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Literatura italiana espléndidamente audaz en aquel lugar y en aquella fecha (1936), de


que no era pertinente hablar de una historia de Italia anterior al
Carlo Dionisotti, Geografia e storia della letteratura italiana. Turín, proceso unitario del Risorgimento, la cual se disolvía en la varia
Einaudi, 1967, capítulo I (”Geografia e storia della letteratura historia de las unidades políticas singulares (regionales, municipales
italiana”), pp. 25-54. o constituidas de otra manera) en las que Italia había estado dividida
durante siglos.
Traducción del italiano de Ricardo Gabriel Caputo para la Cátedra
de Literatura italiana, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. La tesis de Croce chocaba contra el intento que por entonces
estaba efectuando la historiografía y la propaganda cortesana de
Geografía e historia de la literatura italiana1 hallar títulos de nobleza romana y de ascendencias cesaristas para el
nacionalismo imperialista (y en breve racista) que se había
consolidado en el poder en Italia. Pero también y principalmente
Poco antes de la última guerra volvió a discutirse entre los
apuntaba a un objetivo más sutil; esto es, se oponía a la tesis que
estudiosos italianos el problema de si (y hasta qué punto) la historia
sostenían estudiosos competentes y desinteresados de que, bajo la
de Italia podía denominarse unitaria. En esa ocasión, Benedetto
innegable diversidad (y a veces divergencia) de los eventos políticos
Croce publicó en los Proceedings of the British Academy un ensayo
registrados en Italia durante el Medioevo y la Edad Moderna, podía
en el que reiteraba la tesis, coherente con su pensamiento pero
sin embargo reconocerse la línea maestra de una tradición y a la vez
de una aspiración unitaria, de una unidad civil periódica y
1
Publicado en Italian Studies, vol. VI, Cambridge, 1951, pp. 70-93, con la progresivamente fundada sobre la comunidad de costumbres, de
siguiente nota inicial: “Estoy agradecido a Italian Studies por poder publicar aquí intereses económicos, de instituciones jurídicas, del lenguaje, de las
íntegro y acá y allá revisado el texto de una prolusión dictada en el Bedford letras y las artes, de modo tal que sin ella no habría habido
College for Women de la Universidad de Londres, el 22 de noviembre de 1949. explicación para la unificación política finalmente lograda por el
Forzosamente, el texto entonces leído debió ser abreviado. En cambio, en el que Risorgimento.
ahora se publica para uso de un público menos restringido y familiar, he juzgado
oportuno omitir las palabras introductorias que la circunstancia me había
dictado. No obstante, quedan igualmente consignadas en estas páginas deudas Inevitablemente, las vicisitudes de la última guerra y de la
de reconocimiento que me es preciso y caro señalar: con las autoridades, los inmediata posguerra debían suministrar nuevo alimento y estímulo a
colegas y los alumnos del Bedford College y de la Universidad de Londres, y entre la discusión. Excepto que ésta fue desplazada de una presunta
ellos especialmente con la prof. Edna Purdie, quien quiso presidir mi prolusión; y continuidad unitaria de la historia de Italia a la cohesión misma de la
con los maestros y amigos cercanos o lejanos pero mejores que yo, a los cuales unificación risorgimentale conforme se hacía más aguda la
no es imputable el resultado de estas páginas pero que quizás reconocerán en
preocupación política y mayor la conciencia histórica de las
ellas algo en común y propio”.

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diferencias que interceden entre las diversas partes de Italia en su Resulta, por el contrario, de un ideal literario tempestivo y
ordenación actual y en las estratificaciones del pasado. Cuán reciente victorioso, del mito -que la cultura italiana del Renacimiento creó e
es, por ejemplo, la unidad misma de una región aislada y periférica impuso- de una Italia que se despierta de un largo e impotente sueño
como el Piamonte, de una región que ha tenido tanta importancia en medieval ya no dueña de provincias pero siempre dueña de una
el proceso unitario del Risorgimento, y cómo resulta de una lenta inigualada y acaso inigualable cultura. Fue, como lo indica la
asimilación de núcleos menores, cada uno con su vivaz tradición de historia de la historiografía, una tradición humanística, nutrida de
independencia, es lo que enseña de manera breve un excelente éxitos lingüísticos y literarios, erigida sobre la persuasión de que los
ensayo recientemente aparecido de quien es hoy el primer ciudadano italianos sufren efectivamente la violencia de los eventos históricos,
de Italia: Luigi Einaudi.2 pero que solo ellos son capaces, por elección y por educación, de
oponer a esa violencia efímera y ciega la perenne y lúcida validez
Cierto es que nunca como tras una derrota militar y en el decurso del discurso, de la escritura. Este mito, esa orgullosa convicción,
de una crisis política que han amenazado la unidad y aun la propia pueden parecer extraños a primera vista y en la actualidad. No lo
existencia (como nación y como Estado) de Italia fue tan acuciante serán para quien considere cuánta importancia tuvo en la cultura
la necesidad de ver claramente de qué modo y hasta qué punto Italia toda de la Europa moderna la tradición clásica, y cuánto contribuyó
ha sido realizada al día de hoy. Pero el problema así planteado en a ésta la escuela humanística italiana por más de dos siglos, del Tre
términos propios de historia política invade en buena medida la al Cinquecento. Sea como fuere, es un hecho que durante ese
historia de la literatura, y reclama la atención de los estudiosos de período el mito de una innata y a la vez adquirida aristocracia
ésta. Es de por sí significativo el hecho de que una historia de la literaria italiana tuvo un vasto periplo en Europa y que dejó su huella
literatura (la ya clásica de Francesco De Sanctis) sea, creo, el único también en los siglos sucesivos. Por lo que respecta a Italia, es muy
libro que ofreció y aún ofrece a la mayoría de los italianos una natural que ese mito haya tenido raíces profundas, vigorosas, en
representación sugestiva y una interpretación unitaria de su historia. extremo tenaces. Crecían, desde el Cinquecento en adelante,
Tampoco es imperativo recordar que la tradición unitaria en Italia se enfrentadas y por encima de la literatura italiana, las otras grandes
fundó, de Dante a Manzoni, principalmente sobre documentos literaturas europeas. Cambiaba progresivamente, como consecuencia
literarios. Quizá sea necesario precisar, sin embargo, que esta de nuevas experiencias e investigaciones, la concepción que el
tradición no resulta, en sus orígenes y en su impulso expansivo, de Renacimiento italiano había tenido tanto de la Antigüedad clásica
un intempestivo ideal político desterrado a los márgenes de la como del Medioevo. Entre el Sei y el Settecento, la cultura italiana
historia de la mano de irresponsables aunque fatídicos soñadores. se encontró obligada a defender, entre la espada y la pared, la
legitimidad de sus privilegios. Se defendió bien, en líneas generales.
Así como en la plenitud de su vigor había dado generosamente a
2
Luigi Einaudi era el presidente de la República Italiana cuando esta conferencia
se dictó (1949) y se editó (1951). [N. del T.]

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otras, ahora (en la época que es también la de Vico3 y Metastasio4), Renacimiento a afirmar el principado literario de Italia. La
pudo aceptar el combate en el terreno de los adversarios no menos justificación crítica de una afirmación semejante se había obtenido
que en el propio. De esta calculada defensa, en la contienda con la aislando a la literatura del conjunto de las ciencias y, en la literatura
superior cultura francesa, y en respuesta a la entonces iniciada misma, una coherencia y una cualidad estilística precisas, un canon
Histoire littéraire de la France5, nace en el Settecento, como riguroso de escritores clásicos, ejemplares. De aquí, de una razón
construcción orgánica, la historia de la literatura italiana. Es, según poética rigurosa, y por una tradición sobria y unitaria, el principado
puede verse en la obra de Tiraboschi, un edificio todavía hoy sólido literario de Italia. Tiraboschi estimaba que podía y debía
y monumental. Pero, como suele ocurrir, es un templo que salvaguardar esta presunción con su obra, integrando y convalidando
representa algo diferente de la religión o el numen al cual se casi, con el cúmulo de los hechos verificados con su afán de
consagra. investigador, la teoría expresada por esa razón poética y esa
tradición sobria. Pero, sean cuales fuesen sus intenciones y sus
Tiraboschi intentó escribir una historia de la literatura que fuera mismos convencimientos una vez acabada la obra, Tiraboschi no
una “historia de los orígenes y de los progresos de todas las ciencias pudo de hecho alcanzar otros resultados que los permitidos por la
en Italia”6, esto es, como tuvo la cautela de precisar, “en aquel trecho teoría ínsita en su investigación. Parco e infrecuente cultor de la
territorial que denomínase ahora Italia”7, cualesquiera fuesen los razón poética, era en cambio fidelísimo a la verdad y a la exactitud,
pueblos, las lenguas, las culturas que allí se sucedieron en el curso “prenda primera que se exige de un historiador”8. Llevó esta
de los siglos. Basta la declaración de un asunto tal, sin que sea observancia a tal punto que, tras adoptar en el cuadro de su obra el
preciso seguir más allá al autor de la historia que progresivamente contraste mismo de luz y sombra, de épocas felices y épocas
traza de la literatura de los etruscos, de los habitantes de la Magna abyectas, de escritores clásicos y escritores vitandos (lo que el
Grecia y de los antiguos sicilianos, hasta arribar finalmente a la de Renacimiento justamente había ideado para que la luz le brindara
los romanos, para advertir que Tiraboschi ya procedía por un camino mayor realce), Tiraboschi fue conducido de manera irresistible a
enteramente diverso del que había conducido a la cultura italiana del fijar la mirada en la sombra, a aclararla en el hecho y por ende
también en el juicio, necesariamente atenuando e implícitamente
3
destruyendo la validez y la significación histórica del contraste. El
Giambattista Vico (1668-1744). Autor, entre otras obras, de la Scienza Nuova. uso que todavía se hace -después de casi dos siglos- de la obra de
[N. del T.]
4
Pietro Metastasio (1698-1782). [N. del T.]
Tiraboschi como de un instrumento y de una guía a investigaciones
5
Por los benedictinos de la congregación de San Mauro con la iniciativa de aún abiertas y a cuestiones controvertidas, indica cuál fue el
Antoine Rivet de La Grange, en 1733. [N. del T.] resultado efectivo de esa obra. Disuelto el cuadro retórico de la
6
Tiraboschi, Girolamo: Storia della letteratura italiana, Modena, 1787, T. I,
“Prefazione alla prima edizione”, p. V. [N. del T.]
7 8
Op. cit., p. VIII. [N. del T.] Op. cit., “Prefazione alla seconda edizione”, p. VI. [N. del T.]

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literatura italiana y su espejismo estático, sin tiempo, se abría, resplandeciente en esa obra de una historia concebida y dirigida con
desmesurada, la perspectiva histórica del esfuerzo civil producido a método filológico. Fue reformada y superada con ímpetu la
través de los siglos, con sucesos alternos y profundas fracturas, por indiferencia y la irresolución teórica de Tiraboschi, y, a la poética
generaciones de hombres diversos, que vivieron y se extinguieron en del Renacimiento y de la Arcadia que con él se había consumado, la
una misma tierra. sustituyó la nueva poética del Romanticismo, y con ella un nuevo
canon de escritores, una tradición literaria no menos sobria y
La verdad y la exactitud del historiador impidieron a Tiraboschi coherente pero diversamente fundada. Así, reapareció también en el
atribuir a esta definición geográfica de su obra otro valor que el de cuadro ese vivo contraste de luz y sombra que tanto las virtudes
un límite, de un recipiente sólido para la materia fluida que le urgía como los defectos de la historia de Tiraboschi habían contribuido a
recoger. Como fue dicho, Italia sigue siendo para él una expresión atenuar. A primera vista es una fractura sin remedio, una inversión
geográfica. Lo que debe sonar a elogio cuando se piensa en el completa. Pero la tesis que de hecho se sostuvo, según la cual “el
determinismo climático y racial que podía resultar de una Romanticismo italiano no existe”; la teoría giobertiana del Primato9;
concepción diversa aplicada a tan vasto orden secular. Pero es sin el recuerdo, en el himno revolucionario, del yelmo de Escipión10; la
embargo cierto que con Tiraboschi la inteligencia de los factores carrera literaria (incluso más allá de la mitad del siglo XIX) de
geográficos resulta inferior a la que tuvo de los factores Giosue Carducci11; todo ello induce a pronunciar un juicio más cauto
cronológicos, y que, naturalmente, debía permanecer fuera de su y discreto. En realidad, como cabía suponer a priori, la cultura
consideración el nexo de espacio y tiempo de un panorama histórico. italiana era reacia a aceptar, aun en sus hombres más consecuentes y
Es comprensible que una historia de la literatura semejante no de vanguardia, una poética y una historiografía que en su polémico
pudiera bastar ni complacer a las generaciones inmediatamente rigor amenazaban con archivar, salvo pocas y condicionadas
sucesivas, a hombres para los cuales Italia no era una expresión excepciones, cuatro valiosos siglos de literatura italiana. Era reacia
geográfica, sino que era o debía ser una nación digna de ocupar un por fidelidad a una tradición nacional que, si bien había caducado
puesto entre las naciones modernas de Europa. Es comprensible, en frente al Romanticismo victorioso en Europa, con todo, fuera buena
el Risorgimento y en el Romanticismo, por razones -a la vez
políticas y literarias- demasiado conocidas para que deban ser 9
Vincenzo Gioberti (1801-1852). Publicó, entre otras obras, Del primato morale e
expuestas aquí caso por caso. Una nueva historia de la literatura civile degli italiani (1843). [N. del T.]
surgía, en parte aceptando, en parte reformando y superando, en 10
Alusión al Himno Nacional de Italia, compuesto en 1847 por Goffredo Mameli
parte simplemente rechazando los resultados de la de Tiraboschi. (letra) y Michele Novaro (música). Los primeros versos rezan: “Fratelli d’Italia, /
Como a menudo ocurre, se rechazó lo mejor: la inflexible e l’Italia s’è desta, / dell’elmo di Scipio / s’é cinta la testa” (“Hermanos de Italia, /
infatigable investigación del detalle verdadero y exacto, el Italia ha despertado, / con el yelmo de Escipión / se ha ceñido la cabeza”). [N. del
conocimiento amplísimo y directo de las fuentes, la estructura T.]
11
Giosue Carducci (1835-19070). [N. del T.]

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o mala, resultaba afianzada por el victorioso empeño del podido o debido ser se identificaba obviamente con lo que otras
Risorgimento político italiano en la misma Europa. Pero era reacia, naciones habían sido y con aquello en lo que Italia misma, mediante
además, como se observa en la obra de De Sanctis, por una precoz y su Risorgimento, finalmente se había convertido o se aprestaba a
profética conciencia crítica de los límites y los defectos de la poética convertirse. Esta imagen cara e inminente no se imponía tan solo al
romántica. pasado en tanto término de comparación; se le superponía como un
filtro, transparente allí donde los trechos de aquel pasado parecían
La historia de la literatura italiana de De Sanctis es, como un siglo adaptarse al presente, pero opaco en otras zonas. Una situación tal es
antes lo había sido la de Tiraboschi, la piedra de toque no solo de inevitable en toda gran interpretación histórica. Valga un ejemplo
una altísima actitud crítica individual, sino también de las exigencias particular para determinarla mejor en el caso de De Sanctis.
y disposiciones comunes o predominantes en una época de la cultura
italiana. Entre ellas, justamente, una historia de la literatura, o sea, el De modo diverso a lo que había sucedido en los tiempos de
encuadramiento en un esquema histórico-geográfico unitario de los Tiraboschi y en especial cuando Tiraboschi componía su Storia,
raros e independientes “mundos” poéticos que la crítica romántica hacia el final del Settecento y a comienzos del Ottocento se había
había estado descubriendo y colonizando. Era, una vez más, un reavivado en Italia el interés por aquello que es el instrumento
esquema incongruo con las premisas teóricas y con los propios propio de la obra literaria: la lengua. De aquí nació y obtuvo
resultados de la nueva historiografía. En el pensamiento de De sorprendente vigor el Purismo; pero, como lo demuestra el ejemplo
Sanctis, las grandes figuras trágicas del infierno dantesco no se de Manzoni y de Leopardi y la propia reacción de Monti12,
encontraban con otras en el subsiguiente proceso de la poesía superviviente y campeón de la generación anterior, se trató de algo
italiana, sino, eventualmente, fuera de Italia y en un intervalo de muy distinto a una tendencia escolástica particular. Se sigue de esta
siglos, con las grandes figuras trágicas de Shakespeare. Por otro nueva posición de la cultura italiana, incluso allí donde no
lado, es sin embargo cierto que esta misma apertura creciente de la intervinieron otros motivos allende los Alpes, la amputación de toda
cultura italiana hacia la cultura europea, de una Europa variadamente la prehistoria antigua y medieval de la línea histórica que Tiraboschi
teñida y fragmentada en unidades nacionales, debía ratificar la había trazado, y el aislamiento de una literatura propiamente italiana
legitimidad y la conveniencia del esquema histórico-geográfico en tanto ligada al surgimiento y al crecimiento de una lengua
italiano. En todo caso, dentro de este esquema se transfería aquel italiana. De Sanctis rehuía del purismo: rehuía porque de joven se
contraste polémico que Tiraboschi había propuesto oponiendo una había formado en la escuela purista de Puoti13, y porque en él, como
tradición italiana maciza e inmemorial a las tradiciones ajenas. El en todos los mejores de su generación, la experiencia purista se
parangón se efectuaba entre lo que Italia parecía haber sido y lo que
habría podido o debido ser; y, como a menudo ocurre, el segundo 12
término influía y se imponía sobre el primero. Lo que Italia habría Vincenzo Monti (1754-1828). [N. del T.]
13
Basilio Puoti (1782-1847). [N. del T.]

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había agotado, dejando más bien un legítimo y necesario fastidio, discusión monográfica de autores y problemas individuales.
tanto respecto a las controversias como a las menudencias Afortunadamente, la vocación política y pedagógica de De Sanctis
lingüísticas. De aquí, en su Storia y en sus Saggi [Ensayos], la prevaleció sobre su lucidez teórica. Y la obra que compuso en poco
sensibilidad inmediata y precisa que De Sanctis tiene de cualquier más de dos años con arrebato poético generó lo que ninguna de sus
escoria de esas querellas no resuelta en el arte, aun en los escritores a colecciones de ensayos podía ni pudo dar: la representación
quienes estaba más dispuesto a entender y amar; pero también, en coherente y dramática de una literatura viva en la vida de una
cambio, su insensibilidad y negligencia hacia los resultados positivos comunidad humana a través de los siglos; limitada, como los
que tales querellas habían producido en el arte y la cultura italianos. hombres que la crean, en el espacio y en el tiempo, pero legado de
Por eso, en una historia que, si bien se abre a principios del esos hombres a las generaciones sucesivas y lejanas; y parte, como
Duecento (en tanto es en esa fecha que se tienen los primeros resultado y precedente a la vez, de un esfuerzo concorde, de una
documentos de un uso literario de la nueva lengua), y que prosigue continua comunicación del presente con el pasado y el porvenir.
siempre ceñida a ese uso sin hacer caso de la supervivencia y el
renacimiento del uso de otra lengua, el hilo conductor de la tradición Esta representación respondía fielmente a la experiencia heroica,
lingüística se pierde desde el inicio, y ocupa su lugar otro: el de la excepcional, del Risorgimento italiano. Pero no así, necesariamente,
historia política y moral de Italia. La historia literaria se enmarca en a la experiencia por completo diversa de las generaciones siguientes.
las vicisitudes de un pueblo que, de la alacridad y el orgullo El hecho de que la Storia de De Sanctis (como en su tiempo la de
comunal, decayó lentamente en la comodidad y en la afectada Tiraboschi) no haya tenido continuidad en su misma línea de
molicie señorial, de ahí al envilecimiento del dominio extranjero, y investigación y que, en cuanto historia, haya por el contrario
que luego, lenta y gradualmente, resurgió a la independencia permanecido hasta nuestros días sin sustitutos apreciables, además
científica, moral y política. Y no solo De Sanctis no habría escrito su de ser efectivamente un hecho parece claramente una consecuencia
Storia sin esta apasionada perspectiva política, que tanto más lo de la crisis histórica que se produjo (y no solo en Italia) en la
urgía en aquellos años en los que la empresa del Risorgimento segunda mitad del Ottocento. El propio De Sanctis, en los mismos
llegaba maravillosamente a su fin. Tampoco otros habrían escrito las años en los que se dedicaba a la Storia, y aún más en los sucesivos,
suyas: Emiliani Giudici14, Cantú15, Settembrini16. Cierto: no la había verificado en su persona el agotamiento del ímpetu
habría escrito en último lugar De Sanctis, quien por principio y revolucionario y romántico de su juventud, y advertido la exigencia
desde un plano científico consideraba prematura una historia y de nuevos derroteros para la literatura y la crítica. Eso fue lo que
conveniente a la situación de la cultura italiana de entonces la realmente ocurrió en los últimos decenios del Ottocento con la
recuperación y la renovación que entonces se realizó de la erudición
14
Paolo Emiliani-Giùdici (1812-1872). [N. del T.] y la filología settecentescas, del mismo método de la investigación
15
Cesare Cantú (1804-1895). [N. del T.] amplia y precisa, sin juego de luces y sombras, que subyacía en la
16
Luigi Settembrini (1813-1876). [N. del T.]

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historia de Tiraboschi; y en los primeros decenios del nuevo siglo Tiraboschi) como libro de escuela, bastaría para advertir, en caso de
con la recuperación y la renovación de la investigación estética pura que otros motivos no fueran pertinentes, que el encuadramiento
que subyacía en la historia de De Sanctis. En un caso y en otro, el histórico-geográfico característico de toda historia de la literatura
cuadro histórico total de la literatura retrocedía hacia el fondo al nacional se identifica (mal o bien) con la estructura y el diseño
dirigirse la atención y el esfuerzo de los estudiosos a los problemas interno antes que con el marco externo de un cuadro. Y no altera en
particulares. Son dos momentos diversos y sucesivos de la crítica nada el hecho de que la más reciente tradición historiográfica haya
italiana, que corresponden sintomáticamente a dos momentos experimentado de diversas maneras pero con insistencia un nuevo
diversos y sucesivos de la historia de Italia y de Europa entre 1870 y equilibrio entre la problemática particular (autores y obras
la Primera Guerra Mundial. Pero, como ya se mencionó, de ambos individuales) y el encuadre histórico-geográfico atenuando al último
momentos y por ellos, de la tradición crítica del Settecento y dando a aquélla problemática mayor espacio e importancia. Sea
(dependiente de Tiraboschi), y de la romántica (dependiente De mucho o poco lo que reste del encuadre, obviamente persiste el
Sanctis), parece haber resultado una misma conclusión, a saber: cada compromiso de que corresponda tanto como sea posible a la
problema particular tiene por sí solo suficiente complejidad e demanda histórica y a la vez escolar de la verdad y la exactitud.
importancia, y (como cada hombre) una autonomía individual que
no tolera ser imperativamente sometida y sacrificada a presuntos Para volver a lo dicho al principio: en virtud de esa pasión y a la
problemas generales, tal como, por ejemplo, la historia literaria de vez responsabilidad que todo estudioso lleva en sí no solo respecto al
una nación. Queda por ver si los problemas particulares pueden o pasado al cual se vuelve y del cual desciende sino también respecto
quieren ser coordinados entre sí en una historia semejante. La al presente en el que vive, creo que hoy se justifica un reexamen de
cuestión fue largamente debatida por la moderna crítica literaria, y la la cuestión de si (y hasta qué punto) es aceptable la línea unitaria
tesis de Croce al respecto es que la coordinación de problemas seguida habitualmente en el diseño histórico de la literatura italiana.
autónomos en un cuadro histórico-geográfico global (en este caso, la
historia de la literatura), solo se justifica como expediente didáctico. La cuestión no es nueva, es más bien obvia y preliminar en todo
Esta tesis deriva de premisas filosóficas, y no es discutible sino por estudio sobre el período más antiguo de la literatura italiana. Se sabe
quien tenga competencia y acometa la discusión de la filosofía de bien que en la primera mitad del Duecento corre, desde Sicilia y a lo
Croce. Pero la tesis es también una constatación de hecho, esto es, largo de la franja tirrena, un flujo de nueva poesía que invade e
del hecho de que, en el último medio siglo, las obras producidas en inunda la Toscana, atraviesa con fuerza el Apenino pistoyés, y se
Italia y en el exterior como historias globales de la literatura italiana ensancha aunque también se detiene en Boloña. Permanece en gran
justamente se propusieron (con excepciones que confirman la regla) medida ajena toda la franja adriática, y aquí, entre los Abruzos y las
una finalidad de divulgación escolar. Por otro lado, el precedente de Marcas, con centro en la Umbría franciscana, florece una poesía y
la obra de De Sanctis, nacida también ella (a diferencia de la de una literatura completamente distintas. Por último, una tercera zona,

7
8

a su vez independiente de las dos primeras, se bosqueja al norte de la mundo es también Italia: geográficamente, la misma del De Vulgari,
dorsal apenina y del Po. Esta tripartición está suficientemente “videlicet usque ad promontorium illud qua sinus Adriatici maris
documentada, por lo que se puede prescindir aquí de dudas incipit et Siciliam”19, aunque, en rigor, ya no únicamente la Italia
particulares y de las distinciones ulteriores que todavía inspira. aristocrática y curial a la que podía accederse por la vía del lenguaje
Tanto más cuanto que, aun cuando faltasen otros documentos, un y del estilo trágico propuestos en el De Vulgari, sino la humilde y
solo e incomparable texto siempre bastaría para definir la situación vasta Italia20 a la que apela la “cantilena” de la Commedia. Fue dicho
de fraccionamiento de la cultura y la literatura italianas del con agudeza y autoridad que hablar de lengua italiana antes de Dante
Duecento: el De Vulgari Eloquentia de Dante. La comprensión de es como hablar de cristianismo antes de Cristo. El símil es atrayente
este libro ha venido creciendo cada vez más, y no se exagera al decir por el relieve que da a la altura del mensaje y a su difusión. Respecto
que es la puerta estrecha17 que guía para nosotros el ingreso no solo a la cual pronto convendrá detenerse un poco. Y ante todo habrá que
a la Divina Commedia sino, consecuentemente, a una interpretación tener en cuenta que se dan algunas diferencias entre Cristo y Dante.
histórica de la literatura italiana. Y la lección del De Vulgari Una entre otras: no hay iglesia cristiana que -precisamente- no se
Eloquentia es, en una palabra, esta: una exigencia unitaria, de una haya referido a Cristo y reconocido como depositaria e intérprete de
unidad lingüística y literaria ideal, propuesta y exigida a una su doctrina; sería por el contrario difícil demostrar no solo la
variedad fraccionada; una unidad, en suma, que supera pero que al preeminencia sino la continuidad misma del culto dantesco en la
mismo tiempo implica esta variedad. Al dejar interrumpido su libro tradición literaria italiana. Con esto en mente, bastará recordar el
antes de llegar a la mitad, Dante muy probablemente no pretendía hecho de que en Italia fue debilísima y tarda la difusión de la
renegar de la sustancia, pero ciertamente demostraba no poder doctrina lingüística de Dante y del libro donde está formulada, el De
contentarse con ella. La poética implícita en la Commedia es distinta Vulgari Eloquentia. Fue en cambio amplísimo e inmediato el eco del
a la del De Vulgari, por más que la misma exigencia unitaria resulte
confirmada. Pero la confirmación se da con otra voz y por otra vía. abandonado por completo este género de rimas nuestras, porque conviene ya a
Sea cual fuere la singularidad, la voz no se alza más desde un grupo nuestra nave seguir otro rumbo más alejado de la orilla” (Rimas LII, en: Obras
o una escuela de poetas abocados a definir su posición solidaria, completas de Dante Alighieri, Madrid, B.A.C., 1965, p. 863, col. 1). [N. del T.]
19
nueva al par que coherente, en el ámbito de una tradición poética Dante Alighieri: De Vulgari Eloquentia I, 8: “Qui autem Si dicunt, a praedictis
italiana y romance. Es la voz de un hombre ahora solo y “lejos de la finibus orientalem tenent; videlicet usque ad promontorium illud Italiae qua
sinus Adriatici maris incipit et Siciliam”: “Los que pronuncian sí viven en la parte
orilla”,18 que parte al descubrimiento de un mundo nuevo. Este oriental en relación con estas regiones [las tierras habitadas por los hablantes de
las lenguas de oïl, que ocupan la parte occidental, a partir de los confines de
17
Mt. 7, 13-14. [N. del T.] Génova, de la región meridional europea], o sea hasta aquel promontorio de
18
“Lungi dal lito”, dice Dante en un soneto a Cino da Pistoia. “Io mi credea del Italia con el cual se abre el [mar] Adriático y Sicilia” (Obras completas de Dante
tutto esser partito / da queste nostre rime, messer Cino, / ché si conviene omai Alighieri, Madrid, B.A.C., 1965, p. 752, col. 2; traducción modificada). [N. del T.]
20
altro cammino / a la mia nave più lungi dal lito”: “Yo pensaba, amigo Cino, haber Inferno I, 106. [N. del T.]

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lenguaje poético nuevo, expansivo, toscano, sí, pero abierto y presupuesto necesario de la preeminencia véneta sobre la literatura
solicitante más allá de los confines de la Toscana, que Dante italiana del Cinquecento. Línea débil, dije; y aquí cabe subrayar que
desarrolla en la Commedia. Se encuentran transcriptores y lectores en gran parte del Véneto (así como en la franja lombarda y emiliana
de la Commedia en áreas completamente excéntricas ya en la contigua), florece durante todo el Trecento hasta el inicio del
primera mitad del Trecento. Y a Dante, sin duda, se liga la súbita Quattrocento la llamada “literatura franco-italiana”, que nada tiene
floración, en ese mismo período, de una lírica sustancialmente que ver con la tradición literaria toscana y dantesca, si bien algunas
homogénea con la tradición toscana en Ferrara, Venecia, Padua, veces extrae de Dante (como lo haría de un autor extranjero)
Treviso, en “su” Verona y hasta en la Milán viscontea. Algo notable elementos particulares, y sí, a su vez, (como también lo había hecho
en el afán histórico de la literatura italiana es la aparición, en este y lo hacía la literatura francesa auténtica) influye en las
punto, de nombres nórdicos (un Quirini21, un Visconti) ligados a compilaciones toscanas de materia legendaria.
rimas que conducen a Dante y a los toscanos, y la aparición en
Verona del primer tratado autónomo de métrica italiana, obra de un La presencia de una literatura franco-italiana vigorosa y tenaz en
juez scalígero22. Empero, aunque sea algo notable, debe admitirse de una amplia zona de la Italia nororiental (esto es, al amparo de un
inmediato, habida cuenta de los desarrollos lejanos, que se trata de influjo francés inmediato), demuestra, en caso de que fuera
pequeñas islas, en las que la colonización toscana, a pesar del necesario, dos cosas: 1) que es preciso prescindir, para esta época y
mensaje dantesco, tiene todavía por largo tiempo una vida penosa, en un largo trecho del porvenir, del vínculo romántico (ya superado
artificial. El nombre de Visconti y el conjunto de rimas políticas que teóricamente pero siempre sugestivo) entre lengua hablada y
celebran la potencia milanesa (obras, por lo demás, de emigrados y literatura, del concepto de una literatura que mana “al pueblo desde
desterrados toscanos), no deben ilusionarnos: en realidad, por el el corazón”23; y 2) que, a los fines literarios, estamos todavía en una
espacio de casi dos siglos no arriba ninguna contribución a la zona de polivalencia lingüística, donde el toscano de Dante no era
literatura italiana, según el rumbo propuesto por Dante, de una necesariamente más apropiado que el francés o el latín, y donde, en
región de tanto peso como la Lombardía. Es incluso inútil hablar de suma, se prolonga y renueva la situación misma por la cual un siglo
regiones como el Piamonte y la Liguria. Solo el Véneto constituye antes el mantuano Sordello24 y tantos otros al norte de los Apeninos
una excepción, y presenta ininterrumpida, aunque débil, una línea habían poetizado en provenzal, y por la que en la propia Florencia
propia de fidelidad a la tradición literaria toscana que es el
23
Dionisotti cita un verso de “Alla Rima”, de Carducci, cuyas primeras líneas son:
21
Giovanni Quirini. [N. del T.] “Ave, o rima! Con bell’arte / Su le carte / Te persegue il trovadore; / Ma tu brilli,
22
Antonio Da Tempo (ca. fines del siglo XIII - ca. 1339). Redactó la Summa Artis tu scintilli / Tu zampilli / Su del popolo dal cuore.” (“Ave, ¡oh, rima! Con bellas
Rithimici Vulgaris Dictamini (ca. 1332). Siguiendo sus pasos, Gidino (o Ghidino) da artes / por los papeles / Te persigue el trovador; / Mas tú reluces, resplandeces /
Sommacampagna (ca. 1320/30 – ca. 1400) cierra la tratadística del siglo XIV con emerges / sobre el pueblo desde el corazón.”) [N. del T.]
24
su Trattato e arte deli rithimi volgari. [N. del T.] Trovador italiano en lengua provenzal (ca. 1200-1269). [N. del T.]

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Brunetto Latini25 había encomendado su Tesoro a la lengua de oïl. banqueros toscanos se agolpan: los toscanos alcanzan incluso las
Cuánto dura esta situación y qué obstáculos encontró la colonización más altas esferas del Estado. Casi olvido mencionar en este punto
toscana en la Italia septentrional (y no solo allí), es algo difícil de que es justamente del Sur que en el Duecento había extraído su
precisar en el estado actual de los estudios o por quien no sea primer impulso la poesía toscana. Mas el panorama literario que ya
especialista, ya que se han hecho en este campo investigaciones que en la segunda mitad del Duecento se esboza y en el Trecento se
sin embargo no aparecen vertidas al cuadro tradicional de la confirma frente a una colonización toscana sumamente activa en la
literatura italiana o que no han encontrado en él su legítimo lugar. vida económica y civil es claro: de Roma a Nápoles, Bari, L’Aquila
Sin duda deben hacerse otras, y lo serán conforme la filología o Sulmona (por no hablar de Sicilia), no hay huella de ninguna
romance e italiana se vaya liberando del mito de los orígenes. contribución a la literatura italiana sobre la base propuesta por los
Resulta urgente un conocimiento más exacto de la cultura y la toscanos y por Dante hasta después de la mitad del Quattrocento.
literatura latinas en toda Italia durante el Trecento. Y también de la Hasta esa fecha, en síntesis, los resultados de una sencilla
presencia y la resistencia de las tradiciones denominadas investigación estadística indican que, a pesar de la revelación de
“dialectales”, esto es, no toscanas. Al respecto permítaseme señalar, Dante, pronto confirmada y propagada por Petrarca y Boccaccio,
como ejemplo destacable e insuficientemente destacado, la más de media Italia, tanto al norte como al sur, no responde al
robustísima prosa lombarda de la Paráfrasis de San Juan llamamiento. Desde un punto de vista histórico-geográfico, no existe
Crisóstomo26, que desde un alto nivel se distingue conscientemente hasta el tardo Quattrocento sino una literatura toscana con apéndices
de la tradición literaria toscana y a la distancia mantiene la fe tanto y colonias (en su mayoría, nada obedientes y estables), en el Véneto,
en el lenguaje sápido como en la pintoresca ferocidad del viejo en parte de la Emilia, en las Marcas y en la Umbría.
Uguccione27. Pero con estas consideraciones y con estos
interrogantes ya nos hemos alejado de una investigación limitada a Antes de proseguir, será conveniente detener un momento la
la Italia septentrional. Precisamente, ahora es oportuno dirigirse al atención sobre esta literatura toscana. Ante todo, es evidente que la
Sur. También allí había llegado con suma rapidez el eco de la Commedia de Dante, como quiera que haya sido concebida y
Commedia dantesca; allí, en la segunda mitad del Trecento, vive comenzada, es la obra de un exiliado, surge de la experiencia de
Boccaccio su fecunda juventud, y durante todo el siglo mercaderes y aberrantes y lejanos caminos y tierras; continúa, en el tránsito del
Infierno al Purgatorio, en una visión resueltamente más libre y
25
Ca. 1220-1294. [N. del T.] amplia; y si bien permanece leal a la ciudad originaria, Florencia,
26
Véase la Antica parafrasi lombarda del NEMINEM LAEDI NISI A SE IPSO di S. encuentra su imagen, empero, con una minuciosa pedantería que
Giovanni Grisostomo, en: Archivio glottologico italiano, Vol. VII, Roma-Torino- parece el íncubo de un sueño, en el cielo paradisíaco de
Firenze, Loescher, 1880-1883, pp. 1-120. [N. del T.]
27
Dionisotti hace referencia al condotiero Uguccione della Faggiola (ca. 1250-
1319). [N. del T.]

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Cacciaguida28. Asimismo, es evidente que el cancionero de Petrarca es un evento que el historiador registra y nada más: sería absurdo
nace dondequiera salvo en Toscana, a manos de un exiliado cualquier comentario que no fuera su conmemoración. La gran
voluntario para quien, sin pesar, el mundo ya es patria; y, sin poesía italiana del Trecento se eclipsa en el año 1374, en el acto en
embargo, nace de un supremo esfuerzo de concentración íntima el que se extingue sobre las páginas todavía frescas del Triunfo de la
sobre una base lingüística y métrica coherente, (y, en ese momento, Divinidad la vida de Francesco Petrarca29. Pero el ocaso de una
en esas condiciones, y con ese hombre) ostentosa y -me atrevería a sociedad y una tradición literaria no es algo que pueda registrarse sin
decir- polémicamente fiel a la tradición toscana. Por último, el comentarios.
Decameron de Boccaccio nace, es cierto, en Florencia, y allí se
encuadra, con arreglo a un equilibrio sentimental y una lucidez Entre la muerte de Petrarca o, al año siguiente, la de Boccaccio, y
figurativa sin antecedentes en las obras que lo preceden; y, no el advenimiento de los poetas mediceos -Pulci30, el mismo
obstante, nace también de un ímpetu narrativo, de un pródigo Lorenzo31, Poliziano32-, transcurre lo que en las historias de la
abandono a la aventura amorosa, fatal y genial, que ya se traslucen literatura italiana se denomina comúnmente “el siglo sin poesía”. El
en aquellas obras (especialmente en las primeras), y que son en reparo que aquí se impone no concierne empero a la ausencia, por
Bocccaccio los signos, a la vez que los resultados, de su educación y castigo de Dios, de algún gran poeta; concierne más bien al hecho de
su juventud napolitanas, de su experiencia (luego constantemente que durante buena parte de aquel siglo el ámbito de la literatura
añorada y sentida, y por eso mismo sedimentada y liberada al canto toscana se restringe y se municipaliza, y de que ahora se tiene, quizá
en su exilio en la patria) de una vida más vasta y lujosa de la que a por primera vez en Italia, una literatura dialectal en el sentido
sus ojos se manifestaba en Florencia. En los tres casos son, auténtico, esto es, fundada en el uso consciente de un lenguaje de
obviamente, resoluciones individuales, excepcionales e irrepetibles. rango inferior. El primer paso en esta pendiente es dado de manera
Sin embargo, brotan del poderoso flujo y reflujo de corrientes ingenua, inmediatamente tras Boccaccio, por Franco Sacchetti33, que
florentinas (o toscanas) y externas que ocurre en Italia entre la mitad bien puede llamarse el abuelo (si no el padre) de esa tradición
del Duecento y la mitad del Trecento. Es un panorama de Italia y de toscana clandestina, de una prosa argentina y aguda, tan agradable
su cultura y literatura profunda y diversamente fragmentado. Y, como incurablemente provincial, que tuvo por siglos una larga vida,
como ya se vio, es un panorama que se extiende más allá de los
confines mismos de Italia. Así, la fatiga poética que se advierte aquí 29
El Trionfo della Divinità o dell’Eternità (Triumphus Eternitatis), último de los
en la segunda mitad del Trecento no es un fenómeno que pueda Trionfi de Petrarca, compuestos a partir de 1341 (o 1352) e inacabados al morir el
separarse del agotamiento, incluso en su eco lejano, de la tradición Poeta (1374). [N. del T.]
provenzal, ni de la merma de la francesa. El eclipse de la gran poesía 30
Luigi Pulci (1432-1484). [N. del T.]
31
Lorenzo de’ Medici (1449-1492). [N. del T.]
32
Angelo Ambrogini (1454-1494). [N. del T.]
28 33
Cfr. Paradiso, XV-XVII. [N. del T.] Ca. 1300-1400. [N. del T.]

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y que todavía conserva un poco de ella. Pero a Sacchetti pronto lo lejanas: una evasión en el tiempo, el peregrinaje humanístico a los
sucede Burchiello34, quien deliberadamente malgasta su indudable santuarios de la Antigüedad clásica. Sobre esta misma base
vena poética en una jerga intraducible, y apunta justamente a un humanística, entre el final del Quattrocento y los comienzos del
empleo ya no cómico sino grotesco sin más de esa poesía. Y también Cinquecento, se constituye en un primer momento una literatura
de Burchiello, que tuvo durante todo el Quattrocento y más allá una italiana.
enorme fortuna, puede decirse que inaugura una tradición de poesía
burlesca y maliciosamente agresiva, típicamente toscana, solo por Fenómeno europeo es el Humanismo, pero nadie, creo, ha puesto
momentos (a mediados del Cinquecento y del Seicento) en tela de juicio que Italia tuvo en él un rol preeminente y decisivo.
moderadamente abierta a poetas no toscanos, y aún viva, durante la Este papel es inexplicable si no se tiene en cuenta el formidable y
primera mitad del Ottocento, con Giusti35. La contracción municipal reiterado llamamiento unitario que se eleva en un período de
y la degradación dialectal que acabamos de notar distinguen a la cincuenta años desde la Divina Commedia, las rimas petrarquescas y
literatura toscana entre el Trecento y el Quattrocento, pero el Decameron, pero tampoco se explica si no se tiene en cuenta,
ciertamente no agotan el cuadro. Franco Sacchetti vuelve hacia atrás además, las formidables resistencias que oponía a ese llamamiento la
una mirada desolada, y lamenta la falta total de poesía, pero en ese fragmentación política y lingüística de la Italia medieval y romance:
mismo momento un Coluccio Salutati36 mira adelante hacia el de allí la evasión hacia la Antigüedad clásica y hacia la lengua
porvenir con autoridad. Burchiello se arremanga y pelea con navaja, clásica, patrimonio común de todas las escuelas de la península,
pero a la vuelta de la esquina entran en escena con hábitos curiales desde la llanura del Po hasta Sicilia. Cómo se pasa de una
hombres como Leonardo Bruni37, Poggio Bracciolini38 y Leon comunidad escolástica (de altísima e inicialmente libre escuela) a
Battista Alberti39, y sus gestos son ampulosos y graves. La literatura una comunidad literaria latina, y cómo luego ésta se abre al
toscana gradualmente se recobra y se revigoriza hacia fines del reconocimiento y a la empresa de una comunidad literaria italiana, es
Trecento y durante el Quattrocento, aunque sobre una base distinta un proceso histórico que los estudios modernos ya han clarificado
de la constituida por Dante, Petrarca y Boccaccio y sus obras en adecuadamente. Lo que todavía importa subrayar, quizá, es el
vulgar. Se trata nuevamente de una base heterogénea, que implica carácter de polémica aspereza y de dramatismo que reviste, en un
fidelidad hacia la propia tierra pero también experiencia de regiones período particularmente dramático de la historia de Italia, la última
fase del proceso mismo. La nueva lengua y literatura italiana resulta
34
Domenico di Giovanni (1404-1449). [N. del T.] sin duda fundamentalmente toscana, pero no porque en Toscana
35
Giuseppe Giusti (1809-1850). [N. del T.] surgiera entonces, conforme al programa literario de Lorenzo el
36
1331-1406. [N. del T.] Magnífico, una fuerza expansiva capaz de imponerse al resto de
37
1370-1444. [N. del T.] Italia, o porque un Poliziano, por ejemplo, lograse aquello que no
38
1380-1459. [N. del T.] habían podido lograr un siglo antes Dante, Petrarca y Boccaccio. En
39
1404-1472. [N. del T.]

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el [Orlando] Furioso, Ariosto depende de Poliziano, pero más de la Toscana valen por el resto de Italia sobre todo Venecia y Roma:
esos tres grandes y de los latinos; directamente depende de Boiardo40 no hacia Florencia sino hacia estas ciudades, sobrevivientes, en los
y, por esta vía, de una tradición narrativa que originariamente remite acontecimientos políticos paralelos, de la derrota de Agnadello44 y
a la literatura francoitaliana. La línea y el límite de desarrollo de la del Sacco45, se orienta en su conjunto la cultura italiana del
tradición literaria propiamente toscana en esta época se pueden Cinquecento. Pero es asimismo notable en este suceso el papel de
señalar por comparación, en la historia política, tanto con el otros centros por completo independientes, aunque obviamente no
subsiguiente experimento principesco y papal de los Medici como ajenos (como tampoco lo eran Venecia y Roma) a la cultura toscana
con la originalísima, heroica mas siempre irreparable catástrofe de la contemporánea: en primer lugar están Ferrara, Mantua, Urbino y la
libertad florentina. Solo Florencia podía y pudo jugar esas cartas en Nápoles de Sannazzaro46.
Italia en el plano político, lo que prueba su peculiar y superviviente
vigor. Pero es también cierto que en todas las ocasiones (en 149441, En Florencia, en esta nueva situación que se venía desarrollando
en 152742 y en el ’3043) la partida se perdió, lo que prueba la de forma casi imprevista a comienzos del Cinquecento, recalcitraba
desproporción de ese vigor en relación a los eventos. En el plano Maquiavelo. Poco después, Guicciardini controla la lengua de su
literario, en la rendición de cuentas de una controversia que a fines Storia [Historia], que no por nada quiere ser y es Storia d’Italia
del Quattrocento (y de una punta a la otra de la península) se había [Historia de Italia], a partir de las Prose [Prosas] del veneciano
vuelto nacional sobre la base ya sustancialmente homogénea de la Bembo47. En la segunda mitad del siglo, la Accademia della Crusca
cultura humanística, los toscanos no conquistan el resto de Italia, acepta colectiva y públicamente el hecho consumado, vuelca la
sino que el resto de Italia conquista la Toscana y revisa y reparte a su situación a su favor y, al intervenir en el momento justo (en el
manera el patrimonio lingüístico y literario. En esta capitulación de agotamiento y reflujo de las fuerzas antagónicas), asume, ya que no
el imperio, el proconsulado de la lengua. Por lo demás, la historia de
40
Matteo Maria Boiardo (1441-1494). [N. del T.] la literatura florentina en el Cinquecento es, desde este punto de
41
Invasión de Carlos VIII de Francia a la Península Itálica, expulsión de los Medici
(la Seconda cacciata; Cosimo il Vecchio había sufrido la Prima en 1433),
44
instauración de la Repubblica fiorentina y liderazgo de Girolamo Savonarola El 14 de mayo de 1509 las tropas francesas de Luis XII derrotaron a la
(entre 1494 y 1498). Un segundo gobierno republicano estuvo a cargo de Pier Repubblica di Venezia. [N. del T.]
45
Soderini (1498-1512). [N. del T.] El Saqueo de Roma, ocurrido el 6 de mayo de 1527. [N. del T.]
42 46
Alessandro de’ Medici padeció la Terza cacciata a manos de los florentinos, O Jacopo Sannazaro (1457-1530); autor de la Arcadia. [N. del T.]
47
luego del saqueo o Sacco di Roma. Tras su expulsión se establece un tercer Pietro Bembo (1470-1547). Autor, entre otras obras, de las Rime [Rimas], Gli
gobierno republicano (16 de mayo de 1527). [N. del T.] Asolani [Los asolanos] y las Prose nelle quali si ragiona della volgar lingua [Prosas
43
Fin del Asedio de Florencia y caída de la República. Los Medici obtienen el en las que se diserta sobre la lengua vulgar]. Dionisotti editó estos textos en los
ducado hereditario de la Toscana con el apoyo imperial (Carlos V) y papal primeros años de la década del ’30 del pasado siglo. Redactó, además, unos
(Clemente VII, nacido Giulio de’ Medici). [N. del T.] Scritti sul Bembo [Escritos sobre Bembo]. [N. del T.]

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vista, una ejemplificación nítida y sugestiva de la capitulación antes poéticas en los florentinos fieles a su tradición municipal (Miguel
mencionada, y de las reacciones y adaptaciones que ella comporta. Ángel es una excepción que confirma la regla), y ello en una época
Es el ejemplo de sus exiliados, como Alamanni48; de sus desertores, de exorbitante facilidad y despliegue del ejercicio poético en toda
como Della Casa49; de sus moderados parcialmente ganados al Italia. Tampoco en esta ocasión es un fenómeno accidental que basta
enemigo, como Varchi50; de sus fieles ásperos y a la vez pensativos, con registrar. Nunca nace la poesía (y menos aún en el período que
como Gelli51; de aquellos que, en cambio, hacen un explosivo estamos considerando) de una materia informe; nace de esas formas
escándalo, como Lasca52, y así sucesivamente. Pero valga por sí solo históricas que son las palabras y sus nexos sintácticos, estilísticos y
el ejemplo de la Vida de Cellini como un maquiavélico retorno a los métricos. La cuestión de la lengua y la cuestión de una nueva
orígenes, a una vena nativa, gallarda, que todavía brota de la literatura, no ya toscana sino italiana, se unifican en el Cinquecento
tradición florentina de los tiempos felices y de libertad. Según y representan cabalmente un contraste de formas históricas,
evidencian los ejemplos citados, son poetas los exiliados y los conllevan sobre estas una elección y una capacidad diferente de
desertores, y prosistas los que permanecieron o volvieron a poesía o de prosa, y de una forma de poesía o de prosa antes que
Florencia. El disgusto de Maquiavelo de que Ariosto no lo hubiera otra. Los estudiosos ya han cesado de mofarse de la presunta
incluido en la revista final de poetas del Furioso53 es indicativo, en futilidad académica de la cuestión de la lengua que se debate durante
su ingenuidad, de un fenómeno vistoso en la historia de la literatura casi todo ese siglo en Italia. Era de hecho un asunto serio, como eran
italiana del Cinquecento: el agotamiento de las posibilidades serios y en absoluto ociosos académicos los hombres que la
debatían. Y era una cuestión íntima para cada uno de ellos, incluso
48 para quienes no participaron de la discusión pública que tenemos
Luigi Alamanni (1495-1556). [N. del T.]
49
Giovanni Della Casa (1503- 1556). [N. del T.] documentada. Con ella se resolvió definitivamente esa polivalencia
50
Benedetto Varchi (1503-1565). [N. del T.] lingüística que, como ya hemos visto, había sido característica de la
51
Giovan Battista Gelli (1498-1563). [N. del T.] cultura italiana en los orígenes y que, con cambio de términos, se
52
Anton Francesco Grazzini (ca. 1503/04-1584). [N. del T.] había perpetuado durante la época humanística. Con ella, asimismo,
53
Carta de Maquiavelo a Luigi Alamanni (17 de diciembre de 1517): “Io ho letto a logró pacificarse en el escritor y en el lector italiano la competencia
questi dì Orlando Furioso dell’Ariosto, et veramente Il poema è bello tutto, et in prácticamente de dos nacionalidades: una, municipal y nativa, con su
dimolti luoghi mirabile. Se si trova costì raccomandatemi a lui, et ditegli che io mi dialecto incongruo pero adherente a las cosas, a los intereses, a los
dolgo solo, che avendo ricordato tanti poeti, mi abbia lasciato indietro come un
cazzo, et che egli ha fatto a me in quello suo Orlando, che io non farò a lui in sul
afectos de la vida cotidiana; italiana y completamente ideal la otra,
mio Asino.” “He leído en estos días el Orlando Furioso de Ariosto; realmente, el conquistada al precio de una industriosa y delicada trasposición
poema es en general bello, y en muchos lugares admirable. Si lo encuentra, lingüística. Como ya se admitió, solo a la luz de estas
encomiéndeme a él, y dígale que solo me duelo de que, recordando a tantos consideraciones (y no con el recurso a insubsistentes o accesorias
poetas, a mí me haya omitido como a un mierda, y que lo que él ha hecho
conmigo en su Orlando, yo no lo haré con él en mi Asino [Asno].” [N. del T.]

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reivindicaciones y reacciones religiosas y morales) se explica la la plena represión de los afectos. Torquato Tasso55 y Battista
génesis de una obra excepcional como es la de Folengo.54 Guarini56 son cabalmente los primeros poetas en Italia de los cuales
puede decirse que han nacido italianos, esto es, que se han educado
No hay necesidad de demostrar ulteriormente lo infundado y lo en el ámbito de una literatura italiana ya constituida de modo
inconcluso de las tentativas, perpetradas una y otra vez en el siglo pacífico. Ellos se arriesgan y abren su ya fácil, fluido lenguaje
pasado y en el nuestro, de revelar caracteres, virtudes, defectos y poético a la íntima crueldad y al lento juego de las efímeras pasiones
límites permanentes de la literatura italiana anatomizando su cuerpo. humanas, e incorporan al italianismo (entendido como escuela de
Esto no significa, sin embargo, que cada literatura no pueda haber elegancia humanística y cortés) una seducción inmediata y profunda
propuesto y resuelto de tiempo en tiempo sus problemas particulares que acompaña en la época siguiente la indagación psicológica y la
y conservado en sí misma la impronta de las soluciones logradas. Tal interpretación dramática de la vida, propias de otras literaturas
es, por ejemplo, y contrariamente al recién evocado Folengo, el europeas.
carácter de exasperada estilización retórica que durante mucho
tiempo distingue a la literatura italiana del Cinquecento en adelante, La fundación cinquecentesca de la literatura italiana es un
y (en comparación con otras literaturas) la exigüidad en ella de resultado definitivo, de esos que (como la unificación política de
elementos realistas, psicológicos y dramáticos. Que no es en Italia tres siglos más tarde) es inconcebible que puedan ser puestos
absoluto el carácter de la literatura propiamente toscana, ni tiene en discusión en la historia de un pueblo. Pero continuemos. La
nada que ver con el cielo de Italia o con el temple moral de los situación cambia, surgen otros problemas y, por tanto, también se
italianos: resulta directamente del proceso lingüístico y literario imponen otros cánones interpretativos. Valga un ejemplo. A
cinquecentesco ya descripto. Ese proceso fue dirigido con principios del Cinquecento, la crisis de crecimiento de la literatura
maravillosa intuición y empeño a la poesía y, en ella, al momento italiana coincide exactamente con la crisis política que arrasa con la
lírico, que se libera sobre la realidad cotidiana y sobre la pasión independencia de Italia y la somete al predominio extranjero. No
misma. Es obvio que acompañó a esta búsqueda (de por sí ardua y puede decirse que los escritores fueran indiferentes a esta catástrofe:
que lo era aún más por las condiciones lingüísticas que la exigían) la lamentos e invocaciones en prosa y en rima forman un abundante
desconfianza y la exclusión de elementos realistas y dramáticos, de séquito para el heroico final del Príncipe maquiavélico. Sin
los cuales se había reconocido teóricamente y sentido íntimamente la embargo, el problema central de aquella literatura es nacional, no
insidia. Cuanto más fácil y segura se hace la búsqueda, más se nota nacionalista, y de ello se resiente también el tratamiento de los
en Italia durante el Cinquecento la disposición a reabrir el paso problemas políticos que, de Maquiavelo mismo a Botero, tiene
(moderadamente, eso sí; y en subordinación a un resultado lírico) a
55
1544-1595. [N. del T.]
54 56
Gerolamo (Teofilo) Folengo (1491-1544). [N. del T.] Giovanni Battista Guarini (1538-1612). [N. del T.]

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carácter y difusión europeos como teoría pura de la razón de Estado. español, a la Inquisición romana y a una presunta flaqueza moral de
El nacionalismo es de quienes se volvieron o todavía son débiles; no los italianos. El resultado de un cotejo objetivo de la situación
es propio de los fuertes; y la literatura italiana del Cinquecento era política italiana con la literaria en el Seicento es, en todo caso, este:
indiscutiblemente fuerte. Desde este punto de vista, la situación en el mientras que un siglo antes la retirada a posiciones defensivas y a
Seicento se muestra alterada. La vehemente polémica antiespañola veces la capitulación misma de las fuerzas políticas no era obstáculo
de escritores como Boccalini57 (que por eso mismo tuvieron fortuna sino que más bien excitaba y liberaba a los mejores a la empresa de
europea), anuncia una exigencia nacionalista y una consecuente unificar y exaltar a Italia en la literatura y en las artes, ahora, en el
revisión de la tradición humanística que cada vez más apremian en Seicento, esta unidad y preeminencia lograda no recibe de las
Italia durante el Seicento, se declaran abiertamente al finalizar el condiciones políticas nuevo estímulo, y menos aún logra insertarse
siglo y al comenzar el siguiente con la Arcadia, y arremeten contra en ellas y modificarlas. En el momento mismo en que se hace más
todo el curso de la literatura moderna. Otra vez y con mayor razón la viva la exigencia de alguna iniciativa, la expectativa de algún
geografía histórica italiana requiere, para ser adecuadamente llamamiento nacional, se da en cambio una situación de abandono y
estudiada, un mapa de Europa. Pero incluso en esta alterada de disponibilidad que, al prolongarse, necesariamente precipita en
situación un buen mapa de Italia sin más da muestras de ser ocio académico. En esta vacante de las motivaciones unitarias y
oportuno. nacionales reacciona con celeridad y se recobra el fraccionamiento
histórico de Italia: no por nada florecen por doquier durante el
La crisis de la cultura y la literatura italianas del Seicento no se Seicento, en contraposición a la literatura nacional, la poesía y la
entiende si no se advierte, asimismo, que justamente en ese siglo literatura dialectales, que consiguen, tanto en Nápoles como en
tiene lugar una profunda crisis de la estructura y de la vida regional y Boloña, resultados sorprendentes y duraderos. Se explica con esto el
local en Italia. El panorama de esta época se ha clarificado mucho hecho de que la indudable y vigorosa renovación de la literatura
como resultado de los estudios efectuados en el último medio siglo. italiana en el Settecento haya surgido efectivamente de la iniciativa
No obstante, en la medida en que la moderna crítica italiana todavía nacional de la Arcadia y de una defensa y reacción nacionalista de la
flaquea en amplitud y fiabilidad de la información ante la del Italia toda frente a la ya descubierta amenaza (que es a la vez
Settecento, el juicio polémico pronunciado en la Arcadia contra la atracción) de las restantes literaturas europeas modernas, y que esa
literatura del Seicento sigue resistiendo. En suma: es un campo en el renovación se haya desarrollado, sin embargo, conforme a una
cual queda mucho trabajo por hacer. Con todo, de ahora en más característica diferenciación regional, de la cual, aun en el esfuerzo
parece evidente la impertinencia o la insuficiencia de las unitario, se conserva la impronta. El ejemplo de la comedia
imputaciones esgrimidas promovidas en su momento, al predominio veneciana de Goldoni58 podrá parecer por lo menos demasiado

57 58
Traiano Boccalini (1556-1613). [N. del T.] Carlo Goldoni (1707-1793). [N. del T.]

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obvio. Pero séame lícito recordar que la fidelidad de Parini59 a su cuales los acontecimientos que se esbozan discretamente (casi una
tierra Lombarda, a su Milán, no es tan solo un accidente de su filigrana) en las páginas de Parini, la sucesión de responsabilidades
biografía. Corresponde punto por punto a su posición literaria. nacionales y regionales que reaccionan unas sobre otras, se despliega
Sintomático y decisivo en la carrera de Parini es el coup d’essai,60 la en todo su relieve con vehemencia dramática en la obra (y en la
defensa (mediante la cual entra joven en la lid) de la autonomía vida) de Vittorio Alfieri.61 Más remoto su origen, a diferencia del
lombarda y hasta de la tradición dialectal seicentesca contra las lombardo Parini, respecto a la meta común, Italia. Y por eso tanto
veleidades sobrevivientes o renacidas de una preeminencia toscana. más clara, urgente, profética en él como nunca antes la visión de
Desde aquí principia su carrera, que es una reactivación original del Italia. Y por eso también la necesidad y la voluntad en él de
proceso mismo por el cual dos siglos antes, ligando la cuestión de la “despiamontizarse”.62 Pero precisamente la declaración de este
lengua con la del estilo y el lenguaje poéticos, se había constituido propósito es indicio de la tenacidad en él del origen piamontés, del
en un principio una literatura italiana y no meramente toscana. peso de provenir de la última región de Italia ganada a la literatura
Continuación original, he dicho, pero también históricamente italiana: de allí, en el lenguaje poético de sus tragedias, la fuerza y el
justificada y condicionada por el hecho de que en el Cinquecento apuro casi unidos de una prepotente tosquedad bárbara y de una
Lombardía había estado entre las regiones más renuentes y faltas de ingenua e impaciente devoción escolar. Aquí vuelve a la mente que,
interés por la renovación literaria italiana y que, en cambio, había antes de Alfieri, Baretti63 se había ya “despiamontizado”. Así pues,
estado y estaba en el Seicento entre las más diligentes por la Goldoni y Parini, Baretti y Alfieri. Agreguemos al paduano
recuperación y la ilustración de la historia literaria italiana y de la Cesarotti64, al veronés Pindemonte65, al ferrarés (por adopción)
herencia cinquecentesca en especial. De Parini se ha afirmado que Monti y, con estos nombres que nos traen a la memoria a Fóscolo66,
incluso en sus obras maestras poéticas representa fielmente los sigamos el itinerario de Iacopo Ortis, y aguardemos en Milán
gustos de la Arcadia; y es un juicio exacto, pero que requiere ser (Milán, capital de una República Italiana, de un Reino Itálico) al
rápidamente especificado diciendo que por “Arcadia” no se entiende encuentro de Fóscolo con los exiliados napolitanos y con su herencia
aquí la primera y romana, que había tenido en Metastasio a su poeta,
sino una segunda y completamente diversa Arcadia, nacida 61
justamente en la segunda mitad del Settecento por iniciativa de las Vittorio Alfieri (1749-1803). [N. del T.]
62
colonias septentrionales. Esta segunda Arcadia se identifica con la “Spiamontesizzarsi” en el original. Neologismo acuñado por Dionisotti con el
significado de “desprenderse del carácter piamontés.” [N. del T.]
primera en la medida en que la sojuzga y la sustituye en Roma, 63
Giuseppe Baretti (1719-1789). [N. del T.]
durante las últimas tres décadas del Settecento. Son los años en los 64
Melchiorre Cesarotti (1730-1808). [N. del T.]
65
Ippolito Pindemonte (1753-1828). [N. del T.]
59 66
Giuseppe Parini (1729-1799). [N. del T.] Ugo Foscolo (1778-1827). Autor de I Sepolcri (Los sepulcros), Le Grazie (Las
60
En francés en el original. “Primer intento destinado especialmente a demostrar Gracias), y Ultime lettere di Jacopo Ortis (Últimas cartas de Jacopo Ortis), entre
las propias capacidades.” [N. del T.] otras obras. [N. del T.]

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viquiana: el cuadro que así se traza es el de una literatura que generaciones del Risorgimento. La Roma de Pío VI, ajena a Parini,
durante toda la segunda mitad del Settecento y más allá se apoya fue empero teatro de la fortuna poética de Monti y huésped no
progresivamente sobre las solitarias regiones septentrionales de indiferente al mismo Alfieri, el rebelde. Para Fóscolo ya no significa
Italia. nada, y se manifiesta al joven Leopardi en su mezquina desolación.
Queda la Roma de Goethe, de los grandes peregrinos extranjeros; y
Una fractura, al principio leve y como oscilante, con el correr de será (sintomática resurrección) la acerba Roma dialectal de Belli71.
los años se profundiza y determina cada vez más, y al sur de Pero para que Italia reconquiste Roma habrá que esperar a 1848. En
Florencia divide en dos a la península. La grande y vigorosa Nápoles esta tajante fractura de Italia entre el Norte y el Sur se da una
de Gravina67 y de Vico, de Galiani68 y de Filangeri69, en parte cuelga primera diferencia de la nueva situación respecto a la humanística y
en las horcas de 179970 a los herederos de esa noble escuela, en parte a la cinquecentesca. Una segunda, menos llamativa pero aun así
los empuja al exilio, y madura en un selvático aislamiento a las digna de consideración, se halla en el hecho de que, si en el
Cinquecento el Véneto está a la vanguardia y la Toscana en posición
de vivaz defensa, ahora, en cambio, la iniciativa se desplaza cada
67
Gian Vincenzo Gravina (1664-1718). [N. del T.] vez más hacia Lombardía y el Piamonte, y, por el contrario, en el
68
Ferdinando Galiani (1728-1787). Entre sus obras se destaca el tratado Della Véneto y en mayor medida en la Toscana se establece un aura casi
Moneta [De la moneda], consultado por Marx para la redacción de El Capital. serena de conciliación histórica. La querella de los antiguos y de los
Nietzsche también tuvo a Galiani en alta estima, pero quizá menos por sus teorías modernos se ubica en el centro de la literatura italiana en la época
que por su esprit: “Es gibt sogar Fälle, wo zum Ekel sich die Bezauberung mischt:
que ahora estamos examinando; precede y luego se liga a la cuestión
da nämlich, wo an einen solchen indiskreten Bock und Affen, durch eine Laune der
Natur, das Genie gebunden ist, wie bei dem Abbé Galiani, dem tiefsten, romántica. Característico de la cultura véneta es el empeño de
scharfsichtigsten und vielleicht auch schmutzigsten Menschen seines Jahrhunderts resolver libre y un poco eclécticamente la cuestión, salvando lo
–er war viel tiefer als Voltaire und folglich auch ein gut Teil schweigsamer” salvable del pasado y abriendo moderadamente las puertas al
(Jenseits von Gut und Böse, II, §26. En: Werke, Band III, herausg. von Karl porvenir. En suma: el Ossian y el Homero de Cesarotti, los
Schlechta, Ullstein, Frankfurt/M-Berlin-Wien, 1976, S. 38). “Se dan incluso casos cementerios ingleses72 y la Odisea de Pindemonte. Fóscolo, que era
en que a la náusea se mezcla la fascinación: a saber, allí donde, por un capricho todo salvo un ecléctico, y que de la escuela de Cesarotti había
de la naturaleza, el genio va ligado a uno de esos machos cabríos y monos pasado con el ímpetu de sus veinte años al Sturm und Drang del
indiscretos, como ocurre con el Abbé [abate] Galiani, el hombre más profundo,
más perspicaz y, tal vez, también más sucio de su siglo. Era mucho más profundo
Ortis, algo debía de haber retenido de la misma lección contra la
que Voltaire y, en consecuencia, también bastante menos locuaz.” (Más allá del cual, sin embargo, le había tocado rebelarse. En Brescia, a medio
bien y del mal, Buenos Aires, Alianza, 1993, p.51). [N. del T.] camino entre Milán y Verona, no por casualidad ni carente de un
69
Gaetano Filangeri (1752-1788). [N. del T.]
70 71
En julio de 1799 cae la Repubblica napoletana o partenopea, fundada en enero Giuseppe Gioachino Belli (1791-1863). [N. del T.]
72
de ese año. [N. del T.] Alusión a la obra de Pindemonte: I Cimiteri. [N. del. T.]

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meditado motivo literario se dirige a una facción más que a la otra y, registre en todo su trayecto después del Trecento. Conviene detener
tras lograr en los Sepulcros el supremo equilibrio entre lo antiguo y la atención no tanto en las vetas jansenistas del catolicismo o en el
lo moderno, entre la angustiosa avidez de la vida y la marmórea historicismo de Manzoni (importantes, sin duda, pero no más que el
serenidad de la muerte, encamina el discurso hacia Pindemonte. El Convivio o la Monarchia para la comprensión de la Commedia
propio Fóscolo, cuando luego, en las Grazie, se abandona a un ideal dantesca), sino más bien sobre el problema central, lingüístico y
de contemplación poética cada vez más desapegada, aísla y eleva el literario, de la prosa novelística, sobre su disperso y ubicuamente
mito de Florencia y de Toscana como una Arcadia de las letras al implícito De Vulgari Eloquentia. De este examen se deduce que la
margen de cualquier afán polémico. Ya Alfieri había podido aplacar formación de Manzoni es en su totalidad lombarda, con la apertura
allí, en parte, su inquietud y sus tormentos. Nunca (ni antes ni quizá propia de la cultura lombarda hacia Francia, y así, y precisamente en
después) como en este período Florencia representó para los mejores este ámbito, son sus vínculos humanos y literarios (Parini, Fauriel74,
italianos la imagen casi de un puerto en el que fuera dado vivir y Grossi75, Porta76 y los románticos del Conciliatore77); y que
contemplar en la lejanía las tempestades de la vida. lombardo es (incluso por el rigor libre de eclécticos compromisos) el
momento crítico y decisivo, la secreta y poderosa faena de su
Estas consideraciones se aplican en parte también a la vida y a la vocación, desde los Inni Sacri [Himnos Sacros] a las tragedias, al
obra de Leopardi. Por lo que respecta a la fractura de Italia, su primer esbozo de la novela. Toscanas y florentinas, en cambio, son
juventud en Recanati se presenta significativa, casi suspendida en el para Manzoni la calma luego de la tormenta, la solución última de su
confín entre las dos zonas del tumulto y del silencio: el tumulto problema lingüístico, la lenta revisión y pulimento de I Promessi
romántico del cual le llega el eco del Norte; el silencio desesperado Sposi (Los novios), y la hiel, en este minucioso esfuerzo decorativo,
y solemne del Sur, que finalmente lo atrae a Nápoles, lo inmoviliza de una prematura vacante y renuncia de su arte a seguir combatiendo
en la soledad sideral de los últimos cantos, lo contrista y lo humilla la batalla.
en el trato polémico de los Paralipomeni.73 En el medio, la estadía
en la Toscana, única evasión parcialmente feliz, parcialmente Fenómeno típicamente piamontés y lombardo es el romanticismo
discursiva y cordial de su vida entre los hombres. En Florencia, en italiano, tanto en su fase programática y polémica como en sus
1827, tiene lugar su encuentro respetuoso y receloso con el otro últimos desarrollos. Con excepción de esta área y de la conjunta
grande: Manzoni. Quien también en Florencia llegaba a una especie
de alivio y reposo de la empresa más intrépida, acaso la más 74
Claude Fauriel (1772-144). [N. del T.]
revolucionaria en su aparente cautela, que la literatura italiana 75
Tommaso Grossi (1790-1853). [N. del T.]
76
Carlo Porta (1776-1821). [N. del T.]
77
Periódico fundado en Milán en septiembre de 1818. Fue el órgano de difusión
73
El título completo de esta sátira leopardiana es Paralipomeni della de ideas de los grupos liberales y románticos. La censura austríaca lo suprimió en
Batracomiomachia. [N. del T.] octubre de 1819. [N. del T.]

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Liguria, solo se destaca la roja Livorno de Guerrazzi78, que por lo estilística de Aleardi88 (y, en contraposición -sobre la misma base del
demás mira hacia Génova y al Tirreno y que se halla en posición segundo Romanticismo y en los mismos años-, en la exuberancia
antagónica respecto de Florencia. Para todo el resto de Italia el impulsiva de un emigrado como Prati89, completamente preso del
Romanticismo es un producto de importación que tiene entrega ambiente piamontés y lombardo). Y piénsese aún, vadeando a
tardía y controlada, y representa más una droga que un nutrimento Zanella90 y a Betteloni91, en Fogazzaro92, en las reacciones
vital. Excepción hecha de Guerrazzi, la apertura al Romanticismo de recíprocas de elementos lombardos y vénetos en su formación de
la cultura y la literatura toscana puede medirse considerando uno por escritor y en el progreso de su obra. Esta línea longitudinal puede
uno y en su relación entre sí a Capponi79, Niccolini80 y Giusti. La bastar como ejemplo de todas las otras que podrían trazarse con
voluntad combativa por un compromiso más resuelto, por una provecho en la literatura italiana del Ottocento. Pero es obvio que
colaboración más amplia y riesgosa con las vanguardias italianas y ninguna de ellas permite hacer hincapié en un escritor o en una
europeas lo proveen en Florencia hombres de un origen escuela sin la intersección de las correspondientes líneas
completamente distinto: Vieusseux81, Tommaseo82, Mayer83, el horizontales. En rigor, la importancia de estas últimas debe ser
mismo Montani84. La importancia en el Véneto del distanciamiento considerada preeminente y más decisiva que nunca en la época en la
y la delicadeza de una antigua tradición literaria en tanto parcial que toda Italia confluye en la empresa del Risorgimento. Sean cuales
aquietamiento y encantamiento de los turbios fermentos románticos sean los residuos de antiguas y arraigadas diferencias y disidencias,
es bien visible en la prosa y en la poesía de muchas generaciones, de sean cuales sean las vacilaciones y las divergencias sobre el
hombres muy diferentes entre sí, en todo el transcurso del Ottocento. problema mismo de la unificación política, éste y no otro es el
Basta pensar rápidamente en Carrer85 y en Bianchetti86, en el gran problema que se impone a la Italia toda. Y por cambiada que
fresco friulano de Ippolito Nievo87, en la discreción y en la elegancia aparezca la situación en los últimos treinta años del Ottocento, es
decir, cuando la unificación política es ya un hecho consumado y el
problema que se plantea es el de edificar y consolidar pacíficamente
78
Francesco Domenico Guerrazzi (1804-1873). [N. del T.] el nuevo Estado, se trata una vez más de un problema que
79
Gino Capponi (1792-1876). [N. del T.]
80
Giovanni Battista Niccolini (1782-1861). [N. del T.]
81 88
Giovan Pietro Vieusseux (1779-1863). [N. del T.] Aleardo Aleardi, nacido Gaetano Maria (1812- 1878). [N. del T.]
82 89
Niccolò Tommaseo (1802-1874). [N. del T.] Giovanni Prati (o de’Prati) (1814-1884). [N. del T.]
83 90
Enrico Mayer (1802-1877). [N. del T.] Giacomo Zanella (1820-1888). [N. del T.]
84 91
Giuseppe Montani (1789-1833). [N. del T.] Vittorio Betteloni (1840-1910). [N. del T.]
85 92
Luigi Carrer (1801-1850). [N. del T.] Antonio Fogazzaro (1842-1911). Su obra principal, Piccolo mondo antico
86
Giuseppe Bianchetti (1791-1872). [N. del T.] [Pequeño mundo antiguo], es el inicio de la serie que gira alrededor de la familia
87
Entre las obras de Nievo (1831-1861), se destaca Le confessioni d’un italiano Maironi y que completan, en este orden, Piccolo mondo moderno [Pequeño
(Las confesiones de un italiano). [N. del T.] mundo moderno], Il santo [El santo] y Leila.

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compromete a todos los italianos por igual y que mancomuna sus una guía actual, nueva y aun así consecuente con una herencia
esfuerzos. La época de Carducci, y luego de Pascoli93 y de remota, de modo tal que, en una palabra, la conduce por un sendero
D’Annunzio, sean cuales sean las sugestiones obvias que están en propio a poder colaborar en condiciones de paridad con el
relación con el tema de este discurso, exige ser examinada con pensamiento y la cultura europeos; por otro lado, mientras una
criterios diversos a los de la simplificación y clasificación vigorosa poesía dialectal (que va de Pascarella94 a Di Giacomo95)
geográfica. Eso no quita que, como afirmé al inicio, justamente a parece haber querido acompañar y subrayar la separación, en nuestro
esta decimonónica unificación de Italia y a su consolidación se dirija siglo, respecto a la tradición retórica de la poesía italiana y del
hoy, estimulada por los eventos, nuestra atención, ni que, al hacerlo, último representante de esa tradición -D’Annunzio-, las novelas del
nos impresione de inmediato el hecho de que la fractura de Italia, siciliano Verga96 se han impuesto cada vez más como la primera y
anterior al Risorgimento, aparece en la conclusión de éste hasta aquí única celebración poética de la humilde Italia
desplazada, pero no colmada, al sur de Roma. La cuestión contemporánea, fantástica e irreflexiva como los personajes de esas
meridional, que tiene un rol tan grande en la historia política de la novelas, recia para el trabajo y casi cáustica para con los orígenes de
Italia moderna y contemporánea, tiene también un rol muy una vida amarga que, no obstante, quiere ser vivida hasta el extremo.
importante en la historia literaria. En el primer ámbito, las provincias Ese camino que Verga ha señalado parece ser el único que desde el
meridionales han brindado con sus mejores hombres la máxima pasado próximo se prolonga por la literatura italiana hacia el
contribución que estaba a su alcance a la causa de la unificación, próximo porvenir.
consumando en ella (más de lo que se haya hecho en cualquier otra
región) el orgullo y el celo de una tradición propia y autónoma; a su Como quiera que sea, una cuestión meridional se ha impuesto y se
vez, esas provincias han quedado en el orden económico y civil casi impone en Italia: por qué, a causa del Risorgimento, ha venido
en los márgenes de esa unificación, a la vez incrédulas y madurando lentamente y está en curso una revolución meridional. La
decepcionadas. En el campo literario la cuestión se presenta en
términos análogos: por un lado, en la época del Risorgimento se
94
debe al meridional De Sanctis la primera y hasta aquí única Cesare Pascarella (1858-1940). [N. del T.]
95
celebración histórica de todo nuestro pasado, de aquello que de Salvatore Di Giacomo (1860-1934). [N. del T.]
96
glorioso y de potente el pasado nos garantiza incluso en la moderna Giovanni Verga (1840-1922). Máximo exponente del verismo gracias a la
colección de cuentos Vita dei campi [Vida de los campos], y a las novelas I
Europa, y al meridional Croce se debe en nuestro siglo una doctrina Malavoglia [Los Malavoglia] y Mastro don Gesualdo, primeras etapas del ciclo de
filosófica en la cual la totalidad de la cultura italiana ha reconocido I vinti [Los vencidos] que debían completar, en este orden, La duchessa di Leyra
[La duquesa de Leyra], L’onorevole Scipioni [El honorable Scipioni] y L’uomo di
93
Giovanni Pascoli (1855-1912). De su obra, que abre la poesía italiana al siglo XX, lusso [El hombre de lujo]. Antes de sumergirse en el silencio, Verga avanzó hasta
cabe destacar Myricae y el texto programático Il fanciullino [El niñito], título el primer capítulo de la tercera, publicado póstumamente por su amigo Federico
inspirado en el Fedón platónico (cfr. 77 e). [N. del T.] De Roberto (novelista, autor de I Vicerè [Los Virreyes]). [N. del T.]

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lección de la historia literaria al respecto es que, en los últimos cien


años, tres veces la literatura meridional expresó desde su propio
fondo un lenguaje inesperado para el resto de Italia, al punto de
suscitar incluso recelo y hostilidad; y que en cada oportunidad y con
facilidad creciente, acumulando una voz a la otra, ha impuesto ese
lenguaje suyo al resto de Italia.

En este punto puede concluirse provisionalmente una sumaria


revisión del proceso unitario que de una literatura toscana ha
engendrado una literatura lingüística y geográficamente italiana. La
duración y la complejidad del proceso testimonian por sí mismas su
importancia histórica. Se puede discutir si lo que más importa en una
literatura (el don de humana poesía que porta consigo) puede o no
sufrir distinciones y definiciones de espacio y de tiempo. Pero no
parece discutible el principio de que, allí donde se recurra por
cualquier motivo a tales distinciones y definiciones, éstas deben
efectuarse teniendo consideración por la geografía y la historia, por
las condiciones que en el espacio y en el tiempo coartan y exaltan la
vida de los hombres.

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