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El Derecho Procesal Penal.

Es el conjunto de normas, instituciones y principios jurídicos que regulan la


función jurisdiccional, la competencia de los jueces y la actuación de las
partes, dentro de las distintas fases procedimentales, y que tiene como fin
establecer la verdad histórica del hecho y la participación del imputado
durante la substanciación del proceso penal para luego obtener una
sentencia justa.
Al hablar de un conjunto de normas, se hace referencia a que la legislación
procesal penal se encuentra sistemáticamente ordenada, a través del
Derecho Ley Número 51-92 del Congreso de la Republica. Se habla de
principios jurídicos, por cuanto en el proceso penal, la oralidad, la publicidad,
la inmediación, la concentración y el contradictorio, son principios procesales
que determinan y orientan a las partes y al Juez en el desarrollo del proceso
penal. Al hablar de instituciones el autor se refiere al criterio de oportunidad,
la conversión, la suspensión de la persecución penal, el procedimiento
abreviado, el procedimiento especial de averiguación y el juicio por delitos de
acción privada, entre otros, que flexibilizan el desarrollo del proceso y la
función jurisdiccional y la actividad que desarrollan las partes, poseen el
espacio o marco jurídico adjetivo, que delimita su actuación y garantiza en
forma efectiva la justicia el respeto de sus elementales, derecho al
conglomerado social.

Características.

 Es un Derecho Público :
Es una rama del derecho Público, en donde se enmarca la función
jurisdiccional del estado, ejercitada a través de los tribunales de
justicia, cuyas normas procesales son imperativas y obligatorias para
todos los ciudadanos, ya que el estado las impone mediante su poder
de impero, con el objeto de proteger a la sociedad y reestablecer la
norma jurídica.
 Es un Derecho instrumental:
Porque tiene como objeto la realización del derecho penal sustantivo
o material, sirve de medio para que se materialice el ius puniendi del
Estado, quien a través del ministerio Público ejerce la función de
persecución penal, haciendo así efectiva la función sancionadora que
le corresponde.
 Es un Derecho Autónomo:
Porque tiene sus principios e instituciones propias, posee autonomía
legislativa, jurisdiccional y científica.
El Proceso Penal.
Es el conjunto de actos regulados por la ley y realizados con la
finalidad de alcanzar la aplicación judicial del derecho objetivo por
medio de la averiguación de la perpetración de los hechos delictivos,
la participación del sindicado, su responsabilidad, la imposición de la
pena señalada y la ejecución de la misma.
En su aceptación más general la palabra proceso significa un conjunto
de fenómenos, actos o acontecimientos que se suceden en el tiempo
y que mantienen entre si determinadas relaciones de solidaridad o
concatenación. El proceso es una categoría que se emplea tanto en la
ciencia del Derecho como en las distintas ciencias naturales, así hay
procesos químicos, físicos, biológicos, psíquicos, entre otros. Para que
exista un proceso no es suficiente que las distintas etapas o
fenómenos de que se trata se sucedan en el tiempo, es necesario
además que mantengan entre sí determinados vínculos que los haga
solidarios, que exista la Causa-efecto.
El proceso jurídico es una serie de actos jurídicos, que se suceden
regularmente en el tiempo y que se encuentran concatenados entre si
por el fin u objeto que se requiera realizar con ellos.

La doctrina del proceso jurídico ha sido elaborada en torno al proceso


judicial, que por esta circunstancia se le considera el proceso tipo.
La palabra Proceso viene del Derecho Canónico y se deriva proceso
equivalente a avanzar.
El proceso se constituye en una institución de carácter público, porque
a través del mismo, deben revolverse todos los litigios que puedan
surgir, porque es una actividad que se le atribuye al Estado, desde
tiempos remotos.
El proceso es una sucesión de actos concatenados que llevan a un fin,
que manifiesta progreso, avance actividad organizada por parte del
órgano del estado que ejerce la función jurisdiccional.

Alberto Herrarte: “el proceso se nos presenta empíricamente como


una serie de actos encaminados a un fin. El fin del proceso penal está
constituido por la sentencia y la imposición de la pena en su caso.

Mario Aguirre Godoy: “la serie o sucesión de actos que tienden a la


actuación de una pretensión fundada mediante la intervención de los
órganos del Estado instituidos especialmente para ello.”
Manuel Ossorio: “el proceso penal surge como un medio para
resolver una situación contradictoria. Esta situación se denomina
litigio, el que se define como un conflicto o contienda judicial entre
partes, en que una de ellas mantiene una pretensión a la que otra se
opone o no satisface.
Es la sucesión de actos procésales que mediante la intervención de
los órganos jurisdiccionales competentes, tiene como finalidad
esencial la averiguación y comprobación de un hecho señalado como
delito o falta, así
como las circunstancias en que pudo haber sido cometido, la
determinación de la participación del imputado, la declaración, en su
caso, de responsabilidad en sentencia penal y la ejecución judicial de
la misma.
La intervención del órgano jurisdiccional se desarrolla mediante un
proceso, establecido por un orden constitucional. Este lo determina
como medio para lograr la sanción penal o IUS Puniendi del Estado.
Dentro de esa relación dialéctica, el proceso penal conjuga cuatro
elementos básicos para lograr la realización del valor justicia: la
jurisdicción, la competencia, la acción penal y la defensa del imputado.
Entonces el proceso penal es un conjunto de actos realizados por
determinados sujetos (jueces, defensores, imputados, etc.) con el fin
de comprobar la existencia de los presupuestos que habilitan la
imposición de una pena, y en el caso de que tal existencia se
compruebe, establecer la cantidad, la calidad y modalidades de la
sanción.

Característica.
 Publicista: esto es su orientación a ser público con ciertas
excepciones por la oralidad, y porque en el intervienen jueces de
derecho.

Conformación Del Proceso Penal.


1. Actividades y formas
2. Órganos jurisdiccionales
3. Caso concreto

1. Actividades y formas: dentro del proceso se


desarrollan una serie de actividades dentro de las
cuales hay formas o formalismos que cumplir.
Ejemplo: el interrogatorio a los testigos, la presentación
de pruebas.
2. Órganos jurisdiccionales: son los pre-constituidos de
conformidad con la ley son creados por el estado, quien
les delega la función jurisdiccional.
Ejemplo: juzgado, los tribunales.
3. Caso concreto: es el hecho imputado el cual ya se ha
determinado.

Finalidad del proceso penal.


El código procesal penal contiene fines generales y específicos.

Los fines generales: son los que coinciden con los del
derecho penal, en cuanto tiende a la defensa social y a la lucha
contra la delincuencia, y además coinciden con la búsqueda de la
aplicación de la ley a cada caso concreto, es decir, investigar el
hecho que se considera delictuoso y la responsabilidad criminal del
acusado.

a) Mediato: La prevención y represión del delito.

b) Inmediato: investigar si se ha cometido un delito por parte de


la persona a quien se le imputa ese delito, su grado de
participación, su grado de responsabilidad y la determinación
y ejecución de la pena.

Los fines específicos: tienden a la ordenación y al


desenvolvimiento del proceso y coinciden con la investigación de la
verdad efectiva, material o histórica, es decir el castigo de los
culpables y la absolución de los inocentes conforme a la realidad
de los hechos y como consecuencia de una investigación total y
libre de perjuicios. La reintegración del autor y la seguridad de la
comunidad jurídica.
a) La ordenación y desenvolvimiento del proceso;
b) El establecimiento de la verdad histórica y material; y
c) La individualización de la personalidad justificable.

Objeto del proceso penal.


a) El mantenimiento de la legalidad, establecida por el legislador
b)La protección de los derechos particulares.
Sistemas procesales
Han sido formas de enjuiciamiento penal que a lo largo de la historia se han venido
desarrollando , conforme a teorías y métodos que se ajustan cada vez más a una
política criminal moderna congruente con la realidad jurídico-social de determinando
país. Entre estos sistemas se encuentran el sistema acusatorio, inquisitivo y el
sistema mixto.
a) Sistema inquisitivo:
La inquisición es el nombre con el cual se conoce todo el sistema judicial
correlativo a ese tipo de organización política. Germinado en las postrimerías
del Imperio romano y desarrollado como Derecho universal por glosadores y
pos glosadores, pasa a ser Derecho eclesiástico y posteriormente laico. En
su época se le considero como la norma jurídica conveniente al desarrollo y
mantenimiento del poder absoluto y a logro de la convivencia pacífica dentro
de ese régimen político.

La palabra inquisición se deriva de los “Quaestores” que eran ciudadanos


encargados por el senado romano de investigar ciertos delitos.
A dicho sistema se le atribuyen las siguientes características:

1. El proceso se inicia de oficio, incluso mediante denuncia anónima


2. El juez asume la función de acusar y juzgar
3. La injusticia penal pierde el carácter de justicia popular para convertirse
en justicia del Estado, afirmándose el ius Puniendi el Estado
4. El proceso es escrito y secreto, carente del contradictorio
5. La prueba se valoraba mediante el sistema de prueba tasada
6. El proceso penal no reconoce la absolución de a instancia
7. Se admitió la impugnación de la sentencia
8. Los jueces son permanentes e irrecusables, constituyendo un paso para
la especialización de la justicia
9. La confesión del imputado constituyo la prueba fundamental y para
obtenerla se empleaba hasta la tortura y el tormento
10. La prisión preventiva del acusado quedaba al arbitrio del juez
11. El imputado deja de ser sujeto procesal y se convierte en objeto de la
investigación

La inquisición responde a un sistema de proceso penal, cuya concepción


se traduce en la concentración del poder centra en una sola persona.
En este sistema el juez investiga, acusa y juzga, lo que lo sitúa en un
plano parcial. Lo más grave radica en que el juez valora las pruebas
recabadas por el mismo durante la investigación y vela por las garantías
del imputado. Como consecuencia el imputado no es parte procesal, sino
que un objeto de la investigación, que desvaloriza y deshumaniza al
imputado. Su fin principal consiste en reprimir a quien perturba el orden
jurídico creado.
b) Acusatorio:
La característica principal del enjuiciamiento reside en la división de los
poderes que se ejercen en el proceso. Por un lado el acusador, quien
persigue penalmente y ejerce el poder requirente, por el otro el imputado,
quien puede resistir la imputación, ejerciendo el derecho de defenderse y
finalmente el tribunal, que tiene en sus manos el poder de decidir.

Existen formas fundamentales y formas accesorias del proceso. Las primeras


son las que se observan en las funciones que se realiza durante el proceso.

Estas funciones son tres: la función de acusador, la función de defensa y la


función de decisión. Si se imputa a una persona la comisión de un delito,
alguien tiene que hacer la imputación. Por otra parte, es preciso conceder al
acusado la oportunidad de defender y rebatir la imputación que se le hace.
Por último, debe resolverse la situación del imputado. Debe juzgársele e
imponérsele una pena si es culpable, o absolvérsele si es inocente. Baumann
explica que la división de roles de los órganos estatales de persecución penal
–Ministerio Publico averigua y acusa; el juez juzga- es un fruto del derecho
procesal francés. Las principales características son:
1. Es de única instancia
2. La jurisdicción es ejercida por una asamblea o tribunal popular
3. No se concibe el proceso sino a instancia de parte. Ya que el tribunal no
actúa de oficio
4. El proceso se centra en la acusación que puede haber sido formulada
por cualquier ciudadano
5. El acusador se defiende de ella en marco de paridad de derechos con su
acusador
6. Las pruebas son aportadas únicamente por las partes
7. Todo el proceso es publico continuo y el juego en paridad de los derechos
de las partes lo hace contradictorio
8. La sentencia que se dicta no admite recursos
9. Por la naturaleza y características de este tipo de procesos el acusado
generalmente se mantiene en libertad.

Sistema Acusatorio de Nuestra Legislación


Los principios filosóficos en que se inspira el sistema acusatorio, se
comprende fácilmente que esta forma de juzgar a una persona es la que
mejor responde a un proceso penal legal, justo y autentico, donde las
funciones de acusación, defensa y de decisión se encuentran legalmente
separadas. Y además porque esa relación dialéctica que se da en la relación
jurídica procesal únicamente se desarrolla a cabalidad en el sistema
acusatorio. Por otro lado, precisa señalar que no puede concebirse, a la
inquisidor como un sistema de enjuiciamiento penal, en el seno de nuestro
ordenamiento constitucional ya que l misma no está en consonancia con los
postulados jurídicos, de una política criminal moderna, orientada a dignificar
al delincuente como una persona humana, que razona, siente y que necesita
de su reeducación y resocialización.

En ese orden de ideas, se puede señalar que el sistema acusatorio, según


la legislación adjetiva penal guatemalteca. Posee entre otras las siguientes
características:
1. La función de acusación le está encomendada el Ministerio Publico por
medio del Fiscal General de la Republica y su cuerpo de fiscales
2. La función de defensa esta atribuida en principio al Instituto de la
Defensa Publica Penal y a todos los abogados colegiados
3. La función de juzgar y controlar el proceso penal está encomendada a
los jueces de primera instancia , controladores de la investigación
4. El proceso penal en su fase de juicio se instituye oral y público con
algunas excepciones especificas
5. La fase de juicio penal se desarrolla ante un tribunal de jueces letrados
o de derecho y con la reforma procesal penal a jueces unipersonales de
sentencia penal
6. El juicio penal se inspira conforme a los principios de inmediación,
concentración , contradictorio , oral y ubico
7. El imputado recobra su condición de parte, en el proceso penal y deja
de ser objeto de la investigación
8. La declaración del imputado constituye un derecho de defensa y su
confesión se valoriza conforme al principio indubio pro-reo y como un
medio de defensa
9. Las pruebas del proceso se valoran conforme a la sana doctrina
razonada.

Un aspecto que se debe considerar es que si bien el Código en el artículo 318


segundo parágrafo y 381 incorporadas algunas normas en la que expresamente
faculta al juez o tribunal para recabar de oficio, evidencias y actos de investigación
, ya que sea en la etapa preparatoria o en el juicio ello no justifica que se interprete
que nuestro sistema penal es un sistema mixto toda vez que en el sistema
acusatorio , sus principios filosóficos y sus características están bien definidas y
no puede sérsele una calificación distinta a su naturaleza misma. Sin embargo
debe acentuarse que es estas normas procesales se refleja aun la mentalidad
inquisitoria del legislador y debe quedar bien claro, que dichas actuaciones son
únicas excepciones donde el juez puede practicar actos de investigación o
pruebas.

c) Mixto :

Este sistema, inicia con el desaparecimiento del sistema inquisitivo en el siglo XIX.
Su denominación deviene a raíz de que toma elementos del proceso penal
acusatorio y también del inquisitivo pero en cuya filosofía general predominan los
principios del acusatorio. Este sistema fue introducido por los revolucionarios
franceses y fue en Francia donde se aplicó por primera vez, cuando la Asamblea
Constituyente planteo las bases de una forma nueva que divide el proceso en dos
fases.
Este sistema orienta la forma de juzgar al imputado utilizando los procedimientos,
tanto del sistema acusatorio cono del inquisitivo. Es así como el proceso penal se
divide en dos fases, la primera tiene por objeto la instrucción o investigación y la
segunda versa sobre el juicio oral y publico
Se puede decir entonces que el sistema mixto tiene las siguientes características:
1. El proceso penal se divide en dos fases ; la instrucción y el juicio
2. Impera el principio de oralidad, publicidad y de inmediación procesal
3. La prueba se valora conforme a la libre convicción, conocido como San
Critica
4. Este sistema responde a los principio de celeridad, brevedad y economía
procesal.

Principios Constitucionales que Informan el Proceso Penal Guatemalteco


Guatemala a lo largo de su historia constitucional ha mantenido una clara
tendencia a la protección de los Derechos Humanos. Cabe destacar en este
sentido que con anterioridad a la Declaración Universal de los Derechos
Humanos en 1948 y a la Declaración Americana de los Derecho y Deberes del
Hombre en 1948 n donde se incluían y regulaban los denominados derechos
humanos sociales, estos en nuestro país ya se habían contemplado
anteriormente en el texto constitucional promulgado como resultado de la
Revolución de octubre de 944.

La Constitución Política de la República de Guatemala promulgada el 31 de


mayo de 1985 y vigente a partir del 14 de enero de 1986, inspirada seguramente
en los distintos instrumentitos e ideologías imperantes internacionalmente sobre
Derechos Humanos, especialmente en la Convención Americana sobre los
Derechos Humanos también conocida como Pacto de San José que fuera
suscrita en la ciudad de san José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969
mantiene una postura hondamente humanista y democrática consta de dos
grandes pares: la parte dogmática , en donde se regulan todos los aspectos
relacionados con los Derechos Humanos de los ciudadanos y la parte orgánica
, en donde se establecen los tres organismos del Estado , así como las otras
instituciones y entidades que por su misma relevancia merecen una regulación
adecuada.
Nuestra carta magna, como piedra fundamental en que descansa todo nuestro
sistema jurídico y en donde se consagra los valores máximos que inspiran el
Estado desde su inicio y a los largo de todo su articulado, tutela y garantiza en
forma expresa y como uno de los objetivos básicos de la misma, la misma
protección y promoción de los Derechos Humanos , establecidos inclusive que
los tratados convenciones que de esta materia haya aceptado y ratificado
nuestro país , tienen preeminencia sobre cualquier otra norma del derecho
interno.
Desde el preámbulo constitucional podemos observar que se afirma la primacía
de la persona humana como sujeto y fin del orden social, a la familia como origen
y motor de la sociedad y al Estado como responsable del bien común y
responsable de la seguridad, liberta, paz, igualdad y legalidad en el país.
Su título II regula los Derechos Humanos, estos los divide a su vez en Derechos
Humanos Individuales, dentro de los que se mencionan: el derecho de la vida ,
la integridad de la persona, la seguridad, la libertad, la igualdad, la garantía
constitucional de que ninguna persona puede ser sometida a servidumbre el
derecho que tiene toda persona a hacer lo que la ley no le prohíbe no estando
obligada a acatar órdenes que no estén basadas en la ley y conforme a ella; se
establece que nadie podrá ser detenido o preso sino por causa de delitos o falta,
en virtud de orden librada por juez competente, salvo detenido infraganti ; la
obligación de notificar la causa de la detención así como los derechos que le
asisten al detenido y sus derechos a asistirse de un defensor ; regulándose
luego lo relativo a los centros de detención, la detención por faltas , el derecho
de defensa , el principio de presunción de inocencia y la publicidad en el proceso
penal, el principio de retroactividad de la ley, salvo en materia penal , cuando
favorezca al reo, el principio de legalidad que se traduce:” no delito, ni pena sin
ley anterior” y se dispone que por deudas no hay prisión , se enumeran los
principios que rigen el sistema penitenciario , el trata miento de los menores de
edad , la inviolabilidad de la vivienda, la inviolabilidad de la correspondencia ,
documentos y libros , el registro de personas y vehículos, la libertad de
locomoción; se establece y reconoce el Derecho de Asilo conforme las prácticas
internacionales .
Todo Estado democrático se caracteriza por su dedicación a la búsqueda de
soluciones racional y pacificas de los problemas sociales. Para que pueda
referirse a un verdadero Estado democrático debe prevalecer. El imperio de la
ley, el respeto de los derechos humanos y la separación de los poderes del
estado. Al cobrar vigencia el actual código procesal penal, se constituye la
exigencia fundamental del estado democrático en el que se busca superar las
deficiencias que existen y superar el sistema judicial.
Dicha innovación legislativa tiene como objetivo primordial hacer el proceso
penal más sencillo, ágil, práctico y técnico, adecuando así la administración de
la justicia penal a nuestra realidad social. El entendido de que las normas
procesales son de orden público, por lo tanto no sujetas a dilaciones en su
cumplimiento y aplicación. Por lo tanto los principios procesales plasmados en
le Código Procesal Penal tiene su fuente inicialmente en la Declaración de los
Derechos Humanos y en la Convecino Americana sobre derechos humanos-
pacto de San José- y en la Constitución Política de la República de Guatemala
en el apartado en el que se consagra especialmente las garantías judiciales.

Principios Constitucionales
1. Juicio precio y debido proceso
Este proceso puede considerarse fundamental, puesto que marca los límites del
IUS PUNIENDI del estado, evitando así que se extralimite la potestad de juzgar
que corresponde solo al Estado, constituyendo por ello una garantía básica para
la persona que es perseguida penalmente de que no podrá ser impuesta una
penal sin que la misma provenga de una sentencia y de que no va a existir una
sentencia sin que haya previamente un juicio previo, un juicio donde se hayan
respetado los derechos y garantías individuales y procesales del imputad.
Segundo Linares Quintana, al respecto expone: el requisito del juicio previo
procura eliminar el abuso y la arbitrariedad en a la imposición de las penas. Todo
individuo acusado de un delito es considerado inocente hasta tanto su
culpabilidad no haya quedado debidamente establecida en un juicio imparcial
subtanciado ante tribunal legalmente competente cuyas titulares tengan
independencia y rectitud, de acuerdo con las reglas fijadas por la ley, y en cuya
tramitación goce de todas las posibilidades para probar su inocencia. Sin este
requisito, las cárceles se llenarían de personas inocentes, víctimas de la pasión,
el odio y el error de quienes ejercen el poder y la ley de la justicia seria
reemplazada por la ley de la selva. Como observa José Pareja Paz Soldán, una
condena no se dicta sino dentro de un juicio criminal, fundado en la ley anterior
al hecho del proceso y en el que no se sentencia sino después de la instructiva,
de la investigación y del debate en la audiencia pública en que se prueban los
hechos que se imputan y se justifica la pertinencia de la pena que se aplica. Es
un principio absoluto del Derecho Penal que nadie puede sufrir un castigo sino
en virtud de una condena. Ha de recordarse que la famosa Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano de Francia de 1789 en su artículo 9
consagraba la regla fundamental: Todo hombre es presumido inocente hasta
que haya sido declarado culpable”. Vale decir que el acusado no está obligado
a probar su inocencia y que debe ser tratado como inocente, mientras su
condena no haya sido pronunciada.
Como dice Burdeau, “la regla enunciada por la declaración deberá estar escrita
en todo tribunal, sobre todo en los periodos de crisis política en que la pasión o
un sentimiento, algunas veces legítimo, puedan hacer olvidar a los jueces la
presunción de inocencia de los individuos llamados a comparecer ante ellos”.
Disponía también la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de
Francia de 1789 en su artículo 7º. Que:” ningún hombre puede ser acusado, ni
detenido más que en los caso determinados por la ley y según las normas que
ella prescriba. Los que solicitan, tramitan, ejecutan o hacen ejecutar ordenes
arbitrarias, deben ser castigados pero todo ciudadano citado o arrestado en
virtud de la ley debe obedecer al instante se hace culpable por su resistencia.
Por su parte la declaración de los derechos del estado de Virginia de 1776 en su
sección VIII, establecía: “ningún hombre puede ser justamente privado de su
libertas, sino por la ley de la tierra o el juicio de sus partes”
Según Linares es : el conjunto no solo de procedimientos legislativos, judiciales
y administrativos que deben jurídicamente cumplirse para que una ley, sentencia
o resolución administrativa que se refiera a la libertad individual sea formalmente
cierta dosis de libertad jurídica, presupuesta como intangible para el individuo en
el estado liberal (aspecto sustantivo del debido proceso).

Jiménez de Arechaga dice que: en general se entiende que no hay debido proceso
cuando el condenado no ha tenido su día ante el tribunal, o sea, la oportunidad de
hacerse escuchar por los jueces que han de condenarle. No hay tampoco debido
proceso cuando no ha habido oportunidad de defensa. Esto no quiere decir que no
haya debido proceso toda vez que el imputado no se defienda. Lo que interesa es
que se le haya asegurado la oportunidad de defensa. Esto no quiere decir que no
haya debido proceso toda vez que el imputado no se defienda. Lo que interesa es
que se haya asegurado la oportunidad de defenderse. Si no ha hecho uso de esas
posibilidades, esto no puede impedir el funcionamiento del servicio de justicia. Es
necesario también que el imputado haya tenido la oportunidad necesaria para la
producción de su descargo aunque no la use. Por otra parte es necesario que las
dos partes del proceso en el caso del proceso penal, el fiscal y el imputado, han
actuado con igualdad entre el tribunal, que no se haya establecido ningún régimen
de ventaja o beneficio para la parte acusadora más amplio que de la parte acusada,
como seria permitirle disponer de un régimen más amplio para la prueba a una que
la otra.

Piero Calamandre al respecto expone: todas las libertades son vanas sino se
pueden reivindicar y defender en juicio y si el ordenamiento de este juicio no se
funda en el respeto de la persona humana el cual reconoce en cada hombre una
conciencia libre solo responsable ante sí misma y por eso inviolable.
Eduardo J. Couture afirma: la teoría de la tutela constitucional del proceso consiste
en establecer, en el ordenamiento jerárquico de las normas jurídicas, la primacía de
la constitución sobre las formas legales o reglamentarias del proceso. Mediante ese
concepto, las constituciones que contiene normas que determinen las garantías de
los derechos esenciales de la persona humana, frente a los riesgos del proceso
penal, no pueden ser desconocidas directas o indirectamente por las leyes
procesales. Si la ley procesal priva de la posibilidad de accionar, de defenderse, de
producir prueba, de alegar, de impugnar la sentencia, de ser juzgado por jueces
idóneos, en términos no razonables, es inconstitucional.
En la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 11 determina:
“Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia,
mientras no se pruebe su culpabilidad , conforme a la ley y en juicio público, en el
que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
En la constitución Política de la República de Guatemala en su artículo 12 se señala:
“la defensa de la persona y sus derechos son inviolables. Nadie podrá ser
condenado, ni privado de sus derechos, sin haber sido citado, oído y vencido en
proceso legal ante juez o tribunal competente y preestablecido.”
El código procesal penal es su artículo 4 señala:” nadie podrá ser condenado,
penado o sometido a medida de seguridad y corrección, sino en sentencia firme,
obstina por un proceso llevado a cabo conforme a las disposiciones de este código
y a las normas de la constitución, con observancia estricta de las garantías previstas
para las personas y de las facultades y derechos del imputado o acusado. La
inobservancia de una regla de garantía establecida en favor del imputado no se
podrá hacer valer en su perjuicio.
Hernando Devis Echandia señala las condiciones para la efectividad del juicio previo
y debido proceso: el imputado tiene derecho a ser juzgado por juez competente, el
imputado tiene derecho a ser citado y notificado de acuerdo con la ley, el imputado
tiene derecho a la defensa técnica y el Estado tiene la obligación de garantizarla y
el imputado tiene derecho a que el procedimiento a aplicar sea dictado por ley.

2. PRINCIPIO DE INVIOLABILIDAD DE LA DEFENSA

Sobre el principio de inviolabilidad de la defensa… La garantía de la inviolabilidad de la defensa


se expresa a través del derecho de audiencia, del derecho de probar y de controlar la recepción de
las pruebas y del mismo derecho de impugnación. De gran importancia es el derecho del imputado
de intervenir en los actos que incorporen elementos de prueba, a lo que hace referencia el párrafo
2) de la disposición normativa de cita. Cabe advertir, asimismo, que el derecho de defensa debe ser
no sólo formal, sino también material, es decir, ejercido de hecho, plena y eficazmente, lo cual
implica además, como aspecto de singular importancia, el derecho a hacer uso de todos los recursos
legales o razonables de defensa, sin exponerse a sanción ni censura algunas por ese ejercicio, así
como la necesidad de garantizar al imputado y a su defensor respeto, al primero en virtud de su
estado de inocencia hasta no haber sido condenado por sentencia firme, al segundo por su condición
de instrumento legal y moral al servicio de la justicia, cualquiera que sea la causa que defienda, la
persona del reo o la gravedad de los hechos que se le atribuyan. Sentencia 01739-92

El principio de inviolabilidad de la defensa tiene gran importancia también la garantía de la


defensa técnica del imputado, como forma de equilibrar su posición frente al Ministerio Público.
Constituye uno de los derechos esenciales del imputado desde el primer momento de la persecución
penal y hasta el fin de la ejecución de sentencia, e implica contar con la asistencia técnica de un
abogado defensor, escogido por él mismo o en su defecto, por un defensor público asignado por el
Estado. En efecto, el derecho de asistencia técnica letrada constituye uno de los elementos
integradores del derecho de defensa de los imputados, pues el defensor es el responsable de velar
por el cumplimiento de todas las garantías previstas en el ordenamiento, en beneficio del imputado.
Sentencia 1759-00

“… La formulación de cargos debe ser detallada para que la audiencia que debe concederse al
interesado sea fructífera; de lo contrario se atenta contra la inviolabilidad de la defensa. En punto a
informaciones administrativas es más afortunada la expresión 'formulación expresa, concreta e
integral de cargos' que el concepto de debida intimación, característico de los procedimientos
puramente penales. Pero la razón de ambas expresiones es la misma: la audiencia al imputado o a
quien sufre información administrativa en derecho disciplinario debe contar como necesario
antecedente con la descripción circunstanciada y la comunicación al interesado de los hechos
reprochados. La acusación se desvirtúa si no se reprocha circunstanciadamente acciones u
omisiones precisas y termina por invertirse la carga de la prueba...". Sentencia 11775-06

“…del artículo 39 se reconoce el principio de inviolabilidad de la defensa, ya que para ejercitarla es


necesario un procedimiento reglado en la ley; en tanto la sentencia firme a que la que se refiere la
norma constitucional, tiene que ser lógicamente el resultado de un juicio pendiente, en el que se
hayan dado todas las garantías del debido proceso y derecho de defensa. En virtud de ello, es que
es violatorio de este principio -y por ende de los artículos 39 y 41 constitucionales- el pretender
establecer efectos jurídicos de un proceso penal sin que haya mediado procedimiento al efecto,
como lo ha señalado en forma reiterada esta Jurisdicción…” Sentencia 18352-09

3. PRINCIPIO JUEZ NATURAL

Principio de Juez Natural. La Sala Constitucional ha indicado que esta garantía, elemento integral
del debido proceso, supone la existencia de órganos judiciales preestablecidos en forma
permanente por la ley. Se tutela a través de este principio, la prohibición de crear organismos ad-
hoc, o ex post facto (después del hecho), o especiales, para juzgar determinados hechos o a
determinadas personas, sin la generalidad y permanencia propias de los tribunales judiciales.
Asimismo, ha reconocido la importancia del principio de imparcialidad o de ‘Juez imparcial’,
especialmente en el ámbito administrativo, por desempeñar la Administración en este ámbito un
doble papel como Juez y parte, lo que la obliga a instar el procedimiento, verificar la verdad real de
los hechos, y resolver el caso. Sin embargo, la Sala ha estimado que tal situación no es
inconstitucional (ver sentencias 03-13140 reiterada por la 06-13926) y ha observado que quienes
integren los órganos directores y decisorios están obligados a actuar con la mayor objetividad e
imparcialidad y que, en caso de que existan motivos que permitan anticipar algún grado de
parcialidad en el asunto, las partes pueden hacer uso de la facultad que les otorga la Ley para
abstenerse o para recusar. Sentencias 5001-07, 2307-08

En relación con el principio de Juez Natural, la Sala Constitucional ha indicado que esta garantía,
elemento integral del debido proceso, supone la existencia de órganos judiciales preestablecidos en
forma permanente por la ley. Se tutela a través de este principio, la prohibición de crear organismos
ad-hoc, o ex post facto (después del hecho), o especiales, para juzgar determinados hechos o a
determinadas personas, sin la generalidad y permanencia propias de los tribunales judiciales.
Asimismo, ha reconocido la importancia del principio de imparcialidad o de ‘Juez imparcial’,
especialmente en el ámbito administrativo, por desempeñar la Administración en este ámbito un
doble papel como Juez y parte, lo que la obliga a instar el procedimiento, verificar la verdad real de
los hechos, y resolver el caso. Sentencia 10193-11

El principio de juez natural o juez ordinario, establece que una persona sólo puede ser juzgada por
aquellos tribunales que hayan sido constituidos previamente por ley, prohibiéndose la creación de
organismos ad-hoc, o especiales para juzgar determinados hechos o personas en forma concreta.
En el ordenamiento jurídico patrio, dicho principio tiene fundamento en lo dispuesto por el artículo 35
de la Constitución Política, que establece que ninguna persona puede ser juzgada por comisión,
tribunal o juez especialmente nombrado para el caso, sino exclusivamente por los tribunales
establecidos de acuerdo con esta Constitución. Sentencia 12300-10

4. Derecho a no Declarar Contra sí mismo:

Esta garantía procesal encuentra su fundamento en el artículo 16 de la Constitución, que


establece: En proceso penal, ninguna persona puede ser obligada a declarar contra si
misma, contra su cónyuge o persona unida de hecho legalmente, ni contra sus parientes
dentro de los grados de ley.
5. Principio de Oficialidad: Este principio obliga al Ministerio Público a realizar o
promover la pesquisa objetiva de hechos criminales y a impulsar la persecución
penal. La instrucción del Ministerio Público requiere como supuesto que el hecho
pesquisado revista los caracteres de acción delictiva y la investigación deja intacto
el derecho del agraviado a participar en el proceso en calidad de parte.

6. Principio de la Verdad Real


Todo proceso judicial tiene un objetivo general y es la realización de la justicia. El
principio de la verdad real busca un fin inmediato y consiste en la averiguación de
la verdad y cuando se alcanza esa verdad formal, se lleva a un buen término del
proceso.
Las dos fases principales del proceso penal, la etapa preparatoria y el juicio, tienen
como objetivo principal la constatación de la verdad del objeto o hecho procesal, es
decir, la circunstancia conflictiva que mueve a la jurisdicción.
El juez se ve obligado a dar prioridad a la verdad material de los hechos investigados
con todos los medios lícitos a su alcance y no puede conformarse con lo que
muestren las partes por iniciativa propia, sino que debe desplegar toda una labor
investigadora para dar con la verdad material del hecho puesto a su conocimiento.
El principio de la verdad real tiene como finalidad beneficiar al imputado, para que
la confesión del mismo no sea suficiente para establecer la verdad en determinado
caso. Porque se da en algunas veces de quien confiesa la comisión de un delito
bien pueda estar actuando bajo coacción o amenaza, graves circunstancias éstas
que el juez tiene que esclarecer o indagar a fondo. En el actual sistema la confesión
dejó de ser la reina de las pruebas.
No obstante, la verdad como fin del proceso se enfrenta, en su búsqueda, a los
límites que le presenta el sistema jurídico, incluso en esta época del llamado Estado
de Derecho, con todas las garantías que representa. La Constitución guatemalteca,
ha dado importancia especial, dentro de las garantías ciudadanas, a las normas
referidas a la limitación del ejercicio de poder penal del Estado en la averiguación
de la verdad. Así puede asegurarse que el procedimiento penal guatemalteco, al
cumplir su finalidad principal (la búsqueda de la verdad), no puede afectar la libertad,
la dignidad y la seguridad de los ciudadanos.
7. Principio de Publicidad
Esta garantía emana propiamente del sistema de gobierno elegido por el Estado:
republicano, democrático y representativo
El principio de publicidad deviene que el imputado tiene derecho a que se le juzgue
en forma pública. Este principio constituye una característica del sistema acusatorio,
así como también los regímenes democráticos, donde la publicidad juega un papel
importante, porque se considera un medio directo de participación y control popular
sobre la administración de justicia.
Viene a garantizar al imputado sus garantías individuales y procesales, porque la
función de los operadores de la justicia será realizada con mayor responsabilidad al
saberse controlado por el ciudadano que es parte del pueblo a quien representa.
Esto hace que los jueces al dictar sus fallos lo hagan de manera responsable y
reflexiva, de cara al pueblo, de una forma transparente para evitar así
arbitrariedades.
Por su parte, la publicidad del juicio permite mayor intervención del imputado,
instaura la oralidad como forma natural para garantizar el ser oído y como forma
directa como los órganos de prueba transmiten a los jueces del tribunal de fallo su
información.
Además de que la publicidad del juicio orienta el proceso en una forma externa
determinada, también cumple una función política importante, propia de un estado
republicano: la posibilidad de control popular sobre la actividad de los jueces, sobre
los actos que fundan la decisión final y sobre la sentencia.
Las excepciones a la publicidad están claramente establecidas por el ordenamiento
constitucional. La prensa y el público podrán ser excluidos de la totalidad o parte de
los juicios por consideraciones a la moral, orden público o seguridad nacional en
una sociedad democrática, o cuando lo exija el interés de la vida privada de las
partes, o en la medida estrictamente necesaria en opinión del tribunal. Se incluye
también entre las excepciones la publicidad de la sentencia en los casos de
menores.
Decía don Angel Ossorio: en un pueblo totalitario entregado a un gobierno absoluto,
tiranizado por un déspota, se comprende que la justicia sea secreta porque en
realidad, allí no hay justicia, sino la mera voluntad del que manda. Pero en un pueblo
que se llama liberal, en todas sus manifestaciones debe intervenir la opinión bien
enterada de lo que ocurre. El dilema y concluyente es: o publicidad o tiranía, donde
falta el público es inútil hablar de regímenes democráticos; la democracia no existirá.
Este principio se ha establecido en distintos pactos y convenciones rectificados en
Guatemala, y ejemplo de ellos son:
 “el proceso penal debe ser publico salvo en lo que sea necesario para
reservar los intereses de la justicia” artículo 8 inciso 5 Pacto de San José
 “toda persona tiene derecho en condiciones de plena igualdad, a ser oída
públicamente, y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para
la determinación de sus derechos, obligaciones o para el examen de
cualquier acusación contra ella en materia penal” articulo 10 incisos I Y II
Declaración Universal de Derechos Humanos
8. Principio de la Investigación Judicial Autónoma
Tiene como fin el dar la oportunidad al juzgador para que de oficio investigue cuando
considere que ello es necesario, para llegar a la verdad real del hecho y tener una
certeza al tomar la decisión correspondiente al caso concreto que le corresponde
juzgar.
Este rasgo característico del sistema inquisitivo se conserva aún en nuestra
legislación cuando se permite la actuación de oficio, de conformidad con lo que
establecen los artículos 78, 230, 236, 242, 340, 348, y 381 del Código Procesal
Penal.
9. Principio de la Libertad de Prueba
Este principio en el proceso penal, tiene por regla general de que, en él todo se
puede probar y por cualquier medio, siempre que sea en forma licita, ya que la
prueba obtenida por medio prohibidos tales como la tortura, amenaza, coacción y
violencia no podrán ser admitidos como prueba. Articulo 181 Código Procesal Penal.

Límites al Estado en el trato al imputado como órgano de prueba


Es lógico pensar que, dado que el imputado de un hecho es quien más cerca está
de poder proporcionar información sobre este, debe prestársele a él la mayor
protección posible para que sus derechos no sean violentados, según el momento
y la forma como es requerido de tal información. Así, la Constitución prescribe en el
capítulo sobre derechos individuales, específicamente en el artículo 16, de la
declaración contra sí y parientes: “En proceso penal, ninguna persona puede ser
obligada a declarar contra sí misma, contra su cónyuge o persona unida de hecho
legalmente, ni contra sus parientes dentro de los grados de ley". Esta norma
constitucional se vincula directamente con los deberes estatales de brindar a los
ciudadanos libertad, justicia, seguridad y con el derecho a la defensa. Además, tiene
alcance no sólo para el imputado, sino —como claramente señala la ley— para sus
allegados.
El derecho a no declarar contra sí mismo, como se señaló, está directamente
vinculado con el derecho a la defensa. Por tal motivo, si se lo interpreta
extensivamente, el imputado tiene derecho a no realizar actos en general que, de
alguna manera puedan afectar su condición en el proceso. Incluso, cuando lo
considere, puede negarse a declarar, sin que ello pueda usarse en forma alguna en
su contra. Si bien la norma constitucional permite el no declarar contra sí mismo,
faculta a declarar en favor siempre que se considere necesario.
La declaración, entonces, se constituye, en primer lugar, en un medio de defensa
del procesado y, secundariamente, en un medio de averiguación, situación que
puede apreciarse con claridad en el Código de Procedimientos vigente
El proceso penal y la prohibición de la tortura
El 12 de octubre de 1989 el Estado de Guatemala aprobó, mediante Decreto del
Congreso de la República 52-89, la Convención Contra la Tortura y Otros Tratos o
Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes. Esta aprobación se sustenta en la
preeminencia del derecho internacional, tal y como lo señala el artículo 46 de la
Constitución Política de la República: "Se establece el principio general de que en
materia de derechos humanos, los tratados y convenciones aceptados y ratificados
por Guatemala, tienen preeminencia sobre el derecho interno...", de que el derecho
a la vida (artículo 3 de la Constitución), contempla la obligación del Estado de
proteger la integridad y la seguridad de la persona. Por estas disposiciones, el uso
de la tortura queda excluido completamente del procedimiento penal nacional. Se
excluye formalmente la posibilidad de aplicar cualquier tipo de tortura, como medio
para obtener información o como forma de obligar a declarar contra sí mismo.
Queda, por supuesto, nulificada la posibilidad de emplear, aun indirectamente, la
información obtenida por ella y la posibilidad de darle algún tipo de valoración
probatoria.

10. PRINCIPIO DE INOCENCIA


Se encuentra desarrollado con el título de Tratamiento como inocente, en el Art. 14
del CPP. Se inicia la norma con el trato que las autoridades deberán darle a un
individuo que es detenido y a quien se le imputa la comisión de un hecho delictivo.
Requiere de las autoridades un trato particular hacia el imputado. Es decir, si a mí
me detuvieran las autoridades, aduciendo que he cometido un hecho delictivo, ¿Qué
trato me darían éstas, en la detención, conducción y consignación legal? ¿Será que
me tratarán igual al individuo, que por su apariencia exterior, denota una posición
social marginal dentro de la sociedad? Respuesta a estas interrogantes se les
encuentra al escuchar la norma procesal que indica que, al procesado se le debe
tratar como si realmente fuera inocente, y no como si fuera considera culpable de la
comisión de un hecho delictivo. El único que puede cambiar ese calificativo de
inocente, es el juez o tribunal competente que lo ha de juzgar. Es decir, el Agente
Fiscal de Ministerio Público, con todo el poder coercitivo del Estado ha destruido
ese Estado de inocencia y ha confirmado un Estado de culpabilidad en contra de
éste y ha pedido al juez o tribunal competente que lo juzgue y lo declare responsable
de la comisión del mismo. Por tanto, que le imponga una pena o una medida de
seguridad y corrección. Es el único ente con poder dentro del Estado de Derecho
que puede cambiar el Estado de inocencia, por la confirmación de un Estado de
Culpabilidad.
Ésta norma procesal, igualmente nos explica cómo deberá ser la interpretación de
la ley procesal penal cuando se trate de aplicarla, y principalmente por el mandato
de la normativa en materia de derecho humanos. La misma reza que: cuando se
trate de restricción de libertades y de derechos al individuo, procesalmente debe
interpretarse la norma en forma extensiva, cuando la misma sea en beneficio de
éste y restrictivamente, cuando con la interpretación se le vaya a perjudicar en sus
derechos que han sido afectados.
Por igual está disponiendo que, sea aplicada la analogía y la interpretación
extensiva en beneficio de un individuo al que el poder coercitivo del Estado le ha
afectada la libertad de locomoción o le ha limitado el ejercicio de sus facultades.
Pero asimismo sostiene, que le está prohibido al Estado efectuar una interpretación
analógica a la norma procesal y penal, así como la interpretación extensiva en
perjuicio de los ciudadanos o del individuo al que pretende destruirle su estado de
inocencia y las únicas medidas coercitivas que el Estado reconoce, que pueden ser
aplicadas en contra de un individuo son las descritas y desarrolladas en el capítulo
sexto, sección primera del libro uno del Código Procesal Penal, donde se
encuentran a partir del Artículo 254 al 280 de dicho cuerpo legal procesal.
11. EL PRINCIPIO DE INDUVIO PRO REO

Dicha normativa procesal Penal, (Art. 14 CPP), a su final, buscando desarrollar


el principio, únicamente hace referencia que, la duda debe favorecer al
imputado.
En pocas palabras, cuando el juzgador dude de quien tiene la razón en un
procedimiento penal determinado, debe otorgarle la razón al imputado de la
causa. Si el juzgador duda de su inocencia o culpabilidad, deberá inclinarse por
favorecer a éste con la absolutoria. El que sufre la persecución criminal a cargo
del Ministerio Público siempre sale beneficiado con la duda del juez en cuanto a
su responsabilidad. El principio de Induvio Pro reo pretende que, el juzgador
tenga presente, que el Imputado y su defensor se encuentran protegidos por un
sistema donde impera el Derecho. El Poder Coercitivo del Estado, en su totalidad
pretenden hacer que el Imputado sufra las consecuencias de su
comportamiento, con prisión o con pago de una cantidad de dinero, o bien con
su propia vida. Pues para el Ministerio Público, es responsable del resultado
obtenido con su conducta y con la labor investigativa ha logrado destruir,
supuestamente el estado de inocencia de que gozaba el individuo. Pero se trata
del Poder del Estado en su conjunto. Éste no puede ser perfecto. Tiende el
Estado a estar equivocado en una gran mayoría de ocasiones, por no decir, en
casi todas. Y muchas veces, por no decir la gran mayoría, no quieren los
funcionarios públicos, aceptar que se ha cometido un error en la persecución
penal. La ley ordena que el Agente Fiscal, encargado de la persecución penal
debe ser objetivo en lo que hace33. Y si se trata de perseguir a una persona,
debe tomarse en cuenta todas aquellas circunstancias que pudieran favorecerlo
y no únicamente las que lo perjudican. Sin embargo, en casos concretos, se ha
pretendido, por el Funcionario estatal, obviar aquellas circunstancias que
pudiesen favorecer al imputado de la causa.

El Individuo pro reo, es un principio que nos ha costado mucho aceptar su


existencia, en la administración de justicia. Pero lo cierto del caso es que existe
en todo estado democrático de derecho y uno de ellos es donde nos
encontramos establecidos.

12. Principio de independencia judicial:

Se proclama en el párrafo tercero del Artículo 203 de la Constitución Política de


la República de Guatemala, a cuyo tenor los magistrados y jueces son
independientes en el ejercicio de sus funciones y únicamente están sujetos a la
Constitución de la República y las leyes; en realidad la independencia judicial es
una exigencia previa, de la que derivan los restantes requisitos de imparcialidad,
competencia y predeterminación del órgano judicial que exige el derecho al
debido proceso. Pero, al mismo tiempo, la independencia judicial trasciende el
ámbito del debido proceso, en cuanto tiene una dimensión institucional que se
enmarca en el principio de la separación de poderes, inherente y esencial al
concepto del estado de derecho. Este aspecto institucional de la independencia
se manifiesta en el Artículo 141 de la referida Constitución, a cuyo tener “la
soberanía radica en el pueblo, quien la delega, para su ejercicio, en los
Organismos Legislativo, Ejecutivo y Judicial, toda subordinación entre los
mismos es prohibida”. La separación de poderes a su vez, reclama una clara
distribución de funciones entre ellos y conduce, a lo que nos interesa, al principio
de exclusividad jurisdiccional, proclamando en los dos últimos párrafos del
Artículo 203 de la Constitución Política de Guatemala: “la función jurisdiccional
se ejerce, con exclusividad absoluta, por la Corte Suprema de Justicia y por los
demás tribunales que la ley establezca. Ninguna otra autoridad podrá intervenir
en la administración de justicia”. 31 Claro está que la división de poderes no
puede ni debe ser tan absoluta que excluya un entramado de intervenciones y
limitaciones mutuas que, a modo de sistema de pesos y contrapesos, garantice
el control reciproco de los distintos poderes y la hegemonía excesiva y arbitraria
de uno de ellos. Se expresa que la independencia es una característica que
corresponde al poder judicial como tal, frente a los demás poderes del Estado,
ya que el juzgamiento y decisión de las causas penales se llevará a cabo por
jueces imparciales e independientes de los poderes, sólo sometidos a la ley. Las
injerencias contrarias a la independencia judicial son aquéllas que puedan
afectar al propio núcleo de la función jurisdiccional de juzgar y hacer ejecutar lo
juzgado, sin otra sujeción que a la Constitución y la ley. Tales injerencias pueden
provenir en otros poderes del Estado, especialmente del Ejecutivo como de los
órganos propios del poder Judicial. Que pueden facilitar el tipo de limitaciones a
la independencia.

El derecho fundamental a un juez imparcial integra la garantía del proceso


debido a través del Artículo 8 de la Convención Americana que, en su número
primero, indica que “toda persona tiene derecho ser oída, con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial”. La garantía de imparcialidad se proclama a nivel de
la legislación ordinaria en el Artículo 7 del Código Procesal Penal. La
imparcialidad del juez garantiza su amenidad respecto de las partes y del objeto
del proceso en concreto que aquél ha de decidir. El principal instrumento para
cerrar la imparcialidad del juez lo constituyen las crisis de impedimento, excusa
y recusación, reguladas en la Ley del Organismo Judicial, a la que se remite a
este respecto el Artículo 62 del Código Procesal Penal. La imparcialidad
entendida como amenidad del juez a las partes y al objeto del proceso implica,
como postulado esencial, la imposibilidad de que 32 el juez sea, a un tiempo,
juez y parte. Ello significa, entre otras cosas, que el juez no puede asumir la
condición de acusador, exigencia básica del denominado “principio acusatorio”,
emanación directa del derecho a un juez imparcial.

13. Imparcialidad rigurosa de los funcionarios judiciales

Esta imparcialidad es una de las razones que exigen la independencia del


órgano judicial en el sentido expuesto. Pero con ella se contempla no solo la
ausencia de toda coacción, por parte de los otros funcionarios del Estado y de
particularidades, sino también la ausencia de interés en su decisión, distinto de
la recta aplicación de la justicia.

Consecuencia de este principio es el considerar como delictivo todo lo que atente


contra la imparcialidad y honestidad del juez, o que tienda a obtener decisiones
por razones o causas diferentes a las que prescribe la Ley o el Derecho. Al juez
le esta vedado conocer y resolver de asuntos en que personales intereses se
hallen en conflicto con su obligación de aplicar rigurosamente el Derecho. No
se puede ser juez y parte a un mismo tiempo.

De ahí las causales de impedimento y recusación que en todos los códigos de


procedimiento se han establecidos.

14. PRINCIPIOS DE LA IGUALDAD DE LAS PERSONAS ANTE LA LEY


PROECESAL PENAL Y EN EL PROCESO.

El principio de igualdad, vinculado con los procesos contenciosos, es según el que


los interesados principales del proceso (o sea, las partes) deben ser tratados de
forma igualitaria, es decir, que todos los litigantes deben tener las mismas
oportunidades de actuación dentro del proceso, sin que ninguno se encuentre en
situación de inferioridad; porque la situación de partida no es idéntica ya que la parte
activa (la que solicita la tutela de un derecho) está en una situación objetivamente
más favorable que la parte pasiva. Pero una vez iniciado el proceso debe ser
homogénea.

Este principio que reconoce que todas las personas deben ser tratadas de la misma
manera por la ley , y que estén sujetas a las mismas leyes de justicia (debido
proceso), reconoce la equiparación igualitaria de todos los ciudadanos en derechos
civiles y políticos, por lo tanto, la ley debe garantizar que ningún individuo o grupo
de individuos sea privilegiado o discriminado por el estado sin distinción
de raza, sexo, orientación sexual, género, origen nacional, color, origen
étnico, religión u otras características ya sean personales o colectivas sin
parcialidad.

Pero debe procurarse que esa igualdad en el proceso sea real y no puramente
teórica. Para ello se den otorgar a los pobres y débiles oportunidades de fácil acceso
a las vías de la justicia y de verdadera defensa, con Abogados que los represente
gratuitamente con igual interés que si fueran pagados por clientes ricos.

Tres consecuencias se pueden deducir de este principio:


1. La de que en el curso del proceso las partes deben gozar de iguales
oportunidades para su defensa, lo cual halla fundamento en la máxima
audiatur ex altera parts, y viene a ser una aplicación de la organización de
los Estados Modernos.
2. Que no son aceptables los procedimientos privilegiados, al menos en
relación con raza, fortuna o nacimiento de las personas.
3. Que tampoco se deben aplicar procedimientos más desfavorables a unas
personas que otras por hechos similares, ni porque el país se encuentre en
estado de sitio o de emergencia se deben aplica procedimientos diferentes
a los comunes previstos por la ley para los mismos ilícitos.
Únicamente se admite que para juzgar determinados funcionarios del Estado y en
consideración, no a la persona en sí, sino a la investidura del cargo, conozcan otros
jueces, esto se conoce como ANTEJUICIO.
El antejuicio es un derecho, o bien, una garantía que gozan ciertas personas que
están al servicio de Guatemala de no poder ser detenidos ni sometidos a un
procedimiento penal sin que previamente exista una declaración de la autoridad
competente, que existen elementos suficientes para que exista la formación de
causa. Este derecho se brinda con el fin de mantener una estabilidad en el
cargo y poder garantizar el correcto ejercicio de la función pública. El
antejuicio es un derecho que inherente al cargo y es irrenunciable al mismo, es
decir, que no se le otorga a la persona en sí sino al cargo que se ocupa; por lo que
le mismo cesa al momento que la persona termina con el cargo.

La Constitución Política de la República de Guatemala establece que


los diputados, los Magistrados, los Jueces y los alcaldes gozan del derecho de
antejuicio. Ahora bien, la Ley en Materia de Antejuicio, decreto número 85-2002,
establece más personas que gozan de dicho derecho, entre ellas, el Presidente,
Vicepresidente, Magistrados del Tribunal Supremo Electoral, Procurador de
los Derechos Humanos, Ministros, entre otros varios. A pesar que estas dos
leyes son las más importantes en materia de antejuicio, ciertas leyes regulan otras
personas y/o funcionarios que gozan de este derecho.

Ahora bien, las personas que gozan del derecho de antejuicio, y que sigan en
el cargo que lo ostenta, pueden perderlo por dos razones, la primera
por denuncia presentada ante juez por cualquier persona a la que le conste la
comisión de un acto o hecho constitutivo de delito y la segunda porser detenido en
un delito flagrante.

La buena justicia no puede ser patrimonio exclusivo de los ricos, además debe
existir una total gratitud en los demás aspectos del servicio de la justicia.
Este principio se puede ver fundamentado en los siguientes artículos:
Artículo 21 del código Procesal Penal: Igualdad en el proceso. Quienes se
encuentren sometidos a proceso gozarán de las garantías y derechos que la
Constitución y las leyes establecen, sin discriminación.
Artículo 24 de la convención Americana sobre Derechos humanos:
Todas las personas son iguales ante la Ley. En consecuencia, tienen derecho,
sin discriminación, a igual protección de la ley. A nadie se le podrá otorgar
trato preferencial al momento de estársele aplicando la ley. Todos
somos iguales ante la ley, el trato desigual se encuentra prohibido, a
nadie se le podrá dar trato preferente o discriminatorio al momento de
estársele juzgando, pues todos tenemos los mismos derechos y
obligaciones ante la ley. Es un principio que engloba la no-
discriminación.
Artículo. 4 de la Constitución: En Guatemala todos los seres humanos
son libres e iguales en dignidad y derechos. El hombre y la
mujer, cualquiera que sea su estado civil, tienen iguales oportunidades y
responsabilidades. Ninguna persona puede ser sometida a servidumbre
ni a otra condición que menoscabe su dignidad. Los seres humanos deben
guardar conducta fraternal entre sí.

15. PRINCIPIO DE LA COSA JUZGADA.


Este principio se deduce del carácter absoluto de la administración de justicia.
Significa que una vez decidida, con las formalidades legales, sobre a
responsabilidad imputada en el proceso penal, las partes deben acatar la resolución
que le puso término, sin que les sea permitido plantearlo de nuevo. De lo contrario,
la incertidumbre reinaría en la vida jurídica la función judicial resultaría menguada
gravemente y sus fines no podrían lograrse, la sentencia final estaría siempre sujeta
a revisión en otro proceso, por la sola voluntad de una de las partes (el Estado o el
procesado), lo cual haría imposible la paz y la armonía social y la tutela de la vida,
el honor, la libertad y la dignidad de las personas. El efecto de la cosa juzgada
consiste en darles a la sentencia definitividad e inmutabilidad.
Por lo que también se debe saber que la cosa juzgada también conocida como Res
Iudicata es el efecto impeditivo que, en un proceso judicial, ocasiona la preexistencia
de una sentencia judicial firme dictada sobre el mismo objeto. Es firme una
sentencia judicial cuando en derecho no caben contra ella medios de impugnación
que permitan modificarla. Este efecto impeditivo se traduce en el respeto y
subordinación a lo decidido sobre lo mismo, en un juicio anterior. Por ello también
se le define como la fuerza que atribuye el derecho a los resultados del proceso.
Habitualmente se utiliza como un medio de defensa frente a una
nueva demanda planteada sobre idéntico objeto que lo fue de otra controversia ya
sentenciada, y que le cierra el paso.
La existencia de la cosa juzgada exige como factores que la determinan y que, por
consiguiente, funcionan como requisitos de la misma que haya una sentencia, que
se pronuncie en proceso en el cual no se excluya por mandato legal este efecto
especial para esa sentencia, que no sea susceptible de impugnación por vía de
recursos. Sino que queden clausuradas las discusiones en razón de su firmeza, lo
cual puede deberse a que no sea recurrible por disposición legal o a que los
recursos posibles en principio no hayan sido interpuestos o a que hayan quedado
resueltos.
La cosa juzgada penal se refiere al ilícito investigado y a los sujetos a quienes se
imputa. Pero del hecho de que la sentencia no obliga a quienes no fueron parte en
el proceso no se deduce que para esos terceros no exista. Según Chiovenda. Así
como el contrato como tal no puede ser desconocido, así también la sentencia
existe y vale respecto a todos como acto jurídico referente a las partes.
Se fundamenta en los Artículos:
Artículo. 18 del código procesal penal:
El principio se encuentra ampliamente relacionado con lo descrito en el
Artículo 10 de la convención Americana sobre Derechos Humanos, al
describir el derecho a la Indemnización. Toda persona tiene derecho a ser
indemnizada conforme a la ley en caso de haber sido condenada en
sentencia firme por error judicial. E inicialmente la norma procesal
establece la prohibición a que se abra de nuevo proceso que goza de
ejecutoriedad. Salvo el caso dela revisión desarrollada en el título siete, del
libro tercero que contiene Las impugnaciones, en el Código Procesal
Penal. La revisión se encuentra a partir del Art.453 al 463, la que solo
puede ser planteada a favor del condenado, por el propio condenado, sus
representantes legales, su cónyuge, sus ascendientes, descendientes
o hermanos; el Ministerio Público o el juez de ejecución y éste último en caso de
aplicación retroactiva de una ley penal más benigna. En pocas palabras, la única
forma de lograr abrir nuevamente un proceso penal en el cual ya existe una
sentencia condenatoria firme, es cuando
existe la posibilidad de provocar la revisión del fallo. Y las razones de la
revisión pueden ser las genéricas o bien especiales descritas endicha
normativa procesal.

16. PRINCIPIO DEL INTERES PUBLICO O GENERAL EN EL PRECESO


PENAL
El proceso penal es eminentemente de interés público o general en cuanto a su
función y sus fines, que son tutelar y garantizar la armonía y la paz sociales, lo
mismo que la libertad y la dignidad humana.
17. PRINCIPIO DE LA HUMANIZACION DE LA JUSTICIA PENAL
Los procesalistas se preocupan porque el proceso no sea un frio, formalista
inhumano procedimiento, sino que básicamente tenga en cuenta que es obra de
personas, para juzgar problemas de personas por lo que es absurdo
deshumanizarlo.
Para conseguir la humanización de la justicia penal, es indispensable lo siguiente:
Mayor inmediación del jue con las partes, para en los posible conocerlas,
entenderlas y comprender el aspecto humano de su problema menos arrogancia y
distanciamiento del juez frente a las partes, para un trabajo en equipo, mejor como
en una especie de mesa redonda que desde la altura intimidante de su tribuna, mas
tutela a quienes por pobreza o ignorancia y mala representación profesional se
encuentran en desigualdad de oportunidades para una buena defensa,
investigación oficiosa del juez mediante el decreto y la práctica por propio impulso
de toda clase de pruebas, inclusive en los procesos civiles. Laborales etc. Libre
valoración de la prueba por el mismo juez de acuerdo con las reglas de la sana
critica, aceleración máxima de los tramites mientras la tutela del derecho
constitucional de defensa y de un debido proceso lo permitan, porque solamente los
ricos pueden soportar el peso de un largo litigio y los pobres terminan entregando
sus derecho sustanciales discutidos por míseras sumas, para tender las angustias
de sus necesidades vitales, gratuidad integral del servicio de justicia en todas las
ramas, control y sanción oficiosa del juez a todo intento de fraude procesal o
colusión y mala fe en el proceso o con este, interpretación de las normas procesales
no en forma literal sino buscando qu se tutelen los derechos sustanciales discutidos
o investigados en el proceso y que se cumplan los principios generales del derecho
procesal y su fines.
Puesto que la justicia judicial es para hombres y mujeres, es decir, para seres
humanos, ella debe tener un profundo contenido humano y ser practicada de la
manera más humana que sea posible. Resulta monstruoso que en el ejercicio de la
justicia se violen los esenciales derechos humanos, a su dignidad, a su libertad a
ser juzgado sin coacciones y con mayor razón sin torturas, por jueces naturales y
no por tribunales militar cuando los supuestos delitos sean comunes o políticos y
respetándose el in dubio pro reo en todos sus aspectos.
18. PRINCIPIO DE IMPULSION OFICIOSA DEL PROCESO POR EL JUEZ
Entiéndase este principio como la facultad de la administración de justicia en materia penal
por medio del órgano respectivo de perseguir de oficio los delitos de acción pública que
lleguen a su conocimiento.
De acuerdo con este principio, el juez está obligado a impulsar en forma oficiosa el proceso,
acercándolo hacia la sentencia, siempre y cuando no se requiera para su avance, la
realización de una actuación o actividad que depende en forma exclusiva de la parte. Si el
juez no cumple con ese deber será responsable de la demora que se origine en su
negligencia. Otra manifestación de este principio la constituye la perentoriedad de los
plazos, pues se establecen plazos perentorios, que vencen automáticamente sin
necesidades que la parte contraria acuse la rebeldía.
Se relaciona directamente con el inquisitivo, y consiste en que, una vez iniciado el juicio,
debe el juez o el secretario, según el acto de que se trata, impulsar su marcha sin necesidad
de que las partes lo insten a hacerlo, pues simplemente se trata de cumplir las normas
legales que lo regulan, y aquel es responsable de cualquier demora ocasionada por su
culpa.
Pero recuérdese que hay ciertos actos que necesariamente deben tener origen en la
voluntad expresa de las partes y, además hay otros, simplemente de tramitación, que
también les corresponden, como consecuencia del principio dispositivo.
19. PRINCIPIO DE CELERIDAD Y ECONOMIA PROCESAL
Definición del Principio de celeridad y economía procesal
CELERIDAD: Consiste en la obligación del juez en desarrollar el proceso penal en la menor
cantidad de tiempo posible.
ECONOMIA: Se trata de lograr en el proceso los mayores resultados posibles dentro de la
menor cantidad de actividades, recursos y tiempo, mediante la simplificación de los
procedimientos.
La celeridad procesal no es un principio abstracto: muy por el contrario, es el alma del
servicio de justicia. Sin celeridad procesal, o mejor dicho, con las indebidas dilaciones que
se producen a lo largo del proceso, resulta imposible lograr paz social. En tal sentido, la
búsqueda de la paz social en justicia parte desde el hecho de apaciguar el litigio antes que
profundizarlo. Al respecto, hay que tomar en cuenta que la celeridad procesal, como un
ideal que la administración de justicia; tiene manifestaciones concretas en el proceso, tanto
por parte del Poder Judicial, como por parte del ciudadano, quien muchas veces es quien
contribuye a la lentitud procesal con la interposición dilatoria de Escritos y demandas que
comúnmente se hacen “para ganar tiempo” ante una determinada situación jurídica. Al
respecto, debemos mencionar al doctor Pablo Sánchez Velarde: “la celeridad procesal
aparece como un principio dirigido a la actividad procesal, sea del órgano jurisdiccional
como del órgano fiscal, a fin de que las diligencias judiciales se realicen con la prontitud
debida, dejando de lado cualquier posibilidad que implique demora en el desarrollo y
continuidad del procedimiento. Desde la perspectiva del justiciable o de las partes en
general, puede invocarse el mismo principio aún cuando es posible su exigencia a título de
derecho, del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas
La economía procesal radica en una serie de procedimientos simples, eficientes y eficaces,
delimitando el litigio y aceptando únicamente las pruebas pertinentes y relevantes para la
decisión del tribunal, facultando a este para declarar los recursos e incidentes notoriamente
improcedentes. Finalmente, durante el desarrollo del debate se busca la finalización del
mismo empleando una o varias audiencias próximas, procurando evitar a lo máximo los
gastos que ocasiona un proceso.
Se trata de lograr en el proceso los mayores resultados posibles, con el menor empleo
posible de actividades, recursos y tiempo. Dicho principio exige, entre otras cosas, que se
simplifiquen los procedimientos, se delimite con precisión el litigio; que sólo se admitan y
practiquen pruebas que sean relevantes para la decisión de la causa; que se desechen
aquellos recursos e incidentes que sean notoriamente improcedentes.
Este principio es comprensivo de todas aquellas previsiones que tienden a la abreviación y
simplificación del proceso, evitando que su irrazonable prolongación torne inoperante la
tutela de los derechos e intereses comprometidos en él. Constituyen variantes de este
principio los de concentración, eventualidad, celeridad y saneamiento.
Otro aspecto de la aplicación del principio de economía procesal, se halla representado por
este principio, por el cual se fijan normas destinadas a impedir la prolongación de los plazos
y a eliminar trámites procesales superfluos u onerosos.
Establece que la administración de justicia es gratuita y no tiene por objeto gravar a las
partes con gastos innecesarios, y esencialmente a la acumulación de acciones. En especial,
a la economía de los actos procesales, evitando la duplicación de diligencias o actos
procesales que no aportan ningún elemento nuevo al proceso.
20. PRINCIPIO DE CONCENTRACION DEL PROCESO
Definición del Principio de Concentración del Proceso
Según Hugo Alsina este principio tiende a “acelerar el proceso eliminado trámites que no
sean indispensables, con lo cual se obtiene al mismo tiempo una visión más concreta de la
litis. Ello supone la concesión al juez de facultades amplias en la dirección del
procedimiento, que le permita negar aquellas diligencias que considere innecesarias y
disponer en cambio ciertas medidas destinadas a suplir omisiones de las partes o que
estime convenientes para regularizar el procedimiento.”
El juez debe tratar de concentrar en el tiempo, la mayor cantidad de actos procesales
posibles, con el fin de evitar que el proceso se disperse y de darle celeridad al proceso.
Este principio significa que no debe haber justicia secreta, ni procedimientos ocultos, ni
fallos sin antecedentes ni motivaciones. Pero ello no quiere decir que todo el proceso debe
ser necesariamente público, y que toda persona pueda conocer en cualquier momento los
expedientes.
Efectivamente, la aplicación de este principio al proceso garantiza la posibilidad de un
control externo al poder judicial, un control ejercido directamente por los ciudadanos. Sin
embargo, existe la duda si es recomendable que se adopte en forma libre e ilimitada, ya
que ello podría en algunos casos violar la esfera de la intimidad de las personas, como por
ejemplo en los casos de procesos de familia.
Es por ello que a la abreviación del proceso apunta, en primer lugar, el llamado principio de
concentración, propende a reunir toda la actividad procesal en la menor cantidad posible
de actos, y a evitar, por consiguiente, la dispersión de dicha actividad.
Es característico del proceso oral, y lo que pretende es acumular la prueba en el menor
número de actos procesales.

La inmediación exige también una aproximación temporal entre la recepción de la prueba


y el pronunciamiento jurisdiccional que se base en ella. Por eso, los beneficios del principio
se aseguran mediante la regla de que el debate debe realizarse durante todas las audiencias
consecutivas que sean necesarias hasta su terminación.

Esta concentración de los actos que integran el debate (la regla se denomina también así)
asegura que la sentencia será dictada inmediatamente después de que sea examinada la
prueba que ha de darle fundamento, y de la discusión de las partes. La relativa unidad de
tiempo que resulta de esta regla, permite la actuación simultánea de todos los sujetos
procesales y una valoración integral de las probanzas, alejando la posibilidad de que se
olvide el resultado de los medios probatorios recibidos o los interprete de modo incorrecto.
Con este principio se procura, por un lado, evitar que el fraccionamiento de los actos del
debate deforme la realidad con la introducción de elementos extraños, y por el otro,
asegurar que los recuerdos perduren en la memoria de los jueces en el momento de la
deliberación y de la decisión, que es la actividad que encierra la tarea de síntesis de todo el
juicio, siendo necesario que el Juez en el momento de pronunciar el fallo, tenga vivo en la
mente, todo lo que ha oído y visto. Entonces el debate y la substanciación de pruebas,
médula espinal del juicio oral, deben realizarse en base a este principio, en forma
concentrada en el tiempo y en el espacio determinado. Esto significa que no pueden llevarse
a cabo en localidades diversas, salvo excepciones determinadas. La concentración procesal,
está regulada por el Código Procesal Penal en el artículo 360, al señalar que el debate
continuará durante todas las audiencias consecutivas que fueran necesarias hasta su
conclusión. La norma relacionada continúa con algunas causales que podrían motivas la
suspensión del debate, pero únicamente por un plazo máximo de diez días.

21. PRINCIPIO DE EVENTUALIDAD O PRECLUSION


Historia del Principio de Preclusión o Eventualidad
El instituto de la preclusión ya era conocido en el Derecho Antiguo. En el caso del proceso
germánico, cada etapa procesal concluía con un fallo que impedía volver a las partes sobre
los puntos ya resueltos.
Es en el proceso romano, en el que con la declaración del pretor al conceder la fórmula al
actor, la controversia quedaba definitivamente determinada, y no había posibilidad de
modificarse posteriormente.
En el sistema canónico se aprecia la matización de este principio, permitiéndose plantear
excepciones antes de la sentencia.
Este principio versa posteriormente a este sistema como base para los diversos mecanismos
que surgieron para la emisión de fallos luego de resueltas etapas dentro del proceso.
El tramite las actuaciones es irreversible desde el punto de vista de tiempo y espacio ante
la imposibilidad de traer al presente efectos pasados, salvo medios procedimentales
contemplados.
En la etapa actual el principio preclusivo rige en todos los sistemas procesales, pero mayor
o menor grado, en otros términos, no existe la litis abierta.
Definición del Principio de Preclusión o Eventualidad
El vocablo preclusión, que deriva del vocablo latino praeclusio que significa la acción de
cerrar, encerrar, impedir o cortar el paso. Es de imponderable eficacia para aclarar
conceptos y delimitar institutos, como el de cosa juzgada y los efectos de los plazos
procesales. Sin embargo, no resulta fácil su definición.
Chiovenda dice ¨entiendo por preclusión la pérdida, o extinción o caducidad de una facultad
procesal, que se produce por el hecho: a) o de no haberse observado el orden señalado por
la ley para su ejercicio, como los términos perentorios o la sucesión legal de las actuaciones
o de las excepciones; b) o por haberse realizado un acto incompatible con el ejercicio de la
facultad, como la proposición de una excepción incompatible con otra, o la realización de
un acto incompatible con la intención de impugnar una sentencia; c) o de haberse ejercitado
ya una vez válidamente la facultad (consumación propiamente dicha)¨.
Así mismo Crista Ruiz establece que el principio de preclusión procesal se define como ¨un
estado del proceso que, al darse la clausura de un plazo o acto procesal, no puede
retornarse al anterior. Esto es, el proceso se cumple por etapas que van produciéndose una
tras otra y al abrirse la siguiente, hace que la anterior quede cerrada y todas las demás que
han sido recurridas. La preclusión se ocasiona por motivos como: a) no observar el orden
de aprovechamiento de la oportunidad que señala la ley en los plazos fijados y b) Ejercer
válidamente la facultad y el ejercicio de esta por una parte y no por la otra.¨
En efecto de la preclusión es, en primer lugar, la clausura de un estadio procesal, sea por el
ejercicio de un derecho (contestación de la demanda), o por el transcurso de un plazo y el
instituto de la rebeldía o decaimiento de un derecho procesal (incontestación de la
demanda, acusación de rebeldía), o por una resolución judicial firme (rechazo de las
excepciones previas).
El principio de preclusión reconoce su fundamento en motivos de seguridad jurídica y en la
necesidad de lograr una administración de justicia rápida dentro de lo razonable, evitando
así que los procesos se retrotraigan a etapas ya superadas y se prolonguen indefinidamente.
Los actos procesales se precluyen cuando han sido cumplidos observando las formas
legales. La preclusión impide que en un proceso se retrograden etapas y actos para discutir
algo ya superado, o que se reabran plazos procesales transcurridos, o que se rehabiliten
facultades procesales después de vencidos los límites legales para su ejercicio. El efecto
propio del principio de preclusión es impedir nuevos planteos sobre cuestiones ya decididas
en forma expresa o implícita.
El concepto de preclusión no debe confundirse con el de cosa juzgada, aunque ellos guardan
entre sí alguna relación. Es inherente a la cosa juzgada, en efecto, la incontestabilidad futura
del bien reconocido o negado en una sentencia definitiva; incontestabilidad que puede
hacerse valer en el proceso en el que aquélla se dictó o en cualquier otro proceso. La cosa
juzgada produce, pues, efectos fuera del proceso, por cuanto, al alcanzar la sentencia dicha
calidad, la declaración de certeza sale del proceso en que se ha formado para ir a regular
las relaciones sustanciales y a influir sobre ellas. La preclusión, en cambio, si bien impide
que se renueve el debate respecto de aquellas cuestiones que han sido decididas mediante
resoluciones interlocutorias firmes, sólo produce efectos dentro del proceso. Pero sin
embargo podemos decir que la cosa juzgada tiene siempre su base en una preclusión: la
misma presupone -a través de la preclusión de la impugnabilidad de la decisión- la
preclusión de la cuestionabilidad del derecho.
Existen dos momentos típicos en que opera la preclusión. Antes de la vista para sentencia
y en el plazo de los recursos. La preclusión afecta a todos los sujetos procesales inclusive el
juez, ya que este no puede modificar las distintas situaciones que en transcurso del
procedimiento, ya que han quedado firmes.
Este principio es precisamente una garantía y protección a las partes de no sufrir vejámenes
dentro de las diferentes etapas o momentos del proceso para que no se retroceda a ellas.
Consecuencia del principio de preclusión se explica el de eventualidad, puesto que cuando
se abre una “oportunidad legal” para que las partes realizan alguna actividad debe
aprovecharse para exponer con exhaustividad sus argumentos o pruebas. En efecto se
entiende por eventualidad o preclusión que en virtud del cual todas las alegaciones que son
propias de cada uno de los períodos preclusivos en que se divide el proceso, deben
plantearse en forma simultánea y no sucesiva, de manera tal que, en el supuesto de
rechazarse una de ellas, pueda obtenerse un pronunciamiento favorable sobre la otra u
otras.
En conclusión este principio establece que terminada una fase procesal, no se puede volver
a ella, ya que transcurrida una etapa determinada existe certeza y seguridad jurídica dentro
del proceso. De estos principios se desprende como fin, el alcanzar la seguridad y certeza
jurídicas que debe sin duda alguna revestir al proceso penal, para que forme el Estado de
Derecho, y un ordenamiento jurídico sustentado en las bases de la justicia, que se logra con
su correcta aplicación

Efectos del Principio de Preclusión o Eventualidad


En relación a los efectos de la preclusión, el principal es el negativo, es decir, la pérdida o
extinción de facultades procesales. Como efecto positivo, destaca la confesión tácita en el
caso de los juicios orales en caso de rebeldía del demandado, por lo que la preclusión si bien
es un hecho procesal, puede generar derechos. La preclusión sólo produce efectos en el
proceso en que se produce, puesto que en otro procedimiento, de ser posible, puede
plantearse libremente, por ejemplo, en un interdicto sin perjuicio de un ordinario.

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