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UNIVERSIDAD NACIONAL

PEDRO RUIZ GALLO

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS,


ADMINISTRATIVAS Y CONTABLES
ESCUELA PROFESIONAL DE ADMINISTRACION

CURSO
Comportamiento Organizacional
TEMA
La Inteligencia Múltiple

DOCENTE
Mag. Rosa Catalina Saavedra Obando

ESTUDIANTES

Gamonal Ramírez Ulices

Infante Quintos Gean Carlos

Vásquez Pérez Luis

Yarlaque Tello Carlos

CICLO
2018-I

FECHA
julio 2018
ÍNDICE

INTRODUCCION ....................................................................................................... 3

EVOLUCION DE INTELIGENCIAS ......................................................................... 4

INTELIGENCIA CLASICA ....................................................................................... 4

INTELIGENCIA MULTIPLE ..................................................................................... 7

INTELIGENCIA EMOCIONAL .............................................................................. 13

CONCEPTO .......................................................................................................... 13

EVOLUCIÓN, TEÓRICOS Y TEORÍAS ............................................................. 15

COMPONENTES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL (IE) ........................ 16

PILARES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL............................................. 17

MEDIDAS DE EVALUACIÓN DE LA IE .......................................................... 18


INTRODUCCION

El objetivo de este trabajo es analizar las múltiples inteligencias que tiene la persona
y como ellas influyen en su desarrollo. Esta investigación ha sido desarrollada utilizando
el análisis documental recurriendo a libros, artículos de internet, revistas científicas.

Este trabajo está organizado consta de cuatro partes:

a. Evolución de las inteligencias: Aquí se hablara cómo ha evolucionado la


inteligencia atreves del tiempo.
b. Inteligencia clásica: Aquí estudiaremos como los antiguos filósofos
consideraban a la inteligencia.
c. Inteligencia múltiple: Se analizará las múltiples inteligencias que posee el ser
humano.
d. Inteligencia emocional: Se analizara la inteligencia emocional como su
concepto, evolución, componentes y como las personas manejan su
inteligencia emocional.
LA INTELIGENCIA CLASICA, MULTIPLE Y EMOCIONAL, Y CASOS
APLICATIVOS AL AMBITO EMPRESARIAL.

EVOLUCION DE INTELIGENCIAS

Existen dos suposiciones clásicas acerca de la inteligencia. La primera considera que


es una capacidad general única, que cualquier persona posee en mayor o menor medida.
La segunda afirma que ésta puede medirse a través de instrumentos estandarizados. Las
dos suposiciones anteriores fueron “válidas” hasta la década de los ochenta del siglo XX,
cuando Gardner, en su obra Estructuras de la mente, afirmó por primera vez que no existe
una inteligencia única sino que dependiendo del ser humano, éste posee varias
inteligencias. Esta teoría, llamada “de las inteligencias múltiples” (IM), permitió arribar
al concepto de inteligencia emocional (IE), tan popular en nuestros días. En este trabajo
nos proponemos analizar la investigación desarrollada en torno al concepto de IE desde
sus orígenes y en los diferentes ámbitos de aplicación.

INTELIGENCIA CLASICA

Teorías legas. Estas teorías marcan el interés que siempre ha existido por parte de la
humanidad en conocer los atributos del hombre. Durante el desarrollo de dichas teorías,
no hay una definición científica de la inteligencia; hombres tan diversos como Aristóteles,
Platón y San Agustín se dan a la tarea de realizar estudios en relación con la mente (Zusne,
1957).

A pesar de no existir estudios sistemáticos del tema, hay contribuciones importantes


como la de Hobbes, quien define el proceso mental como el resultado del movimiento de
los átomos del cerebro activados por movimientos externos del mundo. Con Kant (padre
del constructivismo) se inicia el estudio del pensamiento cognitivo, y posteriormente Itard
da una definición de inteligencia enfocada en la instrucción (Boring, 1950).

Estudios psicométricos. Su inicio, en la segunda mitad del siglo XIX, se caracteriza


por los esfuerzos de los investigadores en tratar de establecer la psicología como una
ciencia. Wundt en Alemania y W. James en Estados Unidos contribuyeron a este logro,
ya que sus estudios estuvieron enfocados en buscar leyes generales del conocimiento
humano (lo que hoy se conoce como procesamiento de la información). El estudio de las
diferencias individuales hecho por sir Francis Galton (1962) fue determinante; en él
destaca el talento, la eminencia y otras formas de logro. Galton elaboró los métodos
estadísticos que permitieron clasificar a los seres humanos en términos de sus poderes
físicos e intelectuales y correlacionar esas medidas entre sí. De hecho, Galton creía que
se podía caracterizar a los individuos más refinados por sus capacidades sensoriales.

Estudios psicométricos. Su inicio, en la segunda mitad del siglo XIX, se caracteriza


por los esfuerzos de los investigadores en tratar de establecer la psicología como una
ciencia. Wundt en Alemania y W. James en Estados Unidos contribuyeron a este logro,
ya que sus estudios estuvieron enfocados en buscar leyes generales del conocimiento
humano (lo que hoy se conoce como procesamiento de la información). El estudio de las
diferencias individuales hecho por sir Francis Galton (1962) fue determinante; en él
destaca el talento, la eminencia y otras formas de logro. Galton elaboró los métodos
estadísticos que permitieron clasificar a los seres humanos en términos de sus poderes
físicos e intelectuales y correlacionar esas medidas entre sí. De hecho, Galton creía que
se podía caracterizar a los individuos más refinados por sus capacidades sensoriales.

Enfoque psicométrico. Con el paso del tiempo, la comunidad científica concluyó que
los estudios de Galton no eran contundentes y que era necesario orientar las
investigaciones hacia capacidades más complejas o “molares”, como las que involucran
el lenguaje y la abstracción, si se quería evaluar en forma exacta los poderes intelectuales
humanos. El principal investigador en esta área fue Binet a principios del siglo XX, quien,
junto con Simón, diseñó las primeras pruebas de inteligencia para identificar a niños
retardados y también para ubicar a niños normales en sus niveles educativos apropiados.
Esto ocurrió en 1905 por orden del Gobierno francés (Wolf, 1980).

A partir de dicha fecha se desencadenó el desarrollo de técnicas para valorar a la gente


con fines específicos, como escolares, ocupacionales en las organizaciones, militares,
entre otros. Para este último, Yerkes desarrolló, desde el proyecto United States Army,
Alpha Beta Testing Program, una batería de pruebas psicométricas que fueron utilizadas
en la Armada de los Estados Unidos, lo que permitió clasificar al ejército en función del
coeficiente intelectual de cada uno de sus integrantes (Franz, 1982; Zenderland, 1980).

Hasta años recientes, la mayoría de los psicólogos estaban de acuerdo en que la


valoración de la inteligencia constituía el máximo logro de la psicología. Pero no todos
aceptaron esta posición como la última verdad. El psicólogo suizo Jean Piaget llegó a la
conclusión de que los test no eran aptos para los niños, ya que éstos formulan un sistema
simbólico a través de sus capacidades, lo que ocurre entre los 7 u 8 años, dándole
oportunidad al menor de realizar operaciones concretas. Piaget tomó muy en serio
cuestiones filosóficas y estaba influenciado en especial por Kant para realizar sus
estudios. Piaget, a pesar de no estar de acuerdo con los enfoques psicométricos, nunca
hizo críticas a los mismos (Fischer, 1980).

Jerarquización. Spearman (1927) y Terman (1975) son considerados como la primera


generación de psicólogos de la inteligencia. Para ellos, la inteligencia es una capacidad
general, única para formar conceptos y resolver problemas; también establecieron que un
conjunto de resultados de las pruebas reflejaba un solo factor de “inteligencia general”,
lo cual es llamado jerarquización.

Pluralización. En la misma época en que Sperman y Terman consideraban un factor


único de inteligencia, surgió una contraposición: Thurstone (1960) y Guilford (1967)
sostuvieron la existencia de varios factores o componentes de la inteligencia, lo cual es
conocido como “pluralización”.

Contextualización. Frente a estas dos posiciones surgió un nuevo enfoque propuesto


por Catell (1971) y Vernon (1971). Para ellos, hay una relación jerárquica entre los
factores, porque estiman que la inteligencia general (verbal y numérica) domina sobre
componentes más específicos. Esta visión es conocida como “contextualización”.
Actualmente existen diferentes corrientes en el estudio de la inteligencia, las cuales toman
en cuenta los contextos en que viven y se desarrollan los seres humanos. Una influyente
teoría de este tipo es la expuesta por Sternberg (1985), quien sostiene que la inteligencia
está constituida por la sensibilidad que poseemos para reaccionar a los acontecimientos
variables que nos rodean. Desde la misma perspectiva, Vygotsky (1978) estableció que
el estudio de la inteligencia se ve premiado por las diferencias entre las culturas y las
prácticas sociales, más que por las diferencias entre los individuos.

Distribución. Muy similar a la contextualización, recientemente surge este nuevo


enfoque de visión distribuida, el cual se centra en la relación de la persona con las cosas,
con los objetos, en su ambiente inmediato (este enfoque no toma en cuenta las estructuras
ni los valores de un contexto o cultura). Formula que la inteligencia individual es tan
coherente a los artefactos y a los individuos que la rodean como al cráneo que la contiene.
Resnick y colegas (1991) establecen que la inteligencia no termina en la piel, antes bien
abarca las herramientas del ser humano (papel, lápiz, computadora), ya que éste posee
una memoria documental (contenida en archivos, cuadernos, diarios) y una red de
conocidos (compañeros de oficina, colegas, padres).

Es en este contexto teórico cuando surge Gardner con su teoría de las múltiples
inteligencias (MI). Ésta tiene una gran influencia ya que toma en cuenta las diferencias
surgidas en los perfiles de inteligencia de los individuos, dentro del ámbito educativo, e
introduce los últimos hallazgos neurológicos, evolucionistas y transculturales. A partir de
la teoría de las MI se marca un nexo entre inteligencia, ámbito y campo (Gardner, 2001).

En 1990, Salovey y Mayer utilizan la teoría de las MI y acuñan un nuevo término:


inteligencia emocional (IE).

INTELIGENCIA MULTIPLE

(Programa Nacional Aprender Enseñando, 2003)

Las personas no nacen siendo inteligentes. Vienen al mundo con distintas


potencialidades. Su inteligencia es consecuencia de lo que hay de disponible en la cultura,
el grado de motivación personal que tienen y la calidad de la enseñanza.

En el año 1900 en París, Alfred Binet diseñó el “Tets de inteligencia”. A partir de allí
la inteligencia pasó a ser cuantificable a través del denominado “Coeficiente intelectual”.

Actualmente, de las investigaciones cognitivas surge un enfoque de la mente


radicalmente distinto. Se trata de una visión pluralista de la mente, que reconoce muchas
facetas distintas de cognición que tiene en cuenta que las personas tienen diferentes
potenciales cognitivos y que contrasta diversos estilos cognitivos.

Según Howard Gardner, cada persona no tiene un sólo tipo de inteligencia sino ocho
o nueve diferentes y además, cada persona posee una combinación única (Suárez, Maiz,
& Meza, 2010)

Desde la perspectiva de la teoría de las Inteligencias Múltiples, llamamos


‘inteligencias’ al conjunto de habilidades, talentos o capacidades mentales necesarias para
resolver problemas o para elaborar productos que son de importancia en un contexto
cultural o en una comunidad determinada. La capacidad para resolver problemas permite
abordar una situación en la cual se persigue un objetivo, así como determinar el camino
adecuado que conduce a dicho objetivo.

La creación de un producto cultural es crucial en funciones como la adquisición y la


transmisión del conocimiento o la expresión de las propias opiniones o sentimientos.

Todos los individuos normales poseen cada una de estas capacidades en un cierto
grado; los individuos difieren en el grado de capacidad y en la naturaleza de combinación
de estas capacidades. Creemos que esta teoría de la inteligencia refleja de forma más
adecuada los datos de la conducta humana ‘inteligente’.

La teoría de las Inteligencias Múltiples se organiza a la luz de los orígenes biológicos


de cada capacidad para resolver problemas. Es así, como cada inteligencia se activa o se
‘dispara’ a partir de ciertos tipos de información presentada de forma interna o externa.
Los estudiantes poseen diferentes mentalidades y por ello, aprenden, memorizan, realizan
y comprenden de modos diferentes.

Existen diferentes investigaciones que demuestran que algunas personas adoptan una
aproximación primordialmente lingüística al aprendizaje, mientras que otras prefieren un
rumbo espacial o cuantitativo. Algunos estudiantes obtienen mejores resultados cuando
se les pide que manejen símbolos de clases diversas, mientras que otros están mejor
capacitados para desplegar su comprensión mediante demostraciones prácticas o a través
de interacciones con otros individuos.

Estas diferencias desafían un sistema educativo que supone que todo el mundo puede
aprender las mismas materias del mismo modo y que basta con una medida uniforme y
universal para poner a prueba el aprendizaje del estudiante.

El tener en cuenta el perfil cognitivo de cada estudiante conlleva a una visión de la


escuela centrada en el individuo, pues no todos los individuos tienen los mismos intereses,
no todos aprenden de la misma manera y por otra parte, nadie puede aprenderlo todo, es
necesario hacer elecciones informadas.

Según Gardner, para que esta postura se lleve adelante, es necesario que los
educadores sean ‘especialistas evaluadores’ para poder observar las habilidades
espaciales, personales, etc. Y no sólo las lógico-matemáticas y lingüísticas. Además, que
puedan ajustar el perfil de los alumnos con los contenidos curriculares, como así también
con las oportunidades de aprendizaje existentes en toda la comunidad.

Inteligencia Musical

Ciertas partes del cerebro desempeñan papeles importantes en la percepción y la


producción musical. Estas áreas se sitúan generalmente en el hemisferio derecho, aunque
la capacidad musical no está ‘localizada’ con claridad, o situada en un área específica
como el lenguaje.

Existen evidencias procedentes de los niños prodigio, que manifiestan un vínculo


biológico con cada tipo de inteligencia manifestado por ejemplo, en la reacción a un
sonido en especial y en los rápidos progresos con un instrumento, incluso sin haber
recibido ningún tipo de instrucción musical. Por otra parte, los niños autistas que pueden
tocar maravillosamente un instrumento musical, pero que no pueden hablar, subrayan la
independencia de la inteligencia musical.

Los datos procedentes de diversas culturas apoyan la noción de que la música


constituye una facultad universal. Los estudios sobre desarrollo infantil sugieren que
existe una habilidad computacional ‘en bruto’ en la primera infancia.

Finalmente, la notación musical proporciona un sistema lúcido y accesible.

Inteligencia Cinético-Corporal

La habilidad para utilizar el propio cuerpo para expresar una emoción, idea o
sentimiento (como en la danza), para competir en un juego (como en el deporte), o para
crear un nuevo producto (como en el diseño de una invención) constituye la evidencia de
las características cognitivas de uso corporal. Incluye habilidades de coordinación,
destreza, equilibrio, flexibilidad, fuerza, velocidad, capacidad cinestésica, percepción de
medidas y volúmenes. Entre otros, se manifiesta en atletas, bailarines, cirujanos, artesanos
y en aquellos que son hábiles en la ejecución de instrumentos.

El control del movimiento corporal se localiza en la corteza motora, y cada hemisferio


domina o controla los movimientos corporales correspondientes al lado opuesto.

La habilidad para realizar movimientos voluntarios puede resultar dañada, incluso en


individuos que pueden ejecutar los mismos de forma refleja o involuntaria. La existencia
de la apraxia específica constituye una evidencia a favor de una inteligencia cinético-
corporal.

Inteligencia Lingüística

Es el tipo de capacidad exhibida en su forma más completa por los poetas, la capacidad
de usar palabras escritas, habladas u oídas. Incluye la habilidad en el uso de la sintaxis, la
fonética, la semántica y los usos pragmáticos del lenguaje (la retórica, la mnemónica, la
explicación y el metalenguaje). Se observa un alto nivel de desarrollo de esta inteligencia
en escritores, poetas, periodistas y oradores entre otros.

Un área específica del cerebro, llamada ‘área de Brocca’ es la responsable de la


producción de oraciones gramaticales. Una persona con esta área lesionada puede
comprender palabras y frases sin problemas, pero tiene dificultades para construir las
frases más sencillas. Así como, al mismo tiempo, pueden quedar completamente ilesos
otros procesos mentales.

El don del lenguaje es universal, y su desarrollo en los niños es similar en todas las
culturas. Incluso en el caso de personas sordas a las que no se les ha enseñado un lenguaje;
crean su propio lenguaje manual.

Inteligencia Lógico-Matemática

Es la capacidad para usar los números de manera efectiva y de razonar


adecuadamente. Incluye la sensibilidad a los esquemas y relaciones lógicas, las
afirmaciones y las proposiciones, las funciones y otras abstracciones relacionadas. Se
manifiesta especialmente en científicos, matemáticos, contadores, ingenieros y analistas
de sistemas. Competencias básicas: razonar inductiva y deductivamente, relacionar
conceptos, operar con conceptos abstractos.

En los individuos dotados, el proceso de resolución de problemas es, a menudo,


extraordinariamente rápido: el científico competente maneja simultáneamente muchas
variables y crea numerosas hipótesis. Esto demuestra la naturaleza no verbal de la
inteligencia. Puede construirse la solución del problema antes de que ésta sea articulada.

Junto a la capacidad lingüística, el razonamiento lógico- matemático proporciona la


base principal de los tets de coeficiente intelectual. Esta forma de inteligencia constituye
el arquetipo de la inteligencia ‘en bruto’ o de la habilidad para resolver problemas que
supuestamente pertenece a todos los terrenos.

Ciertas áreas del cerebro son más prominentes para el cálculo matemático que otras.
Existen ‘sabios idiotas’ que realizan grandes proezas de cálculo aunque sean
profundamente deficientes en la mayoría de otras áreas.

Inteligencia Espacial

Es la capacidad de pensar en 3 dimensiones. Permite percibir imágenes externas e


internas, recrearlas, transformarlas o modificarlas, recorrer el espacio o hacer que los
objetos lo recorran y producir o decodificar información gráfica. La resolución de
problemas espaciales se aplica a la navegación, al uso de mapas como sistema notacional,
aparece en la visualización de un objeto desde distintos ángulos, en el juego del ajedrez
y en las artes visuales.

Se destacan especialmente los pilotos, marinos, escultores, pintores y arquitectos.

En nuestro cerebro, la sede más importante del cálculo espacial se encuentra en el


hemisferio derecho. Las lesiones en la región posterior de este hemisferio provocan daños
en la orientación, para reconocer caras o escenas.

Inteligencia Interpersonal

Es la capacidad de entender a los demás e interactuar eficazmente con ellos. Se


construye a partir de una capacidad nuclear para sentir distinciones entre los demás: en
particular, contrastes en sus estados de ánimo, temperamentos, motivaciones e
intenciones. Incluye la sensibilidad a expresiones faciales, la voz, los gestos, las posturas
y la habilidad para responder. En forma más avanzada, esta inteligencia permite a un
adulto hábil leer las intenciones y deseos de los demás, aunque se hayan ocultado.
Presente en actores, líderes religiosos o políticos, vendedores, docentes, terapeutas,
padres, etc.

Según las investigaciones cerebrales, los lóbulos frontales desempeñan un papel


importante en el conocimiento interpersonal. Los daños en ésta área pueden causar
cambios profundos en la personalidad.
Inteligencia Espacial

Es la capacidad de pensar en 3 dimensiones. Permite percibir imágenes externas e


internas, recrearlas, transformarlas o modificarlas, recorrer el espacio o hacer que los
objetos lo recorran y producir o decodificar información gráfica. La resolución de
problemas espaciales se aplica a la navegación, al uso de mapas como sistema notacional,
aparece en la visualización de un objeto desde distintos ángulos, en el juego del ajedrez
y en las artes visuales.

Se destacan especialmente los pilotos, marinos, escultores, pintores y arquitectos.

En nuestro cerebro, la sede más importante del cálculo espacial se encuentra en el


hemisferio derecho. Las lesiones en la región posterior de este hemisferio provocan daños
en la orientación, para reconocer caras o escenas.

Inteligencia Intrapersonal

Es la capacidad de construir una percepción precisa respecto de sí mismo y de


organizar y dirigir la propia vida: el acceso a la propia vida emocional, los sentimientos,
la capacidad de discriminarlas, ponerles un nombre y recurrir a ellas como medio de
interpretar y orientar la propia conducta. Incluye la autodisciplina, la autocomprensión y
la autoestima. Como esta inteligencia es la más privada requiere del lenguaje, la música
u otras formas para poder ser observada en funcionamiento. Se encuentra muy
desarrollada en teólogos, filósofos, psicólogos, entre otros.

Como en el caso de la inteligencia interpersonal, los lóbulos frontales desempeñan un


papel central en el cambio de personalizad.

Los daños en área inferior de los lóbulos frontales pueden producir irritabilidad o
euforia; en cambio, los daños en la parte superior tienden a producir indiferencia,
languidez, apatía: un tipo de personalidad depresiva. En los primeros individuos las otras
funciones cognitivas permanecen inalteradas. En cambio, entre los afásicos que se han
recuperado, no se sienten a sí mismos una persona distinta. Reconoce sus propias
necesidades, carencias y deseos e intenta atenderlos lo mejor que puede.

Así como la inteligencia interpersonal permite comprender y trabajar con los demás;
la inteligencia intrapersonal permite comprenderse y trabajar con uno mismo. Ambas
describen tentativas de solucionar problemas significativos para el individuo y para la
especie.

Inteligencia naturalista

Según Gardner, la inteligencia naturalista permite detectar, diferenciar y categorizar


los aspectos vinculados al entorno, como por ejemplo las especies animales y vegetales o
fenómenos relacionados con el clima, la geografía o los fenómenos de la naturaleza.
(Regader, s.f.)

Esta clase de inteligencia fue añadida posteriormente al estudio original sobre las
Inteligencias Múltiples de Gardner, concretamente en el año 1995. Gardner consideró
necesario incluir esta categoría por tratarse de una de las inteligencias esenciales para la
supervivencia del ser humano (o cualquier otra especie) y que ha redundado en la
evolución.

Hay que señalar que aunque para Gardner este tipo de inteligencia se desarrolló para
facilitar el uso creativo de los recursos que nos brinda la naturaleza, actualmente su uso
no solo se limita a los entornos en los que no hay construcciones humanas, sino que estos
últimos también podrían ser "explorados" de la misma forma.

INTELIGENCIA EMOCIONAL

CONCEPTO

La Inteligencia Emocional es la “capacidad de reconocer los sentimientos propios, los


sentimientos de los demás, motivarse y manejar adecuadamente las relaciones que se
sostienen con los demás y con sí mismos. Término que engloba habilidades muy distintas-
aunque complementarias a la inteligencia académica, la capacidad exclusivamente
cognitiva medida por el cociente intelectual” (Codina J., 2006). Así Goleman (1995),
logró aprovechar y mejorar las propuestas existentes; aportó la nueva concepción para el
desarrollo personal y manejo de aquel que dirige sus emociones puede:

… motivarse y persistir frente a decepciones; controlar el impulso y demorar la


gratificación, regular el humor y evitar que los trastornos disminuyan la capacidad de
pensar; mostrar empatía y abrigar esperanzas (…) y mientras hay quienes afirman que el
CI no se puede cambiar demasiado mediante la experiencia ni la educación, (…) las
aptitudes emocionales fundamentales pueden en efecto ser aprendidas y mejoradas…
Según este autor un enriquecimiento en este aspecto procura un manejo integral de la
persona, lo que fomenta la buena administración y control de problemas. Una persona
que domina sus emociones se interrelaciona más conscientemente con su entorno humano
y social. Asimismo, es propenso a sobrellevar momentos de alto estrés. El ser humano
que solo ha potenciado su inteligencia intelectual, muchas veces sucumbe a estos
instantes y su coordinación lógica no funciona en prevención y resolución de conflictos.
En la actualidad, el manejo de lo emocional es parte fundamental de los líderes y las
empresas innova- doras eligen este tipo de personas.
EVOLUCIÓN, TEÓRICOS Y TEORÍAS

Para el desarrollo del presente punto se tomó como fuente referencial el segundo
capítulo de la primera obra de D. Goleman (1995: 68-69) y su visión de Inteligencia
Emocional, específicamente para dar a conocer la naturaleza de las habilidades de la IE
en el ser humano; asimismo, se incluyen nuevos nombres, que fundamentaron y
mejoraron la teoría.

• E. L. Thorndike, estudioso del Coeficiente Intelectual, entre los años 20 y 30,


publicó un artículo acerca de la inteligencia social comparándola con la “capacidad para
comprender a los demás y actuar prudentemente en las relaciones humanas”.

• Robert Sternberg (1987) llegó a la misma conclusión de Thorndike, “la


inteligencia social es distinta de las capacidades académicas y, al mismo tiempo, es una
clave de lo que hace que la gente le vaya bien en el aspecto práctico de la vida. Entre las
inteligencias prácticas están (…) el tipo de sensibilidad que per- mite a los
administradores eficaces captar mensajes tácitos”.

• Peter Salovey y John Mayer (1990), de la universidad de Yale, describieron “en


gran detalle las formas como se puede aplicar inteligencia a nuestras emociones”.

• P. Salovey (1990), apoyándose en Gardner, planteó cinco esferas principales de la


Inteligencia Emocional:

1. Conocer las propias emociones: “conciencia de uno mismo: el reconocer un


sentimiento mientras ocurre”.

2. Manejar las emociones: valerse de “los sentimientos para que sean adecuados es
una capacidad que se basa en la conciencia de uno mismo: serenarse, liberarse de la
irritabilidad, la ansiedad y la melancolía excesiva…”.

3. La propia motivación: “ordenar las emociones al servicio de un objetivo: auto-


motivación (postergar la gratificación y contener la impulsividad), y el autodominio” “las
personas que tienen esta capacidad suelen ser mucho más productivas y eficaces en
cualquier tarea que emprendan”.

4. Reconocer emociones en los demás: empatía.


5. Manejar las relaciones: “competencia e incompetencia social” y “habilidades
específicas” como “popularidad, liderazgo, y eficacia interpersonal”; estas personas se
“desempeñan bien en cualquier cosa que dependa de la interacción serena con los demás;
son estrellas sociales (p. 433).

• Howard Gardner, 1990, expuso su teoría de las Inteligencias Múltiples, donde


describió la inteligencia intrapersonal (cono- cimiento y manejo de las propias emociones
y sentimientos) e inteligencia interpersonal (comprender las emociones de los demás y
sentimientos). Hablando de tipos, plantea que el ser humano posee varios y superó a los
postulados de la inteligencia cognitiva, centrada solo en habilidades lingüísticas y
matemáticas.

• Es Daniel Goleman (1995), el cual denominó a su libro Inteligencia Emocional y


explicó cómo las emociones influyen en la vida. Su propuesta profundizó la importancia
de conocer y manejar los propios sentimientos para poder comprender los sentimientos y
emociones de los demás.

COMPONENTES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL (IE)

Desde la antigua Grecia, se destacaba la importancia del Coeficiente Emocional


describiendo las implicaciones del autocontrol.

Aristóteles, invitaba a la reflexión, como se vislumbra en la Ética de Nicodemo:


“cualquiera puede ponerse furioso... eso es fácil. Pero, ponerse furioso con la persona
correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de
la forma correcta... Eso no es fácil” (Goleman, 1995: 13; 331-332). Un pensamiento muy
popu- lar dice que quién se domina a sí mismo puede llegar a dominar el mundo. La
interrogante que surge entonces es cómo obtener el autodominio y superar los
sentimientos y emociones de infelicidad como:

• Ira: furia, resentimiento, cólera, indignación, aflicción, irritabilidad, hostilidad,


entre otros.

• Tristeza: melancolía, pesimismo, pena, autocompasión, soledad, abatimiento,


desesperación y, en casos patológicos, depresión grave.
• Temor: ansiedad, nerviosismo, preocupación, consternación, inquietud, cautela,
incertidumbre, miedo, terror; en un nivel psicopatológico, fobia y pánico.

• Disgusto: desdén, desprecio, menosprecio, aborrecimiento, aversión, disgusto,


repulsión.

• Vergüenza: culpabilidad, molestia, disgusto, remordimiento, humillación,


arrepentimiento.

Dichos sentimientos de infelicidad llevan al ser humano a crisis emocional. Esos


sentimientos pueden ser manejados con autocontrol, autorregulación o cambiándolos por
emociones positivas como:

• Amor: aceptación, simpatía, confianza, amabilidad, devoción, adoración.

• Placer: alegría, dicha, diversión, orgullo, gratificación, euforia, extravagancia,


éxtasis.

• Sorpresa: conmoción, asombro.

• Felicidad: estado de bienestar que demuestra satisfacción.

Así, se denota el valor importante que tiene lo emocional sobre lo intelectual. Su


preocupación no ha sido producto de la época actual sino de siglos anteriores, por ser
propio del ser humano.

PILARES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Desde la perspectiva más general de la investigación realizada, todo comenzó con una
serie de estudios sobre la inteligencia emocional, los cuales indicaron que las personas
intelectualmente brillantes no suelen ser las que más éxito tienen, en los negocios y en la
vida privada.

A continuación se ilustra y se señalan los cuatro pilares que según Coopery


Sawaf(2004:33), separa la inteligencia emocional del campo análisis psicológico y las
teorías filosóficas y los coloca en el terreno del conocimiento directo, el estudio y la
aplicación.
El primer Pilar, Empieza con el conocimiento emocional, que crea un espacio de
eficiencia personal y confianza mediante la honestidad emocional, energía, conciencia,
retroinformación, intuición, responsabilidad y conexión.

El segundo pilar, aptitud emocional, forma la autenticidad del individuo, su


creatividad y flexibilidad, ampliando su círculo de confianza y capacidad de escuchar,
manejar conflictos y sacar el mejor partido del descontento constructivo.

El tercer pilar explora las maneras de conformar la vida y trabajo con el potencial, y
de respaldar esto con integridad, compromiso y responsabilidad, que a su vez aumentan
la influencia sin autoridad.

Cuarto pilar, alquimia emocional, por lo cual extenderá su instinto creador y


capacidad de influir con los problemas y presiones, y de competir por el futuro
construyendo capacidades de percibir y tener acceso a soluciones ocultas y nuevas
oportunidades.

MEDIDAS DE EVALUACIÓN DE LA IE

El desarrollo de este modelo teórico implicó la necesidad de evaluar las dimensiones


emocionales propuestas y, por tanto, la elaboración de diferentes enfoques de medida.
Cualquier instrumento debe cumplir una serie de criterios psicométricos validados. En
especial, además de indicadores claros de fiabilidad y validez, cuando surge un nuevo
constructo, las herramientas desarrolladas deben mostrar que no valoran simplemente
otras dimensiones psicológicas ya conocidas como los rasgos de personalidad, la
inteligencia cognitiva o las habilidades sociales. Tres son los acercamientos que más se
han empleado en la evaluación de la IE: los instrumentos de auto-informe, los test de
ejecución y los informes de observadores externos. Concretamente, el modelo de Mayer
y Salovey ha basado sus investigaciones en los dos primeros métodos, que serán los que
detallaremos con más profundidad. Las ventajas y desventajas que presentan unos y otros
métodos ya han sido debatidas en otro lugar (EXTREMERA & FERNÁNDEZ-
BERROCAL, 2004). Aquí nos limitaremos a describir ambas formas de evaluación y
comentaremos su aplicabilidad y algunos de los condicionantes habituales que influyen
en su utilización.
CONCLUSIONES

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