Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
ID=6)
Galerías (http://www.revistaarcadia.com/galerias)
(http://www.revistaarcadia.com)
Medellín Vive La Música (/Noticias/Medellin-Vive-La-Musica/439) VER MÁS
Libros (/Noticias/Libros/111)
(/TENDENCIAS)
ANÁLISIS (/OPINION-ONLINE/ARTICULO/MARTHA-NUSSBAUM-ECONOMIA-NECESITA-FILOSOFIA/45082)
2015/11/18
POR MARTHA NUSSBAUM*
(/Imprimir/45082) (/SendItemMail/45082) A A A
3167 0 5 9
I. Ausencia de filosofía
Hoy, sin embargo, vivimos en un mundo en el que la economía goza de un gran prestigio,
mientras que la 뼀losofía (generalmente de la mano de las humanidades) tiene un prestigio
relativamente bajo. Las comisiones gubernamentales que tienen que ver con asuntos de
bienestar social, con frecuencia solicitan la asesoría de economistas, no de 뼀lósofos. La
deferencia con la cual son generalmente acogidos los economistas en el mundo político,
contrasta con la indolencia, e incluso desdén, que se muestra hacia la 뼀losofía. En muchos
períodos, la política buscó la asesoría de los 뼀lósofos, aún después de que la economía
pasara a un primer plano. Sin dejar de considerar la gran in뼅uencia política de 뼀guras
como Séneca y Marco Aurelio, podemos simplemente mencionar al mismo Smith, y a sus
contemporáneos Rousseau y Montesquieu, así como a predecesores in뼅uyentes tales
como John Locke y Roger Williams, todos ellos 뼀guras políticas de gran importancia en su
tiempo. Podemos continuar la lista con Augusto Comte y, por supuesto, con los utilitaristas
británicos.
Y hoy, ya sea como consecuencia del descuido público hacia la 뼀losofía o bien como una
causa parcial, los economistas se han alejado muchísimo del estudio serio de la 뼀losofía.
Entre los economistas destacados, Amartya Sen se encuentra prácticamente solo (y quizás
completamente solo) en el hecho de combinar trabajo en economía de avanzada con
trabajo igualmente fundamental en 뼀losofía. Desde hace tiempo, Sen viene haciendo
campaña por un matrimonio más general entre las disciplinas, y ha demostrado al mundo,
de muchas maneras, por qué son importantes las conexiones. Durante años he colaborado
con él, tratando de consolidar ese trabajo colaborativo —primero en un proyecto en el
World Institute for Development Economics Research (WIDER) [Instituto Mundial de
Investigaciones en Economía del Desarrollo] en Helsinki, una 뼀lial de la Universidad de las
Naciones Unidas, y luego, actualmente, a través de la Human Development and Capability
Association (HDCA) [Asociación para el desarrollo y las capacidades humanas], una
organización internacional con ochocientos miembros en ochenta países, que realiza
reuniones anuales y publica una revista. Uno de los propósitos centrales de la Asociación
ha sido mejorar el trabajo colaborativo entre la 뼀losofía y la economía. Sen y yo nunca
pensamos que cada individuo necesite adquirir un alto grado de conocimiento experto en
ambas disciplinas. (De hecho, yo no tengo un alto nivel de conocimiento experto en
economía y nunca podría trabajar en un departamento de Economía, pero me he educado
para participar seriamente con economistas en debates sobre el desarrollo. De manera
rutinaria enseño con un colega economista). Desde el comienzo de nuestros proyectos
piloto en WIDER, esperábamos, más bien, que las conversaciones entre los mejores
expertos en cada disciplina alimentaran el trabajo conjunto, y que mucha gente, a medida
que pasaba el tiempo, produjese trabajo que, basado bien en una u otra disciplina,
mostrara una comprensión seria y respetuosa hacia la otra disciplina.
(...)
A veces, esta con뼀ada indolencia se instiga con el pensamiento de que la 뼀losofía, dado
que es en su totalidad no-matemática, debe ser fácil, algo que se puede aprender en pocos
días. Con frecuencia se escucha hablar de esta forma a reconocidos economistas. Cada
뼀lósofo, también, puede dar muchos ejemplos de trabajos de economistas que utilizan
textos 뼀losó뼀cos de manera displicente, sin rigor 뼀losó뼀co, incluso sin comprensión. No
voy a mencionar nombres aquí, pero es fácil deducirlos. Que esta gente sea ampliamente
admirada demuestra que en economía es aceptable mostrar desprecio por la 뼀losofía y
utilizarla de cualquier manera. Si yo tuviera que presentar una conferencia cometiendo
errores fundamentales en economía y demostrando que no podría pasar un curso
introductorio en esta disciplina, ninguna puerta se abriría para mí. Tal desprecio por la
뼀losofía puede evitarse con prácticas regulares de coautoría, co-enseñanza, pero esas
prácticas no son tan comunes como deberían ser.
Del lado de los 뼀lósofos, las di뼀cultades fueron de otro tipo. De manera general, los
뼀lósofos no saben mucho sobre el mundo, y en lo que conocen de él, no siempre
encuentran maneras útiles de revelar ese conocimiento en sus escritos. Tienen miedo de
un estigma añadido al término “aplicada” y tienden a evitar material empírico, a menos que
se encuentren en un sub-campo relativamente autónomo como la bioética, la que, por ser
aplicada, muchos 뼀lósofos miran con desprecio. Una vez más, este problema hizo
incómoda la colaboración desde el comienzo. Pedíamos a los 뼀lósofos invitados a nuestras
conferencias que hicieran inmersión en literatura sobre la economía del desarrollo y que
escribieran artículos que re뼅ejaran esa inmersión. (¡Les pagábamos bien!). Esa instrucción
fue pocas veces atendida.[2] De todas maneras, el trabajo que se traía a WIDER era lo que
cada uno estaba haciendo, sin mostrar gran preocupación por las problemáticas del
desarrollo, era sencillamente bastante fácil para el trabajo que rutinariamente realizaban,
con frecuencia excesivamente abstracto y técnico, y al parecer irrelevante para los
economistas.
(...)
Pero ¿por qué es esto importante? ¿No superó ya la economía su necesidad por la 뼀losofía?
Después de todo, la 뼀losofía acostumbraba incluir campos como la cosmología y la
biología, y estos campos se desarrollaron 뼅oreciendo como ciencias independientes. Se
podría sugerir que esto ya sucedió con la economía. Sus premisas son propias, no asuntos
triviales discutibles en un debate 뼀losó뼀co, y las conclusiones sacadas de estas premisas
tienen una independencia similar. Permítaseme ahora dedicar el resto de este artículo a la
discusión en siete áreas en las cuales la indolencia por la 뼀losofía perjudica el trabajo
académico sobre el desarrollo humano, donde hay un rico espacio para trabajos originales.
La lista es solo una muestra y re뼅eja mis propios intereses. En este segundo momento —
escribí un artículo con relación a esto en 1997, con el signi뼀cativo título “Flawed
Foundations” [Cimientos imperfectos], mi lista tiene un enfoque diferente y no repite las
mismas cuestiones que fueron el foco del texto previo.[5] En lo que sigue, expresaré por
momentos mi propia perspectiva sobre el tema. Pero, por supuesto, el hecho de que
algunas personas, y yo misma, nos hayamos interesado por estos asuntos no impide que
otros también lo hagan. Uno de los peores aspectos de la penuria de la 뼀losofía en
determinado campo es que ciertas posiciones pueden pasar por ortodoxas e inobjetables,
cuando en realidad son altamente objetadas y objetables. Si estas cuestiones estuviesen
resueltas, un solo 뼀lósofo podría de manera autoritaria representar la profesión y los
economistas podrían simplemente escuchar a esa autoridad, en lugar de invertir tiempo
aprendiendo a hacer 뼀losofía. Pero estas cuestiones no están resueltas, y el debate
continuo debe entenderse antes de que un especialista forme su propia opinión sobre el
asunto.
Antes de adentrarme en las áreas concretas, permítanme decir algo sobre la 뼀losofía y su
historia. La historia de la 뼀losofía es una parte viva de ella, lo que, prácticamente, no es del
caso, para la economía. Hoy, un buen trabajo 뼀losó뼀co necesita prestar atención a las
뼀guras del pasado (tanto en la tradición occidental como en la no-occidental) que han
tratado cuestiones similares. Los departamentos de 뼀losofía más prestigiosos llevan a cabo
un estudio serio y de alto nivel académico de la historia de la 뼀losofía como parte central
de sus exigencias de preparación para los jóvenes 뼀lósofos en formación. Y aquí, una vez
más, ellos no aprenden lo que los textos dicen como si fuera absolutamente claro y no
hubiese lugar para la discusión. Ellos aprenden los argumentos existentes sobre lo que
pensaron Kant o Hume sobre problemas cruciales, y aprenden a leer textos de manera
crítica y erudita, produciendo lecturas propias. ¿Por qué prestar toda esta atención a lo que
parecen ser asuntos solo para especialistas?
En parte, las razones para esta necesidad de historia tiene que ver con el contexto y la
cultura. Necesitamos entender qué partes del problema 뼀losó뼀co están construidas por
nuestra manera local de ver el mundo, y qué partes pueden ser más perdurables. También
necesitamos recuperar alternativas que nos han sido ocultadas debido a corrientes
culturales y religiosas. Por ejemplo, los 뼀lósofos siempre vuelven a los antiguos griegos
para recuperar maneras de enmarcar un problema oscurecido por las tradiciones
cristianas.
Existe otra razón para estudiar textos históricos en relación con los métodos que usamos
para formarnos en pensar bien en tanto que 뼀lósofos. Necesitamos estar en conversación
con las mentes más grandes y mejores, no con las más recientes. En cada siglo solo habrá
unos pocos 뼀lósofos con verdadera profundidad y grandeza. Así que nuestro propio
pensamiento progresa en la medida en que nos aferramos a lo que es grande y profundo.
John Rawls siempre enseñó textos históricos, y casi nunca su propio trabajo u otro trabajo
contemporáneo. Sus puntos de referencia principales fueron Aristóteles, Hume, Kant y
Hegel. El volumen-homenaje que le presentaron sus estudiantes fue llamado de manera
bastante apropiada: Reclaiming the History of Ethics. (Recuperación de la historia de la
ética), y los editores dieron cuenta, según Rawls, del progreso del pensamiento haciendo la
mejor interpretación constructiva de un texto histórico.[7] Rawls impartió a sus
distinguidos estudiantes la idea de que un trabajo gana en profundidad y sutileza si es
desa뼀ado continuamente por los realmente grandes pensadores; 뼀lósofos tales como
Joshua Cohen, Christine Korsgaard y Amartya Sen (fuertemente in뼅uenciado por Rawls
como colega), han seguido su perspectiva. El maravilloso libro de Sen The Idea of Justice[8]
[La idea de justicia], muestra la gran importancia, por ejemplo de un estudio intensivo y a
largo plazo de John Stuart Mill y John Rawls.
El enfoque histórico de Rawls prevalece aún hoy, pero es importante notar que no siempre
fue sí. Hubo un tiempo en que los jóvenes 뼀lósofos eran motivados a leer solamente
artículos de revistas recientes, pues era todo lo que necesitaban. Un 뼀lósofo destacado de
una universidad importante llegó a tener un aviso en su puerta que decía: “No más historia
de la 뼀losofía”. Recuerdo una ocasión en la que, siendo profesora asistente, tenía la tarea
de entrevistar candidatos para una vacante en el Departamento, junto con Rawls en la
American Philosophical Association [Asociación Estadounidense de Filosofía]. Uno de ellos
era un joven del mismo departamento que exhibía ese anuncio. El candidato expuso
algunos argumentos en contra del utilitarismo. Cuando salió, Rawls dijo con tristeza: “¡Qué
lástima que ese joven haya sido educado tan mal! Piensa que todo lo que necesita hacer es
criticar la versión del utilitarismo que encuentra en las revistas, y es claro que nunca se ha
acercado a la versión del asunto en Sidgwick, mucho más sutil”.
En lo que sigue, queda entonces incluida mi recomendación que los economistas deberían
estudiar el pensamiento de los más importantes textos que la 뼀losofía ha producido a
través de la historia, y no limitarse a artículos publicados en revistas contemporáneas.
Ahora bien, entro en áreas sustantivas en las que el estudio del desarrollo humano
necesita alimentarse continuamente de la 뼀losofía.
Primero, la justicia. Los 뼀lósofos del siglo pasado progresaron de manera radical
pensando la justicia social y describiendo sus condiciones necesarias. Ese trabajo necesita
convertirse en una presencia constante en cualquier trabajo en economía que tenga una
dimensión normativa, tanto en bienestar social como en desarrollo. Dos importantes libros
de Jhon Rawls, A Theory of Justice [Una teoría de la justicia] y Political Liberalism
[Liberalismo político],[9] galvanizaron y transformaron la profesión. Previo al trabajo de
Rawls, el estudio normativo de la justicia había languidecido, pues los 뼀lósofos,
in뼅uenciados por un positivismo lógico convencieron a muchos de que las únicas
indagaciones que tenían sentido eran investigaciones empíricas y asuntos de análisis
conceptual abstracto. Para ellos, teorizar acerca de la justicia, a la manera de Aristóteles,
Hume y Kant no era ni lo uno ni lo otro, por lo que concluyeron que carecían de contenido
real. Rawls demostró que no tenían razón. Mostró cómo una indagación abstracta
normativa acerca de la justicia podía tener su뼀ciente fundamentación, qué tipo de
justi뼀cación proveía para sus resultados y por qué debíamos tomar seriamente los
resultados. También presentó, evidentemente, un reporte enérgico de los resultados que
podían ser alcanzados por medio de una indagación racional sobre los principios que
gobiernan la distribución de libertades, oportunidades, y recursos materiales en una
sociedad bien ordenada, construida según ciertas reglas morales (imparcialidad, ante
todo).
(...)
(...)
(...)
Al notar esta inmensa ausencia, decidí que tendría que escribir acerca de la urgente
importancia de esta idea, y sobre las razones por las cuales la teoría y las políticas del
desarrollo deberían considerarlo en el proceso, como lo hice en Philosophy and Public
A攊浡airs [Filosofía y Asuntos Públicos] en el invierno de 2011, tratando de aclarar algunas
confusiones sobre la manera como el mismo Rawls articuló esta perspectiva. Luego
confronté este punto de vista con las versiones perfeccionistas del liberalismo
desarrolladas por Isaiah Berlin y Joseph Raz, argumentando que el punto de vista de Rawls
/ Larmore (desarrollado a mi manera) es superior.[25] Este artículo es para mí uno de los
más importantes de mi carrera, y parece difícil interpretar mi trabajo sin él. Aun si esta
contribución 뼀losó뼀ca, publicada en una revista de 뼀losofía, es casi totalmente ignorada
por los profesionales del desarrollo, incluso por aquellos comprometidos con el enfoque
del desarrollo humano.[26] También he encontrado que las discusiones, en su mayoría
amigables sobre mi libro Creating Capabilities [Crear capacidades] han ignorado por
completo el asunto, y me han interpretado como proponente de una doctrina
comprehensiva general, a pesar de mi insistencia en el asunto del liberalismo político que
aparece en el libro. Tengo que estar recordándolo una y otra vez. No me preocupa si la
gente no está de acuerdo conmigo en estas opiniones, y proponen contra-argumentos
defendiendo, digamos, las posiciones de Joseph Raz que yo crítico. Pero no deberían
ignorar el asunto.
(...)
(...)
(...)
Séptimo y último, justi뼀cación. ¿Cómo se justi뼀ca una teoría ética, cómo establece su
reivindicación por la validez? ¿Tiene la teoría política diferentes estándares de justi뼀cación?
En el último caso, ¿cómo se relaciona la justi뼀cación con la legitimidad? Todos estos
interrogantes han sido discutidos perspicazmente por años en el ámbito de la 뼀losofía,
¡por lo menos desde Platón! Platón, Spinoza y Sidgwick de뼀enden algún tipo de explicación
fundacionalista, con credenciales epistémicas superiores, y otros, como Aristóteles y
recientemente, John Rawls, quien de뼀ende un tipo de “coherentismo”, según el cual una
explicación se establece gracias a su disposición para organizar creencias, intuiciones y
nociones teóricas en un todo potente y coherente. Por supuesto, hay varios tipos de
fundacionalismo, que di뼀eren según su perspectiva de lo que es fundacional, y de cómo
este consigue un estatus privilegiado, y también hay diferentes tipos de coherentismo. El
gran especialista Bimal Matilal (quien trabajó un corto tiempo con Sen y conmigo en
WIDER, antes de su muerte prematura en 1991) muestra que un debate paralelo ha tenido
lugar en el seno de la 뼀losofía de la India.[34]
Este debate está totalmente ausente de la economía del desarrollo y de la economía del
bienestar social contemporáneos y, me atrevo a sugerir, la mayoría de los economistas
piensa que es una pérdida de tiempo. No es una pérdida de tiempo, porque si no se piensa
al respecto, se estaría simplemente argumentando en el aire, como un equilibrista de
cuerda 뼅oja sin cuerda. Uno podrá permanecer en el aire por algún tiempo, ¡pero la caída
es inevitable! Por supuesto, la economía tiene algo para decir sobre estos problemas, por
lo menos de manera implícita, pero es un duro desafío calcular ese algo, y compararlo con
las explicaciones de los 뼀lósofos que he mencionado.
Los economistas acostumbraban a dejar espacio para tales problemas, en los tiempos de
Adam Smith. Hoy, sin embargo, la economía los olvida casi por completo, y al seguir su
camino como si el progreso pudiera darse sin entenderlos, los considera sin importancia.
Las explicaciones sobre el bienestar social y el desarrollo que son producidas sin la
participación activa y continua de la 뼀losofía dejan mucho que desear. Embarcarse en un
trabajo serio sobre estos temas fundacionales no es un picnic, porque son fundacionales, y
una vez que un economista los entienda, puede resultar que mucho de lo que se ha hecho
tenga que volver a hacerse. Aun más, puesto que los debates 뼀losó뼀cos no están resueltos,
entenderlos puede llevar a un pluralismo metodológico en economía, más amplio de lo
que muchos economistas considerarían deseable. Pero la alternativa parece ser construir
intricados castillos en el aire. Esto es divertido y estéticamente agradable, pero no es una
buena ni responsable manera de construir progreso intelectual.
*Marta Nussbaum es Ernst Freund Distinguished Service Professor of Law and Ethics,
[Profesora de servicios distinguidos en Derecho y Ética Ernst Freund], vinculada al
Departamento de Filosofía y a la Escuela de Derecho. La autora señala que lo expuesto
aquí se traslapa con su artículo “Philosophy and Economics in the Capabilities Approach:
An Essential Dialogue,” [“Filosofía y Economía en el enfoque de las capacidades: Un diálogo
esencial”], Journal of Human Development and Capabilities 16 (2015), 1-15, que se centra
en asuntos internos al enfoque del desarrollo humano, algunos de los cuales están
desarrollados ampliamente en el presente escrito. Este traslape fue aprobado por el editor
del Journal, para quien la autora expresa sus agradecimientos.
[5] "Flawed Foundations: The Philosophical Critique of (a Particular Type of) Economics,"
[Cimientos imperfectos: la crítica 뼀losó뼀ca de (un tipo particular de) la economía]
University of Chicago Law Review 64 (fall 1997), 1197-1214.
[7] Reclaiming the History of Ethics: Essays for John Rawls, [Recuperación de la historia de
la ética: Ensayos para John Rawls] ed. Andrews Reath, Barbara Herman, and Christine M.
Korsgaard (Cambridge: Cambridge University Press, 1997). Entre los autores del volumen
se incluyen los tres editores, así como Nancy Sherman, Joshua Cohen, Thomas Pogge,
Onora O’Neill, Jean Hampton, y otros.
[8] Cambridge, MA: Harvard University Press, 2009.
[9] Rawls, John. A Theory of Justice. [Una teoría de la justicia] Cambridge, MA: Harvard
University Press, 1971; Political Liberalism [Liberalismo Político] (New York: Columbia
University Press, 1986).
[16] Wolff y De-Shalit, Disadvantage [Desventaja] (Oxford, New York: Oxford University
Press, 2007).
[20] Para la relación entre los dos problemas, veáse mi “Political Liberalism and Global
Justice” [Liberalismo politico y justicia global], Journal of Global Ethics 2015, pp. 1-12.
(http://cms.revistaarcadia.com/EditarArticulo.aspx?
(http://www.revistaarcadia.com)
(HTTP://WWW.REVISTAARCADIA.COM)
idItem=45082&accion=Editar&acordion=0&tab=0#_ftn5)[24] Por ejemplo Matthew Adler,
Well-Being and Fair Distribution: Beyond Cost-Benefit Analysis [Bienestar social y
LIBROS (HTTP://WWW.REVISTAARCADIA.COM/SECCION/LIBROS/5)
distribución justa: mas allá del análisis costo-beneficio] (New York: Oxford University Press,
CINE (HTTP://WWW.REVISTAARCADIA.COM/SECCION/CINE/4)
2011).
MÚSICA (HTTP://WWW.REVISTAARCADIA.COM/SECCION/MUSICA/6)
[25] “Perfectionist Liberalism and Political Liberalism” [Liberalismo perfeccionista y
ARTE (HTTP://WWW.REVISTAARCADIA.COM/SECCION/ARTE/3)
liberalism político], Philosophy and Public A攊浡airs 39 (2011), 3-45.
TELEVISIÓN
[26] Por esta razón, he insistido en incluirlo en el volumen: Capabilities, Gender, Equality:
(HTTP://WWW.REVISTAARCADIA.COM/SECCION/TELEVISION/81)
Towards Fundamental Entitlements [Capacidades, género, igualdad: hacia privilegios
OPINIÓN (HTTP://WWW.REVISTAARCADIA.COM/SECCION/OPINION-
fundamentales], ed. Flavio Comim y Martha C. Nussbaum (Cambridge: Cambridge
ONLINE/123)
University Press, 2014), pp. 19-56.
IMPRESA (HTTP://WWW.REVISTAARCADIA.COM/ULTIMAS-EDICIONES/)
[27]
Veáse en particular el excelente artículo de
INGRESAR Seyla Benhabib “Cultural Complexity, Moral
(/MODAL/MODALINGRESO.HTML)
[28] Para el punto de vista de Harsanyi, veáse su “Morality and the Theory of Rational
Behavior,” ya citado.
[30] Veáse mi “Flawed Foundations,” y Sen “Rational Fools: A Critique of the Behavioral
Foundations of Economic Theory” [Tontos racionales: Una crítica de las fundaciones
behavioristas de la teoría de la economía], Philosophy and Public Affairs 6 (1977), 317-44,
reeditado en Sen, Choice, Welfare, and Measurement [Elección, Bienestar social y Medida]
(Oxford: Blackwell, 1982).
Este es un espacio de participación de los usuarios. Las opiniones aquí registradas pertenecen a
los internautas y no re뼅ejan la opinión de Publicaciones Semana. Nos reservamos el derecho de
eliminar discrecionalmente aquellos que se consideren no pertinentes.
COMENTARIOS 1
PinedaM Reportar 0 0
Gracias por la información, pero hay un problema: No es "Clasco" es "CLACSO".
Respuestas: 1