~P(!BUM SMEmNAS
POR
ARSÈNE ISABELLE
MtE~BBOHELf<ST)Tt.TO DE !?fSTRUCCtO?)
PLiCHCAnE HOITEYtaEO
~T~TOB DEVt!)tASOBBASSOBBEELiïM DELAfLATA
MONTEVIDEO
Imprenta a vapor de EL StCLO,calte 2S de Mayo~un~erot6
1872
SALVACION
MHS
REP6BLICAS SUD-AMERICANAS
II
En los benditos iiempos de los Vireinatos y de las inten-
dencias, la ambicion,-la gloria,–de las familias pudientcs
ô acomodadas, era de tcner un hijo doctor, otro coro~, otro
cond~~o ô /r~c. Los otros, si los habia, cran estancieros,
mincros, ô comerciantes por mayor y menor. Estos ultimes
recibian una éducacion primaria, impcrfecta; apenas sabian
las primeras reglas de la aritmética aneja. Los demàs sùb-
ditos de S. M. Catôlica estaban sumidos en la ignorancia y
la supersticion. Eran contadas las mujeres que sabian leer y
escribir; estaban sometidas al intlujo de los frailes y de las
monjas: à tal punto que creian urmemente que los ingleses,
como herejes que son, tenian cola; lo que no contribuyôpo-
co à la herôica defensa de Buenos Aires, cuando estos here-
jes la atacaron; pues las mujeres combatieron como leonas
desde las azoteas de sus casas (histôrico).
Creian con el mismo candor que los santos de madera te-
nian la milagrosa virtud de responder à sus fervientes ora-
ciones con un signe de cabeza, un movimiento de ojos, ôun
jesto esclamativo con los brazos,-como lo ha visto y palpa-
do el que esto escribe, no pudiendo creerlo, en la mision de
San-Borja, del Uruguay, fundada por los Jesuitas. Imita-
cion del BRAMANiSMO, é ingenioso medio de per~m~~ à los
cristianos. El edificante ejemplo no tardô en encontrar imi-
tadores en las corporaciones de frailes; todos quisieron ha-
ccr milagros.
Los doctoresestudiaban en las universidades la legislacion
cspaûola; particularmente las famosas Leyes de 7~ta~.
Aprendian en esta la edificante doctrina de que cazar y ma-
tar à un cs~c~ro t~fi~o era no solo accion santa, sino aun
obligatoria. E! minimun de la pena era la prision por tiem-
po indeûnido, en una fortaleza bien guardada y vigilada.
La prohibicion de penetrar en los dominios de S. M. Catô-
lica era tan absoluta como en el Celeste imperio. Cuando, à
principios de este siglo, los sàbios naturalistas Humboldt y
Bonpland quisieron viajar en la América espanola, los emba-
jadorc~ de Francia y Prusia tuvieron que solicitarlo como un
gran favor; y efectivamente debia serlo, cuando el ingeniero
y naturalista espanol Feliz de Azara no pudo publicar sus
obras en su patria. Tuvo que hacerlas traducir y publicar en
Francia. La parte bistùrica de estas importantes obras fué
vertida del francés al espariol por D. Bernardino Rivadavia,
ex-presidente de la RepùblicaArgcntina, y publicada por
primera vez en el Co~crc<o P~ redactado por et Dr.
D. Florencio Varcla, en Montevideo.
Semejante régimen, agravadopor el despotismo, la vena-
lidad, las exaccioncs de los Intendentes y de las autoridades
subalternas -las contribuciones indirectas de los frailes de
misa y olla, que hacian un pingiie negocio con la venta de
reliquias, bulas, escapularios,y un sin fin de otras cosas ben-
ditas;-se hizo odiosc é insoportable paralajuventud inte-
ligente, âvida de libe?tad. Los doctores leian à escondidas
las obras impias de Voltaire y de Volney, el contrato social de
Rousseau; sobre todo los elocuentes discursos de Mirabeau
y de los otros grandes oradores de la revolucion francesa.
Estudiaban tambien la constitucion de losEstados-Unidos,
inspiràndose en el geniodc Washington.
Todo esto innamô el ardor patriôtico de la juventud sud-
americana y produjo el gran movimiento de independencia
iniciado en Buenos Aires el 25 de Mayo de 1810, y seguido
como una corriente eléctrica por todos los otros paises so-
ïpctidcsàladominacion espanola.
Desde luego se abrieron los puertos de América à los es-
trangeros, con entera libertad para viajar y establecerscen
el interior. Se les ~~d co~ instancia por medio de ~ccrc-
tos, y sobre todo por agentcs activos, despachados ad hoc.
Muchas personas de distincion acudieron aillamamiento, jun-
tamente con una multitud de artistas, profesores, artesanos
y trabajadores.
Mientras duraron !as herôicas luchas de la independencia,
hubo acuerdo tàcito entre los doctores de todasiasrcpu-
blicas porque cra necesario atraerse las simpatias de las
naciones maritimas, para obtener recursos bélicos, apoyo
morai y efectivo. Pero el régimen colonial habia echado
hondas raices: apenas hubo terminado la lucha con Espana,
cuando empezô la divergencia de vistas y opiniones entre
los sàbios americanos del Sud.
Los liberales, como Rivadavia y Florencio V~ef.-que
tomamos como tipos entre muchos,-querian el progreso
ràpido, el progreso Norte-Americano; libertad àmplia para
nacionales y estrangeros, la libre navegacion de los rios,
la inmigracion y colonizacion en grande escala, por com-
panias, como en los Estados-Unidos; el fomento de la edu-
cacion primaria y segundaria, puesta al nivel de las insti-
tuciones democràticas.–Elles fueron victimas de su noble
ardor patriôtico y humanitario.
Bernardino Rivadavia muriô lejos de su pàtria, en el
destierro;-Florencio Varela fué asesinado, a la puerta de
su casa, durante cl sitio de Montevideo, por un sicario de
Rosas.
Los retrôgrados, los oscurantistas, mas numcrosos, y par-
tidarios del famoso sistema llamado AMERICA.NO, bien carac-
terizados en Rosas, Arana, Anchorena y muchos doctores de
nombradfa, que mas tarde cantaron la palinodia, querian
las balandras en los rios,-libres solamentc para los patos
estrangeros,-las carretas de bueyes en las Pampas, y cuan-
do mas las diligencias, galeras y sopandas en las provincias.
La educacion del pueblo (~M~re ~o&c~yK),) debia limi-
tarse al catecismo del P. Astete y à saber gritar bien alto:
w~tuct la Santa Fc~Yïcto~/B–~t/era~ los salvajes Mm~-
?'<o~'
Los diplomas de los doctores en medicina Ilevaban esos
lemas; estaban impresos en letras co~r de M~rc, y no
acrcditaban la ciencia del médico, sino su fé y su adhesion
à la Santa Federacion f/i~M'/c')
En cuanto à los estrangeros se les permitia establecere
en el interior, con la condicion implicita de ser tratados
como Ilotas; es decir sometidos al capricho de los mando-
nes de la campana, y aun de las ciudades (1).
Muchos estrangeros que seducidos por el bdio ideal del
gobierno de Rivadavia, habian formado establecimientos
ùti!es para el pais, fueron victimas en sus personas, ô en
sus bienes, del odio creado contra los estrangeros por las
Leyes de vigentes aun en la mayor parte de las re-
pûbticas Sud-Americanas. Citaremos solamente al Sr. Ca-
hours y nuestro leal é infortunado amigo el conde Anatolio
de Chatenoy (2) en Mendoza; Bacle y Lavie en Buenos-Aires,
yel Sr. Bonpiand en Corrientes.
v
Ya es tiempo que los doctores se dignen bajar de las
altas esferas de la politica~cc~t/c~ para ocuparsc de
los verdaderos intereses del pueblo sobcrano.EMosdcbcn
persuadirse que el medio mas eficaz de acabar con c! cspf-
ritu anarquico que devora las RcpùbHcas Sud-Americanas,
con pocas escepciones, no es la predicacion continua de
doctrinas de derecho, que enjcndran polemicascnojosasy
fastidiosas para el puebio, que no las comprende.
Los senores doctores harian mucho mejor en propender,
con su talento y su ilustracion al mantenimiento de la paz
interior y exterior; -calmar en lugar de irritar las pa-
siones de los partidarios exaltados, inclinàndolcs à la con-
ciliacion, con el olvido de los cn'or~ rcc~roco~. Sobre
todonoestabtecerladoctrinaanti-bumamtanadc que los
hijos son responsables de las faltas o de los crïmcncs de sus
padres.
La mision mas noble del periodismo es de propcnder à la
moralizacion del pueblo de estimular constantemente à los
gobernantes para que en lugar de malgastar los dineros del
Estado, los cmpleen prefcrentomente en fomentar la edu-
cacion primaria en todo el àmbito de la Repub)ica, hacién-
dola obligatoria; la inmigracion y colonizacion; las
grandes empresas comerciales, industriales y agncoias
la ramificacion de vias férreas la navegacion à vapor en
todos los rios navegables, etc.
Las colonizaciones agricolas é industriales, hechas como
en los Estados Unidos y en la Australia, por grandes compa-
nias de accionistas nacionales y estrangeros, con la protec-
ct'o~e~con de los gobiernos, y situadas a la orilla de rios na-
vegables, 6 à proximidad de las vias férreas, contribuiràn
mas pronto que todo à cambiar las malas costumbres del
pueblo indolente y porezoso de la campana, siempre dispu-
csto à las revucitas. Su intcrés y su amor propio le mos-
traràn la ncccsidad de instruirse, para ponerse al nivel de
los colonos estrangeros, y obtcner asi, para él y su fami-
lia, el grado de bienestar que proporciona el trabajo. Estarà
tambicn mas dispuesto à mandar sus hijos à la cscucla.
No es menos importante fomentar el establecimiento, en
los campos fértiles, bajo la proteccion de las autoridades
locales, de Mc~c~ dect~o~oM~ y en las ciudades cscuc-
las segundarias;- sobre todo escuelas de comercio, donde
los jôvenes puedan aprender la teoria y practica de la Te-
neduria de libros por partida doble; de la aritmética comer-
cial, con el calcule métrico.
En las capitales, c~cMc~t~j~cc~o~dc las matemdticas
y ciencias naturalcs, para formar buenos ingenieros, arqui-
tectos, agrimcnsorcs, geôlogos, quimicos, mineralogistas etc.
Pero hasta que se consiga este progreso intelectual, fruto
de la verdadera c~t/~octo~ y de la paz, es de necesidad ur-
gente ampliar los Estudios M/nf~no~, creando, ademàs
de las matemàticas, que todas las universidades cnsenaa,
aulas de fisica, quimica, économe polltica, geografia é his-
toria universal, astronomta, hisforia natural, y sobre todo
de geologia, estudio indispensable hoy para conocer la rique-
za minéral del pais, y compictar la historia del Globo- que
habitâmes. Muchasnaciones han aumentado considerable-
mente su riqueza territorial, gracias à los ~Kï~f!~ geolôgicos
que hicieron levant?.r, y sirven de guia segura para las
grandes empresas industriales.
Estudios como los que indicamos son propios para formar
hombres aptos para todas las carreras, y no ùnicamente para
el foro,–lapolitica militante, -y los peligrosos juegos de
bolsa.
Hay en la América meridional universidades donde no se
ha querido admitir el estudio de la geologia, porquc cnseua
que el mundo no ha sido creado en J: sino en scis
épocas de muchos siglos, y que antes de la creaciondel hom-
bre ha habido crcaciones sucesivas, cada voz mas perfectas,
de animales distintos de los que Noé encerrô en su célebre
arca, para preservarlos dcl diluvio y propagar la especie.
Lo mismo sucediô en Espana, en ticmpo de Maria Cristina
y de su excelsa hija lsabel II; mascatôlica que su antcccsora
la bondadosa Isabel I, protectora del loco Colon'contra los sd-
bios de Salamancay de Sevilla, que no qucrian crccr en larc-
~o~c~de la tierra; porquc la Diblia la hizo chata é inmùbil.
Podriamos nombrar una Universidad que tiene en su pro-
grama un curso dejyco~M~'c~f< que se conviertc'cn
curso do astronomia. Asi es que los estudiantes saben lo
que pasa en los cspacios de la buvcda céleste, pero ignoran
lo que hay en el interior y en la superficie del Globo que ha-
bitan. Apenas conocen la geografia de su pais, y poco o na-
dade la de sus L'cc~o~, -que tanta influencia pucden tc-
ner, por su poblacion, sus productos naturales y su riqueza
sobre los destinos de su patria. Con esto salcnmuy ufanos
de esa universidad, con su tftulo de bachiller, y mas todavia
con el de doctor.
Cuando los sabios de la Grecia iban à Ejipto para consultar
à los iniciadores de Moises, estos les decian vosotros
soisunos en CMû~o ciencias, religion, legislacion,
historia y filosofia. B
No se hubieran atrevido à tantu con muchos doctores mo.
dernos de ambos hemisferios sopena de pasar por
unos insipides pedantes. Pero un Minos, un Licurgo, un
Thales, un Pitàgoras, un Solon, un Hérodote y algun otro
càndido ûiôsofo, recibia la leccion con humildad porque
iba alli para instruirse, para inquirir la VERDAD y con-
tribuir, con sus nue vas luces, à la felicidad ô al engrandeci-
miento de su amada patria.
Escuchaban con atencion y respeto, porque ellos sabian
de antemano que esos discipulos de Mânes cran deposita-
rios de las Leyes de MANU, primer legislador de la India, y
de Los VEDAS, Biblia de la India, fuentes de la sabiduria hu-
mana. Monumentos antiquisimos, escritos en lengua sans-
crita mas de i ,500 anos antes de Moises, y que la Sociedad
Asiâtica se ocupa de traducir, en Calcuta, desde algunos anos.
En ellos se encuentra la esplicacion de muchos misterios
que cl ultramontanismo ha esplotado en su provecho esclu-
sivo.
Los Letrados sabràn con asombro que el Côdigo de Jus-
tiniano, que ha servido de base à la legislacion civil de
las naciones de raza latina, contiene muchas disposicienes
de la legislacion de Egipto,- y que la patria de Sesostris las
recibiô de la India, por el intcrmedio de Manés, primer le-
gislador de Egipto (i).
(<) MAftt, MAftÉs, M08E8, Mises, son sobrcnombrcs derivados del MnMrfto, y
que, scgun un sabio tingtiista, signittcan te~M~dor hombre superior por esce-
convenceràn que todo trabajo de legis-
Con esta noticia se
lacion comparada es incompleto, si no remonta al origen de
la sabiduria humana. Hay en el Côdigo Civil francés dispo-
siciones que pareccn copiadas ~~«ï~M~~e del côdigo de la
Indiaa~~M~ (2)
Con su inteligencia viva é investigadora, los doctores Ame-
ricanos comprenderàn tambien, lo que las universidades
europeas no han comprendido aun, y es que la ensenanza de
la historia antigua no debe empezar por la de Asiria y Egip-
to, sino porla INDIA, la CHINA, el JAPON y la BACTRiANA, focos
de las brillantisimas civilizaciones de la antigüedad, inicia-
doras de las demas gigantescos faros que proyectan una
viva luz sobre toda la historia universal.
Es précise penetrarse bien de esta verdad que las cien-
cias se enlazan, se completan las unas por las otras y es
por esto que el estudio de la ~o~o~, ~ro~c~c~e es ~:c/
indispensable hoy porquc relacionandose con la geografia
y la historia antigua, aclara muchas dudas que ocurren at
que estudia con meditacion. Destruye errorcs absurdos que
hombres graves siguen ensenando con unaseriedadcômica~
cuando la ciencia ha hecho justicia de ellos, desde mucho
tiempo.
Hay todavia doctores que se burlan de los Titanes y ci-
clopes de la mitologia, pcro que creen firmemente en los Gi-
VI
(1) La historia natural era partictttsmtcntc estudiada po~' los Mejicanos y Perua-
nos, to mismo que en la China y el Japon, dondc los ~rs<foa tienen cl buen <eat!3o
de comprenderque todos )os c'cmcntos de las artes mecaaicas se sacan de la ffATuaA'
m~Hernaa Cortés y sus compauct n admiraron en la capital det vasto imperio
Aïtcca un verdadero~ard<ndep~a~M, en una época en que la Europa no to poseia
aun; attt se encontraban arrcgtadas metôdtcamentc todas las plantas notables por la
belleza de sus flores, (o excetente de sus trutos ô MM prop«aadMm<d<e<'tta<M. En-
contrabasc alli todo )o que en el reino animal y vejetal, podia escitar la curiosidad.
Todas las aves raras de M~jicovotaban,se holgaban, cantaban en una inmensa paja-
rcra cuyo cuidado ocupaba trcs cicntas personas.
Los conquistadores espaiioles no fueron mcnos sorprendidos al ver la magaificcn-
cia de tos Jardines de Cuzco.
Aztecas y de tes Incas, cuyos monumentos notables por su ar-
quitectura y solidez fucron destruidos por el fanatismo reli-
gioso de los conquistadores.
Los adelantos que se notan en algunas repùblicas son de-
bidos, con pocas escepciones, à la iniciativa, à la industria,
à la actividad y à los capitales de los estrangeros.
A pesar de las condiciones favorables del suelo y del clima,
(') Scgun los m~iorcs datos, la poblacion del gtobo ee ahora de <Ma millones, i
saber 700 millones en A<ia 273 en Europi MO en Afrtca 75 en América; y 35
en la Occania.
Se vé pues que ci continente Americano, cuya sui erficic total es algo mayor que
la del Asia, tiene apenas la décima piTte de la poblacion de eata; y que la América
meridionai puede alimentar 15 6 20 Teccs mas habitantes de to que tiene actual-
mente. La 2!ept<6Mca Oriental, cuya superficie es de <M920 kitômetroa cuadradoe
no tiene dos habitantes comptctos por kiiômctro cuadrado, cuando alimentaria tacit-
mentc 8 6 10 minonca en su fértil tcrritorio, libre de Indios Salvajes.
de los doctores militantes por todo aquello que puede dis-
traerlos de su tema favorito, hacen que la educacion popular
y los verdaderos intereses dcl pais se queden en el doctoral
tintero.
La educacion universitaria es insuûciente, rutinera;- la
segundaria poco generalizada,-y la primaria nula e~ las
campanas.
Hay Repûblicas que en sus estadisticas hacen figurar un
gran numéro de escudos y guarismos seductores de disci-
pulos de ambos scxos es précise ver de cerca la realidad de
todo eso se manda estableeer, es verdad, escuelas en los
centros de poblacion; pero sucede que se paga mal los prc-
ceptores, ô se deja de pagarles dcl todo, y estos tienen que
buscar otro medio de existencia para no morir en el hospital
ô en un miserable iancho.
Hasta que se encuentren otros maestros, lo que no es
siempre facil, las escuelas quedan cerradas. En fin viene una
revuelta, unaasonada de partidarios, que acaba con todo.
En cuanto al numéro de ninbs que reciben educacion, es
fàcil presentarlo liadmiracion del mundo no hay mas
que sumar los registros de matricula. Los padres 6 tutores
de los ni~os hacen inscribir sus nombres en el registro;
pero como la educacion no es obligatoria, aunque gratuita,
los padres dejan à sus hijos hacer lo que les da la gana, y
estos no van à la escuela, ô faltan la mayor parte del tiempo.
En realidad no aprenden nada.
e Qué me ~~or~ mi /B–<~Vo me d~ ~m~ son lo-
cuciones caracteristicas de los ciudadanos, grandes y peque-
nos, de estas dichosas Repûblicas;–las aplican à todo, à
las leyes y décrètes, à las escuelas, à las convcniencias so-
ciales é individualcs. Esto es, segun ellos, la suprema liber-
tad!–La suprema ~~ar~Mt~, decimos nosotros.
El pUEDLO, cl heroico, el magnanime pueblo, -pues es de
moda inccnsaric asi, hasta en los avisos de teatros.–queda
sumido en la ignorancia. No sabiendo leer ni escribir no
puede, segun la Constitucion, tomar parte en las elecciones,
ni menos en lao dip-itaciones, ni en nada de lo que consti-
ttiye las prcrogativas del ciudadano libre.
Luego la DEMOCRAciA tan decantada, tan ponderada, no
existe en estas Rcpùblicas, es una pura ficcion.
Lo que realmente reina soberanamente en ellas es la ~ir~-
~ocr~c~, en otros términos, la OLiGARQuiA ANÂRQUicA, con
tendencia al restablecimiento de las CASTAS, pues el ultra-
montanismoaprovccha consuconocidahabilidad los desa-
ciertos de los doctorcs y coroncles.
Todo hombre de sano juicio convendrâ que lo que decimos
es la pura verdad, y que con ocultarla ô disfrazarla con re-
tumbantes palabras de alabanzas, de clojios hiperbôlicos à
la ~<r6fc<o~ à la c~<7~6:C!'o~, à la M&«~r~ y à la demo-
c~c~ Sud Americana, no se consigue otra cosa que el pcr-
petuar la anarquia que devora estas Repùblicas; porquc los
intereses bastardos aplauden con frencsi, y se sigue andando
en la funcsta via, hasta caer en la trampa del ~Yï~o~
~o, que sabe mas durmiendo que el profane ~oc/ora~o
despertado.
Despues de haber mostrado con la ruda franqueza de un
verdadero amigo, el mal cronico, el cancer social de es-
tos paises, cuyas peripecias hemos bosqucjado, no diremos
como los grandes médicos en ticmpo de colora 6 de ncbre
amarilla, ciencia M <m~o~ 0 lo que ruborizaria
à Ilipôcrates, si lo oyesc, vicndo cl inmenso progreso que
ha hecho su ciencia en tantos auos y llenaria à Molière de
contento.
Al contrario, proclamamos bien alto y llenos de fc en cl
porvenir de las rcpùblicasSud-Americanas,qucIaciENciA
roLiTicA, auxiliada por las otras ciencias que hemos enu-
merado ex-profeso, opera los milagros que hacen de la
t/nto~ A~enc~t~ e) modelo de las repùbiicas que aspiran
a los altos destinos de la verdadera democracia es dc-
cir, al estado de civilizacion, de paz interior y exterior, de
jigantesco progreso, que todas las naciones del mundo ad.
miran y aplauden con justicia.
Dejamos a.Ioshomb''2s de estado Sud-Americanos la tarea
que les corresponde, de estudiary aplicar esa ciencia. To-
maran naturalmente la cosa con calma, dejàndota ~)~
mf!?~
Ëntretanto proponemos gratis nuestro remédie de curan-
dero, diciendo como al principio de este opùscuto
MEXOS DOCTORES,–MENOS CORO~ELES;–MAS I~GENIE-
MS,–MAS COMERCIAXTES,–MASAGRICULTORES;–Y SOBRK
TODO EDUCACIO~! LIBERAL, GRATUITA Y OBLIGATORIA Af.
PUEBLO SOBERANO'
Yagreganios, ahora en vozbaja (como nuestro amigo don
Amadeo Dompland, al salir del Paraguay) menos 7~u~.s.
~:<?7to~ /'r~~ ~~a y o~ mas ~c~o~ <7t~~c-
~o~ t/cr~~no~; es decir, penetrados de la verdadera doc-
trina de CRISTO, fundador de la DEMOCRACiA.
Los ingrcdicntcs del encrgico remedio son los cct(cc~)<io~
~'<~ct< puestosalalcance de las inteligcncias mas rebd-
des. La redaccion de ellos toca de derecho à los senorcs
LETRADOS dcben a~ pueblo que tanto aman este balsamo
del alma.
A los doctores in ~/ro<y:<c ~Mrc, acérrimos cnemigos de ta
geologia, no les pedimos mas que la reforma radical del
anejo catecismo del Padre Astete. Es obra de caridad dc-
mocràtica el emplear toda su elocuencia en persuadir a la
autoridad eciesiàstica de la Repùblica, que la educacion re-
ligiosa debc estar en armonia con la educacion civica; y
que las pràcticas ridiculas y supersticiosas, buenas para un
pueblo de siervos y mômias, no convienen a la dignidad del
ciudadano libre; cuyo credo ha de ser en un porvenir prô-
ximo DIOS Y LA coxciENCiA, ilustrada por la educacion. ÏE-
zEus dusT~A, en la India c~t~M~, y jEsus CRiSTO en la
Judea no ensenaron otra cosa; todo lo demases obra del
~/nn~mo europeûf~HK~nimo de ~o~~M~~o.