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Karen Armstrong: “Nuestro laicismo está

pasado de moda” | Babelia

Ricardo de Querol

A los 18 años se metió a monja católica, pero admite que era “una monja muy mala”.
En vez de seguir esa vocación, Karen Armstrong (Wildmoor, Worcestershire, 1944),
inglesa de ascendencia irlandesa, dedicó su vida a conocer a fondo todas las creencias
—cristianismo, islam, judaísmo, budismo o hinduismo— desde fuera de los dogmas.
Se alejó de la fe, pero tampoco se define como agnóstica: su religión ahora es el
estudio de las religiones.

Frente al activismo ateo, un laicismo que considera agresivo y los crecientes recelos
contra el islam, Armstrong defiende una visión comprensiva del hecho religioso y,
sobre todo, de la tendencia humana a la búsqueda de la espiritualidad. Miembro del
grupo de expertos para la Alianza de Civilizaciones en la ONU, Armstrong es autora
de 25 libros sobre este tema, articulista en prensa, conferenciante en foros como el
TED, que le dio su premio anual en 2008, y promotora de la ‘Carta por la
Compasión’, un documento que aboga por el entendimiento entre culturas y credos.
Su iniciativa recabó la firma de premios Nobel de la paz como el Dalai Lama o
Desmond Tutu, de la reina Rania de Jordania, el empresario Richard Branson o los
músicos Peter Gabriel y Paul Simon.

Tiene dos obras traducidas al español en las estanterías de novedades. Una es la


reedición de Historia de la Biblia (Debate), escrita en 2007, en la que explica el
origen de los libros y la evolución de cómo se ha interpretado desde que se pusieron
por escrito tradiciones orales diversas de Israel y Judea hasta hoy. La otra es Campos
de sangre. La religión y la historia de la violencia(Paidós Orígenes), de este 2015, en
la que combate la idea de que la intolerancia o el terrorismo vengan implícitos en la
tradición religiosa. Más bien al contrario, explica cómo el nacimiento de esas
creencias favoreció la solidaridad en las muy crueles sociedades agrícolas del primer
milenio antes de nuestra era, si bien también sirvieron de instrumento de poder. No
es tan reciente, pero sí imprescindible, su Islam, de 2001 (reeditado por Debate en
2013), en el que intenta combatir la ignorancia sobre esa cultura.

Recibe en una coqueta casa adosada, situada en una tranquila calle rodeada de
tiendas de antigüedades del barrio londinense de Islington. El hogar parece un
museo romántico por su mobiliario tradicional. Y alberga enormes bibliotecas hasta
en el hueco de la escalera.

PREGUNTA. Sostiene que las religiones hacen bien a la gente. Pero


¿están en lo cierto? ¿Existe un dios, un cielo?

RESPUESTA. En el mundo moderno, tenemos una idea muy primitiva de Dios: que
hay algo allá arriba que creó el mundo y escribió un libro, que sabe las cosas y piensa
como nosotros... Esa idea de los primeros libros de la Biblia es un paquete para
principiantes, algo con lo que empezar. Mucha gente en Occidente oye hablar de Dios
por primera vez igual que de Papá Noel. Dios refleja una capacidad de los seres
humanos, de su mente, de tener experiencias trascendentes.

P. La religión ¿es una creación humana?

R. Sí.

P. ¿Y está perdiendo terreno según avanza la ciencia y el racionalismo?

R. Está perdiendo terreno en Europa, pero Europa se está quedando muy pasada de
moda en su secularismo. En otros lugares la gente se está haciendo más religiosa,
para bien o para mal. En la religión hay de todo, como en el arte, el sexo o la
gastronomía. Hay excelente arte, o sexo, y muy malo. La idea de que la religión es
dañina no es muy inteligente.

En el mundo moderno tenemos una idea muy primitiva de Dios. La gente


oye hablar de él la primera vez como de Papá Noel

P. Richard Dawkins nos dijo que no debemos educar a los niños en el


pensamiento mágico, ni en dioses ni en hadas.

R. Dawkins tiene una idea muy equivocada de la religión. Creo que los chicos deben
ser educados no de una forma sectaria, pero sí para entender la religión porque es un
hecho en la vida humana. Igual que la cultura o la economía.

P. ¿El laicismo puede ser intolerante?

R. Sí puede serlo, como la religión, porque somos gente agresiva. Hay quien dice que
la religión está detrás de todas las guerras, pero aquí en Occidente tuvimos dos
guerras mundiales, el Holocausto, el gulag, Hiroshima. La Revolución Francesa fue
un gran momento en la historia europea pero causó miles de muertes.

P. Pero no es intolerante separar religión y política.

R. Creo que esa es una buena idea, y es una buena idea para la religión. Porque una
vez que la religión tiende lazos con los aparatos del Estado pierde muchos de sus
ideales. El problema es que en muchas partes del mundo la secularización se hizo de
forma agresiva. El sha de Irán Reza Phalevi utilizaba a hombres armados para quitar
el velo a las mujeres. Y ordenó al Ejército usar las armas contra cientos de
manifestantes pacíficos. Hubo cientos de muertos. Tenemos el caso de Egipto, que
tuvo campos de concentración para los Hermanos Musulmanes, o de Atatürk,
relacionado con prácticas de limpieza étnica. En muchas partes del mundo el
secularismo no ha sido liberador. Debemos avanzar en la secularización pero de
forma gradual. A nosotros nos llevó tres siglos y se quiere hacer en unas pocas
décadas, sin que se desarrolle naturalmente. No es algo que se pueda imponer desde
el exterior.

P. Dice que en ausencia de religión, la gente busca experiencias místicas


en la música, el sexo o las drogas.

R. Buscamos experiencias trascendentes, salir momentáneamente de nosotros


mismos, en el arte, en la belleza, en el sexo. Es algo que forma parte de la humanidad.
Antes de que existieran los museos o el disco compacto, la forma de buscar el arte era
la religión. Como el mejor arte, la religión da la posibilidad de escapar del horror que
nos rodea y buscar sentido para nuestras vidas.

P. Señala que el fundamentalismo es un fenómeno muy moderno, una


reacción a la colonización, el laicismo, Darwin o la Ilustración. ¿De
verdad nadie interpretaba literalmente los libros sagrados en el pasado?

R. No.

Palabra de Armstrong

La Alianza de Civilizaciones. “Pienso que aún es una buena idea tratar de


analizar las causas del extremismo, pero ha perdido parte de su espíritu. Se hacen
largos discursos, pero ¿qué vamos a hacer prácticamente? Nos queda mucho trabajo
concreto por hacer.

El debate del velo. Prohibir el uso del pañuelo islámico, como en Francia, “es
contraproducente. Cuando se prohíbe, muchas mujeres se lo ponen otra vez. No
quiero ni que les pongan el pañuelo a las mujeres ni que les pongan ropa occidental.
Tampoco nuestra forma de vestir es sagrada”.

El sexismo. “Todas las religiones son patriarcales, porque son controladas por


hombres. Además, el fundamentalismo se rebela contra la modernidad, y la mayor
participación de la mujer es una seña de modernidad. Pero, en su origen, el
cristianismo y el islam tenían un buen mensaje para las mujeres”. Eso sí, en represión
de la sexualidad "el cristianismo ha ido más lejos que ninguna otra religión que haya
estudiado”.

EE UU tras el 11-S. “Allí hay una ignorancia masiva sobre el resto del mundo en
general, y sobre el islámico en concreto, y eso crea tensiones. He pasado momentos
terribles: decir cualquier palabra positiva sobre el islam se veía antisemita”.

P. Y dice que a los autores de la Biblia no le importaban las incoherencias.


¿De verdad no importan?

R. No. No podemos pensar que esos libros descendieron del cielo. La Biblia es una
biblioteca elaborada durante siglos. No sabemos cuál fue el uso original de esos
libros. Se convirtieron en algo sagrado después de la caída del templo de Jerusalén
en el siglo VI antes de Cristo. Los judíos hicieron de la Biblia su templo. Cada vez que
uno se enfrentaba a los textos sagrados tenía que usar su imaginación para encontrar
un sentido diferente para su comunidad. Los católicos no leen mucho la Biblia. Es
una colección de libros muy difícil. Calvino vio que muchos científicos estaban
preocupados porque los descubrimientos contradecían los textos; y él respondió que
si Júpiter es más grande que la Luna, no había problema porque la Biblia no está
hablando de astronomía. Si quieres saber de astronomía ve a otro lugar. Mucha de la
gente que lee la Biblia literalmente es calvinista, pero Calvino no lo habría aprobado.
La doctrina de que cada palabra de la Biblia es cierta, como el controvertido dogma
católico de la infalibilidad del Papa, surgió a finales del XIX. Fue un deseo de
encontrar certezas en un mundo moderno en que todo se cuestionaba, como un niño
buscando seguridad.

P. Pero mucho antes de esos fundamentalismos existió, por ejemplo, la


Inquisición.

R. Sí, pero eso no iba sobre la Biblia. La Inquisición iba sobre todo sobre política
interna en un tiempo en que España se enfrentaba a la amenaza del imperio
otomano, estaba en la línea del frente, había caído Granada y el país tenía unas
comunidades musulmana y judía. Se intentó unir al país luchando contra un enemigo
común. Lo que llamamos herejía es casi siempre política.

P. Tampoco fue un fénomeno limitado a España.

R. No, lo tuvimos también aquí. La Inquisición mató a menos gente que lo que los
católicos y protestantes mataron en Europa tras la reforma. Pero se convirtió en un
símbolo del catolicismo ante los protestantes, símbolo del horror absoluto.

P. La España de los Reyes católicos ¿perdió una oportunidad histórica de


convertirse en un ejemplo de país multicultural para Europa occidental
cuando expulsó a musulmanes y judíos?

R. Absolutamente. En España había convivencia. Cuando se introdujeron esas


medidas muchos españoles se horrorizaron. El antisemitismo es algo característico
de Europa occidental que no tenían los musulmanes.

P. Algunos autores creen que se ha idealizado la convivencia en Al


Andalus.

R. Cuando la gente convive siempre hay tensiones. Era mucho mejor de lo que
ocurría en el resto de Europa.

P. La cristiandad y el islam llevaban siglos guerreando. Pero ¿cuál es el


origen del antisemitismo?

R. El islam era lo que hoy son los Estados Unidos. Estaba en todas partes. En un
momento en que, tras la caída del imperio romano, Europa cayó en un nivel muy
bajo de civilización y desarrollo, aunque no España gracias al islam. En el siglo XIV,
empezó la modernización que nos transformó de una economía agraria en una
comercial. Eso ocurrió en las ciudades. A los judíos se les asociaba con esa nueva
economía, que fue una ruptura social.

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Armstrong, ante una de las muchas bibliotecas que alberga su casa.
CARMEN VALIÑO

P. Usted defiende que el Corán es un mensaje de paz.

R. Sí.

P. Y que Mahoma fue más un pacificador que un guerrero.


R. A diferencia de Jesús, Mahoma se convirtió en jefe de Estado cuando todo Estado
tenía que hacer la guerra. Cuando fue atacado por La Meca, tuvo que combatir. La
historia dice que Mahoma levantó un imperio sobre todo mediante la diplomacia.
Nosotros en Occidente tenemos la idea de que el Corán es sobre la yihad. La yihad y
sus derivadas aparecen más de 40 veces en el Corán, solo en diez referidas a la
guerra. La yihad también es la mejora personal, compartir con los pobres. Mahoma
llevó la paz a Arabia y gestionó la unificación mediante la diplomacia.

P. Tanto en el Corán y la vida de Mahoma como en la Biblia uno puede


encontrar justificaciones para la violencia.

R. El Corán tiene una actitud mucho más positiva hacia las demás religiones que
ninguna escritura hasta ese momento. Dios le dice a Mahoma que la diversidad
religiosa es parte de su deseo.

P. ¿Qué piensa cuando grupos violentos como el Estado Islámico


proclaman que son los auténticos musulmanes?

R. Mucha de la militancia en el Estado islámico no era particularmente religiosa sino


que procede del régimen de Sadam Husein, socialista y laicista.

P. Pero ¿por qué es tan magnético el Estado Islámico para tantos jóvenes
occidentales? ¿Hay una motivación religiosa en los que marchan a
combatir?

Los jóvenes que van a combatir no lo hacen movidos por el Corán, sino
por el sufrimiento de los musulmanes

R. Es complicado. A muchos jóvenes que fueron a la yihad contra la Unión Soviética


en Afganistán, y luego a Al Qaeda, no les movía la lectura del Corán sino por las
imágenes de sufrimiento en el mundo islámico, en Palestina, en Líbano. Más
recientemente en Abu Ghraib. Oficiales de la CIA que han entrevistado a personas en
Guantánamo, después del 11-S, descubrieron que la mayoría eran conversos que no
sabían mucho del islam. Dos jóvenes que abandonaron el Reino Unido hacia Siria
hace un año habían encargado en Amazon un libro: Islam for dummies (El islam
para torpes), lo que dice mucho del nivel de su compromiso religioso. No es muy
distinto a lo ocurrido durante la Guerra Civil española, cuando mucha gente viajó allí
a combatir el fascismo. La gente joven ama el combate particularmente. Para muchos
es excitante, como un videojuego, se sienten vivos. Una de las cosas que más motiva
para la guerra es el aburrimiento. Lo entiendo porque cuando entré en el convento
miré a mi alrededor y dije: esto parece algo grande. Quería vivir intensamente. Y
muchos miembros de las comunidades musulmanas en las sociedades occidentales
no se siente en casa.

P. ¿Es la democracia compatible con el islam? Algunos lo dudan porque


esa religión, en teoría, aspira a dominar la vida pública.

R. Sí lo es. Todas las religiones son así, la idea de una religión como algo privado y
personal es algo moderno. Hasta el siglo XVIII, era conceptualmente imposible para
los cristianos separar la religión de la política. Sería como sacar la ginebra del cóctel.
Pero el islam está lleno de tradiciones que encajan con la democracia muy bien.
Durante las manifestaciones en París [tras los atentados contra Charlie Hebdo y
contra la comunidad judía], se pedía libertad y se defendían valores de la Ilustración,
y se decía que los musulmanes no se adaptan al mundo moderno porque no han
tenido una Ilustración. La Liberté era un valor de la Ilustración. Pero no había
libertad para los esclavos africanos trabajando en las plantaciones americanas, ni
para los nativos americanos cuando los fundadores de EE UU se inspiraban en la
Ilustración. Para la Ilustración, los derechos humanos eran solo para los europeos.
John Locke no solo defendía la esclavitud en las colonias, sino el derecho del amo a
matar al esclavo. Otro ejemplo: la democracia en Egipto a partir de la independencia
fue un chiste malo.

P. Y parece seguir siéndolo: el expresidente Morsi ha sido condenado a


muerte.

R. Por un gobierno secular. Esta gente es peor que Mubarak. Es una dictadura
militar. Mucha gente en esa región no tiene tradición democrática, porque han vivido
o en el mundo colonial o en dictaduras sostenidas por nosotros. Ellos no tienen
autodeterminación.

P. ¿Necesita el Islam una reforma, como ha escrito la escritora holandesa


de origen somalí Ayaan Hirsi Ali?

R. Sí, y hay movimientos en ese sentido. Pero cuidado, porque nuestra reforma en el
siglo XVI fue catastrófica por las muertes que provocó. A veces la reforma puede ser
dura, cruel e intolerante. Lutero no era un hombre tolerante: él odiaba a católicos,
judíos, mujeres, turcos y a cualquiera que le llevara la contraria. En cuanto al islam,
es muy difícil para la gente ser creativa cuando está siempre a la defensiva. Es difícil
encontrar el espacio.

P. ¿Es usted Charlie?

R. Sí.

P. Algunos escritores se han opuesto al premio del PEN a Charlie Hebdo


por sus ofensas a los sentimientos religiosos.

R. Es triste que tengamos que expresar nuestra libertad insultando a la gente.


Tenemos que recordar que caricaturas de este tipo han sido utilizadas en el pasado
contra los judíos antes de que empezara el holocausto, preparando a los alemanes
para el genocidio. Es verdad que Charlie Hebdo satirizaba todo, y que gente del
periódico dijo que lo último que querían era ser antimusulmanes.

P. Meterse con una religión no es exactamente lo mismo que insultar a


personas.

R. De acuerdo. Pero ¿por qué hacerlo? Creo que insultar a cosas o a personas es
contraproducente. No me preocupa ese tipo de crítica, pero sí que se fomenten
estereotipos que hacen que la gente piense de determinada manera. En un momento
en que tratamos, pero no muy en serio, de crear una sociedad global, mostrarnos
arrogantes y poco respetuosos es peligroso. En Occidente debemos aprender que
compartimos el planeta con iguales y no con inferiores.
Un Dios temible, un Jesús misterioso

En Historia de la Biblia, Armstrong explica como el judaísmo primitivo integró


tradiciones orales de Israel y Judea, entonces dos territorios separados. Unas sobre
un dios compasivo y otras sobre un dios colérico. Elohim y Yahvé.

P. Antonio Muñoz Molina ha escrito que Yahvé es “el personaje más


inquietante que ha inventado nunca la literatura ”.

R. Tiene que leer sobre Indra en India, o Thor en Escandinavia. Son los dioses de la
guerra. Ninguno de esos dioses era omnipotente, sino fuerzas de la naturaleza.
Reflejaban el aspecto terrible de la vida, el horror, la crueldad, los desastres
naturales. Gradualmente, a lo largo de los siglos, esos dioses de la guerra se
convirtieron en símbolos de la trascendencia.

P. Sabemos muy poco del Jesús histórico fuera de los Evangelios, que se
escribieron un siglo después de su nacimiento. ¿Fue Pablo de Tarso el
fundador del cristianismo como lo conocemos?

R. Uno de ellos. El que conocemos mejor. Es el primer escritor cristiano cuyos textos
han sobrevivido. Es importante saber que antes del siglo XVIII los escritores que
escribían historia o biografías no pretendían ser factuales. Hoy lo esperamos, porque
tenemos la habilidad de serlo. Estudiamos restos arqueológicos, textos antiguos.

P. Y usted explica cómo la idea cristiana primitiva se impregnó de filosofía


de la Grecia clásica después.

R. Todas las tradiciones tienen que evolucionar constantemente para decir algo y
tener sentido para la gente muchos siglos después. Las religiones tienen que
evolucionar o están muertas.

P. Defiende el entendimiento interreligioso. Y sugiere a los cristianos que


reconozcan a Mahoma, los judíos a Jesús, ambos a Buda…

R. No todo el mundo está preparado para eso. Pero es arrogante decir que una sola fe
tiene la verdad.

P. Todas las religiones pretenden ser la única verdadera.

R. Eso es ego humano. Como cuando decimos que nuestro país es el mejor.

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