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UNIVERSIDADE FEDERAL DE INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA

Instituto Latino-Americano de Arte, Cultura e História

Componente curricular: ANT0008 – DIVERSIDADE CULTURAL E


INTECULTURAL

Profesor: Gilberto Geribola Moreno

Nombre: Luis Bryan Angeles Diaz

Fecha: 09 de julio del 2018

Pregunta No1

La globalización, y sus consecuentes procesos que operan a gran escala como lo


menciona Stuart Hall, ha producido un relacionamiento entre “lo local” y lo “global” que
no puede ser tomado completamente como generador de intencionalidades extintoras de
identidades y unidades nacionales, por el contrario, casos como los movimientos
indígenas en Bolivia y pensamientos de reivindicación políticos australianos demuestran
que el flujo de capital, adaptaciones neoliberales gubernamentales y la propuesta de
homogeneización cultural, han provocado una demanda de privilegios políticos,
económicos y sociales de ciertos sectores mediante la identificación racial, operada
socialmente, como sustento de sus ideologías y movilizaciones. De esta manera
ejemplificaré mediante dos casos cómo el deseo homogeneizador y asimilador del
fenómeno capitalista moderno es interrumpido no solo por la identificación de la raza
indígena como oprimida, caso boliviano, sino también por la auto afirmación racial blanca
como adquisitoria primordial de privilegios ante un contexto de “crisis” migratoria, caso
australiano.

Las crecientes movilizaciones del sector indígena boliviano entre los años 80 y 90
en contra de una adopción neoliberal política que los articulara al capital global fue un
reflejo de un pensamiento formulado en los años 60, pensamiento indiano katarista de
Fausto Reinaga, que cuestionaba los mecanismos de exclusión y legitimación de la
opresión y explotación de la “raza” india por parte de las élites blancas y mestizas. Tal
formulación de pensamiento, proveniente de un personaje que experimentó el cierre total
de los mecanismos de ascenso social por la vía del mestizaje, fue en el futuro traducida a
una idea radical de lucha india con la ayuda del dirigente campesino aymara Felipe
Quispe para enfrentar el dominio político e intelectual de las clases dominantes (blanca y
meztiza) mediante una propuesta de gobierno similar a las de la época del Qoyasullu. A
pesar del aporte político de Quispe en promover la auto afirmación de la identidad india
en Bolivia, que se encaminaba a su formación como estado nación, actualmente no son
notorias sus concretizaciones ideológicas, pero, gracias a esta se han originado tendencias
y partidos políticos que procuran una inclusión (aunque negociada) de la población
indígena en la esfera política boliviana.

Y en el otro extremo geográfico tal parece que el fenómeno de la globalización


estaría dando una curvatura, ya que en los últimos veinte años un sector australiano
percibe que su condición racial “blanca” ya no produciría los mismos privilegios políticos
sobreentendidos hasta antes de la crecente inmigración asiática (“no blancos”). La crisis
del blanco australiano podría haberse originado en el análisis de Ghassan Hage:

“por el surgimiento y consolidación de un capitalismo asiático exitoso, por el


abandono de la política australiana blanca ocurrido en la posguerra, por la
orientación de una sociedad multicultural que valoriza el pluralismo cultural, y por
el consecuente aumento de la inmigración de los asiáticos del proletariado y de la
clase media”.

Tales causas habrían producido discursos académicos (y no académicos) sobre el racismo


y posible peligro cultural blanco en Australia, todo esto posteriormente manifestado en
movimientos políticos entre los cuales destaca el de Pauline Hanson, quien descarta la
posibilidad de ideas racistas en sus afirmaciones puesto que estas no pretenderían
controlar el espacio australiano, pero si los privilegios políticos para los autóctonos
australianos blancos. Con esto, puede atribuirse este miedo de movilidad social en la
sociedad blanca, actualmente presente no solo en la población blanca australiana sino
también estadounidense y francesa, a la reconfiguración etno-cultural en la era del
desenvolvimiento capitalista asiático.

En base a esto puedo afirmar que los constantes cambios políticos, sociales y
económicos que se dan por la incierta continuidad del flujo capital global parecen
ocasionar en múltiples formas de racialización, con participación de “mejores tipos de
seres humanos” que oprimen e impiden la participación política de otros sectores sociales
en los contextos desenvolvimentistas en que actúan, siendo la posibilidad igualitaria de
acceso a mejores oportunidades económicas uno de los desencadenantes principales de
conflictos. Centrándome en el caso boliviano, décadas de movilización indígena
permitieron el triunfo del reconocimiento de carácter plurinacional en su constitución
(como también es el caso de Ecuador) y la definición de “Buen vivir”; aparentemente esto
alumbraría a un nuevo momento posneoliberal y de descolonización al país, el mismo en
que lamentablemente aún persiste el preconcepto racial, ideológico, sexual y demás ideas
que no ayudan a fortaleces nuestras relaciones. Finalmete, pienso que en el contexto
actual será menos complicado darnos cuenta del potencial diferenciante que caracteriza
nuestro mundo, por tanto, cabe en nosotros ser participes y promotores de la igualdad y
respeto multicultural.

Referencias

- ESCÁRZAGA, Fabiola. Comunidad indígena y revolución en Bolivia: el


pensamiento indianista-katarista de Fausto Reinaga y Felipe Quispe. Política y
Cultura, núm. 37, 2012, pp. 185-210. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad
Xochimilco. Distrito Federal, México.
- HAGE, Ghassan. A “Ásia” e a crise da branquidade no mundo ocidental. In. WARE,
Vron. Branquidade: identidde branca e multiculturalismo. Rio de Janeiro. Garamond,
2004.

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