el tiempo se
detiene. Ahí la historia de Occidente está a la vista, lo mismo que toda la historia del cristianismo que se
puede apreciar a través de los miles de testimonios de los cristianos que dejaron obras de arte maravillosas.
Yo, que conocí Roma a fondo, quise dejar un testimonio a través de esta pieza que compuse entre 2006 y
2007".

Soublette añade que lo que la motivó fue plasmar una obra que pudiera ser ocupada por la Iglesia Católica
para cualquier festividad importante. "Conservé en ella la tradición de la liturgia tan propia de la misa. Es una
pieza que no tiene novedades contemporáneas, porque considero que el canto gregoriano ha sido la base de
toda la composición de la Iglesia, desde los primeros siglos hasta el XVIII. Ese cimiento, lamentablemente, en
nuestra época se ha suprimido, pero yo he tratado de mantenerlo vivo".

Obras destacadas: Eva (1950), una cantata sobre texto de Carmen Valle,
canciones con poesía de Gabriela Mistral, Hallazgo (1945) para cuatro voces
iguales, dos Preludios para violín y piano (1946), Suite Pastoril para soprano,
tenor, flauta, violín y arpa (1948), Misa Romana 2007.
 Sonetos sobre textos de Pablo Neruda
 Anoche estando durmiendo
 Suite para violín y piano
 En los bosques
 Sabrás que te amo
 Dos amantes dichosos
 Misa romana para coro mixto, solistas, órgano y violonchelo (2008)
 Misa romana para coro mixto, solistas y orquesta (2012)
 Stabat Mater dolorosa para coro femenino y continuo (2012)
Gestora Cultural

Durante su larga vida se destaca su tremendo aporte a la educación musical y la música como

tal con su labor de gestora cultural, creando coros, conjuntos, institutos y corporaciones

culturales.

En 1941 cuando apenas tenía 18 años y sin terminar el colegio aun, creó el Coro Femenino

Viña del Mar. En 1943 comenzó a dictar clases en la Universidad Católica de Valparaíso,

creando posteriormente el Coro Masculino de dicha Universidad, el cual posteriormente

termino uniendo con el Coro Femenino en 1945 creando así el primer Coro de esta

Universidad, el cual dirigió hasta que se fue con su marido Gabriel a Santiago. El coro

abarcaba repertorio del renacimiento, barroco y romántico.

En los años 60s formó el Conjunto de Música Antigua de la Universidad Católica de Chile. Fue

bastante importante ya que este grupo fue el primer conjunto de este tipo en América Latina,

trayendo igual al país un repertorio que hasta entonces era desconocido. Interpretaban música

de Telemann, Handel, Purcell, Bach, entre otros. Cabe destacar la participación de la contralto

Carmen Luisa Letelier, y de que además Sylvia participaba también como soprano. . Lo dirigió

durante 14 años.

Con el golpe militar se fue junto con su esposo a vivir a Estados Unidos. En este periodo de su
vida conoció a José Antonio Abreu, creador del Sistema de Orquestas Juveniles de

Venezuela. Sylvia vivió dos años en este país donde creó un nuevo conjunto de música

antigua el cual llamo Ars Musicae, el cual conto con el apoyo de músicos chilenos. Este

conjunto duró hasta el gobierno de nicolas maduro.

En los 80s volvió a Chile pero entró en depresión al ver como había cambiado el país producto

de la dictadura. Su ex alumno Emilio Rojas, con el fin de combatir la drepresion, le aconsejó

crear el Centro Musical San francisco y la Canturía San francisco en el año 1981. Realizaron

investigaciones de musicología para recuperar repertorio del Barroco en latinoamerica y

repertorio monteverdiano. Debido a problemas con los sostenedores, la Canturía San

Francisco fue disuelta.

En 1991 funda la Corporacion cultural instituto de música de Santiago, el cual fue financiado

en un principio por empresas privadas. Sin embargo el instituto empezó a presentar problemas

económicos debido a la vasta cantidad de alumnos becados que tenían, por lo que el instituto

pasó a ser parte por la Universidad Alberto Hurtado

Instituciones y agrupaciones musicales creadas por

Sylvia Soublette[editar]

Coro Femenino Viña del Mar (1941)

Coro Masculino Universidad Católica de Valparaíso (1945)

Coro de la Universidad Católica de Valparaíso (1945)

Octeto de Santiago (1950s)


Conjunto de Música Antigua de la Universidad Católica de Chile (1960)

Ars Musicae (1976)

Centro Musical San Francisco (1981)

Canturía San Francisco (1981)

Corporación Cultural Instituto de Música de Santiago (1991)

Dentro de su trabajo como gestora cultural se destacan la creación del Coro de laPontificia

Universidad Católica de Valparaíso, el Octeto de Santiago, el Conjunto de Música Antigua de

laPontificia Universidad Católica de Chile, la Camerata Nacional Juvenil de Caracas, la

Canturía San Francisco y el Instituto de Música de Santiago (actual Instituto de Música de la

Universidad Alberto Hurtado). Debido a su permanente dedicación a la difusión de la música

docta en Chile, se le ha destacado con numerosos premios y reconocimientos a nivel nacional,

incluyendo la Medalla de la Música delConsejo de la Música.

creó el Centro Musical San Francisco y la Canturía San Francisco en1981, un nuevo conjunto

de música antigua ubicado enConcepción.

Camera Music, una sociedad que acaba de crear junto aMarisa Morel (hermana de Cecilia,

la Primera Dama) para organizar conciertos con aportes de personas interesadas en apoyar la

actividad. “Marisa es agente, ella coloca los conciertos y nos ha ido bien. Para este

año tenemos cuatro programas de música de cámara, que comenzarán en julio”.

Fundadora del Conjunto de Música Antigua de la Universidad Católica (pionero en Chile y

Latinoamérica), Sylvia y su familia pasaron la dictadura en Estados Unidos, donde su marido


trabajaba para la ONU. Al regresar comenzó lo que ella misma llama su “gran época”: abrió

una pequeña escuela en el convento de los franciscanos y cuando ya no cupo un solo alumno

más de los que tenía, creó el Instituto de Música de Santiago.“Arrendé una casa que no

sabía cómo iba a pagar… Quería hacer una enseñanza distinta a los

conservatorios y las escuelas de música. Empecé sin un peso, pero formé Los

amigos del Instituto, que eran puros empresarios; ellos aportaban dinero —no

una gran cantidad, pero suficiente porque eran muchos— y si bien los alumnos

pagaban, podía hacerme cargo de los que eran más pobres”.

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