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El término Planeta X o planeta más allá de la órbita de Neptuno se usaba en

astronomía para designar en general a los planetas cuya existencia se postuló desde el
descubrimiento del planeta Neptuno en 1846. La búsqueda de planetas transneptunianos
comenzó en el siglo XIX y culminó en el inicio del XX con la «búsqueda del Planeta X»
realizada por Percival Lowell. Este propuso el Planeta X para explicar las aparentes
anomalías en la órbita de los planetas gigantes, en particular Urano y Neptuno,1 especulando
que la gravedad de un gran noveno planeta no visible podría haber perturbado a Urano lo
suficiente para dar cuenta de las irregularidades.2

El descubrimiento de Plutón por Clyde Tombaugh en 1930 consiguió validar la hipótesis de


Lowell, y Plutón pasó a ser nombrado oficialmente «el noveno planeta». En 1978, se
determinó de forma concluyente que Plutón era demasiado pequeño para que su gravedad
afectara a los planetas gigantes, dando lugar a una breve búsqueda de un décimo planeta. La
búsqueda fue abandonada en gran medida a principios de la década de 1990, cuando un
estudio de las mediciones realizadas por el Voyager 2 encontró que las irregularidades
observadas en la órbita de Urano se debían a una ligera sobreestimación de la masa de
Neptuno.3 Después de 1992, el descubrimiento de numerosos pequeños objetos helados con
órbitas similares o incluso más amplias que la de Plutón llevó a un debate sobre si Plutón
debía seguir siendo un planeta, o si él y sus vecinos debían, al igual que los asteroides,
clasificarse como un grupo separado. Aunque varios de los miembros más grandes de este
grupo fueron descritos inicialmente como planeta, la redefinición de planeta de
2006 reclasificó a Plutón y a los objetos del mismo tipo como planetas enanos, estableciendo
en ocho el número de planetas en el sistema solar.4

La comunidad astronómica está ampliamente de acuerdo en que el Planeta X, tal como se lo


concibió en un principio, no existe, pero el concepto ha sido revivido para explicar otras
anomalías observadas en el sistema solar exterior. En la cultura popular, e incluso entre
algunos astrónomos,5 el Planeta X se ha convertido en un término sustituto de cualquier
planeta no descubierto en el sistema solar exterior, independientemente de su relación con la
hipótesis de Lowell. También se ha sugerido la existencia de otros planetas transneptunianos,
sobre la base de otros indicios. A partir de marzo de 2014, las observaciones con el telescopio
WISE han descartado la posibilidad de un objeto del tamaño de Saturno a menos de
10 000 UA, y un tamaño de Júpiter o mayor a menos de 26 000 UA.6

En 2014, basándose en las similitudes de las órbitas de un grupo de objetos transneptunianos


extremos descubiertos en ese momento, dos astrónomos lanzaron la hipótesis de la
existencia de un planeta tipo supertierra, de 2 a 15 veces la masa de la Tierra y más allá de
200 UA con una posible órbita inclinada a 1500 UA.7 En 2016, nuevos cálculos mostraron que
este lejano planeta desconocido tendría probablemente una órbita inclinada y excéntrica que
va desde no menos de 200 UA hasta no más de aproximadamente 1600 UA del Sol. La órbita
estaría más o menos en el mismo plano que los objetos transneptunianos extremos, pero con
su eje mayor en la dirección opuesta.8 Debido a que Plutón ya no es considerado un planeta
por la Unión Astronómica Internacional, este nuevo objeto hipotético se ha conocido
como Planeta Nueve.9

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