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No hubo una Ilustración sino una constelación o familia de “ilustraciones”

relacionadas entre sí pero bien diferenciadas, que crecieron en diversos


contextos nacionales. Sin embargo, según Israel (2012): “desde la caída del
Imperio romano ninguna transformación importante en Europa presentó nada
parecido a la impresionante cohesión de la cultura intelectual europea de finales
del siglo XVII y principios del XVIII”1. Para Israel, dentro de la Ilustración existen
dos vertientes: una moderada (dominante) y otra radical (clandestina). Es esta
última que, pareciendo ser un suceso periférico y una amenaza para la primera
vertiente, termina siendo esencial para poder cohesionar el pensamiento
Ilustrado. Para Israel, el representante hegemónico de esta vertiente radical es
Spinoza y el spinozismo. Según Israel: “fueron de hecho la columna vertebral
intelectual de la-Ilustración radical europea en todas partes, no sólo en Holanda,
Alemania, Francia, Italia y los países escandinavos, sino también en Gran
Bretaña e Irlanda”2.

Como primer aspecto, entonces, se convierte necesario para entender el origen


de la Ilustración explicar el contexto histórico, geopolítico, económico y social de
finales del siglo XVII y comienzos del siglo XVII en Europa. Como hemos dicho
antes, existieron muchas expresiones ilustradas en distintos contextos, pero
existen hechos históricos con mayor preponderancia que pueden ayudar a
ubicarnos más claramente. Más aún si se dan en países potencias como lo eran
Francia, Inglaterra o Alemania para la época. Mayos (2007) propone, para
entender mejor este origen sin dejar de lado su contexto, establecer dos
periodos: Los inicios (1688-1723) y La consolidación (1723-1750)3.

Los inicios (1688-1723)

Crisis de España

Empezaremos con el primer periodo.: los inicios. Una primera característica de


este periodo es la pérdida de hegemonía política-económica de España. España
empieza el siglo XVII con una guerra de sucesión que la termina empobreciendo
más. España pierde autonomía política, se subordina a Francia cuando Carlos II

1
(Israel, 2012:11)
2
(Israel, 2012:11)
3
(Mayos, 2007)
firma un testamento en 1700 a favor del duque Felipe de Anjou, el primer rey
Borbon. En 1713, como señal de su debilidad como estado, cede el monopolio
que tenia del tráfico de esclavos en América con Inglaterra. Gran problema de la
crisis de España se debe a la disminución y luego una brusca interrupción de los
metales preciosos provenientes de América, del “Nuevo Mundo”. La sociedad
española estaba acostumbrada a actividades no productivas por tanto la mano
de obra existente era escasa lo cual hacía que la producción manufacturera no
pueda competir con la extranjera, como Francia o Inglaterra. Sumando a esto la
expulsión de los moriscos que trajo consecuencias en la agricultura y grandes
tierras baldías debido a la extensión de la ganadería ovina que perjudico
enormemente el sembrío de cereales. Sumando una debilidad más, debido a la
consolidación de un absolutismo más centralista, mediante la “consulta” que
promovió el conde-duque de Olivares quien era válido de Felipe IV, y su
intromisión en distintas guerras, lo cual deja en bancarrota a Castilla buscando
así que el gasto lo pague las provincias periféricas invadiendo su soberanía pero
también recortando sus privilegios fiscales, es como empieza gestando
sublevaciones y termina perdiendo territorios: Portugal, centroeuropeos,
Menorca, Gibraltar y Rosellón4.

Hegemonía de Inglaterra y “Revolución Gloriosa”

La hegemonía de Inglaterra empieza a ascender y fortalecerse mediante cuatro


procesos complejos y largos, como dice Mayos: 1) Durante la primera mitad del
siglo XVIII dispone la agricultura al servicios de estrategias comerciales y
capitalistas, se empieza a cercar las tierras; 2) A partir del siglo XVIII empieza un
desarrollo comercial, marinero y financiero; 3) en 1780 estalla la revolución
industrial; y 4) triunfa en el reparto colonial que lo consolida después de su
victoria militar sobre Francia. A diferencia de España o Francia que entraban en
bancarrotas económicas debido al agotamiento del despotismo de estado,
Inglaterra consolida un sistema político representativo (monarquía
constitucional) mediante la denominada “Revolución Gloriosa” de 1688 y a la
alianza agraria capitalista con la clase empresario mercantil. La “Revolución
Gloriosa” significó el derrocamiento de Jacobo II en 1688 mediante la unión entre

4
(Bennassar & Jacquart, 1998)
parlamentarios ingleses y Guillermo de Orange lo que dio inicio a la democracia
parlamentaria moderna inglesa y una monarquía moderada y protestante. Con
la huida de Jacobo II el problema recae en elegir su sucesor. Los whigs,
mayoritario en la cámara de los Comunes, proceden con la elección de Maria y
Guillermo de Orange; los tories, mayoritario en la cámara de los lores,
consideraban que el trono por derecho debería recaer en manos de María por
ser hija de Jacobo II. Guillermo de Orange y los whigs se rehúsan aceptar tal
decisión. Mientras este problema abocaba a la comunidad política inglesa, el
Parlamento Convención redacta una Declaración de Derechos donde se busca
recordar los deberes respectivos del rey y el parlamento, sobretodo del primero
por la experiencia sangrienta y tiránica de Jacobo II. Los valores en el que se
asienta y fundamenta esta declaración son: soberanía de la nación y el contrato.
También se permite la libertad de culto público, el derecho de abrir escuelas y el
acceso a todas las funciones a condición de comulgar según el rito anglicano.
Existe un equilibrio de poderes entre el rey y el parlamento. Al año siguiente,
1689, John Locke formula su teoría del nuevo régimen mediante su libro “Ensayo
sobre el poder civil”. Escribe dentro de ella la experiencia inglesa.

“Capitalismo de imprenta”

Algo que Mayos (2007) nos recuerda es que la mayor parte de los pensadores
ilustrados no fueron burgueses ni pro liberales, tampoco vivieron en países
donde la burguesía no era hegemónica: “una amplia mayoría vivió en el antiguo
régimen, bajo el absolutismo y sometida a una potente clase cortesana”5. Para
Mayos no se debe olvidar la dualidad como característica de la ilustración en sus
inicios: “... entre, por una parte, la realidad social, política cultural efectivamente
vivida, y por otro lado, el modelo o proyectos anhelados”6. Por eso resulta
importante, y Mayos lo considera un triunfo, cuando un pensador ilustrado es
llamado a cortes o por monarcas gobernantes. Sin embargo, la influencia que
podían ejercer era mínima. Ya que, a su vez, la ilustración seguía siendo un
movimiento de elites y poco populistas. Para Mayos, fueron muy pocos los que
tuvieron influencia real en el campo político, cultural o social: “Newton director de
la casa de la moneda, Defoe apologista gubernamental, Hume que llego a

5
(Mayos, 2007:35)
6
Idem pg. 36
subsecretario del ministerio de exteriores […] Berkeley es obispo y Swift decano
de la catedral”7. Para Mayos es en Inglaterra donde los Ilustrados podían obtener
mayores beneficios y alcanzar puestos políticos importantes. Incluso, agrega
también que: “cuando se cansan de la ajetreada vida del intelectual, los
franceses tienden a retirarse a sus propiedades (Voltaire) o con alguna
protectora (Rousseau), mientras que en el mundo británico se dedican –a
menudo bastante pronto- a honorables y productivas actividades públicas:
Newton, Hume o, más tarde, Adam Smith, que dejará su catedra y acabara de
alto comisario de Aduana”8. Hay que aclarar que no fueron ni las instituciones
oficiales ni las universidades el lugar donde se promulgaban los ilustrados, en un
inicio, sino lo que Mayos denomina: “capitalismo de imprenta”. El “capitalismo de
imprenta” se origina con el surgimiento del “librepensador” quien se
caracterizaba por no tener mecenas o grandes instituciones que apoyen sus
ideas económica y políticamente ya que al hacerlo se sometían a, como Mayos
dice, “cierta obediencia ideológica: iglesia, universidades”9. La necesidad de
tener que divulgar sus pensamientos es la razón por la que se origina el
“capitalismo de imprenta” y el “mercado cultural”. Aparecen nuevos medios para
divulgar información y conocimiento como: los periódicos, las revistas, los
panfletos, libros de consulta. Esto permitió que los pensadores puedan seguir
produciendo sin la necesidad de una subordinación económica. Se promueve,
mediante estas prácticas, la importancia del pensamiento independiente y la
libertad de opinión.

La consolidación (1723-1750)

Despotismo Ilustrado

Voltaire escribió en 1769: “No se trata de hacer una revolución como la del
tiempo de Lutero, sino de realizarla en el espíritu de los que están destinados a
gobernar”10. El despotismo se muestra como un encuentro entre la política y la
filosofía. La mayoría de pensadores Ilustrados consideraban que el bienestar de
la población se desarrollaría solo en una sociedad monárquica.

7
Idem
8
Ídem pg. 37-38
9
Ídem pg. 27
10
(Bennassar & Jacquart, 1998:898)
Es el soberano quien debe llevar los asuntos personalmente. Para ellos, las
finanzas, la política y la armada militar deben tener un mismo fin: fortalecimiento
del estado y aumento de su poder. Es el estado antes que el soberano. La
concepción del poder se transforma. Ya no importan las dinastías, se asoman a
un interés general. Por eso, el soberano no debe aprovecharse de su poder ni
enriquecerse y que el pueblo sufra. Debido a esto es, como señala Mayos, la
preocupación del soberano por el pueblo se demuestra mediante su búsqueda
para modernizar y desarrollar económicamente el estado logrando avances y las
bases de la “biopolítica”: “la política comienza a ocuparse como tarea primordial
de la salud y la higiene publica (fomentando el alcantarillado, la salubridad y el
primer alumbrado de las grandes ciudades, desecando pantanos y zonas
insalubres) ampliando y mejorando el sistema de comunicaciones (carretera,
puertos, canales, diligencias y correos), creando una policía que garantice el
orden civil, estableciendo modernas prisiones, escuelas, hospicios o fomentando
la industriosidad y alfabetización popular (leyes de los pobres)”11.

Sin embargo, los mayores avances del despotismo ilustrado se realizan en el


campo de la administración: intensificando la racionalización y aumentando su
eficacia. Toma importancia el funcionario público: el soberano por encima de
todos es el primer servidor del estado12. Para Mayos, la razón para buscar esta
eficacia en la administración y orden político, más allá del pueblo, la genera la
guerra: “[…] fue la eficacia en la guerra el elemento decisivo que impulsó los
planteamientos políticos. […] el poder militar dependía cada vez más de […] la
racionalización de la administración y del desarrollo de los países. Fue eso […]
lo que hizo que prácticamente todas las grandes potencias europeas (tanto como
dinásticas como parlamentarias) se afanasen en algún grado a modernizar los
países y racionalizar la administración”13

11
(Mayos, 2007:40)
12
(Bennassar & Jacquart, 1998:900)
13
(Mayos, 2007:41)
La ambigüedad del despotismo ilustrado recae en el hecho de utilizar las nuevas
ideas para hacerla triunfar, considera que sus ideas son compatibles con el
interés del estado: “La influencia de los filósofos y del racionalismo francés
contribuye no a la liberalización del régimen, sino a su reforzamiento, dando al
estado una organización más racional”14. Sin embargo, como nos dice Mayos,
estas ideas de modernización y racionalización lograban mayores avances en
situaciones de crisis o de guerra, mientras que en momentos donde la elite creía
que podía perder su dominio se bloqueaba el avance15. Incluso, las
consecuencias de este desarrollo no tenían la misma intensidad en todos los
estratos sociales. Son las élites dominantes quienes se benefician
mayoritariamente: “el impacto se va reduciendo, desde el ejército, el gobierno y
la burocracia central, hacia las administraciones provinciales y locales, y,
finalmente, hasta las condiciones de vida del pueblo”16. Por eso mismo es que
los librepensadores tienen las mismas consecuencias del proceso de
racionalización y modernización: son bienvenidos cuando sus ideas fortalecen el
estado pero si no se les rechaza o expulsa de las cortes.

Mediante el despotismo ilustrado surgen los grandes ejércitos nacionales. Se


desarrollan escuelas y universidades al servicio del estado. Se uniforman leyes
y costumbres, como también se empiezan a imponer idiomas propias del estado
(José II impone el alemán al Imperio Austriaco). En el ámbito político se elimina
el parlamentarismo francés y en otros estados las instituciones intermedias. Sin
embargo, todas estas medidas, y las mencionadas anteriormente, implican un
mayor gasto y por ende el estado debe captar mayores ingresos fiscales Esto se
lograría más factiblemente mediante una reforma fiscal y de hacienda pública.
Los que no logran consolidarla terminan en bancarrotas. Lo cual fue el fin de la
mayoría de estados, incluyendo a Francia, y la degradación sucesiva de este
modelo de gobierno. El poco compromiso de las elites territoriales y el pueblo
aportó para su declive. Principalmente este compromiso no existió porque el
despotismo ilustrado se basó en la idea de: “Todo para el pueblo, pero sin el
pueblo”.

14
(Bennassar & Jacquart, 1998:900)
15
(Mayos, 2007:42)
16
Idem.
Federico II llamo a Voltaire a Postdam

Catalina II invitó a Diderot en San Peterburg

En plena guerra de los Siete Años se celebraron, en la propia Francia, las


victorias de Federico II sobre Francia, considerándolo como una victoria dde la
filosofía sobre las fuerzas oscurantistas.

Tanto la reforma como el renacimiento: estos grandes movimientos culturales


anteriores, limitados a Europa central y occidental, sólo son ajustes,
modificaciones a lo que en esencia seguía siendo una sociedad regional
ordenada v concebida en términos teológicos, basada en una jerarquía y una
autoridad eclesiásticas, no universal ni igualitaria. (pg. 11)

Importancia de la ilustración: la Ilustración —europea v global— no sólo atacó


y fragmentó las bases de la cultura tradicional europea en lo sagrado, lo mágico,
la monarquía y la jerarquía, secularizando todas las instituciones y las ideas, sino
que (intelectualmente y hasta cierto grado en la práctica) echó por tierra
efectivamente toda la legitimación de la monarquía, la aristocracia, la
subordinación de la mujer al hombre, la autoridad eclesiástica y la esclavitud,
remplazándolos con los principios de la universalidad, la igualdad y la
democracia. (pg. 11)

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