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Los tóxicos
El primer paso consiste en eliminar toxinas y patógenos (virus, parásitos,
hongos, bacterias malas), ya que todo ello ensucia e intoxica nuestro cuerpo.
Este paso no es sencillo, ya que hay algunos patógenos que podemos tener desde
hace mucho tiempo, se alimentan de toxinas, y son muy resistentes.
Es muy importante, antes de empezar, eliminar de nuestra dieta todo aquello que
pueda intoxicarlo todavía más:
Sacarina
Azúcar blanco
Alga Chlorella
La flora intestinal
Una vez realizada la limpieza, para ayudar a repoblar la flora intestinal en caso
de haber sido dañada y también para elevar nuestras defensas podemos tomar
flora intestinal, que conseguiremos en cualquier herbolario o dietética. Esto nos
permitirá combatir mejor a cualquier patógeno.
Órganos eliminadores
Nuestro cuerpo tiende a limpiarse de manera natural y a eliminar todo aquello que
no necesita o le daña, pero no siempre es posible dada la toxicidad de algunas
sustancias o bien a un exceso de ellas. Podemos ayudarle a realizar sus
funciones, además de vigilando de no introducir más toxinas, como hemos
comentado en el primer punto, con el uso de algunas plantas medicinales. Las
tomaremos en forma de infusiones (tres al día) o bien en extractos, consultando
previamente con nuestro médico.
Los pulmones requieren de aire limpio, ejercicio y una buena respiración para
regenerarse.
Cataplasmas de arcilla
Para eliminar directamente toxinas de la zona del útero y de todo el vientre
en general recomendamos realizar cataplasmas de arcilla y dejarlos durante toda
la noche.
Para prepararlos mezclaremos arcilla con agua hasta que quede una pasta
untuosa. La aplicaremos en la zona del vientre y lo cubriremos con un par de telas.
Por la mañana la arcilla se habrá secado, habrá extraído toxinas y humedad del
vientre. Nos la quitaremos con agua tibia y podemos aplicarnos un poco de aceite
de almendras para que no se reseque la piel.
Nutrición
Además de estos remedios es importante nutrir a nuestras células para combatir el
cáncer de matriz. A continuación proponemos algunos alimentos muy beneficiosos:
Pomelo
Col: la podemos rallar o picar y dejarla macerar unas horas con aceite, vinagre de
manzana y sal marina
Brécol
Ajo crudo
Shiitake y reishi
Suplementos
Además existen algunos suplementos naturales muy adecuados para combatir
el cáncer de matriz:
Vitamina C
Propóleo
Resveratrol
Alimentos a eliminar
Tan importante como consumir alimentos anticancerígenos es evitar todos
aquellos que lo pueden empeorar. Estos son los siguientes:
Azúcares
Carne roja
Lácteos
Cacahuetes
Remedios populares
Remedio para cáncer cérvicouterino, de cérvix o de matriz #1: Hervir por 10 minutos 20 g de
polvo de agripalma en 1 litro de agua Dejar reposar durante 10 minutos. Beber a lo largo del día.
Remedio para cáncer cérvicouterino, de cérvix o de matriz #2 Hervir en 1 taza de agua por 5
minutos un pedazo de raíz de cimicifuga racemosa previamente lavado y tapado. Cubrir y dejar
refrescar. Filtrar y beber 1 taza al día.
Remedio para cáncer cérvicouterino, de cérvix o de matriz #3: Hervir en una taza de agua por 5
minutos 1 cucharada de hojas de cardo bendito Cubrir y dejar refrescar. Colar y tomar 2 tazas al
día.
Remedio para cáncer cérvicouterino, de cérvix o de matriz #4: Hervir por 5 minutos 1 cucharada
de hojas de equinácea en una taza de agua, cubrir y dejar refrescar. Beber 1 taza al día por un mes
con el fin de reforzar el sistema inmunológico lo que ayuda a combatir esta enfermedad.
Remedio para cáncer cérvicouterino, de cérvix o de matriz #5 Consumir todos los días un diente
de ajo crudo (puede ser en ensaladas) para reforzar el sistema inmunológico.
Remedio para cáncer cérvicouterino, de cérvix o de matriz #6 Mezclar, a partes iguales, las
siguientes plantas: Manzanilla, llantén y matico y extraer 2 cucharadas de esta mezcla. Verter en
medio litro de agua que esté hirviendo y dejar refrescar y colar. Efectuar una irrigación vaginal con
esta preparación todos los días. Realizar este remedio hasta que se observe una mejoría.
Remedio para cáncer cérvicouterino, de cérvix o de matriz #8: Hervir 1 cucharada de cardo
mariano en 1 taza de agua durante 5 minutos. Cubrir y dejar que se refresque. Filtrar y beber 2 tazas
al día.
Remedio para cáncer cérvicouterino, de cérvix o de matriz #9: Verter en una taza de agua que
esté tibia 5 gotas de sangre de drago (se onsigue en los herbolarios y en las farmacias botánicas)
. Dejar que se refresque un poco y, por último, beber 2 veces al día.
Remedio para cáncer cérvicouterino, de cérvix o de matriz #10: Verter en una taza de agua 1
cucharada de hojas de la planta llamada kalanchoe o libertadora. Cubrir y dejar que se
refresque. Colar y tomar 2 tazas al día.
Remedio para cáncer cérvicouterino, de cérvix o de matriz #11: Hervir, durante 10 minutos, 1
puñado de hojas de guanábana, previamente lavadas, en un litro de agua. Pasado ese tiempo, retirar
del fuego y dejar refrescar. Luego, colar y tomar a lo largo del día. Igualmente, resulta útil
consumir la fruta del guanábano. Según varios estudios realizados, tanto las frutas como sus hojas y
semllas de la guanábana tienen propiedades antioxidantesque ayudan en la lucha contra el cáncer.
Recomendaciones
Si ya ha sido detectado el cáncer de útero, existen alternativas médicas como:
■ Cirugía de extirpación de la zona afectada en el cuello del útero, lo que se denomina co-nización.
En algunos casos es necesario extirpar todo el útero y hablamos entonces de his-terectomía. La
cirugía láser ha sido también empleada de manera exitosa en la destrucción de estas lesiones.
■ Criocirugía o eliminación del tumor mediante congelación de la lesión durante varias sesiones.
Útil en tumores pequeños y bien localizados.
■ Radioterapia: exclusiva para los estadios del tumor en los que éste ha sobrepasado el cuello uterino
pero no se ha extendido por fuera de la cavidad pélvica.
■ Quimioterapia: limitada a aquellos tumores muy avanzados en los que no son posibles otras
terapias.
Es importante señalar que detección precoz de este tumor y su tratamiento conducen hacia un alto
porcentaje de curas completas. A medida que el tumor crece o se expande más allá del útero, el
pronóstico va empeorando, sobre todo cuando se afectan los ganglios linfáticos regionales y los
tejidos cercanos de la pelvis. Se calcula que el crecimiento tumoral hacia los órganos de su vecindad
como la vejiga y el recto es muy lento, tardando cerca de diez años en transformarse un cáncer
limitado al cuello del útero en un cáncer invasivo.