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2. El artículo 41 de la C.N., establece el derecho de todos los habitantes y de las generaciones futuras
a gozar de un ambiente sano. Se refiere a intereses difusos o supraindividuales, que protegen a una
pluralidad de sujetos indeterminados en su individualidad, pero que pertenecen a grupos sociales
que gozan de idéntica prerrogativa tutelar en cuanto a la preservación del medio ambiente. No se
trata de una mera norma programática, sino de un derecho subjetivo fundamental, directamente
operativo. Por ello, más allá del amparo del derecho común, existen medios de acceso jurisdiccional,
para la tutela del ambiente como un interés colectivamente indeterminado. (Art 43 C.N). Estas
acciones son de naturaleza pública, no persiguen intereses subjetivos o pecuniarios, sino proteger
a la comunidad. Y deben ser incoadas a través de los sujetos que resulten legitimados.
Acciones Ambientales:
I. Acción de Amparo: A partir de la reforma constitucional del año 1994, la tutela preventiva, del
derecho humano al ambiente, se lleva a cabo a través de la acción de amparo ambiental estatuida
por el artículo 43 de la CN. Se propone ante un hecho lesivo proveniente de la acción u omisión de
autoridades públicas o particulares. Los actos impugnados deben ser de arbitrariedad o ilegalidad
manifiesta. Y deben estar causando lesión, restricción o alteración de derechos y garantías
reconocidos por la Constitución, un Tratado o una ley. En el caso, el juez podrá declarar la
inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u omisión lesiva. En cuanto a la
Legitimación Procesal, el Art. 30 (Ley 25675) dispone:”… Toda persona podrá solicitar, mediante
acción de amparo, la cesación de actividades generadoras de daño ambiental colectivo…”
II. Acción Negatoria: Junto a la obligación de indemnizar, invocable cuando el daño ya se ha
producido. Es necesario un medio civil de protección preventiva, destinado a evitar que se cause el
daño al ambiente. Esta acción corresponde al titular de un derecho real, contra todo tipo de
perturbaciones no posesorias dirigidas contra su derecho. Se pretende el cese de las actividades que
ocasionan trastornos y la abstención de realizar en el futuro actos del mismo género. Es una vía
jurisdiccional de prevención, para hacer cesar la contaminación, que ataca a la calidad de vida de
los moradores del inmueble. (Art 2248, 2262 y 2263 del C. C. y C.)
III. Denuncia de Daño Temido: Esta acción se encontraba regulada en el art. 2499 del C.C. Hoy el
nuevo Código, en el art. 1711 establece que “La acción preventiva procede cuando una acción u
omisión antijurídica hace previsible la producción de un daño, su continuación o agravamiento…”.
Se encuentran legitimados para incoarla quienes acrediten un interés razonable (art. 1712).
IV. Vía Interdictal: Por trámite del juicio sumarísimo. El Artículo 619 del C. P. C y C de la Nación
declara procedente el interdicto de obra nueva, cuando se hubiere comenzado una obra que
afectare a un inmueble. Facultándose al poseedor o tenedor a promoverlo. Será, si la obra estuviere
concluida o próxima a terminar. La sentencia que admitiere el interdicto dispondrá la suspensión
definitiva de la obra o su destrucción y la restitución de las cosas al estado anterior. Por ejemplo, la
instalación de una industria contaminante.
V. Acción de Reparación del Daño Ambiental Colectivo: La responsabilidad por daños al ambiente
en sí mismo, que no precisa para su configuración de un perjuicio a personas o cosas, genera la
obligación prevista en el Art. 41 C N. Así la citada norma dispone: “El daño ambiental genera
prioritariamente la obligación de recomponer, según establezca la ley...” El daño ambiental
colectivo, fue regulado como presupuesto mínimo por Ley General de Ambiente. Consagrando el
factor objetivo de culpabilidad y la responsabilidad solidaria. El objeto de la acción, es devolver los
recursos naturales afectados a su estado anterior. Tendrán legitimación, el afectado, el Defensor
del Pueblo, las Asociaciones no gubernamentales y el Estado Nacional, Provincial o Municipal.
3. La Ley General del Ambiente (Ley 25675), comprende el dictado de presupuestos mínimos de
protección ambiental. Estos umbrales son doblemente mínimos. La Nación esta constreñida a
legislar solo las materias ambientales indispensables. Y las Provincias no pueden establecer
obligaciones y derechos inferiores. La Ley General es un punto de partida común, a partir del cual,
previo definir el ámbito de aplicación, traza los objetivos de la política ambiental nacional.
Persiguiendo, en su conjunto, la consecución del modelo de desarrollo sustentable. En ella, se
estructura una serie de lineamientos que abarcan no sólo a los recursos naturales, sino también a
los bienes o valores colectivos. . En igual orden, fija principios y estipula el contenido de cada uno,
como son la congruencia, prevención, precautorio, equidad, etc. Crea parámetros en educación,
información, evaluación de impacto y participación ciudadana. Determina una competencia
ordinaria para la aplicación de la ley y la de los tribunales federales para casos de contaminación del
ambiente. Refiere a las responsabilidades civiles y penales y amplía la gama de legitimaciones para
las distintas acciones que pudieran incorporarse, como la recomposición del ambiente,
indemnizaciones o pedido de cese de la actividad generadora del daño. Además prevé instituciones
y herramientas generales de gestión ambiental, como un Fondo de Restauración y Compensación,
un Sistema Federal, el Consejo Federal del Medio Ambiente, y la obligatoriedad de las pólizas de
seguro.
En cuanto a los arts. 41 y 43 de la C .N, cabe recordar, que estas dos normas se integran abarcando
el aspecto sustancial y procesal, referido a la cuestión. La ley 25.675 plasma los contornos del bien
jurídico capturado por dichos preceptos constitucionales. El interés protegido por la ley y sus
principios de política ambiental, coinciden con lo que el art. 41 de la C. N. establece en su primer
párrafo: “todos los habitantes gozan del derecho a un medio ambiente sano,…”. De esta manera la
Ley General del Ambiente, regula todo lo atinente al daño ambiental, es decir, su definición,
responsabilidad objetiva y solidaria, causas de eximición, legitimados activos, alcance de la
recomposición, etc.. Así, la obligación de recomponer, que genera prioritariamente el daño
ambiental (Art. 41 CN), con su correspondiente sistema de responsabilidad, también han sido
especificados, como presupuesto mínimo. Por otro lado, el Art. 41 CN no define con precisión el
alcance de la delegación que las provincias hicieron a la Nación, para el dictado de la ley de
presupuestos mínimos. Sin embargo, su contenido no puede alterar las jurisdicciones locales. En su
caso, el Art 43 CN recepta, con rango constitucional, a la acción de amparo y habilita su interposición
con respecto a los derechos de incidencia colectiva. Cuando la ley 25.675 establece la necesidad de
resguardar al ambiente y las circunstancias donde se desarrolla la vida, desde los elementos
naturales básicos, hasta su legado histórico y cultural. Habilita las prerrogativas jurídicas de los
habitantes e implica un mandato imperativo para los poderes públicos, operativizando la vía del
amparo. En esta medida completa, al articulado constitucional, en lo referente a la tutela del medio
ambiente, junto con el principio ambiental de prevención y otras acciones legales menos específicas.
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