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Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas


Departamento de Economía
Historia del Pensamiento Económico
Daniela Bravo Mejía
Julio de 2018

Una breve reflexión sobre la enseñanza de la economía en la actualidad

La economía, como ciencia social y aplicada, ha sido ya indispensable en nuestra sociedad


por varios siglos. Su enseñanza y aprendizaje se ha transformado progresivamente en el
objetivo de ya varias generaciones, las universidades e institutos de mayor renombre a nivel
mundial enseñan la ciencia de la asignación de recursos, exponen a sus pensadores,
postulados y teoremas con orgullo, se preocupan por educar al siguiente gran pensador
económico.
Lo que pocas universidades se cuestionan es que tan eficiente es su método de enseñanza,
que tal vez más allá de las materias que fundamentan la formación de un economista, se debe
priorizar áreas que a veces pasan desapercibidas como la historia, la filosofía y la política.
Paul Streeten (2007) menciona como el economista que solo se dedica a ser economista va a
tener una mente estrecha, se necesita la historia, la literatura asi como el manejo cuantitativo
y la ponderación de las evidencias. No es suficiente encerrarse en una única área, la economía
como disciplina se puede ejercer con varios aportes de otras ciencias sin perder su esencia.
El mismo Keynes en su ensayo sobre Marshall (1933) habla sobre la importancia de ser “aves
raras”, mencionando que se necesitan raras combinaciones de matemáticas, historia,
estadística y filosofía para lograr un análisis integral y que en el mejor de los casos se
asimilara a la realidad.
En mayo del año 2000 es lanzada una carta de estudiantes de economía franceses, firmada

posteriormente por más de 500 estudiantes de Francia y otros países europeos con una fuerte

critica sobre la enseñanza que recibían en sus respectivas escuelas económicas. En ella

expresan el deseo que muchos estudiantes tienen al elegir la disciplina de comprender los
fenómenos cotidianos que se enfrentan en la sociedad como ciudadanos activos, hacen

énfasis en como la enseñanza de la misma, rara vez suele responder a este deseo al dejar de

lado aspectos de historia, instituciones o comportamentales.

Aunque muchos profesores firmaron una carta en respuesta mostrando su apoyo a los ideales

expuestos en esta carta, no mucho ha cambiado en la enseñanza de esta desde su publicación.

La clase magistral suele dejar poco espacio para la reflexión del estudiante, los programas

académicos rara vez incentivan la creatividad, no hay premiación suficiente a la innovación

dentro de los programas académicos usuales. El problema radica más aun cuando los

profesionales formados en estos entornos salen a un mercado laboral y a enfrentar problemas

reales y no se encuentran preparados para reaccionar frente a lo que le demanda la situación;

están preparados para resolver exámenes de alta dificultad en sus respectivas universidades,

pero no para resolver problemas de impacto real y de gran importancia en una situación del

mundo real. Tienen grandes problemas de adaptación.

Las matemáticas, por ejemplo, suelen ser un instrumento necesario en el planteamiento de

los modelos, sin embargo, pueden ser la raíz de un problema aun más grande. Muchos

economistas convierten a las matemáticas en el fin de sus estudios más allá del medio. Las

matemáticas suelen evidenciar los resultados de modelos y de políticas implementadas, sin

embargo, asi muestre buenos resultados no suele responder sobre los problemas económicos

contemporáneos ni por los efectos secundarios de su implementación (Streeten, 2007).

En la formación del economista, un exceso en la enseñanza de las matemáticas puede llevar

a un descuido de las instituciones, la literatura, la historia del pensamiento económico y la

misma interpretación empírica de los datos.

Áreas como la filosofía, la política y la antropología pueden ser de gran importancia e

impacto en el análisis económico también. De por si con la filosofía sola se tendría una mayor
fundamentación lógica y se podría ser un mejor economista teórico, la sola filosofía evitaría

sesgos en el razonamiento económico (Streeten, 2007). En cambio, en las escuelas

económicas se enseñan dogmas únicos que deberían explicar todo en teoría y que deja poco

espacio para creatividad y que deja de lado en muchas instancias la lógica del problema. Se

requiere dejar a los estudiantes explorar por su cuenta, llegar a áreas como la historia que lo

hagan ver las cosas en perspectiva, que se eduquen en ciencia política para asi ser un

economista que aplicara sus conocimientos siendo consiente de las restricciones que tiene y

las oportunidades que tiene para implementar las medidas económicas que todas las áreas

anteriormente mencionadas le indicaran es la correcta para la sociedad que le rodea.

Se necesita de una enseñanza más realista y que lleve la economía a un contexto político

aplicable, un contexto real. Áreas como la economía del comportamiento adquieren gran

importancia en los últimos años, el ultimo Nobel de economía, Richard Thaler, siendo

galardonado por sus aportes a esta área.

Ahora, aunque muchos profesores firmaron la carta en respuesta a los estudiantes franceses

estando de acuerdo con sus argumentos, muchos presentaron una carta en critica a las

solicitudes de estos estudiantes. Argumentan que la economía como ciencia apunta ni más ni

menos que tener una validez experimental y no volverse con el tiempo en un discurso simple

sobre cosas que no pueden ser demostradas bajo ninguna instancia. Pero ¿a qué costo? Vale

preguntarse, ¿puede ser más importante tener una validez experimental que presentar una

ciencia integral que se trata de ajustar al mundo real?

Si bien los estudiantes tienen la razón sobre la enseñanza de la disciplina hay un problema

radicando en la implementación de nuevos métodos de enseñanza en un entorno más bien

tradicional, los profesionales salen a lidiar con situaciones reales que no suelen estar regidas

por los supuestos e hipótesis que se les presentó en un salón de clases.


Se necesita que las instituciones que enseñan la economía como disciplina entiendan que sus

estudiantes al ser egresados necesitaran más que los fundamentos aprendidos en las cátedras

tradicionales. Se necesita una enseñanza de más puntos de vista y darles a los estudiantes una

visión panorámica de los problemas a los que se enfrentaran en el mundo real.

No hay que cortar las alas de los estudiantes al enseñarles una disciplina que esta aislada de

las realidades del mundo y de las demás disciplinas. Como dijo Amartya Sen, es mejor hacer

malabares chabacanos con muchas pelotas a mostrar virtud con solo una.
Bibliografía

Estudiantes de economía franceses. (Mayo de 2000). CARTA ABIERTA DE LOS


ESTUDIANTES DE ECONOMÍA A LOS PROFESORES Y RESPONSABLES
DE LA ENSEÑANZA DE ESA DISCIPLINA. París, Francia.
Streeten, P. (Prmer Semestre de 2007). ¿QUÉ ESTÁ MAL EN LA ECONOMÍA
CONTEMPORÁNEA? Obtenido de Economía Institucional:
https://www.economiainstitucional.com/pdf/No16/pstreeten16.pdf

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