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¿Es posible generar electricidad a través de patatas?

¿Y usando como base cáscara de arroz,


frutas o verduras? Desde hace algunos años expertos de todo el mundo centran sus
investigaciones en saber cómo producir electricidad a través alimentos comunes. Hasta
ahora los cítricos y las patatas van a la cabeza en la lista de alimentos con mayor “capacidad
energética”.

Las fuentes de energía son un misterio que la ciencia lleva años intentando adivinar. Si durante
muchos años los minerales y fósiles se convirtieron en el principal motor de las energías del
mundo con el paso del tiempo los elementos de la Tierra (Sol, agua, aire y fuego) han tomado
un papel protagonista como caballos de batalla renovables para afrontar el complicado reto de
las energías del futuro. Pero además, existen otro tipo de estudios, algo más alternativos y que
abogan por conseguir electricidad a través de algunos alimentos como frutas y verduras. Su
efectividad se ha demostrado alta y por eso ahora se busca su obtención mediante frutos
baratos y disponibles en todo el mundo para que este tipo de energía se convierta en una
alternativa real.

Una macedonia de energía

No se trata de algo nuevo. La química más básica, la que se aprende en la educación primaria y
secundaria, nos enseña como obtener electricidad a partir de alimentos que sólo tienen que
tener unos pequeños requisitos: ser una fruta o verdura con jugo y contener almidón, azúcar y
un ácido. Estos tres componentes funcionaran como electrolitos, es decir, como material para
impulsar a los electrones.

Para crear una batería hacen falta tres partes: un cátodo (electrodo positivo), un ánodo
(electrodo negativo) y un electrolito. Al hacer una “batería de fruta”, la jugosidad de ésta, rica
en almidón, azúcar y ácido hará las funciones de electrolito. Si le insertamos dos metales
conectados a una pila harán la función de ánodo y cátodo, es decir, de electrodos. Si juntamos
los electrodos opuestos (positivo y negativo) se generará un voltaje o energía de batería en la
fruta que hayamos elegido.

El caso más conocido de “batería de fruta” es el de los limones, un “experimento” muy básico
que demuestra cómo cambiar la energía química a energía eléctrica convirtiendo el limón en
una batería de tipo voltaica. Una vez generada esta batería con un limón, éste se pueden
conectar a otros limones igualmente “electrizados” mediante un cable de cobre generando así
una corriente de energía. Con este tipo de baterías podemos recargar pequeños aparatos
eléctricos como un reloj de mesa o incluso iluminar una bombilla.

¿Sólo los limones sirven para crear baterías de fruta? Para nada. Existen otros muchos
alimentos a través de los cuáles podemos generar electricidad siguiendo este mismo método,
como por ejemplo la naranja, la manzana o el kiwi. Todas estas frutas podrían servir para
generar baterías. Lo que ocurre es que los cítricos son más adecuados porque son muy ricos en
ácidos y agua y esto les convierte en mejores conductores de electricidad. Por una parte, el
agua es uno de los principales conductores de electricidad que existe en el mundo y tanto
limones como naranjas tienen gran cantidad de ella; por otra parte, el ácido tiene el efecto de
“empujar” a los electrones, lo que acelera la corriente.

Otros vegetales ricos en potasio, como por ejemplo los plátanos o las patatas también son
óptimos conductores de electricidad. Precisamente, son éstas últimas las que se sitúan a la
cabeza de los estudios de obtención de electricidad a través de vegetales por su coste mínimo,
su alta disponibilidad en el mundo y por la calidad de las “baterías” que generan.

“Patatas LED"

Junto con los cítricos las patatas se consideran uno de los mejores conductores de electricidad
del mundo por tratarse de un vegetal uniformemente sólido, muy rico en agua (alrededor de
un 80% de su composición), en almidón y en potasio. Aunque otros vegetales igualmente
sólidos como las zanahorias o los tallos de brócoli presentan una textura similar para conducir
la electricidad, lo cierto es que la patata es más rica en potasio, lo que le permite “mover” la
corriente generada a través de ella mucho mejor. Las patatas tienen además otras
características que las convierten en auténticas baterías del futuro como son su tamaño y su
densidad, que permiten que los electrones circulen por ella con fluidez pero sin demasiada
rapidez, por lo que las baterías a base de patata duran más que las hechas con jugo, por
ejemplo, las de limón.

Todos estos factores han contribuido a que desde hace unos años expertos de la Universidad
de Jerusalén dirigidos por el profesor y científico de agricultura Haim Rabinowitch hayan
querido demostrar la fiabilidad de la patata como batería eléctrica. Los motivos que han llevado
a este grupo de investigadores a elegir la patata van más allá de sus propiedades fisonómicas,
ya que la patata es uno de los cultivos más abundante y barato del mundo, lo que permite que
sea más práctica que otras frutas que generen reacciones químicas similares. De esta forma,
sustituir el producto principal de este “kit” de electricidad es muy barato.
El prototipo del profesor Rabinowitch, a diferencia de otras investigaciones similares, utiliza
como conductor la patata cocida previamente, lo que la hace más blanda y menos densa,
facilitando el recorrido de los electrones. Después, la colocan en finas rebanadas entre un
cátodo de cobre y otro de zinc conectados mediante un cable. Según el estudio, el uso de
patata ligeramente cocida y dispuesta en rebanadas es capaz de producir diez veces más
energía que una papa cruda.

El objetivo del profesor Haim Rabinowitch era demostrar que este sistema podía proveer de luz
LED durante 40 días, y no solo eso, sino que además podría hacerlo con las patatas con un
gasto diez veces menor que el coste de una pila AA estándar. De esta forma, con una sola
batería de patata se podría que cargar un teléfono móvil o cualquier otro pequeño aparato sin
acceso al tendido eléctrico.
Pese a sus esfuerzos, hasta la fecha los científicos no han logrado llevar este sistema a una
escala mayor que permitiría, por ejemplo, proveer de energía a las regiones más recónditas y
pobres del planeta llegando a competir con otras energías renovables como la solar o la eólica.
Sin embargo, parece que la puesta en marcha de un sistema de este tipo a gran escala tiene
más “obstáculos” que los puramente científicos. Además de la negativa de los gobiernos a
invertir en el desarrollo de ella, la utilización de un alimentos para la creación energía y
biocombustibles podría llegar a generar un conflicto entre agricultores locales y grandes
productores, además del agotamiento de las reservas de alimentos en el mundo en un futuro
tal y como ha declarado Olivier Dubois , Oficial Superior de los recursos naturales a la
Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO). También está
la otra cara de la moneda: sin ir más lejos, el año pasado en Kenia (donde la patata es el
segundo cultivo más importante después del maíz) los agricultores perdieron entre un 10 y un
20% de su cosecha de patatas debido a su falta de acceso a los mercados. ¿Sería la producción
de este energía una alternativa a esta pérdida o se convertiría en poco tiempo en un nuevo
generador de conflictos?

Sólo en el año 2013 se produjeron el mundo 324.181.889 toneladas de patatas. Se trata del
principal cultivo para consumo humano en más de 130 países y una importantísima fuente de
almidón para millones de personas en todo el mundo, por su bajo coste, su facilidad de
almacenamiento y su durabilidad. En aquellos países donde la patata es más cara se buscan
otro tipo de cultivos más asequibles para producir energía, como por ejemplo la médula (es
decir, los tallos) de los plátanos o la cáscara de arroz, uno de los cultivos más abundantes del
mundo y que se puede emplear para sustituir al grafito en las baterías de litio convirtiéndola
en silicio que genere energía para smartphones y coches.
CIENCIAS NATURALES: Ciencias Agrarias

Dos tipos de bacterias producen energía a partir de restos de comida

Los investigadores han combinado los trabajos de estas bacterias para producir hidrógeno en
un biorreactor, de forma que el subproducto de una sirva de alimento para la otra. Esta
tecnología tiene la ventaja de que las enzimas sobrantes pueden utilizarse para recuperar
metales de los catalizadores gastados de automóviles y ayudar en la fabricación de celdas de
combustible que convierten el hidrógeno en energía.

El hidrógeno tiene tres veces más energía potencial que el petróleo, lo que le convierte en el
combustible disponible de mayor contenido energético. Las investigaciones para utilizar
bacterias en la producción de hidrógeno se han retomado gracias a la creciente gravedad de
las cuestiones energéticas.

“Hay circunstancias especiales pero frecuentes en las cuales los microorganismos no


encuentran otra manera de adquirir energía que liberar hidrógeno al medio ambiente”, indica
Mark Redwood de la Universidad de Birmingham. “Microbios como los heterótrofos,
cianobacterias, microalgas y bacterias púrpura producen biohidrógeneo de formas diversas”.

Cuando no hay oxígeno, las bacterias cimógenas usan carbohidratos como el azúcar para
producir hidrógeno y ácidos (fermentación). Otras, como la bacteria púrpura, utilizan la luz
para producir energía (fotosíntesis) y fabrican hidrógeno para ayudarlas a romper moléculas
como las de los ácidos. Estas dos reacciones encajan bien juntas, porque la bacteria púrpura
puede utilizar los ácidos producidos por la bacteria cimógena.

Un uso interesante de la basura

La mayor parte de los desperdicios de Gran Bretaña se envían a los vertederos, donde
producen gases como el metano, un gas invernadero 25 veces más potente que el dióxido de
carbono. Los resultados de ciertos avances importantes en la tecnología utilizada para fabricar
“biohidrógeno” demuestran que esta basura puede convertirse en energía.

“Trabajando conjuntamente ambos tipos de bacterias pueden producir mucho más hidrógeno
que por separado” continúa Redwood, “un reto notable en el desarrollo de este proceso a
escala industrial es diseñar un tipo de biorreactor que sea barato de construir y capaz de
captar la luz de una amplia zona. Una segunda cuestión es conectar el proceso con un
suministro fiable de alimento azucarado”.

Con un pretratamiento más avanzado, puede producirse biohidrógeno con los desperdicios del
cultivo de grano, como la paja y la cáscara de los cereales. Todos los años se producen decenas
de miles de toneladas de estos desperdicios en Gran Bretaña. Desviarlos del vertedero a la
producción de biohidrógeno, sería muy positivo para el cambio climático y para la seguridad
energética.

“Las enzimas de hidrogenasa de las bacterias sobrantes pueden recuperar metales de los
catalizadores y ayudar en la fabricación de celdas de combustible. Así nada se pierde y puede
encontrarse un uso muy interesante para la basura que produce el transporte y la producción
de energía no fósil del mañana”, explica Lynne Macaskie, director del proyecto.

Cómo generar energía con frutas y vegetales

Resumen
Es probable que para la mayoría de los niños sea difícil creer que una simple papa pueda
hacer electricidad para encender un pequeño foco. Sin embargo, la explicación es
relativamente sencilla: una patata contiene azúcar, agua y ácido. Ciertos tipos de metales,
especialmente el cobre y el zinc, estos elementos reaccionan con la papa cuando se
insertan dentro de ella.

Los metales se convierten en electrodos, uno positivo y otro negativo, y los electrones
fluyen entre los metales dentro de la papa creando una pequeña corriente eléctrica.

Se puede hacer electricidad conectando los cables de los electrodos a un foco para
formar un circuito. Los electrones fluyen desde el electrodo positivo a la bombilla y hacia el
electrodo negativo. La corriente eléctrica que pasa a través de esta es suficiente para
hacer que se ilumine.

Pregunta de Investigación
¿Cómo es que los vegetales ayudan a generar energía?
Planteamiento del Problema
¿Qué características deben de tener los alimentos para que puedan generar energía?

Frutas ácidas

La acidez del jugo de los cítricos actúa como un electrolito que conduce la electricidad. Las
frutas cítricas como las naranjas, toronjas, limas y limones tienen altos niveles de acidez.
Un limón puede producir 7/10 de un voltio de electricidad. La energía eléctrica se
incrementa a medida que se conectan más frutas.

Vegetales

Las papas crudas tiene 407 miligramos de potasio, que actúan como conductor para la
energía eléctrica. También pueden tener un gran número de iones que pueden producir
energía eléctrica. Otros vehículos que conducen la electricidad debido a su potasio y
contenido iónico son los tomates, las zanahorias, las batatas y los pepinos.

Antecedentes
La electricidad forma parte de nuestro universo desde su origen. Una de sus
manifestaciones más espectaculares son los rayos. En la antigüedad, cuando no conocían
la electricidad, muchas culturas atribuyeron este fenómeno a la acción de los Dioses.

Por ejemplo, los griegos pensaron que eran lanzados por el Dios Zeus. Los vikingos
suponían que eran provocados por el dios Thor, cuando golpeaba un yunque con un
martillo.

Los incas, en cambio, creían que el rayo era una de las formas en que se comunicaban la
divinidad de la tierra (Pachamama) y la divinidad del mundo de arriba (Wiraqocha). Para
ellos el mundo aparecía compuesto por tres planos: Hana pacha (el mundo de arriba), Kay
pacha (el mundo de aquí), y Ucu pacho o Urin Pacha (el mundo de abajo).

Además del rayo, en la antigüedad observaron también otras formas de la electricidad,


pero seguramente sin saber de qué se trataba.

Alrededor del año 600 antes de Cristo, un matemático griego llamado Thales de Mileto
descubrió que luego de frotar ámbar con una piel éste atraía objetos livianos. Puede ser
que alguna otra persona hubiera notado esto previamente, pero él fue el primero en
registrar sus observaciones. De este modo, sin darse cuenta, había descubierto la
electricidad estática. Con el transcurrir del tiempo otros investigadores observaron que el
ámbar no era el único material con esta propiedad, también el diamante al ser frotado con
una piel adquiría la propiedad de atraer objetos pequeños.

En nuestras casas, la electricidad permite que funcionen las lamparitas eléctricas, la


televisión, la computadora y muchas otras cosas. Es muy difícil imaginar nuestra vida sin
ella.

Ahora bien, nos damos cuenta de qué es lo que podemos hacer con ella pero, ¿qué es la
electricidad?.
La electricidad es una forma de energía. Energía es poder… el poder de hacer, de hacer
por ejemplo que las cosas se muevan y de hacer que las cosas funcionen.

Para entender qué es la electricidad debemos comenzar con los átomos. Los átomos son
pequeñas partículas que son muy difíciles de ver, y son los elementos con los que está
hecho todo a nuestro alrededor.

Un átomo está compuesto por protones, electrones y neutrones. El centro de un átomo, al


cual se llama “núcleo”, tiene al menos un protón.

Alrededor del núcleo viajan los electrones (en igual cantidad que los protones) a gran
velocidad.

Los protones y electrones tienen una propiedad llamada carga, la de los protones es de
signo positivo y la de los electrones es de signo negativo. Los neutrones no tienen carga.
Los protones y electrones se atraen entre sí porque tienen cargas de distinto signo. En
cambio las partículas que tienen cargas del mismo signo se repelen. La fuerza que actúa
entre ellos es la fuerza eléctrica.

El presente experimento trata acerca de cómo hacer electricidad a partir de una papa para
iluminar un foco pequeño. Básicamente pretende enseñar a los niños sobre los
fundamentos de la electricidad y cómo los cables permiten que esta se mueva de un lugar
a otro dentro de un circuito completo.

Es probable que para la mayoría de los niños sea difícil creer que una simple papa pueda
hacer electricidad para encender un pequeño foco. Sin embargo, la explicación es
relativamente sencilla: una patata contiene azúcar, agua y ácido. Ciertos tipos de metales,
especialmente el cobre y el zinc, estos elementos reaccionan con la papa cuando se
insertan dentro de ella.

Los metales se convierten en electrodos, uno positivo y otro negativo, y los electrones
fluyen entre los metales dentro de la papa creando una pequeña corriente eléctrica.

Se puede hacer electricidad conectando los cables de los electrodos a un foco para formar
un circuito. Los electrones fluyen desde el electrodo positivo a la bombilla y hacia el
electrodo negativo. La corriente eléctrica que pasa a través de esta es suficiente para
hacer que se ilumine.

Objetivo
Conocer las características de los alimentos y su utilidad cómo generadores de energía.

Justificación
Me interesó este proyecto porque es importante encontrar alternativas para generar
energía y no perjudicar los recursos de la naturaleza.

Hipótesis
Si aprendemos a distinguir las cualidades de los vegetales podremos utilizarlos como
fuente de energía.

Método (materiales y
procedimiento)
Para el proyecto vamos a utilizar limones para llevarlo acabo.

Materiales:

12 limones

12 monedas o alambres de cobre

12 clavos de zinc

alambre de cobre

alambre de zinc

Instrucciones

1. Inserta el alambre de cobre en el extremo de cada uno de los limones así como el
clavo o metal con zinc uno en cada extremo, cuidando de que no se junten en el
interior, sino de lo contrario no funcionara

2. Conecta con cable o alambre de cobre de forma inversa sobre cada limón: Cobre
con zinc, zinc con cobre

3. Conecta el cable del zinc, cátodo a la terminal en la base del foco o la terminal
positiva del LED. Conecta el caimán eléctrico suelto del cable ánodo de cobre al
hilo del foco o de la terminal negativa de tu LED.

4. Tenemos que verificar cuanta corriente está pasando para lograr que se encienda
nuestro foquito (LED)

5. Por último debemos conectar los extremos de los cables , para lograr que llegue la
corriente y encender nuestro LED.

6. Baja las luces del cuarto, ya que el foco o el LED estarán con luz baja. Si no
alumbra, cambia el orden de los cables. Si aún así no encienden, tu batería de
limón podrá no estar generando suficiente energía para encender el foco. Foto

Advertencias y recomendaciones:

 Si no cuentas con monedas antiguas puedes utilizar tiras de cobre.


 También puedes intentarlo con un papas o naranjas.
 No consumas los vegetales después del experimento.
 El clavo cincado es en realidad zinc cubierto.
Galería Método


Resultados
 El resultado del experimento depende de la calidad de los vegetales que
utilicemos.

 La energía generada por cada limón se incrementa en medida que vamos


conectando uno más.

 El foco se enciende con limones porque el jugo contiene una sustancia llamada
ácido fosfórico que desencadena una reacción entre el cobre y el zinc, de la cual
se produce un intercambio de electrones.

 La función del limón es más bien electrolítica, es decir, favorece la conducción de


corriente eléctrica, pero no participa en la reacción entre las dos sustancias. Por
eso, las monedas y los clavos no deben hacer contacto entre sí dentro del limón.

 Las reacciones químicas que gerneran que la luz se encienda son las siguientes:

 El zinc que compone al clavo reacciona con él ácido del limón, liberando dos
electrones y oxidándose.

 El ácido está cargado de hidrógeno y al recibir los electrones se reduce a gas


hidrogenado.

 En el cable de cobre que funciona como electrodo se reducen los electrones de


cobre y se suman a los iones de hidrógeno del ácido.

 La resultante es un gas hidrogenado y corriente que se conduce desde los dos


polos hasta el foco.

Galería Resultados
Conclusiones
Aprendí a crear un circuito alimentado por energía proveniente de los vegetales, haciendo
conexiones para transmitir la energía y conseguir hacerla más potente.

Bibliografía
 taringa.net/posts/hazlo-tu…/Encende-un-foco-con-un-limon.htm
 cienciacontemporanea32tmnl1.blogspot.com/…/experimento-de-los-limones
 wikipedia.org/wiki/Pila_de_limón

 http://www.ehowenespanol.com/encender-foco-frutas-citricas-como_117316/

 Experimentos Científicos para niños, Carla Nieto Martinez. Editorial Libsa 2013

 Mi libro de experimentos

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