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Miembros del equipo explican los desafíos de los últimos minutos antes del aterrizaje completamente
automático del Curiosity sobre Marte.
Esta imagen muestra la extracción de una muestra del suelo de Marte. La primera muestra recolectada con
una pala se tomó el 12 de octubre de 2012 en el terraplén de arena llamado «Rocknest» .
El APXS es tan grande como una lata de bebidas. La tarea principal es el análisis de los elementos químicos
de rocas y «tierra» (regolito) de Marte.
El protector de polvo con cierre de la cámara MAHLI fue abierto por primera vez durante el 33.er día de la
misión del Rover en Marte (8 de septiembre de 2012).
La cámara MAHLI también puede captar objetos de difícil acceso en la lejanía y proporcionar imágenes
generales del entorno.
Primera foto panorámica a color del Curiosity de baja resolución. Este video muestra la primera foto
panorámica a color de 360 grados del sitio de aterrizaje en el cráter Gale. Ésta se creó a partir de la
composición de imágenes miniatura de la Mastcam.
La calidad del color corresponde a la de las cámaras digitales de uso comercial de 2 megapixeles.
Mastcam
El códice de Leonardo da Vinci sobre el vuelo de los pájaros, un documento que data más o menos de 1505,
se reprodujo en escala microscópica y se colocó en el chip del Mars Rover.
Chip «Manda tu nombre a Marte»
Estos dos chips (en círculos rojos) contienen más de 1.2 millones de nombres.
El objetivo principal es darle al Rover una visión «parecida a la humana» y posibilidades de exploración a
distancia a través de las cámaras. Se encuentra a una altura de 2.10 metros sobre el suelo, aproximadamente.
Cuello y cabeza
Esta imagen muestra huellas de las ruedas del Curiosity. Orificios en las ruedas dejan impresiones que
representan las letras «JPL» en clave morse. JPL son las iniciales del Jet Propulsion Laboratory de la
NASA.
El diámetro de las ruedas es de 50 cm. Las ruedas son de aluminio. Las «piernas» están hechas de tubos de
titanio.
Piernas y ruedas
La maniobra «Sky Crane»: Con cuatro cohetes de propulsión independientes, el módulo de aterrizaje
disminuyó la velocidad de caída hasta una velocidad de paso y bajó lentamente el Rover con cuerdas. La
maniobra se simuló previamente más de 8,000 veces.
Modelo CAD del Mars Science Laboratory Rover. El software ayudó a desarrollar el vehículo y simular las
inclementes condiciones del espacio.
Diagrama de explosión de la nave espacial que llevó al Curiosity a Marte a salvo. La unidad completa
estaba formada de unas 90,000 piezas.
Del modelo virtual al Mars Rover.
El Curiosity demuestra que antiguamente hubo agua en el territorio de Marte. Antes ya había indicios de
agua en Marte. Sin embargo, ésta es la primera imagen de guijarros sobre un antiguo cauce.
Este mapa muestra el trayecto del Rover Curiosity de la NASA desde el sitio de aterrizaje denominado
«Bradbury Landing» hasta la posición a la que llegó el vehículo el día 130 de la misión (17 de diciembre de
2012).
El aterrizaje en Marte
GERDA se encuentra en el laboratorio subterráneo Gran Sasso. Allí las rocas de los Abruzos lo protegen
contra las partículas de radiación cósmica.
Los neutrinos podrían ser responsables de este exceso de materia. Los físicos de Max-Planck quieren aclarar
esta pregunta con el experimento GERDA.
En el Big Bang las partículas de materia y antimateria deberían haberse destruido mutuamente por
completo. Pero quedó un diminuto exedente de materia.
Los neutrinos se mueven casi a la velocidad de la luz. En cada momento se encuentran en una caja como
esta casi 50,000 neutrinos cósmicos.
Los neutrinos forman parte de las tres familias de partículas elementales (griego: ny). Existen como
neutrinos electrónicos, neutrinos muónicos y neutrino tauónicos.
Los neutrinos cambian de identidad
Raul Angulo
Sami Solanki
Nagaraju Krishnappa
Instituto Max Planck de Física
Instituto Max Planck de Radioastronomía
Instituto Max Planck de Física Nuclear
Ya 5 mil millones de años después del Big Bang había galaxias con un disco rotativo con una gran masa
compuesto por estrellas y gas molecular.
El proyecto SINS estudia las propiedades dinámicas de galaxias distantes: éstas muestran ya una rotación
ordenada en el joven universo.
El telescopio espacial Herschel demostró que hay vientos con mucha masa de gas molecular en galaxias
infrarrojas con un altísimo brillo (ilustración).
Guinevere Kauffmann estudia con su equipo en el MPI de Astrofísica el desarrollo de las galaxias tanto en
computadora como con cartografía espacial.
En estas imágenes de galaxias cercanas hay en el exterior anillos donde se forman estrellas: La luz
ultravioleta de las jóvenes estrellas se muestra en azul.
Ejemplos de galaxias en las que se determinó hidrógeno neutral (izq.) – la base de nuevas estrellas – y en las
que no se determinó (der.).
El Sloan Digital Sky Survey recopila datos de observaciones de millones de galaxias para saber más sobre
su estructura, composición y desarrollo.
La Hubble Ultra Deep Field es la imagen más profunda del universo. La luz de estas galaxias viajó en parte
13 mil millones de años.
Las galaxias continúan desarrollándose
La simulación «First Billion Years» muestra cómo se forman galaxias en los primeros mil millones de años,
aparecen las primeras estrellas y finalmente explotan.
La simulación MilleniumXXL abarca incluso más de 300 mil millones de partículas y un volumen 500
veces mayor.
Vuelo por la distribución de materia de la simulación Millenium. Para la distancia que recorremos en dos
minutos, la luz tardaría 2,400 millones de años.
El director del MPA, Simon White, y Volker Springel en el Centro de cómputo de Garching. Para la
simulación Millenium, estas supercomputadoras realizaron cálculos durante más de un mes.
La «Simulación Millennium» sigue, con más de diez mil millones de partículas, el desarrollo de la
distribución de la materia a lo largo de un periodo de 13 mil millones de años.
Estructuras que abarcan grandes espacios en el universo
Estas partículas secundarias en la lluvia emiten un rayo azulado débil que se puede ver con grandes
telescopios en las noches muy claras.
En la atmósfera terrestre los rayos gamma chocan con átomos y moléculas y dan lugar a una lluvia de
partículas.
En el espacio los campos magnéticos desvían las partículas, por lo que no es posible seguirlas hasta su lugar
de origen. Los rayos gamma tienen un trayecto recto.
La radiación más rica en energía del universo
El grupo de trabajo dirigido por Walter Rix, director del Instituto Max-Planck de Astronomía, estudia el
desarrollo de las galaxias.
En 3,750 millones de años nuestra galaxia, la Vía Láctea, colisionará con nuestra vecina, la galaxia de
Andrómeda, como se ve en el collage.
El resultado de dos galaxias fusionadas es una galaxia elíptica, que puede contener varios billones de
estrellas. Aquí se muestra a Centaurus A.
Los astrónomos conocen muchos ejemplos de galaxias en espiral que se fusionan, un proceso que dura
varios cientos de millones de años.
También en otras galaxias, como la Messier 63 a 30 millones de años luz de distancia, se han descubierto
estos flujos de estrellas provenientes de galaxias enanas.
Este gráfico basado en observaciones muestra como el flujo de estrellas de la galaxia enana del Can Mayor
rodea tres veces a nuestra Vía Láctea.
A lo largo de la órbita de Palomar 5 hay estrellas que han abandonado su cúmulo globular. Se mezclarán con
las de la Vía Láctea.
Investigadores del Instituo Max-Planck de Astronomía descubrieron que el cúmulo globular Palomar 5
pierde estrellas al pasar por la Vía Láctea.
Varios cientos de pequeñas galaxias enanas y cúmulos globulares están atrapados en el campo gravitacional
de la Vía Láctea y orbitan alrededor de ella.
Nuestra Vía Láctea es una galaxia espiral, como la Messier 83 mostrada aquí. En ella, más de cien mil
millones de estrellas orbitan alrededor del centro.
Cuando los sistemas de estrellas se fusionan
La actividad solar varía a un ritmo de aproximadamente once años. El vídeo muestra un ciclo casi completo
de 1996 a 2005.
Sami Solanki, director del Instituto Max-Planck de Investigación del Sistema Solar, con su colega Werner
Curdt.
Los científicos del Instituto Max-Planck de Investigación del Sistema Solar participan en Gregor, el
observatorio solar más grande de Europa ubicado en Tenerife.
El Sol completo vibra como una campana en muchas frecuencias. Su análisis (heliosismología) permite
descifrar la estructura interna.
Todavía no se sabe con certeza si el ciclo de actividad solar influye sobre el clima terrestre. Las partículas
del viento solar podrían jugar un papel en ello.
Además, desde la superficie ascienden columnas de gas (izquierda) que giran como supertornados: las áreas
rojas se alejan de nosotros, las azules se acercan.
Líneas de campos magnéticos se levantan como arcos sobre la superficie, pueden torcerse y reventar.
Cuando eso sucede salen despedidas partículas al espacio.
Imagen del Sol en el área de la luz visible y de los rayos ultravioleta y X, en la que se pueden ver las
gigantes erupciones.
También los físicos del MPI de Física participan en el proyecto del detector ATLAS y buscan las partículas
de Higgs y de otros tipos más allá del modelo estándar.
Estos rastros en el detector ATLAS apuntan a la partícula de Higgs: en fracciones de segundos después de su
formación se descompone en cuatro myones (rojo).
Los protones chocan en el interior de gigantescos aparatos de comprobación, en este caso en el detector
CMS, con una energía nunca antes alcanzada de 4,000 GeV.
Para crear la partícula de Higgs se aceleran en el LHC protones que se mueven en direcciones opuestas a
casi la velocidad de la luz y se hacen colisionar.
Sólo con la teoría de Peter Higgs y de otros teóricos, la partícula recibió una masa.
Las partículas elementales (violeta, verde) se pueden clasificar en tres generaciones. Entre ellas actúan
partículas parcialmente sin masa (rojo).
La forma en que todo recibe una masa
En la construcción de los instrumentos para Rosetta y su sonda de aterrizaje Philae participaron varios
institutos Max-Planck.
El despegue del mayor telescopio solar portado por globos, denominado Sunrise, cuya construcción estuvo
bajo la dirección del Instituto Max-Planck de Investigación del Sistema Solar.
Tras recorrer cinco mil millones de kilómetros, Rosetta llegó al cometa Tschurjumow-Gerasimenko, al que
acompaña hasta ahora.
Las relaciones de los isotopos de elementos como el nitrógeno (N) y el oxígeno (O) en estos cristales
revelan su procedencia cósmica.
En el interior de los meteoritos se encuentran cristales de milésimas de milímetro en los que se pueden
determinar elementos de estrellas pasadas.
Elementos pesados de explosiones de supernovas pasadas se encuentran también en la nube de polvo de la
que surgió nuestro sistema solar.
El grupo dedicado a las supernovas en el MPI de Astrofísica simula en computadoras la manera en que se
forman nuevos elementos durante las explosiones de estrellas.
¿Dónde se creó el oro? Nuevos modelos teóricos confirman que las colisiones entre dos estrellas de
neutrones podrían tener un efecto de «forja».
Cuando dos estrellas de neutrones se fusionan, una parte de la materia entre ellas se presiona hacia afuera.
Durante ese proceso tienen lugar diferentes reacciones nucleares.
Explosión de supernova de una estrella con 11 veces la masa del Sol.
Cuando una estrella explota como supernova los elementos producidos salen despedidos al espacio: carbono
(verde), oxígeno (rojo), níquel (azul).
Durante los procesos de fusión no sólo se genera energía en el interior del Sol, sino que se forman también
nuevos elementos: el higrógeno se convierte en helio.
Los elementos pesados necesitan altas energías
Tras cartografiar por completo la superficie, Dawn abandonó el asteroide Vesta en septiembre de 2012 y se
dirigió al planeta enano Ceres. Llegó en 2015.
Con el software Einstein@Home se buscan pulsares también en los datos de los radiotelescopios. Algunos
participantes ya han tenido éxito.
En el marco del proyecto Einstein@Home cualquier persona puede participar en la evaluación de los datos
de los observatorios de ondas gravitacionales: www.einsteinathome.org
En el futuro, un interferómetro láser denominado LISA medirá en el espacio incluso ondas gravitacionales
del Big Bang.
Las simulaciones en computadoras calculan las ondas gravitacionales que se forman cuando dos estrellas de
neutrones se fusionan para dar lugar a un agujero negro.
Una onda gravitacional típica modifica la distancia de la Tierra hasta el Sol durante una fracción de segundo
en menos del diámetro de un átomo.
Los físicos dirigidos por Bruce Allen (izquierda) y Karsten Danzmann del Instituto Max Planck de Física
Gravitacional investigan las ondas gravitacionales.
Los cuerpos en movimiento generan – al igual que las piedras que caen al agua – ondas que comprimen y
expanden el espacio y que se dispersan a la velocidad de la luz.
Según Einstein, la materia arquea el espacio a su alrededor. Todos los cuerpos, al igual que la luz, siguen esa
curvatura y parecen atraídos por el cuerpo.
En noviembre de 1915, Albert Einstein completó una teoría de la gravedad, la Teoría General de la
Relatividad.
Comprobar la existencia de las ondas gravitacionales de Einstein
Andreas Wolf y su equipo investigan en el laboratorio los poco conocidos mecanismos cosmo-químicos del
agua y otras moléculas de las cadenas de reacción.
En un acelerador de partículas del Intituto Max-Planck de Física Nuclear se estudian las reacciones clave
del árbol de ramificaciones cosmo-químicas.
Mediante Herschel se demostró que en el cometa Hartley2 existe agua con la misma composición de
isotopos que en la Tierra. ¿Proviene nuestra agua del espacio?
Pruebas de la existencia de peróxido de hidrógeno (H2O2) – un producto intermedio en la formación de
agua – en la región de nacimiento de estrellas Rho Ophiuchi.
A pesar de que la molécula de agua tiene una estructura relativamente simple, se forma en cadenas de
reacciones complejas, como lo demuestra este árbol de ramificaciones.
En la nebulosa de Orión, una región de nacimiento de estrellas, los investigadores descubrieron con
Herschel las huellas digitales espectrales de agua y de moléculas orgánicas.
En grandes nubes de gas y polvo se forman nuevas estrellas y planetas. Con el telescopio espacial Herschel
los astrónomos encontraron aquí moléculas de agua.
Una de las galaxias más distantes en la que se pudo comprobar la existencia de agua emitió 2,300 millones
de años después del Big Bang la luz que se recibe actualmente.
Hay agua en (casi) todas partes
Los astrónomos Jürgen Stutzki (izquierda, Universidad de Colonia) y Rolf Güsten (Instituto Max-Planck de
Radioastronomía) construyeron una cámara para SOFIA.
El observatorio aerotransportado germano-estadounidense SOFIA funciona desde 2012. En la parte trasera
se encuentra un telescopio de 2,70 metros para observaciones en infrarrojos.
Karl Menten de MPI de Radioastronomía y su equipo buscan desde hace años con APEX y otros telescopios
moléculas complejas en el espacio.
Para minimizar el efecto perturbador de la atmósfera, los radiotelescopios se construyen a gran altura. Aquí
vemos el APEX, construido a 5000 metros de altura en el cerro Chajnantor en Chile.
Reinhard Genzel y su grupo en el MPI de Física Extraterrestre observan desde hace 20 años la Vía Láctea
con los telescopios de ESO.
El espectómetro de infrarrojo cercano SINFONI funciona con una óptica adaptativa. Sólo así fue posible
captar imágenes de alta resolución del centro galáctico.
Nuevos datos de observación muestran además que una nube de gas, dividida en 2013 por las fuerzas de las
mareas, se dirige al agujero negro.
El análisis de los datos de las trayectorias de las estrellas permite sacar una sola conclusión: en el centro se
encuentra un agujero negro con una masa equivalente a más de 4 millones de soles.
Los astrónomos deben tener paciencia: desde hace 20 años siguen las trayectorias de casi 30 estrellas en el
centro galáctico.
Pero sólo nuestra Vía Láctea está suficientemente cerca como para observar detalladamente estrellas en el
centro, como en esta imagen en el rango infrarrojo cercano.
Es probable que en el centro de casi todas las galaxias se encuentre un agujero negro superrico en masa;
aquí una imagen de la galaxia Messier 83.
Junto con otras observaciones se obtiene la composición del universo: aprox. 25% de materia (m) y 75% de
materia oscura (Λ).
La observación de muchas supernovas ha demostrado que las galaxias se mueven ahora más rápidamente
que tras la formación del universo.
Las diferencias en los espectros de las supernovas se pueden explicar mediante las asimetrías durante la
explosión.
Una supernova también se forma cuando la materia de una estrella cocha con otra y se calienta, inciando así
una explosión termonuclear.
Las supernovas del tipo Ia se forman probablemente cuando se fusionan dos estrellas enanas blancas. Los
científicos simulan este proceso en computadora.
La luz de las supernovas del tipo Ia se puede normalizar. Los astrónomos la utilizan por eso como «velas
estándar» para determinar distancias.
Las supernovas son explosiones de estrellas extremadamente claras. Durante un periodo de tiempo breve, la
estrella que muere irradia tanta luz como una galaxia entera.
La expansión acelerada del universo
Thomas Henning, director del Instituto Max-Planck de Astronomía en Heidelberg, estudia los planetas
extrasolares y los discos de polvo en los que se forman.
La estrella Gliese 758 y su planeta en una comparación de dimensiones con el Sol, Júpiter y la Tierra.
En la resplandenciente luz de la estrella Gliese 758 (cubierta con una máscara), ubicada a 51 años luz de
distancia, los astrónomos descubrieron un planeta (B).
Toma de colores falsos de la estrella AB Aurigae (cubierta con una máscara) y de su disco de polvo, de un
tamaño similar a nuestro sistema solar.
Los astrofísicos simulan con complejos cálculos por computadora la formación de planetas y discos de
polvo siguiendo las leyes de la física.
Representación gráfica de un joven planeta extrasolar. Este orbita alrededor de su estrella en el borde
interior de un disco de polvo en el que se formó.
Una nube de polvo rotativa se condensa y debido a la fuerza centrífuga se forma un disco. En el centro se
encuentra una estrella, en el exterior se forman planetas.
En la luz visible una nube de polvo se ve de color negro (izquierda). En el ámbito de longitud de onda
milimétrico, APEX permite ver las condensaciones calientes.
Las estrellas se forman cuando se condensan áreas individuales en las grandes nubes de gas y polvo, como
aquí en la nebulosa del Águila, por la influencia de la gravedad.
Buscando una segunda Tierra
La superficie de Vesta, captada mediante siete filtros de color, muestra diferentes minerales como por
ejemplo algunos con contenido de hierro (verde).
La cámara a bordo de Dawn dispone como detector de un CCD con 1024 x 1024 píxeles.
La sonda espacial estadounidense Dawn explora Vesta y Ceres. Sus cámaras se construyeron bajo la
dirección del Instituto Max Planck de Investigación del Sistema Solar.
Con una cámara del Instituto Max Planck de Investigación del Sistema Solar en la sonda Rosetta se logró
captar una imagen del resquebrajado asteroide Lutetia.
En el cinturón de asteroides existen hasta dos millones de asteroides con más de un kilómetro de diámetro.
Las sondas espaciales han llegado hasta diez de ellos.
La mayoría de asteroides orbitan alrededor del Sol en trayectorias entre Marte y Júpiter. Sólo pocos entran
en el sistema solar y se acercan a la Tierra.
Sondas espaciales exploran asteroides
Se requieren celdas solares extremadamente grandes y eficientes para suministrar corriente eléctrica a
Rosetta hasta una distancia de unos 650 millones de kilómetros del Sol.
La sonda de aterrizaje Philae debía anclarse en el suelo del cometa con arpones y tornillos y analizar
muestras del suelo.
En 2014 la sonda espacial europea Rosetta fue el primer vehículo espacial que entró en la órbita de un
cometa y envió una sonda de aterrizaje.
Cometa Halley: La sonda espacial Giotto fotografío por primera vez un cometa en 1986. La cámara
provenía del Instituto Max Planck de Investigación del Sistema Solar.
Los cometas, como el Hale-Bopp del año 1997, desarrollan una cola de gas y polvo de muchos millones de
kilómetros de longitud cuando el sol caliente su cuerpo.
Estudiando un cometa
En los proyectos colaborativos entre físicos y astrofísicos que buscan la materia oscura participan también
muchos científicos de Max-Planck.
En el detector ATLAS del LHC se crean muchas nuevas partículas durante las colisiones de protones – tal
vez también aquellas de la materia oscura.
Ambos experimentos se encuentran en el laboratorio subterránea de Gran Sasso (Italia), donde 1400 metros
de roca los protegen contra la radiación cósmica.
En un tanque lleno de xenón líquido, las partículas de materia oscura generan destellos de luz cuya
existencia quieren demostrar los físicos con instrumentos sensibles.
En el experimento CRESST se intenta demostrar directamente la existencia de las partículas de materia
oscura, las WIMPS, mediante cristales especiales.
El gas extremadamente caliente en los cúmulos de galaxias (rosado) se alejaría del cúmulo si la gravedad de
la materia oscura (azul) no se lo impidiera.
La materia en los cúmulos de galaxias desvía la luz y hace que las galaxias que se encuentran detrás del
cúmulo parezcan arcos. La materia oscura domina este efecto.
Las galaxias espirales giran más rápidamente de lo que permitiría la gravedad de la materia visible (curva de
trazo continuo). Tiene que existir materia oscura.
Este frasco con frijoles de jalea refleja las relaciones en el universo: energía oscura (~ 70%), materia oscura
(~ 26%) y materia normal (~4%).
El sensor está colocado en el extremo del brazo robótico del Curiosity y sirve para la identificación de elementos
químicos en las rocas y el suelo. Con esta información, los científicos pueden elegir muestras relevantes de roca y
suelo, y determinar cómo se originó el material hace mucho tiempo, y si fue modificado más tarde por acción del
viento, el agua o el hielo.
La cámara Mars Hand Lens Imager (MAHLI) proporciona tomas cercanas de rocas de Marte y puede incluso
reconocer minerales, texturas y estructuras que son más pequeñas que el diámetro de un cabello humano. Esto
ayuda a los científicos a reconocer si las rocas se formaron en el agua. Las rocas se estudian exhaustivamente para
ver si contienen rastros orgánicos, es decir, los componentes químicos básicos de la vida.
La cámara MAHLI está instalada en el extremo delantero del brazo robótico. La calidad del color corresponde a la
de las cámaras digitales de uso comercial con autoenfoque y un tamaño de imagen de hasta 1600 x 1200 píxeles.
El ojo derecho de la cámara del Curiosity mira por medio de un lente telefoto, mientras que el ojo izquierdo
captura el entorno con un objetivo gran angular. Con imágenes a colores, imágenes estéreo en 3D y videos de la
superficie de Marte, estas cámaras ayudan al Rover a explorar el paisaje, las rocas y el suelo marcianos. La
Mastcam está instalada aproximadamente a la altura de un ojo humano (aprox. 2 m), con una «distancia entre ojos»
de alrededor de 25 cm.
Los chips de silicio del Curiosity llevan el nombre de las personas que formaron parte del programa «Manda tu
nombre a Marte». Estos nombres fueron grabados en chips de silicio con un equipo de haz de electrones, tal como
se utiliza en la fabricación de microdispositivos, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. Además,
más de 20,000 visitantes del JPL y del Centro Espacial Kennedy de la NASA escribieron sus nombres en hojas de
papel, que se escanearon y reprodujeron a escala microscópica en otro chip.
El «cuello y la cabeza» del Curiosity portan siete de las diecisiete cámaras del Rover. Curiosity «mira» con las
cámaras lo que vería un jugador de básquetbol de 2.10 metros de altura. Antes de que se tome la decisión de si vale
la pena desplazarse hacia determinadas rocas y estratos interesantes de roca, un láser en la «frente» del robot puede
analizar a distancia qué material está presente o si la roca o el estrato de roca es suficientemente interesante para
una exploración de cerca. El material más interesante es aquel que se formó en el agua. El agua es la clave de la
vida.
Las «piernas» del Curiosity y sus seis ruedas (su sistema de desplazamiento) están diseñadas para condiciones
extremas. El Rover aterrizó sobre sus ruedas y se desarrolló para un terreno accidentado. Cada rueda cuenta con
tracción propia y cada una de las ruedas delanteras y traseras disponen de motores de control adicionales. Así, el
vehículo puede ejecutar una vuelta de 360° en el acto. La dirección con cuatro ruedas hace que el Rover sea apto
para cualquier terreno. Al bloquear cinco de las ruedas y girar simultáneamente una de las ruedas de las esquinas,
el Curiosity puede excavar pequeñas zanjas, y de esta manera verificar lo que se encuentra debajo de la superficie.
Los técnicos en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL) emplearon el software de Siemens
Product Lifecycle Management (PLM) al desarrollar el vehículo, desde el primer concepto hasta la simulación de
las inclementes condiciones del espacio. El robot más grande y más complejo que jamás se haya construido para la
investigación espacial se desarrolló al principio de forma virtual y de manera simulada antes de que se construyera
realmente.
El Mars Rover viajó a 112,000 km/h a través del espacio en una cápsula protectora. A casi 21,000 km/h, la cápsula
entró a la atmósfera de Marte y frenó hasta una velocidad de paso por medio de un paracaídas y unos retrocohetes.
El módulo de aterrizaje que flotaba sobre el suelo hizo descender suavemente al Rover sobre la superficie con
ayuda de cuerdas. Las señales de control desde la Tierra hubieran llegado a Marte con 14 minutos de retraso. Por
eso, la maniobra previamente simulada por más de 8,000 veces, se llevó a cabo de forma completamente
automática.
Los neutrinos son las partículas elementales más frecuentes y ligeras. Se forman en el interior del Sol y de otras
estrellas, y durante explosiones de estrellas. Dado que traspasan la materia casi sin obstáculos, es difícil comprobar
su existencia y estudiarlos. Hasta hoy se desconocen inclusos sus masas. Son mensajeros de zonas del universo
desde las que no nos llega radiación.
¿Qué incógnitas hay aún sobre el Sol? ¿Con qué telescopios observamos el Sol? ¿Por qué quiere acercarse tanto al
Sol? ¿Hay alguna relación entre las actividades solares y el calentamiento de la Tierra?
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, no está sola. En el universo hay miles de millones de galaxias compuestas de
estrellas, gas y polvo. Estas estructuras unidas por la gravedad están ya muy desarrolladas en fases muy tempranas.
No sólo se estudian su formación y desarrollo, sino también el papel que juega el agujero negro en el centro.
Todas las estructuras del universo se formaron a partir de diminutas oscilaciones de densidad, que pueden
observarse en el fondo de microondas cósmico. Los astrofísicos estudian con complejas simulaciones por
computadora cómo se formaron a partir de allí galaxias y cúmulos de galaxias en el transcurso de miles de
millones de años bajo la influencia de la gravedad – estas simulaciones se parecen actualmente mucho al universo
real.
El universo está lleno de partículas que se mueven casi a la velocidad de la luz. Tienen hasta cien millones de veces
más energía que los protones en el acelerador terrestre más potente, el LHC. Las partículas generan rayos gamma,
que se pueden constatar con grandes telescopios de espejos y un método ingenioso. Así, los astrofísicos les siguen
el rastro a los aceleradores cósmicos.
Las galaxias son caníbales: en los modelos convencionales de la evolución de las galaxias, crecen anexando a otros
sistemas de estrellas. Las galaxias espirales, como nuestra Vía Láctea, crecen asimilando a galaxias enanas más
pequeñas y a cúmulos globulares. Cuando dos galaxias espirales se fusionan, crean una gigantesca galaxia elíptica.
El Sol es nuestra estrella más cercana. A pesar de que los astrónomos la estudian en todas las longitudes de onda,
continúa presentando muchas incógnitas: ¿Por qué se producen las explosivas erupciones y cómo influencian éstas
a la Tierra? Los investigadores utilizan nuevos telescopios para intentar encontrar respuestas.
El modelo estándar de la Física de partículas tiene mucho éxito: describe todas las partículas elementales conocidas
y las fuerzas que actúan entre ellas. Sin embargo, esta teoría no puede explicar la masa de las partículas. Por este
motivo, Peter Higgs y otros físicos introdujeron en la década de 1960 el campo de Higgs. Hay muchos indicios de
que la partícula de Higgs correspondiente se descubrió en 2012 en el CERN.
La mayoría de elementos químicos que necesitamos para vivir en la Tierra se producen en las estrellas. Así, nuestro
sol «quema» constantemente hidrógeno y lo convierte en helio; en las fases posteriores del desarrollo de las
estrellas quedan también residuos de carbono, oxígeno y nitrógeno como «ceniza». Para producir elementos aún
más pesados se requieren mayores energías, como las que se alcanzan en las explosiones de estrellas.
Las cargas eléctricas en movimiento emiten ondas de radio. De forma análoga y según la Teoría General de la
Relatividad, las masas en movimiento, como las estrellas y los planetas, deben emitir ondas gravitacionales.
Einstein no creía que se pudieran demostrar algún día estas ondulaciones del espacio-tiempo. Sin embargo, pronto
se podría volver realidad el sueño. Las ondas gravitacionales abrirán entonces una nueva ventana de observación al
universo.
El agua es una sustancia clave en el cosmos, pues en ella está el origen de la vida en la Tierra. Los astrónomos
buscan este elixir también en cuerpos celestes distantes. Lo encuentran en el universo temprano al igual que en las
grandes regiones de formación de estrellas en nuestra Vía Láctea, en Marte y en cometas. Es de suponer que los
cometas trajeron una gran parte del agua a la Tierra – y posiblemente también moléculas orgánicas.
El espacio entre las estrellas es, desde la perspectiva terrestre, extremadamente hostil para la vida. No obstante,
algunas regiones están llenas de grandes moléculas orgánicas y de diferentes tipos de alcoholes o azúcares. La
máxima aspiración en este ámbito de investigación es encontrar glicina, el aminoácido más simple y un
componente importante de todas las proteínas.
En la luz visible el núcleo interior de la Vía Láctea está oculto tras densas nubes de polvo. Sin embargo, si se
observa en el rango infrarrojo cercano se pueden ver las estrellas en el centro y seguir sus movimientos durante
muchos años. El análisis de esta trayectoria permite sacar una sola conclusión: en el centro de nuestra Vía Láctea
se encuentra un agujero negro extremadamente rico en masa.
También los cúmulos de galaxias dejan sus «huellas digitales» en el fondo de microondas cósmico, como aquí en
el cúmulo Coma.
Cerca de 380,000 años después del Big Bang se enfrió la bola de fuego a unos 4000 °C. Conforme se fue
expandiendo el universo, se disipó la radiación del Big Bang y se desplazó al rango de las microondas. Este fondo
de microondas se puede detectar en todo el firmamento, y proporciona información acerca de la fase inicial del
universo, mucho antes de que se formaran las galaxias y las primeras estrellas.
En 2011, tres astrónomos recibieron el premio Nobel de Física: Saul Perlmutter, Brian Schmidt y Adam Riess
descubrieron que el universo se expande cada vez más rápidamente. La causa de esa expansión acelerada es una
energía oscura. Esta llena el universo homogéneamente y actúa como una presión que expande el espacio. Su
naturaleza es, sin embargo, una incógnita.
El descubrimiento de los planetas extrasolares en 1995 ha inspirado a los astrónomos como casi ningún otro
descubrimiento. Las nuevas técnicas de observación permiten estudiar ahora más detalladamente estos cuerpos que
emiten poca luz. Los astrónomos también han avanzado mucho camino a la respuesta de cómo se forman los
planetas y las estrellas centrales, que permite sacar conclusiones sobre la formación de nuestro propio sistema
solar.
Cambios tectónicos profundos, el viento, el clima así como los animales y las plantas han modificado nuestro
planeta desde su formación. No quedan ya testimonios del tiempo inicial. En los demás planetas de roca, los
volcanes y las caídas de meteoritos han tenido el mismo efecto. En cambio, los asteroides inactivos han conservado
en gran medida sus características originales. Es por eso que las sondas espaciales viajan hasta ellos.
Los cometas son como «archivos cósmicos»: la materia original de la que se formaron se mantiene en ellos sin
modificaciones. Así como la piedra de Rosetta ayudó a los arqueólogos a descifrar los jeroglíficos egipcios, los
investigadores esperan que la sonda espacial Rosetta les ayude a reconstruir el inicio del sistema solar. Quieren
saber si los cometas trajeron el agua a la Tierra y buscan moléculas orgánicas.
Una serie de observaciones astronómicas indican que en el universo tiene que existir cuatro a cinco veces más
materia de la que se puede ver. Esta «materia oscura» sólo se manifiesta mediante su fuerza de gravedad y, por lo
demás, no reacciona frente a la materia «normal». Hasta ahora se desconoce la composición de la materia oscura;
en los aceleradores se buscan posibles candidatos.
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