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Angina de pecho

INTRODUCCION:

La angina de pecho no es una enfermedad, sino una serie de síntomas que

Suceden cuando no llega bastante sangre al corazón.

La sangre penetra en el corazón a través de dos arterias, denominadas arterias

Coronarias. Si se estrechan de tal modo que la sangre no puede llegar al

Miocardio, el corazón se “queja” mediante el dolor. Este dolor se denomina angina

De pecho.

Normalmente, la angina es un síntoma de cardiopatía coronaria.

La angina es algo común que afecta a 1 de cada 50 personas. Es más común en

los mayores de 50 años, pero puede darse en personas más jóvenes.


OBJETIVOS
OBJETIVOS GENERALES:

Este informe se realizó con la finalidad de conocer el concepto, definición,


manifestaciones y la importancia del estudio de la angina de pecho en la
carrera profesional de estomatología.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Aquí se dará a conocer las causas, los tipos de angina, el tratamiento


farmacológico, el diagnóstico y las pruebas que se realizan para
diagnosticar la angina de pecho.

Concepto y definición de la angina de pecho


La expresión angina de pecho deriva etimológicamente del latín angor pectoris, que
significa ‘opresión o constricción pectoral’. Desde el punto de vista médico, es el
conjunto de síntomas que aparecen en un paciente que está padeciendo una isquemia
o falta de aporte sanguíneo correcto al músculo cardíaco a través de las arterias
coronarias que lo nutren.

El músculo cardíaco o miocardio es el tejido que realiza la función mecánica de


bombeo de la sangre hacia el árbol vascular, y de ahí a todos los tejidos del organismo.

Necesita un constante aporte de oxígeno y nutrientes para realizar esta función de


manera continua y adecuada.

Cuando este aporte sanguíneo a través de las arterias coronarias no es suficiente —


bien por el estrechamiento de las arterias por placas de ateroma, o bien por la
constricción funcional—, el miocardio comienza a funcionar defectuosamente y la
primera manifestación de esta disfunción es un dolor torácico relativamente bien
definido, que es, asociado a otros síntomas, lo que se conoce como angina de pecho.

Es importante definir correctamente el angor pectoris y, sobre todo, diferenciarlo del


infarto agudo de miocardio, ya que son situaciones clínicas muy distintas, aunque
ambas forman parte del síndrome coronario agudo.

Como ya se ha referido, la angina de pecho es un dolor torácico asociado a otros


síntomas que se producen en presencia de isquemia miocárdica. Sin embargo, si el
paciente, espontáneamente o con intervención médica, revierte las causas que estaban
originando la angina, el miocardio vuelve a ser viable, cesan los síntomas y se aprecia
de nuevo un funcionamiento normal de éste. Si, por el contrario, las causas y los
mecanismos de la angina persisten y se mantiene la isquemia, llega un momento en
que el miocardio afectado se hace inviable, se produce la muerte celular o necrosis y
se origina un infarto agudo de miocardio. Esta situación avanzada es más grave, no es
reversible en cuanto a la viabilidad del miocardio, al menos parcialmente, y puede
producir complicaciones de mayor relevancia, entre las que se pueden citar arritmias
y falta de función de bombeo sanguíneo o insuficiencia cardíaca.

La angina de pecho dejada a su libre evolución, sin tratamiento, puede dar lugar a un
fracaso global cardíaco que origine la muerte.

Es más frecuente en el varón que en la mujer en una proporción de una mujer por
cada cinco hombres. A partir de los 75 años esta proporción se iguala.

La edad de mayor incidencia es el tramo comprendido entre los 65-75 años, con una
prevalencia parecida a la del resto de los países europeos.
Causas de la angina de pecho
El miocardio guarda un equilibrio estable y a la vez sensible a los cambios de las
necesidades de aporte sanguíneo.

250 aporte le proporciona oxígeno, glucosa y otros elementos necesarios para realizar
su función y la demanda funcional que se le exige en determinados momentos.

Así, después de una comida copiosa, el miocardio debe aumentar su función, pues
tiene que asegurar el flujo sanguíneo a todo el territorio digestivo. Mientras dure este
incremento, se debe asegurar el aporte de los nutrientes necesarios para satisfacerlo.

Si se presenta un aumento de la demanda miocárdica y ésta no es satisfecha, se


producirá una isquemia.

Igualmente, en condiciones de demanda estable, si cesa el aporte, también se


producirá isquemia.

La causa más frecuente en la alteración de este balance es la obstrucción de las


arterias coronarias originada por placas de ateroma, que generan también su
estrechamiento mecánico. Además, estas placas facilitan la constricción o
vasoespasmo de las propias arterias y, en ocasiones, se pueden fracturar y
desplazarse, originando una obstrucción total.

Un ejemplo del aumento de la demanda es la situación de taquicardia (aceleración del


ritmo cardíaco), en la que se puede producir la llamada angina hemodinámica.

Como consecuencia de esa disminución de aporte, puede aparecer isquemia por falta
de oxigenación de los tejidos, incluido el miocardio.

Es conveniente recordar que las causas más importantes que favorecen la


arteriosclerosis son el tabaquismo, la hipertensión arterial, las cifras de colesterol
elevadas, la obesidad, la diabetes y el sedentarismo.

Todos estos factores incrementan el riesgo de padecer arteriosclerosis y, por tanto,


placas en las arterias coronarias, que pueden desencadenar una angina de pecho.

Síntomas de la angina de pecho

El síntoma principal, y que define la angina de pecho, es un dolor torácico específico


que se suele localizar en el centro del tórax y tiene un marcado carácter opresivo;
muchos pacientes lo definen como un peso o losa que los oprime. Se suele irradiar a
ambos miembros superiores, sobre todo al izquierdo, y también puede extenderse al
cuello, la mandíbula y el hombro. En ocasiones, se acompaña de cortejo vegetativo
(sudoración, vómitos, náuseas o mareo).

En la angina, el dolor no suele ser mantenido y cede en cuanto disminuye la demanda


miocárdica. La persistencia del dolor o el incremento de su intensidad deben hacer
sospechar que puede estar progresando a un infarto. El desencadenante suele ser un
sobreesfuerzo (deporte, ejercicio físico, actividad sexual), el frío intenso o una comida
abundante.

Existen múltiples clasificaciones de la angina de pecho. Probablemente, la más sencilla


es la de angina estable e inestable (véase la tabla 1). La angina estable produce los
mismos síntomas en similares circunstancias. A modo de ejemplo, se trataría del
paciente que tras subir dos pisos comienza a presentar angina, pero esto no le sucede
si el esfuerzo es inferior. Igualmente los síntomas ceden con el reposo.

Por angina inestable entendemos aquella que se va incrementando ante las mismas
circunstancias. Se califica como angina inestable la que el paciente presenta en reposo,
así como la angina de pecho de reciente aparición y la angina que sigue a un infarto.

Existe una variante de angina de pecho, que también se incluye en la angina inestable:
es la vasoespástica o angina de Prinzmetal, originada por vasoespasmo o
estrechamiento funcional de la arteria coronaria que impide el aporte del flujo
cardíaco necesario.

Recomendaciones angina de pecho:

Controla rutinariamente tu colesterol en la sangre, los valores recomendados son los


siguientes:

Colesterol-total < de 800 mg./dl Colesterol – HDL > de 45mg. /dl


Colesterol – LDL < de 150 mg. /dl Colesterol – LDH > de 175 mg. /dl

Las personas que presentan uno o más factores de riesgos deben controlar su
hipertensión deben:

 Bajar de peso.

 Dejar de fumar.

 Disminuir la ingesta diaria de sal.


 Disminuir la ingesta diaria de azúcar.

 Evitar consumir bebidas alcohólicas.

 Evitar consumir alimentos que contengan grasas de origen animal y vegetal.

 Controlar su diabetes.

 Realizar ejercicios físicos moderados.

 Consumir alimentos condimentados como la pimienta, el comino, etc.

 Evitar el consumo de ají.

Factores de riesgos:

 La enfermedad coronaria o angina de pecho es más frecuente en personas que


tienen: sexo masculino.

 Sexo femenino en la etapa postmenopausia.

 Hipertensión arterial.

 Hipercolesterolemia.

 Tabaquismo (hábito de fumar).

 Obesidad (exceso de peso).

 Alcoholismo.

 Poca actividad física (vida sedentaria).

 Parientes cercanos (padres, hermanos, tíos) que han sufrido de infarto al


corazón o muerte súbita a edad temprana menos de 55 años.

 Son los denominados factores de riesgos.

DIAGNOSTICO DE LA ANGINA
Los temas más importantes de los que tiene que hablar con el médico cuando vaya a
verlo por un dolor en el pecho son:

 Qué está causando el dolor en el pecho


 Si usted está teniendo un ataque cardíaco o está a punto de tenerlo

La angina es un síntoma de un problema de fondo del corazón, que por lo general es


la enfermedad coronarias. El tipo de angina que usted tenga puede indicar qué tan
grave es la enfermedad coronaria y si hay probabilidades de que cause un ataque
cardíaco.

Si usted tiene dolor en el pecho, el médico querrá averiguar si es angina. También


querrá saber si la angina es estable o inestable. Si es inestable, usted puede necesitar
atención médica de urgencia para tratar de prevenir un ataque cardíaco.

Para diagnosticar si el dolor en el pecho es una angina estable o inestable, el médico le


hará un examen físico, le interrogará sobre los síntomas y le hará preguntas sobre sus
factores de riesgo y sus antecedentes familiares de enfermedad coronaria o de otras
enfermedades del corazón.

Además, puede hacerle preguntas sobre sus síntomas, por ejemplo:

 ¿Qué cosa le ocasiona el dolor o malestar y qué cosa lo calma?

 ¿Cómo se siente el dolor o malestar (por ejemplo, sensación de pesadez o de


que el pecho le aprieta)?

 ¿Con qué frecuencia ocurre el dolor?

 ¿Dónde siente el dolor o malestar?

 ¿Qué tan intenso es el dolor o malestar?

 ¿Cuánto dura el dolor o malestar?

Pruebas e intervenciones diagnósticas

Si el médico sospecha que usted tiene angina inestable o que su angina se asocia con
un problema grave del corazón, puede aconsejarle que se haga una o más pruebas.

Electrocardiograma (ECG)

El electrocardiograma es una prueba sencilla que detecta y registra la actividad


eléctrica del corazón. Muestra qué tan rápido late el corazón y con qué ritmo (estable
o irregular). También registra la potencia y la sincronización de los impulsos
eléctricos a medida que pasan por el corazón.
El electrocardiograma puede mostrar signos de daño cardíaco debido a la enfermedad
coronaria y signos de un ataque cardíaco previo o actual. Sin embargo, algunas
personas con angina tienen electrocardiogramas normales.

Prueba de esfuerzo

Durante la prueba de esfuerzo, el paciente hace ejercicio para que el corazón se


esfuerce mucho y lata rápidamente mientras se están haciendo las pruebas cardíacas.
Si el paciente no puede hacer ejercicio, es posible que se le den medicinas para que el
corazón se esfuerce mucho y lata rápidamente.

Cuando el corazón está esforzándose mucho y latiendo con rapidez necesita más
sangre y oxígeno. Las arterias estrechadas por la placa no pueden suministrar
suficiente sangre rica en oxígeno para satisfacer las necesidades del corazón.

La prueba de esfuerzo puede mostrar posibles signos y síntomas de la enfermedad


coronaria, como:

 Alteraciones de la frecuencia cardíaca o de la presión arterial

 Sensación de falta de aliento o dolor en el pecho

 Alteraciones del ritmo cardíaco o de la actividad eléctrica del corazón

Durante algunas pruebas de esfuerzo se obtienen imágenes del corazón cuando la


persona está haciendo ejercicio y cuando está en reposo. Estas pruebas de esfuerzo
con obtención de imágenes diagnósticas pueden mostrar cómo circula la sangre en
distintas partes del corazón. También pueden mostrar qué tal bombea el corazón la
sangre al latir.

Radiografía de tórax

En la radiografía de tórax se obtienen imágenes de los órganos y estructuras que se


encuentran dentro del pecho, entre ellos el corazón, los pulmones y los vasos
sanguíneos.

La radiografía de tórax puede revelar signos de insuficiencia cardíaca. También puede


mostrar signos de trastornos pulmonares y otras causas de síntomas que no se deben
a la enfermedad coronaria. Sin embargo, una radiografía de tórax no es suficiente por
sí sola para diagnosticar angina o enfermedad coronaria.

Angiografía coronaria y cateterismo cardíaco


Si el médico sospecha que usted tiene enfermedad coronaria, es posible que le
recomiende hacerse una angiografía coronaria. En esta prueba se usan un medio de
contraste y rayos X especiales para mostrar el interior de las arterias coronarias.

Para que el medio de contraste llegue al interior de las arterias coronarias, el médico
usará un procedimiento llamado cateterismo cardíaco.

Un tubito delgado y flexible llamado catéter se inserta en un vaso sanguíneo del brazo,
la ingle (entrepierna) o el cuello. El tubito se lleva por los vasos sanguíneos hasta las
arterias coronarias y el medio de contraste se libera en el torrente circulatorio.

Mientras el medio de contraste fluye por las arterias coronarias se toman radiografías
especiales. El medio de contraste le permite al médico analizar la circulación de la
sangre a través del corazón y de los vasos sanguíneos.

El cateterismo cardíaco se realiza por lo general en un hospital. El paciente está


despierto durante el procedimiento. Por lo general, el procedimiento es poco doloroso
o completamente indoloro, pero se puede sentir algo de dolor en el vaso sanguíneo en
el que el médico inserta el catéter.

Angiotomografía computarizada

En la angiotomografía computarizada o angiografía por tomografía computarizada


(CTA, por sus siglas en inglés) se usan un medio de contraste y unos rayos X especiales
para mostrar cómo circula la sangre a través de las arterias coronarias. Esta prueba es
menos invasiva que la angiografía coronaria con cateterismo cardíaco.

Para realizar una angiotomografía computarizada se inserta en una vena de la mano o


del brazo una aguja que está conectada a un catéter intravenoso. Por ese catéter
intravenoso se inyecta el medio de contraste durante la prueba. Usted puede tener
una sensación de calor durante la inyección del medio de contraste. El medio de
contraste resalta los vasos sanguíneos en las imágenes de la tomografía
computarizada.

Sobre el pecho se colocan unos parches adhesivos llamados electrodos. Esos parches
se conectan a un electrocardíógrafo a fin de registrar la actividad eléctrica del corazón
durante la prueba.

El equipo de tomografía computarizada es una máquina grande que tiene en la mitad


un tubo hueco y cilíndrico. Usted se acuesta boca arriba en una mesa móvil, que se
desliza lentamente al interior de la máquina.
Dentro del aparato, un tubo de rayos X se mueve alrededor de su cuerpo y toma
imágenes de distintas partes del corazón. Una computadora junta las imágenes para
formar una imagen tridimensional de todo el corazón.

Pruebas de sangre

En las pruebas de sangre se determinan las concentraciones de ciertas grasas,


colesterol, azúcar y proteínas en la sangre. Las concentraciones anormales de estas
sustancias pueden mostrar que usted tiene factores de riesgo de la enfermedad
coronaria.

El médico puede ordenar una prueba de sangre para determinar la concentración de


una sustancia llamada proteína C reactiva (PCR) en la sangre. Algunos estudios
indican que las concentraciones altas de la proteína C reactiva en la sangre pueden
aumentar el riesgo de sufrir enfermedad coronaria o un ataque cardíaco.

El médico puede ordenar también una prueba de sangre para ver si usted tiene
concentraciones bajas de hemoglobina. La hemoglobina es una proteína rica en hierro
de los glóbulos rojos. Ayuda a las células de la sangre a transportar oxígeno de los
pulmones a todas partes del cuerpo. Si usted tiene la hemoglobina baja, es posible que
tenga un problema de salud llamado anemia.

La angina de pecho y sus consecuencias


Casi seis de cada diez pacientes con angina de pecho estable (el 58 %) nota una
limitación física como consecuencia de la enfermedad y hasta el 25 % sufre una
disminución en su calidad de vida desde el diagnóstico. Así se desprende del registro
AVANCE, publicado en la Revista Española de Cardiología (REC), que ha contado con
419 cardiólogos y 2.024 pacientes, y es el primero que se realiza en España sobre la
calidad de vida de los enfermos con angina estable. La investigación incluye la
percepción de la gravedad de la enfermedad tanto por parte del médico como
del paciente, demostrando que no siempre coinciden, porque éste último se muestra
"más pesimista".

Así, en una escala de valoración de la gravedad en que 0 es nada grave y 10 muy grave,
la puntuación media de los pacientes fue de 4,5 frente al 4,3 de los médicos. Además,
el 49,9 % de los afectados valora su patología como moderadamente grave. El trabajo
muestra que un 52 % de los enfermos recibe un tratamiento óptimo, aunque
existe un alto porcentaje de reincidencia de la angina de pecho. Así, a los ocho
meses de haber sido revascularizados, el 60 % de los pacientes vuelve a notar
síntomas, debido a que las arterias de pequeño calibre no pueden ser intervenidas de
este modo.
La angina de pecho es un dolor torácico que ocurre por una falta de oxígeno en
el corazón provocado por un estrechamiento de las arterias, lo que puede inducir
la aparición de eventos cardiovasculares en ocasiones fatales. La prevalencia es de
entre el 2 % y el 4 %, y aumenta la mortalidad anual entre el 1,2 y el 1,4. Aunque
la angina de pecho estable es una forma común de presentación de la
cardiopatía isquémica y un problema muy frecuente en el mundo desarrollado,
existe "una impresión subjetiva de que se trata de un problema poco relevante", según
los expertos.

TIPOS DE ANGINA
ANGINA ESTABLE
Se define como la molestia torácica de características anginosas causada por isquemia
miocárdica inducida por el ejercicio y asociado con un disturbio de la función
miocárdica, sin llegar a presentar necrosis. 2.1. Epidemiología La incidencia varía con
la edad, el sexo, las comorbilidades y el grupo étnico. En pacientes entre los 31 y los
70 años es del orden de 0,83 por mil habitantes (1,13 en hombres y 0,53 en mujeres).
La mortalidad anual llega a ser de 1,6% a 3,3%.

El tratamiento

Tiene dos objetivos: aumentar la supervivencia y controlar los síntomas para


conseguir una mejoría en la calidad de vida.

El plan terapéutico debe consistir en: la explicación de la enfermedad con actitud


tranquilizadora; la identificación y el tratamiento de los factores agravantes; la
adaptación de la actividad; un tratamiento farmacológico, y la consideración de
técnicas de revascularización.

Detección y control de los factores de riesgo cardiovascular

El primer paso es el control de los factores de riesgo, fundamentalmente de la tensión


arterial, el tabaquismo, la dieta rica en grasa y el alcohol.

Además, existen algunas enfermedades que pueden precipitar la angina de pecho


como son: las lesiones de las válvulas del corazón, la hipertensión arterial,
el hipertiroidismo, alteraciones del músculo cardiaco, enfermedades
pulmonares, etcétera. Por esto, tanto su identificación como su tratamiento son un
paso fundamental para el control de este cuadro

Educación del paciente


La educación del paciente ocupa un lugar importante en el tratamiento. Es
imprescindible que entienda bien su enfermedad, por lo que se debe dar toda la
información posible a estos pacientes, animándolos a desarrollar una vida normal

El paciente debe conocer cuáles son los esfuerzos que desencadenan su angina para
evitarlos, así como cuáles son los momentos del día donde presenta menor tolerancia
al ejercicio, como la primera hora de la mañana, inmediatamente después de las
comidas y durante la época de frío. Por otro lado, es recomendable la práctica diaria
de ejercicio moderado como, por ejemplo, caminar, ciclismo, tenis…, teniendo siempre
en cuenta que todo esto dependerá de la sintomatología y gravedad de cada paciente.

Tratamiento farmacológico

Durante la crisis de dolor. En esta fase el tratamiento de elección es la nitroglicerina


que, como se ha indicado, actúa aumentando el diámetro arterial, con la consiguiente
llegada de más flujo sanguíneo al corazón. El paciente debe recibir información sobre
su modo de empleo para las posibles crisis futuras. La nitroglicerina debe tomarse tan
pronto exista dolor, o incluso antes de realizar actividades que presumiblemente van
a desencadenar un episodio de angina. Si con estas medidas el dolor no cede, debe
sospecharse la posibilidad de un infarto de miocardio.

Tratamiento a largo plazo.

Se considera que el uso de aspirina (u otro antiagregante), de estatinas (para


disminuir los niveles de colesterol), de betabloqueantes (para disminuir la demanda
de oxígeno) y de los IECA (inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina que
regulan la presión sanguínea) mejoran claramente la supervivencia y previenen
acontecimientos isquémicos futuros, por lo que su empleo es indispensable, siempre
que no existan contraindicaciones para su uso.

Restablecimiento del flujo sanguíneo

En los pacientes en los que la angina no se controla con el tratamiento médico, o


cuando todavía existe miocardio en riesgo (es decir, que hay una lesión isquémica
activa), el mejor tratamiento es aquél que permita restablecer el flujo de sangre al
corazón (revascularización miocárdica). Existen dos técnicas que permiten tal cosa: la
angioplastia coronaria transluminal percutánea (ACTP) o la cirugía con injerto venoso
o arterial.
La angioplastia consiste en la dilatación del segmento de arteria coronaria que
presenta el compromiso del flujo sanguíneo mediante cateterismo. Para mantener
esta dilatación se pueden emplear unos tubos de malla de acero autoexpandibles
(stents) que se colocan en el interior de la arteria y se fijan allí para que no se vuelva a
estrechar.

La cirugía mediante injerto (tejido transplantado) es la intervención de cirugía


cardiaca más frecuente en la actualidad. En este caso, se sustituye la arteria
comprometida por un injerto (se trata de un vaso sanguíneo de otra parte del cuerpo
que se transplanta en el corazón), que puede ser arterial o venoso, solucionando así el
problema de la reducción de aporte sanguíneo.

Angina inestable
CONCEPTO:
La enfermedad coronaria representa una gama de manifestaciones clínicas que van
desde la isquemia silente y la angina estable, hasta el infarto agudo del miocardio
(IAM), pasando por la angina inestable y el infarto no transmural. La angina inestable
es el centro de este cortejo de síndromes coronarios y su definición apropiada
depende de la presencia de ciertas características, consideradas patognomónicas

TRATAMIENTO

Todo paciente con angina inestable debe ingresar en un hospital, donde se controlará
constantemente. En cuanto a los fármacos a emplear son los mismos que en la angina
estable, junto con anticoagulantes (heparina).

Posteriormente, y dependiendo de cada caso, se procederá o no a la realización de una


coronariografía (visualización de los vasos coronarios), con el fin de encontrar la
lesión causante y tratarla mediante revascularización.

Tratamiento farmacológico en la angina de pecho


Objetivos farmacoterapéuticos

La cardiopatía isquémica abarca una amplia gama de síndromes patológicos, que pueden
dividirse básicamente en arteriopatía coronaria crónica (angina estable) y síndromes
coronarios agudos (angina inestable, infarto agudo de miocardio y muerte súbita).
En los países desarrollados, este tipo de enfermedades se encuentran a la cabeza de las causas
de mortalidad tanto en varones como en mujeres, y la tendencia de la morbilidad a ellas
asociada ha sido ascendente durante las últimas décadas. Por ello en el campo de la medicina
y la farmacología se están haciendo esfuerzos continuamente para mejorar su diagnóstico y
tratamiento, estableciéndose como objetivo primordial del tratamiento médico, en su
concepto más amplio, el control de los síntomas de la isquemia miocárdica reduciendo su
gravedad y frecuencia, el control del progreso de la enfermedad aterosclerótica y la
prevención del infarto de miocardio y la muerte

Tratamiento antiisquémico

La administración de tratamiento antiisquémico persigue optimizar el balance entre la oferta


y la demanda de oxígeno miocárdico y se realiza mediante los siguientes fármacos:

Nitratos

Estos fármacos son eficaces en el control del dolor anginoso y en la prevención de la isquemia
miocár-dica. Actúan liberando óxido nítrico a nivel vascular, que ejerce un efecto relajante de
la musculatura lisa vascular mediante la activación de la enzima guanililciclasa citosólica.
Consecuentemente se disminuye la precarga y la poscarga por vasodilatación y se aumenta el
flujo sanguíneo en las arterias epicárdicas reduciendo de este modo la demanda de oxígeno
por el músculo cardíaco. Los nitratos de acción rápida (nitroglicerina vía sublingual, bucal o
transdérmica) se utilizan en la profilaxis situacional proporcionando un alivio rápido y
efectivo de la sintomatología, mientras que los fármacos de acción prolongada (dinitrato y
mononitrato de isosorbida) reducen la frecuencia y la gravedad de los episodios anginosos. de
acción prolongada debe garantizar per administración de 12-14 h/día con el fin de pr
tolerancia a nitratos.

En todos los casos en los que se requiera una intervención inmediata, el fármaco de elección
es la nitroglicerina sublingual por su rápida absorción y respuesta, aunque la duración de la
acción por esta vía es muy corta. Su administración sublingual puede repetirse cada 5-10 min
hasta un total de tres veces. Las formas endovenosas se hallan indicadas para pacientes de
alto riesgo o refractarios al tratamiento con nitratos por otras vías.

Los efectos secundarios más usuales de este grupo de fármacos (cefaleas, rubor),
especialmente al comienzo del tratamiento, están directamente relacionados con su acción
vasodilatadora y con la dosis empleada. Cabe igualmente mencionar la incompatibilidad de
este tratamiento en pacientes a los que se hubiese administrado sildenafilo en las últimas 24
h.

Bloqueadores beta

Los bloqueadores beta son efectivos tanto en la reducción de la sintomatología asociada a


angina de pecho como frente a la isquemia. Su mecanismo de actuación se fundamenta en una
reducción de la demanda miocárdica de oxígeno, cualquiera que sea la actividad que se realice
(reposo/esfuerzo), ya que son capaces de reducir la frecuencia cardíaca, la contractilidad
cardíaca y la presión arterial. Su administración persigue alcanzar una frecuencia cardíaca en
reposo de 50-60 latidos/min, evitando que la presión arterial sistólica sea inferior a 90-100
mmHg. La eficacia antianginosa de activos que integran este grupo es similar, aunque los
bloqueadores beta-1 selectivos (atenolol, metoprolol, bisoprodol) presentan menor número
de efectos secundarios.

Su asociación con nitratos o con antagonistas de los canales del calcio (dihidropiridinas)
aporta un beneficio añadido en el control de la angina de pecho, puesto que se reduce la
isquemia recurrente, la duración de la crisis anginosa y el infarto de miocardio.

Como efectos adversos cabe destacar frialdad en las extremidades, bradicardia sintomática y
un incremento en la sintomatología respiratoria en pacientes que sufran asma y
enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, por lo cual su administración está
contraindicada en pacientes con EPOC, arteriopatía periférica, bradicardia, inestabilidad
hemodinámica, disfunción ventricular izquierda grave e hipotensión.

Antagonistas del calcio

Los antagonistas del calcio reducen selectivamente el flujo de iones calcio vía los canales tipo-
L al tejido miocárdico y muscular liso de las arterias coronarias y vasos periféricos, causando
vasodilatación coronaria y periférica, así como reducción de las necesidades de oxígeno en el
miocardio por disminución de la poscarga.

En este grupo destacan algunos principios activos con actividad antianginosa: diversas
dihidropiridinas (nifedipino, nisoldipino, amlodipino, isradipino), verapamilo y diltiazem. Las
dihidropiridinas de acción corta poseen el potencial de aumentar el riesgo de eventos
cardíacos adversos, por lo que se debe evitar su administración. Las de acción prolongada
como el amlodipino o las formulaciones de acción rápida y liberación prolongada consiguen
minimizar las fluctuaciones en la concentración plasmática y los efectos cardiovasculares,
siendo así efectivas para aliviar los síntomas de la angina estable. El verapamilo y el diltiazem
son también utilizados en el tratamiento de la angina estable, especialmente cuando los
bloqueadores beta están contraindicados.

El paciente que ha presentado una angina de pecho debe ser plenamente consciente de
su enfermedad y de la necesidad de introducir cambios en su estilo de vida

Su administración está contraindicada en pacientes que sufran insuficiencia cardíaca,


bradicardia, bloqueo auriculoventricular, hipotensión y disfunción del nodo sinusal.
Los antagonistas del calcio son considerados los fármacos de primera elección en la
prevención a largo plazo de la angina de reposo y de la angina vasoespástica o de Prinzmetal,
siendo capaces de reducir la frecuencia de los episodios anginosos.

Tratamiento antitrombótico

Los fármacos antitrombóticos están destinados a mejorar el pronóstico de la enfermedad


coronaria y a prevenir complicaciones derivadas de la aterosclerosis coronaria. Son el punto
de partida en la intervención farmacológica de la angina inestable, en cuyo caso su principal
propósito consiste en limitar la formación del trombo intracoronario. Se encuadran en este
grupo los siguientes fármacos:

Antiagregantes plaquetarios

La aspirina o ácido acetilsalicílico administrado a dosis bajas es, en la mayoría de los casos, el
fármaco de elección en la práctica clínica de la angina, tanto por su modo de actuación y su
seguridad como por su excelente relación coste-efectividad. Su efecto antitrombótico reside
en la inhibición irreversible de la ciclooxigenasa 1 plaquetaria (COX-1) por acetilación y, por
consiguiente, de la síntesis de tromboxano A2 (TXA2), y bloqueo de la segunda fase de la
agregación plaquetaria mediada por ADP.

Con el fin de mantener un óptimo efecto antiplaquetario, la aspirina debe administrarse con
una pauta diaria o como máximo cada 48 h, ya que a pesar de que la acción antiplaquetaria
que genera se mantiene durante todo el ciclo de vida de la plaqueta (diez días
aproximadamente), la renovación que estas células sufren y que se estima que es del orden
del 10% diario, hace que para poder garantizar la efectividad del tratamiento se requiera
administrar el fármaco diariamente.

En términos generales, su administración se recomienda a pacientes diagnosticados de


enfermedad coronaria, ya que así se reduce el riesgo de episodios vasculares tanto si sufren
angina estable como inestable. Las dosis recomendadas oscilan entre 75-325 mg/día en el
tratamiento crónico, manteniéndose la tendencia a establecer la menor dosis efectiva posible
para así poder optimizar la relación beneficio/riesgo en concordancia con los posibles efectos
secundarios gastrointestinales.

Tienopiridinas

La ticlopidina y el clopidogrel actúan como antagonistas selectivos y no competitivos de


receptores de ADP, con efectos antitrombóticos similares a los de la aspirina. Su mecanismo
de acción reside en su capacidad de interferir irreversiblemente un 60-70% de los receptores
de ADP plaquetario y de inhibir los cambios conformacionales que el ADP produce en el
complejo receptor glucoproteína IIb/IIIa de la superficie plaquetaria, resultando de ello una
acción inhibitoria de la agregación plaquetaria inducida por ADP.

Son fármacos de administración oral, cuya máxima efectividad se alcanza a la semana de


iniciado el tratamiento, si bien los efectos clínicos de este grupo de fármacos puede
observarse a los 2-3 días de haber administrado la primera dosis. Esta característica
farmacodinámica limita el uso de estos fármacos en la fase aguda de los síndromes coronarios.

Los efectos secundarios más frecuentes son de localización gastrointestinal (náuseas, dolor
abdominal, diarrea), que con frecuencia ceden aun manteniendo la administración, y las
reacciones adversas más graves son de tipo hematológico.

El clopidogrel es 40 veces más activo, tiene una acción más prolongada, una pauta posológica
que facilita su cumplimiento y una mejor tolerancia que la ticlopidina. Su administración en el
tratamiento de la angina inestable debe iniciarse con una única dosis de carga (300 mg), para
seguir con dosis diarias de 75 mg combinadas con ácido acetilsalicílico. El ADP y el
tromboxano presentan efectos sinérgicos en el proceso homeostático, lo que justifica la
recomendación de terapia combinada de ambos fármacos.

Las tienopiridinas son el tratamiento alternativo en todos aquellos pacientes que desarrollen
alergias o intolerancia a los salicilatos o que presenten riesgos significativos de trombosis
arterial.

Antitrombínicos

En pacientes con angina inestable el tratamiento precoz con heparinas no fraccionadas (HNF)
asociadas a ácido acetilsalicílico reduce la incidencia de infarto de miocardio y angina
recurrente. Las HNF son una mezcla de mucopolisacáridos sulfatados cuyo peso molecular
oscila entre 5 y 30 Kd, de administración intravenosa o subcutánea y cuyo efecto
anticoagulante se realiza de forma indirecta al ser requerido un cofactor: la antitrombina III.
La unión de la heparina con la antitrombina III provoca en ésta un cambio conformacional
gracias al cual se acelera la inactivación de varias enzimas de la coagulación (trombina,
factores Xa, Ixa, Xia y XIIa), fundamentándose así su acción anticoagulante.

Las heparinas fraccionadas o de bajo peso molecular (HBPM) como dalteparina, enoxaparina
y nadroparina, obtenidas mediante modernas técnicas de fraccionamiento, purificación y
síntesis, presentan un peso molecular medio de 4 a 6,5 Kd y contienen la estructura básica
para fijarse a la antitrombina III sin necesidad de fijarse a la trombina. Una de sus principales
ventajas es su capacidad de inactivar el factor Xa unido a plaquetas, a diferencia de las HNF, y
por consiguiente, ser activas en medios ricos en plaquetas, como sería el supuesto de los
complejos aterotrombóticos arteriales.
Tratamiento antilipemiante

Uno de los principales factores de riesgo de la angina de pecho es la hiperlipidemia, y su


prevención es, sin duda, un objetivo muy importante.

Las estatinas actúan inhibiendo la enzima HMG CoA reductasa, reduciendo así la biosíntesis
hepática de colesterol y consecuentemente disminuyen los lípidos sanguíneos y estabilizan las
placas ateromatosas. Paralelamente, mediante otros mecanismos distintos de la inhibición de
la síntesis de colesterol, presentan acción antiinflamatoria y antitrombótica, que
indudablemente también contribuyen a reducir el riesgo cardiovascular, presentando así un
claro beneficio a los enfermos de angina crónica. Existen evidencias clínicas que avalan que el
uso de estatinas en enfermos con cardiopatías coronarias reduce el riesgo de acontecimientos
coronarios graves, ya que su administración crónica reduce la velocidad de progresión de las
lesiones ateroscleróticas, muy especialmente las que afectan a las vías coronarias, e incluso en
ocasiones invierten el estrechamiento de los vasos coronarios.

Actualmente, existen varios estudios clínicos con nuevas moléculas que pueden abrir nuevos
caminos en el tratamiento de las cardiopatías coronarias, mejorar la calidad de vida del
paciente y aumentar su esperanza de vida.

Manifestaciones bucales de las Anginas de Pecho:

Dolor reflejo en el ángulo de la mandíbula.

Manifestaciones secundarias debidas a la administración de cardiorreguladores y


antihipertensivos.

Hipoplasia gingival, Ulceras aftosas, Lengua negra, Relaciones liquenoides, Eritema


multiforme, Urticaria, Trastornos sensoriales, Parestesia, Alteración en la percepción
de los sabores.Hiposalivación.

 Caries
 Enfermedad periodontal

Manejo en la Clínica Dental de pacientes con Angina de Pecho:


Anamnesis preguntando sobre frecuencia, último ataque, variaciones, precipitantes,
alivio, medicamentos.

Comunicación con el médico tratante y autorización por escrito. Identificar tipo de


angina de pecho.

El paciente debe estar controlado médicamente


Toma de la presión arterial al inicio de cada sesión.(+ del 20% o + de 180/100 mm de
Hg, no tratar y enviar al médico).

El paciente debe llevar su medicamento vasodilatador coronario a la clínica


(nitroglicerina, dinitrato de isosorbide, etc). Si no lo lleva no se le realizará ningún
tratamiento.

Aplicar las medidas para reducir el estrés y optimizar el tiempo de trabajo.

En casos especiales por angina inestable o citas prolongadas, tomar vasodilatador


coronario profilácticamente.

Citas cortas, a primeras horas de la tarde

Anestesia local profunda, no inyectar intravascularmente. Vasoconstrictores


adrenérgicos SI pueden emplearse en anginas estables, NO se usarán cuando
pacientes reciben Beta bloqueadores, tampoco en anginas inestables o variantes.
(Mejor usar Felipresina o Mepivacaína sin vasoconstrictor).

Tomar en cuenta los efectos secundarios de los medicamentos (xerostomía, caries,


ulceraciones bucales), riesgo de sangramiento, reacciones liquenoides, hiperplasia
gingival, lengua negra, reacciones alérgicas, etc.

Evitar Movimientos bruscos por hipotensión ortostática (postural).

Pacientes con angina Inestable o variante deberán ser tratados sólo en situaciones de
emergencia y en un medio hospitalario, con vasodilatador profiláctico, oxígeno y
terapia antiestrés.

EMERGENCIAS

Suspender el tratamiento dental.

Colocar al paciente en posición cómoda (45°).

Administrar vasodilatador coronario cada 5 minutos si continúa el dolor

Tomar signos vitales y administrar Oxígeno (6 litros por minuto


Conclusiones

1- La angina de pecho es el conjunto de síntomas que aparecen en un


paciente que está padeciendo una isquemia o falta de aporte
sanguíneo correcto al músculo cardíaco a través de las arterias
coronarias que lo nutren.
2- Las manifestaciones bucales que esta presenta son el Dolor en el
ángulo de la mandíbula algunas manifestaciones secundarias que se
pueden dar debido a la administración de cardiorreguladores y
antihipertensivos son: Hipoplasia gingival, Ulceras aftosas, Lengua
negra, Relaciones liquenoides, Eritema multiforme, Urticaria,
Trastornos sensoriales, Parestesia, Alteración en la percepción de
los sabores. Hiposalivación.
3- Una de las causas más frecuentes es la isquemia lipídica
(colesterol), El diagnóstico de angina estable es eminentemente
clínico y las pruebas que se realizan para diagnosticar la angina de
pecho son : electrodiagrama, prueba de esfuerzo, radiografías del
tórax y pruebas de sangre
LINKOGRAFIA

http://salud.ideal.es/actualidad/54-actualidad/1225-la-angina-de-pecho-y-sus-
consecuencias.html

http://buenosaber.blogspot.pe/2011/11/angina-de-pecho-recomendaciones-angina.

http://www.dfarmacia.com/farma/ctl_servlet?_f=13&idContenido=13130884&idCate
goria=4

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