- Capataz 1: ¡que sucede! - Indio 1: Un derrumbe señor, están atrapados señor, rescátalos señor. El capataz va donde el español 1 a comunicarle lo sucedido y a preguntar qué hacer. El español 1 responde:
- Español1: déjalos, que mueran, los indios no tienen alma y no merecen
ser rescatados. - Capataz 2: sigan trabajando haraganes, no valen ni lo que comen (los indios son azotados sin piedad) Los indios sacan a uno de ellos sin vida, lo colocan afuera en el suelo. Una de las mujeres que andaba cerca, las demás están en sus labores domésticas, al darse cuenta de lo sucedido, entra presurosa al galpón.
- India 1: Micaela, tu hermano
Salen todas para ver qué sucede. Cuando llegan a ver al indio en el suelo, Micaela Tupayachi exclama horrorizada.
- Micaela: hermanito, hermanito, mi hermanito está muerto, apu
wiracocha ayúdanos. Hermano Pumasoncco ¿qué hago? Pumasoncco reúne a sus hermanos de raza para comunicarles algo
- Pumasoncco: hermanos, estos chapetones nos quitan nuestra tierra, nos
quitan nuestras mujeres, nos quitan nuestra vida, tenemos que rebelarnos. (Otros indios temerosos murmuran)
- Indio 2: Sí hay que luchar.
- Indio 3: No, somos pocos y no tenemos armas. Español1: ¿Qué hablan indios mugrientos? ¿Acaso quieren rebelarse? Tú, indio infeliz, ven aquí. Salen las mujeres llorando, suplican al español 1
- No taytay, ten piedad, déjalo.
- Español 1: suéltenme indias mugrosas. Soldados hagan su trabajo - Soldado 1: apunta a Pumasoncco y le dispara, ¡muere indio! Pumasoncco cae al suelo con una bala en el corazón
- Español 1: muerto el perro, muere la rabia, bótenlos a la mina, allí
van los perros. Ustedes nos pertenecen, aquel que quiera rebelarse terminara muerto como este indio, trabajen carajo, quiero más oro, quiero mucho oro, mucho oro. Todos, indios e indias, van dentro de la mina a enterrar a los difuntos.