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ACOMPAÑAMIENTO EN AULA: CLAVES PARA MEJORAR LA CALIDAD DE LA ENSEÑANZA

Rodrigo Pacheco,
Consultor Educacional AP Chile

Todos los actores que trabajan en la mejora de nuestra educación coinciden en la importancia
de mejorar la calidad de la enseñanza, dado que nuestros resultados e indicadores dejan
mucho que desear en comparación con los países desarrollados.

Abundantes datos e investigaciones han concluido que los aprendizajes significativos se


producen fundamentalmente por dos factores. El primero y más importante es la calidad de la
enseñanza que imparten los docentes en el aula, seguido por el liderazgo de los directores
que hace posible dicha enseñanza.

Para conseguir aprendizajes de calidad, los directores y sus equipos han liderado y gestionado
diversos aspectos de la enseñanza, tales como la planificación de clases y la evaluación de los
aprendizajes. Sin embargo, solo hace algunos años comenzó a ser preocupación de los líderes
escolares acompañar y conocer cómo se realiza efectivamente la enseñanza en la sala de
clases.

Hasta el momento el acompañamiento de los docentes se desarrolla según dos enfoques: uno
acompañamiento con foco en la evaluación docente y otro con foco en la mejora de las
prácticas de enseñanza.

El primero considera pocas y extensas observaciones (de 45 a 90 minutos) a través del año,
aplicando una pauta establecida de antemano que conduce a la categorización de la clase y de
la labor del docente. Posteriormente, se brinda retroalimentación según los puntos fuertes y
débiles evidenciados en la pauta aplicada. Entre las desventajas de este tipo de
acompañamiento que tiene su centro en la evaluación docente, se aprecia que las
observaciones por docente son insuficientes (dos o tres veces al año), lo que se traduce en un
pequeño número de docentes observados, con el consiguiente feedback y seguimiento poco
efectivo para conseguir la mejora de las prácticas de educación.

El segundo enfoque, basado en la mejora de las prácticas de enseñanza, se caracteriza por


efectuar un mayor número de observaciones de corta extensión (unos 15 a 20 minutos) con
muchas observaciones a través del año, para examinar los pasos de acción que desarrolla el
docente en clases. Esta metodología tiene la ventaja de abarcar un gran número de docentes
observados, lo que permite recoger información importante para realizar un feedback efectivo
conducente a lograr una mejora de las prácticas de enseñanza en el aula. La desventaja en este
tipo de enfoque, es que el equipo de líderes instruccionales encargados de acompañar,
retroalimentar y responsabilizarse, requiere una capacitación y asesoría experta.
Nuestra experiencia aplicando ambos enfoques, nos indica que el acompañamiento con
énfasis en la mejora de las prácticas de enseñanza guiados por un coaching es más efectivo
para que los profesores cuestionen y cambien sus prácticas de enseñanza, con la ayuda de un
líder instruccional preparado para guiarlos en el análisis de sus clases y en el planteamiento de
nuevos pasos que permitan una enseñanza más efectiva.

Mejorar los niveles de enseñanza en el aula es el camino para que nuestros estudiantes
alcancen altos estándares de aprendizaje, es decir, la ruta hacia la tan ansiada calidad de la
educación. Sin duda, es una tarea que requiere del liderazgo y la capacidad de crear las
condiciones para acompañar efectivamente a los docentes en dicha mejora.

Esa es la labor y el camino a seguir.

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