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Derecho Laboral
2. Las manifestaciones de la obligación de buena fe son, de un lado, una serie de conductas cuyo
origen está en la Ley de Contrato de Trabajo de 1944, las cuales, previsiblemente y a pesar de la
derogación de la Ley, seguirán siendo exigibles por los tribunales. En primer lugar, la obligación de
denunciar al empresario los entorpecimientos en su trabajo, las faltas en el material, en los
instrumentos o en las máquinas (art. 62 LCT) (S.T.S.J. Comunidad Valenciana 17 de diciembre de
1996, (AS/4119). En segundo lugar, la obligación de no producir daños en los locales, máquinas o
instrumentos de trabajo (art. 64 LCT). En tercer lugar, la prohibición de aceptar propinas, regalos o
cualquier otra gratificación con las que se trate de hacerle incumplir sus deberes contractuales
(soborno) (art. 70.2 LCT). Por último, en cuarto lugar, la obligación de mantener los secretos
relativos a la actividad del empresario (art. 72 LCT).
3. De otro lado, la obligación de buena fe se concreta en las conductas previstas en el artículo 5.d
E.T. cuyo alcance detalla el artículo 21 E.T.:
En primer término, la prohibición de competencia desleal. El trabajador no podrá prestar sus
servicios para distintas empresas cuando se estime competencia desleal (art. 21.1 E.T.).
Prohibición que deberá extenderse a la realización paralela de una actividad por cuenta propia. La
jurisprudencia es la que ha señalado las características que debe reunir la competencia para que
pueda ser calificada de desleal: a) La actividad concurrente ha de ser de la misma naturaleza y
rama productiva que se esté ejerciendo con ocasión del contrato. Lo relevante es la utilización de
los conocimientos adquiridos en la empresa para favorecer la actividad concurrente o desviar
clientes de aquélla en beneficio de la última (S.T.S. 29 de octubre de 1990, (A/2.367) S.T.S. 18 de
mayo de 1998, (A/4.654). b) El empresario no debe haber prestado consentimiento expreso o
tácito. c) Deben producirse perjuicios reales o potenciales para la empresa. (S.T.S. 9 de diciembre
de 1985 (A/7.294), S.T.S. 8 de febrero de 1991 (A/8.171). d) No se requiere que el trabajador en
cuestión tenga beneficios directos de su actividad concurrente ni que se haya materializado la
puesta en marcha de la nueva empresa (S.T.S. 30 de marzo de 1985 (A/1.756), S.T.S. 7 de octubre
de 1987 (A/6.855), S.T.S. 27 de septiembre de 1989 (A/6.529), S.T.S. 17 de diciembre de 1990,
(A/9.801).
En segundo término, la posibilidad de pactar la plena dedicación (art. 21.1 y 3 E.T.) por la cual
trabajador y empresario acuerdan que el primero preste sus servicios en exclusiva para la
empresa. El régimen jurídico del pacto de exclusividad es el siguiente: a) El pacto debe ser
expreso. b) Puede ser temporal o indefinido. c) Puede realizarse al inicio o durante la vigencia del
contrato. d) Debe compensarse económicamente conforme y en la cantidad que acuerden las
partes. Dicha compensación tiene naturaleza extrasalarial. e) El incumplimiento de la
compensación económica por parte del empleador libera al trabajador del cumplimiento del
pacto. f) El trabajador puede rescindir libremente el pacto con un preaviso de 30 días y perdiendo
la compensación económica u otros derechos vinculados a la plena dedicación. La eventual
devolución de la compensación económica (si esta era una cantidad a tanto alzado) se adecuará al
principio de proporcionalidad. g) El empresario carece de libertad para resolver unilateralmente el
pacto salvo por el procedimiento de modificación sustancial de condiciones de trabajo ex artículo
41 E.T.
4. La transgresión del deber de buena fe por parte del trabajador puede dar lugar al despido
disciplinario, según lo previsto en el art. 54.2.d E.T., al margen del resarcimiento de los daños y
perjuicios provocados al empresario (art. 1.101 C.C.).